sábado, 24 de octubre de 2020

MY SPY

 

Chloe Coleman y Dave Bautista.

Si se experimentan síntomas de deja vu al ver My Spy, o la sensación de que ya se ha visto esta película antes, no hay nada de qué preocuparse. En efecto, ya hemos visto esta película antes,-- o, al menos, la misma fórmula. My Spy es el regreso a la misma idea: el tipo gigantesco y rudo forzado, por una u otra razón, a convivir con uno o varios niños. O para ser más preciso: ponerlo a prueba para demostrar que podrá resistir balaceras, explosiones, choques, y torturas, pero no el estar junto a peques por cinco minutos.

Ahora toca el turno a Dave Bautista (Guardianes de la Galaxia), el cual, seamos honestos, es el tipo más inexpresivo frente a las cámaras y con nulo talento histriónico. Sin embargo, en My Spy no tiene muchos problemas al respecto, ya que tiene un papel que ni mandado a hacer: un agente secreto de la CIA y ex marine, de nombre JJ, quien luego de que una misión en Rusia se le sale de control, es obligado por su superior a trabajar como "espía de escritorio" junto a una compañera de trabajo hacker (Kristen Schaal), la cual sueña con ser una espía como él. Su trabajo será monitorear los movimientos de una mamá (Parisa Fitz-Henley), y su hija de 9 años, Sophie (Chloe Coleman), instalando cámaras en su departamento. La causa, es que el tío de Sophie es un criminal internacional, que se ha apoderado de un arma secreta y planea regresar a visitarlas.
Dirigida por Peter Segal, quien tiene en su haber algunas comedias protagonizadas por Adam Sandler (Anger Management, 50 First Dates), la película está muy alejada de aquel tipo de comedias en su filmografía. My Spy está más dentro de la comedia familiar, amigable, e inofensiva. No será precisamente hilarante ni para reír a carcajadas, pero My Spy se salva gracias a la buena química entre Sophie y JJ, luego de que la primera consigue tomar control de este último al descubrir, con toda la facilidad del mundo, la operación. La conexión entre ambos tomará más forma al descubrir JJ, por su parte, que Sophie es una niña triste, solitaria, y que sufre el rechazo de los niños en su escuela.
Durante su primer acto, My Spy podrá sentirse derivativa, como más de lo mismo, y sin mucha originalidad. Tal vez sea cierto. Pero el caso es que Segal termina consiguiendo un pasable entretenimiento familiar. Chloe Coleman se revela como una buena actriz, ya que está muy bien en su papel. No será del todo la niña frágil que se la pasará sufriendo toda la película. Revelará un lado inesperadamente duro, fuerte, y más inteligente de lo esperado, justo cuando el filme empiece a parecerse a The Professional (con Jean Reno y Natalie Portman). Al final, la fórmula del grandote musculoso, descubriendo su lado sensible gracias a su inesperada amistad con una niña de apariencia frágil, pero fría y calculadora por dentro, funciona bien, haciendo de My Spy un filme perfecto para una tarde ociosa de domingo y sin nada mejor qué hacer.
Disponible en Amazon Prime Video.  
⭐️⭐️1/2

DARK WATERS

 

AGUAS TURBIAS. Mark Ruffalo como un implacable abogado.

En Foxcatcher, el personaje interpretado por Mark Ruffalo tuvo algunos problemas con cierta familia de nombre du Pont. En Dark Waters, Ruffalo, por alguna extraña coincidencia, vuelve a tener pleitos con Du Pont, pero esta vez se trata de la prestigiosa marca de productos de cocina. Lo extraño también, es que un director como Todd Haynes, cuya filmografía se ha enfocado más en melodramas románticos (como Far From Heaven y Carol, excelentes filmes), así como biopics musicales (Velvet Underground, sobre David Bowie, o I'm not There, con una original interpretación de Cate Blanchet como Bob Dylan) haya tomado en sus manos una historia como la contada en Dark Waters. Ruffalo interpreta aquí a un sencillo abogado, quien decidió demandar al gigante corporativo Du Pont por, en resumen, envenenar a la mitad de la población de Estados Unidos.

