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miércoles, 31 de julio de 2024

OPPENHEIMER

Cillian Murphy como Oppenheimer.
 

Antes de ver Oppenheimer, el más reciente filme de Christopher Nolan, si es posible debe verse también Big Fat and Little Joe, de 1989 (titulada en México El Proyecto Manhattan, en donde la Ciudad de México fue usada como locación para varias escenas), dirigida por Roland Joffé, con Dwight Schultz y Paul Newman, quienes interpretan a J. Robert Oppenheimer y al general Leslie Groves, respectivamente. La película de Joffé es una versión mucho más corta de la misma historia contada en la película de Nolan (una hora más corta, aproximadamente), esta última basada a su vez en el libro "American Prometheus", escrito por Kai Bird y Martin Sherwin, publicado en 2005. Ambos escritores trabajaron incluso en la escritura del guión junto a Nolan, hasta que la muerte de Sherwin por cáncer interrumpió un poco el proceso.

Si había un personaje que jamás hubiera imaginado pudiera interpretar Cillian Murphy, es precisamente Oppenheimer, y el filme de Nolan es la prueba de lo contrario. La verdad, es que Murphy está fantástico (no por nada ganó el Oscar a Mejor Actor) como el genio artífice detrás del diseño, desarrollo, y contrucción de las bombas atómicas de hidrógeno, arrojadas sobre Hiroshima y Nagazaki, finalizando así la Segunda Guerra Mundial.

Ambas películas cuentan esencialmente lo mismo, pero Nolan tiene una aproximación distinta, usando una narración del tema en tres tiempos, teniendo como eje la figura del genio atormentado, perseguido por la "cacería de brujas" contra comunistas, y dividido entre su aversión hacia Hitler y los nazis, y la responsabilidad moral de crear una bomba que podría destruir al mundo. Oppenheimer, conocido como el "Padre de la Bomba Atómica", toma como punto de partida los trabajos de Einstein (Tom Conti), quien aquí es visto más cómo un ancianito que gusta de pasar su tiempo libre, ya no tanto garabateando ecuaciones jeroglíficas en un pizarron, sino paseando en el bosque y dando de comer a los patos en un lago. Quién se rompe la cabeza y el alma frente al pizarrón, así como debatiendo y conferenciando con otros científicos, es Oppenheimer. Einstein prefiere pasarle la estafeta para crear algo que, él mismo confiesa, le pone la piel de gallina y prefiere no involucrarse en ello: La creación de un arma "destructora de mundos". Esto último termina siendo, en un sentido, el gérmen de la premisa del filme: La inmensa responsabilidad de un científico al usar el conocimiento para crear o destruir. "Oppi" (como le decían sus amigos) tiene esa responsabilidad que nadie quisiera, ya que, como dice: "Me he convertido en la Muerte, en un destructor de mundos".

En cines el filme será todo un reto verlo sentado por 3 horas. Estuvo disponible en IMAX también, aunque fuera de la secuencia de la prueba Trinity en Los Alamos, en donde se arrojó un prototipo de la bomba, no encuentro otra secuencia por la que valga la pena verla en este formato. Lo mejor y más interesante de la película, es la disección que hace de la personalidad de Oppenheimer, que nos ayuda a entender lo que lo llevó a trabajar en el proyecto de la bomba atómca. De origen alemán, Oppenheimer es retratado como un hombre complejo, dividido entre su genialidad y sus simpatías políticas. Estas últimas, en una de las líneas narrativas de la película (tal vez la más pesada de sobrellevar, cargada de muchos diálogos e interrogatorios), lo llevaron a enfrentar, en un pequeño cuarto, un juicio para investigar si era o no comunista. Sus simpatias con el lado republicano de la guerra civil española, así como su lucha para crear un sindicato de maestros en la universidad donde comenzó sus investigaciones, le causaron muchas dificultades con el FBI.

