martes, 28 de mayo de 2013

MELANCHOLIA * * *

MELANCÓLICO FIN DEL MUNDO. El paso de un planeta cerca de la Tierra
anuncia catástrofes en la vida de dos hermanas.

Melancholia (2011), la más reciente película de Lars Von Trier, no me entusiasmó como esperaba. Ni siquiera me inquietó tanto como su película anterior, Antichrist (2009). Melancholia es otra película de auto análisis sobre algún periodo depresivo por el que habrá pasado el realizador en su vida. Aquí, se   refiere al estado depresivo permanente de su protagonista, Justine (Kirsten Dunst), así como al nombre con el que se ha bautizado a un planeta, que se encuentra cruzando el sistema solar. "Melancholia" se ha convertido en el suceso astronómico del siglo, ya que pasará muy cerca de la Tierra. Lars Von Trier, como es costumbre en su filmografía, tiene aquí otra de sus historias sobre mujeres torturadas y/o atormentadas, y lo hace vía el género de la ciencia ficción. Es su película "apocalíptica" sobre el fin del mundo, teniendo enmedio un melodrama familiar asfixiante, pesado y sin pizca de humor (con excepción de uno que otro momento durante la boda). La película, en resumen, es complicada de ver, no tanto porque uno tiene que enfrentar y desentrañar el dilema psicológico en el que se encuentra Justine, sino porque es, literalmente, pesada por lo aburrida y gris que resulta.

Aunque las imágenes iniciales son de una belleza arrolladora, en las que el realizador danés demuestra otra vez que es todo un artista cuando se trata de usar la cámara Phantom, el resto de Melancholia es menos impresionante que sus imágenes introductorias. La primera parte (titulada Justine), es nada más ver a Justine caer en depresiones durante su boda, escaparse de la fiesta y hacer pasar un mal rato a su hermana, Claire (Charlotte Gainsbourg). En la segunda parte (titulada Claire) vemos otras imágenes interesantes, del enorme planeta asomándose en el cielo, como una Luna gigante, causando en Justine más comportamientos extraños, quizás por la influencia del planeta en su paso por la Tierra. No está de más preguntar ¿de qué trata Melancholia? Casi de nada, sinceramente. A parte de sus imágenes intrigantes, y de que su segunda mitad es ligeramente mejor que la primera, no hay mucho de dónde escarbar en el filme, el cual no resulta ni siquiera mínimamente entretenido como el ejercicio genérico que, seguramente, Von Trier quiso hacer. 

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