viernes, 10 de agosto de 2007

EN CARTELERA: SYMPATHY FOR LADY VENGEANCE * * * * *

La tercera y última película de la “trilogía de la venganza”, Lady Vengeance (Chinjeolhan geumjassi, Corea del Sur, 2006), del talentoso realizador surcoreano Park Chan-wook, al que alguna vez en el festival de Cannes le endilgaron el mote de “alumno de Tarantino”, es otra muestra de la visión particular del director asiático, una laberíntica fragmentación de numerosos sucesos, narrados en tan sólo 2 horas.

Al igual que en sus anteriores filmes, Simpathy for Mr. Vengeance (2002) y Old boy (2003), Chan-wook narra en Sra. Venganza una surrealista y violenta historia de venganza, cargada de humor negro, cuyos niveles cinematográficos ya quisiera haber alcanzado Tarantino en su disparejo díptico Kill Bill. Podrá ser algo cómica y con un sutil manejo del absurdo, pero en realidad, el filme apunta hacia el castigador dilema ético y moral en el que se ve envuelta su protagonista principal, una atractiva joven, Geum-ja (Lee Yeong-ae), que ha salido de la cárcel luego de cumplir una condena de 13 años, acusada de asfixiar a un niño que cuidaba.

Geum-ja se encuentra tras la pista del verdadero asesino, libre y sin haber pagado por su crimen, para hacer justicia y buscar venganza. El sospechoso es un esposo violento y golpeador (Choi Min-sik, de Old Boy), maestro de inglés, más cercano a un capo de la mafia. Esto apenas es una muestra de lo que se narra en Sra. Venganza, llena de subtramas que enriquecen al personaje de Geum-ja, quien sufrió de todo en la cárcel, junto a mujeres que padecieron maltratos de los hombres.

Lady Vengeance es la aventura que Geum-ja emprende para vengar a sus compañeras de la cárcel, que no nada más contiene un mensaje cargado de feminismo, sino que el corazón de la cinta estará en el dilema de la justicia por mano propia, cuando las investigaciones de Geum-ja la lleven a descubrir una serie de secuestros de niños en distintas escuelas. Padres dolidos con deseos de venganza, instados por Geum-ja a cobrarse las pérdidas de sus hijos, suena al final un discurso a favor del “ojo por ojo, diente por diente”. Sin embargo, en esa magnífica secuencia final, una suerte de “Última Cena” en la pastelería, es indudable que hasta la misma Geum-ja ha salido perdiendo, al menos, espiritualmente hablando, con más vacío y más sufrimiento en su interior. Mientras, los padres celebran cínicamente, más tristes que antes, la muerte y no otra cosa. Tal vez la venganza no lleva a nada bueno.

EN CARTELERA: THE FANTASTIC 4: RISE OF THE SILVER SURFER * * 1/2

Si acaso, el único personaje que siempre me llamó la atención del grupo de superhéroes Los 4 Fantásticos, fue el carismático Ben Grimm, conocido en México como La Mole, y en España, La Cosa. Los 4 Fantásticos y Silver Surfer (The Fantastic 4: Rise of the Silver Surfer, E.U., 2007), basada en el cómic sobre los genios científicos convertidos en mutantes por exponerse a radiación espacial, ha mejorado con respecto a su antecesora, Fantastic 4 (2005), que no era más que una plana presentación de los personajes, sin mucho que hacer en una aburrida trama sin gracia.

Tim Story, responsable también de la primera parte, al parecer ya le ha tomado cariño a los personajes, y desea volverse una especie de Sam Raimi con El Hombre Araña. Lo malo, es que el grupo formado por Reed Richards (Ioan Gruffudd), Sue Storm (Jessica Alba, quizás la “rubia” menos convincente del orbe), Johnny Storm (Chris Evans, muy en su papel) y Ben Grimm (Michael Chicklis, divirtiéndose a sus anchas), no ha logrado tener el mismo impacto y éxito que Spiderman, o incluso Batman y su nueva serie de filmes a cargo de Christopher Nolan.