El retrato de Oppenheimer es el del genio con su lado humano, mostrando las relaciónes que tuvo con la no muy estable Jean Tatlock (Florence Puig), comunista confesa, para luego empezar una relación con Kitty (Emily Blunt), quien se convertiría en su esposa. Y aquí es notoria la falta de experiencia previa de Nolan dirigiendo escenas de sexo, y si su intención era dirigir una escena así y que se viera fría y, en el mejor de los casos, extraña, lo consiguió. Kittiy fue quizás su principal defensora a la hora de que Oppenheimer empezara a mostrarse muy tibio frente a los interrogatorios manipuladores sobre sus supuestos vínculos con el partido comunista.

En la película se cuenta el antes y el después de la creación de la bomba, siendo la etapa posterior, a inicios de los años 1950, la que Nolan elige para narrar en blanco y negro. Aquí vemos una audiencia en la suprema corte, con un senador envidioso y resentido, Lewis Strauss (Robert Downey Jr., excelente y ganador del Oscar a mejor actor de reparto), físico autodidacta, buscando hundir a Oppenheimer a través de intrigas.

Suena a una biopic convencial, pero con Christopher Nolan es de esperar todo menos algo convencional. Lo más importante en su guión, es mostrar el peso emocional y moral de Oppenheimer, mientras la historia es contada en una forma no precisamene cronológica. Sentí verdaderamente ese peso incluso en el rostro de Murphy, el peso también de tener en sus manos sangre al haber usado las bombas que creó; de la responsabilidad por las miles y miles de muertes que provocaría, a corto y largo plazo. Al final, fue el creador de la primer arma de destrucción masiva, y al inicio el objetivo de Oppenheimer era más que claro siendo judío: vencer a Hitler y ser el primero en crear la bomba antes que los nazis. Terminó siendo la peor pesadilla y tortura psicológica para Oppenheimer.

Matt Damon, como el general Leslie Groves, está muy bien, interpretándolo más fanfarrón y enérgico que el más avejentado, en comparación, que interpretó Paul Newman en la película de Joffé. No hay duda que sus mejores momentos son siempre aquellos junto a Oppenheimer (en realidad, no hay escena del general en donde no aparezca junto a Oppehnheimer). En tanto, con todo y aparecer unos cuantos minutos, Kenneth Branagh ofrece una actuación también buena, aunque breve, como Niels Bohr. ¿Y qué hay de la actuación de Cillian Murphy? Como decía, es con seguridad la mejor de su carrera, una actuación contenida, interpretando a un Oppenheimer siempre en control de las situaciones y que no pierde los estribos.

La escena de la prueba de la bomba en un campo abierto en El Alamo, el desierto en donde se instaló en total secreto el campo militar en donde se construyó la bomba, es llena de tensión, ya que --- nada más está en juego el mundo y que pueda ser destruído con la explosión. Nolan muestra todo como un total infierno, desatado justo cuando la bomba estalla, y que puede ser traducido en unas cuantas palabras que Oppenheimer pronuncia: "La era nuclear ha comenzado oficialmente.

En definitiva, al menos para mí, la mejor de las narraciones es la de la construcción de la bomba. Las otras dos narraciones, la del interrogatorio por la comisión y la audiencia en blanco y negro, no terminan estando a la misma altura en comparación. Rompen un poco el ritmo de aquella, especialmente la narración del juicio. Entiendo que están ahí para complementar a la narración central, pero sinceramente el juicio termina siendo algo pesado, interminable, y cargado de interrogatorios. La verdad, creo que el mejor interrogatorio es el de Kitty, justo el último, el más interesante y con más fuerza.

Siendo un filme de Nolan, lo rescatable de Oppenheimer es la manera en que todo está armado, y en cómo las narraciones están construídas. A pesar de lo excesivo de su duración, lo que se quedó conmigo, principalmente, es su mensaje antibélico, de cómo en aquellos incipientes años la humanidad todavía no era del todo consciente del poder destructivo del armamento nuclear.
En Max y a la renta.

jueves, 9 de noviembre de 2023

GUILLERMO DEL TORO'S PINOCCHIO

Nueva versión de Pinocho, tallada en madera por Del Toro.
 

