sábado, 25 de abril de 2009

EN EL MUSEO

Instantánea tomada por Andrei Tarkovski


Se inauguró en la Fundación Luis Seoane de A Coruña la exposición "Luz Instantánea. Fotografías, itinerarios y saudades de Andrei Tarkovski", una interesante recopilación de una serie de fotografías polaroid tomadas por Andrei Tarkovski, uno de los más importantes cineastas rusos junto a Sergei Eisenstein, durante la filmación de su película Nostalgia (1983).

Pueden verse fotografías que tomó cerca de su dacha rusa, así como de varias locaciones italianas entre 1979 y 1984, época en la que se encontraba filmando Nostalgia, su primera película filmada en el extranjero.

En la exposición puede apreciarse un dibujo en gran formato hecho por Tarkovski que jamás se había expuesto, y estará complementada con la proyección de documentales, gracias a la colaboración con el Festival de cine documental Punto de Vista de Pamplona. La exposición incluye también una instalación audiovisual y una selección de la música que el realizador seleccionó para varias de sus películas. La exposición estará abierta del 16 de abril al 31 de mayo del 2009. Para más información consultar la página de la Fundación Luis Seoane.

viernes, 24 de abril de 2009

EL CARTEL: THE INTERNATIONAL * * * 1/2

La abstracción geométrica de un espacio arquitectónico es el concepto visual del cartel teaser de "The International" (2009)


De los 3 carteles diseñados para The Internacional, nada más llamó mi atención el teaser. Diseñado por el despacho Ignition Print, el cartel apuesta por un concepto gráfico interesante, la abstracción fotográfica de los detalles de un edificio, para darle una cualidad geométrica magnífica a todo el cartel.

A través de una escena clave de la película, se rescatan los pasillos curvos del edificio por el que corren Clive Owen y Naomi Watts. Las curvas se han utilizado para dividir secuencialmente todo el formato, para después, a través de retoque digital, darles distintas tonalidades. De arriba hacia abajo, empezamos con la alternancia entre espacios de negro y blanco puro, para luego interrumpirlo con degradados de negro a gris en el pasillo que ocupan los personajes, que revela detalles de ese pasillo.

Es evidente que lo que menos importó a los diseñadores en su concepto fue mostrar los rostros de los actores. Los personajes son importantes en la composición, ya que dirigen nuestra vista al espacio en donde se ubican los créditos, los nombres de los actores y el título. En el espacio negro de la esquina superior derecha, se lee un largo tagline: “They control your money, they control your government, they control your life, and everybody pays”. El tagline es bueno y es obvio que se refiere a los bancos.

Esta idea gráfica consigue transmitir una sensación vertiginosa. Los personajes se ubican justo en el centro de lo que parece una espiral cíclica interminable, y nos habla de un thriller en el que los personajes se mantienen en constante persecución. El cartel sigue manteniendo la regla de que siempre son mejores los carteles teaser que el del estreno comercial, este último inferior en originalidad y propuesta, debido a que…sí, adivinó, es otro cartel basado en la idea del mosaico de imágenes, con los retratos del reparto principal.

Gracias a la idea de abstraer fotográficamente los detalles interiores del edificio (si no me equivoco se trata del Museo Guggenheim de Nueva York), el cartel tiene una doble cualidad bidimensional y tridimensional. Primero, los espacios blancos y negros superiores son planos, hasta que el espacio que ocupan los personajes le da profundidad y volumen al cartel.

Finalmente, la decisión de ocupar el último espacio gris para ubicar la información escrita me parece acertada. Los créditos no son legibles, pero el sencillo diseño del título y su color rojo combinan bien con la paleta neutra del cartel. Debo reconocer que me ha gustado más el diseño del título del cartel del estreno, que fragmenta las letras y que puede verse también en el cartel español de la película.







Cartel español de "The International". Aquí se ha agregado el largo tagline en el pequeño espacio negro superior, que el cartel original no tiene.















Otro cartel que quiero rescatar es el de El Niño Pez, reciente película de Lucía Puenzo. Me ha gustado mucho su delirante propuesta entre lo romántico y lo fantástico. El trabajo de retoque digital y de montaje es logrado, y el contraste visual entre la luz del atardecer con el agua verdosa del fondo del lago, es uno de los aspectos más atractivos del cartel. Pero lo mejor es su idea de dividir el título, como si flotara en la superficie del lago, donde la parte “El Niño” queda por arriba del agua y “Pez” por debajo. Ahora, esta buena idea corre el peligro de arruinarse por un par de errores, que rompen con la lógica visual del cartel. Si podemos ver la palabra “Pez”, deberíamos de ver también esa pequeña parte de la palabra “El Niño” que, supuestamente, queda debajo del agua. Lo mismo para la palabra “Pez”, deberíamos de ver la parte superior que ha quedado arriba de la superficie. Otro gran pero que le pongo, es el retrato de las dos protagonistas besándose en la parte inferior derecha. No me parece la mejor imagen. Se nota acomodada a la fuerza debido a que su tamaño no es el indicado, y las piernas han quedado cortadas por esta misma razón. De todas formas, un cartel lleno de buenas ideas, como ese personaje que parece aproximarse nadando desde el árbol.




