viernes, 29 de marzo de 2024

SOUND OF FREEDOM

Jim Caviezel (derecha)
 

Es más la controversia y escándalo a su alrededor que lo que realmente es esta película. Que si su productor, Eduardo Verástegui, la hizo para financiar su campaña presidencial en México; que si el héroe, Tim Ballard (Jim Caviezel), es un fraude y, en realidad, hizo la mitad o menos de lo presentado en el filme; que si Verástegui le organizó una función privada a Trump; que si el filme respalda las teorías conspiratorias del QAnon (a las que el mesiánico Caviezel, aparentemente, es adepto); que si su éxito en taquilla fue producto de compras masivas de boletos en linea, y no por asistentes reales a las salas; o que un "patrocinador" del filme estuvo involucradro en un caso de secuestro y tráfico de infantes, tema que el filme intenta denunciar y condenar.

En realidad, la película, sin ser nada extraordinario, es una muy básica historia de secuestros y rescates, con un héroe blanco llevando a cabo una misión de rescate digna de Rambo, pero sin armas de por medio. Ah, claro, también es sobre paternidades irresponsables, que dejan a sus hijos a merced del primer extraño que se les pone enfrente. Dirigida por Alejandro Monteverde, la película me recordó uno que otro thriller televisivo de Lifetime, como aquel sobre robo y tráfico de bebés (protagonizado por Kristie Alley), Baby Sellers, pero con algo más de producción. Al final, Sound es tán básica como iluminar con números. Las actuaciones están aceptables, pero Mira Sorvino tiene apenas 2 o 3 palabras que decir, y Gustavo Sánchez Parra sale haciendo caras locas todo el tiempo, mientras que unos paramilitares, supuestamente colombianos, salen borrachos y cantando "Los Caminos de la Vida". ¿Habrá sido así realmente? Para verla si no hay nada mejor que ver.

 Disponible en PrimeVideo.

SEÑORA INFLUENCER

MALAS INFLUENCIAS. Mónica Huarte (pelirroja) como la "señora influencer"
 

Señora Influencer trata de decirte algo sobre la subcultura de los "influencers", esas figuras que son tratadas casi como semidioses/semidiosas sin importar si son personas inteligentes o simplemente idiotas. Su valor radica más en que su número de seguidores alcance la tan preciada letra K, la que representa los miles y miles. Ah, y claro, la película, dirigida por Carlos Santos (Chilangolandia) quiere ser también una historia sobre la frivolidad de las redes sociales cuando son usadas pobremente y mal. Pero como decía al principio, Señora Influencer trata de decirte algo sobre todo eso, pero lo hace con un pobre desarrollo y falta de una buena ejecución narrativa. Sin embargo, lo peor tal vez sea la total falta de credibilidad de la historia. El tema no es nuevo, ya que algo ya habíamos visto en Guerra de Likes, más en tono de comedia, pero igualmente con resultados desafortunados.

Para ser honestos, en comparación me gustó más Chilangolandia, el primer filme del realizador. De hecho, no hace falta decir que Señora Influencer también quiere ser una comedia, y al respecto me parece que hubo controversias sobre cómo, en su estreno en cines, la película se quiso "vender" más como comedia, cuando, en realidad, no lo es tanto. Al menos a mí no me pareció muy graciosa. En realidad, para quien esto escribe, el filme es una caótica mezcla de tonos, entre comedia y melodrama, pero que de pronto, justo a la mitad, Santos tiene la ocurrencia de meter un evento que le da un giro por completo al asunto, queriendo hacer un filme también de crímenes y suspenso psicológico. En este último aspecto, la película nunca logró atraparme ni convencerme del todo.

