viernes, 21 de diciembre de 2007

EL HOLLYWOOD DE AYER: ALL THROUGH THE NIGHT * * * *

Fueron pocas las veces que el actor de origen húngaro y de ojos saltones Peter Lorre, coincidió en pantalla con Humphrey Bogart. La más memorable fue The Maltese Falcon (John Huston, 1941), y con ello Peter Lorre se fue consagrando como uno de los actores más versátiles, que ofrecía villanos completos cuando le tocaba hacer esta clase de papeles. All Through the Night (E.U., 1941) tuvo su estreno en una época delicada, en plena Segunda Guerra Mundial, debido a su tema: el espionaje de nazis infiltrados en las principales ciudades estadounidenses, situación que llegó a causar la misma paranoia en los E.U. que el terrorismo en la actualidad.

Lorre interpretaba a un espía nazi, Pepi, escondido tras la facha de un pianista en un club nocturno, acompañando a una guapa cantante, Leda Hamilton (Kaaren Verne), también involucrada en las actividades de los nazis en Nueva York. Humphrey Bogart encarnaba a un apostador aficionado a las carreras de caballos, Gloves Donahue, fanático –como quien esto escribe-, del buen pastel de queso, por cierto, muy exigente en su preparación.

Estamos ante uno de los mejores films noir de principios de los 1940. El argumento de Leo Rosten y la dirección de Vincent Sherman, entremezclaba genialmente tonos y géneros, para conseguir un filme tan entretenido como intrigante, en la frenética búsqueda que emprende Donahue para averiguar quién es el asesino de su repostero favorito, es decir, el que mejor preparaba su pastel de queso, investigando de paso a la enigmática y atractiva Leda, de quien, claro, quedaba prendado.

La cinta de Sherman, con un guión escrito por Edwin Gilbert y Leonard Spigelgass, era también una historia detectivesca, que audazmente introducía elementos cómicos, sin que en ningún momento se sintieran fuera de lugar, por ejemplo, en ese entrañable personaje de la madre de Donahue (interpretado magníficamente por Jane Darwell), cuya especialidad era aparecerse en los momentos cruciales de la investigación, permitiéndose incluso lanzar hipótesis nada descabelladas. De hecho, Ma Donahue, la mamá en cuestión, era quien en buena medida ayudaba a resolver el misterio.

Hablando de buenas actuaciones, también destacaba la presencia del reparto secundario, en los compañeros que siguen fielmente a Donahue como su mente maestra, resultando graciosos y no torpes ni insoportables: Jackie Gleason en el papel de Starchie, Frank McHugh como Barney, así como la temible presencia histriónica de Conrad Veidt, interpretando al jefe del grupo nazi Hall Ebbing, haciéndose pasar como el director de una casa de subastas.

Como su título indica, toda la acción se desarrolla en una sola noche. Si hay algo también destacable en la realización de Sherman, es su capacidad para mantener un ritmo ágil en todas las acciones que tenían lugar esa noche. Lo importante en su momento de All Through the Night, es que era un filme que nos transporta desde sus primeras escenas a la situación crítica y el clima de inseguridad que se vivía en los Estados Unidos con el espionaje alemán, sin dejar de lado por ello un tono relajado y entretenido.

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