viernes, 13 de noviembre de 2020

SON OF MONARCHS

Tenoch Huerta

En su secuencia de créditos inicial, Son of Monarchs abre con imágenes impactantes de las alas de una mariposa monarca, vistas con un microscopio, mostrándolas en todo su colorido esplendor y detalle. Algo que nos anticipa que la trama del filme girará en torno a dichas mariposas, que serán un elemento  importante de la historia. Dirigida por Alexis Gambis, y estrenada durante el 18 Festival Internacional de Cine de Morelia, la película cuenta la historia de Mendel (Tenoch Huerta, aguado en su papel), un biólogo  que se encuentra trabajando en una investigación sobre la genética de las mariposas monarca (sus padres, aficionados a la ciencia, lo nombraron Mendel en honor al científico descubridor del ADN), y que dejó años atrás su natal Michoacán para irse a trabajar a Nueva York. Mendel se encuentra de visita en su pueblo natal debido al fallecimiento de su abuela (Angelina Peláez), aunque se encontrará con que su hermano, Simón (Noé Hernández) no le dará una muy cálida bienvenida, debido a resentimientos que le guarda por haberse ido, dejándolo todo atrás (un paralelo que la historia intenta establecer con la emigración que llevan a cabo las mariposas a Norteamérica)

Lo mejor del filme de Gambis, terminan siendo las escenas de las mariposas monarcas en su santuario, que vemos durante varios flashbacks de la infancia de Mendel, el cual iba a dicho lugar acompañado de su abuela. Desafortunadamente, la historia no está a la misma altura. Durante buena parte de la primera mitad, a la trama le toma mucho tiempo engancharte y despegar. Aunque los fragmentos del pasado de Mendel y su niñez nos ayudan a entender su pasión por las mariposas, la parte de la investigación nunca termina siendo muy interesante, ni con el suficiente peso en la película. William Mapother (Another Earth) tiene un pequeño papel como el jefe del área de investigación en donde trabaja Mendel, pero sin mucha relevancia en la historia. En lo que se centra más la segunda mitad del filme, es en la relación de Mendel con una chica norteamericana (Alexia Rasmussen), en unos extraños rituales en Michoacán durante el funeral de la abuela, así como en el ajuste de cuentas emocional que tendrá lugar en el pueblo. En resumen, la trama avanza a paso lento, y le toma tiempo ir a algún lado, en tanto que Tenoch Huerta no convence mucho en su papel de científico. ⭐⭐1/2

miércoles, 11 de noviembre de 2020

499

SIN CABALLO QUE ME LLEVE.    Eduardo San Juan (en medio)

Nada parece decirnos, durante los primeros minutos de este filme, que lo que veremos será un documental. El inicio tiene lugar en alguna playa de Veracruz, a donde llega, como traído por las olas, un conquistador español, nuestro narrador. El conquistador llevará a cabo una travesía, que inicia desde este punto hasta la Gran Tenochtitlán, perdón, la Ciudad de México. Dividida en varios episodios (el primero de ellos titulado precisamente 499), la película, dirigida por Rodrigo Reyes, competidora al premio a Mejor Documental Mexicano en el 18º Festival Internacional de Cine de Morelia, toma un muy original pretexto: emular la misma travesía que Cortés y su ejército llevaron a cabo para llegar a Tenochtitlán, y entrevistarse con el emperador Moctezuma. La idea, es ver, a través de sus ojos críticos, el panorama social y político del México del 2020. 

Sin que nuestro conquistador español (interpretado por Eduardo San Juan) parezca percatarse de que se encuentra en el siglo 21, todo lo juzgará con su mentalidad y mirada de principios del siglo 16. Por ejemplo, en su narración en off, llama a los habitantes de una comunidad veracruzana "salvajes". En el patio de una escuela primaria, en donde se llevan a cabo honores a la bandera, les dirige a los niños un discurso, en los que proclama a todos como súbditos de la corona española. El ejercicio experimental nunca deja de ser interesante, ni resulta distractor, a pesar de que a lo largo del filme no nos dejamos de preguntar si el conquistador pudiera ser un loco que pertenece a esta época, o en verdad ha sido transportado del pasado al año 2020.

