martes, 31 de enero de 2023

ELVIS

EL RETORNO DEL REY. Austin Butler y Tom Hanks.
 
 Algo ha llovido desde que vi la miniserie en donde Jonathan Rhys Meyers interpretó a Elvis (llamada, precisamente, Elvis). Quizás eso nuble un poco mi juicio, pero luego de ver este caleidoscópico y luminoso torbellino de biopic sumamente musical, me arriesgo a decir que la interpretación de Austin Butler del Rey es superior. Es verdad que, en comparación, pierde mucho en rostro, pero gana en varios otros aspectos.


Esta es la revisión de Baz Luhrmann del ícono musical, un recorrido exhaustivo en donde no nada más mis ojos vibraron, sino también mis oídos. Además de hacer una ultra condensada revisión de la vida de Elvis, desde sus orígenes hasta su -lo diré, no es spoiler- muerte en 1977, Luhrmann (como evidente amante de la música) nos lleva de la mano por la historia de la música pop y rock, desde el Blues y R&B, hasta el nacimiento del Rock 'n Roll.

Casi olvido mencionar que en este viaje tenemos a un narrador confiable -o tal vez no- en la figura de su representante, el coronel Tom Parker, interpretado por otro Tom de apellido Hanks, en donde este último muestra una capacidad camaleónica que pocas veces vemos. Hanks hace un acento obscuro, pero sin duda no americano, que delata de inmediato los verdaderos orígenes de Parker. Levantándose de su cama en un hospital en Las Vegas, afectado de salud y avejentado, Parker empieza a contar su historia, sobre cómo se inició en el showbusiness, explicando que todo el secreto está en saber uno o dos trucos; en saber crear ilusión y fantasía. De ahí, Parker continuará con su historia con Elvis, cómo lo conoció y lo convirtió en estrella.

En Elvis el coronel supo ver ese truco al verlo actuar por primera vez y volver locas a decenas de chicas, poniéndolas en un estado histérico. Al ver los contoneos de cadera del juvenil Elvis (desde ese momento ganándose el apodo de "Elvis la Pelvis"), no nada más las chicas se desmayaban sino que incitó al escándalo, por ser considerado demasiado inmoral y provocativo para aquellos inocentes años 1950. Durante la primera mitad del filme Luhrmann hace de esto todo un tema.

El mismo Parker se da cuenta que había creado un monstruo que se estaba empezando a salir de control. A diferencia de la miniserie, el amor de Elvis a su madre (muy bien Helen Thomson) en la película no está tan acentuado. A la muerte de aquella, Luhrmann muestra a un Elvis llorando desconsolado, como niño lastimado y vulnerable, con la oportunidad para Parker de convertirse en figura paterna. El padre de Elvis (Richard Roxburgh, viejo colaborador de Luhrmann) en el filme será más un fantasma, apenas visible, lejano y poco comunicativo.

El coronel Parker de Tom Hanks me pareció más interesante que el de Randy Quaid en la miniserie (tal vez este último no tuvo suficiente espacio para desarrollar más el personaje), y en el filme es como el titiritero bajo cuyo control se encuentran los hilos de su creación. Bajo maquillaje y prostéticos Hanks se transforma, tiene una actuación formidable (creo que merecía una nominación al Oscar), y encarna al hombre con la visión suficiente y la estrategia adecuada para crear una leyenda, que poco a poco se le iría de las manos a mediados de los 1960 (el especial de Navidad por TV es, según el filme, la pauta de una eminente separación).

Con una duración de poco más de 2 horas y media, no creo que haya sido tarea fácil el condensar la vida de Elvis. ¿Y qué hay de Austin Butler? El tipo simplemente está fantástico, y es evidente que su principal tarea fue estudiar a Elvis por completo, así como revisar horas y horas de metraje documental, sus conciertos, y películas. He leído una o dos críticas sobre lo demasiado simplificada que luce la faceta cinematográfica de Elvis en la película, la cual no será tan brillante como la musical, pero es verdad que merecía un poco más que simples guiños a filmes clave, como Viva Las Vegas o Jail House Rock (ni siquiera hay unos segundos recreando el número musical clásico). Tampoco Luhrmann profundiza mucho más en la ambición de Elvis por ser un gran actor como su ídolo, James Dean.

Es comprensible que, siendo Luhrmann el director, la brújula haya ido más en la dirección del Elvis musical, de sus abusos con las drogas, y su autodestrucción y decadencia. Algo tuvo que ver ese mefistofélico coronel Parker, quien terminó explotándolo. Más que para fans de Elvis, el filme es también para los fans del cine de Luhrmann, dispuestos a subirse a su montaña rusa y no tener un descanso en este viaje a Graceland.
En HBOmax

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