Sin ser un especialista en el cómic, creado por Stan Lee y la pluma de Jack Kirby, admito que esta nueva cinta me dejó con ganas de saber cómo vendrán las demás secuelas. Dejando de lado mucha de su comicidad burda, la nueva película de los 4 Fantásticos es un apenas pasable entretenimiento familiar, el clásico filme amable de fin de semana para chicos y grandes. Los personajes son más interesantes, sus dilemas ya no son el fatalismo por haberse convertido en mutantes. Ahora, es su posible separación por querer llevar una vida más normal.

Los problemas para el grupo comienzan cuando llega una amenaza del espacio exterior, el Deslizador de Plata (cual primo-hermano del T-1000 de Terminator 2/Cameron, 1991), junto a una poderosa energía, que se dedica a estar destruyendo planetas a diestra y siniestra. En tanto, su famoso archienemigo, el oportunista Dr. Doom (Julian McMahon), tratará de aliarse con el Deslizador de Plata y vencer a los 4 Fantásticos.

Excluya nuevamente el tremendo miscast de Jessica Alba (con pupilentes azules), que nos sigue queriendo convencer que es rubia platinada, e Ioan Gruffudd, como un “Señor Fantástico” de canitas teñidas; ciertas incoherencias en la trama, y tendrá un filme más o menos visible, con efectos especiales decentes, sin pretensiones, y que presume ser la primera y verdadera película de estos superhéroes de la Marvel, si se pasa por alto su olvidable predecesora.

EL HOLLYWOOD DE AYER: THE BENNY GOODMAN STORY * * 1/2

Benny Goodman es considerado uno de los mejores clarinetistas de la historia del jazz, junto a otros maestros, como Sidney Bechet. Admirado por Woody Allen (cuya música ha estado presente en muchos de sus filmes e incluso en su faceta de clarinetista parece emular sus pasos), Benny Goodman vio su vida adaptada al cine en Vida y Música de Benny Goodman (The Benny Goodman Story, Estados Unidos, 1955).

Figura clave en la historia del jazz, Goodman dio al clarinete su lugar en las grandes bandas, como un instrumento con el que era capaz de lograr excelentes improvisaciones, empezando a interpretar música Dixie Land (también conocido como estilo Nueva Orleáns) junto a bandas que, en los años 1920, eran consideradas como marginales por su técnica libre y poco convencional.

Para los amantes del jazz, como su servidor, The Benny Goodman Story es una delicia. En primer lugar, participaron figurones como el saxofonista Stan Getz, el legendario xilofonista Lionel Hampton, el batería Gene Kupra, el trompetista Harry James, la cantante Martha Tilton, el compositor Ziggy Elman y el pianista Teddy Wilson, todos ellos teniendo una destacada participación musical interpretando la música de Benny Goodman, encarnado por el debutante actor Steve Allen (con un gran parecido al músico). Allen fingía perfectamente bien tocar el clarinete, mientras que el mismo Goodman era quien ejecutaba sus propias obras en la banda sonora de la película.

Esta biopic de Benny Goodman, se sumaba a otras dedicadas a músicos de jazz, como la de Gene Kupra (Weis, 1959) o aquella sobre Glenn Miller (Mann, 1954), y el gran punto débil que presentaba era la floja dirección del realizador Valentine Davies, en una sumamente lineal y convencional biografía. La película abría desde la infancia de Goodman en los barrios pobres de Chicago. Gracias al impulso que le dio su padre (Robert Simon) para que tuviera una buena educación junto a sus hermanos mayores, es en sus clases de música donde por azares del destino tiene su primer contacto con el clarinete, hasta convertirse en un prodigio del mismo.

