jueves, 27 de febrero de 2020

MEMORABLE


Nominado al Oscar como "Mejor Corto Animado", este excelente cortometraje, realizado en animación "stop motion" (tradicional animación cuadro por cuadro) puede verse como dos cosas: un pequeño homenaje a Vincent Van Gogh, al igual que un íntimo, delirante, y sensible estudio sobre la demencia. El pintor protagonista (con un gran parecido a Van Gogh, y concebido como si el mismo pintor post-impresionista lo hubiera diseñado y/o pintado) no recuerda el nombre de las cosas, ni situaciones que han ocurrido, o incluso, no se percata del paso del tiempo. Su esposa lleva el padecimiento de su marido artista lo mejor que puede ("no hay nadie más en el baño, es tu propio reflejo el que ves en el espejo", le dice ella en alguna escena), mientras, el pintor, gradualmente, se ve a sí mismo -o más bien, alucina- en situaciones totalmente surreales, platicando con personajes fantásticos, como sacados de sus propias pinturas; o incluso él mismo cambiando de una apariencia, digamos impresionista, hasta una más abstracta. Magnífico, recomendable para los amantes del arte.
⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

HAIR LOVE



Cuando tu cabello no quiere cooperar. 
Ha llegado el jueves, y es un día importante, marcado incluso con un corazón en el calendario. Una niña se prepara para iniciar el día, todo está listo, excepto cuando llega el momento de peinarse; algo que será sumamente complicado,... debido a su abundante cabello rizado. ¿En la ausencia de la mamá, el papá podrá con la complicada tarea de lograr peinarla? Lo mejor de este cortometraje animado, ganador, de hecho, el domingo pasado del Oscar a "Mejor Cortometraje Animado", es que no hay necesidad de diálogos para explicarnos y contarnos la historia (las escasas líneas que contiene son de la mamá, dando instrucciones precisas sobre cómo peinar a la niña desde un video), la cual es explicada con brío, precisión, y mucho humor, con una narrativa silente fenomenal y una excelente animación. Delirante y, en el sorpresivo giro final, sumamente conmovedor. Oscar merecido. ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

LITTLE WOMEN

Emma Watson, Florence Pugh, Saoirse Ronan y Eliza Scanlen.
Aquellos que pensaron "¿Otra adaptación de "Mujercitas"? ¿Es realmente necesario? ¿Para qué?", seguramente se retractaron al ver esta nueva versión, dirigida por la actriz, guionista, y directora Greta Gerwig. Su película tiene varios méritos. El principal, sin duda, es haber logrado una reinterpretación del clásico libro de Louisa May Alcott que, por un lado, luce y se siente tan clásica como una taza de té calientito con galletas frente a la chimenea, durante una noche helada de invierno; pero por otro lado, es moderna e innovadora. Es, además, una versión que se siente oportuna y muy actual (considerando que fue escrita en los 1860), en estos tiempos del "Me too" feminista.
Aunque hace mucho tiempo que la vi, me atrevo a decir que esta versión es mucho mejor que la anterior adaptación (dirigida por Gillian Amstrong, en 1994), protagonizada por Susan Sarandon, Winona Ryder, Kirsten Dunst, y Christian Bale. Para empezar, es un reto verla, y pide algo de la generosa y muy despierta atención que el espectador pueda proveer. Su narración no es precisamente la clásica y tradicional narración lineal. Hay saltos inesperados entre el pasado y el presente de su relato, flash backs con momentos felices del pasado, en contraposición con momentos tristes y tensos del presente.
Muchos conocerán la historia de antemano. Jo (Saoirse Ronan, estupenda), es una joven que busca abrirse camino en el mundo de la literatura, escribiendo cuentos para un periódico de manera anónima. El resto de sus hermanas: Amy (Florence Pugh, la gran revelación de Fighting with my Family), intentando convertirse en una pintora de renombre (y no cualquier pintora, sino la mejor), Beth (Eliza Scanlen), una talentosa pianista, y Meg (Emma Watson), una actriz de teatro, viven acomodadamente en una gran residencia rural con su madre (Laura Dern). Son los últimos años de la Guerra de Secesión y su padre, un militar (Bob Odenkirk), se encuentra lejos sirviendo en el campo de batalla.
Desde el primer acto, que abre con la imagen de la portada de libro anunciando el título, y de Jo, sentada en un escritorio frente a su editor, tratando de vender su primer cuento, observando cómo la cruel pluma tacha párrafos y elimina hojas completas del texto ("está bien, pero trata de que termine con el personaje femenino casándose. Es lo que vende, lo que la gente quiere leer en estos tiempos difíciles", le dice el hombre seriamente), es notorio el amor que Greta Gerwig tiene por el libro de Alcott. Se nota en la cuidadosa dirección de todas sus actrices (todas ellas están magníficas), incluyendo a una genial Meryl Streep, en un papel pequeño como la voluble y adinerada tía March, representando el lado conservador de la historia ("toda mujer, para abrirse camino en el mundo y tener éxito, debe encontrar un buen partido y casarse"). Es poco el tiempo en pantalla de Streep en la película, pero es innegable que cada minuto vale oro por su acostumbrada gran actuación.
También hay personajes masculinos, y en ese sentido sobresale Timothée Chalamet, interpretando a Theodore, el mejor amigo de todas las hermanas, pero con una particular afinidad por Jo, y a su vez el interés sentimental de Amy. Entre los tres se da un triángulo amoroso sutil y, al mismo tiempo, sensible, del cual Gerwig hace un entramado interesante hacia la mitad del tercer acto. Chalamet está magnífico como Theodore, vulnerable, divertido, pero a la vez con un lado frágil e imperfecto; sobresale la química que tiene sin esfuerzo con Jo y Amy. Mientras, Chris Cooper, como el padre de Theodore (quien también tiene un mínimo de tiempo en pantalla), está igualmente estupendo.
Al final, la experiencia de ver esta nueva "Mujercitas", es de un rompecabezas narrativo cuyas piezas el espectador tiene que ir armando después de iniciada su segunda mitad. Si en algo tiene más éxito el filme de Gerwig, además de sus aspectos técnicos (bella dirección de fotografía de Yorick Le Soux, excelente banda sonora de Alexandre Desplat) y artísticos (gran diseño de vestuario de Jacqueline Durran, ganadora del Oscar el domingo pasado, y muy buen diseño de producción), no es tanto en sus intenciones feministas, sino en ser una conmovedora y entrañable historia sobre el amor y cariño entre cuatro hermanas. Es cierto, tal vez el filme tenga un final feliz complaciente-de-audiencias, contradictorio con el mensaje de la historia, pero la forma en que Greta Gerwig lo concluye es muy original.
⭐️⭐️⭐️⭐️

