lunes, 31 de diciembre de 2007

DVD: SA SOM I HIMMELEN * * * 1/2

Por mucho se podría considerar al último filme del realizador y catedrático universitario Kay Pollack, Tierra de Ángeles (Så som i himmelen, Suecia, 2004), como la versión sueca de Mr. Holland’s Opus (Herek, 1995). La premisa argumental en el filme de Pollack, también tiene que ver con un director de orquesta y compositor, que encontrará nuevos aires enseñando música. El asunto se lleva a niveles melodramáticos insospechados. Daniel Daréus (Michael Nyqvist), un célebre director de orquesta, temperamental con sus músicos y acabado por una enfermedad terminal, sufre un infarto después de un concierto. Por ello, Daniel decide regresar a su pueblo natal, Norrland, al norte de Suecia, donde pasó una infancia no muy feliz al sufrir los abusos de los demás niños, mientras estudiaba música con el apoyo de su madre.

En Norrland, Daniel querrá vivir un retiro total y comprar la abandonada escuela primaria, hasta que sea contratado por un reverendo para dirigir al pequeño coro de la iglesia, empezando desde ahí los problemas para el compositor. Lena (Frida Hallgren), una chica empleada de una tienda y fanática de los ángeles, inmediatamente captará la atención de Daniel. Los problemas comienzan cuando el reverendo empiece a ver cómo el carismático director le robará toda la atención y el protagonismo entre todos sus feligreses. El trabajo de Pollack, quien a sus casi setenta años apenas a dirigido cuatro filmes, goza de atractivas actuaciones. Sin embargo, todo el asunto tan prometedoramente musical del principio, es opacado por la gran cantidad de personajes. Por su parte, el personaje de Daniel tiene un comienzo notable, para luego ir decayendo hasta convertirse en un tipo blando, sin la fuerza inicial y blandengue.

Pollack y sus guionistas darán a Daniel un tratamiento de personaje crístico, que sufre la incomprensión y desprecio de su comunidad. Su indefinido romance con Lena se alarga demasiado, en una película que supera las 2 horas de duración y un final estilo Hollywood, en el que un moribundo Daniel escucha a lo lejos, como si fuera un coro celestial, las voces que educó, en un concurso de prestigio internacional que tiene lugar en Viena, la capital musical de Europa. ¡Qué más se puede pedir!

++Disponible desde el 13 de junio. Incluye menús interactivos, acceso directo a escenas, ficha artística, ficha técnica, ficha de doblaje, trailer y Filmografías.

CINESPAÑA: MARÍA QUERIDA * * * 1/2

María Zambrano es, con seguridad, una de las intelectuales españolas de más prestigio, una de las mentes más lúcidas, que en su vejez citaba sin dificultad a Machado, a Cervantes y a otros grandes literatos. Filósofa, ensayista, poetisa, alumna de Ortega y Gasset, María Zambrano (Vélez-Málaga, 1904, Madrid, 1991), viajó con frecuencia a América, visitando países como México (donde conoció, por ejemplo, a Octavio Paz), Chile, Cuba, etc., hasta que terminada la Guerra Civil regresó a España, en donde vivió también en Barcelona y Valencia. María Querida (España, 2004), del realizador José Luis García Sánchez, es un sensible y a la vez serio homenaje a María Zambrano, encarnada magistralmente por Pilar Bardem, centrándose en sus últimos días de vida, visto a través de los ojos de una reportera y documentalista de televisión, Lola (María Botto).

Lola se abocará a la realización de un documental sobre Zambrano, luego de quedar atrapada por su personalidad e inteligencia durante una entrevista para televisión, hecha con motivo del premio Cervantes que le fue otorgado luego de estar 41 años en exilio. Desde ese momento, surge una gran amistad entre ellas, alimentada por la gran admiración de Lola hacia la intelectual anciana. Por supuesto, el personaje de Lola no será más que un pretexto perfecto para que la figura de Maria Zambrano se nos vaya revelando en todo su esplendor, utilizando el realizador todo tipo de material de archivo a su alcance (fotografías, extractos de filmes documentales, etc.), presentándola como un emblema de la lucha del pensamiento por encima de la fuerza en los tiempos críticos de la guerra civil, y una de las pocas intelectuales en decidir regresar a España después de acabada la guerra. Alguna vez le preguntaron porqué había regresado si se perdió la guerra, a lo que ella simple y llanamente contestó: “por eso mismo”.

El propósito de García Sánchez es que el espectador se acerque y conozca más la brillante vida y obra de María Zambrano, la verdadera protagonista de la película, quedando así el personaje de Lola opacado, teniendo un papel más funcional en la trama, ya que será quién nos narre en off la vida de Zambrano, los aspectos más importantes de su carrera como estudiosa y catedrática. Su desarrollo será convencional como personaje, pero Lola encontrará en el documental que realiza la que puede ser su gran obra, la que de sentido a su carrera y a su vida. Lola verá en Zambrano un icono a seguir y se convertirá en algo cercano a una obsesión, e incluso tratará de conseguir apoyo financiero acercándose a su ex marido (Juan Diego, en una pequeña actuación), un productor de cine que no le encontrará mucho sentido a financiar un filme que, con seguridad, a nadie le interesará.

María Querida bien pudo haber funcionado como un típico documental, basado en entrevistas y material de archivo, y la genialidad de Zambrano se nos hubiera revelado de la misma forma. Lo notable de la película será, desde el inicio, la interpretación de Pilar Bardem, seguramente el único motivo para haberle dado un formato de falso documental y poder constatar el gran talento de la veterana actriz.

viernes, 28 de diciembre de 2007

CINE ANIMADO: ARTHUR ET LES MINIMOYS * *

En Arthur y los Minimoys (Francia, 2006), dirigida por Luc Besson, es la adaptación de su libro infantil homónimo con el que debutó como escritor. No he leído el libro, por lo que no sabría decir que tan apegado ha sido el mismo Besson a su propia obra impresa, aunque no dudo que haya dejado de lado muchos episodios y que haya hecho cambios pequeños en la trama. Conociendo bien su propia obra, es seguro que Besson haya capturado bien la esencia de su historia. El relato no tiene mucha originalidad que digamos. Las estrellas de la cinta son unos duendes que ya hemos visto infinidad de veces, sólo que Besson decidió rebautizarlos como minimoys.

Ambientada en los años 1950, los minimoys habitan en el inmenso jardín de la casa de Arthur (Freddie Highmore, de “Finding Neverland” y “Charlie and the Chocolate Factory”), niño de 10 años que vive con su abuela (una eficaz Mia Farrow) en el campo, cuyos padres apenas y se acuerdan de él. Arthur admira las aventuras de su desaparecido abuelo, un explorador que trajo del África, registrado en su diario, la leyenda de los minimoys, a quienes, según cuenta la abuela, el anciano explorador fue a visitar sin que jamás se le volviera a ver, dejando además en ese mundo un tesoro de rubíes.

Un despiadado agente de bienes raíces quiere apoderarse de la casa para demolerla, a menos que el abuelo aparezca, acredite la propiedad y pague la hipoteca. Ni tardo ni perezoso, Arthur se decidirá ir en búsqueda del abuelo y del tesoro para salvar la casa, teniendo que esperar una noche de luna llena para poder abrir el portal que lo llevará al (ni tan) maravilloso y (ni tan) fantástico mundo de los minimoys.

Hay referencias por doquier: a Jumanji, a la premisa de Alicia en el País de las Maravillas (el aventurero que tiene que reducir su tamaño para acceder a una dimensión alterna) y en especial (quizás la más desilusionante) la enésima reelaboración de la premisa de Honey, I Shrunk the Kids (Joe Johnston, 1989), sobre el encuentro de humanos miniaturizado con el microscópico universo de los insectos. Transformado en un minimoy, Arthur iniciará su aventura junto al pelirrojo Betameche (voz de Jimmy Fallon) y la Princesa Selenia (voz de Madonna), enamorándose el precoz Arthur de esta última. En buena parte del filme, veremos sus fallidos intentos por conquistarla y llamar su atención, teniendo que llegar los tres hasta la guarida del maligno Maltazard (voz de David Bowie), lugar en donde se encuentra el tesoro del abuelo.

La notable manufactura visual y calidad de la animación, acaba desperdiciada por una historia que jamás se encuentra a la misma altura, aunque tenga uno que otro momento emocionante y personajes simpaticones, como Betameche. En lo personal, no creo que la cinta vaya a ser muy del agrado del público infantil, debido a sus referencias paródicas a cintas como Pulp Fiction (la simplona secuencia de la discoteca), o por ver al pequeño Arthur con las hormonas funcionando al máximo, en su permanente ligue con la atractiva Selenia. A ver qué tal vienen las próximas dos películas: La Venganza de Maltazard y La Guerra de los Dos Mundos, a estrenarse el 2009 y 2010, respectivamente.

