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martes, 8 de octubre de 2024

ANATOMY OF A FALL

Sandra Hüller
 

Sandra Hüller es una muy buena actriz. Sin ser precisamente de mis favoritas, reconozco que el trabajo que he podido ver de la actriz alemana hasta ahora (Toni Erdmann, The Zone of Interest, por mencionar algunas) me ha gustado. En sus actuaciones, Hüller transmite una clásica y fría seguridad germana, una "über" confianza que me deja casi siempre helado. La suya es una especie de seriedad sonriente inexplicable. En Anatomia de una Caída Hüller fue nominada al Oscar a Mejor Actriz este año, por un papel que es completamente opuesto a todo lo que he visto de ella a la fecha: vulnerable y en total efervescencia emocional, un rango inédito para mí. 
 
Gracias a la calculada dirección de Justine Triet, Hüller llega a puntos insospechados, en una historia que, desde el inicio, mantuvo mi atención y me enganchó desde el inicio. Me adentró, sin preámbulos, en la historia de una muerte (¿anunciada?) y el misterio detrás de la misma.
 
En el centro de Anatomia de una Caída está el caso sobre la muerte de Samuel (Samuel Maleski), un escritor francés, por haber caído desde el punto más alto de su "chalet" en los Alpes suizos. Al menos, esa es una de las teorías. No hubo testigos directos, estando el "chalet" en un paraje desolado y tranquilo. Poco antes, su esposa, Sandra (interpretada magníficamente por Hüller), también escritora, era entrevistada por una periodista dentro de la casa, hasta que, entre las risas y cierto flirteo por efecto del vino, una música ensordeceramente a todo volumen las interrumpe (para ser exactos, la canción P.I.M.P.). Dicha música termina convirtiéndose en el detonador de los recuerdos del hecho.
 
Daniel (Milo Machado-Graner, en una muy buena actuación), un chico preadolescente e invidente, hijo de Sandra y del fallecido escritor, se encontraba lejos de la casa paseando a su perro pastor ovejero (Messi, la sensación en la ceremonia de los Oscares) cuando ocurrió el hecho. Daniel y la periodista serán lo más cercano a considerarse testigos, aunque no muy confiables. Un viejo amigo de Sandra, Vincent (Swann Arlaud), abogado, estará a cargo de su defensa, al ser inmediatamente considerada como principal sospechosa de la muerte de su marido.
 
Triet consigue lo opuesto a un thriller de investigación: uno más cerebral, más verbal incluso, en donde si hay momentos de emoción y tensión son los que tienen lugar en la corte donde se desarrolla el juico. Es el reflejo totalmente opuesto a las películas de juicios de Hollywood. No sólo la corte luce por completo diferente, sino que los interrogatorios también. Definitivamente no veremos a la jueza en turno martillando sobre su escritorio pidiendo silencio, y es que la verdad no hay necesidad, debido a que tenemos en este corte al público más silencioso que jamás haya visto. Tampoco tenemos abogados intensos gritando "objeción" cada 5-10 minutos.
 
Si acaso, un punto débil en el filme es que el juicio está densamente cargado de interrogatorios y declaraciones. El abogado encargado de demostrar la culpabilidad de Sandra es quien tiene total protagonismo en estas escenas. Este abogado (Antoine Reinartz) más que comportarse como tal será como un inquisidor, dipuesto a mandar a la hoguera a Sandra. ¿Tenía motivos para haber podido matar a Samuel? Algunos, y este abogado se encargará de no dejar cabo suelto cada vez que enfrente a Sandra ferozmente con interrogatorios, que llegan a tocar los aspectos más íntimos de su vida privada.
 
Anatomia de una Caída es un título genial e inteligente para la película. No había visto antes en un filme sobre un juicio analizar, precisamente, una caída, incluyendo tanto videos de los forenses recreándola, como una maqueta de la casa en donde tuvo lugar la muerte. Sin embargo, también es cierto que la historia tiende a desinflarse durante el juicio entre tantos interrogatorios, además de dar cierto tedio, producto del cambio de lenguaje cuando Sandra tiene oportunidad de hablar (por cierto, aquí la acusada puede hablar cuando quiera, sin pedir permiso a la jueza). Su lengua materna es el alemán, pero es obligada a hablar en francés durante todo el juicio. Y cuando su francés es algo limitado, Sandra tiene que recurrir, no al alemán, sino al inglés. 
 
Afortunadamente, ni el tedio ni la verborrea diluyen mucho el suspenso en esta corte trilingüe, a la que asiste también Daniel, a pesar de lo difícil que es para él estar ahí y escuchar declaraciones sobre la bisexualidad de su madre, de sus infidelidades, y de la infelicidad en su matrimonio. De hecho, debo confesar que hay una parte en la película donde odié por completo a Daniel (si son amantes de los perros seguro el sentimiento será mútuo), y que tiene que ver con un incidente con su perro. Es difícil de ver, el corazón se te encoje, pero reconozco que el chico fue para mí el personaje más interesante.
 
Terminé simpatizando con Daniel, no sólo por el hecho de ser invidente, sino porque es el más sensible de todos. Es talentoso para el piano, y mientras lo escuchamos en ocasiones tocar en el piano Asturias, de Isaac Albeniz, o en otra parte el preludio en Mi Menor de Chopin, es admirable verlo también depender de sus otros sentidos para lidiar con toda la situación, y tratar de llegar a la verdad sobre la muerte de su papá. Es posible ver también en su mirada vacía que la duda sobre la inocencia de su mamá se encuentra anidada dentro de su alma, aunque sea un poco.
 
Daniel tiene su gran momento casi al final, decisivo y crucial, para el desenlace del relato. En su discurso, por su inteligencia y sensibilidad, no pude más que concordar con él. Anatomia de una Caída es, de todas formas, uno de esos filmes que dejan al espectador sacar sus propias conclusiones (más o menos como pasa en The Staircase, la serie de HBO, basada en un caso real y similar al de este filme), sin llegar a una respuesta definitiva. Yo terminé estando del lado de Sandra. ¿Y usted?

lunes, 8 de mayo de 2023

DON'T WORRY DARLING

 

CUANDO HARRY CONOCIÓ A FLORENCE. Harry Styles y Florence Pugh.
  
 

Me encantó Booksmart, una muestra de que la actriz Olivia Wilde también tiene madera como directora. Lo vuelve a demostrar aquí, en su versión particular de The Stepford Wives, a la que agrega un poco de Shutter Island (sin la isla, claro), impresionándome también con su habilidad para transmitir un estado gradual de pathos y paranoia. En su primera mitad, la historia no me estaba llevando mucho a algún lado, pero en la segunda mitad se va levantando, insertando interrogantes aquí y allá que no encuentran respuestas definitivas. La actuación de Florence Pugh es magnífica, incluyendo a un Harry Styles aceptable, quien dudo mucho haya escupido a Chris Pine durante la filmación, según rumores. Este último, por cierto, en clave ambiguamente siniestra, está muy bien. En #HBOMax

jueves, 4 de mayo de 2023

NOPE

DESENCUENTROS LEJANOS DE NINGÚN TIPO.   
Daniel Kaluuya y Keke Palmer.

