miércoles, 3 de noviembre de 2021

RENCOR TATUADO

Rencor con demasiada duración.
 

La única nominación que Rencor Tatuado tuvo en los premios Ariel de este año, fue para Mejor Maquillaje. Sin embargo, todavía estoy preguntándome ¿cuál ha sido el mérito de este filme en este rubro, para haber obtenido esta nominación? Sigo sin saberlo bien a bien. Para mí, creo que una nominación a Mejor Fotografía hubiera tenido más sentido, sin que necesariamente la película fuera una fuerte contendiente. El tema de los Arieles aparte, Rencor Tatuado, filme de Julián Hernández, me pareció de todas formas una película demasiado larga, con un exceso de metraje sin mucha justificación. Luego de su primer acto, poco más de la mitad de la historia se queda estancada y sin ir a ningún lado. 
 
A Hernández le dio por ponerse algo Almodovariano esta vez. Lo que no tuvo muy presente, es que los filmes del director español (incluso uno como Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios) tienen historias sólidas, un rumbo definido, y personajes bien escritos, graciosos, e interesantes. Nada de esto hay en Rencor Tatuado, una historia de venganza con varias subtramas alrededor, aunque no se siente muy, digamos, "vengativa". 
 
Luego de un primer acto que prometía algo, al menos, visible, durante las dos horas que tenemos adelante la historia se queda caminando en círculos, perdida en la investigación periodística que un reportero de tele, Vicente (Irving Peña), está realizando sobre una "vengadora anónima", la cual se encuentra llevando a cabo venganzas para "clientas" que lo soliciten, ya sea porque estas mujeres han sido violadas, o abusadas físicamente. La vengadora, Aída (Diana Lein), con seguridad fue elegida por el realizador por sus rasgos algo masculinos, con la intención de crear en nosotros una sensación de incertidumbre sobre la identidad sexual del personaje. Recordemos que los filmes de Hernández se caracterizan por sus temáticas homosexuales, como Mil Nubes de Paz Cercan el Cielo. Rencor Tatuado, por supuesto, no es la excepción. 
 
Lo que detona la investigación de Vicente, es el asesinato cometido por Aída en un hotel, dejando en el cuerpo de la víctima un tatuaje, como una especie de firma. Más adelante, en un ir y venir sin mucho sentido, a la historia se agregan personajes transexuales deprimidos, o con vacios emocionales, así como también la presentadora de un programa de radio (Itati Cantoral). Dicha locutora, además, mete en su programa a un psíquico, quien tal vez podrá ayudar a rastrear a la vengadora. A estos dos últimos personajes no les encontré mucho sentido, ni que aporten nada a la historia. Todo termina siendo un simple relleno, en un filme que, a pesar de ser visualmente interesante, elegante en ocaciones en su dirección de cámara y fotografía, y con actuaciones aceptables, llegando a las dos horas ya te sientes aburrido y queriendo que termine; un filme inerte, sin suspenso, ni emoción alguna. Y todavía le quedan 30 minutos para concluir.
⭐⭐1/2
Disponible en #Netflix

SELVA TRÁGICA

Y así como se ve, no dirá nada en todo el filme.
 

Esperaba un poco más de Selva Trágica, reciente filme de Yulene Olaizola. Su documental Intimidades de Shakespeare y Victor Hugo (2008) me pareció bueno. Sin embargo, su intento de mezclar realidad con realismo mágico en Selva Trágica, no es muy conseguido. No es cosa fácil mezclar ambos elementos en un filme y obtener buenos resultados. La película de Olaizola no es lo suficientemente, digamos, mágica o fantástica para atraparte por completo. Su principal falla, es un guión que no va para ningún lado la mayor parte del tiempo. 
 
Su personaje principal resulta decepcionante. A principios del siglo XX, Agnes (Indira Rubie), una chica esclava de color, escapa de Belice junto a otros dos acompañantes, atravesando la frontera con México, e internándose en la selva chiapaneca.
 
El Ariel que la película ganó a Mejor Sonido el fin de semana pasado me pareció bien merecido. Los sonidos de la selva sirven para envolverte por completo, incluyendo los sonidos de un grupo de recolectores de la savia de los árboles del chicle. Pero sus nominaciones a Mejor Película, Mejor Director, y Mejor Guión se quedaron muy cortas. Luego de que Agnes, escapando de sus perseguidores, quienes están bajo las órdenes de un cacique británico (Dale Carley), se encuentra con los trabajadores mexicanos, la historia se atora. Y no ayuda el hecho de que la chica pronunciará tan sólo una o dos palabras en inglés en todo el filme, sin tratar de comunicarse de alguna forma con los mexicanos. Mientras, estos obligarán a la pobre chica a ser cuidadora de tiempo completo de uno de sus compañeros, enfermo de fiebre. La situación crea en el grupo una división, entre unos que simpatizan con ella, y otros que no tolerarán mucho su presencia. 
 