Si ven el filme, no hagan gestos extrañados al llegar a esa parte. Toda la justificación la tendrán al final, en forma de flashbacks que nos revelarán eventos dramáticos en el pasado de Fátima, nuestra protagonista, quien evidentemente sufre de algún retraso o problema mental. Fátima trabaja como voluntaria en una escuela, aunque su papá, un director de cine (Leonardo Daniel, en una muy mala actuación, empezando por una inexplicablemente lenta forma de hablar y voz extraña), la tiene casi recluída en casa y sin permiso para tener un teléfono celular. Pero cuando Fátima se haga de un teléfono celular, se convertirá, sin quererlo mucho, en la nueva "influencer" del momento, aunque por todas las razones equivocadas que puede haber.

Decía que el filme no es muy creíble. Para empezar, Mónica Huarte, quien interpreta a Fátima, no se ve exactamente de cuarenta años, la edad del personaje (Huarte tendrá unos 50 años, por lo menos, en la vida real). No le ayuda mucho un primer acto ridículo, en donde se nota sobreactuada. Fátima, quien jamás ha usado un celular en su vida (¿Habrá contratado plan de datos, o lo usará con prepago?) de pronto se convierte en una total experta en Instagram y otras redes, publicando videos, fotos, y todo lo posible para convertirse en presa de "trolls" y todo tipo de acosadores. Fátima se convierte en el hazmerreir de las redes, logrando captar la atención de dos "chicas malas", influencers por supuesto, Sofi y Camila (Macarena García y Diana Carrerio).

Si lo anterior no les pareció muy creíble, esperen la última parte, en donde Señora Influencer se transforma en una historia sádica de venganza que ni a golpes me la creí. ¿En serio, Fátima hace en esa parte todo sola, sin ayuda de nadie, incluyendo conseguir las direcciones sus 4 o 5 "trolls"? Bueno, creo que nada más hay explicación para uno de ellos, pero ¿y los demás? En fin, todo el final termina siendo absurdo y ridículo (¡Esa canción que cantan entre todos, por favor!), siendo además la premisa contradictoria: Nuestra protagonista termina siendo, tal vez, peor que las influencers nefastas. No sé, pero creo que muy inocente no era. Al final, un filme fallido, a pesar de tener una idea que parecía rescatable. 

En PrimeVideo.

martes, 26 de marzo de 2024

THE GREATEST NIGHT IN POP.

Michael Jackson y Bruce Springsteen.
 

Fueron incontables las veces que de niño vi Whe Are the World, el video musical que inspiró este documental. Y quienes pertenezcan a mi generación, podrán recordar cómo, cada mañana de 1985, lo transmitían en cierto canal antes de su programación. Lo que jamás había visto, es el material de archivo que le da cuerpo al filme, incluyendo el detrás de cámaras y el cómo-se-hizo, teniendo como anfitrión en este viaje nostálgico al mundo musical pop a Lionel Richie.

Harry Belafonte y Richie tuvieron la idea de producir el video musical, luego de que el primero se diera cuenta de la terrible hambruna que azotaba a Etiopia durante uno de sus viajes. Para recaudar fondos y ayudar, Belafonte tuvo una idea: tratar de reunir, por una noche -y madrugada-, a varias estrellas del pop musical. Hubo de todo, no nada más estrellas de los 1980, sino que también fueron bienvenidos cantantes de décadas pasadas.

Michael Jackson coescribió el tema junto a Richie y Quincy Jones, productor de la canción. Los invitados a la "fiesta" fueron, entre otros, Cyndi Lauper, Huey Lewis, Kenny Loggins, Kenny Rogers, Billy Joel (el más serio), y leyendas como Bob Dylan (con la sensación de no encajar en el grupo), Tina Turner, Smokey Robinson, Al Jarreau (algo pasado de copas entrada la madrugada), David Byrne, Paul Simon, Bette Midler, y un largo etcétera.

Lo que me tomó desprevenido, fue ver participar a Dan Aykroyd en el coro. Si canta o no es un misterio, pero lo mejor es ver que estuvo ahí con disposición de apoyar. En tanto, las grandes ausencias fueron Madonna (por encontrarse de gira) y Prince les hizo el feo, argumentando alguna fobia a grupos de gente, o espacios cerrados. Al final, el filme es fascinante, no sólo por el hecho de ver a un gigante como Quincy Jones tratar de hacer funcionar a este grupo de voces tan variopinto, sino también por la disposición y altruismo que llevó a muchos de ellos a grabar hasta la mañana siguiente, ininterrumpidamente, para intentar parar el hambre en África y, de paso, dejarnos una de las canciones más icónicas de los 1980.
En Netflix.

viernes, 1 de marzo de 2024

ELEMENTAL

Come on baby, light my fire.
 

