viernes, 7 de noviembre de 2008

IN UNA NOTTE DI CHIARO DI LUNA * * 1/2

Rutger Hauer encarna a un reportero que se ha dado a la tarea de hacer un reportaje sobre el SIDA. En una Noche de Claro de Luna (1989), de la italiana Lina Wertmüller, tuvo su producción en una época en que la sociedad ya tenía muy asimiladas las fatales consecuencias del SIDA.

Dentro de su poético título, la película encuentra una actualidad arrolladora, a casi veinte años de haber sido realizada. John Knot (Hauer) toma como “conejillos de indias” para su reportaje-experimento a empleados de restaurantes de lujo, para documentar así el proceso discriminatorio que un portador del VIH debe enfrentar. Como un juego travieso, Knot finge tener SIDA y les dice a los camareros en voz alta que es seropositivo, para que el gerente del lugar le pida que baje la voz y que abandone el lugar. Registrándolo todo con una grabadora de voz, en una iglesia recoge las “recomendaciones” que un sacerdote le da, luego de confesarle que tiene SIDA: “Vive junto a tu esposa, pero no tengas relaciones con ella”, le aconsejará el padre.

En su aventura periodística, Knot se reencuentra con una antigua novia, Joëlle (la bellísima Nastassja Kinski), fotógrafa de un periódico francés, y con su pequeña hija. Un especialista en el tema del SIDA (pequeña actuación de Peter O’Toole), le proporcionará a Knot información valiosa, hasta que en su trayecto descubra una verdad que dará un giro descomunal a su vida.

La película está lejos de ser un drama panfletario estilo Philadelphia (1993). Como contraparte al personaje encarnado por Tom Hanks en esta última, Hauer interpreta un personaje más vital, dedicado a viajar y emprender proyectos a base de iniciativas poco éticas, como chantajes a una empresaria rica (Faye Dunaway, magnífica), con tal de luchar contra la enfermedad.

El doblaje al italiano le resta mucha fuerza a las interpretaciones de su muy competente reparto, y la trama tiene vueltas de tuerca excesivas y pretenciosas. Aunque también es cierto que Wertmüller (ex asistente de Fellini), es una realizadora con mucho oficio, a pesar de que la buena historia que plantea aquí se le va de las manos, debido al artificio en varios momentos de la película y a su débil historia romántica. Con todo, Wertmüller supo aprovechar la expresiva mirada azul de Hauer, la belleza de la Kinski y darle a la Dunaway un aire glamoroso.

jueves, 6 de noviembre de 2008

LA LETTRE * * *

Manoel De Oliveira adapta en La Lettre (1999) la novela francesa “La Princesse de Cleves”, escrita por Madame de Lafayette en el siglo XVII. Al personaje de Mademoiselle de Cleves le ha puesto el melancólico rostro de Chiara Mastroianni (hija de Marcello Mastroianni) y de Catherine Deneuve. De hecho, De Oliveira centra toda su atención en el rostro de Chiara, y logra que dentro de su tranquila y mesurada actuación su rostro adquiera una gama de matices, desde el de una sofisticada y refinada chica que se enamora a primera vista en una joyería, hasta el de una santa religiosa, que sacrifica su felicidad personal por sus principios morales.

Ganadora del Premio del Jurado en Cannes 1999, La Lettre, es un drama femenino sumamente contenido, sobre una chica apasionada que tiene una tendencia a dejarse llevar impulsivamente por sus sentimientos, como con su matrimonio con un médico, Jaques De Cleves (Antoine Chappey).

De Oliveira estructura la narración a partir de intertítulos, que van contando los detalles de la historia. Madame de Cleves se enfrentará a una encrucijada emocional, un dilema entre su romance con un cantante portugués (Pedro Abrunhosa) y el apoyo espiritual que le brinda una monja (Leonor Silveira).

El filme de Oliveira descansa sobre un discurso religioso –como mucha de su filmografía-. La amiga monja en cierto momento le llega a plantear a la señora de Cleves la posibilidad de convertirse en religiosa, ante su dilema moral y ético. Los momentos en que ambas se reúnen para discutir sobre la institución del matrimonio y su validez, tanto religiosa como sentimental, además de servirle a Oliveira para demostrar su maestría en el manejo del encuadre y el montaje, sirve también para que en ese claustro surjan las líneas más sugerentes del personaje de Chiara Mastroianni.