Creo que no había visto una versión animada en stop motion de Pinocho (personaje creado por el italiano Carlo Collodi en su novela "Las aventuras de Pinocho") desde "La navidad de Pinocho" (1980), la cual marcó mi niñez. ¡Recuerdos, dulces recuerdos! Una película algo musical y cargada de pura magia navideña, con Pinocho interactuando con Santa y sus renos. Cuando me enteré que Guillermo del Toro, director más especializado en relatos fantasmagóricos, así como fantasías góticas y obscuras, iba a realizar una película de Pinocho animada en stop motion no lo podía creer. La animación no es precisamente un género abundante en su filmografía. Pero qué se yo, siempre hay una primera vez, y para ser la primera el filme (estrenado en Netflix la víspera de Navidad pasada) superó mis expectativas.

De hecho, del Toro estaba compitiendo con otra peli de Pinocho nueva, la nueva versión de Disney, con actores de carne y hueso, de su clásico animado de 1940 (disponible en Disney Plus). Sin embargo, el Pinocho de Guillermo del Toro (por cierto, así es como se titula la nueva película del director mexicano), es arena de otro costal.

La historia de este nuevo Pinocho está ambientada poco antes de la Segunda Guerra Mundial, en la Italia gobernada por Il Duce Mussolini (quien hace una aparición especial nada halagadora). No es de extrañar este escenario, ya que del Toro ha inscrito este filme en una especie de trilogía sobre el fascismo, junto a El Espinazo del DIablo y el Laberinto del Fauno. Confieso que desde el primer minuto ya estaba diciendo "Mamma mia!".

Geppetto (voz de David Bradley), quien parece una figura tallada en madera, experimenta una terrible tragedia con la pérdida de un ser querido cerca de un árbol. Justo de este árbol, Geppetto, carpintero y fabricante de juguetes y relojes, embriagado y sufriendo de depresión, tomará la madera para hacer un muñeco que sea la viva imagen del ser que ha perdido. Todo esto ocurre durante una noche tormentosa, siendo Geppetto como un doctor Frankenstein a punto de fabricar su monstruo.

Guillermo del Toro codirige el filme junto a Mark Gustafson, este último con antecedentes en animación (trabajó junto a Wes Anderson en Fantastic Mr. Fox), y lo que ambos tuvieron claro fue hacer de este un Pinocho nunca antes visto, uno más obscuro y surreal, y con cambios drásticos, por ejemplo -y nada más revelaré este detalle nuevo- en lugar de tener a la clásica Hada Azul, aquí tenemos a una especie de dios/diosa (voz de Tilda Swinton) que vendrá de visita a la casa de Geppetto, para concederle una nueva oportunidad de ver al ser que perdió, trayendo a la vida el muñeco que dejó inconcluso. Pinocho (voz de Gregory Mann, estupendo) luce aquí sin pintar, no muy perfecto, con sus brazos y piernas pareciendo un poco ramas torcidas.

Partes del filme fueron animadas y realizadas en Guadalajara, y en general la calidad de la animación es de un nivel de sofisticación de alto nivel y detalle. Nada más la iglesia del pueblo, en donde tiene lugar una de las escenas más significativas del filme (Gepetto se encuentra trabajando en un Cristo enorme, al cual Pinocho se acerca a preguntarle "¿Por qué si eres de madera como yo todos te quieren y a mí no?"), tuvo que rehacerse varias veces y en varias escalas. Una iglesia medieval, con sus diseños góticos, además de frescos en sus muros con un detalle impresionante y realista.


Hay otros escenarios magníficamente hechos, como ese circo (en donde Del toro pone algo de inspiración fellinesca) a donde llega Pinocho, para encontrarse con el villano de la historia, Volpe (voz de Christoph Waltz), retratado aquí como un verdadero empresario del espectáculo, explotador y lleno de codicia. El filme, de hecho, es algo musical, siendo del Toro el coautor de todas las canciones, con música del genial Alexandre Desplat, la mayoría muy melódicas y melancólicas. En lugar del zorro y el gato clásicos de la historia, culpables de la perdición de Pinocho, aquí ambos están representados en la figura de Spazzatura (voz o, más bien, ruidos guturales de Cate Blanchett), un mono tuerto que no habla, pero que será un personaje decisivo en su particular forma de comunicarse.