Como si se tratara de Bernal Díaz del Castillo, el soldado se dedicará a hacer algo parecido a una nueva y actualizada "crónica de la conquista". Mientras, la gente con la que se encuentra, como un vendedor de armas, o una madre que hace un crudo recuento, en la Ciudad de México, sobre cómo su hija adolescente fue violada y asesinada, o también miles de fieles en peregrinación a la Basílica, parecen sorprendidos de verlo. El aparentemente críptico título, con seguridad, se refiere al número de años transcurridos desde la Conquista de México, antes de llegar al próximo aniversario número 500, en el 2021. En resumen, una forma muy original, incluso algo intrigante, de mezclar un documental sobre la difícil y crítica situación del México moderno, con un toque de ficción. De lo mejor del FICM. ⭐⭐⭐⭐

lunes, 9 de noviembre de 2020

TODO LO INVISIBLE

Bárbara Mori y Ari Brickman

Para un actor o actriz, interpretar a un personaje invidente debe ser todo un reto, empezando por la investigación que previamente deben hacer, para así lucir realmente convincentes en pantalla. En Todo Lo Invisible, Ari Brickman, quien interpreta al personaje principal, un hombre que queda ciego luego de sufrir un extraño accidente dentro de su automóvil, no me resultó muy convincente. Parte de la culpa es también de la realizadora del filme, Mariana Chenillo. Durante toda la película, nada más tenemos un close-up extremo del personaje, en donde vemos que sus ojos lucen blancos y nublados por la misma condición de la ceguera (ver el póster como referencia). Sin embargo, durante el resto del filme no hay otro close-up del rostro de Brickman, y se nota que sus ojos ya no se ven como en el primer -y único- close-up, sino obscuros (o del color que sea que los tenga el actor). Cuestión de comodidad para él, tal vez. La directora seguro le dijo "Como no habrá más acercamientos a tu cara, no habrá necesidad que te pongas de nuevo los lentes de contacto". Supongo yo. El caso es que, un detalle como el anterior, por pequeño e insignificante que parezca, sacrifica el realismo de reflejar a un personaje invidente en cine.

Y sin considerarme un experto en el tema, me parece también que Brickman mueve demasiado los ojos, algo que una persona invidente real no creo que haga mucho. Como sea, ojalá ese fuera el único problema de la película. Estrenada durante el 18º Festival de Cine de Morelia, Todo Lo Invisible adolece el tener un guión malo, el cual nunca desarrolla bien ninguno de los caminos narrativos que plantea desde su primer acto. Jonás (Brickman) es un dentista, quien luego del accidente entra en depresión y crisis existencial. Con dos hijas (Melissa Rovira y Romina Soto), y una muy joven esposa que es maestra (Bárbara Mori), Jonás plantea la posibilidad de demandar a la compañía automotriz, debido a que considera que el sistema del cojín de seguridad del volante (que golpeó su cara) se activó por un defecto. Su amigo (José Maria de Tavira), un abogado con mucha experiencia en estas demandas, le asegura a Jonás que ganará la demanda, y que les podrá sacar todo el dinero del mundo. 