Si bien parece que el cantante Pedro Abrunhosa está en el filme más para lucirse cantando en sus conciertos (que ocupan una parte considerable de la película), es en las canciones que interpreta donde se encuentran las claves para entenderlo a él y a la señora de Cleves como personajes. Así, La Carta se revela como un drama romántico introspectivo, que inteligentemente deja los desplantes pasionales de sus personajes por un análisis más psicológico del amor y las emociones, desde un punto de vista femenino.

La Carta también es un estudio sobre las transformaciones que el amor puede tener, y en el caso de la señora De Cleves, pasa de uno erótico a uno religioso, basado este último más en la caridad y la compasión, revelado en la confesión que derrama en esa carta, que desde su exilio en tierras africanas, le escribe a su amiga.

++ La Lettre tuvo estreno en cines en España y estuvo disponible en DVD. Ahora se encuentra descatalogado.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

UNE NOUVELLE VIE * * *

Lo que queda claro al ver Une Nouvelle Vie (1993), melodrama dirigido por el respetado director parisino Olivier Assayas, es su verdadera maestría para la dirección de actores y la fuerza que dota a cada escena. En “Una Nueva Vida”, Assayas estructura las escenas con un minucioso cuidado en el montaje, colocando a sus personajes dentro de espacios, en apariencia, pequeños.

La historia (escrita por el mismo Assayas), narra el anhelo de una chica, Tina (Sophie Aubry) por conocer a su padre, Ludovic (Bernard Verley), de quien tan sólo conserva una foto como referencia. La vida de Tina toma un giro crucial cuando se entera que tiene una media hermana, Lise (Judith Godrëche), a la que quiere conocer para ponerse al corriente en sus vidas.

La trama, básicamente, cuenta los esfuerzos de Tina y Lise por estar juntas, y contiene detalles que van dando a la historia giros eróticos inusitados. El promiscuo abogado encarnado por Bernard Giraudeau es el detonante, una especie de “abogado del diablo” que opera en las hermanas dos comportamientos distintos, pero guiados igualmente por una sexualidad desbocada: Lise lleva a cabo juegos sadomasoquistas con él, mientras Tina, por el contrario, tomará un papel más sumiso.

Como fondo a estos desconcertantes giros dramáticos, está la impecable realización de Assayas en la notable fotografía de Denis Lenoir y en la magnífica edición de Luc Barnier. En cuanto a Bernard Giraudeau, está genial en este tipo de personajes constantes en su filmografía, en tanto Sophie Aubry y Judith Godrëche, están espléndidas.

Lejos de ser el trabajo más logrado de Assayas, la ambigüedad es lo que mueve la mayor parte del tiempo a sus personajes. Un filme con un claro discurso machista desde cualquier punto de vista: el familiar (esa violento comportamiento tan contenido de Ludovic) hasta el sexual, por supuesto, encarnado por la figura obscura del abogado. Assayas salva la película en la resolución, un final abierto en el que Tina y Lise superan de alguna manera a esa figura machista que representa el abogado; así como los yugos del pasado, para así iniciar el proceso de conocerse y comenzar a entenderse una a otra.

martes, 4 de noviembre de 2008

LA MIRADA DEL OTRO * *

Hay una promesa que Begoña (la actriz italiana Laura Morante) jura que cumplirá al momento de retomar su diario: acostarse con todos los hombres que pueda, y tener la mayor cantidad de experiencias sexuales posible. Todo es parte de un instructivo, y por momentos, tormentoso trayecto, en el que la atractiva mujer iniciará un repaso por su vida sexual del pasado, al lado de su amante algo torpe y borracho, Elio (José Coronado), y para vivir nuevas experiencias con Daniel (Miguel Ángel García), un hombre mucho menor que ella, a quien apoda el “caballerito” o “mi perro guardián”.

La Mirada del Otro (1998), realizada por Vicente Aranda, es un melodrama erótico con tintes de thriller psicológico, aunque, infructuosamente, parece que pretende ser mucho más que eso. Para ser justos, la puesta en escena de Aranda es lograda, en el equilibrio que logra entre el artificio y los escenarios urbanos en los que ambienta la aventura sexual de su protagonista.

