viernes, 12 de septiembre de 2008

WANTED * * *


No quede muy convencido con su largometraje debut, Nightwatch (2004), en una época cuando, incluso, se decía que el realizador Timur Bekmambetov era una especie de “Quentin Tarantino ruso”. Nada más lejos de estas especulaciones absurdas. Ahora, con su primer película dirigida en Hollywood, Wanted (2008), no ha cambiado mucho mi apreciación del cine de Bekmambetov, muy ágil, cargado de acción y un estilo visual sumamente atractivo sin duda, pero al final hueco y caótico.

Desde el inicio de su díptico sobre cazadores de vampiros, que eran un par de películas góticas y de regusto épico, fue obvia la fascinación que Bekmambetov tenía por el trabajo de los hermanos Wachowski y su saga “Matrix”, evidente en personajes que desafían la gravedad, balas que cruzan el cuadro en cámara lenta y, en general, un estilo que nos pone en el centro mismo de la acción. Sin olvidar, claro está, su afición por relatos en los que la realidad y la fantasía se entrecruzan.

Wanted es la adaptación de la novela gráfica creada por Mark Millar y J.G. Jones, y tiene como protagonista a un James McCavoy al que es difícil creerle su papel de renegado asesino, sediento de venganza. Y junto a una belleza rebelde como la de Angelina Jolie, llena de tatuajes y con más experiencia en estas cuestiones (recordar Lara Croft), McCavoy no tiene mucho qué hacer. La Jolie es la protectora que todos quisiéramos tener. Su misión será introducir a Wesley (McCavoy), un patético oficinista contable, en los secretos de una antigua secta de asesinos, “The Informers”, al descubrirse como descendiente de uno de ellos. Estará bajo la tutela de su líder (Morgan Freeman), para así poder escapar también de un asesino (Thomas Kretschmann) que lo anda persiguiendo para aniquilarlo.

Sin duda, Wanted es mucho menos original que Nightwatch y Daywatch, estas con más riqueza visual e, incluso, más humor. Lo que es de reconocer, es que sus escenas de acción son impresionantes (¡Aquella del ferrocarril!), pero a su ya muy trillada inspiración “Matrix”, hay que agregar más ingredientes a la caótica mezcolanza: antecedentes medievales sobre “increíbles” códigos, ocultos nada menos que en....los tejidos de una tela, plagas de ratas explosivas, etc.

Estamos en los terrenos de un cómic. Los aficionados a la obra gráfica de Millar y Jones, van a sentirse en pleno éxtasis, entre imágenes delirantes de coches volando, disparos que salen en “curva” para matar asesinos que deben ser exterminados, atravesar con precisión cabezas; heroínas sensuales que son la fantasía de tipos promedio como Wesley, etc. Para ellos y para los que gustan del cine de acción descerebrado, está dirigida la película.

jueves, 11 de septiembre de 2008

EL AMANTE BILINGÜE * *

Es difícil poner en duda la versatilidad de un actor como Imanol Arias, y su actuación en El Amante Bilingüe (1993), del realizador catalán Vicente Aranda, no vendrá a ser la excepción. El problema es ver que ese talento es derrochado en un filme no tan logrado como uno quisiera. La película de Aranda es una fábula romántico-erótica, ambientada en Barcelona y es, al mismo tiempo, una mirada cómica al bilingüismo catalán.

Joan Marés (interpretado con soltura y humor por Arias) es un catalán algo esquizofrénico, que de ser un marginal músico callejero, desfigurado por unas trágicas quemaduras en su rostro y que vaga con facha de El Fantasma de la Opera, adopta la identidad de un personaje al que alucina, Juan Faneca, especie de “Don Juan” que usa un parche en el ojo. Con esto, el desquiciado Marés pretende reconquistar a su atractiva esposa (la italiana Ornella Mutti), quien le fue infiel varios años atrás.

