sábado, 6 de junio de 2015

INTERSTELLAR * * * *

A TRAVÉS DEL TIEMPO Y EL ESPACIO
Anne Hathaway y Matthew McConaughey.
En cierto modo, en Interstellar Christopher Nolan quiso hacer su propia 2001: A Space Odissey (1968). Sea a manera de homenaje o simple experimento referencial, el resultado es una impresionante película de ciencia ficción,  el cual, de una manera tanto cerebral como creativa, narra un relato inteligente y espectacular que va más allá de lo pseudocientífico. Pero además de su carga científica, en la que teorías de astrofísica, astronomía y física cuántica entran en juego, el filme de Nolan es una historia de aventuras espaciales, que tiene circulando dentro de sí la savia de filmes serie B de los 1960. Filmes que trataban sobre descubrimientos de nuevos mundos, así como de explorar el espacio desconocido.

Matthew McConaughey  sigue manteniéndose invicto dentro de su impecable aplicación del "mcconaissance", con una gran actuación encarnando la figura del héroe, que dejará detrás a sus hijos para lanzarse a vivir la más arriesgada aventura de su vida.   Hay también en la película ecos a Contact (1997), adaptación de la novela de Carl Sagan, en la figura de la niña apasionada de la astronomía, y que al crecer se convierte en una exploradora espacial. Cooper (McConaughey) es el experto piloto que ha sido elegido por un astrofísico de la NASA (Michael Caine) para volar la nave que irá en búsqueda de un planeta en el cual la raza humana pueda continuar viviendo, ante el inminente peligro de acabar extinta en el planeta Tierra. Una plaga de polvo de dimensiones colosalmente bíblicas se encuentra invadiéndolo todo, y los recursos naturales se están agotando. 

Interstellar empieza en la forma de un falso documental (con varias personas dando testimonio de los hechos), y termina como un filme futurista visualmente intrigante. Teniendo como copilotos a la hija del astrofísico (Anne Hathaway), a un especialista en física cuántica (David Gyasi), y un robot de diseño minimalista y que parece una escultura andante, CASE (el equivalente al Hall de 2001, con voz de Josh Stewart), Cooper emprenderá un viaje que suena imposible: atravesar un "agujero de gusano" que se encuentra cerca de Saturno. Del otro lado, se encuentran 3 planetas, explorados por otros astronautas de manera fallida, por lo que ahora toca al nuevo equipo valorar las posibilidades de que puedan ser habitables. El único problema es que, como los hipotéticos "agujeros de gusano" sostienen la teoría de que el tiempo es relativo en el espacio, el peor enemigo de Cooper será precisamente el tiempo, ya que por cada hora que transcurra en el espacio en la Tierra habrán transcurrido siete años. 

Su hija (Mackenzie Foy de niña, Jessica Chastain de mujer), interesada en astronomía y física, sabe los riesgos que su padre corre. "Cuando vuelva, tendrás quizás la misma edad que yo tengo ahora", le dice Cooper, días antes de partir. Nada raro en un filme de Nolan, considerando que el tiempo, sus complejidades, y cómo afecta a los personajes, es uno de sus temas predilectos.  Interstellar no es la excepción. 

El filme no nada más contiene interesantes teorías científicas sobre la relatividad, los  universos paralelos, la existencia de otras dimensiones, etc., sino de imágenes del espacio sublimes. Interstellar es visualmente poderosa. Las imágenes del viaje a través del espacio tienen una cualidad casi onírica. Durante el viaje, los personajes siempre hablan de "ellos". ¿Se refieren a extraterrestres, o a seres de otra dimensión? Como si "ellos" estuvieran viéndolos, observándolos desde alguna parte. En el tercer acto, los giros del filme tienen un estilo M. Night Shyamalan, además de que los escenarios rurales del inicio recuerdan de inmediato a Signs (2002). Pero eso no quiere decir que el filme de Nolan, increíblemente musicalizado por Hans Zimmer, en un estilo menos estridente y más etéreo, no sea nada original. Interstellar acaba siendo un filme emocionante, sin tener necesariamente acción todo el tiempo, y sumamente emotivo. 

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