jueves, 20 de mayo de 2010

DREAD & SUPERFICIALITY: WOODY ALLEN AS COMIC STRIP

La editorial norteamericana Abrams Books, está especializada en la publicación de libros sobre arquitectura, comics, diseño, arte, etc. Casi podría compararse su labor editorial con la de Phaidon e incluso Taschen, editoriales especializadas también en aquellas áreas.

Mi redescubrimiento de la editorial ha sido gracias a un pequeño pero interesante libro, "Dread & Superficiality: Woody Allen as a Comic Strip". El libro, escrito e ilustrado por Stuart Hample, es un magnífico recopilatorio de una verdadera rareza: tiras cómicas protagonizadas por Woody Allen. Formado por 220 tiras cómicas, el libro contiene además fotografías, bocetos y el proceso artístico para su realización. Las tiras fueron publicadas de 1976 a 1984, en el diario Kings Features.

Hample comenta que tomó la idea para las tiras luego de ver a Woody Allen haciendo rutinas de stand-up comedy. Incluso, el mismo Allen, luego de haberle dado el visto bueno a las tiras cómicas, propuso ideas y chistes para las mismas.

El libro puede comprarse en línea a través de la página oficial de la editorial, en donde puede consultarse más información, así como echarle un vistazo a una muestra de su contenido digitalizado.

PEANUTS, EL CINE Y LOS MEDIOS


(Tira publicada originalmente el 20 de mayo de 1963)

Quien pensaba que Snoopy no sabía nada de cine, estaba muy equivocado. No es difícil adivinar a qué película hace referencia en esta tira. Sinceramente, no me atravería a calificar a Snoopy de paranoico por ahuyentar a un par de pájaros de su casa. Después de haber visto "esa película", yo también reviso de vez en cuando el cielo, los árboles, los cables de electricidad, e incluso los juegos infantiles en cualquier parque, por si hay pájaros cerca.

martes, 18 de mayo de 2010

ROBIN HOOD * * * *


Russell Crowe como Robin Hood.


Lo que me ha confirmado Robin Hood (2010), el más reciente filme de Ridley Scott, es la magnífica visión que tiene el realizador británico para las historias instaladas en la Edad Media. Robin Hood podría formar parte de una trilogía formada por 1492, Conquest of Paradise (1992) y Kingdom of Heaven (2005), ambas de Scott. Mucho de esta gran visión tiene que ver con el excelente diseño de producción y la magnífica ambientación, como es habitual. Quien espere ver la tradicional historia de Robin Hood, ambientada en los bosques de Sherwood, en eterno conflicto con el Sheriff de Nottingham y con nuestro héroe robando a los ricos para darle a los pobres, no está de más advertir que se enfrentará a una historia muy diferente.

Aunque estamos ante un Robin Hood que luce algo “avejentado” al estar interpretado por el actor fetiche de Scott, Russell Crowe, no creo que los puristas y seguidores del personaje, inmortalizado desde el Hollywood de la Época de Oro por Erroll Flynn, vayan a salir decepcionados de la sala de cine. Lo que cuenta esta enésima vuelta del personaje al cine, parte leyenda, parte un personaje real cuya existencia está registrada (que aparece en la novela Ivanhoe de Sir Walter Scott), es una especie de regreso a los orígenes. Lo que Scott propone es una suerte de precuela, de cómo Robin Longstride se convirtió en el héroe renegado que todos conocemos.

Sin embargo, me ha sido muy difícil acabar convencido, no tanto por la actuación de Russell Crowe –que es aceptable, sin duda-, sino por el hecho de que luce demasiado maduro para el personaje. ¿Capricho de Ridley Scott el poner a Crowe en la piel del personaje? Puede ser. Además, ver a Russell caracterizado de una manera muy similar a su personaje de Maximus en Gladiator (2000), también dirigida por Ridley Scott, la experiencia de ver la película no está exenta de una sensación de deja vù. La batalla que abre la película, con Inglaterra en guerra con Francia, aunque está notablemente dirigida, no dejó de recordarme a la también batalla de los romanos contra los bárbaros que abre Gladiator. Incluso, la manera en que está fotografìada por John Mathieson, también cinefotógrafo de Gladiator, es muy similar.

Hay una escena en que Max Von Sydow, quien interpreta a Sir Walter Loxley, tiene un diálogo con Robin que recuerda mucho al que Maximus tiene con Marco Aurelio (Richard Harris) en alguna escena de Gladiador. Por otro lado, el conflicto de Robin, un traumático pasado en el que su padre fue asesinado siendo aquel un niño, recuerda mucho al del personaje principal de Kingdom of Heaven. Además, parte del argumento es como una reelaboración de la historia francesa Le Retour de Martin Guerre, escrita por Janet Lewis y llevada al cine en 1982.

Pueden sonar chocantes todas estas comparaciones, pero lo cierto es que mucho de este Robin Hood es un reciclado hecho por Scott de sus anteriores películas. Pero no quiero que se me malinterprete. Robin Hood, de cerca de 2 horas y media de duración, es una revisión interesante, entretenida y lograda de este personaje, famoso por su habilidad con el arco y la flecha. Poco a poco, iremos viendo cómo se fue formando la famosa pandilla, formada por Little John (Kevin Durand), el fraile Tuck (Mark “Full Monty” Addy), Marion (Cate Blanchet, con su belleza élfica de Lord of The Rings), Will Scarlett (Scott Grimes) y Allan A’Dayle (Allan Doyle).

El corazón de toda la trama, tiene que ver sobre cómo Inglaterra, de estar no nada más en conflicto con Francia, sino dividida por el gobierno tiránico del príncipe Juan (el guatemalteco Oscar Isaac con pupilentes azules), debe reunificar fuerzas ante una invasión del ejército francés. La invasión está tramada por el traidor Godfrey (Mark Strong). En la película, el desembarco de los navíos franceses es como una especie de Día D trasladado al mundo medieval.

¿Es mejor que el Robin Hood interpretado por Kevin Costner en el lejano filme de 1991 Robin Hood: Prince of Thieves? Sí, lo es. Russell Crowe supo darle un aire trágico al personaje. Su característica dureza y sequedad como actor, no hace más que darle una dimensión nueva a este Robin Hood. No está de más decir que Robin Hood es una película palomera. Tal vez esta sea la película en la que Scott se ha preocupado menos por ofrecer su característica y profunda reflexión belicista, para dar paso a más acción, humor y aventuras épicas. No es reproche. Al contrario, es un cumplido, y bien merecido, ya que la película ha resultado para mí un eficaz entretenimiento.

++Lo mejor: La magnífica ambientación y la escena final del desembarco.
++Lo peor: Que Russell Crowe luce demasiado maduro para el personaje, y muy parecido a su Maximus de Gladiator.

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