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En Norrland, Daniel querrá vivir un retiro total y comprar la abandonada escuela prim
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++Disponible desde el 13 de junio. Incluye menús interactivos, acceso directo a escenas, ficha artística, ficha técnica, ficha de doblaje, trailer y Filmografías.
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RUN RUDY RUN. Rudy Youngblood como "Garra de Jaguar". |
En cuanto a su parte visual, Jim and the Giant Peach llega a rozar lo surrealista. La imagen e idea de un gran durazno volador jalado por gaviotas, se antoja cercana a los sueños escapistas de un niño, que como Jim, debe luchar usando más su inteligencia que fuerza contra un enorme pez mecánico que arroja pequeños y letales peces metálicos, o los piratas fantasma (por ahí se verá un cameo del Jack Skelington de The Nightmare...) de un barco hundido en el mar, o esa nube rinoceronte (la pequeña secuencia animada en 2D hecha a base de fotomontajes, es delirante y magistral), etc. ayudado por sus amigos insectos, los verdaderos protagonistas del relato, que lleva el característico humor negro de Roald Dahl y Tim Burton.
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Rob Brydon y Steve Coogan |
Dirigida por el realizador georgiano Dover Koshashvili, la película tiene tintes de humor que sirve para relajar la tensa situación de Zaza. A través de una gran galería de personajes: ancianos que representan el apego a las tradiciones, en tanto los jóvenes están ahí para tratar de romperlas y evolucionar, el director transmite cómo se vive el amor en cada una de estas etapas, y no siempre será miel sobre hojuelas, ya que si algo tiene en común el amor sin importar la edad de quienes lo experimentan, es que siempre se llora, se sufre, no siempre se acepta al ser amado como tal, se le necesita a cada momento. En ese sentido, la escena que abre el filme es muy enfática al respecto, dónde una esposa baña a su anciano marido, en medio de las quejas y groserías de éste.
A través de un guión sin muchas complicaciones, tenemos una película muy humana en toda la extensión de la palabra, sobre la complejidad de las relaciones familiares y románticas. La resolución está lejos de ser el happy-end que pudiera predecirse, dejando ver que el peso de las tradiciones fue el que pudo más en Zaza. En la penúltima escena, el padre de Zaza se lava las manos en el baño y entrega a su hijo, mientras este, confundido, se mira al espejo con la corbata desanudada, minutos antes de salir a enfrentar un destino que no era el que tenía planeado. No nos queda más que desearle lo mejor.
Ahí tenemos, por ejemplo, la primera adaptación animada de The Lord of the Rings (1978), en la que Bakshi combinaba dentro de la animación imágenes de actores reales, manipuladas con impresionantes efectos fotográficos, para que se acoplaran con los escenarios y personajes dibujados. Fire and Ice (1983), era un impresionante relato fantástico (en la línea de Conan el Bárbaro y similares), con impresionantes efectos especiales, movimientos muy realistas de sus personajes, cuyo diseño se apegaba mucho al de un cómic, aspecto que dejaba evidente el gran apego de Bakshi al llamado “noveno arte”, en especial, por su trabajo dirigiendo las teleseries animadas de los 1960 de Spiderman, Iron Man, Hulk, El Capitán América y otros héroes de la Marvel.
Fritz The Cat, adaptada por el mismo Bakshi, no es la excepción, ya que el diseño del filme es fiel al del cómic de Crumb, así como a su espíritu desparpajado y rebelde. La película es en extremo dispareja, con una narración inconsistente de las aventuras del gato Fritz (voz de Skip Hinnant), un felino sexoso y libidinoso, que acaba de graduarse de la universidad y se encuentra sin rumbo buscando sentido a su vida. Estamos ante un filme animado para adultos, a pesar de lo infantil que pueda parecer la concepción de sus personajes, todos ellos animales antropomórficos.
Sin embargo, dentro del extremadamente rústico diseño de la película, con una técnica animada muy básica y simple, la historia, formada por un conjunto de viñetas enlazadas forzadamente, era una especie de viaje existencial de Fritz por los ideales contestarios y hechos políticos de la recién acabada década de los 1960, que seguían presentes en los incipientes 1970. Ahí tenemos a un Fritz que no tenía reparo en participar en un orgía caótica dentro de una tina con otros animales, o en tener relaciones con una gordaza mujer- cuervo dentro de un autobús, como si se tratara de un filme blaxploitation que jugaba con elementos de zoofilia, erotismo y humor.
El gato siempre acababa golpeado (en más de un sentido) por no poder encajar en todo este entorno, como en un enfrentamiento a golpes entre los policias con apariencia de cerdos y un grupo de “Panteras Negras”, aunque sin duda influido y transformado por la filosofía liberal. La última parte se convertía en una road-movie con elementos de suspenso y fantasía, en un trabajo no del todo logrado, pero atractivo en su parte visual y cómica, por su acabado imperfecto y descuidado, por su interesante trasfondo político y social, con todas sus complicaciones para contar una historia y hacer del famoso Fritz un personaje más interesante.