El enfoque de Haynes no es precisamente el de la tradicional película de juicios y tribunales; de interminables interrogatorios y desfile de testigos, sino uno que se encuentra entre el melodrama y el de un filme de horror. Sí, un filme de horror, siendo este último enfoque al que Haynes decidió darle más énfasis. Dark Waters es un filme revelador, que desenmascara los horrores y atrocidades de una multinacional como Du Pont, que en la fabricación de, por ejemplo, sartenes de teflon, causó enfermedades y muerte de personas.
Ohio, E.U., mediados de los 1990s. Un granjero acude a la firma de abogados en donde trabaja Rob Bilott (Ruffalo, fabuloso) en búsqueda de ayuda, debido a que aquel tiene evidencia de que su ganado está siendo envenenado. Creyendo que se trata de un caso muy pequeño e "individual", Bilott se muestra renuente a tomarlo al inicio. "Yo soy un abogado corporativo, usted necesita ayuda de alguien más", le dice Bilott al granjero. No pasará mucho antes de que la curiosidad lleve al abogado a revisar la evidencia dejada por el hombre, y se decida a viajar a su granja a investigar más el caso, en donde quedará impresionado de ver la granja convertida, literalmente, en un "cementerio".
Bilott concluye que esto es más grande de lo que imaginaba, y que una gran fuente de contaminación está detrás, específicamente un químico, el C-8. Dark Waters se enfoca más en la exhaustiva investigación de Bilott, la cual será tanto fascinante como escalofriante, y que lo lleva a rastrear el origen del C-8 al "Proyecto Manhattan" y la creación de la bomba atómica en 1945, para luego tener otras aplicaciones militares. Sin detenerse a pensar en las consecuencias, Du Pont decidió aplicar el C-8 en sartenes anti adherentes y otros productos; en cosas que usamos cotidianamente y que tienen contacto con la comida que consumimos.
El caso termina siendo intrigante y terrorífico, el cual te mantiene durante toda la película con los ojos desorbitados, al ver detalle tras detalle de la investigación irse revelando; el ver cómo bebés han nacido deformes y mucha gente se ha enfermado de varios tipos de cánceres por culpa también de los desechos tóxicos que Du Pont, irresponsablemente, liberó en aguas de las cercanías de la granja y alrededor del área. Si hay algo sumamente rescatable de la película es, precisamente, la actuación de Mark Ruffalo (merecía una nominación al Oscar). Rob Bilott es un hombre ecuánime, calmado, y nada explosivo (considerando lo estresante del caso en sus manos). Bilott enfrenta muchos obstáculos, empezando por la negativa de su jefe (Tim Robbins canoso) para tomar el caso, por miedo de agitar los ánimos y enfrentar a una poderosa empresa.
Bilott está sólo en el caso contra Du Pont, sin mucho apoyo ni asistencia, trabajando en medio de cientos de cajas de archivo y miles de papeles. Ni su esposa (Anne Hathaway, igualmente magnífica), también abogada, le tenderá mucho apoyo emocional al inicio. Quien haya visto "Spotlight", en donde Ruffalo interpretó a un incansable reportero, podrá hacerse una idea de su interpretación en Dark Waters. La película termina siendo una historia de "David contra Goliat", no del todo concluyente ya que, aparentemente, Bilott sigue a la fecha trabajando en el caso contra Du Pont, y buscando justicia por las víctimas de su negligencia. Dentro de su aparente sencillez (sin exagerados repuntes melodramáticos), Dark Waters no te dejará indiferente en lo absoluto.
⭐️⭐️⭐️⭐️

FROZEN 2

 

NUEVAS AVENTURAS BAJO CERO. Olaf está de vuelta.

Lejano ha quedado aquel 2013 cuando Frozen fue estrenada. A pesar de que ha pasado mucho tiempo, todavía resuena en nuestra memoria la canción "Let it Go", con la poderosa voz de Idina Menzel, quien da voz a Elsa, la princesa de hielo. Llega ahora la secuela, Frozen 2, que por alguna razón -o por muchas- nos ha dejado a muchos helados. No quiero decir que esta segunda parte sea mala o decepcionante, nada más lejos de la realidad. Lo que sucede, es que teniendo como precedente una primera parte que es, simplemente, espectacular en todos los aspectos, tanto en el visual como en el de su historia (tiene como fuente de inspiración el cuento de Hans Christian Andersen, la "Reina de Nieve", que ya ha sido adaptado antes al cine), es normal que uno espere una segunda parte al mismo nivel, o incluso mejor.