Un tema que creo nunca se había tratado antes en un filme de Pinocho es la muerte y la resurrección, y el hecho es que aquí a nuestra marioneta no nada más le crece la nariz al decir mentiras, sino que puede regresar de la muerte una y otra vez. Y ver el más allá a través de los ojos de Guillermo del Toro es realmente aventurarse dentro de la madriguera del conejo. Solamente revelaré que este mundo está custodiado por una diosa de la Muerte, también con la voz de Tilda Swinton.

Me olvidaba del compañero inseparable de Pinocho, tan sólo llamado Grillo (voz de Ewan McGregor), que luce más como un insecto parlanchín, con una boca apenas visible, completamente lejos de lucir como los Grillos anteriores, más caricaturezcos y antropomórficos. La broma constante para Grillo, es el hecho de que, como narrador de la historia, no siempre es escuchado por los demás, y no ve cercana la oportunidad para poder cantar.

Lo sé, lo sé, el filme suena a todo menos a Pinocho, pero lo interesante es que del Toro supo conservar el espíritu de la historia original, incluyendo partes memorables, como la secuencia dentro de la ballena gigante. También es interesante la forma de haber pasado todo por el filtro de Frankenstein, como el personaje que no encuentra su lugar en el mundo, que es rechazado por los demás por ser diferente, y que incluso el sacerdote del pueblo (voz de Burn Gorman) lo verá como un monstruo diabólico.

En su segunda mitad, el filme se transforma en una pequeña película de guerra, mostrando niños siendo reclutados para formar parte del ejército. Irónicamente, tal vez este sea el lugar en donde Pinocho se sienta mejor. ¿Será del gusto de todos esta nueva versión? ¿Cómo verán aquellos que crecieron leyendo el libro, o con el filme de Disney en sus memorias, esta nueva revisión de un clásico? Hasta el momento, no he escuchado o leído algo negativo. Por lo pronto yo, quien también leyó el libro y creció viendo sus versiones animadas, terminé adorando este filme. Es toda una obra maestra de la animación, el cual, con seguridad se llevará el Óscar el próximo Marzo.
En Netflix.

jueves, 12 de octubre de 2023

THE LITTLE MERMAID

PEZ FUERA DE LA AGUA.  Halle Bailey
 

¿A qué hora aparecen Jack Sparrow y los piratas del Caribe? ¿Dónde está Aquaman para salvar a Ariel? Está bien, confieso que no evité bromear con esas cuestiones durante la primera mitad de la nueva película de La Sirenita. Es la tal vez no corregida, pero sí muy aumentada versión con actores de carne y hueso de uno de los clásicos animados de la Disney. Claro, también está toda la tecnología digital a su disposición para recrear, lo mejor posible, la misma magia a poco más de 30 años del estreno de la película animada.

Lo sé, el decirlo suena a noticia de antaño, ya todo mundo sabe que la nueva Sirenita es interpretada por una actriz negra, Halle Bailey, con toda la controversia que los ejecutivos de la Disney imaginaron que eso implicaría. El feroz racismo en redes sociales (#NotMyAriel en twitter ¿recuerdan?) no dejó esperarse, con muchos defendiendo a la Ariel original, blanca y pelirroja.

En lo personal, poco importó para mí la cuestión racial. Bailey no nada más está a la altura del papel, siendo, además de bella, una estupenda cantante. Quizás, su mejor y más memorable número sea (y el mejor creo de ambas películas) Part of Your World (música de Alan Menken, letra de Howard Ashman), el cual interpreta magistralmente. Si el resto del filme es bueno o no, a la altura de su antecesora animada, ya es otra cuestión.