De ahí, un adolescente e inquieto Goodman, atraído por la música popular, tuvo su primer trabajo en un grupo musical dentro de un barco, entrando en contacto con músicos de Nueva Orleáns, quienes le enseñan a tocar Dixie Land tan sólo sintiendo la música, sin leerla. La dirección de Davies no pudo haber sido muy imaginativa que digamos (simplemente se limita a posar la cámara frente a Allen y los demás músicos, dejando que ellos hicieran el resto), pero tampoco se puede decir que el filme aburra. Para los amantes del género musical, hay escenificaciones magníficas de las presentaciones de Goodman en sus históricas giras por los E.U., desde pequeños centros nocturnos manejados por gangsters, hasta su gran salto a la escena neoyorkina, punto geográfico que causaba miedo a Goodman por su público conservador. En Nueva York tiene su gran oportunidad de actuar en el Carnegie Hall, y demostrar que su música también podía ser ejecutada en estos escenarios, inaccesibles a la música popular.

En ese sentido, el conflicto en torno al que gira el guión (escrito por el mismo Davies), será el difícil panorama al que se enfrenta Goodman para poder tocar su propia música –mezcla de Dixie Land y swing-, ante ejecutivos y promotores que le exigían limitarse a música más clásica y valses. Aunque su público fue el que tuvo la última palabra. Un conflicto que el guión extrapola al interés amoroso de Goodman, una bella y refinada chica, Alice Hammond (Donna Reed), aficionada a la música clásica, y que se acabará enamorando del talentoso Goodman, a pesar de los mundos diferentes a los que pertenecen. Goodman (por increíble que parezca), se le resistirá mucho a la guapísima Alice –en alguna escena la dejará abandonada en el aeropuerto para irse de gira-.

Tenemos en Benny Goodman a un buen personaje (muy bien interpretado por Steve Allen), íntegro, centrado en su carrera, en su música, y que logró hacerse escuchar por el público más exigente.

DVD: THE ICE HARVEST * * 1/2

En John Cusack (uno de los actores más desperdiciados del momento), se conjugan una serie de constantes que lo hacen perfecto para el tipo de papel que interpreta en La Cosecha de Hielo (The Ice Harvest, E.U., 2005), un thriller con toques de humor negro, de bajo calibre aunque resultón en muchos aspectos.

Dirigida por el actor, realizador y ex cazafantasma Harold Ramis, John Cusack interpreta a un abogado de mafiosos, que junto a su socio (Billy Bob Thorton), propietario también de un club de strippers, roban a un jefe de la mafia 2 millones de dólares por pura ambición monetaria, y para hacerle pasar un mal rato durante la época navideña, en una fría y nevada Wichita, Kansas.

Tanto Cusack como Billy Bob están como peces en el agua en los papeles que mejor saben hacer, el primero, el bienintencionado tipo con cara de chico bueno e inocente, envuelto en una serie de problemas bastante difíciles de resolver; mientras el segundo está perfecto en su personaje de antisocial y pasado de listo. Un par de talentosos actores que, sin embargo, quedan sin mucho que hacer en una historia dispersa durante su primera hora, que tarda mucho en despegar.

Algo desconcertante es que un filme, que no es más que una puesta al día de una típica historia de film noir, con todo y femme fatale en la forma de la atractiva e irreconocible Connie Nilsen, administradora del club de Vic, rematando además con un desaprovechado Oliver Platt, no tenga los alcances esperados en su argumento, escrito por Richard Russo junto a un guionista del calibre de Robert Benton, quienes adaptan la novela de Scott Philipps.

Lo que sigue, por supuesto, serán los habituales y muy convencionales enredos entre el par de improvisados ladrones, justo cuando se vean perseguidos por el capo al que robaron (Randy Quaid). La destreza que luce Ramis para resolver bien los pequeños destellos de humor negro, así como el gran trabajo fotográfico, al menos hacen de la película una simple curiosidad, que puede verse si uno no se pone demasiado exigente con sus numerosos puntos débiles.


DVD: ILS * * *

No será del todo nueva ni muy original su propuesta narrativa ni su puesta en escena, pero Ellos (Ils, Francia, 2006) no deja de ser una inquietante película de terror, que pone al día aquellas ideas que presentara El Proyecto de la Bruja de Blair (Myrick y Sánchez, 1999), utilizando hábilmente los miedos naturales a la obscuridad, a lo oculto, aquello que no vemos pero sabemos que está ahí presente.