DVD: LAST ORDERS * * * *

En Last Orders (Reino Unido-Alemania, 2001) un "pub" londinense servirá como centro de reunión para un grupo de entrañables amigos sesentones. La trama gira alrededor de Jack Dodds (Michael Caine, espléndido como siempre), carnicero de un barrio de Londres, cuya muerte reciente ha dejado un vacío en su círculo de amigos, formado por Ray (Bob Hoskins), ex gerente de una tienda de electrodomésticos y aficionado a las carreras de caballos; Lenny (el fallecido David Hemmings) boxeador aficionado y Vic (Tom Courtenay), dueño de una agencia funeraria. Los tres amigos deberán cumplir la última petición de Jack: Que sus cenizas sean arrojadas al mar, en el astillero de la ciudad de Margate, ya que en dicha localidad pasó su luna de miel con Amy (Helen Mirren), su esposa, sola y con la responsabilidad de cuidar a June, su hija, que padece retraso mental y vive internada en un hospital desde su niñez.

Dispuestos a cumplir su deseo, los leales amigos de Jack, junto con Vince (Ray Winstone), el hijo adoptivo de este, propietario de una agencia automotriz, subirán a un lujoso Mercedez Benz y emprenden el largo viaje hacia Margate.

Dirigida por Fred Schepisi, adaptación (hecha por el mismo realizador) de la novela homónima de Graham Swift (Book Prize 1996), Last Orders tiene una trama sencilla, reflejo de cómo la vida de los ex-combatientes de la Segunda Guerra Mundial, como lo son los miembros de este grupo de amigos, no es fácil después de haber prestado servicio al país. La historia principal está ambientada en la primera mitad de los 1980. Cada personaje, por medio de numerosos flash-backs, rememoran durante el viaje a Margate los buenos y malos recuerdos de su ya vieja amistad. Nuevas y añejas discusiones surgen; situaciones comprometedoras salen a la luz y servirán como un recurso catártico. Remembranzas desde que eran unos jóvenes soldados en la Segunda Guerra Mundial, hasta su madurez en los 1960, dan forma a este típico melodrama social británico, retrato de la vida del inglés promedio, que no será muy satisfactorio, pero no importa mientras se tenga una fuerte amistad y un cálido pub.

Con una realización sencilla, funcional y sin mayores complicaciones, una buena edición y ambientación, la película es un emotivo estudio sobre la hermandad y la amistad. Nuestros amigos no pararán (a menos que sea para tomar una cerveza), por más contratiempos que deban sortear, hasta llegar a Margate y cumplir la voluntad de Jack. Es inevitable cierto aire patriótico, como en esa visita al monumento para los soldados caídos, o la visita a la Catedral de Canterbury para conocer las tumbas de reyes medievales, sirven para hacer una revisión simbólica de la muerte, como una meta hacia la cual todo ser humano deberá llegar, metaforizado en ese largo viaje en automóvil, donde los eventos más importantes en las vidas de estos simpáticos señores desfilarán por sus memorias.

Schepisi no intenta plantear respuestas a cuestiones éticas y morales de la guerra, sino expresar una preocupación social por el futuro de sus sobrevivientes. Last Orders es una película que conmueve sin necesidad de recurrir al sentimentalismo lacrimógeno, con un excelente y maduro reparto que ofrece exquisitas actuaciones; un melodrama masculino formado por personajes resignados pero alegres, contentos y que ya aceptan la muerte como un hecho inevitable en sus vidas.

jueves, 27 de diciembre de 2007

DVD: SIGNS * * 1/2

Signs (E.U., 2002), el quinto largometraje del director de origen hindú M. Night Shyamalan, no presenta una trama del todo novedosa. En Buck County, cerca de Filadelfia, el otrora pastor religioso Graham Hess (Mel Gibson), se encuentra con una considerable área de sus sembradíos de maíz marcados por una especie de figuras geométricas gigantes, las famosas “señales” del título. Sus perros se comportan de manera violenta ante este fenómeno y la paranoia empieza cuando, por la televisión, Hess observa el mismo fenómeno en otras partes del mundo. Hess ha perdido la fe en Dios y en su vocación religiosa, debido a la violenta muerte de su esposa. Su hermano menor, Merrill (Joaquin Phoenix), ex-jugador de beisbol, ayuda a cuidarle a sus hijos, Morgan (Rory Culkin), enfermo de asma, y Bo (Abigail Breslin), encantadora y con una obsesión por el agua limpia.

The Sixth Sense (1998), me sigue pareciendo hasta ahora, el mejor filme de Shyamalan, gracias su gran manejo del suspenso y de una narrativa original. El problema es que Shyamalan, desde Signs, ya se muestra algo estancado en lo mismo: temas sobrenaturales con el giro final inesperado. Signs no ofrece nada nuevo al cine de ovnis y extraterrestres. Si acaso, lo atractivo sería en que nos presenta por primera vez estas señales en un filme de ficción, que en realidad sí han aparecido en varias partes de E.U. y se les ha atribuido un origen extraterrestre..

Sin embargo, el fenómeno de las “señales” tan sólo es un pretexto para el desarrollo de la clásica historia en el cine de Shyamalan, sobre el hombre discapacitado emocional, perdido y confundido, cuya situación se obscurece más por un fenómeno paranormal. Entre otras cosas, nos presenta un grupo de referencias a otros filmes del mismo tipo, como E.T. (Steven Spielberg, 1982) o War of the Worlds, situaciones poco creíbles (el pequeño Morgan se aprende de memoria casi todo un libro relacionado con el tema extraterrestre en unos cuantos días y el sólo mata a un perro enloquecido) y el humor simplón, mostrando a los adultos como tontos, mientras los niños son los que tienen que pensar por ellos (Esto último, a veces, no llega a ser tan descabellado).
Shyamalan rescata eficazmente una de las premisas de War of the Worlds, donde los medios de comunicación pueden crear, en cuestión de segundos, tremenda conmoción y pánico en la gente. Su manejo del suspenso aquí sigue siendo excelente, en deuda con Alfred Hitchcock en su tratamiento visual, efectos de sonido y banda sonora, con sustos garantizados y la acostumbrada aparición del realizador en el filme.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

APOCALYPTO * * * *


RUN RUDY RUN.  Rudy Youngblood como "Garra de Jaguar".

En Apocalypto (2006), largometraje de Mel Gibson, se aborda una de las culturas más fascinantes, complejas y universales, la cultura maya. Forjadores de un gran imperio, que se extendía desde el actual territorio de Yucatán, Quintana Roo y parte de Chiapas, en México; hasta Guatemala, Honduras y el Salvador, en Centroamérica, los mayas son tema de una película que ha provocado opiniones divididas en México, muchas de regusto nacionalista. En estas se considera que un realizador extranjero es incapaz de hacer una película sobre los mayas, además de considerar que el filme retrata a los mayas como unos “salvajes”.

Estamos ante una historia de ficción, que no puede apegarse, como documental, a la “realidad histórica". Los mayas, a pesar de toda su grandeza, realizaban sacrificios humanos, y tenían en la violencia un medio para realizar sus rituales religiosos. “Una gran civilización no es conquistada desde afuera, hasta que se destruye a sí misma desde dentro”, con esta frase, de W. Durant, Mel Gibson inicia su visión épica y espectacular sobre los mayas. 

En poco más de 2 horas, la película narra la historia de sobrevivencia de un joven, Garra de Jaguar (Rudy Youngblood), hecho prisionero, junto a otros aldeanos, por un grupo de cazadores-comerciantes de esclavos, luego de tomar por asalto su pacífica villa en medio de la jungla. Filmada en formato digital y hablada totalmente en dialecto maya, Gibson sigue la misma inquietud por el realismo vista en The Passion of the Christ (2004), su anterior película, la cual estaba hablada en arameo y latín.

Escrita por Gibson, en colaboración con Farhad Safinia, en la película se irán encontrando similitudes de carácter religioso con The Passion. Garra de Jaguar tiene ciertos aspectos “crísticos”, como la predestinación, el ser el elegido por una fuerza divina. Es más, Garra de Jaguar pasará por la dura prueba de tener que cargar con su propia “cruz”, atravesando media jungla mientras los esclavistas (tan terribles y crueles como los romanos de The Passion) lo atormentan en el recorrido. 

Una gran e impresionante ciudad maya (nunca identificada en la película) es mostrada como un caótico   y agitado centro urbano; azotado por sequías, enfermedad y pobreza. La ciudad se ve movida por el comercio de prisioneros, explotados como albañiles para la construcción de pirámides, o sacrificados y decapitados como ofrenda al dios Ku Kul Khan. Apocalypto tiene el toque gore visto en The Passion. Los sangrientos sacrificios lucen explícitamente violentos, muy reales, que servían más como espectáculo y diversión del pueblo. 