Imagino que la directora intentó crear situaciones interesantes con este choque cultural entre la esclava y los mexicanos. Pero fuera de lo cómico que puede lucir, por ejemplo, que unos hermanos mayas intenten entablar comunicación en su lengua con Agnes infructuosamente, o de un par de situaciones tensas debido a la situación laboral de los trabajadores, o de introducir elementos sobrenaturales que habitan en la jungla (usando una narración en off en lengua maya, para contar leyendas sobre una diosa, Xtabá, y buscar paralelismos entre ésta y la historia del filme), desafortunadamente, la película no tiene una historia fuerte que contar. 
 
Lo malo también, es que Olaizola termina por estar más interesada en mostrar a los trabajadores realizando su labor de extraer la goma blanca de los árboles, olvidándose de la trama y sus personajes. Selva Trágica pudo haber estado mucho mejor, si la realizadora se hubiera concentrado más en esto último.
⭐⭐1/2
Disponible en #Netflix #Arieles2021

CUIDADO CON LO QUE DESEAS

Cuidado con... ver esta película. El Hellequin, el juguete que todos los niños quieren.
 

Bueno, algo tiene que nominar la Academia Mexicana de Cine en el rubro de Mejores Efectos Visuales para el Ariel este año. Cuidado Con lo que Deseas podrá haber llegado a estar en las nominadas al Ariel, pero para quien esto escribe es de las peores del 2021. ¿Qué es lo que la llevó a estar entre las nominadas a Mejores Efectos Visuales? Un muñeco generado digitalmente, el cual, supuestamente, debería ser escalofriante, pero está años luz de serlo. Para empezar, su nombre es ridículo, Hellequin, es decir, un arlequín venido del infierno. ¡Qué miedo! 
 
Este es el segundo largometraje de Agustín "Oso" Tapia, pero creo que a este "oso" le ha faltado mucha garra para conseguir una película de horror sobrenatural que no supiera a pan con lo mismo. No hay un sólo momento de miedo, ni sustos que valgan la pena recordar, y hace ver a Serenity (con Anne Hathaway y Matthew McConaughey) como una obra de arte. En serio, quienes hayan visto este úlimo filme sabrán de qué hablo, ya que ambas historias tienen muchas similitudes, sólo que a la mezcla hay que agregar también la peor copia de un filme de Chucky, y una niña (Valery Seis) obsesionada con ver en su tableta películas de terror.
 
Su mamá (Fernanda Castillo) ya no sabe qué hacer con la mocosa, debido a su extraña afición al cine de terror (tan sencillo como quitarle la tableta, o bloquearla con una contraseña). El adinerado esposo (Juan Ríos), dueño de una empresa, decide llevarse a la familia a una casa que tienen junto a un lago, para celebrar el cumpleaños de la niña. Al festejo se anexa su tío (Iván Arana), hermano del papá. 
 
Todo va bien, hasta que nos enteramos que la esposa y su cuñado se encuentran planeando matar al marido, para así poder quedarse con todo el dinero y mando de la compañía. Luego, para colmo, a la niña le regalan el mentado Hellequin, el cual, como Chucky, cobra vida, pero no para matar, sino para cumplir los deseos más obscuros que todos los miembros de la familia tengan en mente.
 
Estoy comparando este filme con Chucky, pero creo que la saga del muñeco diabólico era infinitamente mejor, ya que, al menos, el pelirrojo muñeco hacía algo en las películas. Además, era realmente feo y te daba miedo de sólo verlo. Por el contrario, el Hellequin de este churro, con su cara de porcelana, lo más que hace es que la niña se imagine cosas terribles que podrían pasar entre sus padres y el tío. ¿En donde está el horror de todo esto? Considerando que la niña se la pasa viendo películas de horror, bien podría estarse imaginando todo, y no sólo eso, sino el hecho de que el muñeco (que más bien parece un villano sacado de algún filme de Toy Story) cobre vida. 
 
La historia del asesinato, como copiada de algún film noir antiguo, ya nos la sabemos de memoria. Lo peor, es el giro inesperado que toma todo al final, sin mucho sentido, y editado sin cuidado. Ya he visto las otras nominadas a Mejores Efectos Visuales, excepto Sin Señas Particulares, pero si gana Cuidado Con lo que Deseas (lo cual seguro pasará) que me lleve Hellequin al infierno.
⭐ 1/2
Disponible en #Netflix y a la renta.

lunes, 1 de noviembre de 2021

LAS TRES MUERTES DE MARISELA ESCOBEDO

 

Marisela Escobedo con el retrato de su hija Rubí.