Es la época navideña y Begoña, doctora en Estadística y consultora en una empresa, intentará reencontrarse con su familia, a pesar de los enfrentamientos con su madre (María Jesús Valdés). Es evidente que, a los ojos de su madre, Begoña es la “oveja negra” de la familia.

Basada en la premiada novela de Fernando Delgado, la trama seguirá hasta el Año Nuevo y así, en adelante, la sexualidad de Begoña servirá de arranque para que inicie un estudio psicológico y existencial de sí misma, registrando todas sus reflexiones en un aparatejo japonés, capaz de traducir los pensamientos en palabras escritas, visible en una gran pantalla.

El filme apenas y tiene poco más que contar, incluyendo las funestas consecuencias físicas que tendrá el comportamiento de la ninfómana Begoña. Los graves problemas de la película de Aranda, no radican en su realización técnica, y aquí es oportuno mencionar la buena fotografía de Flavio M. LaBiano, y la interesante banda sonora de José Nieto, sino a lo poco creíble de su personaje: una mujer de aire intelectual que no resulta creíble, debido a sus pobres bases dramáticas. En ese aspecto, al asunto se le perciben aires poéticos pretenciosos, sin que a la mujer se le pueda creer nunca lo que profesa: entender el amor a partir del sexo desenfrenado.

Morante y el resto del reparto dan lo mejor para sacar adelante sus personajes. A lo que se enfrentan los histriones, es a un guión con una propuesta interesante pero malograda, debido también a ese intento de darle al filme un toque de ciencia ficción poco congruente y que nunca encaja del todo con la trama.

lunes, 3 de noviembre de 2008

I SHOT ANDY WARHOL * * * 1/2


Lili Taylor es una de esas actrices que rara vez (o casi nunca) veremos en una película comercial. Es una actriz nacida por y para el cine independiente, y en prácticamente todas sus películas ofrece notables actuaciones. Si acaso su participación en el sitcom Mad About You, interpretando a una cuidadora de bebés, sea uno de sus escasos deslices en su carrera cinematográfica. ¡Pero hasta esa vez supo hacerlo bien!

En I Shot Andy Warhol (1996), la actuación de la Taylor es una soberbia disección de la enfermiza personalidad de Valerie Jean Solanas, una chica lesbiana y obsesionada por ver producido su guión cinematográfico nada menos que por Andy Warhol. ¡Casi no pedía nada! Solanas hizo hasta lo imposible por dar a conocer sus manifiestos feministas, desde prostituirse hasta regalarlos en la calle, y pasó a ser una figura destacada dentro del feminismo gracias a sus ensayos que proclamaban la inutilidad, desaparición y destrucción del género masculino. Esta es la crónica de cómo ese desequilibrio mental llevó a Valerie Solanas, irremediablemente, a lo que el título del filme nos anuncia.

Andy Warhol (Jared Harris) apenas es un pretexto para configurar el retrato de Solanas. Warhol es casi una fantasmal presencia, expuesto como era en la vida real: tímido, retraído y parco en las entrevistas. Su famoso estudio, “Factory”, es el escenario principal durante buena parte de la película.

No estamos ante una biopic sobre Warhol, que pretenda instruirnos sobre el pop-art, pero sí llega a ser un pequeño retrato cultural y artístico de mediados de los 1960. A pesar del evidente bajo presupuesto de la película, el filme de la canadiense Mary Harron (responsable de un mucho mejor filme sobre la pin-up Betty Page en “The Notorious Betty Page”), acaba siendo una gran exhibición del talento de Lily Taylor en su encarnación de Valerie Solanas, quien intentó asesinar a Andy Warhol, luego de ser ignorada en todos sus intentos por llamar su atención.

Solanas acaba siendo un personaje interesante. Trascendió como un símbolo del feminismo radical, aunque el guión no acaba teniendo las suficientes bases que nos ayuden a entender los orígenes de ese radicalismo. El asunto pisa más los terrenos del telefilme, es cierto, pero de una forma intensa y experimental, gracias a la fuerza histriónica de Lili Taylor.

++ El DVD está disponible en una versión austera, nada más con el trailer cinematográfico como extra.

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