Quizás el fanatismo religioso, incluidas las enfermedades, la hambruna y la sed de expansión, fueron las causas que llevaron a la civilización maya a su hundimiento y misteriosa desaparición. Garra de Jaguar inicia su escape y será perseguido en la jungla, en un segundo acto dirigido y montado con mucho ritmo. Nuestro héroe, a manera de prueba iniciática espiritual, debe sortear una serie de peligros para probar su valentía y fuerza. Aquí vale señalar lo impresionante que lucen las escenas con animales (un jaguar, un simio, una serpiente), en una era en donde lo más fácil hubiera sido crearlos digitalmente. Gibson apuesta por lo auténtico, mostrando animales reales.

Además de huir, Garra de Jaguar debe regresar a su aldea para rescatar a su esposa embarazada, atrapada en una fosa junto a su pequeño hijo. La historia no es nada del otro mundo, pero es entretenida, emocionante y con dosis de humor, a pesar de que Gibson parezca seguir exhibiendo una  obsesión por historias fatalistas. 

No hay duda de que Apocalypto es un filme lleno de valores de producción:  admirable diseño de arte, estupendo vestuario; una hipnótica banda sonora a cargo de James Horner, incluyendo las buenas actuaciones del elenco, dentro de un gran casting en el que se combinaron tanto indígenas mayas como norteamericanos. El final está abierto a toda interpretación. ¿Qué representa para Gibson la llegada de los conquistadores a Mesoamérica: El optimismo religioso de una nueva era, o una llena de más destrucción y muerte?

DVD: ONE HOUR PHOTO * * *

En One Hour Photo (E.U., 2002), del director Mark Romanek, la familia Yorkin tiene todo lo que una familia podría anhelar: felicidad, dos padres de familia responsables, un buen hijo, casa bonita, alegría, etc. Al menos así lo reflejan sus fotografías familiares. La mamá (Connie Nielsen) es quien se encarga de llevar los carretes fotográficos a revelar, siempre al mismo negocio fotográfico, atendido por el perfeccionista Sy Parrish (Robin Williams, notable), quien tiene la responsabilidad de entregarles unas copias más que perfectas a sus clientes.

Sy debe sobrellevar los gajes del oficio, y ver las obsesiones fotográficas ridículas y absurdas de algunas personas (como los gatos), o sus perversiones. Además de ser obsesivo-compulsivo, Sy lleva una vida solitaria y triste, la cual gira en torno al negocio del revelado instantáneo. Lo que más anhela es tener una familia como los Yorkin, la cual representa el prototipo de familia ideal para él. Sy pronto se dará cuenta que esa "fotogénica" felicidad es sólo aparente, cuando luego de revelar uno de sus rollos descubra que el marido le pone los cuernos a la pobre señora Yorkin.

Cámara en mano, Sy comenzará a acosar a los Yorkin para meterse hasta el rincón más íntimo de su hogar, y también para darle un escarmiento al padre infiel por ser el causante de que esa idílica felicidad quedara destruida. Como película de suspenso, One Hour Photo falla en muchos aspectos. Todo el buen suspenso armado en la primera mitad, cae fatalmente en la segunda mitad debido a un desarrollo demasiado simple y fácil. Se nota que Romanek no quiso demasiadas complicaciones, dejando que la trama avance a paso seguro.

La película, para colmo, tiene escasos momentos inquietantes, aunque se agradece que la historia no sea tan predecible como uno pudiera imaginar. Entre los puntos rescatables, vale mencionar la actuación de Robin Williams, que logra transmitir perfectamente el pathos de su personaje en todos los aspectos, un buen trabajo fotográfico de Jeff Cronenweth, de composiciones muy equilibradas, y el diseño de arte, que logra reflejar el perturbado y, al mismo tiempo, perfeccionista, ordenado y limpio universo de Sy (el supermercado y su casa).

Con todo, One Hour Photo se queda a medio camino, aunque vale la pena revisarla si uno quiere apreciar una de las mejores actuaciones de Robin Williams.

martes, 25 de diciembre de 2007

CINESPAÑA: NOVIEMBRE * * * *

“El arte es un arma cargada de futuro”, es la frase alegórica y subversiva que cierra Noviembre (España, 2003), segundo largometraje del actor y realizador madrileño Achero Mañas (el primero fue El Bola/2000, relato de un niño maltratado por su padre), un falso documental intenso, que al principio nos toma desprevenidos por el tono serio con el que un grupo de maduros actores de teatro, narran desde el año 2040 frente a la cámara sus experiencias, primero como estudiantes de teatro, desencantados del encierro académico que representaba para ellos su escuela, para luego formar un grupo de teatro experimental, dispuestos a romper con todo lo establecido.

La historia arranca en 1998. Alfredo (el catalán Oscar Jaenada) ha llegado a Madrid desde Murcia, dejando detrás a su familia para estudiar teatro con un maestro (Héctor Alterio), que desde el principio lo pondrá a prueba con cuestiones que pueden resumirse en una sola: ¿Por qué estudias teatro? A pesar de dar una respuesta sincera, Alfredo decide, junto a su compañera, Lucía (Ingrid Rubio), y otros amigos, dejar la escuela para desarrollar y ampliar los que hasta ahora eran simples ejercicios callejeros, pequeñas rutinas cómicas teniendo como público a curiosos transeúntes.

Bautizado como “Noviembre” (“después de la revolución de Octubre, está la de Noviembre”, sentenciarán), el grupo se irá consolidando como un proyecto experimental llevando a cabo, ya sea en plazas, en las aceras, dentro del metro, en callejuelas muy transitadas, sus sofisticadas rutinas de teatro conceptual, teniendo dentro de su manifiesto como regla principal el jamás cobrar un solo centavo por su trabajo. Al principio, las rutinas del grupo se caracterizarán por lo caótico y simplón, haciendo tonterías, juegos y bromas a la gente; realizando performances disfrazados y teniendo que enfrentar a la policia. Poco a poco irán evolucionando de provocadoras actuaciones con una carga crítica política y social, a tremendos excesos aún más provocadores, como el escenificar un asesinato en la calle a plena luz del día y frente a gente desprevenida.

Los rostros de los actores narrando solemnemente la historia del ascenso y la trágica caída del grupo, no son muy conocidos (a excepción de Juan Diego), cosa que le da un toque más realista al filme. Achero Mañas demuestra una gran habilidad para equilibrar su “documental”, que para darle todavía más realismo muchas de las actuaciones callejeras se hicieron con los actores frente a un público real, para captar sus expresiones naturales, algunos molestos, otros desconcertados y la mayoría divertidos (la escena del arresto por la policia es de lo mejor).

En resumen, el filme es un intrigante, amargo y desencantado relato, no exento de momentos divertidos, sobre la búsqueda del verdadero arte teatral e histriónico, con un discurso revolucionario que, si bien su final puede sentirse chantajista, nos deja con interesantes reflexiones sobre lo endebles que pueden ser los límites entre la actuación y la realidad misma. Entre lo más destacado de la cinta, además de las actuaciones, es la eficaz realización de Mañas, así como la edición de Nacho Ruíz, que logran un filme equilibrado y tenso al mismo tiempo. Uno de las mejores películas españolas del 2003.

++ ”Noviembre”ganó en San Sebastián el premio del jurado joven y tres nominaciones al Goya: Mejor Maquillaje y Peinados, Mejor Nuevo Actor para Oscar Jaenada, y Mejor Diseño de Vestuario.

CINE ANIMADO: JIM AND THE GIANT PEACH * * * *

Basada en uno más de los exitosos libros infantiles de Roald Dahl, Jim and the Giant Peach (Reino Unido-E.U., 1996) junta de nueva cuenta a la mancuerna formada por Tim Burton, en la producción, y al animador Henry Selick, luego del éxito que tuvieron con The Nightmare before Christmas (1993), magnífico relato animado de humor negro que festejaba sin reparos al Halloween, visto aquí como un mundo poblado de monstruos y fantasmas, antagónico por completo a la -según el filme- más cursi y dulce Navidad.

Al igual que en The Nightmare before Christmas, esta adaptación del libro de Dahl fue hecha con una fina animación stop-motion (es decir, figuras animadas fotografiando sus movimientos cuadro por cuadro), con una parte del filme hecha con actores reales, al principio y al final, y una secuencia animada en dos dimensiones. Como sucedió en The Nightmare..., queda claro en Jim and the Giant Peach que la mente creativa detrás de todo el concepto, siempre ha sido Tim Burton, mientras que Selick aporta su experiencia técnica y visión para tener ese depurado e impactante acabado. En ese sentido, la película era mucho más lograda y entretenida en su parte animada, que en la protagonizada por actores, a pesar del buen reparto elegido.