La mejor forma de aproximarse a este documental (nominado al Ariel este año) es no saber mucho -o nada- del caso tratado. Entre menos se sepa del tema, mejor. De esta manera, la experiencia terminará siendo más reveladora, el suspenso más palpable, ya que es uno de esos casos en donde la realidad supera la ficción. Si algo sabe su realizador, Carlos Pérez Osorio, es narrar esta historia, que tiene que ver con feminicidios y desapariciones en Ciudad Juárez, México. En específico, el caso de Marisela Escobedo, quien entre los años 2008 y 2010 luchó para que se hiciera justicia y se resolviera el caso de la desaparición y muerte de su hija, Rubí. El esposo de esta última, principal sospechoso, fue llevado a la justicia, pero la historia no terminó ahí, la cual tuvo un giro por completo inesperado, tanto para Marisela como para sus demás hijos, entre ellos, Juan Manuel Fraire Escobedo, uno de los principales narradores en el documental.
 
Las Tres Muertes es un filme que, quieras o no, terminará por impresionarte e indignarte, así como llenarte de asombro y tenerte pegado a tu asiento hasta el final. Producido por Netflix (y disponible para verse en dicha plataforma), quizás Pérez Osorio deba mucho a series documentales, como Making a Murder o Tiger King (también en Netflix) por la manera y estilo de presentar, contar, y, en general, construir su filme, condensando magníficamente (en cerca de 2 horas) el seguimiento e investigación del caso.
 
Hay entrevistas con miembros de la familia de Marisela Escobedo, y además, con quienes en aquel entonces se encargaron del caso en aquel estado del norte, en una historia que se extendió a la Ciudad de México, hasta donde Marisela Escobedo viajó a pié, junto a su familia y otras personas que la apoyaban, en protesta para la resolución del caso. Intrigante y desgarrador, seguro el filme resultará ganador del premio a Mejor Documental el próximo fin de semana.
⭐⭐⭐ ⭐
Disponible en #Netflix

MÁS SABE EL DIABLO POR VIEJO

Aquí el diablo supo más por...diablo.
 

Mrs. Doubtfire (1993) siempre me ha parecido una excelente comedia, aunque no completamente creíble. No sólo es el hecho de que la familia protagonista nunca tiene la más ligera sospecha de que la Sra. Doubtfire del título es el papá, con maquillaje y prostéticos. Pero lo menos creíble, es el hecho de que el papá (Robin Williams) tiene que ponerse a diario dicho maquillaje para hacerse pasar por la Sra Doubtfire, haciendo el trabajo de un verdadero maquillista profesional, cuando él sólo es un actor de doblaje. Sin embargo, luego de ver Más sabe el Diablo por viejo, creo que la Sra. Doubtfire me pareció más creíble en comparación con este churro apestoso, que se roba por completo la idea del filme protagonizado por Robin Williams. 
 
Dirigida por José Pepe Bojorquez (realizador de Cómo Caído del Cielo, otro churro mucho peor), la película cuenta cómo Teo (Osvaldo Benavides), un actor sin suerte y venido a menos, quien luego de ser echado de su casa por no pagar la renta, decide hacerse pasar por un actor septuagenario, para ocupar un lugar en la Casa del Actor. Esta Casa del Actor ni siquiera es la verdadera, sino un idílico lugar de fachada europea, sin problemas con sindicatos de actores, y que se nota cuenta con mucho presupuesto. No creo que sea fácil ser admitido en la casa real, ni que acepten a cualquiera. Sin embargo, Teo llega a la Casa del Actor ficticia, completamente maquillado y caracterizado como anciano, con el infaltable amigo idiota (Martin Altomaro, nuevamente queriendo ser una cruza de Zach Galifianakis y Jack Black) y es aceptado.
 
¿Cómo consigue Teo que lo admitan? Muy fácil. Aprovechando que le dieron un documento con un error en su edad, y sin que le pidan identificaciones oficiales con foto, el director del lugar (Arturo Barba) lo recibe con los brazos abiertos. Nuestro Teo tendá que llevar a cabo la misma proeza que Robin Williams en Mrs. Doubtfire, es decir, el ser todo un maquillista profesional para ponerse cada día, sin ayuda, el muy elaborado maquillaje de anciano. No sólo el director se traga el teatro, sino todo el staff, en donde no puede faltar la guapa en turno (Sandra Echevarría), quien de inmediato se convierte en su interés sentimental, y otra ayudante (Lupita Sandoval). En ninguno se despierta sospecha alguna al ver que un actor desconocido llega sin avisar de antemano a ocupar, de gratis, un nada despreciable lugar que parece un cuarto de hotel de lujo. En serio, la casa tiene hasta una cava bien surtida de vinos.
 