Bienvenidos a la Dimensión... Jordan Peele. De nuevo, un título obscuro e indescifrable. ¿Podrían ponerse los títulos de los filmes de Jordan Peele más crípticos y misteriosos? Desde Get Out, su primer largometraje, pasando por Us (el cual, más allá del obvio "Nosotros", el título tenía otros significados), ahora Nope simplemente te deja nuevamente con un gran signo de interrogación en el rostro. Debe haber algo más allá del obvio significado, "No". Tenemos un filme sobre ovnis y una amenaza extraterrestre, sin un título que incluya la palabra "invasión", "espacio", o "extraterrestre". Es un milagro que en México no le pusieron "Nope: Ataque Extraterrestre", o algo por el estilo. Y no es que el título que al final le pusieron aquí, "¡Nop!", esté mejor o ayude mucho.


Nope es un filme sobre ovnis fuera de toda fórmula o convención, extraño, y que, viniendo del creador y productor de la nueva serie de la "Dimensión Desconocida" (en Prime Video), no es de extrañar que se sienta como un episodio de poco más de dos horas de dicha serie. La peli no podría empezar de la forma más bizarra, mostrando a un chimpancé trayendo terror a un set de televisión, fuera de control y matando a varios asistentes (imaginemos a César, del Planeta de los Simios, en modo asesino). Luego, nos vamos al desierto, en el rancho propiedad de una familia de afroamericanos dedicados a entrenar caballos para producciones de tele y cine. Justo ahí empieza una lluvia de objetos, directa del cielo, cayendo fierros, cosas metálicas, y otros objetos. El fenómeno tendrá consecuencias trágicas para la familia.

Si como espectadores esperamos tener una explicación de todo esto más adelante, lo siento, no la hay. Pero la cosa no suena tan frustrante como parece. Nope estuvo nominada al Oscar a Mejor Película este año, pero en lo personal, si bien su premisa es interesante (un filme sobre ovnis que no sea del todo de ciencia ficción), no me pareció tan buena como Get Out o Us. Así como E.T. trata sobre unos niños lidiando con la separación de sus padres, Nope (¿el título serán las iniciales de algo?) es sobre la fama a temprana edad y niños convirtiéndose en celebridades (el personaje de Steven Yeun es la representación de ésto). Pero también es sobre dos hermanos, interpretados por Daniel Kaluuya y Keke Palmer, quienes durante la trama estrechan un lazo familiar perdido y roto. El primero, siendo toda seriedad y poco sociable, y la segunda, parlanchina, sociable, y amigable.

A escena entra un tipo (Brandon Perea), empleado en una tienda de electrónica, quien luego de que los hermanos Haywood decidan comprar e instalar un sistema de cámaras para el rancho, en un abrir y cerrar de ojos se involucrará con ellos en una investigación amateur, para indagar sobre fenómenos ovni y los avistamientos en el cielo de un objeto extraño. Este objeto es, simplemente, una nube, pero no cualquier nube. La nube es extraña, siempre está presente en el mismo punto del cielo, lugar del que no se mueve ni desaparece.

Mención especial merece Michael Wincott (The Crow, 1492) a quien no veía desde hace siglos en un filme, interpretando aquí a un director de cine con vena experimental y sensacionalista, dispuesto a documentar el extraño fenómeno. El director monta con los Haywood todo un dispositivo de cámaras, incluyendo una enorme cámara arcaica, para evitar que el ovni interfiera con cualquier sistema electrónico.

Nope no me terminó intrigando tanto como esperaba, con todo y lo interesante que pueda sonar su premisa, y su reparto desempeñándose estupendamente. Es un filme "de momentos" que no acaba siendo la suma de sus partes. Es cierto que las escenas del chimpancé son sumamente escalofriantes, y la escena del show con el caballo sirviendo como carnada del ovni es intrigante, y es verdad también que el filme cierra con unas escenas alucinantes del ovni (ya el hecho de tener un ovni que es como una aspiradora gigante de humanos es intrigante), pero el problema es que no todo se siente que encaje bien.

Jordan Peel, al menos yo creo, quiso hacer el filme más original sobre ovnis tan esforzadamente, que el resultado no ha sido uno de esos filmes que se queden contigo. Un filme de ovnis sin la mínima presencia de aliens no se siente completo. Digo, hasta Close Encounters of the Third Kind tenía aliens unos minutos antes de terminar.
En HBOMax y a la renta.

martes, 3 de noviembre de 2020

REBECCA

SIEMPRE NOS QUEDARÁ MONTECARLO.
Lily James y Armie Hammer

Aunque considero muy superior la versión que Alfred Hitchcock hizo de Rebecca, novela de Daphne Du Maurier, Ben Wheatley hace un buen trabajo ofreciendo su propia visión. A pesar de que esta nueva producción de Netflix puede sentirse algo condensada, incluso muy básica, la esencia de la historia original está ahí: La inocencia de una chica sencilla, quien se enamora de un millonario, el cual sigue de luto por su fallecida esposa, la Rebecca del título. 

En esta nueva adaptación de Rebecca, Lily James (Cenicienta) interpreta a la chica en cuestión, imprimiendo el encanto que la caracteriza, quien se verá a sí misma inmersa en un cuento de hadas. Durante un viaje a Montecarlo que realiza junto a la Sra. Van Hopper (Ann Dowd, estupenda aunque sea en un pequeño papel), una mujer adinerada y socialité para la cual trabaja como asistente personal y dama de compañía, nuestra protagonista conocerá a Maxim De Winter (Armie Hammer, sabiendo combinar sofisticación y obscuridad al mismo tiempo), un millonario. Hermético y emocionalmente difícil de descifrar, De Winter empieza a mostrar un inesperado interés por la tímida, insegura, y algo torpe chica, surgiendo entre ambos un romance que, tal vez de manera precipitada, terminará en ambos contrayendo matrimonio. 

"¡Vivirás en una enorme casa junto a un fantasma!" le dice su incrédula y muy enojada ex jefa a la ahora Sra. De Winter, cuando ésta lo deje todo para iniciar su nueva vida junto a De Winter, y se vaya a vivir con él a Manderlay, nombre de su enorme residencia. Aquella última frase que su ex patrona le dice, esconde mucho del misterio que vendrá después. ¿Al decir fantasma, se refiere al recuerdo de la difunta esposa de De Winter? ¿O más bien se refería al mismo De Winter? La frase anticipa lo difícil que será para el personaje de Lily James encajar en su nueva vida en la palaciega residencia, en donde casi cada rincón esconde algún secreto de la vida pasada de De Winter y Rebecca. Su curiosidad incontenible la llevará a explorar la residencia, ante la constante y vigilante mirada de la ama de llaves, la obscura Sra. Danvers, interpretada soberbiamente por la gran Kristin Scott Thomas.  