Con una historia que presume el estar basada en hechos reales, la película está dirigida por el galo David Moreau y Xavier Palud. Rodada en formato digital y con una corta duración de 77 minutos, el filme cuenta cómo unos misteriosos seres, de los que desconocemos su identidad poco más de la mitad del filme, están asesinando a todo aquel que se adentra en un bosque de Rumania.

Clementine (Olivia Bonamy), guapa maestra de francés, y Lucas (Michael Cohen), un escritor, son una joven pareja francesa que vive en una enorme casa, en medio de un bosque en Bucarest. Una noche, ambos se verán invadidos en su inmensa soledad, cuando un grupo de seres aparentemente invisibles, bastante rápidos, hábiles y letales, irrumpan en su casa para convertirlos en sus presas.

Moreau y Palud saben muy bien cómo mantener intrigada y asustada a su audiencia, manteniendo en secreto la identidad de estos extraños depredadores, dentro de una historia que no presumirá de mucha imaginación, pero lo que acaba resultando hábil de la idea argumental, es que en las dos terceras partes de la cinta no sabremos si nuestros aterrados protagonistas se enfrentan a seres sobrenaturales, a espíritus chocarreros, algún ser fantástico que habita en la obscuridad del bosque, a unos extraterrestres que quieren matarlos, o tal vez un asesino serial suelto en el bosque buscando a sus próximas víctimas. Jamás lo sabremos hasta la última parte de la película.

Si hay un género que no se le da mucho a los franceses es el del terror, pero pequeños ejemplos como Ellos, a pesar de tener un subtexto paranoico, surgen de pronto para sorprendernos por su estupenda manera de construir un buen suspenso y ponernos la piel de gallina, valiéndose de un pequeño presupuesto.

jueves, 9 de agosto de 2007

LONELY HEARTS * * * 1/2

El famoso caso de la pareja de asesinos seriales, formado por Martha Beck y Raymond Martinez Fernández, conocida como los “Corazones Solitarios Asesinos”, ha sido llevada al cine, al menos, 2 veces: The Honeymoon Killers (Kastle, 1970) y Rojo Carmesí (Ripstein 1996). Beck y Martinez era una pareja-dispareja que se había conocido por correspondencia. La manipuladora y celosa Martha, de ser una potencial víctima del calvo y delgaducho Raymond, se convirtió en su pareja sentimental, quienes por el año 1949, se dedicaron a buscar viudas a causa de la guerra. Raymond las conquistaba, les proponía matrimonio y después las mataba, para así poder apropiarse de su fortuna, todo orquestado por la enfermiza mente de Martha, la cual se hacía pasar por su hermana.

La película dirigida por Todd Robins (responsable de un buen western sobre Wyatt Earp, Angel Fire/1992), tiene a su favor un cuadro de actores sumamente efectivo, en un filme que luce sencillo y convencional en su realización; con una buena fotografía, destacando por sus enormes paisajes, que en el fondo acaba siendo un buen film detectivesco al estilo antiguo. Si algo preocupó mucho a Robinson, fue hacer una película lo más apegada posible a los hechos reales en las que está basada.

Me sorprendió la capacidad de Salma Hayek (una actriz que histriónicamente no es capaz de mucho en pantalla) de darle a su Martha Beck una enfermiza presencia, que por momentos parece quedar atrapada en su mirada. Es uno de los meritos de Robins, sacarle a la Hayek una buena actuación, que si acaso tiene un pero es esa sensación contenida del pathos que logra transmitir, pero que nunca logra estallar, como sí lo hacía en el filme de Ripstein Regina Orozco, y su obesa enfermera Coral Fabre.

Con seguridad, el hecho de que no consigamos apreciar mucho las emociones atrapadas de Salma Hayek, se deba quizás a que la cinta no nada más trata sobre los asesinos seriales Beck y Fernández, este interpretado por un Jared Leto muy en su personaje. Lo que nunca habíamos visto en las versiones fílmicas anteriores, es que ahora vemos también en el relato la investigación policial que llevaron a cabo el detective Elmer C. Robinson (John Travolta) y Charles Hildebrant (James Gandolfini).