Hay otro problema para Jonás, y es que su ceguera le está provocando tener visiones de gente desconocida, cada vez que apaga las luces en su casa. ¿Ha desarrollado facultades psíquicas? ¿Esa gente son espíritus, o son pura fabricación de su cerebro? Ninguna de esas preguntas tiene respuesta, ya que el guión nunca se preocupa por responderlas. La historia, escrita por el mismo Brickman y Chenillo, nunca se desarrolla bien, ni por el lado de la demanda (al final nunca sabemos bien cómo terminó el asunto), ni por el lado de una historia paranormal, en donde Jonás pudiera estar viendo gente fallecida de su pasado, o espíritus que estén deambulando en su casa. La historia divaga, y prefiere tomar el camino telenovelero de mostrar a Jonás, más bien, como un padre irresponsable, que lo deja todo por que sospecha que su atractiva esposa le está poniendo el cuerno. Lo extraño, es que decide irse con su papá piloto (Tomás Owen, en una muy mala actuación), en donde recordará una frustrada carrera como músico que quiso tomar de joven, y quizás vivir una aventura romántica con cierto personaje. Al final, no hay consuelo ni nada que salve a una película más cercana a un telefilme (he visto mejores películas en Lifetime Channel), y con un final nada satisfactorio. ⭐⭐ 

domingo, 8 de noviembre de 2020

AMALGAMA

TAN ABURRIDA COMO UNA LIMPIEZA DENTAL

Para ser del escritor de Y Tu Mamá También, esperaba mucho más de Amalgama, el más reciente filme de Carlos Cuarón (hermano de Alfonso). Estrenada durante el 18º Festival de Cine de Morelia, la premisa sobre cuatro dentistas fresas, quienes, durante un congreso sobre odontología en Santo Domingo, deciden escaparse a la casa de verano del amigo de uno de ellos, ubicada en una isla, no terminó de convencerme. Vale especificar que de los cuatro dentistas, uno de ellos es una muy atractiva mujer (interpretada por la actriz peruana Stephanie Cayo), por lo que la premisa se amplía a: "Tres hombres, una mujer, una paradisiaca isla,... todo puede suceder". El gran problema, es que de todas las posibilidades de ese "todo puede suceder" Cuarón se va por la más sosa y simple.

Escrita por el mismo Carlos Cuarón y Luis Usabiaga, en la realmente pobre trama los tres dentistas, Saúl, Hugo, y José María  (interpretados por Tony Dalton, Miguel Rodarte, y Manolo Cardona, respectivamente), luego de una noche de tragos, el primero les propone ir a la isla y alejarse de las responsabilidades del congreso por un rato. Por supuesto, en la agenda de Saúl el plan es seducir a Elena (Cayo), guapa pero algo insufrible chica, la cual es tan fresa, que en lugar de soltar palabras en inglés con frecuencia, lo hace en francés. Elena se encuentra teniendo un romance con un hombre casado. Esto lo sabemos, por que durante todo el filme vemos en pantalla los mensajes de texto que se envían uno al otro. Mientras, Hugo, quien está convencido de que otro colega la ha robado la idea que tuvo para un innovador tratamiento reconstructivo, no se quedará atrás, y querrá también hacer su lucha con Elena. El problema, es que ella parece más interesada en José María, quien es gay y con quien lleva una buena amistad.

Con uno que otro contratiempo de por medio en su aventura (que incluyen problemas para tener servicio de celular), poca cosa más sucede en la película. La idea de usar la experiencia para confrontar a los amigos en la casa, con seducciones que no salen del todo como lo planeado, inconvenientes, revelaciones inesperadas; al igual que echarse mierda uno al otro, peleas, reconciliaciones, etcétera, no me acabó enganchando mucho en ningún momento. Hay varios momentos en que una historia parece querer despegar, pero nunca sucede. Es más, apenas y puede decirse que hay una trama. Al final, el asunto termina siendo algo tedioso, aburrido incluso, además de que creo que el filme acaba siendo demasiado teatral. Pero lo que termina perjudicando mucho a la película, además de que las actuaciones no son muy buenas, es que los personajes no son lo suficientemente interesantes, además de que no dejé de tener la sensación de estar viendo un melodrama televisivo sobre la crisis de la mediana edad de cuatro personajes muy superficiales. Definitivamente, me gustó más, en comparación, Rudo y Cursi. Amalgama compitió en el Festival de Cine de Morelia para el premio del público a Mejor Largometraje Mexicano. ⭐⭐

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