martes, 6 de marzo de 2012

MR. BEAN'S HOLIDAY * * * 1/2


Mr. Bean ha llegado a Francia.

Mr. Bean vuelve a dar el salto de la televisión al cine, en un claro homenaje a la comedia silente de Jacques Tati. En específico, el homenaje lo rinde a “Les Vacances de Monsieur  Hulot (1953), y a la comedia silente de Jacques Tati. Rowan Atkinson, quien interpreta al torpe personaje que causa desastres y confusión a donde quiera que va, ha tratado de hacer exitosa su franquicia de Johnny English, su otro personaje, una parodia de James Bond. No ha tenido el mismo éxito que su Mr. Bean, reverenciado por muchos televidentes. Mr. Bean se encuentra vacacionando en Francia. Su objetivo es nada menos que llegar a Cannes. En su recorrido para llegar al famoso y turístico punto de la rivera francesa (donde, por pura casualidad, se está llevando a cabo el Festival de Cine de Cannes), Mr. Bean pasa por todo tipo de dificultades, contratiempos y –literalmente- dolores de cabeza, claro, que él mismo provoca. El personaje se adapta bien a la geografía que se le ponga en frente, irónicamente, gracias a que es prácticamente mudo. Se las arregla para darse a entender balbuceando, con lenguaje de señas, una exhibición de excelentes rutinas de pantomima y, lo que nunca falla, decir “oui” para todo. Un chiste recurrente será que Mr. Bean diga “gracias” de vez en cuando, lo que provoca que muchos crean que es español.
Este es uno de los muy escasos trabajos en cine del realizador televisivo Steve Bendelack. Lo interesante, es ver que la película dista mucho de parecer un capitulo extendido de la serie original de TV. La película está filmada con mucha sensibilidad cinematográfica, evidente en la fotogénica  dirección de fotografía y en un ritmo para la comedia que jamás se viene abajo.  Un niño de europa oriental (Max Baldry) acaba separado de su papá (Karel Roden) por culpa de Mr. Bean, en circunstancias que resultarían complicadas contar aquí. Sin embargo, Bean se hará responsable del chico y le ayudará a encontrar a su padre. En el camino, tendrán la ayuda de una guapa actriz (Emma de Caunes) y se toparán con un egocentrista director de cine americano (Willem Dafoe, quien ya había actuado en una de las películas de “Johnny English”), quien se encuentra filmando un comercial en Francia y está a punto de estrenar una película en Cannes.
Hay un poco de “cine dentro de cine”, así como muchos gags relacionados con ello. La secuencia del set de filmación del comercial es muy divertida (el tema de los nazis y la Segunda Guerra Mundial nunca falla). Ahí estará Bean para causar toda clase de desastres. Mientras, el festival de Cannes también servirá de escenario para un buen número de gags. Willem Dafoe soporta de todo, muy en su personaje de pretensioso director de cine. El objetivo: hacer burla de las ínfulas de jueces y directores del festival. Fuera de las bromas dirigidas al cine, hay otras totalmente aparte, más en la línea del “turista que choca con otra cultura”, llevando su pequeña cámara portátil a todos lados (atención, la cámara será decisiva al final de la película). Jean Rochefort, como maitre’D en el restaurante, hace un trabajo pequeño pero genial interactuando con Bean. El gag de los mariscos, si bien se siente algo forzado, resulta gracioso. Y aquí viene uno de los pocos problemas del filme. Aunque redondo, entretenido y gracioso, muchos gags se sienten forzados, con varias  situaciones no muy creíbles.




DU LEVANDE * 1/2



Este músico y un par de personajes más, son lo más "interesante"
de la muy burda "Du Levande".

La idea de Du levande (You, the Living, 2007) es construir una película formada, en un 90 por ciento, por escenas filmadas únicamente en estáticos long shots. En cada una de ellas llega a haber, en promedio, de 1 a 3 personajes. Muy pocas de escenas tendrán más de 3 personajes. Esto no importa mucho que digamos. La película es un monótono, cansino y burdo desfile de viñetas, dirigida por el sueco Roy Andersson. De hecho, es una “superproducción”, aunque más bien porque fue producida por 6 países: Japón, Noruega, Francia, Dinamarca, Alemania y, por supuesto, Suecia. Seguramente, todos estos productores tenían en la cabeza una idea muy distinta y alejada de lo que acaba siendo una gran tomadura de pelo.

El mismo Andersson es autor del guión, en donde quiso exhibir un fallido talento para la comedia, que en ningún momento acaba resultando. Cada escena, cada una de estas tomas largas y estáticas, fueron concebidas como viñetas cómicas. No me lo parecieron mucho, ni me hicieron reir en lo más mínimo. En realidad, la película se siente como una especie de "ensayo" de un programa cómico, y cada escena como un sketch. Al final, este humor sueco no funcionó para mí. Lo que tenemos es un puñado de personajes anónimos que no me interesaron en lo más mínimo, y sin una historia qué contar. Hay tres personajes, poco menos que anecdóticos, que ayudan a mantener fija nuestra atención: una mujer obesa e histérica que llora sin cansancio, amenazando con dejar a su pareja, un guitarrista de rock y una chica que es su fan, y un músico que toca la tuba. Los planos tienen composiciones interesantes, pero fuera de todo eso no hay nada más rescatable en esta película.  

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