Me gustaría terminar hablando del cartel de un festival, el de Málaga 2009, que se encuentra ya en su recta final. De hecho, hay varios carteles para cada sección. El cartel oficial muestra un retrato de Picasso, en blanco y negro y retocado digitalmente. Entiendo que Picasso sea una figura emblemática de la región, pero no me convence mucho la elección de ponerlo en el cartel del festival de cine. Lo mejor de toda la imagen del festival es el logotipo, y aquí ha quedado perdido al colocarse encima de la ropa negra. La imagen central es una especie de estilizada planta, que se funde con la tipografía. No me parece una idea tan original el encimar una letra con otra, pero se consigue un efecto colorido atractivo. Ha quedado muy lejos de ser un buen cartel.

SABIAS QUE...

"Fueron muchos algodones los que me tragué accidentalmente por esta ocurrencia. Francis pásame un poco más per favore."








Diana Dors fue considerada la equivalente británica de Marilyn Monroe en los 1950. Dors fue una buena cantante de jazz, y se inició como pin-up girl, es decir, modelo. Como actriz nunca logró sobresalir a pesar de su atractivo, el cual, para mi gusto, no superaba al de Marilyn.

Para su interpretación de Don Vito Corleone en The Godfather, Marlon Brando fue quien tuvo la ocurrencia de ponerse algodones dentro de la boca. Esto le ayudó a darle más personalidad a su personaje, así como para lograr la voz carrasposa que se convirtió en su sello característico.

Marilyn Monroe
era una gran aficionada a la lectura. Se cree que esta afición la obtuvo de su último marido, el escritor Arthur Miller. Muchas veces Marilyn prefería leer en su camerino que socializar en el set de filmación.

En la película "Super Mario Brothers", el nombre de la princesa era Daisy, pero en el videojuego "Mario 64" su nombre era "Peach". Y Antes de todo eso, su nombre fue "Toadstool".

El apellido del Pato Donald es "Fauntleroy".

jueves, 23 de abril de 2009

EL CARTEL...CLÁSICO

La extrema sencillez visual que oculta elementos clave de la trama, combinando texturas y la figura central de un huevo, en el cartel de Alien (1979).

No creo exagerar si digo que el cartel de Alien (1979) es uno de los mejores de un filme de ciencia ficción. Alien fue de las primeras películas del género en entrar de lleno en el terror gore de una manera magistral. Dirigida por Ridley Scott, el cartel tan sólo mostraba un huevo flotando, abriendo con una cuarteadura luminosa. Era una propuesta inquietante, inteligente y estratégicamente comercial, que mostraba nada más lo necesario para despertar la curiosidad de los futuros espectadores, en una época en la que los filmes de aventuras espaciales estaba teniendo un renacimiento con Star Wars (1977). Gracias a la pequeña información que proveía el tagline: “In space no one can hear you scream”, uno sabe que la película está ambientada en el espacio. El huevo no deja de ser intrigante, un elemento que nunca antes (espero no equivocarme) se había mostrado en una película espacial. Resultaba difícil de tratar de relacionar esta forma orgánica con una historia espacial. Ahí radicaba la estrategia del cartel: poner a prueba la lógica del espectador. Esto nada más lo consiguen los mejores carteles.

Se deduce que hay una pared al fondo, gracias a la luz que proyecta el huevo en la parte de abajo, y esa superficie enrejada inferior contribuye a la magnífica combinación de texturas de todo el trabajo. Tenemos un cartel visualmente táctil en muchos sentidos: por la superficie del huevo irregular, rugosa y con una especie de brotes; luego los vapores que escapan de su interior con la luz fluorescente, y después esa reja horizontal, apenas iluminada, que sirve también para crear ambiente.


El cartel japonés apostaba más por una anticuada combinación de retratos y un escenario espacial sin mayor atractivo.