Desde el inicio adivinamos que Danvers no le pondrá las cosas muy fáciles a la Sra. De Winter para adaptarse a este nuevo mundo, la cual se encuentra batallando para acercarse al cada vez más lejano y poco comunicativo De Winter. 

No he leído la novela (está en mis pendientes por hacer), pero quizás en la historia original hay un personaje que ofrezca más apoyo emocional a la recién casada. Frank Crawley (Tom Goodman-Hill), el amigo de Maxim, es en el filme el personaje que parece querer cubrir este vacío. Pero siento que Frank como que no tiene suficiente espacio ni tiempo en el filme. Sin embargo, Ben Wheatley consigue transmitir el tema principal de manera efectiva, es decir, el terrible peso emocional del pasado y de los recuerdos. Sin revelar mucho de la trama, es crucial la escena dramática durante la fiesta de disfraces, en donde, baste decir, la Sra. De Winter decide ponerse un vestido y peluca que tendrán un efecto inesperado en Maxim. 

El diseño de producción es muy bueno, cosa que redondea  más al filme. Y si bien Armie Hammer y Lily James no son precisamente Laurence Olivier o Joan Fontaine, quienes interpretaron a la pareja en la película de Hitchcock, sus actuaciones son muy buenas. Podemos agregar también la buena participación de Sam Ryley como Jack Favell, el misterioso familiar de Rebecca. Favell marca el giro de la historia de melodrama a una historia de misterio. Aunque en este punto el filme pierde algo de su toque de suspenso psicológico, lo cierto es que Ben Wheatley termina ofreciendo una versión aceptable de la novela, cuyo fuerte está más en las actuaciones que en su fuerza para contar una historia ya clásica del cine. ⭐⭐⭐1/2

miércoles, 2 de septiembre de 2020

THE VAST OF NIGHT

MUCHO RUIDO RADIOFÓNICO.       
Jake Horowitz y Sierra McCormick.
Concebida como un homenaje-tributo a Rod Serling y su clásico televisivo de los 1950, "La Dimensión Desconocida", The Vast of Night tiene el mérito de saber envolvernos en un suspenso peculiar, con muy pocos recursos, y una sorprendente sencillez. Lo curioso, es que mientras las historias presentadas en "La Dimensión Desconocida" se basaban mayormente en acción continua (con excepción de algunos episodios, en donde dos o varios personajes estaban confinados a un sólo espacio, donde se desarrollaba toda la historia), The Vast, primer filme del realizador Andrew Patterson, se va por caminos sumamente distintos.
Durante todo el filme (de hora y media de duración) la cámara entra y sale de la pantalla de un antiguo televisor, en donde, de situarnos como espectadores de un programa estilo "The Twilight Zone", en blanco y negro (que luce realmente como producido en los 1950), pasamos, en una transición a color, a ser casi protagonistas y testigos de la historia contada, en un episodio llamado, precisamente, "The Vast of Night". Cayuga, Nuevo México. Tenemos tan solo dos protagonistas, un DJ, Everett (Jake Horowitz), con un programa de radio nocturno, y Fay (Sierra McCormick), una adolescente de 16 años, que trabaja como operadora telefónica en el turno de la noche. Durante uno de sus programas, Everett escucha una extraña transmisión, un ruido de una frecuencia que, entre deducciones de si podría ser militar o no (o, incluso, de alguna estación mexicana haciendo interferencia), al final, su origen es incierto. 
Cuando un radioescucha llame al programa para, a través de una anécdota, contar algo que parece sacado de un filme o novela de ciencia ficción (según él, ambientada antes de la puesta en órbita en el espacio del Sputnik por los rusos), y revelarles que sabe el origen de dicha transmisión, la cual puede que sea o no de este mundo.
Producida por Amazon Studios, lo que termina siendo interesante de la película, es que Patterson (también el guionista) ha conseguido hacer algo realmente fuera de lo convencional. Toda la narración de la historia estará basada, más que en acción, en largos diálogos, tanto entre Everett y Fay (por cierto, ambos están estupendos, con una manera impresionante de decir sus lineas con rapidez y agilidad, emulando el estilo de los filmes y programas de aquella época), como de algunos narradores y testigos de hechos. Sin ver en ningún momento escenas en flashbacks de lo que nos están contando (eso queda en nosotros y en el poder de nuestra imaginación), estos narradores van revelando pistas, acontecimientos, sucesos misteriosos sin explicación, etc., en un ejercicio de, digamos, "economía narrativa" impresionante. 
Lo mismo puede decirse del estilo para dirigir de Patterson, basado en largos planos secuencia, ya sea siguiendo a los dos chicos en largos recorridos, o simplemente con la cámara explorando lugares, casi a nivel del suelo (quienes hayan visto Evil Dead saben de lo que hablo), como si una presencia invisible y paranormal estuviera recorriendo todo.
Para aquellos que prefieran un cine con más acción, más historia, y más agilidad en su narración, tal vez The Vast no sea el filme adecuado. Hay largas tomas, ininterrumpidas, p. ej. de Fay recibiendo y escuchando llamadas telefónicas; o de Everett, frente al micrófono, nada más escuchando la narración del radioescucha por teléfono. La verdad, es que el asunto no suena tan aburrido como parece. The Vast of Night, además de estar excelentemente ambientada, puede que sea más del regocijo de quienes gusten de historias estilo "The Twilight Zone"; o para qué ir más lejos, estilo "Project Blue Book", la serie sobre ovnis y hallazgos extraterrestres de History Channel. 
Disponible en Amazon Prime Video.
⭐️⭐️⭐️1/2