El trabajo de Travolta y Gandolfini es impecable, el primero interpretando a un tranquilo detective, que se divide entre su deber de padre soltero, novio de su atractiva secretaria (Laura Dern) y de su trabajo policiaco, este último el de más peso en su vida.

La parte dedicada a la investigación y vida privada de Robinson no podrá ser más convencional, en sus conflictos, en su simpática amistad con Hildebrant y demás compañeros de trabajo, y en su cacería del matrimonio asesino. Pero sin duda hace más interesante e imprime más suspenso a una historia criminal que, de todas formas, también ya hemos visto con anterioridad varias veces, y que guarda mucha relación con otra pareja sentimental de bandidos, Bonnie and Clyde.

lunes, 6 de agosto de 2007

DVD: DREAMGIRLS * * * 1/2

No le fue tan mal en la pasada entrega de los Globos de Oro, y además Soñadoras (Dreamgirls, E.U., 2006) se las arregló para colarse en la entrega de los Oscares con varias nominaciones este año.

Soñadoras, primera incursión en el género musical de Bill Condon, luego de notables aciertos con Dioses y Monstruos (1998) o Kinsey (2004), es la adaptación del musical de Broadway estrenado en 1981, una muy convencional y digerible historia sobre el clásico poder de alcanzar los sueños (o las estrellas, como dirán en alguno de los números musicales) para los talentosos cantantes negros que buscaban abrirse camino en los turbulentos y racistas años 1960.

Los problemas de Soñadoras no radicarán en su parte musical, gracias al talento que la sostiene en las grandes voces de Beyoncé Knowles, así como de la revelación Jennifer Hudson, finalista del programa American Idol (ganadora del Globo de Oro a Mejor Actriz de Reparto en Musical), quien con su poderosa voz acaba robándole el número a sus compañeras de reparto. El mínimo pretexto servirá para que Hudson empiece a cantar y se luzca encarnando a una suerte de juvenil Aretha Franklin.

La película está hecha para la gente que disfrute mucho del rythm & blues, el funk y el soul (como quien esto escribe), y así sobrevivan el aluvión de canciones durante poco más de dos horas. Pero no se asuste. Condon sabe dirigir con buena mano la mayoría de los números musicales e incluso la experiencia acaba siendo divertida, si uno ve Soñadoras como una suerte de respetuosa parodia sobre el nacimiento musical de Diana Ross y The Supremes, de la disquera Motown y sus grandes estrellas, como las mismas Supremes, The Jackson 5, The Temptations, etc.

Aquí serán las Dreamettes, formado por tres chicas (Knowles, Hudson y Anika Noni Rose), que saltarán a la fama gracias al apoyo de su descubridor y representante, Curtis Taylor (Jamie Foxx), empresario automovilístico y productor de discos. Las chicas darán sus primeros pasos como coristas del excéntrico cantante de funk y gospel, James “Thunder” Early (Eddie Murphy, encarnando una mezcla de James Brown, Little Richard y Chuck Berry), hasta que empiecen a surgir las rivalidades entre Effie (Hudson) y Deena (Knowles), la primera con dificultades para guardar la disciplina, y físicamente no tan agraciada como la segunda.

No esperemos una magnífica biopic al estilo de Ray o Walk the Line. Soñadoras será un disfrutable –para el público apropiado- espectáculo musical, que irá más allá de ser una calca del show de Broadway, gracias a su atinado subtexto acerca del racismo en el mundo musical, tomando por momentos un tono documental, insertando imágenes históricas sobre la lucha por los derechos civiles, y un vistazo a la práctica ilegal de la “payola” (dinero pagado a un locutor para que tocara una y otra vez cierta canción). Los números musicales tendrán una muy predecible y mecánica sucesión, pero la película valdrá por ese gran tour que ofrece, medio ficticio, medio real, medio en broma, por la historia de la música negra en los 1960 y 1970.