Jim (Paul Terry) es un niño condenado a vivir con sus horrendas, brujeriles y nefastas tías (Joanna Lumley y Miriam Margolyes), luego de que sus padres, según cuenta Jim, murieron atacados por una gran nube con forma de rinoceronte. El sueño del desdichado Jim, maltratado y esclavizado por sus tías, es viajar a Nueva York, como algún día en una soleada playa, le prometieron sus padres. Cierta noche, un misterioso “anciano” (Pete Postlethwaite), le regala a Jim unos gusanos mágicos, que luego de caer accidentalmente en la tierra, harán que el único durazno de un árbol crezca y crezca, hasta alcanzar proporciones gigantescas.

Por supuesto, las tías querrán hacer negocio con el durazno gigante, cobrando para que la gente lo vea. Sin embargo, Jim se convertirá en un personaje animado, al ingerir un pedazo de durazno con un gusano, introduciéndose dentro de la gigantesca fruta para encontrarse con un grupo de insectos gigantes: un refinado saltamontes (voz de Simon Callow), una catarina (Jane Leeves), una luciérnaga (Miriam Margolyes), una atractiva araña francesa (Susan Sarandon), un ciempiés de mucho mundo (Richard Dreyfuss) y una lombriz cobarde (David Thewlis), con quienes emprenderá la huída de las tías hacia Nueva York, sobrevolando el océano en el durazno, tirado por unas gaviotas.

El filme es un musical con canciones que tienen como tema principal el poder de los sueños y no rendirse para alcanzarlos, en un viaje de aventuras que enseñará a Jim el valor del trabajo en equipo (por más heterogéneo que este pueda ser) y, lo más importante, habrá de superar sus miedos, representados en la forma de esa temible nuble-rinoceronte que arroja relámpagos.

En cuanto a su parte visual, Jim and the Giant Peach llega a rozar lo surrealista. La imagen e idea de un gran durazno volador jalado por gaviotas, se antoja cercana a los sueños escapistas de un niño, que como Jim, debe luchar usando más su inteligencia que fuerza contra un enorme pez mecánico que arroja pequeños y letales peces metálicos, o los piratas fantasma (por ahí se verá un cameo del Jack Skelington de The Nightmare...) de un barco hundido en el mar, o esa nube rinoceronte (la pequeña secuencia animada en 2D hecha a base de fotomontajes, es delirante y magistral), etc. ayudado por sus amigos insectos, los verdaderos protagonistas del relato, que lleva el característico humor negro de Roald Dahl y Tim Burton.




lunes, 24 de diciembre de 2007

EL HOLLYWOOD DE AYER: IT'S A WONDERFUL LIFE * * * * *

Si hay un clásico navideño, junto a las múltiples adaptaciones de la dickensiana “A Christmas Carol”, ese es sin duda It’s A Wonderful Life! (E.U., 1946), de las obras maestras de Frank Capra. De hecho, no deja de haber mucho de la historia escrita por Dickens en la película de Capra, en su tema de ajuste de cuentas existencial que su personaje, George Bailey (estupendo James Stewart) debe hacer con su vida el día de Navidad. La película de Capra tuvo que esperar a que el tiempo le hiciera justicia. En el momento de su estreno, el público la consideró como un simple cuento de hadas. Sin embargo, con el paso de los años, el filme pasó a ser uno de los trabajos clave de Capra, y una cinta imprescindible para muchos por estas fechas (como para su servidor), cuya transmisión en la televisión de Estados Unidos en las vísperas de Navidad nunca puede fallar.

En It’s a Wonderful Life! la Navidad sirve como un invernal escenario para desarrollar la historia de George, narrada desde el inicio por Dios a un ángel, Clarence (Henry Travers, genial en su corta actuación), que luego de esperar 200 años para tener sus alas, la oportunidad de ganárselas llega con la misión de salvar el alma de Bailey.

“Mira ese rostro, apréndetelo, porque es el rostro de un ganador”, le dirá Dios a Clarence, mientras vemos la imagen del alegre gesto de George, que nació, creció y maduró en el pueblito de Bedford Falls. Alegre y optimista, George padece desde niño sordera en el oído izquierdo, por tener que salvar a su hermano de ahogarse en el agua helada de un lago. Capra deja lucir su maestría narrativa, desplegando en pantalla los aspectos más entrañables en la vida de George, un hombre que parece destinado a triunfar y hacer siempre lo correcto, como salvar de ser envenenada a una señora por el error de un farmacéutico.

En una de sus mejores actuaciones, James Stewart (actor fetiche de Capra) es capaz de dotar de infinidad de matices al personaje de George, deseoso de salir del pueblito y comerse al mundo, cosa que nunca puede hacer por encargarse del negocio de su fallecido padre, una cadavérica agencia hipotecaria a punto de quebrar, de lo contrario, el ambicioso señor Potter (excelente Lionel Barrymore), un capitalista a más no poder y socio principal, la administrará por caminos ajenos a las intenciones de los Bailey.

Cuando las cosas estén insostenibles en el negocio para George, luego de echarse encima una deuda con el banco de 8 mil dólares, se sentirá inconforme en su matrimonio con Mary (Donna Reed, bellísima como siempre) y sus 4 hijos. Desesperado, George no verá otro camino que el suicidio, momento en el que entrará Clarence para detenerlo y cumplirle su deseo: No haber nacido jamás. George vivirá así unas horas tormentosas, al ver que en el pueblo nadie lo conoce y las vidas de sus amistades son otras, incluso la de Mary.

Capra pudo colar en esta entrañable historia sus ideas socialistas, y lanzaba también, por supuesto, su habitual crítica al capitalismo. Y lo genial del relato radicaba en su delirante giro argumental, que convertía el melodrama familiar en un relato fantástico, sin dejar de ser encantador a pesar de lo inquietante que se tornaban las cosas para George.

Basada en un pequeño relato escrito por Philip Van Doren Stern, adaptada por el mismo Capra y los guionistas Frances Goodrich, Albert Hackett y Jo Swerling, la cinta, con todo y sus momentos dulces y melodramáticos, no dejaba de ser consistente en su trama, dura en todo lo que acontecía a sus personajes, con un eficaz reparto secundario. Capra daba en el clavo en la premisa acerca de cómo una simple vida influye en otras. George no pudo realizar sus sueños de juventud, y el mensaje de la película era claro: ser feliz con lo que a uno le toca, aceptar las decisiones buenas y malas, y lo que uno cosecha en la vida. Así, sin más.

DVD: REIGN OF FIRE * * 1/2

En Reign of Fire (Reino Unido-Irlanda-E.U., 2002) veremos dragones peleando contra helicópteros y paracaidistas intrépidos, cosas que sólo se veía en las clásicas películas serie "B", como en las que Godzilla aviones, ciudades y todo lo que aparecía frente a su camino, y de ahí, la lista es interminable. Dirigida por Rob Bowman, Reign of Fire entra sin problemas en esa categoría de películas serie "B" de desastres y fantásticos, con el detalle que esta respalda por una estupenda producción.

Aquí, los dragones son un pretexto para desencadenar una trama sin muchos pies ni cabeza, ni bases dramáticas muy sólidas, pero que acaba siendo entretenida si uno va con la actitud necesaria y, en especial, si es fanático de inusuales mezclas genéricas. En la Gran Bretaña de la actualidad, un niño despierta por accidente a un dragón, que dormía bajo los terrenos de una construcción, por andar de curioso dentro de unas excavaciones. Dicho acontecimiento, será suficiente para desencadenar una era apocalíptica de proporciones dantescas.

El guión tiene el problema de ser demasiado débil. En los protagónicos tenemos a Christian Bale y a un irreconocible Matthew McConaughey, el primero interpretando a Quinn Abercombry, el mentado niño, ahora como el líder de una comuna atrapada en un escenario ruinoso, decadente y desértico estilo Mad Max, que no sabe qué demonios hacer con la plaga de dragones que se ha desatado; mientras el segundo, será el clásico militar-yanqui-desquiciado, que ha aparecido de la nada acompañado de un grupo de militares expertos cazadores de dragones, para ayudarles a eliminar a los dragones.

Entre los rescatable de la película, tenermos unos notables efectos especiales, un buen diseño de producción y dirección fotográfica a cargo de Adrian Biddle (notable en 1492, Conquest of Paradise/Ridley Scott/1992), haciendo un hábil uso de filtros azules en la primera mitad. De los 105 minutos que dura la película, los dragones aparecen escasos 20 minutos, y casi siempre lejanos. Como sea, Reign of Fire cubrirá las expectativas de los aficionados al género "B", pero desilusionará a los que prefieren aquellos filmes fantásticos más clásicos, con dragones destruyendo castillos y peleando con caballeros armados y hechiceros.

viernes, 21 de diciembre de 2007

EL HOLLYWOOD DE AYER: ALL THROUGH THE NIGHT * * * *

Fueron pocas las veces que el actor de origen húngaro y de ojos saltones Peter Lorre, coincidió en pantalla con Humphrey Bogart. La más memorable fue The Maltese Falcon (John Huston, 1941), y con ello Peter Lorre se fue consagrando como uno de los actores más versátiles, que ofrecía villanos completos cuando le tocaba hacer esta clase de papeles. All Through the Night (E.U., 1941) tuvo su estreno en una época delicada, en plena Segunda Guerra Mundial, debido a su tema: el espionaje de nazis infiltrados en las principales ciudades estadounidenses, situación que llegó a causar la misma paranoia en los E.U. que el terrorismo en la actualidad.