El fondo negro, además de simbolizar misterio y suspenso, recuerda también al espacio. De hecho, el huevo nos remite de alguna forma a un planeta, en especial, por el tipo de iluminación que recibe del lado izquierdo. La cuarteadura flourecente imprime tensión visual y rompe con el equilibrio que transmite la estática forma ovoide, elemento central del cartel. El color fluorescente está casi siempre presente en la película: en la sangre del extraterrestre (bautizado por los fans como el “alien”), en la iluminación interior de la nave, etc.

La tipografía es otro de los aspectos más atractivos del cartel, a pesar de la suma sencillez que la caracteriza. A esto se une algo curioso, el marco blanco, que sirve de elemento contrastante para la obscura propuesta cromática del interior. El marco se amplia abajo para acomodar los créditos, perfectamente legibles y variando agradablemente el puntaje de las tipografías. Bemis Balkind, diseñador del cartel, gustaba de poner este tipo de marcos en otros de sus carteles, como el de Altered States y No Way Out. Sin embargo, lo que más caracteriza su trabajo, son las composiciones céntricas basadas en figuras geométricas circulares, como en sus carteles para Armageddon y The Ring, así como ovoides, como es el caso de Alien, una película de culto.

QUOTES

Ahora que han apagado las luces en el cine aprovecharé para escabullirme. ¡Qué maldito calor hace!





“Qué caso tiene hacer algo sobre lo feo en el mundo, cuando puedo centrarme en lo que es bello y agradable en él” Richard Curtis, sobre su nuevo filme "The Boat that Rocked".

“Siempre me gusta escoger y comprar un libro que veo sólo en el estante de una librería”. Marilyn Monroe, sobre su muy conocida pasión por la lectura.

"La gente piensa que mis películas son violentas pero yo no pienso lo mismo. Para mí, poner tanta sangre en una película no es realmente aterrador. Yo sólo quiero ser consecuente y leal con los admiradores del manga. Creo que cada escena en mis películas realmente expresa lo que pienso de la historia y el personaje. Lo más importante es la historia no las imágenes.” Takashi Miike, realizador japonés.

"Nunca veo mis películas. Asisto a las alfombras rojas a sonreir un poco, y a la proyección de la película. Al momento de que se apagan las luces me salgo y regreso después a la fiesta, para escuchar las insinceridades de la gente como “¡Increíble, que buena película!” Woody Allen, en entrevista con motivo del estreno de su nueva película "Whatever Works".

"Desearía ser un cuadro de Warhol colgado en la pared. Todos los corazones rotos y secretos de Nueva York serían míos." Sam Riley como Ian Curtis en "Control".

“Para qué queremos libros si tenemos T.V.” Danny de Vito en "Matilda".

miércoles, 22 de abril de 2009

Y... ¿CÓMO LE PONEMOS?

"Ya no sé ni en qué película estoy, Duplicity, The International o...¿Dinero en la Sombra?"




Comienzo con el estreno fuerte de la semana. Luego de verlo en Duplicity, tenemos nuevamente a Clive Owen en el protagónico de The International, la nueva película del germano Tom Tykwer. Lástima que tengamos que empezar con el pie izquierdo, ya que en España ha quedado desastrozamente como "The International: Dinero en la Sombra". ¿Qué caso tiene dejar, en primer lugar, el título en inglés, junto al título en español? El título en español ni siquiera se acerca un poco a lo que sería una traducción más o menos exacta del original. No creo que sea del todo mala la idea de titularla así en español, pero no me parece adecuado, comercialmente hablando, para una película sobre espionaje. Además, la combinación entre el título original y el español suena fatal. Dejar nada más “Dinero en la Sombra” la hubiera salvado un poco del escarnio. Temo decir que, comparando con los títulos de otros países, el de España se queda en los últimos lugares. En México, por ejemplo, tuvo un buen título, “Agente Internacional”. En otros países quedó como:

Agente Internacional - Venezuela
L'enquête - Francia
The Bank - Japón (pésimo)
The International - Grecia
The International - A Organização - Portugal (mismo caso de España)
The International - Puterea banului - Rumania (¿¿Qué??)
Trama Internacional - Brasil
Uluslararasi – Turquía

Vamos ahora con algo más agradable, el estreno del más reciente largometraje animado de uno de mis realizadores favoritos, Hayao Miyazaki, Gake no ue no Ponyo. La película ha quedado como "Ponyo en el acantilado", decisión que me parece excelente por parte de la distribuidora. Es una traducción exacta del título internacional en inglés, "Ponyo on the Cliff". Hay otra versión del título en inglés un poco más larga, "Ponyo on the Cliff by the Sea" (Ponyo en el Acantilado en el Mar), la cual me gusta aunque suena más literaria, por lo que la primera opción es la mejor.