jueves, 7 de mayo de 2020

ATLANTICS


AMOR OCEÁNICO. Mame Bineta Sane interpreta a Ada.
Ganadora en Cannes del Gran Premio del Jurado (además de haber estado nominada a la Palma de Oro) en 2019, Atlantics es un filme que te toma por sorpresa justo a mitad de camino, mientras navegas en sus constantes imágenes del inmenso océano. No hay manera de estar preparado para este filme, ya que su joven directora, la francesa Mati Diop, ofrece una película que, dentro de la envoltura de un tradicional relato romántico, toma repentinamente un camino totalmente fuera de lo convencional.
Ambientado en el árido y desértico escenario de Dakar, en Senegal, protagonizado por actores desconocidos (muchos de ellos no profesionales), y combinando diálogos en francés, lengua wolof, inglés, y árabe, la película cuenta cómo el sueño de Ada (Mame Bineta Sane, estupenda), su protagonista, de tener una relación estable con su novio, Suleiman (Ibrahima Traoré), se ve roto, debido a una crisis laboral dentro de la construcción de una torre futurista. Los trabajadores de la construcción no han recibido pago durante los últimos 3-4 meses, situación que provoca que Suleiman y un grupo de compañeros partan ilegalmente a España, en una pequeña embarcación. Como si no fuera suficiente, Ada está a punto de casarse, en un matrimonio por conveniencia, con un hombre adinerado al que no ama, Omar (Babacar Sylla). Sin embargo, las cosas se complican, cuando la residencia de Omar quede parcialmente destruida luego de un incendio, convirtiendo a Ada en objeto de persecución de un detective de policia (Amadou Mbow), el cual cree que Suleiman es responsable del incidente, y que Ada lo está escondiendo para protegerlo.
Atlantics es un filme inclasificable, no sabes en donde ubicarlo después de verlo. Lo magnífico de la dirección de Dopi, es el notable balance que consigue en el producto final, es decir, una película que, de manera inteligente y sorprendente, escapa del melodrama romántico convencional, gracias a que sabe mezclar elementos de una trama policiaca de misterio, así como de una historia paranormal (hay pequeños guiños a "Ghost") sin mayores problemas. Además, el sutil toque poético y lírico que Dopi da a la película, que en nada enturbia el claro mensaje de denuncia social respecto a la difícil situación laboral en el país africano, termina haciendo de Atlantics una experiencia hermosamente extraña, intrigante, y, sin duda, impredecible. De lo mejor del 2019.
⭐️⭐️⭐️⭐️

jueves, 9 de abril de 2020

LOS RODRÍGUEZ Y EL MÁS ALLÁ


DESASTROSO MÁS ALLÁ.
El inicio de Los Rodríguez y el Más Allá prometía algo infinitamente mejor de lo que termina ofreciendo. Y no es un relato de fenómenos paranormales para niños, como lo puede sugerir su engañoso título. Nicolás (Rodrigo Simón), un niño muy inteligente y que vive con su familia, formada por su mamá (Mariana Treviño), su papá (Edu Soto) y dos hermanas (Sara Jiménez y María Blanco), ve su vida completamente alterada, cuando su abuela (Geraldine Chaplin) le da un video dejado para él por su fallecido esposo (Plácido Domingo). En dicho video, le serán reveladas al chico una serie de claves que lo llevan a descubrir que un refrigerador viejo es, en realidad, una puerta hacia otro mundo. Dicho mundo, es un planeta de nombre Maktub, no muy diferente al planeta Tierra, excepto que ahí se han quedado estancados en el año 1951, por culpa, precisamente, de Nicolás, al haber abierto ese portal. No nada más el mentado planeta Maktub es lo que se sale de control y descarrila aquí, sino todo este filme familiar, que hará que cualquier niño apague la tele y prefiera ponerse a jugar videojuegos.
Dirigida por el mexicano Paco Arango, Los Rodriguez es una bizarres de primer orden, que si bien presume una producción en donde se nota que hay presupuesto (efectos especiales, diseño de producción atractivo, y un reparto de actores españoles, mexicanos y argentinos), termina siendo un churro monumental, una cruza extraña de Star Gate con un filme de espías genérico y escrito sin la más mínima imaginación, incluyendo en la mezcla una comedia familiar con humor que parece escrito por un niño de 5 años.
Entre los grandes problemas de la película, está que Nicolás acaba siendo el personaje más flojamente escrito, y conforme avanza la película, irá siendo opacado por el resto de los personajes y subtramas enredosas. Después del primer acto, justo cuando la familia regresa de una visita express a Maktub, por una serie de circunstancias cada uno de ellos acaba adquiriendo superpoderes; unos no muy originales (como super fuerza e invisibilidad), y otros muy estúpidos (como el del papá, que consiste en que las orejas, la frente, y el trasero se le encienden y ponen rojos. ¡Wowww!). Luego, la caótica trama se estanca en gags sin gracia, mientras el papá trata de lidiar con la idea de que fue criado por unos padres bastante excéntricos y llenos de secretos. En resumen, un desastre de película, de dos tediosas y eternas horas de duración, que por fortuna tiene a Omar Chaparro en un papel muy secundario. De lo peorcito del 2019.

⭐️1/2

martes, 7 de abril de 2020

THE INVISIBLE MAN


Elizabeth Moss tiene un enemigo invisible
The Invisible Man, el clásico de horror de la Universal de 1933, seguía en cierta medida la misma premisa de Frankenstein (otro clásico de la Universal, de 1931): la tragedia del científico en búsqueda de controlar la naturaleza, en su ambición por alcanzar la inmortalidad a través de un gran descubrimiento. Su descubrimiento, un medio para volverse, precisamente, invisible, se salía de sus manos, y su destino se veía amenazado con quedarse para siempre en ese estado.
En la decisión de los estudios por rehacer aquellos filmes de horror de la época dorada de Hollywood (luego del fracaso con la crítica de La Momia, producida por Tom Cruise, y a quien culpan por el fracaso del proyecto), llega el remake de The Invisible Man, un verdadero repunte y revitalización de estos remakes. En esta nueva historia, las cartas se juegan de manera distinta, dando un giro de 360 grados a la premisa del filme original; uno en donde ahora es un personaje femenino el que lleva el protagonismo. Una mujer es quien sobrelleva el peso emocional del filme, de hecho, un personaje fuerte que no se quedará con los brazos cruzados ante nada.
Cecilia (Elisabeth Moss, fenomenal), una arquitecta, ha escapado, en medio de la madrugada, de una vida de abusos, maltratos, y violencia junto a un novio abusador, Adrian(Oliver Jackson-Cohen). Sin nadie más en el mundo mas que su hermana, Emily (Harriet Dyer), Cecilia encuentra refugio en la casa de un amigo, James (Aldis Hodge), detective de policia, quien vive con su hija adolescente (Storm Reid). Sin embargo, Cecilia vive en un estado de constante ansiedad y pánico, por temor a que Adrian, un connotado investigador y especialista en óptica, pueda encontrarla.
Las cosas toman un giro inesperado, cuando Cecilia se entere, a través del hermano y abogado (Michael Dorman) de Adrian, que éste se ha quitado la vida. Es cuando Cecilia
empezará a experimentar fenómenos que parecen paranormales (ruidos extraños en la casa vacía, cosas que se mueven y caen, sábanas que misteriosamente son jaladas de la cama, etc.). ¿Será el espíritu de Adrian el que está acosándola y torturándola psicológicamente desde el más allá?