En Inside Out, la Pixar hizo que una historia tan abstracta y compleja protagonizada por las emociones humanas funcionara. En Elemental consiguen nuevamente algo muy cercano, teniendo de protagonistas a los 4 elementos: agua, fuego, viento, y tierra. Al respecto, creo que sus realizadores hicieron una elección acertada al elegir el fuego y el agua como los protagonistas principales. Será porque a Peter Sohn, su director, le habrá parecido atractiva la interacción que ambos elementos podrían ofrecer, en una historia romántica con inspiración en Romeo y Julieta, es decir, el amor imposible al pertenecer los involucrados a universos distintos.

Pero Sohn (quién además de haber trabajado en el área de animación de otras películas de Pixar, también ha hecho trabajo de voz en filmes como Ratatuille y Monsters University) quiso imprimir en la historia un poco de su propio ADN, rindiendo con ello un sensible tributo a sus padres, inmigrantes de origen coreano (historia que, de hecho, cuenta en el pequeño documental Good Chemistry: The Story of Elemental, que puede verse en Disney Plus). El padre de Sohn, quien fuera propietario de una tienda de artículos de arte, luchó por sacar adelante a su familia, y para encajar en la cultura occidental de los E.U.

Sin embargo, la trama termina siendo más como su título, elemental. La fogosa -en más de un sentido- historia de amor, protagonizada por una muy flameante chica, Ember (voz de Leah Lewis), con problemas de manejo de la ira (hazla enojar y perder la paciencia, y tendrás un incendio forestal en 3 segundos), y por el acuoso Wade (voz de Mamoudou Athie), un sensible, noble, pero muy llorón sujeto perteneciente al agua, tiene su justa carga emocional y de humor.

En este universo, cada elemento vive en su propia región, dentro de una ciudad en donde tratan de convivir lo mejor posible. Mientras la tierra es representada con personajes de apariencia combinada entre tierra, plantas, y árboles (estos dos últimos resultarán si tienen el más mínimo contacto con el agua), los personajes de viento son nubes gaseosas y, ocacionalmente, también de vapor. Algo que sea propiamente viento no lo hay, algo comprensible, ya que los animadores y diseñadores del filme hubieran tenido que lidiar con personajes invisibles y sin mucho atractivo visual.

El fuego y el agua también tienen sus propias zonas, sin que puedan interactuar mucho por razones obvias. La premisa es muy básica, con el dilema para Ember entre seguir los pasos de su padre, Bernie (voz de Ronnie del Carmen) y heredar el negocio familiar, o tomar un camino diferente. Este camino, sin revelar mucho, tiene que ver con una vocación artística (¿no sucede así siempre?). Para ponerle a Ember las cosas más difíciles, su abuela la morir les hizo prometer siempre unirse con miembros de su propio elemento, es decir, "fuego con fuego".

La zona del fuego es una de inspiración muy bollywoodense. Su concepto me pareció inspirado en filmes de Bollywood, lo cual es acentuado con una banda sonora de Thomas Newman, igualmente, con esa misma inspiración. No hay números musicales, pero sí una paleta de colores naranjas encendidos dominante. En tanto, el universo del agua es, precisamente, azul, con sus personajes maleables y adaptables a cualquier superficie. La familia de Wade tiene una tendencia a llorar por todo. Una escena con la familia incluye un juego, en el que deben hacerse llorar unos a otros. La llorosamente hipersensible personalidad de Wade y su familia terminó desafiando un poco mi paciencia.