Finalizamos esta semana de escasos estrenos internacionales con Sztuczki, una producción polaca que ha quedado con el poético título de "Un cuento de verano". No es que me desagrade, pero parece que han complicado un título que, de entrada, es más sencillo. Su título internacional de hecho es “Tricks”, es decir, “Trucos” " Bromas" o “Engaños”. Aparentemente, la trama de la película es humorística, por lo que un título romántico como el de España ablanda un poco ese aspecto. Pero bueno, no está mal. En Francia la titularon “Un conte d’été polonais”, es decir, “Un cuento de verano polaco”, que suena todavía más complicado.

AKEELAH AND THE BEE * * 1/2

De las pocas sorpresas que tuve al ver una película de fórmula como Akeelah and the Bee (2006) fue descubrir que la cadena de café Starbucks ha entrado a la producción de cine con su productora Starbucks Entertainment. En efecto, Starbucks coproduce esta feel-good movie en extremo convencional, que de no ser por ciertos nombres de peso en su reparto, como Laurence Fishbourne y Angela Basset, podría ser un telefilme juvenil de fin de semana.

La película se centra en los famosos concursos de deletreo de palabras, que tienen lugar entre escuelas secundarias de los Estados Unidos, para llegar a la gran final que tiene lugar en Washington. “Spelling Bee” es el nombre de los concursos, de ahí el título de la película. Sigue los mismos convencionalismos de las películas producidas por el canal de música MTV, es decir, historias protagonizadas por chicos y chicas negros (aunque también caben orientales y latinos), normalmente de clase social baja y provenientes de hogares conflictivos. Ese es el entorno de Akeelah (Keke Palmer), chica adolescente que sufre por la ausencia de su padre fallecido, y que destaca por su facilidad para deletrear correctamente una gran cantidad de palabras, casi todas muy complicadas.

Lawrence Fishbourne es aquí una especie de “Mr. Miyagi” del idioma inglés, en su papel del Dr. Larabee (¿será un juego de palabras Lara-bee?), solitario catedrático de inglés que sufre por la pérdida de su hija, aficionado a la jardinería y que no tardará en descubrir el enorme talento de Akeelah para deletrear. Su encuentro con Akeelah es la prueba de rigor en la que somete a la chica, frente a un montón de estudiantes, a la dura prueba de deletrear palabras científicas complicadas. Akeelah es una suerte de chica “nerd”, que no se salva de las burlas y abusos de otras chicas.

Para llegar alto, hasta donde sólo los ganadores llegan, Akeelah por supuesto tendrá muchísimos obstáculos: una mamá (Basset) amargada que no la toma muy en cuenta, un hermano vago que sólo la molesta; pero serán sus miedos, inseguridad, rebeldía y su forma poco “formal” de hablar lo principal que tendrá que superar. En medio de todo hay un chico oriental insufrible, el campeón de campeones del deletreo, y habrá que vencerlo para ganar en la final. El chico en cuestión, es capaz de jugar contra más de 10 jugadores de scrabble al mismo tiempo, como si se tratará de un genio del ajedrez, aunque luego sabremos que también tiene sus propios problemas familiares.

Recuerdo haber visto en mi niñez una película producida por la Disney, sobre una niña vietnamita (o de algún país de esa región), que era adoptada por una familia norteamericana. Su nueva familia descubría poco después su gran talento para deletrear, y que era una fuerte competidora en un concurso de deletreo. Por ello, no sentí tan original el argumento de Akeelah and the Bee, por cierto, dirigida por el no muy prolífico Doug Atchinson. En aquella película, la niña oriental lo tenía más difícil que Akeelah, ya que, para empezar, tuvo que aprender inglés forzosamente, para luego descubrir su talento deletreando.

La trama edificante es buena de todas formas, pero toda la película tiene la inocencia propia de un telefilme juvenil. Nada más hay que ver esa secuencia musical, en la que Akeelah recibe la ayuda de su comunidad, para aprender la nada despreciable cantidad de 5,000 palabras. Como se podrá imaginar, hay rap y hip-hop en la banda sonora, y encontraremos líneas de ciertos personajes como “el rap es poesía”.

El mensaje de unión, amistad y fraternidad es bien recibido. Realmente sentimos la química entre “maestro” y “alumna”, que ambos están destinados a encontrarse y a llenar uno al otro las pérdidas emocionales que sufren. Pero lo peor, es que no me creí en lo más mínimo el final, todavía más inocente, y que por supuesto no revelaré para quienes estén interesados en ver la película.