Dirigida por el actor y guionista Leigh Whannell (guionista de Insidious 1 y 2), la película le da completamente la vuelta a la historia que ya muchos cinéfilos conocemos. Guarda un par de cosas en común con el filme original, pero nos devuelve algo nuevo en su totalidad. Lo genial en la dirección de Whannell, es su prodigiosa manera de, no nada más manipular a su personaje femenino, sino a nosotros como espectadores, con un estupendo relato que apuesta por el camino del horror psicológico.
Llega un punto culminante en la película, en donde Cecilia se siente sola en el mundo, que nadie (ni su hermana) cree en ella y en lo que está experimentando. A la mitad, se siente que a la historia se le está acabando el combustible, pero minutos después toma un nuevo respiro y se recupera, justo cuando los problemas de Cecilia vayan en aumento. Lo interesante en esta nueva versión, es que Whannell no sólo ha sabido actualizar muy bien la historia, adaptando la realidad de los abusos físicos y maltrato a la mujer, sino también hablar sobre las complejidades en las relaciones entre hermanos. No será perfecta (un par de aspectos, al final, caen en lo inverosímil), pero la verdad es que Elisabeth Moss está impresionante, siendo capaz de mantener una emoción fija de ansiedad y pánico durante todo el filme.
⭐️⭐️⭐️⭐️

miércoles, 15 de enero de 2020

THE LIGHTHOUSE

Willem Dafoe y Robert Pattinson
Muchos todavía tenemos en la memoria La Bruja (2015), anterior filme de Robert Eggers, un filme, irónicamente, sobre una bruja que nunca se ve (o apenas y vemos algo de la misma); y sobre un horror también no visible, pero sí evidente, que rodea a sus personajes. Un horror que apuesta por tomar el camino de lo poco convencional por uno más psicológico. ¿Quién hubiera imaginado que su siguiente filme, El Faro, iba a ser uno en blanco y negro, con tan sólo dos personajes, y una historia instalada en, precisamente, un faro? Es como si la predilección del director por reducirlo todo a su mínima expresión tuviera en esta película su punto culminante. ¡Y qué película!
En El Faro, Eggers trae de regreso el tema del horror palpitante e invisible, que en lugar de ser externo, vive adentro de sus personajes, creciendo y creciendo silencioso, hasta llegar a su punto de ebullición.
Es una isla de Nueva Inglaterra, en los 1890. Dos guarda faros, Thomas (Willem Dafoe, fantástico), y otro más joven, también de nombre Thomas (Robert Pattinson, no menos genial), llegan a la isla en un día lleno de neblina. Durante las siguientes cuatro semanas deberán trabajar juntos, cuidando y manteniendo el faro funcionando. Suena a un trabajo aburrido, algo que nadie quisiera hacer, pero el viejo y pedorro Thomas, cual viejo lobo de mar al mando de una embarcación, se encargará de mantener ocupado al joven con todo tipo de tareas, como pintar el faro, o dejar el suelo brillante de limpio ---no importa las veces que sea necesario limpiarlo para dejarlo como espejo.

Desde el inicio, su relación será difícil, con personalidades distintas que no tardan en colisionar. El viejo, más parlanchín, gusta de una buena plática, con todo y acento de pirata inglés, bien rebozado en ron (excelente acento de Dafoe), durante obscuras cenas, iluminadas sólo con una lámpara en la mesa; el joven, de contadas palabras, no es muy amigable, y tiene poca paciencia ante la verborrea de su jefe y su flatulenta compañía. No será por mucho tiempo así, ya que por obra y gracia de una extraña química, ambos empezarán a compartir anécdotas, y a entender que si quieren sobrevivir durante un mes y poco más juntos, lo mejor es bajar la guardia y ser amigos.
Sin embargo, el viejo Thomas pronto empezará a revelarse como un ser misterioso, que cada noche se escapa a la punta del faro para encerrarse ahí. "¡¡La luz es mía, mía!!", es todo lo que grita desde ahí. ¿Está simplemente loco? ¿Qué oculta ahí? ¿Quién, o más bien, qué es Thomas?
Lo brillante del filme de Eggers, es su manera de reflejar la locura en la que, poco a poco, van cayendo ambos personajes, debido al encierro y al tedio, así como de reflejar la obsesión del joven por saber el misterio del faro. Lo mejor, es ver cómo la historia se divide entre la realidad y la fantasía, en esos sueños y alucinaciones que van afectando al joven, al creer que una sirena (Valeriia Karaman) ha llegado a la costa por él y lo ha embrujado (resulta gracioso pensar en un giro de horror sobrenatural del relato de La Sirenita, pero la cosa no va por ahí). Mientras, el sádico viejo disfruta haciéndolo sufrir, con su abuso de autoridad y supersticiones sobre gaviotas (si en La Bruja una cabra tomaba tintes diabólicos, aquí será una gaviota la que tome un protagonismo especial), cómodamente viéndolo de lejos romperse el lomo. El viejo llega a transformarse en una especie de figura paterna, yendo su relación por toda clase de altibajos, hasta llegar a un tono homosexual que empezará a ser incómodo entre ambos.
También es a través de una narración fragmentada el cómo Eggers refleja el resquebrajamiento de sus personalidades, sin saber nunca a ciencia cierta si el joven Thomas está alucinando, o si sus pesadillas se están materializando. El sonido juega un papel crucial, con esa alarma del faro sonando constantemente, o el sonido del mar tempestuoso, que acentúan más el estado mental de los dos personajes. Mención especial merece la hermosa dirección de fotografía, a cargo de Jarin Blaschke (por favor, para "su consideración", una nominación a Mejor Fotografía en los Oscares), llena de muchos contrastes, y sin temor a hundir a los personajes en una casi total obscuridad, como cuando cenan. Se cuece a fuego lento, pero El Faro es una pequeña joya, imperdible.
⭐️⭐️⭐️⭐️