Dirigida por Jennifer Lee y Chris Buck, la misma dupla que dirigió la primera parte, Frozen 2 se enfoca ahora en algunos misterios, por ejemplo, la muerte de los padres de Anna (voz de Kristen Bell), y de Elsa (voz de Idina Menzel), es decir, los reyes Runeard (voz de Jeremy Sisto), e Iduna (Evan Rachel Wood). Todo es paz y felicidad en el reino de Arendelle (no falta el número musical de rigor para acentuarlo), hasta que Elsa empieza a escuchar una voz misteriosa cantar desde lo profundo del bosque, que gracias a su magia y poderes sólo ella puede escuchar. Intrigada, Elsa se aventura al bosque junto a Anna, Kristoff (Jonathan Groff) y su reno, y claro, Olaf (voz de Josh Gad), el muñeco de nieve, de vuelta con su mismo encanto y gracia, para averiguar de dónde proviene la voz, la cual, sin duda, tiene algo qué comunicarle.
Frozen 2 cae fácilmente en la tentación de muchas secuelas de hacerlo todo más en grande que antes, visualmente más impresionante y mejorado; metiendo más canciones, personajes, subtramas, más renos (con todo y número musical en donde cantan), y ahora unos gigantes de piedra. Debo admitir que, por lo menos en el aspecto visual, Frozen 2 es realmente impresionante, con efectos visuales estupendos, y secuencias realmente bellas, como aquella de un caballo de agua cabalgando en las profundidades del océano, o algunas que tienen lugar en el otoñal y grisáceo bosque al que llegan Elsa y Anna, como el incendio del bosque. Pero es en la más dramática segunda mitad donde los animadores de la Disney se superan a sí mismos, con secuencias simplemente fabulosas, como una muy dramática, en donde, sin revelar mucho al respecto, un personaje se desvanece en una nube voladora, o aquella de la revelación que tiene lugar dentro de un barco naufragado, donde dos figuras de hielo se materializan frente a las hermanas, y es que "el hielo tiene memoria", según Elsa.
Frozen 2 cumple en el aspecto visual, y nos deja con nuestros ojos extasiados. En ese sentido es irreprochable. Sin embargo, lo que ofrece generosamente en términos visuales, le falta en cuanto a historia se refiere. Lo que hizo realmente memorable a la primera película fue, no nada más la canción "Let it Go", sino una buena historia, que tenia como centro el drama de Elsa al descubrir sus poderes, el no saber cómo lidiar con ellos, junto al sacrificio que termina haciendo por lo que más quiere. Frozen 2 tiene una historia pasable, pero creo que el haber puesto a dos grupos enfrentados en el bosque, en un conflicto que de todas formas no acaban desarrollando a fondo los guionistas, termina siendo algo estorboso y distractor. Hay comicidad, como ver a Kristoff intentar durante toda la película proponer matrimonio a Anna, mientras Olaf sigue igual de gracioso, pero sin el mismo peso que tuvo antes. En resumen, una secuela que, sin estar a la misma altura de su primera parte, pasa como un efectivo entretenimiento familiar de fin de semana, y se disfruta más si no se espera mucho de la misma.
🌟🌟🌟1/2



viernes, 23 de octubre de 2020

7500

CLAUSTROFOBIA EN LAS ALTURAS.  
Joseph Gordon-Levitt 
7500 quizás sea la película más claustrofóbica sobre secuestros de avión jamás hecha. Y digo esto poniendo a consideración incluso United 93, el filme de Paul Greengrass sobre el secuestro, precisamente, del vuelo del título, que durante el 9/11 se estrelló en los bosques de Pennsylvania en 2001. Aunque 7500 es, por el contrario, una historia de ficción (posiblemente inspirada en los hechos del vuelo 93), es inevitable que traiga a la mente dicho filme de Greengrass. Es oportuno decir, que las personas claustrofobias tal vez deban pasar por alto esta película. Pero será una lástima, ya que se estarán perdiendo los 90 minutos más tensos y angustiantes que se pueden experimentar al ver una película.

Dirigida por el alemán Patrick Vollrath, toda la trama de 7500 (el título refiere al código para notificar a la torre de control que un vuelo ha sido secuestrado) está instalada dentro de la cabina de mando de un avión, y pone a Joseph Gordon-Levitt, sencillamente tremendo y espectacular, en el "centro de la acción". Gordon-Levitt interpreta a un joven copiloto quien, durante un vuelo de Berlin a Paris, deberá enfrentar a unos terroristas, quienes luego de escasos minutos del despegue toman el control del avión. Los terroristas, bajo amenaza de matar a unos pasajeros, tratarán de ingresar a la cabina. Nada se puede agregar de más, sin el peligro de revelar detalles de la minimalista trama, la cual, con todo y estar cerca del 100 por ciento instalada dentro de la cabina, te tiene mordiéndote las uñas. Uno queda enganchado por saber qué va a pasar al siguiente segundo, preguntándote: ¿Cómo resolverá Tobias, nuestro piloto, esta situación? ¿Deberá anteponer lo que más ama por seguir al pie de la letra protocolos de aviación y seguridad? ¿Cómo hará para mantener el vuelo en el aire y seguro, considerando todo lo que está en juego?
Una parte de la mente de Tobias tiene que estar controlando el avión, y mantener al tanto a la torre de control de la situación, y al mismo tiempo cuidar que la puerta de la cabina (que aquí representa la enorme y valiosa barrera entre la seguridad de estar dentro de la cabina, contra los peligros del otro lado), no sea abierta. Una cosa se puede decir, y es que Tobias, contrario a otros pilotos que hemos visto recientemente retratados en cine, como en Sully, o Flight (con Tom Hanks y Denzel Washington interpretando a los pilotos en dichos filmes), será todo menos un héroe. Además de que el filme es impresionante en su muy realista representación del trabajo de un piloto, desde que despega el avión hasta que lo aterriza, incluyendo una cabina de avión que luce tan auténtica, que si no es una reconstrucción debe ser un avión real o un simulador, el principal mérito de Tobias como personaje es haberse mantenido -al menos, la mayor parte del tiempo- estoico, en extremo profesional, y siguiendo las reglas al pie de la letra. En el estira y afloja emocional, cambiante y fluctuante, del tercer acto, uno como espectador, a pesar de adivinar a estas alturas el desenlace, termina rendido frente a 7500 y la sobredosis de adrenalina que nos inyecta.
Disponible en Amazon Prime Video.
⭐️⭐️⭐️⭐️