Si esta versión es más fiel o no al cuento original de Hans Christian Andersen, es algo que tengo pendiente de ver tan pronto como lo lea. Lo que sí es cierto, es que esta nueva película no es muy fiel que digamos a la versión animada, la cual encuentro superior en varios aspectos. Dirigida por Rob Marshall, responsable de Chicago (de mis musicales favoritos a la fecha), y de la reciente secuela de Mary Poppins, en esta nueva Sirenita el realismo de la vida en el océano es impresionante. Under the Sea, ese número musical que de niños se nos quedó a muchos grabado en la memoria (originalmente interpretada por el fallecido Samuel E. Wright), cantada por el cangrejo Sebastian (ahora con la más afrancesada voz de Daveed Diggs), resulta igualmente magnífico aquí. El número ahora tiene más criaturas marinas bailando y coreando junto al crustáceo, en escenas coreografiadas fantásticamente.

Hablando de los animales en el filme, tenemos la representación hiperrealista de rigor que hemos estado viendo en las nuevas películas de Disney. Sebastian, claro, se ve como un verdadero cangrejo parlante, pero no sé si Flounder (voz de Jacob Tremblay), el inseparable amigo de Ariel, sea realmente de esa especie de pez puesta aquí, en relación al filme animado. Me pregunto también qué tipo de ave es Scuttle aquí (con la "hermosa" y "melodiosa" voz de Awkwafina), el otro buen amigo de Ariel, el cual no luce en lo absoluto como su versión animada. ¿¿Por qué el cambio innecesario?? Además, Marshall decidió darle una canción, por cierto, muy mala y torturante para nuestros tímpanos ¿Por qué no le dió también una canción a Flounder? Algo me dice que Jacob Tremblay hubiera sonado mejor cantando que Awkwafina.

Scuttle no luce aquí gracioso como en el filme animado, pero ese es el problema de pasar por el filtro digital hiperreralista a los animales que la Disney ya había animado maravillosamente a mano: pierden por completo su cualidad cómica y caricaturezca.

No voy a entrar mucho en la teoría que muchos fans divulgaron en redes sociales, sobre si la mamá de Ariel aparece en Peter Pan, y de que si fue Garfio el que la mató. Muchos ya conocemos la historia original, pero aquí un repaso, Ariel (Bailey) es una sirena adolescente, hija del Rey Triton (Javier Bardem), quien anhela dejar el océano y salir a explorar el mundo exterior de los humanos, por el cual siente una gran fascinación. Ariel guarda una colección de toda clase de objetos que los humanos tiran al mar, o de naufragios, y que tiene escondidos en un lugar secreto.

Cuando Ariel conozca al principe Eric (Jonah Hauer King), y lo rescate de perecer en un naufragio, el flechazo será instantáneo, y las ganas de aquella por dejar el reino de Triton y el océano serán más, digamos, urgentes. Pero hay un inconveniente: la pobre Ariel no tiene piernas. Es cuando magia y pactos malignos, que tendrán un alto precio, intervendrán para hacer su sueño realidad.

Hay otras canciones adicionales que en realidad, además de alargar el filme, no son tan buenas como las clásicas. Por ejemplo, la canción escrita para Eric es pasable aunque algo melodramática, mientras que al inicio hay una canción pequeña que los marinos cantan en el barco de aquel, en contraste, más jovial. Al rey Triton no le fue compuesta una canción, aunque creo que no hubiera querido oír a Bardem cantar. El Triton de carne y hueso no podría lucir más aguado en esta versión, sin la misma personalidad que su contraparte animada. ¿Soy yo, o Triton me pareció demasiado estático, sin la misma energía de papá controlador y sobreprotector que sí vimos en 1989?

Es una pena también que haya quedado mutilado el humor que tenía la peli animada. Extrañé la comedia durante la segunda parte, justo cuando Ariel vive en el mundo de los humanos y en el palacio del príncipe, con las bromas que tienen lugar en el comedor, o aquel gracioso número musical en la cocina, con el chef tratando de cocinar a Sebastian. Aquí no vemos al cangrejo traumatizarse por ver en la cocina a peces, moluscos, y crustráceos convertidos en alimento para los humanos.