Lorre interpretaba a un espía nazi, Pepi, escondido tras la facha de un pianista en un club nocturno, acompañando a una guapa cantante, Leda Hamilton (Kaaren Verne), también involucrada en las actividades de los nazis en Nueva York. Humphrey Bogart encarnaba a un apostador aficionado a las carreras de caballos, Gloves Donahue, fanático –como quien esto escribe-, del buen pastel de queso, por cierto, muy exigente en su preparación.

Estamos ante uno de los mejores films noir de principios de los 1940. El argumento de Leo Rosten y la dirección de Vincent Sherman, entremezclaba genialmente tonos y géneros, para conseguir un filme tan entretenido como intrigante, en la frenética búsqueda que emprende Donahue para averiguar quién es el asesino de su repostero favorito, es decir, el que mejor preparaba su pastel de queso, investigando de paso a la enigmática y atractiva Leda, de quien, claro, quedaba prendado.

La cinta de Sherman, con un guión escrito por Edwin Gilbert y Leonard Spigelgass, era también una historia detectivesca, que audazmente introducía elementos cómicos, sin que en ningún momento se sintieran fuera de lugar, por ejemplo, en ese entrañable personaje de la madre de Donahue (interpretado magníficamente por Jane Darwell), cuya especialidad era aparecerse en los momentos cruciales de la investigación, permitiéndose incluso lanzar hipótesis nada descabelladas. De hecho, Ma Donahue, la mamá en cuestión, era quien en buena medida ayudaba a resolver el misterio.

Hablando de buenas actuaciones, también destacaba la presencia del reparto secundario, en los compañeros que siguen fielmente a Donahue como su mente maestra, resultando graciosos y no torpes ni insoportables: Jackie Gleason en el papel de Starchie, Frank McHugh como Barney, así como la temible presencia histriónica de Conrad Veidt, interpretando al jefe del grupo nazi Hall Ebbing, haciéndose pasar como el director de una casa de subastas.

Como su título indica, toda la acción se desarrolla en una sola noche. Si hay algo también destacable en la realización de Sherman, es su capacidad para mantener un ritmo ágil en todas las acciones que tenían lugar esa noche. Lo importante en su momento de All Through the Night, es que era un filme que nos transporta desde sus primeras escenas a la situación crítica y el clima de inseguridad que se vivía en los Estados Unidos con el espionaje alemán, sin dejar de lado por ello un tono relajado y entretenido.

DVD: LANTANA * * * *

Lantana (Australia-Alemania, 2001), dirigida por Ray Lawrence, con una adaptación del guionista Andrew Bowell de su propia obra teatral, es un complejo pero bien estructurado melodrama de suspenso, que desde sus primeros minutos nos invita a desentrañar el misterio que presenta. En la primera escena, la cámara se abre camino entre árboles y maleza, hasta que el ambiente se torna más asfixiante, obscuro, hasta mostrarnos, parte por parte, el cadáver de una mujer, empezando con los pies y terminando con una de las manos, con una argolla matrimonial en el dedo y heridas por todos lados. ¿Ha sufrido un accidente o ha sido asesinada?

Leon Zat (Anthony LaPlagia), es un oficial de narcóticos desencantado con su vida de esposo y padre de familia. De carácter violento, agobiado por la crudeza de su trabajo, Leon tiene una aventura amorosa con Jane (Rachel Blake), su compañera en las clases de baile a las que asiste, a regañadientes, con su esposa Sonia (Kerry Armstrong). Por otro, tenemos a Valerie (Barbara Hershey), psicoterapeuta que sobrelleva con su marido, John Knox (Geoffrey Rush), abogado de carácter seco, la muerte de su pequeña hija. Los únicos que mantienen un matrimonio feliz y estable, a pesar de sus problemas económicos, son Nick Damato (Vince Colosimo) y su esposa; vecinos de Jane. Estos tres micro-universos quedarán enlazados por varias circunstancias, a través de encuentros agradables y otros no tanto.

La película muestra cómo estas tres parejas, diferentes entre sí por sus estratos sociales, sobrellevan y sobreviven a sus problemas. En Sonia y Leon será la infidelidad de éste y la drogadicción de uno de sus hijos; Valerie y John la muerte de su hija y la posible infidelidad de éste último, según Valerie, con uno de sus pacientes, un joven homosexual que, de hecho, lleva una relación con un hombre casado. Por último, Nick y su esposa deberán afrontar la posible responsabilidad del primero en la misteriosa muerte de la mujer que vimos al inicio.

Cabos que se atan y desatan en la vida de cada uno de los personajes, arman desde el comienzo el suspenso alrededor de sus grises existencias, para finalizar en un drama de donde nadie saldrá inmune, al menos, psicológicamente hablando. Las actuaciones de todo el reparto son magníficas, producto de la buena dirección de Lawrence, que logra involucrarnos de manera efectiva en la intimidad y problemas de cada uno de los personajes. Si bien los diálogos dejan, en ocasiones, entrever un tono aleccionador y moralizante (se puede extraer que sin confianza un matrimonio difícilmente se sostiene), funcionan bien gracias a que resultan creíbles, dentro del contexto social de cada pareja.

Lantana es un retrato bien perfilado acerca de las crisis matrimoniales, y en ese sentido, el asesinato de la mujer será una suerte de “mcguffin” muy funcional como el detonante de las tensiones y conflictos de las parejas, bien descritos en el guión de Bowell en su lograda construcción y caracterización de sus personajes.

jueves, 20 de diciembre de 2007

CINESPAÑA: SIN VERGÜENZA * * * 1/2

En Sin Vergüenza (España, 2001), el realizador catalán Joaquim Oristrell sigue demostrando que su especialidad es la comedia de enredos, como puede verse en sus guiones escritos para El amor perjudica seriamente la salud (1996), Novios (1999), Inconscientes (2004), etc. Aunque en ese sentido Oristrell es mejor guionista que realizador, Sin Vergüenza es una película que en el aspecto visual resulta lograda y muy atractiva, en tanto su dirección de actores es aceptable, logrando manejar a su amplio reparto, a pesar de ciertas dificultades.

Los filmes de Oristrell podrán dejar entrever una tendencia al caos en su narración y montaje, pero acaban funcionando como efectivas y entretenidas comedias románticas, pobladas de personajes histéricos y mujeres huyendo y enfrentándose a hombres inseguros e inestables, es decir, amores con una gran dosis de locura en camino a encontrar un orden.

Isabel (Verónica Forqué) es un directora y maestra en una escuela de teatro, que hace muchos años vio frustrados sus intentos de convertirse en actriz. Un día se topará con un guión de cine, y decidirá robarlo al ver que un importante director, Mario (el mexicano Daniel Giménez Cacho), lo filmará. Isabel está dispuesta a realizar un casting, con la ventaja de conocer con anticipación la historia completa.

Sin embargo, las cosas se irán poniendo difíciles cuando descubramos que Isabel tuvo un romance con Mario tiempo atrás, por lo que ambos no podrán verse sin empezar a discutir y a recriminarse cosas del pasado, retrasando el rodaje de la película, de hecho, basada en su antiguo romance. La actual novia de Mario (Candela Peña) se encuentra presionándolo para tener el protagónico en el filme, ante la mirada sospechosa de sus allegados, ya que el director se encuentra haciendo una cuidadosa búsqueda de la actriz ideal. El novio de Isabel (Jorge Sanz), mucho más joven que ella, no hará más sencillas las cosas, debido a que, para colmo, no tiene una buena relación con la hija de aquella, quien está deseosa de saber quién es su verdadero padre.

La historia es por demás predecible, pero en lo que llegamos al explosivo desenlace, los enredos y conflictos entre Isabel y Mario irán dando cuerpo a una película disfrutable, gracias al trabajo de su consistente reparto. Oristrell vuelve a tener como fondo los temas del cine y el teatro, con sus actrices habituales, como Candela Peña y Verónica Forqué, estupendas, mientras que al mexicano Daniel Giménez Cacho, a pesar de su buena actuación, se le notan problemas con su acento español, ya que luego se le olvida y acaba hablando con su acento mexicano el resto de la cinta.

Por encima de estos detalles, queda una comedia que puede verse como una reflexión en torno al teatro, al cine y al verdadero y más profundo oficio del actor, aunque muy lejos de ser la mejor y más lograda película de Oristrell.

