viernes, 15 de marzo de 2013

LINCOLN * * *

El gran Daniel Day Lewis como Abraham Lincoln.

Lincoln no es la gran película de Steven Spielberg que esperaba. Sin embargo, es una demostración del gran talento histriónico de su actor principal, el ganador del Oscar Daniel Day Lewis, quien domina y se roba la película sin mayor recato. No es tanto una biopic sobre el presidente número 16 de los E.U., sino el rescate del episodio que marco su periodo presidencial, y con ello, la historia estadounidense: el final de la Guerra de Secesión y la abolición de la esclavitud. Cada escena en la que aparece Day Lewis es una clase de actuación, una sobre cómo meterse, literalmente, en la piel del personaje. Tan minucioso fue su trabajo, que incluyó investigar acento y tono de voz, lo cual dicen los expertos en Lincoln, se acerca mucho a cómo pudo haber sonado el presidente Abe en sus discursos. En corto, la fuerza del filme radica en el gran trabajo que realiza el británico interpretando a Lincoln.

Además, el filme es una gran producción, que incluye un notable diseño de producción y ambientación. Vestuarios, escenarios, peinados, todo nos lleva como una máquina del tiempo a los 1860. A pesar de todo, Lincoln no me entusiasmó tanto cómo Amistad, aquella película de Spielberg que también trataba el tema de la esclavitud en el siglo XIX (ambientada 3 décadas atrás). Lincoln tiene una aproximación más de teleserie estilo HBO (a la John Adams, por ejemplo). La experiencia es como ver una teleserie de 2 horas y media. Es extremadamente dialogada, sin efectismos, poco clímax; en resumen, una película sumamente apagada dramáticamente, inclinándose más por la lección de historia que por el melodrama.

Amistad me entusiasmó mucho por su energía, su poder visual, imágenes evocadoras, y especialmente, por las grandes actuaciones de todo su reparto. Aunque Lincoln tiene a Daniel Day Lewis ofreciendo todo de sí, lo mejor de su gran talento, ni él ni otro gran actor que aparece en el filme, Tommy Lee Jones, interpretando a Thaddeus Stevens, el feroz político que impulsó la enmienda que puso punto final a la abolición de la esclavitud, consiguieron emocionarme. Sally Field (la cual se cuenta peleó mucho por conseguir el papel de la esposa de Lincoln) consigue una buena actuación, aunque también   se queda en un simple intento por dale vida a imágenes de museo. 

Tal vez hubiera sido mejor que Spielberg llevara este proyecto (basado en el libro de Doris Kearns Goodwin) a la pantalla chica, en forma de telefilme o miniserie, así como lo hizo con Band of Brothers, con todo y el gran Daniel Day Lewis en el reparto.

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