Cuidado si los personajes de agua se acercan mucho al fuego, ya que corren el riesgo de acabar hechos vapor, cosa que hará riesgosa, si no imposible, una relación entre Ember y Wade. Además, también chocará mucho el fuerte arraigo de la familia de Ember a sus tradiciones, mientras que la familia de Wade será de mente más liberal.

Visualmente, Elemental es, por el contrario, impresionante. No hubo un momento en las escenas de Ember y familia en el que no acabara distraído, viendo el realismo de sus cuerpos llameantes. Cada color está conseguido, al igual que sus flameantes movimientos. Menos atractivo me resultó el mundo del agua. Pero es justo decir que el realismo acuoso de sus personajes es impactante también, aunque menos interesantes desde el punto de vista dramático.

Al final, con todo y que la originalidad no es precisamente lo que defina a Elemental, lo que destaca es su aproximación y desarrollo. Gracias a eso, llegada su conclusión la trama terminó atrapándome y conmoviéndome, especialmente, por la necedad y persistencia de Wade, sin caer jamás en lo cursi.
En Disney Plus

domingo, 14 de enero de 2024

YOUR CHRISTMAS OR MINE? 2

ASA BUTTERFIELD
 

Your Christmas or Mine? (2022) fue, al menos para quien esto escribe, de los mejores filmes navideños del año pasado. Y esto último considerando que casi nunca la oferta de pelis navideñas, de las que valen la pena ver, es muy vasta. Es de esas comedias románticas de temporada invernal en donde varias cosas se conjuran para hacer que la corriente fluya a su favor, sin necesidad de que aparezca Santa ni haya necesidad de salvarlo; ni de mucha magia, o efectos especiales. Es graciosa, emotiva, y con una calidez peculiar.

Disponible ahora también en Primevideo, llega -con una rapidez que me tomó desprevenido- la secuela. Dado el triunfo de su antecesora, me llené de expectativas y me aventuré de inmediato a verla. Si bien esta segunda parte no cuenta con la misma originalidad, sí cuenta con la misma comicidad desbordante, sobretodo en su primer acto. De ahí, llegando a la mitad, y pasando un poco ya la segunda parte, no es precisamente que el asunto ya no funcione, sino que su ritmo cómico va bajando. Es cuando esta secuela, dirigida también por Jim O'Hanlon, cae en la típica historia de malentendidos y reconciliación, además de uno que otro lugar común en estas comedias, en donde todo un clan familiar viaja fuera de su hogareña zona de comfort decembrina.

Las familias de James (Asa Butterfield) y Hayley (Cora Kirk) deciden pasar juntos la Navidad en los alpes suizos. Luego de abrir con una agitada secuencia en el aeropuerto antes de partir, las cosas no irán precisamente como lo planearon para ambas familias. Aquí no habrán los típicos desacuerdos entre familias, ni rencillas, o discusiones, sino que todo irá más bien dentro de la línea de problemas en la comunicación con los lugareños (hay un personaje que, por más que intenta, no puede darse a entender en alemán con nadie). Pero también habrá dificultades con la fauna local (una cabra), y con el folklor de la región, como la creencia en Krampus en lugar de Santa.

Afortunadamente, todo lo anterior da lugar a situaciones bastante graciosas, hasta que claro, cuando ya las cosas más o menos se "normalizan" en la segunda mitad, todo empieza a moverse dentro de aguas más seguras, sin tanto riesgo como en la primer película. Por ejemplo, no faltará la escena en donde lo británico de los personajes saldrá a relucir, y buscarán lo más cercano a un pub (cosa no muy difícil en Suiza), y aunque la secuencia dentro del bar es divertida, son situaciones que ya hemos visto antes.

Por otro lado, Daniel Mays, quien se robó el primer filme con su personalidad bonachona, aquí su Geoff, el papá de Hayley, me siguió cayendo bien, me arrancó algunas risas, pero me tuvo con ansia por la espera de esa línea o escena memorable y graciosa. Lástima que el protagonismo de Geoff se va perdiendo luego de la escena del pub. La nueva adición al reparto (interpretada por Jane Krakowski), es una especie de gurú y coach de vida, además de ser la nueva y muy joven pareja del papá de James. Fuera de ciertos roces con la familia de Hayley, el personaje no tendrá mayor relevancia sino hasta el final de la película.