DVD: LE PACTE DES LOUPS * * * *

En El Pacto de los Lobos (Le Pacte des Loups, 2001), del realizador Christophe Gans, tenemos a un ser bestial sembrando el terror en la Francia pre-revolucionaria del siglo XVIII. La historia está basada en hechos reales y documentados, sobre una bestia que asesinó a decenas de campesinos en la provincia de Gévaudan. El año es 1764. Grégoire de Fronsac (Samuel Le Bihan), biólogo y naturista de la corte de Luis XV, y su fiel acompañante Mani (Mark Dacascos), brujo y curandero indio Mohawk, proveniente de las colonias francesas en América, son enviados por el rey para apoyar en las investigaciones y cacería de la que es conocida, simplemente, como "la bestia", e incluso el mismo ejército ha fracasado en su intento por capturarla y matarla. Es la época de la Ilustración, de la razón, representada por de Fronsac, que verá obstaculizada su cacería por el decadente burgués Jean-Francois de Morangias (Vincent Cassel).

Fascinante relato fantástico de principio a fin, El Pacto de los Lobos es un cóctel genérico bien preparado: inquietante thriller psicológico, combinado con horror gore y una clásica trama detectivesca, y por si fuera poco, artes marciales en unas peleas magníficamente coreografiadas y dirigidas, que tienen lugar cada vez que un montón de maleantes hacen enojar al indio Mani, no nada más experto en chamanismo, brebajes y demás hechicerías, sino en... ¡kung-fu! En pocas palabras, anacronismos que, sin sentirse fuera de lugar, hacen más interesante la experiencia de ver esta espectacular película, concebida como un moderno cómic gótico.

La serie de investigaciones llevadas a cabo por de Fronsac y Mani, acompañados por un joven noble, Thomas d’Archer (Jérémie Renier), evocan un suspenso del tipo de El Nombre de la Rosa (Jean-Jacques Annaud, 1984), en donde todos los personajes serán sospechosos hasta que se demuestre lo contrario. De los aspectos a elogiar es el trabajo de edición, en especial en las peleas de karate y los momentos en que la bestia está a punto de matar a una infortunada víctima (todas bellas e inocentes campesinas), en el que Gans hace un inteligente uso de ralentis y puntos de vista a ras de suelo, al igual que la fotografía de Dan Laustsen, basada en muchos primeros planos y desenfoques. La hipnotizante banda sonora, de música campirana y regional francesa, creada por Joseph Loduca, complementa una lograda ambientación de época.

En definitiva, dado su contexto histórico, el filme debe apreciarse sin tomarse muy en serio, y puede leerse como una metáfora de la decadencia social, cultural y política de Francia en plena época ilustrada. La "bestia" es creada por la burguesía para borrar del mapa a los pobres e ignorantes habitantes del campo, en una película visualmente impresionante y entretenida, con un reparto igual de espectacular que se amplia con Monica Belluci, como una sensual prostituta-espía, Jaques Perrin como el narrador-escritor de la historia y Emilie Dequenne, como la noble Marianne de Morangias.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

TRISTRAM SHANDY: A COCK AND BULL STORY * * * 1/2

Rob Brydon y Steve Coogan
Tristram Shandy: A Cock and Bull Story (Reino Unido, 2005), largometraje número 15 del realizador británico Michael Winterbottom, es una muy personal visión sobre el inclasificable, humorístico y revolucionario libro de Laurence Stern, “The Life and Opinions of Tristram Shandy, Gentleman”, publicada en el siglo XVIII, en 9 volúmenes a lo largo de una década, que causó no poca controversia por su narrativa fragmentada y no lineal, su cáustico humor en doble sentido y su original diseño editorial: tipografías en distintas escalas y algo que en su época fue tan chocante como intrigante: una página completamente negra.

El título del filme (que alude a uno de los episodios finales de la obra), es una expresión que se usa para calificar una historia o anécdota inventada y graciosa. Literalmente, se traduce como “Historia sobre un Gallo (o pene, en doble sentido) y un Toro”, y como será de esperarse, los chistes en doble sentido serán el punto central alrededor de la traumática y chusca existencia de la familia Shandy.

El protagonista, Tristram Shandy (Steve Coogan), nos introduce en sus orígenes y vida familiar, recorriendo su palaciega residencia campestre. No estaremos frente a una adaptación completa del libro de Stern, tarea por demás complicada debido a que The Life and Opinions... es considerado como un libro imposible de adaptar al cine (al igual que la literatura de Joyce, por ejemplo, muy influida por Stern).

El asunto tomará un giro de 180°, para transformarse en un falso documental sobre el “detrás de cámaras” de una hipotética adaptación al cine de “Tristram Shandy”. La película es un caótico intento por hacer un somero análisis, en tono de comedia, sobre la obra de Stern, todo desde el punto de vista de Steve Coogan, mezclando entrevistas reales sobre la filmación, bromas entre él y Rob Brydon, quien interpreta al Capitán Toby Shandy, hilarantes y surrealistas escenas en las que Coogan debe entrar en una enorme matriz de utilería para representar el nacimiento de Shandy, una escena de batalla que no sale al “realizador” (Jeremy Northam) como debiera. En resumen, una parodia sobre la falta de pericia del director y demás involucrados para intentar conseguir, con un bajísimo presupuesto, la que al final resultará ser una imposible adaptación del libro.

Me pregunto cómo hubiera quedado una película como esta en manos de un director más imaginativo y audaz como, por ejemplo, Spike Jonze (se titularía tal vez “¿Being Steve Coogan?”). Algo mejor, sin duda, que este irregular experimento de Winterbottom, que después de un inicio bastante atractivo baja sus fuerzas, debido a que el libro de Stern no es más que un pretexto para presentarnos un alter ego idealizado y sentimental de Steve Coogan, amigo de Winterbottom y protagonista de una de sus mejores cintas, 24 Hour Party People (2002).














DVD: HATUNA MEUHERET * * * 1/2

La Mujer de mi Vida (Hatuna Meuheret; Israel-Francia, 2001); magnífica y brillantemente resuelta película israelí, trata temas como el amor, la dependencia emocional, los lazos afectivos, los prejuicios, etc., en una historia sencilla, directa, con personajes que destilan mucha fuerza. Su protagonista, Zaza (Lior Ashkenazi, de Caminar sobre el Agua), joven estudiante de filosofía georgiano, padece por el hecho de que sus padres están buscándole una pareja para casarlo, sin que éstos sepan que mantiene una relación en secreto con una mujer divorciada, mayor que él y con una hija.

Las dificultades para Zaza vendrán cuando entre en el debate moral de decidir si obedece a sus padres o defiende su actual relación, tal vez no la ideal o la más perfecta a los ojos de su familia, pero al final, con la que es más feliz. Sin embargo, Zaza no podrá evitar el verse manipulado por sus tradicionalistas padres, soportando los arranques histéricos y melodramáticos de su madre, el férreo apego a las tradiciones de su estricto padre.

Dirigida por el realizador georgiano Dover Koshashvili, la película tiene tintes de humor que sirve para relajar la tensa situación de Zaza. A través de una gran galería de personajes: ancianos que representan el apego a las tradiciones, en tanto los jóvenes están ahí para tratar de romperlas y evolucionar, el director transmite cómo se vive el amor en cada una de estas etapas, y no siempre será miel sobre hojuelas, ya que si algo tiene en común el amor sin importar la edad de quienes lo experimentan, es que siempre se llora, se sufre, no siempre se acepta al ser amado como tal, se le necesita a cada momento. En ese sentido, la escena que abre el filme es muy enfática al respecto, dónde una esposa baña a su anciano marido, en medio de las quejas y groserías de éste.

A través de un guión sin muchas complicaciones, tenemos una película muy humana en toda la extensión de la palabra, sobre la complejidad de las relaciones familiares y románticas. La resolución está lejos de ser el happy-end que pudiera predecirse, dejando ver que el peso de las tradiciones fue el que pudo más en Zaza. En la penúltima escena, el padre de Zaza se lava las manos en el baño y entrega a su hijo, mientras este, confundido, se mira al espejo con la corbata desanudada, minutos antes de salir a enfrentar un destino que no era el que tenía planeado. No nos queda más que desearle lo mejor.

martes, 18 de diciembre de 2007

CLÁSICOS DE CLÁSICOS: A BUSY DAY * * *

Este corto dirigido por Chaplin para la Keystone en 1914, es muy parecido a Kid Auto Races at Venice (del mismo año), en el que Charlot irrumpía en unas carreras para coches de madera conducidos por niños. La diferencia es que en A Busy Day, el corto no gira en torno a un mismo gag, como en Kid Auto Races, es decir, lo chistoso que resulta Chaplin molestando a un director de cine (nada menos que Mack Sennet) que intenta filmar las carreritas, mientras Charlot se cruza frente a la cámara, haciendo rabiar al director hasta casi llegar a los golpes. En Kid Auto Races todo parecía ser improvisado (como si se tratara de un programa moderno de “cámara escondida”), con Chaplin impidiendo que se llevara a cabo la filmación de las carreras.