Es decir, en la segunda mitad de esta Sirenita el filme pierde algo de su atractivo e intensidad, inclinándose más hacia el melodrama romántico. Grimsby (Art Malik), el inseparable mayordomo y consejero de Eric también está presente en el filme, y a esta especie de figura paterna los realizadores decidieron agregar el personaje de la reina, también afroamericana (Noma Dumezweni). La reina, al igual que el Rey Triton, asume el papel clásico de mamá sobreprotectora, y no quiere que el príncipe se siga aventurando peligrosamente en los mares.

El filme tiene un sabor más caribeño en las escenas carnavalezcas. Mientras el número musical de Under the Sea es un prodigio visual, el segundo número musical de Sebastian no es tan bueno. El número tiene menos animales cantando, sin incluir a las ranitas del filme animado cantando o dirigiendo la orquesta. Es de admirar los efectos visuales bajo el mar, por ejemplo, el movimiento del cabello de Ariel, Triton y las otras sirenas, pero otro par de cosas, en contraste, no son tan convincentes, como el sonido de las voces. Este último no tiene esa cualidad "submarina" que sí tenían, por ejemplo, las voces de los personajes en Aquaman. Incluso, tal vez me equivoque pero creo que en Aquaman se veían burbujas salir de las bocas de los personajes al hablar, cosa que no pasa en La Sirenita.

Melissa McCarthy y su interpretación de la villana de la historia Ursula, mitad bruja mitad pulpo, es otra de las cosas positivas. Las dos anguilas que la acompañan aquí, extrañamente, no hablan como en el filme animado, pero lucen geniales e igualmente diabólicas. Creo que con un poco más de maquillaje McCarthy su hubiera podido ver todavía más maligna como su versión animada, pero su actuación es estupenda, y casi se roba la película. Da por completo en el clavo con la voz malévola, loca, y maniaca del personaje. Marshall sabe darle a la película el giro obscuro que tiene la historia. Sin revelar mucho, la escena climática del enfrentamiento entre Ariel y Ursula es también otro de los puntos fuertes del filme.

Haciendo un balance, debo decir que el filme, en general, me gustó, a pesar de lo alargado que termina siendo. Lo mejor, definitivamente, es el mundo submarino de Atlántica. Si hay dos cosas que distinguen al filme, es su apuesta por la diversidad racial en el reparto, sus efectos digitales de primera, y claro, Halle Bailey, toda una revelación.
En DisneyPlus.

lunes, 17 de abril de 2023

BLONDE

LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN... Ana de Armas como Marilyn Monroe.
 

Fue una injusticia que Ana de Armas no haya tenido una nominación al Oscar. Una película que tal vez no sea para fans de Marilyn Monroe, ya que no ofrece el retrato más halagador de la leyenda del cine. Quizás Ana de Armas no tenga esa misma personalidad que hacia que Marilyn Monroe llenara la pantalla, pero hay escenas en donde el parecido es impresionante (como en esa escena que recrea un número musical de Some Like it Hot, de Billy Wilder).

A pesar de que se nota que Andrew Dominik no se decidió entre hacer un filme en blanco y negro o a color, Blonde es un estudio de personaje brutal y sensible, ocacionalmente difícil de ver, no muy sólido en su narración, pero notablemente actuado.
En Netflix

domingo, 16 de abril de 2023

PINOCCHIO

 

Tom Hanks como Geppetto.

Luego de adaptaciones de clásicos animados de Disney con actores de carne y hueso, como Aladino, la Bella y la Bestia, Mulan, etc, toca el turno ahora a Pinocho. Esta versión sigue casi al pie de la letra la historia del filme animado original, con las inevitables adiciones, uno o dos personajes extras, y un cambio crucial en el hada azul, interpretada por una actriz de color, Cynthia Erivo, con una interpretación genial de la canción clásica "When you wish upon a Star".