++ Jennifer Hudson y Eddy Murphy ganaron el Globo de Oro como mejores actores de reparto en filme musical y la película ganó el premio a Mejor Filme Musical. Para los Oscares compite en rubros como Mejor Canción, Dirección de Arte, Banda Sonora, Sonido, entre otros.

++ El musical de Broadway ganó 6 premios Tony y llegó a las 1522 representaciones.

++ La cantante Diana Ross ofreció su asesoría a Beyoncé Knowles para cualquier cosa que quisiera saber sobre su vida musical junto a The Supremes.

++ El personaje de Effie está inspirado en Florence Ballard, integrante de Supremes, quien tuvo un final más trágico, falleciendo por problemas del corazón en 1976, a los 32 años.

domingo, 5 de agosto de 2007

DVD: LEMMING * * 1/2

En una de las escenas más inquietantes de Lemming (Francia, 2006), el personaje interpretado por la gran Charlotte Rampling dejará humillado y en ridículo a su esposo en la ficción, encarnado por otro grande del cine francés, André Dussollier. Todo en segundos y durante una cena frustrada frente a sus anfitriones, la joven pareja protagónica, hasta ese momento con una vida estable y feliz.

Lemming es el tercer largometraje del germano Dominik Moll, que nuevamente entra en los terrenos del suspenso psicológico, desafortunadamente sin igualar -y menos superar- a su más lograda y entretenida Harry, Un Amigo que Os Quiere (2000), su anterior película. Aquí, el pretexto será la extraña y no muy creíble aparición de un roedor en la tubería de una casa, habitada por el matrimonio formado por un inventor, Alain (Laurent Lucas), y su esposa, Bénédicte (Charlotte Gainsbourg), que acaban de mudarse a un lujoso suburbio.

El mentado roedor es el lemming del título, habitante de tierras nórdicas, que Bénédicte encuentra obstruyendo la tubería del fregadero. El hallazgo servirá para desencadenar una serie de desafortunados acontecimientos en la vida matrimonial de Alain y Bénédicte, el primero trabajando en una minicámara voladora a control remoto, a partir de la insana presencia de Alice (Rampling), esposa del jefe de Alain, quien aparentemente ha venido sufriendo los maltratos y engaños de su marido.

Al igual que el Harry del anterior filme de Moll, Alice será el personaje mentalmente inestable de la historia, introduciéndose de manera enfermiza y hostigante en la vida de Alain y Bénédicte, en una corta pero gran actuación de Charlotte Rampling. El brutal suicidio de Alice, vendrá a desequilibrar a los dos, siendo Bénédicte la primera en mostrarse afectada, comportándose como poseída por el espíritu de la fallecida Alice.

Si hay algo en lo que Moll jamás falla, es en la acertada creación de un ambiente pesado, acorde al cada vez más profundo desplome mental de Alain, sin jamás poder explicarse el porqué todo está en su contra, el porqué su esposa se aleja cada vez más de él, pareciendo todo el producto de una espantosa pesadilla... o al menos así lo quisiera él.

En dicho aspecto formal y en las buenas actuaciones de todo el reparto, están los puntos a favor en la realización de Moll, ya que con respecto a la trama, nunca logrará dominar su narración del todo. La película se convertirá en un conjunto de ideas no muy bien armadas, sin mucha coherencia, con hechos inverosímiles, hasta una resolución que carecerá de toda lógica.

El ejercicio hitchcockiano le ha fallado a Moll esta vez. No ha sabido manejar muy bien los elementos del suspenso con toques paranormales. Pero como decía al principio, la película vale por su enérgica primera mitad, con la Rampling a punto de robarse todo el numerito.

CINE ANIMADO: RATATOUILLE * * * * *

Con su más reciente producción, Ratatouille (Estados Unidos, 2007), la Pixar se ha vuelto a levantar, luego de la mediana, aunque técnicamente impecable, Cars (Lasseter-Ranft, 2006). Si por algo acaban sorprendiendo siempre los filmes de la Disney-Pixar, son por su magnífica técnica de animación, pero también por sus bien escritas y originales historias, pobladas de interesantes personajes, que derivan en trabajos inteligentes.