A Busy Day no trataba nada más de eso, y lo hilarante era que aquí Chaplin se disfrazaba de mujer por primera vez, para interpretar a la esposa celosa de un hombre coqueto (Mack Swain). La acción tiene lugar frente a un desfile real, llevado a cabo en California, y lo curioso es que a todo el reparto de la Keystone se le encargó ir a escenificar esta comedia en medio de este acontecimiento real. Los resultados, aunque disparejos, son sumamente chistosos.

La esposa celosa empieza a molestar a un director de cine, que se encuentra filmando el desfile (Mack Sennett de nuevo, además directivo de la Keystone), y por supuesto, empieza la pelea entre éste, la esposa y un policia que entra a escena. Mientras, el esposo se encuentra ligando a una atractiva chica.

Al final, todo este experimento fílmico se descarriaba con la caída de Chaplin al agua en la playa, pero en su cortísima duración (tan sólo 6 minutos), los que acababan divirtiéndose más era la gente común y curiosa, al igual que los miembros de una banda musical, frente a la que Chaplin se puso a pelear con el policía. Al final, quedaba una simple pieza curiosa, montada sin mucho cuidado, donde lo más rescatable era ver a Chaplin travestido, un hecho de antología en su carrera, haciendo dramas frente a la cámara, lloriqueos, berrinches y demás gestos graciosos.

DVD: BAD COMPANY * 1/2

Si algo demuestra un filme como Bad Company (E.U., 2002), es cómo se sigue explotando hasta el hartazgo la fórmula de las buddy-movies policiacas, es decir, policia- blanco y colega negro. Además, lo que es repetitivo aquí es que el compañero negro siempre asume el rol segundón y de servilismo hacia su compañero blanco, con mayor rango, autoridad y experiencia. Dirigida por el habitual churrero Joel Shummaher, Bad Company tiene al siempre excelente y hollywoodizado actor británico Anthony Hopkins, en un trabajo de encargo interpretando el papel de un agente de la CIA, Oakes, quien ese encuentra resolviendo una intrincada negociación secreta entre mafiosos checos. La misión consistirá en tratar de quitarles a los mafiosos una bomba nuclear, peligrosa para el gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo, su compañero muere durante una persecución y Oakes se verá en la necesidad de encontrar al hermano gemelo de su fallecido colega, Jack Hayes (Chris Rock en un doble papel) para continuar con la misión, de lo contrario, ocurrirá un atentado terrorista contra los Estados Unidos.

El problema será que Jack, un DJ no muy exitoso, revendedor de entradas, pero un "genio" del ajedrez, es todo lo contrario a su hermano, por lo que Oakes tendrá que transformarlo para despistar a los mafiosos.

En el momento de su estreno, el tema del terrorismo manejado en Bad Company era delicado para el público estadounidense, aunque nada que no se pueda resolver con un guión tendencioso y manipulador, en un amasijo de géneros (acción, thriller, comedia) embonados de una manera tan mala, que este churro en ningún momento atrapa nuestra atención ni interés.

Una muestra clara de cómo un elenco puede estar tan mal dirigido, que ni el mismo Hopkins sale bien librado. Nunca hay química entre Anthony Hopkins y Chris Rock, este último haciendo lo que puede con unos gags mediocres (las novias de los gemelos, por ejemplo), con una trama inestable y aburrida.

Sir Anthony Hopkins jamás me convenció en su papel de agente de la CIA, y es que creo que, con todo y su prestigio, es todo menos un actor de filmes de acción. Se le agradece el haber querido experimentar y aventurarse con un papel de estas características, pero un admirador de su trabajo -como yo- le recomendaría no volverlo hacer.

Balazos, choques, explosiones y golpes, harán que uno resista el bostezo. De hecho, ahora recuerdo que hay una escena que se salva, la que tiene lugar en la bodega de equipaje de la estación del tren, casi al final, escena con la cual el filme debería de haber cerrado, y no el final que Shummaher nos dio, más de lo mismo que vimos antes.

lunes, 17 de diciembre de 2007

CINE ANIMADO: FRITZ THE CAT * * 1/2

El prolífico realizador de filmes y teleseries animadas Ralph Bakshi, fue el responsable de la primera adaptación al cine del cómic de Robert Crumb, Fritz the Cat (E.U., 1972), aquel dibujante de voz aguardientosa, amante irremediable del jazz y que tuvo una imaginativa adaptación de su vida y trabajo al cine, en tono documental, en el filme American Splendor (Berman y Pulcini, 2003), con Paul Giamatti en el papel de Crumb. La obra animada de Bakshi se ha caracterizado por estar al margen del enorme marketing hollywoodense, alejada de fórmulas comerciales y de carácter independiente, siendo más conocido entre aficionados al género animado de autor, en sus vertientes más artísticas y propositivas. De hecho, luego de la Disney (en su primera etapa), podría decirse que Bakshi es uno de los animadores más cercanos al realismo en la apariencia y movimientos de los personajes en sus filmes, muchos años antes de que la tecnología digital en 3D irrumpiera en el mundo de la animación.

Ahí tenemos, por ejemplo, la primera adaptación animada de The Lord of the Rings (1978), en la que Bakshi combinaba dentro de la animación imágenes de actores reales, manipuladas con impresionantes efectos fotográficos, para que se acoplaran con los escenarios y personajes dibujados. Fire and Ice (1983), era un impresionante relato fantástico (en la línea de Conan el Bárbaro y similares), con impresionantes efectos especiales, movimientos muy realistas de sus personajes, cuyo diseño se apegaba mucho al de un cómic, aspecto que dejaba evidente el gran apego de Bakshi al llamado “noveno arte”, en especial, por su trabajo dirigiendo las teleseries animadas de los 1960 de Spiderman, Iron Man, Hulk, El Capitán América y otros héroes de la Marvel.

Fritz The Cat, adaptada por el mismo Bakshi, no es la excepción, ya que el diseño del filme es fiel al del cómic de Crumb, así como a su espíritu desparpajado y rebelde. La película es en extremo dispareja, con una narración inconsistente de las aventuras del gato Fritz (voz de Skip Hinnant), un felino sexoso y libidinoso, que acaba de graduarse de la universidad y se encuentra sin rumbo buscando sentido a su vida. Estamos ante un filme animado para adultos, a pesar de lo infantil que pueda parecer la concepción de sus personajes, todos ellos animales antropomórficos.

Sin embargo, dentro del extremadamente rústico diseño de la película, con una técnica animada muy básica y simple, la historia, formada por un conjunto de viñetas enlazadas forzadamente, era una especie de viaje existencial de Fritz por los ideales contestarios y hechos políticos de la recién acabada década de los 1960, que seguían presentes en los incipientes 1970. Ahí tenemos a un Fritz que no tenía reparo en participar en un orgía caótica dentro de una tina con otros animales, o en tener relaciones con una gordaza mujer- cuervo dentro de un autobús, como si se tratara de un filme blaxploitation que jugaba con elementos de zoofilia, erotismo y humor.

El gato siempre acababa golpeado (en más de un sentido) por no poder encajar en todo este entorno, como en un enfrentamiento a golpes entre los policias con apariencia de cerdos y un grupo de “Panteras Negras”, aunque sin duda influido y transformado por la filosofía liberal. La última parte se convertía en una road-movie con elementos de suspenso y fantasía, en un trabajo no del todo logrado, pero atractivo en su parte visual y cómica, por su acabado imperfecto y descuidado, por su interesante trasfondo político y social, con todas sus complicaciones para contar una historia y hacer del famoso Fritz un personaje más interesante.

CINESPAÑA: PELÍCULAS PARA NO DORMIR: CUENTO DE NAVIDAD * * * *

Se acaba de estrenar el más reciente filme de terror de Paco Plaza y Jaume Balagueró, [REC] (España, 2007), que hasta ahora ha tenido éxito en taquilla (en tercer lugar del Top Ten) y ha cosechado buenos comentarios entre la crítica y los espectadores. Ambos realizadores participaron, aunque de forma separada, dentro de la serie de telefilmes Películas para No Dormir, Jaume con Para entrar a Vivir, y Paco Plaza con Cuento de Navidad (España, 2005), este último, en lo personal, mucho mejor que la trillada historia de Balagueró. Ambientada a mediados de los 1980, Cuento de Navidad es una historia de terror que entremezcla de manera brillante varios géneros y referencias al cine serie B, esto último, en lo que podría considerarse como un cortometraje independiente de la historia principal, que se va contando por fragmentos a lo largo de la película, y que trata sobre un cazador de zombies, acompañado de una bella chica (Elsa Pataky).