Hablada en español y catalán, el plato fuerte será, por supuesto, la actuación de Imanol Arias y el atractivo de la bella Ornella Mutti (a pesar de estar doblada al castellano), sin dejar de mencionar el carisma de Loles León, como la vecina solitaria de Marés/Faneca. Basada en la novela de Juan Marsé, la película no funciona en todos sus niveles debido a lo caótico del guión, y sus personajes son más una caricatura que unas criaturas complejas y graciosas a la vez.. No cabe duda que Aranda es un director capaz de extraer fuerza a sus actores, de conseguir escenas delirantes, pero aquí no ha sido suficiente debido a una historia inconsistente.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

MASTER AND COMMANDER: THE FAR SIDE OF THE WORLD * * * *

Lo que distingue a Master and Commander: The Far Side of the World (2003), es la gran habilidad de Peter Weir, su realizador, para mantener interesante una trama que se desarrolla, la mayor parte del tiempo, a bordo del viejo aunque veloz barco “Surprise”, y emocionar al espectador con batallas navales impresionantes y bien dirigidas.

El año es 1805, en plena época de las guerras napoleónicas. El océano Atlántico es el principal escenario. El “Surprise” queda casi destruido después del enfrentamiento contra un barco francés en una de las mejores escenas del filme, ocasión además para ser presentados, en escasos 20 minutos, la rígida y bien establecida diferenciación de los rangos marinos: desde jovencitos grumetes hasta generales, quienes necesitaban gritar a viva voz su rango para no ser confundidos entre la gran tripulación, presa del pánico.

Lo que lleva a bordo el “Surprise”, es un microuniverso social, político y cultural de principios del siglo XIX, donde incluso el todavía vigente espíritu científico y racional de la ilustración queda reflejado en un personaje como el Dr. Stephen Maturin (Paul Bettany), amigo del Capitán del barco, Jack Aubrey (Russell Crowe). A pesar de sus confrontaciones ideológicas, Aubrey y Maturin comparten una afición por la música de Mozart, Bach y Boccherini.

Mientras, afuera en alta mar, tiene lugar la persecución naval de Aubrey contra el barco francés, mayor en tamaño y mejor armado, travesía que lo llevará hasta las Islas Galápagos (según se dice, es la primera vez que ahí se filma una película). El filme de Weir es un entretenido relato de aventuras navales, atractivo en una ambientación de época que roza la perfección y, lo mejor, el diseño de producción, en esa enorme reconstrucción de los barcos de la era napoleónica.

En lo que podría ser un clásico motín dentro del barco, Weir dota a su película de un especial suspenso. Los claustrofóbicos espacios y sombras duras, favorecen el desarrollo de esa secuencia, que termina englobando buena parte del sentido de la película.

++ Master and Commander se encuentra en múltiples ediciones en DVD, como el Blu-Ray, UMD, en estuche metálico para coleccionistas y una titulada "Edición Definitiva". Esta última, por ejemplo, contiene como extras: "Los cien días", en el funeral de O´Brian, detrás de las cámaras: Efectos visuales, adaptación y primer vistazo HBO, escenas eliminadas, estudio multiángulo de la última batalla, galería de fotos, tráilers y muchos más.

martes, 9 de septiembre de 2008

DEAD MEN DON'T WEAR PLAID * * * *

El experimento formal y estilístico en Dead Men Don’t Wear Plaid (1982), no nada más es un humorístico homenaje a los films noir de la Epoca de Oro de Hollywood (1940-1950), sino a un grupo de estrellas emblemáticas de ese género. Steve Martin, protagonista, y Carl Reiner, realizador y también actor del filme, ceden un considerable espacio a quien es, con seguridad, la más grande de esas estrellas: Humphrey Bogart.

Rigby Reardon, personaje encarnado con eficacia por Martin, emula casi de manera caprichosa el estilo, voz y gestos de los antiguos detectives del cine, y por si fuera poco, trata de darle lecciones al detective Philip Marlowe, personaje que Bogart inmortalizara y que aquí aparece gracias a la inserción de escenas de famosas películas, como The Big Sleep, In a Lonely Place y Dark Passage.

Barbara Stanwyck, Burt Lancaster, Vincent Price, Charles Laughton, James Cagney, Ava Gardner, Cary Grant, Ingrid Bergman, Joan Crawford, Fred MacMurray, etc., también hacen acto de presencia mediante un hábil juego de edición. Al igual que Bogart, todos ellos interactuan con Steve Martin, sin que apenas se noten los estratégicos cortes. En ocasiones el resultado es tan impresionante (digo, esta hecha muchos años antes de que la magia digital lograra algo similar en Forrest Gump), que en verdad parece que estamos viendo un filme realizado a finales de los 1940, con cameos de estas leyendas del cine.