Al ser dirigida por Robert Zemeckis, también es inevitable no tener a Tom Hanks en el reparto, encarnando a Geppetto, con la sensibilidad y calidez paternal que nada más él sabe agregar a una actuación. Mientras, Joseph Gordon Levit hace un trabajo magnífico también dando voz a Pepe Grillo. Pero quien resulta una revelación es Benjamin Evan Ainsworth, quien da voz a Pinocho, el cual suena casi idéntico a la voz del filme original de 1940. Este nuevo filme no supera al clásico, por supuesto (el cual me di a la tarea de volver a ver), obra maestra de la animación de Disney, pero logra capturar mucho de su encanto y magia propia, con todo y que ahora tengamos a un Pinocho capaz de mover sus piernas a gran velocidad y que salga en una secuencia bebiendo cerveza de raíz.
En DisneyPlus.

lunes, 27 de febrero de 2023

GUILLERMO DEL TORO'S PINOCCHIO

 

CON SAVIA EN SUS VENAS.  Pinocho regresa en stop-motion.

Creo que no había visto una versión animada en stop motion de Pinocho (personaje creado por el italiano Carlo Collodi en su novela "Las aventuras de Pinocho") desde "La navidad de Pinocho" (1980), la cual marcó mi niñez. ¡Recuerdos, dulces recuerdos! Una película algo musical y cargada de pura magia navideña, con Pinocho interactuando con Santa y sus renos. Cuando me enteré que Guillermo del Toro, director más especializado en relatos fantasmagóricos, así como fantasías góticas y obscuras, iba a realizar una película de Pinocho animada en stop motion no lo podía creer. La animación no es precisamente un género abundante en su filmografía. Pero qué se yo, siempre hay una primera vez, y para ser la primera el filme (estrenado en Netflix la víspera de Navidad pasada) superó mis expectativas.

De hecho, del Toro estaba compitiendo con otra peli de Pinocho nueva, la nueva versión de Disney, con actores de carne y hueso, de su clásico animado de 1940 (disponible en Disney Plus). Sin embargo, el Pinocho de Guillermo del Toro (por cierto, así es como se titula la nueva película del director mexicano), es arena de otro costal.

La historia de este nuevo Pinocho está ambientada poco antes de la Segunda Guerra Mundial, en la Italia gobernada por Il Duce Mussolini (quien hace una aparición especial nada halagadora). No es de extrañar este escenario, ya que del Toro ha inscrito este filme en una especie de trilogía sobre el fascismo, junto a El Espinazo del DIablo y el Laberinto del Fauno. Confieso que desde el primer minuto ya estaba diciendo "Mamma mia!".

Geppetto (voz de David Bradley), quien parece una figura tallada en madera, experimenta una terrible tragedia con la pérdida de un ser querido cerca de un árbol. Justo de este árbol, Geppetto, carpintero y fabricante de juguetes y relojes, embriagado y sufriendo de depresión, tomará la madera para hacer un muñeco que sea la viva imagen del ser que ha perdido. Todo esto ocurre durante una noche tormentosa, siendo Geppetto como un doctor Frankenstein a punto de fabricar su monstruo.

Guillermo del Toro codirige el filme junto a Mark Gustafson, este último con antecedentes en animación (trabajó junto a Wes Anderson en Fantastic Mr. Fox), y lo que ambos tuvieron claro fue hacer de este un Pinocho nunca antes visto, uno más obscuro y surreal, y con cambios drásticos, por ejemplo -y nada más revelaré este detalle nuevo- en lugar de tener a la clásica Hada Azul, aquí tenemos a una especie de dios/diosa (voz de Tilda Swinton) que vendrá de visita a la casa de Geppetto, para concederle una nueva oportunidad de ver al ser que perdió, trayendo a la vida el muñeco que dejó inconcluso. Pinocho (voz de Gregory Mann, estupendo) luce aquí sin pintar, no muy perfecto, con sus brazos y piernas pareciendo un poco ramas torcidas.

Partes del filme fueron animadas y realizadas en Guadalajara, y en general la calidad de la animación es de un nivel de sofisticación de alto nivel y detalle. Nada más la iglesia del pueblo, en donde tiene lugar una de las escenas más significativas del filme (Gepetto se encuentra trabajando en un Cristo enorme, al cual Pinocho se acerca a preguntarle "¿Por qué si eres de madera como yo todos te quieren y a mí no?"), tuvo que rehacerse varias veces y en varias escalas. Una iglesia medieval, con sus diseños góticos, además de frescos en sus muros con un detalle impresionante y realista.

