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No quede muy convencido con su largometraje debut, Nightwatch (2004), en una época cuando, incluso, se decía que el realizador Timur Bekmambetov era una especie de “Quentin Tarantino ruso”. Nada más lejos de estas especulaciones absurdas. Ahora, con su primer película dirigida en Hollywood, Wanted (2008), no ha cambiado mucho mi apreciación del cine de Bekmambetov, muy ágil, cargado de acción y un estilo visual sumamente atractivo sin duda, pero al final hueco y caótico.
Desde el inicio de su díptico sobre cazadores de vampiros, que eran un par de películas góticas y de regusto épico, fue obvia la fascinación que Bekmambetov tenía por el trabajo de los hermanos Wachowski y su saga “Matrix”, evidente en personajes que desafían la gravedad, balas que cruzan el cuadro en cámara lenta y, en general, un estilo que nos pone en el centro mismo de la acción. Sin olvidar, claro está, su afición por relatos en los que la realidad y la fantasía se entrecruzan.
Wanted es la adaptación de la novela gráfica creada por Mark Millar y J.G. Jones, y tiene como protagonista a un James McCavoy al que es difícil creerle su papel de renegado asesino, sediento de venganza. Y junto a una belleza rebelde como la de Angelina Jolie, llena de tatuajes y con más experiencia en estas cuestiones (recordar Lara Croft), McCavoy no tiene mucho qué hacer. La Jolie es la protectora que todos quisiéramos tener. Su misión será introducir a Wesley (McCavoy), un patético oficinista contable, en los secretos de una antigua secta de asesinos, “The Informers”, al descubrirse como descendiente de uno de ellos. Estará bajo la tutela de su líder (Morgan Freeman), para así poder escapar también de un asesino (Thomas Kretschmann) que lo anda persiguiendo para aniquilarlo.
Sin duda, Wanted es mucho menos original que Nightwatch y Daywatch, estas con más riqueza visual e, incluso, más humor. Lo que es de reconocer, es que sus escenas de acción son impresionantes (¡Aquella del ferrocarril!), pero a su ya muy trillada inspiración “Matrix”, hay que agregar más ingredientes a la caótica mezcolanza: antecedentes medievales sobre “increíbles” códigos, ocultos nada menos que en....los tejidos de una tela, plagas de ratas explosivas, etc.
Estamos en los terrenos de un cómic. Los aficionados a la obra gráfica de Millar y Jones, van a sentirse en pleno éxtasis, entre imágenes delirantes de coches volando, disparos que salen en “curva” para matar asesinos que deben ser exterminados, atravesar con precisión cabezas; heroínas sensuales que son la fantasía de tipos promedio como Wesley, etc. Para ellos y para los que gustan del cine de acción descerebrado, está dirigida la película.