viernes, 21 de septiembre de 2018

GRIFF THE INVISIBLE * * *

Ryan Kwanten.
Sería un poco injusto calificarla simplemente como "Kick-Ass" a la australiana (curiosamente, ambos filmes fueron producidos en 2010). La verdad, esta película, aunque considerablemente más pequeña en su producción, tiene un giro todavía más psicológico y emocional, llevado a cabo inteligentemente. 

THE NUN * *


Taissa Farmiga.
Después de ver The Conjuring 2, muchos nos quedamos en ascuas por saber más sobre la demoniaca monja (con rostro de Marilyn Manson) que se aparecía en las visiones y pesadillas de Lorraine Warren (Vera Farmiga). A pesar de no aparecer mucho en aquel filme, la monja en cuestión consiguió atrapar nuestra atención, engancharnos, y dejarnos con ansias por saber más sobre el personaje. Desafortunadamente, este nuevo spin off de la franquicia de horror de The Conjuring, (y que puede funcionar como una precuela), luego de los 2 no muy exitosos filmes de "Annabelle", es una decepción en muchos aspectos.
No es precisamente una mala película de espantos. Sin embargo, no te revela absolutamente nada nuevo ni interesante sobre la monja del título (Bonnie Aarons), ni trae a la luz información sobre quién es -o fue- realmente el personaje. Es cierto, al final de The Conjuring 2 se nos revelaba algo (es recomendable verla primero antes de La Monja), pero una película dedicada a "la monja" merecía hacerle más justicia y darle más espacio (apenas y sale algunos minutos). Es decir, que nos enganchara todavía más. Nada de eso sucede.
Dirigida por Coryn Hardy (coescrita por James Wan, el artífice detrás de The Conjuring e Insidious), la historia es como de receta de cocina. Al inicio, parece un plagio de El Nombre de la Rosa. Un sacerdote (Demian Bichir), y una joven novicia en espera de tomar sus votos (Taissa Farmiga), son enviados por el Vaticano a una remota abadía en Rumania, para investigar el suicidio de una monja en circunstancias misteriosas. En su camino se encontrarán con un joven francés (Jonas Bloquet), que les servirá de guía y poco más. A partir de ahí, luego de los primeros 30 minutos, la película no será más que una serie de sustos calculados y pensados para hacer saltar a la gente de sus asientos. Lo malo, es que el filme no te asusta tanto como debiera.
El filme es funcional hasta cierto punto, ya que si estamos esperando un relato interesante, o al menos medianamente entretenido, aquí no lo encontrarán. Hay buenas ideas que en papel tal vez sonaron terroríficas (¡Esa madre superiora toda de negro, con el rostro oculto y sentada todo el tiempo en una silla! ¡Por favor!), pero que en el filme fueron pobremente aprovechadas. El sacerdote de Demian Bichir es un personaje blando y débil, tendiendo al cliché del sacerdote torturado emocionalmente, y sin verdaderamente completar su misión. Y con el resto de los personajes es lo mismo. Basta de películas inspiradas en The Conjuring. 

THE WIFE * * * *


Glenn Close y Jonathan Price.
Las malas noticias no llegan siempre por teléfono y cuando uno está dormido. Para Joe Castleman (Jonathan Pryce, genial) el teléfono sonará, temprano por la mañana, para darle la mejor noticia de su carrera como escritor: ha sido galardonado con el premio Nobel de Literatura. Junto a Joan, su esposa (maldición, cómo es que no vemos más seguido a Glenn Close en cine, está fantástica), festejará como niño brincando en la cama, antes de salir a Estocolmo a la ceremonia de premiación. El problema, es que no todo brilla en su matrimonio como parecería. Desde el primer minuto de The Wife, nos vamos adentrando en la a veces amarga, a veces alegre vida del maduro matrimonio. Descubriremos el desgaste emocional que viven, y que recibir un premio Nobel no es tan excitante como uno imaginaría.
En este vaivén narrativo, en el que viajamos entre el pasado, en donde través de flashbacks atestiguamos cómo Joe (Harry Lloyd) y Joan (Annie Stark, hija de Glenn Close) se conocieron y enamoraron a principios de los 1960, y el presente, descubriremos un hecho que dará un giro descomunal a la trama, y sacudirá intensamente la carrera del escritor. El detonante será un joven escritor y periodista (Christian Slater), quien vive acosándolos para arrancar secretos y confidencias para las memorias que planea escribir sobre Joe.
The Wife es un filme sobre el significado del éxito en el mundo del arte, con un mensaje en su tercer acto sobre el lugar de la mujer en el mismo. El pequeño cuadro de actores que gira alrededor de este gran tour de force formado por Jonathan Pryce y Glenn Close, se completa con Max Irons (hijo de Jeremy Irons), interpretando al frustrado hijo del escritor, quien sufre por no tener la atención y reconocimiento suficiente por parte de su padre.
Dirigida por el sueco Björn Rugen, el filme es un agridulce relato sobre la vida matrimonial durante la tercera edad, con resonancias al cine de Bergman, y que, por increíble que parezca, no es tan intelectual, o está muy adentrado en el tema de la literatura. No es que haya algo de malo en ello. De hecho, la película trata también -aunque no demasiado- sobre la creatividad y el oficio del escritor. Rugen se nota preocupado también por exhibir el mundo snob de los premios Nobel, desmitificándolos, mostrando lo vacío que pueden ser, y sin mucho significado.

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