KNIVES OUT


¿FUE EL MAYORDOMO? Daniel Craig en modo Sherlock Holmes.
El viejo género en el cine del crimen misterioso en mansiones lujosas sigue vigente. Aquel que pensaba que era cosa del pasado, estaba muy equivocado. No es raro que Hollywood nos tome por sorpresa resucitando géneros de antaño, como es el caso de Knives Out, una clásica whodunnit en el más amplio sentido de la palabra, que trae de vuelta exitosamente estas historias al cine.
Afortunadamente, Knives Out, dirigida por Rian Johnson (director del episodio VIII de Star Wars, The Last Jedi, del 2017) logra su cometido, una excelente película de crimen y misterio en la vieja tradición de las novelas escritas por Agatha Christie, o las novelas de Sherlock Holmes, escritas por Sir Arthur Conan Doyle (los aficionados a estos libros se deleitaran con el filme), y tal vez, una de las películas mejor tramadas, escritas, y casi perfectas de este año. Es una película redonda, con un amplio reparto (que incluye a Jamie Lee Curtis, Don Johnson, Toni Collete, Michael Shannon, y Chris Evans), en donde todos y cada uno de los actores se desempeñan de forma estupenda. Su guión es inteligente, y no pierde la oportunidad de meter, sin dificultades, un tema sensible y de actualidad: la inmigración. Y claro, es también un guión con detalles graciosos y uno que otro---asqueroso.
Knives Out traerá a la mente de los cinéfilos, además de las innumerables adaptaciones de novelas de Agatha Christie al cine, filmes como Clue (de 1985, basado en el juego de mesa del mismo nombre), y más recientemente, Gosford Park (2001) de Robert Altman, y Murder on The Orient Express (2017). Hay un pequeño homenaje al programa de los 1980s Murder She Wrote, protagonizado por Angela Lansbury.
La película arranca con varios interrogatorios, que un par de detectives de policia (Lakeith Stanfield y Noah Segan), junto a un detective privado, Benoit Blanc (de las mejores actuaciones de Daniel Craig, aunque me pregunto qué acento habrá intentado hacer ¿sureño tal vez?), debido a la misteriosa muerte de un famoso escritor de novelas de misterio, Harlan Thrombey (Christopher Plummer, como siempre excelente). Marta Cabrera (Ana de Armas), su enfermera, inmigrante latinoamericana con una extraña compulsión de vomitar cuando dice mentiras, es la principal sospechosa. ¿Asesinato o suicidio? Tal será el misterio que deberá resolver Benoit, que si bien en la primera mitad no nos sorprenderá mucho con habilidades deductivas a la Sherlock Holmes, o con la elegancia bigotuda del analítico Hercule Poirot, será en el tercer acto cuando, poco a poco, sus talentos se irán revelando. Benoit tiene un poco de aquellos personajes clásicos, además de cierta capacidad para el sarcasmo, sentido del humor, y buen observador.
Difícil resultará describir una historia tan laberíntica y compleja, que va tomando caminos inesperados; que juega con nuestras expectativas y está llena de flashbacks. Si bien nosotros tenemos la ventaja de saber, alrededor de la mitad del filme, qué fue lo que pasó con el escritor en su pequeño pero fascinante estudio (un gabinete de curiosidades, un pequeño museo, como toda la mansión en sí, en donde no hay rincón que no atrape nuestra mirada), esto no quiere decir que sea aquí cuando al filme se le acabe el combustible. Al contrario. Johnson (también escritor del guión) apenas está calentando motores, para llevarnos hacia una segunda mitad muy disfrutable y magnífica, llena de giros inesperados, y que te tendrá atrapado en la butaca.
⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

martes, 27 de agosto de 2019

SCARY STORIES TO TELL IN THE DARK


CON LA PIEL DE GALLINA. Michael Garza y Zoe Margaret Collettii.
Al ser totalmente desconocida para mí la novela de Scary Stories to Tell in the Dark (escrita por Alvin Schwartz), la principal razón que me empujó a verla fue el nombre de Guillermo del Toro detrás del proyecto, quien fungió como productor y coescritor del guión. Es una pena que haya sido estrenada en estos días, de finales de época veraniega, alejada todavía del Halloween, cuando tal vez hubiera funcionado mejor. Su impacto y resonancia en el espectador hubiera sido muy diferente, para una historia que, precisamente, arranca durante la "Noche de Brujas".
Scary Stories está estructurada en forma de subtramas, de relatos de miedo (de ahí su título), de esos que se cuentan alrededor de una fogata, acampando en medio de la noche, y asando bombones. Otra cosa que juega en contra de este filme, dirigido por el noruego André Ovredal (de quien únicamente he visto la muy entretenida Trollhunter), es lo mucho que tiene que esforzarse para sobresalir por sí solo como un filme de horror, en medio del furor por el reciente estreno de Stranger Things 3 en Netflix, y de los recientes estrenos de filmes que son adaptaciones de novelas de Stephen King (escritor de donde Scary Stories toma mucha inspiración), como It (y muy próximamente It 2), o la nueva versión de Pet Sematary. Scary Stories no deja de sentirse todo el tiempo como una especie de dejá vu de todas esas producciones, con todo y su buena ambientación a mediados de los 1960 (durante la campaña electoral de Nixon a la presidencia), aspecto que acentúa todavía más el "efecto Stephen King" en la historia. Incluso, hay algo de Evil Dead en medio de todo, justo cuando el detonante de la trama es el hallazgo de un libro embrujado por un grupo de chicos, justo mientras huyen de unos bullies como sacados de It. El libro es encontrado en una casa victoriana abandonada, en donde más de cien años atrás tuvieron lugar hechos ocultos e innenarrables, que tienen que ver con la autora de dicho libro. Stella (Zoe Margaret Colletti) una chica tímida aspirante a convertirse en escritora y una verdadera nerd del cine de horror (su cuarto es como un museo dedicado al tema), decide conservar el libro para saber más de la autora, sin saber los horrores que está apunto de desencadenar.
Scary Stories termina siendo visible, y vale la pena para un domingo por la tarde, pero su problema es que termina siendo una película de "momentos" (y muy contados) de horror surreal, con buenas secuencias como aquella del espantapájaros en el sembradío de maíz, la del sanatorio psiquiátrico con un personaje paranormal deambulando por los pasillos (con la forma más extraña de atrapar a uno de los personajes), o la del del sheriff (no podía faltar uno en estos filmes) en la prisión y esa sorpresa que le cae por la chimenea.
Al final, con varios clichés, lugares comunes, y con esa sensación de que ya hemos visto todo antes, sólo que aquí apropiada para preadolescentes y adolescentes. De todas formas, Scary Stories resulta muy funcional y con suficiente entretenimiento escabroso para pasar un buen rato en el cine mordiéndose las uñas. Lo mejor, es la decisión de del Toro de incluir a un personaje latino, Ramón Morales (Michael Garza), de peso e importancia, y no nada más de relleno de fondo, como siempre sucede. Una ovación de pie.
⭐️⭐️⭐️1/2

