viernes, 23 de noviembre de 2012

COP OUT *

Bruce Willis, pensando: "¿Qué estoy haciendo trabajando junto a este idiota?"

No sé quien sea exactamente Tracy Morgan ni de dónde haya salido. La verdad, no me interesa mucho. Tal vez haya salido de Saturday Night Live (un programa del cual soy fan), de algún terrible sitcom, o peor aún, de algún stand-up comedy club de quinta categoría. El caso es que este intento de comediante resulta insoportable e irritante desde el primer minuto que aparece en este desperdicio de celuloide. Cop Out (2010) no es más que una buddy movie policiaca (como si necesitáramos una más), con la socorrida fórmula "Mel-Gibson-Danny-Glover" de Lethal Weapon (léase policia blanco-policia negro), usada sin un mínimo de resultados positivos. 

Bueno, hay otra fórmula en acción aquí, la de Beverly Hills Cop, es decir, el policia negro estilo Eddy Murphy, parlanchín, insolente, anárquico y, quizás lo más característico, gracioso. Por supuesto, Tracy Morgan no tiene un ápice de alguna de dichas características. Mientras escuchaba la banda sonora, muy inspirada en la música compuesta por Harold Faltermeyer para Beverly Hills Cop, con puro sintetizador, mi paciencia disminuía cada vez que aparecía en pantalla Morgan.

Bruce Willis salva un poco la película, interpretando al detective compañero de Morgan. Ambos acaban suspendidos temporalmente, luego de una frustrada operación para atrapar al miembro de una gran red mexicana de tráfico de drogas. Pero Jimmy, el personaje de Willis, tiene más problemas, ya que su hija (Michelle Trachtenberg) está por casarse, y no tendrá el dinero suficiente para poder pagar los gastos de la boda. Si no quiere que el nuevo y adinerado esposo (Jason Lee) de su exmujer acabe solventando los gastos, usurpando el muy paternal papel que no le corresponde, deberá aplicar un plan B: vender una  tarjeta de baseball, con la esperanza de sacar de ahí el dinero que necesita. 

Por culpa de Paul, el personaje de Morgan, surgen inesperadas y estúpidas complicaciones, que traerán a escena a Sean William Scott, quien junto a Willis, tomarán de patiño a Tracy Morgan y sus problemas maritales (no me tragé jamás que la guapa Rashida Jones sea la esposa de este babeante pelmazo). Por ahí aparece la guapa mexicana Ana "Nacho Libre" de la Reguera, haciendo el papel de la novia de un narcotraficante, la cual viviendo en Estados Unidos --- ¡no pronuncia ni jota de inglés! ¡Sí, claro!

martes, 20 de noviembre de 2012

SCOTT PILGRIM VS THE WORLD * * * * *



KILL GIDEON.  Michael Cera (Scott) y Jason Schwartzman (Gideon) en épico combate.

Scott Pilgrim vs. the World (2010) es una película con un nivel extremo de comicidad. Desde el inicio arranca risas, y se va revelando como una película completamente original, imaginativa, llena de ingenio, muy experimental y, lo mejor, que en ningún momento se toma en serio. Mi entusiasmo nunca decreció durante las dos veces que la vi, especialmente, por su explosivo y apantallante uso del lenguaje visual del cómic y los videojuegos. El británico Edgar Wright, su realizador, es un genio del nuevo humor negro en el cine del Reino Unido; ese endemoniado responsable de otras comedias con el mismo sardónico humor, como la reinvención genérica que hizo en la zom-com Shaun of the Dead (2004), o el remix que hizo de una buddy movie policiaca con horror paranormal, Hot Fuzz (2007).

Wright jamás se siente repetitivo en su indiscriminado uso de onomatopeyas, y de todo lo demás que se lo ocurra pedir prestado del universo del cómic. La fuente original, es una serie de comics creada por Bryan Lee O'Malley, en donde el Scott Pilgrim del título (Michael Cera, con su siempre extraterrestrial y nerdezca pinta, luciendo aquí como un joven Roman Polanski), es un chico de veintitantos años, bajista de una garage band aún por revelarse ante el mundo musical. Todas sus exnovias lo odian, por razones que pronto veremos. De hecho, la baterista del grupo (Alison Pill), es su exnovia y siempre se dirige hacia él con un pasional odio.

La más reciente conquista de Scott es Knives (Ellen Wong), una chinita de 17 años, quien cae perdidamente enamorada de nuestro bajista. Ambos comparten una insana afición por los videojuegos de artes marciales y, además, quizás sea la primera y única fan de la banda. Un verdadero idiota, Scott (uno se preguntaría fácilmente cómo o por qué ha tenido de novia a una famosa y atractiva vocalista de otra banda), el cual tiene como "rompe-hielo" para conversar con chicas una aburrida trivia de Pacman, conoce a la que será el amor de su vida en Ramona Flowers (Maria Elizabeth Winstead), una guapa chica emo de cabellos teñidos, aunque no muy diferente de Scott.

El problema para nuestro amigo vendrá cuando se entere que, para seguir saliendo con Ramona, tiene que vencer a "La Liga de los 7 Ex's". Es decir, Scott enfrentará a todos y cada uno de los exnovios de su nueva chica, incluyendo al más "poderoso", Gideon (Jason Schwartzman), dueño de un sello disquero y al que se le ocurre formar dicha liga. Todos los actores que interpretan a los exs de Ramona están simplemente geniales. Su primer novio hindú (Satya Bhabha), realiza un pequeño y paródico número musical bollywoodesco; Chris Evans hace una hilarante parodía de Tom Cruise (al menos por el maquillaje le da un parecido fuerte), interpretando a un actor de películas de acción experto en patinetas; Brandon Routh hace a un bajista en traje de superhéroe con poderes vegetarianos; y la mejor, Mae Whitman, interpreta a una furiosa exnovia lesbiana (nunca falta), con látigo de acero en mano y que puede volar a gran velocidad.

Kieran Culkin está magnífico (en camino de ser mejor actor que Macaulay, su hermano mayor) como el amigo gay de Scott. Viven juntos e, irónicamente, tienen que compartir la misma cama, incluyendo los novios de aquel cada vez que se ofrezca. Esto le da a Wright la ocasión para jugar cómicamente con el encuadre, revelando la presencia de terceros en el lecho sin necesidad de mover la cámara.  

Uno de los puntos a favor de la película, es la total frescura que exuda, ya que el 90 porciento de sus actores no son rostros muy conocidos. Pero si hay algo seriamente innovador, es la manera en que la película conecta una gran cantidad de lenguajes visuales. Toda la aventura de Scott es vista como un juego de video, donde recibirá monedas y puntos cada vez que venza a uno de los ex. Es una pirotecnia visual única, hay combates plenos de energía muy bien coreografiados, cuya inspiración se encuentra entre los filmes de superhéroes y las genéricas cintas de artes marciales. Esto aderezado con secuencias animadas extraídas de las mismas viñetas del cómic original.

Contrario a lo que pueda parecer, el resultado es un bien equilibrado ejercicio visual y sonoro; una película con un nivel de comedia superior a cualquier película del mainstream comercial hollywoodense; una de las películas más divertidas del 2010.

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