Por supuesto, la secuela no podría estar completa sin que nuestra pareja estelar vuelva a tener problemas, como en el primer filme. Lo que salva la historia, es el ver si James y Hayley ahora pasan esta prueba de fuego en su relación, siendo aquí en donde el filme toma un segundo aire y despega. No tiene ahora mucho sentido el título como en la primera parte, pero "¿Tu Navidad o La Mía? 2" vuelve a sobresalir como lo más pasable y visible de esta temporada navideña, post-navideña, y de fin de año.
En PrimeVideo

sábado, 6 de enero de 2024

CANDY CANE LANE

THE CANDY MAN CAN Eddie Murphy y Tracee Ellis Ross
  

 Quienes ya hemos visto Jingle Jangle: A Christmas Journey (2020), película navideño-musical, con un elenco mayormente de actores de color (como Forest Whitetaker), dirán al ver Candy Cane Lane "esos muñequitos digitales como de porcelana ya los vimos en Jingle Jangle". No están del todo equivocados, ya que la idea de los muñequitos en Candy es prácticamente la misma idea tomada de JIngle Jangle. La misma, pero en menor escala. Y no me refiero al tamaño de los muñequitos, sino a la escala de producción, historia, elenco, etc. Candy Cane Lane es el más reciente filme de Eddie Murphy, a quien creo no lo habíamos visto en un filme navideño desde "Trading Places", esta última infinitamente mejor.

Este último intento de Murphy dentro del subgénero de temporada no lo ha favorecido mucho. En primera, porque no es tan gracioso como uno esperaria, desafortunadamente, y en segunda, Candy Cane Lane termina siendo un filme olvidable. El personaje de Murphy, Chris Carver, es un padre de familia al cual le ha pasado lo peor que a cualquier padre podría pasarle en época navideña: ser despedido. Su esposa (Tracee Ellis Ross), por fortuna, podría tener un trabajo, pero eso no calma mucho a Chris.

Sin embargo, la salvación para Chris podría estar en un concurso navideño, en donde la casa mejor adornada de su calle recibirá un cuantioso premio. Por lo tanto, Chris se empeñará en ganar el concurso, especialmente, en ganarle a su vecino, el cual le restriega en la cara siempre que su casa es la mejor decorada.

Está bien, imagino que ya van adivinando cómo va a terminar el asunto. Y no se equivocan, ya que, la verdad ¿qué sería de un filme navideño sin uno o dos milagros de por medio? No hay nada de malo en ello, y en lo personal me gusta ver milagros y mucha magia en estos filmes. Para Chris y su hija, Holly (Madison Thomas), un posible milagro estará en un hallazgo que tendrán a mitad de camino, cuando se topen con una tienda navideña muy mágica y extraña, administrada nada menos que por una asistente de Santa, Pepper (Jillian Bell), según ella una elfo, aunque de elfo no tiene nada.

Mencioné magia y milagros navideños, pero sinceramente el filme, con sus muñequitos de porcelana, una elfo que no parece elfo, y, olvidé mencionar, numerosas aves que en algún momento del filme invaden el vecindario, se siente como algo ya visto y sin mucha gracia. No niego que hay uno que otro momento chistosón (de pronto los muñecos tienen algún chiste gracioso, o Pepper suelta alguna linea graciosa). El problema, es que conforme avanza la trama el filme se torna caótico, especialmente, al llegar el momento del concurso. Es aquí cuando Candy es más caótica y simplona. No digo que el filme no pueda verse, especialmente si hay fans de Eddie Murphy que quieran verlo en modo navideño, antes de que regrese a interpretar a Axel F. en la nueva "Beverly Hills Cop". Candy funciona todavía para estos días post navideños, especialmente por sus efectos visuales, lo único que la salva.
En PrimeVideo.

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