El realizador y guionista Brad Bird, se anota un punto más con Ratatouille, luego de su trabajo en la dirección de la muy entretenida Los Increíbles (2004). Ambientada en París, la historia cuenta cómo una rata de nombre Remy (voz de Patton Oswalt), ante la sorpresa de su hermano y padre, decide un buen día dejar de comer basura y caminar erguido en dos patas, ya que es más higiénico. Las aspiraciones de Remy son grandes, demasiado grandes para un pequeño roedor como él. No nada más quiere distinguirse entre los suyos comportándose como humano, sino que anhela convertirse en chef y ser como su ídolo, el famoso chef Gusteau, fallecido propietario de un célebre restaurante en París y autor del libro “Cualquiera puede cocinar”.

Remy, acompañado por el fantasma de Gusteau, se convertirá a su llegada a París en el guía de un torpe chico pelirrojo, Lingüini (voz de Lou Romano), quien no sabe nada de cocina y trabaja como lavaplatos en el restaurante de Gusteau. Lingüini será usado por Remy para desarrollar sus dotes culinarias, cocinando y experimentando con extravagantes platillos. Todo se complicará cuando el chico deba demostrarle al tiránico chef Skinner (voz de Ian Holm) y a la guapa chef Colette (voz de Janeane Garofallo), cómo logra sus deliciosas creaciones, con el prestigio del lugar de por medio al perder una estrella de calidad, por una mala crítica publicada por Anton Ego (voz de Peter O’Toole).

La animación es un prodigio. La agitada realidad de la cocina de un restaurante de lujo, se ha reflejado de manera perfecta. El lugar es un mar de detalles por descubrir y apreciar, empezando por los movimientos de los cocineros, su forma de cortar los ingredientes, de interactuar dentro del espacio. Mientras, el sonido es una maravilla técnica, ya sea cuando escuchemos algún platillo hirviendo, o el calor de una sartén. Es decir, una casi caprichosa manera de introducirnos en una cocina, tan realista como toda la comida que se presenta en los platos, sin que estos detalles interfieran en la narración de una conmovedora historia sobre la voluntad de alcanzar los sueños, sin importar que el genio sea un animalito inconforme con su condición de rata.

Con seguridad, estamos ante el primer filme de la Pixar dirigido más a un público maduro y adulto que el infantil, sobretodo por sus detalles sobre el mundo gastronómico. No es que Ratatouille vaya a aburrir a los niños. Remy tiene el suficiente encanto para hacer que el público infantil se divierta, en las cómicas rutinas de slapstick que la rata y el flaco Lingüini, transformados en títere y titeretero, realicen en su esfuerzo por cocinar.

Rataouille es una entrañable fábula, que tiene como ingredientes principales un sofisticado humor, magia y encanto de sobra. Una magia propia del arte de cocinar bien, sencillo, y en especial, desde el alma. Así se demuestra cuando el inflexible Anton Ego coma un platillo tan común como el Ratatouille, y sea transportado al instante más feliz de su infancia.

++ Para los doblajes internacionales, se tuvo el detalle de que un prestigioso chef de cada país, aportará su voz a cierto personaje. Así, para la versión española, el catalán Ferrán Adriá (considerado el mejor chef del mundo), prestó su voz. En otros países, chefs como Guy Santoro para México, Jamie Oliver para el Reino Unido, Thomas Keller en los E.U., Guy Savoy en Francia, Gualterio Marchesi para Italia, etcétera, participaron en la película.

++ Ratatouille es un platillo veraniego, típico del sur de Francia (regiones de Niza y Marsella), hecho a base de verduras como jitomate, berenjena, pimiento y calabacín, aderezado con cassé (salsa de jitomate). El nombre quiere decir en castellano “todo mezclado”.

++ El staff de animadores y Brad Bird se prepararon a tal grado para la realización del filme, que tomaron clases de cocina junto a prestigiados chefs y especialistas en banquetes.

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