++Nunca estrenada en cines en España, la película pasó directamente al DVD. Los extras incluyen el "cómo se hizo", documentales: "Como 2 gotas de agua". "Dentro de la mente de Akeelah, escenas eliminadas y trailers promocionales.

++Su título en España fue "Akeelah contra todos".

martes, 21 de abril de 2009

PEANUTS, EL CINE Y LOS MEDIOS


(Publicada originalmente el 5 de julio de 1961)

Dicen que la televisión es la "caja idiota" y que puede ser muy dañina, en especial, para los niños. Pero para Linus puede ser dañina en más de una forma, y así se lo hace ver a Charlie Brown.

lunes, 20 de abril de 2009

SLEEPING BEAUTY * * * 1/2

Hacía tanto tiempo que la había visto, que apenas y recordaba algo de Sleeping Beauty (1959). Aprovechando una de sus retransmisiones por televisión, en una aceptable versión restaurada, me reencontré con un clásico cuento de hadas que, para quien tenga mucha disposición, puede seguir siendo disfrutable en este siglo XXI. Por cierto, este año se cumplen 50 años de esta producción de la Disney, realizada por el italiano Clyde Geromini, el mismo que dirigió años antes Peter Pan (1953), Lady and the Tramp (1955), y posteriormente One Hundred and One Dalmatians (1961).

Como sucede con Cinderella (1950), también dirigida por Geromini, Sleeping Beauty es un cuento pensado y escrito específicamente para las niñas. Lo mejor de la película era la música, en especial ese número musical que la princesa Aurora (voz de Mary Acosta) cantaba en medio del bosque, en compañía de los animales de rigor (búho, ardillas, pájaros, etc), y que en realidad era una adaptación del ballet de “La Bella Durmiente” de Tchaikovsky, el leit motiv musical.

No creo que Sleeping Beauty, basada en el cuento de Charles Perrault, sea uno de los mejores largometrajes de la Disney. En la película, todos los personajes eran opacados por la villana, la bruja Maléfica (Eleanor Audley). Maléfica se roba la película cuando se transforma en dragón en el clímax final, cuando se enfrenta con el principe Phillip (voz de Bill Shirley). La bruja quiere evitar que Phillip llegue a la parte más alta del castillo donde se encuentra Aurora, en un estado inconsciente y de sueño permanente, debido a la maldición que aquella le arrojó el día de su nacimiento: cuando Aurora cumpla los 16 años, se pinchará el dedo con una aguja y morirá. Sin embargo, una de sus 3 hadas madrinas, como regalo, se encarga de contrarrestar la maldición, haciendo que Aurora no muera ese día, sino que sólo caiga en un profundo sueño, del cual despertará con el beso de un príncipe. Como decía, un cuento de hadas pensado para las pequeñas lectoras y/o espectadoras.

Maléfica era el mejor personaje, no nada más porque comúnmente los villanos siempre son los mejores y más complejos personajes, sino porque en la adaptación (hecha por Erdman Pender) no había otros personajes que nos engancharan tanto. Es verdad que las 3 hadas madrinas, Flora, Merryweather y Fauna (voces de Verna Felton, Barbara Luddy y Barbara Jo Allen respectivamente) eran simpáticas y graciosas, aunque también algo despistadas y torpes, mientras que los ayudantes de Maléfica eran unos cerdos torpes, dedicados simplemente a servir lo mejor que podían a su ama y señora. El más inteligente era su fiel cuervo. Durante su retiro en el bosque para ocultarse de Maléfica, la guapa Aurora solamente se dedica a ser feliz, encantadora y a cantar, para luego caer dormida. Tampoco podía faltar el caballo gracioso. En la mayor parte de las películas animadas de la Disney, si aparece un caballo, este siempre es fiel, valiente, pero también gracioso.

No nada más la escena de la lucha entre el dragón y el príncipe era gótica y delirante, también hay toques de delirio surrealista, por ejemplo, en la escena cuando Maléfica arroja la maldición a Aurora en su cuna. Además, tiene un par de secuencias simpáticas, como aquella de la reunión entre los dos reyes con el sirviente que acaba borracho, o la escena mágica de rigor, donde el caos se vuelve orden por obra y gracia de la magia blanca, que las hadas madrinas llevan a cabo en el interior de la cabaña. Ahí hay un poco del musical Fantasía (1940), en esas escobas y cubetas que cobran vida.

Gracias a esto, la película, de apenas 1 hora y 20 minutos de duración, sigue manteniendo su encanto, principalmente por esa dulce y romántica tragedia que le ocurría a la joven princesa, y por la música de Tchaicovsky, que le agregó personalidad a una, más bien, convencional técnica de animación.

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