viernes, 29 de mayo de 2015

MAD MAX: FURY ROAD * * * *

IMPARABLES. Nicholas Hault y Charlize Theron. 
Mad Max: Fury Road es el renacimiento de un clásico del cine de aventuras, de aquella franquicia que iniciara con Mad Max, en 1979, que catapultó a Mel Gibson al firmamento del estrellato de manera instantánea. Su encarnación de Max, una especie de guerrero del camino, es icónica y definidora de una época. El australiano George Miller, precisamente el realizador de aquella primera película, quien se aboca a desempolvar aquella vieja historia para hacer una suerte de refrito con un marcado giro feminista. El mundo postapocalíptico y desértico de la película original vuelve con el mismo furor, en donde el agua es un bien preciado, muy escaso, y grupos tribales se dedican a pelear en el camino, usando autos reconstruidos de maneras delirantemente inconcebibles. 

No hay que espantarse, no es el desastre que fue Waterworld (1995), donde se hizo una versión de la historia ambientada en el océano. Fury Road tiene un tratamiento moderno y con una visión de Miller renovada y espectacular. Visualmente es impresionante, y no es de exagerar el decir que sus escenas de acción (que las tiene a montones) son para apreciarse en pantalla de cine. Tom Hardy es quien toma la estafeta de Mel Gibson, interpretando a nuestro héroe atormentado, el cual es acechado por   visiones de su  pequeña hija. El problema del guión, es que tiene espacios de la historia en blanco, que se nos quedan a nosotros el llenar. Podemos adivinar, por ejemplo, que la niña -y quizás hasta la esposa de Max- han tenido un destino trágico. Como sea, Max ha sido hecho prisionero por unas legiones de blancuzcos y pelones guerreros, seguidores de un lord del desierto, Immortan Joe (interpretado por Hugh Keays-Byrne, quien también interpretó al villano de la película original), el cual tiene esclavizados a hordas de personas como si fuera un faraón, y que les provee de agua casi a cuenta gotas. 

Lo curioso de esta nueva Mad Max, es el peso femenino que tiene. Esto debido a la fuerte presencia de Charlize Theron, encarnando a Imperator Furiosa, una especie de versión femenina de Max y con  toda la actitud necesaria para demostrar que es una amazona del volante. Furiosa es de armas tomar, y  manejando un trailer cargado de gasolina de contrabando, ha escapado de la fortaleza de Joe y liberado a sus cinco esposas (una de ellas interpretada por la hija de Lenny Kravitz, Zoë Kravitz). Una de las mujeres está embarazada del primogénito de Joe, y podría ser la excusa perfecta para una segunda película. Furiosa se dirige al lugar que la vio nacer, una especie de paraíso terrenal, en donde todo es verde y abunda el agua, uniéndosele en la aventura el prófugo Max, en tanto son perseguidos  por los War Boys de Joe (sí, suena como nombre de grupo de rock-pop).  Nux (Nicholas Hault irreconocible y con una actuación frenética, hilarante, y eufórica), es un War Boy que se comporta como si se hubiera tomado 50 latas de Red Bull y 30 tazas de café.

Las escenas de las persecuciones son la parte sustancial de la película. Aunque al final no hay suficientes diálogos entre los personajes, ni gran oportunidad de involucrarnos con ellos, todo queda compensado con acción sobre ruedas rápida y furiosa, genérica, emocionante e incansable. Hay impresionantes secuencias acrobáticas, ejecutadas por extras que parecen cirqueros del Cirque du Soleil, todo a más de 100 km por ahora. Advertencia: Fury Road no es de esas películas  en donde esperas encontrar un guión de profundidad intelectual, o dramáticamente interesante. Es para que te sientes cómodamente con palomas y nachos bañados en queso a disfrutar un show que  Miller ha orquestado con maestría. Es puro espectáculo con una heroína luchando por llevar la delantera en el camino  En efecto, si alguien se roba el número es Furiosa, con la cual no tardamos mucho en simpatizar, ya que es de quien sabemos más como personaje, y la falta de un brazo la resuelve con una prótesis mecánica. La acción  está  enmarcada con bellos paisajes desérticos, con una fotografía que contrapone tonos naranjas y azules. Y espera, porque la escena de la tormenta de arena, literalmente, hace sacudir la sala de cine. 


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