Aquel será un filme antiguo que guardan como sacrosanta referencia un par de chicos psicopáticos, Koldo (Christian Casas) y Peti (Roger Babia), quienes junto a Tito (Pau Poch), admirador de Karate Kid, Eugenio(Daniel Casadellà), el más tranquilo de todos, y la única chica del grupo, Mónica (Ivana Baquero), en plena víspera de Navidad se toparán con un hallazgo espeluznante, una mujer asaltabancos, Rebeca Expósito (Maru Valdivieso), disfrazada de Santa Claus, atrapada en un agujero, lastimada y apenas conciente de lo que ha sucedido. Al principio, los chicos querrán ayudarla, pero cuando uno de ellos les avise que en realidad tienen en sus manos a una criminal, no tardarán en aprovecharse de la situación para burlarse de ella, torturarla un poco y pensar en cobrar la jugosa recompensa que se ofrece por ella.

La única en tenerle lástima a la prófuga, tratada por los chicos como un animal, será Mónica, quien tratará incluso de llevarle un poco de comida, pero Koldo y Peti interferirán, revelándose como los más crueles del grupo. A pesar de su bondad y esfuerzos, Mónica nunca puede hacer nada por la ladrona, hasta que ésta muere y su cuerpo sea abandonado por los demás, pero Koldo y Peti hicieron un ritual para traer a la vida a los muertos en forma de zombies, que escucharon en el mentado filme de horror, y deberán afrontar las consecuencias de sus actos.

Paco Plaza dirige con suma eficacia y habilidad un, aparentemente, inocente relato infantil, donde nos revela que la maldad puede estar escondida hasta en los niños más “traviesos”. La primera mitad es lo mejor, en la interesante interacción que va surgiendo entre Rebeca (atrapada en el agujero), y la tímida Mónica, interpretada magníficamente por la joven promesa Ivana Baquero, quien detesta todo lo que está ocurriendo. Luego, tal vez el relato recurra a la clásica fórmula del “gato y el ratón”, cuando los chicos tengan que sobrevivir a la persecución de una Rebeca llena de furia, pero toda esta parte dentro de la feria está tan bien dirigida y montada, que difícilmente podemos despegar el ojo y decaer en nuestro interés por saber qué será de nuestros ahora aterrorizados chicos. ¿Perdonará Rebeca a Mónica, la única que fue buena con ella?

El filme no dejó de recordarme un relato de terror al estilo de Stephen King, con su habitual argumento sobre niños enfrentándose a lo paranormal, o que recibían una lección por su morbo hacia la muerte, como en Stand By Me (Rob Reiner, 1986), adaptación de la novela de King, pero con tintes chuscos y cercanos a lo paródico. Además, en Cuento de Navidad vemos la posibilidad de redención de una ladrona. Y qué forma tendrá de hacerlo.

"Películas para no dormir" son seis películas, de más o menos una hora de duración, que Chicho Ibáñez Serrador coordinó y supervisó, emitidas por televisión y ahora comercializadas en formato DVD.

CINESPAÑA: PELICULAS PARA NO DORMIR: LA HABITACIÓN DEL NIÑO * * * 1/2

Dentro de la serie de telefilmes “Películas para no Dormir”, se encuentra uno más que, no será muy logrado, pero su propuesta es sin duda interesante, La Habitación del Niño (España, 2006), dirigido por el mala leche y siempre políticamente incorrecto Alex de la Iglesia. Protagonizado por un eficiente cuadro de actores, como la guapa Leonor Watling, Javier Gutiérrez y Sancho Gracia, el problema sigue siendo el mismo en esta irregular serie de telefilmes: una buena producción, actuaciones y realización, que chocan con argumentos desgastados y poco originales. A pesar de esto, Alex de la Iglesia demuestra ser lo suficientemente capaz como para darle la vuelta a su trillada historia, para ofrecer un intrigante filme, aunque por momentos confuso.

De nuevo tenemos un joven matrimonio que se acaba de instalar en su nuevo hogar, en este caso, una enorme y antigua residencia con su infaltable pasado obscuro, de lo cual se nos avisa desde el principio en un fragmento introductorio, bien realizado por de la Iglesia, que lo malo es que no tiene mucho que ver con lo que veremos el resto de la película. Sonia (Leonor Watling) y Juan (Javier Gutiérrez), periodista deportivo de El País, están terminando de remodelar la casona, muy ilusionados con su nuevo hogar a pesar de los comentarios de los padres de él, quienes critican y buscan entrometerse en la vida de la pareja.

Todo marcha bien para Sonia y Juan, hasta que este último empieza a escuchar voces y risas extrañas por el radio transmisor que han col
ocado en la habitación de su bebé. Como Juan quiere demostrarle a Sonia que algo malo ocurre, comprará una cámara para ver en un monitor lo que pasa en el cuarto del niño. Lo que verá es la escalofriante imagen de un hombre sentado junto a la cuna, aunque al revisar la habitación no hay nadie. Poco a poco, Juan será presa de una paranoia y nervios que irán afectando su trabajo y matrimonio, cuando Sonia crea que el tipo está enloqueciendo y que el bebé está en peligro. Sin embargo, Juan no se rendirá hasta probar que en la casa suceden fenómenos paranormales, cuando se de cuenta que en el monitor se puede ver no nada más al hombre misterioso, sino otros hechos que están ocurriendo en ese momento en la casa, pero ubicados en lo que parece ser otro tiempo (¿el pasado? ¿el futuro?), con otros muebles, otra decoración, pero el mismo espacio a final de cuentas.

Suena complicado, y lo será mucho más conforme vaya avanzando la historia, y a Juan se le vayan revelando las claves del misterio. Estamos ante una de esas clásicas historias de suspenso paranormal, propias del estilo de The Twilight Zone y similares, sobre universos paralelos, en las cuales no existe una explicación lógica para los extraños sucesos que ocurren, pero, irónicamente, tienen una intrigante coherencia. Y de nuevo nos preguntaremos si todo es producto de la imaginación de Juan, o efecto de una fuerza paranormal.

La realización de de la Iglesia es impecable, en un atractivo estilo de cámara en mano nerviosa, moviéndose por toda la casa, y consigue instantes tensos en el miedo que experimenta Sonia al ver a Juan comportarse de forma violenta y extraña, sin olvidar un poco el humor acostumbrado del realizador (la compra de los monitores en la tienda), aunque creo que esta es una de las películas más serias de De la Iglesia.

Al final nos quedamos con muchas preguntas sobre lo que sucedió en la casa, pero el filme es bastante visible, y en especial, entretenido.

viernes, 14 de diciembre de 2007

EN CARTELERA: 1408 * * * *

Una considerable cantidad de relatos de Stephen King está protagonizada por un escritor, en búsqueda de su pasado, de sus inquietudes, de nuevas emociones, vamos, de sí mismo en resumen. 1408 (E.U., 2007) no es la excepción y desde el principio queda claro que tenemos a otro de sus alteregos, en el personaje encarnado por un eficaz John Cusack, dentro de un sencillo relato en su forma, pero intrigante en el fondo, cuando el arrogante autor de novelas paranormales, Mike Enslin (Cusack), que gusta de romper con mitos y creencias en este campo, se ubique cuando vea sus traumas materializados dentro de un cuarto de hotel.

El trauma de Mike es la muerte de su hija, con la imagen de sus últimos minutos clavados en la mente. Mike se encuentra escribiendo su nueva novela, y para inspirarse decide hospedarse en un hotel, donde se cree que la habitación 1408 está maldita y ocurren fenómenos paranormales, por lo que ningún huésped desea ocuparla. Tal información le es proporcionada por el mefistofélico recepcionista en turno (Samuel L. Jackson), y a pesar de la advertencia, el escritor decide tomar la llave de la habitación para probar que no son más que habladurías.

El realizador sueco Mikael Hafström, en su segundo largometraje en Hollywood, demuestra una gran habilidad para mantener el filme intacto en el suspenso que va creando, en una trama que transcurre la mayor parte del tiempo dentro de la mentada habitación, que pronto se convertirá en una trampa en la que Mike se quedará encerrado. El tiempo para el escéptico Mike parecerá ser eterno dentro de la habitación, de horas y horas, en las que intentará salir por dónde pueda. Incluso tratará de pedir ayuda a su esposa, de quien se encuentra separado desde la muerte de su hija, a través de su laptop y una cámara web.

El asunto parecerá como un relato alargado de la teleserie The Twilight Zone, pero si algo demuestra Hafström es cómo se puede crear un ambiente escalofriante con pocos recursos, un mínimo de personajes y la construcción de un buen suspenso psicológico, en el que no sabemos si todo es obra de la delirante mente de Mike, o si en verdad es atacado por espíritus chocarreros dentro de la habitación embrujada.

Es evidente que por encima de los sustos que se llevará Mike, nos encontramos frente a un personaje en camino a reconciliarse consigo mismo y con su pasado, luego de pasar por duras pruebasm en las que o casi se ahoga, o casi acaba congelado. En ese sentido, el desempeño de John Cusack, un actor casi siempre desperdiciado, es notable en la desesperación que sabe transmitir, como el conejillo de indias de una fuerza obscura que busca darle una lección.

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