JOJO RABBIT

Taika Waititi y Roman Griffin Davis.
Hasta ahora, el actor, realizador, y guionista neozelandés Taika Waititi, ha demostrado ser un hombre multitalento, capaz de moverse y desarrollarse, sin miedo y coraje, en todos los terrenos que quiera. Ha sido capaz de tomarnos desprevenidos, por ejemplo, al haber dirigido Thor: Ragnarok, tercera película del "avenger", un blockbuster multimillonario de los que arrasan en taquilla. Refrescó la saga del superhéroe con un soplo de comicidad y, al mismo tiempo, acción genérica. Nada mal, considerando sus orígenes en cine de bajo presupuesto. Con Jojo Rabbit, Waititi vuelve al género que lo vio nacer, la parodia. What We Do in the Shadows, su tercer largo, es una parodia de filmes de vampiros, que incluso ahora goza de una adaptación en la forma de una serie televisiva.
Ahora, Waititi se arriesga con un tema sensible y delicado: el Nazismo, aproximándose al mismo de una forma inteligente, tomando caminos diversos y con resultados estupendos. El Jojo del título (Roman Griffin Davis, en su debut en cine), es un niño que decide enrolarse en las "Juventudes Hitlerianas", para así honrar a su héroe, el Führer Adolf Hitler (el mismo Taika Waititi, con lentes de contacto azules). Este Hitler es uno fabricado en la mente de Jojo, algo cercano a un amigo imaginario.
El inicio del filme establece el tono que seguirá hasta el final, con una secuencia de créditos que muestra imágenes de archivo de grandes masas de seguidores adorando a Hitler, escuchando sus discursos, o recibiéndolo en el aeropuerto, teniendo de fondo la versión en alemán de I Wanna Hold Your Hand, cantada por los Beatles (algo que se puede ver también como un pequeño homenaje al inicio de A Hard Day's Night, de Richard Lester). Es por demás hilarante.
Sin embargo, la cosa de las Juventudes Hitlerianas no funcionará del todo para el sensible Jojo. Cierto acontecimiento durante su entrenamiento, bajo el mando de un capitán de las SS, Klenzendorf (Sam Rockwell, muy bien, con una actuación que, de lejos, parece una imitación cómica del nazi SS interpretado por Ralph Phiennes en Shindler's List), es lo que le dará su apodo de "Conejo", y lo marcará, en más de un sentido. Teniendo en el mundo únicamente a su mamá (Scarlett Johansson, excelente), una mujer cálida y amorosa, aunque llena de misterios, así como a un buen amigo, Yorkie (Archie Yates, magnífico), la vida de Jojo cambiará cuando llegue a su vida una niña judía, Elsa (Thomasin Mckenzie), quien desafiará todo su sistema de creencias y visión de lo que realmente representa el gobierno de Hitler.
Aunque al principio Jojo Rabbit llega a sentirse como si Wes Anderson hubiera decidido hacer un filme sobre niños en un campo de entrenamiento nazi (algo cercano a Moonrise Kingdom), lo que hace a la película memorable, es el toque paródico único de Waititi, lo delirante que termina siendo (esas constantes apariciones de Hitler en momentos difíciles), y su conmovedora historia romántica, inocente y tragicómica. Hay algo también del Diario de Ana Frank, pero con final feliz. Su comicidad es graciosa, sin llegar por completo al slapstick extremo, es decir, de situaciones graciosas sucediéndose a ritmo frenético, o de diálogos cómicos que desfilan sin parar.
Jojo Rabbit no romperá las barreras de la comedia, y se ve difícil que mañana domingo sea ganadora del Oscar (está nominada a Mejor Película del año), repitiendo lo que, por ejemplo, La Vida es Bella consiguió en 1998: ganar el premio a Mejor Película Extranjera. Ambas comparten temáticas similares, al igual que con Good Bye Lenin!, hacia el final, sólo que un poco a la inversa, justo cuando nuestro pequeño héroe trate de ocultar lo que está ocurriendo allá afuera a Elsa, en reclusión forzada.
Pero algo es cierto, la película tiene aseguradas muchas risas, cada vez que Waititi aparece en escena (como una copia cómica, más joven, del Hitler interpretado magistralmente por Bruno Ganz en Downfall), pero también una que otra lágrima hacia su segunda mitad.
Si algo tiene en su contra el filme de Taika, es que, además de que hay uno o dos personajes que se sienten algo desperdiciados (Rebel Wilson, por ejemplo, como la asistente de Klenzendorf), termina recordándote a muchas otras tantas películas similares que ya hemos visto antes. Sin embargo, es inevitable que, con toda su comicidad y anacronismos, Jojo Rabbit no acabe tocando tu corazón.
⭐️⭐️⭐️⭐️

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