El efecto viene a ser acentuado gracias a la magistral música de Miklos Rozsa, gran exponente musical de aquella época y compositor de bandas sonoras de film noirs, como Criss Cross (1949). Además, la fotografía en blanco y negro logra emular soberbiamente la iluminación contrastante y expresionista característica del género. Por extraño que suene, la película es, más que nada, un homenaje paródico al film noir y un repaso a sus obras más distintivas, que disfrutarán sobre todo los aficionados al género.

La trama es el clásico relato del detective privado enamorado de una hermosa clienta (Juliet Forrest). Según la regla establecida por Marlowe, nunca hay que enamorarse de una “hermosa clienta”. Reardon, la chica y Marlowe, tratan de investigar qué fue de un notable científico e investigador de.....quesos, con todo y nazis de por medio.

La historia es lo de menos, no muy cuidada en su estructura y con giros forzados, con personajes que aparecen y desaparecen sin más. Ni modo, es el precio que se tiene que pagar en aras de lograr un experimento de este tipo, más que nada en su acabado visual y sonoro; el precio por ver a tantas leyendas de Hollywood juntas en escasos 88 minutos de duración.

++ Disponible en un austero DVD región 2, edición española, sin extras.

lunes, 8 de septiembre de 2008

SWEET AND LOWDOWN * * * *

Ya lo había hecho antes con Zelig (1983), y Woody Allen volvió a repetir el mismo ejercicio de estilo, aunque no con la misma maestría, en Sweet and Lowdown (1999). La película es un ingenioso falso documental sobre un ficticio guitarrista de jazz, un tal Emmet Ray, que deliraba al grado de llegar a desmayarse cuando veía en persona a Django Reinhardt, este último, por el contrario, un prodigioso guitarrista de jazz que sí existió.

Allen consigue la dramatización de la vida de un músico, que parece tan real como la música que logra cuando sube al escenario. Emmet Ray es un genio al sacar esos bellos acordes de su guitarra, pero también un total discapacitado emocional, cosa que le traerá problemas con el sexo femenino. Sweet and Lowdown es otro homenaje al jazz, a su época de mayor esplendor, el más inusual de todos los que ha hecho Allen, quien también participa como narrador. Emmet Ray es interpretado por Sean Penn con la habitual maestría que lo caracteriza, y junto a Woody Allen participan otros auténticos especialistas de jazz, como el locutor Ben Duncan, o Nat Hentoff.

Esta farsa musical funciona de principio a fin, gracias a que Allen es, ante todo, un gran contador de historias. Su Emmet Ray es un genio incomprendido, que de todas maneras no busca ser comprendido por nadie, sólo que lo dejen ser como es e interpretar su música. Ray es el ser más raro del mundo, uno lo ve y no parece en lo absoluto un genio de la guitarra, más bien luce como un bribón, embustero y malandrín. Cuando no está matando ratas o mirando trenes obsesivamente en su tiempo libre, sube al escenario para tocar como poseído por el diablo. “El problema, es que no muestras tus emociones”, le dirá una de sus novias. La carga emocional del pasado que lleva Emmet tardará en salir, en hacer catarsis, luego del largo camino que debe recorrer para entrar en contacto con sus emociones.

Al final de cuentas, nada está claro ni seguro en la vida de Ray, según cuenta la leyenda. “Nos quedan sus grabaciones y está en los libros...” dice un desmemoriado Woody. Sweet and Lowdown es eso, una leyenda en tono de tragicomedia, magníficamente musicalizada y ambientada, además de tener un elenco impresionante en el que destaca Samantha Morton, interpretando a Hattie, una chica muda y tímida. Hattie no sólo será una víctima más del mujeriego Ray, sino aquella que quizás le de el primer golpe existencial de su musical vida. Bueno, ...según cuenta la leyenda, por supuesto.

++ Desafortunadamente, Sweet and Lowdown se encuentra descatalogado en España. Disponible en región 1 y región 2 edición francesa.

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