martes, 25 de junio de 2019

POKEMON DETECTIVE PIKACHU


Justice Smith y Kathryn Newton.
Antes del estreno de Pokémon Detective Pikachú, no podía haber estado menos interesado en adentrarme en el universo de los Pokémon. Apenas y sabía que es una serie animada y un videojuego, creado en 1996 para Nintendo, por Satoshi Tajiri, Ken Sugimori, y Junichi Masuda, así como que ahora se puede jugar con el smartphone a cazar Pokemones a donde sea que uno vaya. En este brinco que ha dado la franquicia en su primera adaptación en un filme de acción viva y actores de carne y hueso, el Pikachú del título terminó atrapándome, con todo su amarillento carisma de adorable peluchín abrazable. Pikachú, con apariencia de ser una cruza entre un conejo y un gato con cola de relámpago, y toda su detectivezca sagacidad, es irremediable que te atrape desde que aparece en pantalla (precaución audiencias femeninas, el personaje irradia incontables dosis de suave y aterciopelada ternura).
Dirigida por Rob Letterman (Shark Tale, Monsters vs. Aliens, Goosebumps), la película nos introduce fácilmente a un extraño mundo de criaturas, que son entre animales y seres míticos, que acompañan a los humanos como una especie de compañeros y protectores espirituales. Además, el filme está escrito para que los niños puedan seguir la historia sin mayor problema (escrita por el mismo Letterman et al), teniendo como centro la historia de un chico, Tim (Justice Smith), solo en el mundo y sin un perro que le ladre. Tim está tratando de reconectar con su padre, Harry, al cual apenas y conoce. Los adultos (especialmente padres de familia que acompañen a sus pequeños al cine, y quienes hayan jugado a cazar pokemones con el teléfono), no tardarán en sentirse interesados, ya que es un relato sobre paternidades necesitando reajustarse, padres ausentes, etc.
Tim se embarcará en una aventura para investigar qué ha sido de su papá, un detective privado, luego de que éste sufriera un accidente automovilístico mientras investigaba los experimentos que una corporación, encabezada por Howard Clifford (Bill Nighy), realiza con un poderoso y mítico pokémon. Sin saber si sigue vivo o no su papá, Tim tendrá la asistencia del adorable y sagaz Pikachú (voz de Ryan Reynolds), de hecho, el pokémon de Harry, gracias a que es quizás el único humano que entiende lo que dice. Sin embargo, la inquieta y sagaz criaturita, con todo y su complejo de detective, no será de mucha ayuda, ya que sufre de amnesia debido al accidente.
La película no es tan infantil como muchos pensarían. Todo lo contrario. Letterman apuesta por lograr algo cercano a un flim noir para toda la familia, clasificación A; una especie de Blade Runner para niños y adolescentes, con todo su explosivo colorido de luces de neón. No nada más trata sobre relaciones padre-hijo, sino sobre la memoria, y la amistad, en la relación que poco a poco se va formando entre Tim y Pikachú. Aunque Ryan Reynolds únicamente provee la voz del personaje (es como escuchar a Deadpool reencarnado en un muñeco de peluche), su trabajo de voz es estupendo, y acaba robándose el show completo. Voz y personaje, aunque contrastantes, terminan acoplándose excelentemente. Por cierto, Justice Smith, aunque sin mucho que hacer en la trama, le da todo el carisma que puede a su personaje, transmitiendo confusión y empuje, mientras que Kathryn Newton, como una chica aspirante a reportera, trae el balance y soporte que Tim necesita. Ambos actores proveen frescura al filme, gracias a que no son caras muy conocidas. Es raro que las adaptaciones de videojuegos al cine funcionen, pero Detective Pikachú, graciosa y conmovedora, acaba siendo la excepción a la regla. ⭐️⭐️⭐️1/2

US

Lupita Nyong'o.
En tan sólo su segundo largometraje, el actor y director Jordan Peele se ha consagrado como maestro en la creación de pesadillas, así como en esa clase de películas en las que lo mejor ocurre justo al final; en esa vuelta de tuerca sorpresa. Si algo sabe hacer bien Peele, es imprimir ese giro crucial en sus historias (¿Está tomando el lugar de M. Night Shyamalan en ese sentido?). En Us, Peele nos lleva de la mano, literalmente, "a través del espejo", en algo que también es como una muestra a gran escala de lo que es capaz de ofrecer en su actual revival del clásico televisivo "La Dimensión Desconocida". Como en aquel programa, la historia contada en Us desafía cualquier explicación racional. Peele ha confesado, que para la historia de su película tomó como inspiración un episodio de la primera temporada de La Dimensión Desconocida, "Mirror Image", sobre una mujer que, mientras espera el autobus en una estación, afirma que su reflejo en el espejo tiene vida propia, y está tratando de tomar su lugar.
En Us, la premisa es llevada más lejos, en la historia de Adelaide Wilson (Lupyta Nyong'o, espectacular en un doble papel), una madre de familia, que ha regresado con su esposo (Winston Duke) e hijos (Shahadi Wright Joseph e Evan Alex) a la playa en donde vivió una experiencia traumática durante su niñez, en 1986: En el laberinto de espejos de un parque de diversiones, Adelaide tuvo la onírica visión de ver su reflejo de espaldas. Como si hubiera despertado de un terrible sueño, Adelaide no volvió a ser la misma. Época actual, treinta y tres años después. Cuando todo parecía haber quedado atrás, Adelaide y el resto de su familia reciben la visita de sus doppelgängers, sus dobles, vestidos de rojo, y conjurados por alguna fuerza maligna del lugar. En actitud entre robótica y zombiesca, sus dobles llegan a la puerta de su casa, con las intenciones no muy amigables de matarlos.
Peele tiene un gran mérito aquí. Mientras nos tiene horrorizados con la pesadilla de sus personajes, y al mismo tiempo entretenidos, al ver cómo minuto a minuto deben ingeniárselas para poder salir vivos, el director nos tiene también pensando qué es lo que está sucediendo. ¿De dónde han venido estos dobles? ¿Qué es lo que realmente quieren estas versiones violentas y monstruosas de ellos?.
A pesar de su violencia gráfica, Us es un entretenido relato de sobrevivencia, original en su guión, ya que no recurre a clichés de películas de terror gore. Lo que aquí vemos, es una familia luchando con sus "otros yo", con algo que para ellos está entre lo real, y una simple ilusión. Poco tiempo hay para que descifren lo que está pasando, de un momento a otro pueden estar muertos. El reparto es pequeño, y todos están estupendos haciendo papeles dobles, y que incluye a Elisabeth Moss (de Mad Men), y Tim Heidecker, ambos como un matrimonio de blancos, amigos de los Wilson.
Tal vez no será mejor que Get Out, pero también sería injusto calificar a Us como un sangriento episodio de La Dimensión Desconocida de casi dos horas de duración. La diferencia, es que en Get Out Peele fue capaz de ofrecer un relato de horror cargado de un mensaje político y social sobre los prejuicios raciales en Estados Unidos. Si hay un tema en Us, es aquel sobre la fina linea entre lo que es real, y lo que es aparente; sobre cómo una realidad alterna te puede confrontar en cualquier momento. Quienes ya hayan visto su anterior película, sabrán que el trabajo de Peele es como una caja de sorpresas, y que sus relatos, poco a poco, se van desdoblando. Te acaban tomando desprevenido con revelaciones inesperadas. El resultado es desconcertante, surreal, y extraño, en grandes proporciones.
⭐️⭐️⭐️1/2

martes, 5 de diciembre de 2017

LOVING VINCENT * * * * 1/2

Loving Vincent, la primera película en la historia totalmente pintada a mano.
¿Vincent Van Gogh, el genio holandés de la pintura impresionista, realmente se suicidó, o fue asesinado? Tal es la muy original premisa de la cual parte Loving Vincent, esas hipótesis que los amantes del arte encontramos irresistibles. Especialmente, si todo está narrado en la forma de pinturas animadas. La principal inspiración, son las obras más famosas de Van Gogh, consiguiendo los realizadores, Dorota Kobiela y Hugh Welchman, un alucinante e impresionante banquete visual, en el que participaron cerca de 100 pintores en su producción. Para dar vida al filme, se utilizó la técnica rotoscópica de animación, pintando al óleo escena por escena, y dotando a los cuadros de uno de los pintores más fascinantes y complejos de la historia del arte una tridimensionalidad fascinante, nunca antes vista.

