jueves, 29 de marzo de 2012

SALAAM BOMBAY! * * * *


La cruda realidad de la niñez en Bombay.

Slumdog Millionaire (2008) mostraba la misería de la niñez en la India y su lucha por sobrevivir todas las adversidades imaginables en la forma de un cuento de hadas, con un happy end, seguido de un número musical en la mejor tradición del cine de Bollywood. 20 años antes, Salaam Bombay! (1988), de la realizadora Mira Nair, ya lo había hecho con un realismo más intenso y logrado. Ambas películas tienen varios puntos en común. En primer lugar, la inmensa mayoría de su reparto (casi todos niños) está formado por actores no profesionales, y su objetivo principal es hacer un retrato de la cruda realidad de la India. Aquí es la ciudad de Bombay. El realismo social plasmado por la realizadora hindú se siente en cada escena, mientras acompañamos al pequeño protagonista, Krishna (Shafiq Syed), en sus aventuras para conseguir el dinero suficiente y poder regresar a casa con su mamá, quien lo abandonó en un circo. El niño ha trabajado ahí desde entonces. Sin embargo, las cosas no podrían estar peor para él, ya que el mismo circo también lo ha abandonado y, por ello, el chico tiene que conseguir trabajo en una casa de té.    

Mira Nair no romantiza la historia en ningún momento. Los problemas por los que pasan sus jóvenes personajes son los de siempre: explotación laboral, prostitución infantil, abusos, falta de atención de los padres, delincuencia, etc. Este fue su primer largometraje, luego de una trayectoria produciendo documentales para la televisión. Esa sensibilidad documental es palpable en todo momento en la película, uno de los mayores logros. Sentimos y sufrimos cuando vemos a Krishna lleno de ilusiones por reencontrarse con su madre, algo que, conforme avanza la historia, sentimos que está muy lejano de suceder. Mientras, una niña que se convierte en su amiga, sufre la indiferencia de su madre, la cual tiene que prostituirse para vivir. Alrededor de estas dos historias, giran otras más, pequeñas aunque no menos estrujantes. Es una crítica a la indiferencia de los adultos y del gobierno ante la situación de los niños. La escena del banquete de bodas, en la que un grupo de niños, incluído Krishna, trabajan sirviendo comida, es contundente: los invitados lucen indiferentes ante los niños trabajadores. Comen y comen, ignorando y dando por sentado a los que se encuentran atendiéndolos.  

lunes, 26 de marzo de 2012

TERMINATOR SALVATION * *

La saga de "Terminator" está convaleciendo. Ya empieza a dar signos de desgaste y agotamiento creativo. No consideré particularmente notable la tercer película, Terminator 3: Rise of the Machines (2003), pero todavía teniamos a Arnold interpretando a su icónico personaje, el "terminator", el más letal de los robots que acaba revelando corazón y sentimientos. La selección de Nick Sthal para interpretar a John Connor fue un total miscast, pero en general, la película estuvo pasable y entretenida. McG, desafortunadamente, tomó las riendas en la dirección de la más reciente película, en la que, finalmente, la historia se centra en la "épica" guerra de los humanos contra los terminators, creados por Skynet en el -ya no muy lejano- futuro año 2018.

Aunque me ha gustado la selección de Christian Bale como John Connor, líder de la rebelión en contra de los robots, la película es un total desperdicio de buenas ideas debido a una historia tan gris, plana y "sin corazón" como los robots que abundan en la película. Se nota que Christian Bale realmente tuvo problemas para adaptarse a la producción. En específico, por el sonado ataque de ira de Bale en contra de un miembro del equipo de filmación (un técnico de iluminación, creo), por un error que este último tuvo. A pesar de todo, y gracias a lo buen actor que es, Bale supo sacar adelante lo mejor que pudo al personaje, y la mayor parte del tiempo se nota involucrado en la escasa trama que tiene la película.

Algo para mí es seguro: sin Arnold estas películas no volverán a ser lo mismo, incluída la inquietante y sangrienta violencia gráfica que James Cameron supo imprimirle a las dos primeras películas. Ahora dependen mucho de John Connor como personaje. Ni el hecho de haber puesto a un Arnold rejuvenecido y generado con tecnología digital por unos minutos en la película, ayuda a que algo se ponga interesante. Uno de los problemas, es que pone a competir en protagonismo a John Connor con un nuevo personaje, Marcus Wright, interpretado por el nulo-de-carisma-o-talento para actuar Sam "Avatar" Worthington. 

Marcus se encuentra condenado a muerte por inyección letal. De un momento a otro, despertará en el futuro, en medio de la apocalíptica guerra de las máquinas, medio amnésico, sin saber el por qué de pronto Los Ángeles se encuentra totalmente en ruínas. No tardará en obtener respuestas a sus preguntas de una guapa rebelde (Moon Bloodgood), al igual que de un joven y solitario mercenario (Anton Yelchin), acompañado de una niña muda. Helena Bonham Carter (¡Qué diablos está haciendo en esta película!), interpretando a una doctora sin mayor relevancia en la historia, y Bryce Dallas Howard, como Kate Connor, la esposa de John, acompletan el reparto. Bryce luce embarazada en ciertos encuadres, aunque esto queda sin total explicación. Podemos imaginar que espera al heredero de John en la guerra, aunque ya sería aventurar demasiado. No hay nada confirmado, pero puede ser que haya un "Terminator 5". Sólo esperemos que no le pasen el trabajo a McG, quien hace ver a Michael Bay como el Orson Wells de los thrillers palomeros protagonizados por robots.      

Christian Bale es John Connor en el año 2018.

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