Reconozco que el filme tiene un par de ideas graciosas, como el hecho de que Isela Vega y Lorena Velázquez empiezan a rivalizar para ver quién atrapa primero la atención del recién llegado, o que Teo, viendo si le pueden dar el papel de Rey Lear en una puesta en escena, termina aprendiendo una que otra lección sobre actuación nada menos que de Ignacio López Tarso, justo en el tercer acto de la película. Pero con gags verdaderamente terribles y asquerosos, como aquel de la caca de perro (en serio, está fatal), o el hecho de que el personaje de Echevarría no se note muy incómoda que digamos con los coqueteos que Teo, maquillado de anciano, le hace desde que llega a la casa, la película no te la crees ni a golpes. La experiencia termina siendo torturante, y además, extraña. De lo peor del 2018.
⭐⭐

BARB & STAR GO TO VISTA DEL MAR

 

¿VISTA DEL QUÉ? Kristen Wiig y Annie Mummolo

Seguramente habrá una cosa que inquiete a quienes se aventuren a ver Barb and Star Go to Vista del Mar, y no será tanto el preguntarse en qué acento estarán hablando Kristen Wiig y Annie Mummolo, sino el hecho de si el "Vista del Mar" del título realmente existe. Para quienes les interese saber, dicho resort (según la película, ubicado en la costa de Florida), es ficticio. De hecho, locaciones en México (específicamente, Cancún y Puerto Vallarta) fueron usadas para la filmación.
 
Barb and Star, en mi humilde opinión, es de las comedias más graciosas del año, considerando el hecho de que las buenas comedias no se dan en los árboles, y de que cada año la cartelera está plagada de verdadera basura supuestamente cómica (tanto de Hollywood como de México). Habrá muchos que de inmediato descarten este filme, especialmente, si lo suyo no es el humor basado en dos personajes femeninos que hablan hasta por los codos. Pero si, por el contrario, se es fan de las comedias producidas por la dupla Will Ferrell-Adam Mckay (Anchorman 1 y 2, Stepbrothers), esta comedia es ideal. 
 
Aquí hay mucho humor verbal, en la forma de dos solteronas y amigas inseparables entrando a la crisis de la mediana edad. Barb (Mumolo) y Star (Wiig) viven juntas y se han quedado sin trabajo. Buscando vivir nuevas experiencias, ambas deciden irse de vacaciones a Florida, y hospedarse en un hotel recomendado por una conocida, "Vista del Mar". 
 
Kristen Wiig y Annie Mumolo (juntas de nuevo desde Bridesmaids), ambas bien curtidas en comedia, además de protagonizar el filme también son guionistas y productoras del mismo. Para Wiig será todo un vehículo de lucimiento, ya que interpreta un doble papel, tanto el ser la heroína como la mala del cuento. Esta última, de nombre Sharon, es como una villana sacada de una parodia de James Bond o de Los Increíbles, cuyo sello característico es el tener la piel completamente blanca, debido a una extraña enfermedad que padece desde niña, así como un corte de pelo estilo Louise Brooks, y ojos vampirezcos. Sharon lleva arrastrando traumas desde su niñez, que le dan a la historia un par de giros inesperados. 
 
Primer largometraje de Josh Greenbaum, la película destaca, entre otras cosas, por los duelos verbales entre Wiig y Mumolo, esta última igualmente estupenda. Ambas son capaces de disparar a discreción toda clase de anécdotas, cosas disparatadas, inesperadas, e irrelevantes. Sus pláticas están entre lo estúpido, loco, y delirante, y de hecho estas tres palabras definen bien el filme en general. Todo suena a que uno se enfrentará a una película protagonizada por dos amigas locas e irritantes, pero el caso es que, sorprendentemente, ambas resultan graciosas. Su amistad se verá amenazada con la llegada de Edgar (Jamie Dorman), un espía encubierto enviado por Sharon a Vista del Mar, para llevar a cabo un bizarro atentado terrorista.
 
La película termina siendo inclasificable, en su manera de mezclar la comedia paródica con el musical y una típica historia de espionaje, aderezada con destellos surreales, y un diseño de arte colorido. No es tanto una comedia basada en slapstick para arrancarte carcajadas, sino una que se mueve en terrenos alucinantes, con momentos simplones, pero también delirantes, estilo sketch televisivo a lo Saturday Night Live. Su premisa sobre el significado de la verdadera amistad reluce sin necesidad de caer en sentimentalismos.
⭐⭐⭐ 1/2
Disponible en #HBOMax y en renta digital.

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