Kobiela y Welchman (con experiencia previa trabajando en efectos visuales y animación) consiguen un vibrante homenaje a Vincent Van Gogh (interpretado por Robert Gulaczyk) el cual, irónicamente, no trata mucho de su pintura. Su principal objetivo, es tratar de hacer una aproximación más psicológica al artista, hacer una disección del pintor como personaje. El asunto acaba tomando destellos de una especie de historia policiaca, reconstruyendo los hechos del día en que Van Gogh se suicidó, en el pueblo de Auvers-su-Oirse, Francia, en 1890. Armand Roulan (Douglas Booth), hijo del cartero Joseph Roulin (Chris O'Dowd), ambos retratados por Van Gogh, es enviado por su padre a entregar la última carta escrita por el artista a su gran amigo, el Dr. Gachet (Jerome Flynn). Sin tener una opinión muy positiva sobre Van Gogh, Armand se embarca a entregar la carta póstuma partiendo de París, iniciando al mismo tiempo su propia investigación sobre qué hay realmente detrás de la muerte de Van Gogh.

La cinta toma forma con las entrevistas de Rouland a personajes que tuvieron oportunidad de conocer al pintor, como Pere Tanguy (John Sessions), Adeline Ravoux (Eleanor Tomlinson), un barquero (Aidan Turner), Louise Chevalier (Helen McCrory), quien no tiene muy buenos recuerdos del pintor ("Tenía una mirada maligna"); Margaret Gachet (Saoirse Ronan), la hija del doctor Gachet, precisamente, entre otros. Todos ellos fueron retratados por Van Gogh, y en el filme se toma como referencia esos cuadros para filmar las escenas de las indagaciones. En todo momento, el estilo visual que se usa es el del autor de "Los Girasoles", pinceladas gruesas, flameantes, y fuertes, excepto durante los flashbacks (con escenas de la vida de Van Gogh, y de los hechos ocurridos días antes de su muerte), en blanco y negro, y concebidos como si fueran pinturas acrílicas monocromas.

Pinturas como "Noche Estrellada", "Campo de Trigo con Cuervos", o el famoso "Dormitorio de Van Gogh", son usadas como fondos y escenarios de una película hipnotizante, muy al estilo de Waking Life (el filosófico filme, parte documental, parte ficción, de Richard Linklater, hecho en la forma de ilustraciones animadas). El único "pero", es que Armand Roulin acaba robando casi todo el protagonismo a la verdadera estrella, Van Gogh (relegado al blanco y negro de los flashbacks). Pero no hay duda de que los amantes del arte y de la obra de Van Gogh, encontrarán intrigante e interesante el filme, y quizás terminen viviendo en sus pinturas, como sus mismos personajes.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

GIRL ON THE TRAIN * * * 1/2


Emily Blunt
Quienes hayan visto Gone Girl, estarán pisando terrenos muy familiares en The Girl on the Train. Dirigida por Tate Taylor (The Help), y basada en un bestseller escrito por Paula Hawkins, su título puede ser un poco engañoso. Su acción no ocurre la mayor parte del tiempo en un tren. La chica del título, Rachel (interpretada por una magnífica Emily Blunt), adopta como mayor distracción durante el viaje en tren que realiza del trabajo a su casa, el observar la vida privada de una pareja en su hogar. Muy pronto averiguamos que Rachel solía ser vecina de dicho matrimonio, cuando estuvo casada con  el hombre (Justin Theroux) que la acabó dejando. La causa del divorcio no es muy difícil de adivinar, ya que desde los primeros minutos del filme, vemos que Rachel muestra un comportamiento errático, una mirada perdida, y un rostro adormilado-anestesiado, debido a su problema con el alcohol.

Rachel tiene problemas para dejar su pasado atrás, y la fascinación que despierta en ella la idílica felicidad que proyecta ese matrimonio (Luke Evans y Halley Bennet) parece llenar en ella los vacíos emocionales que la tienen deprimida. Esa felicidad representa lo que ella siempre deseó y nunca tuvo junto a su ex marido. La rutina del ir y venir en tren de los suburbios a Nueva York (la novela original está ambientada en Inglaterra) se detiene, justo cuando un día Rachel observa que la mujer se encuentra en el balcón de su casa --- con un hombre que no es su marido. El acontecimiento será el detonante de una obsesión, que acabará empeorando cuando la mujer se reporte como desaparecida, y se presuma muerta. 

Lo peor para Rachel, es que fue la última en haberla visto en un parque mientras la seguía, hasta que  por su embriaguez perdió el conocimiento. The Girl on the Train nos presenta las piezas de un rompecabezas narrativo, que nos corresponde a nosotros ensamblar en nuestras mentes. En tanto, otras dos narraciones paralelas nos muestran, precisamente, la historia de Megan (Bennet), la mujer desaparecida, y lo que pasó hasta el momento de su desaparición, incluyendo las sesiones con su psicólogo (Edgar Ramírez), así como la historia de Anna (Rebeca Ferguson), una joven madre y la nueva esposa del ex marido de Rachel, quien guarda en su memoria un mal recuerdo que involucra a esta última.

Lo más interesante de la película, acaba siendo su manera de contar y entrelazar las tres historias,  hasta que el velo del misterio queda descubierto. A pesar de que en ocasiones el ejercicio se pone algo confuso, debido a que sus saltos entre el pasado y el presente son casi imperceptibles (si uno se distrae por tres segundos corre el peligro de perderse), la historia tiene giros y vueltas de tuerca que le dan un rescatable suspenso psicológico. Es cierto, su rompecabezas narrativo no es más que un truco para hacer más intrigante un tal vez no muy imaginativo u original melodrama romántico, con tintes de historia de misterio estilo Agatha Christie, incluyendo algo de sexo explícito. 

Lástima que la detective interpretada por Allison Janney se sienta algo desaprovechada, apareciendo y desapareciendo arbitrariamente. Sin embargo, The Girl on the Train termina siendo visible, gracias a su fabuloso reparto femenino, y que, si bien su final se siente apresurado, consiguió tenerme pegado a mi asiento durante la mayor parte del tiempo.

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