TROOP ZERO


McKenna Grace (en medio) y su tropa.
Nunca antes había escuchado de Bert & Bertie. Pero lo que que me sonaba a una firma pastelera, o una marca de repostería, resulta ser una dupla de realizadoras con una interesante propuesta. En Troop Zero, su segundo largometraje, Bert y Bertie demuestran tener una visión propia, particular, y con sentido del humor. Troop Zero, producida por Amazon Studios, además de tener un sabor sureño, tiene una inspiración en las películas de Wes Anderson, que los aficionados a su cine encontraremos irresistible. La historia cuenta cómo un grupo de niñas están dispuestas a demostrar que, a pesar de ser fuera de lo convencional, y que encuentran complicado encajar en este mundo, valen por algo.

Georgia, 1977. Christmas Flint (McKenna Grace), una niña que ama mirar a las estrellas y preguntarse por los misterios del cosmos (por ejemplo, si puede haber vida en otros mundos), vive únicamente con su papá abogado, Ramsey (Jim Gaffigan), el cual tiene sus oficinas en una casa rodante. Sufriendo los abusos de las "chicas malas" en turno de su escuela, debido a su apariencia algo excéntrica, Christmas decide formar su propio grupo de chicas scouts. Esto, luego de que gente de la NASA visita el pueblito donde vive, para buscar, a través de un concurso, las voces que podrían ser enviadas al espacio, en un mensaje grabado en un disco de oro, para que alguna vida inteligente pueda recibirlo y escucharlo.
La historia es sencilla, y en ese sentido, el fuerte de Troop Zero no recaerá precisamente en una trama que depare muchas sorpresas, al menos la mayor parte del tiempo. Cada niña reclutada por Christmas, incluido un niño, Joseph (Charlie Shotwell), su mejor amigo, tendrá que demostrar sus talentos. Así, habrá una niña con mucho coraje, Hell-no Price (Milan Ray); o Smash (Johanna Colón), una niña regordeta y callada, pero con alma de ingeniera; así como una niña, Anne-Claire (Bella Higghinbotham), quien a pesar de tener un sólo ojo sano y funcional, es en extremo cristiana (antes de aceptar entrar al grupo, tuvo que consultarlo con Jesús) y está en búsqueda de encontrar el valor para enfrentar sus inseguridades. Viola Davis (quien también funge como productora del filme), luciendo un impresionante afro, interpreta a la secretaria del papá de Christmas, la cual decide aceptar ser la líder del grupo, y será quien se encargue de prepararlas para el concurso de talento en el que deberán participar.
Con un muy buen diseño de producción, vestuario, y una fotografía deslavada, para darle a la película la apariencia retro de un filme de los 1970s, Troop Zero, escrita por Lucy Alibar (guionista de Beasts of the Southern Wild, otra película con una niña como personaje principal), si bien no tiene nada particularmente extraordinario en sus dos primeros actos y que avanza a velocidad en neutral, tiene momentos graciosos, así como una estupenda banda sonora. Sus actuaciones son muy buenas, incluyendo a la siempre estupenda Alisson Janey, como una maestra de doble cara y líder del grupo rival. Sin embargo, es en su tercer acto cuando realmente el filme sorprende, consigue levantarse, logrando conmoverte y además ser enternecedoramente graciosa. Su homenaje musical a David Bowie, a través de "Starman", termina siendo genial.
Disponible en Amazon Prime Video
⭐️⭐️⭐️1/2

Vistas de página en total