Hay otros escenarios magníficamente hechos, como ese circo (en donde Del toro pone algo de inspiración fellinesca) a donde llega Pinocho, para encontrarse con el villano de la historia, Volpe (voz de Christoph Waltz), retratado aquí como un verdadero empresario del espectáculo, explotador y lleno de codicia. El filme, de hecho, es algo musical, siendo del Toro el coautor de todas las canciones, con música del genial Alexandre Desplat, la mayoría muy melódicas y melancólicas. En lugar del zorro y el gato clásicos de la historia, culpables de la perdición de Pinocho, aquí ambos están representados en la figura de Spazzatura (voz o, más bien, ruidos guturales de Cate Blanchett), un mono tuerto que no habla, pero que será un personaje decisivo en su particular forma de comunicarse.

Un tema que creo nunca se había tratado antes en un filme de Pinocho es la muerte y la resurrección, y el hecho es que aquí a nuestra marioneta no nada más le crece la nariz al decir mentiras, sino que puede regresar de la muerte una y otra vez. Y ver el más allá a través de los ojos de Guillermo del Toro es realmente aventurarse dentro de la madriguera del conejo. Solamente revelaré que este mundo está custodiado por una diosa de la Muerte, también con la voz de Tilda Swinton.

Me olvidaba del compañero inseparable de Pinocho, tan sólo llamado Grillo (voz de Ewan McGregor), que luce más como un insecto parlanchín, con una boca apenas visible, completamente lejos de lucir como los Grillos anteriores, más caricaturezcos y antropomórficos. La broma constante para Grillo, es el hecho de que, como narrador de la historia, no siempre es escuchado por los demás, y no ve cercana la oportunidad para poder cantar.

Lo sé, lo sé, el filme suena a todo menos a Pinocho, pero lo interesante es que del Toro supo conservar el espíritu de la historia original, incluyendo partes memorables, como la secuencia dentro de la ballena gigante. También es interesante la forma de haber pasado todo por el filtro de Frankenstein, como el personaje que no encuentra su lugar en el mundo, que es rechazado por los demás por ser diferente, y que incluso el sacerdote del pueblo (voz de Burn Gorman) lo verá como un monstruo diabólico.

En su segunda mitad, el filme se transforma en una pequeña película de guerra, mostrando niños siendo reclutados para formar parte del ejército. Irónicamente, tal vez este sea el lugar en donde Pinocho se sienta mejor. ¿Será del gusto de todos esta nueva versión? ¿Cómo verán aquellos que crecieron leyendo el libro, o con el filme de Disney en sus memorias, esta nueva revisión de un clásico? Hasta el momento, no he escuchado o leído algo negativo. Por lo pronto yo, quien también leyó el libro y creció viendo sus versiones animadas, terminé adorando este filme. Es toda una obra maestra de la animación, el cual, con seguridad se llevará el Óscar el próximo Marzo.
En #Netflix

martes, 20 de diciembre de 2022

BULLET TRAIN

 

A TODA...BALA.             Brian Tyree Henry y Brad Pitt.
 

 

A pesar de estar basada en un best seller escrito por Kotaro Isaka, Bullet Train luce como un filme con un guión que fue rechazado por Guy Ritchie. Podría jugar con varias teorías del rechazo: porque su trama está confinada a desarrollarse dentro de un tren bala japonés, o por que simplemente las grandes velocidades no son lo suyo. No sé, estoy nada más jugando un poco. Sin embargo, en manos de David Leitch, el material encuentra su camino en la forma de un hiperactivo, hiperveloz, y muy parlanchín thriller para matar una tarde dominguera.

También la influencia de Tarantino es bastante palpable, especialmente en tener algunos personajes que pasan un considerable tiempo teniendo largas conversaciones sobre cualquier tonteria. Me refiero a los personajes de Tangerine (Aaron Taylor Johnson) y Lemon (Brian Tyree Henry, con un excelente acento cockney), hermanos de hecho. Entre sus temas de conversación se encuentran pláticas profundas y filosóficas sobre Tomás la locomotora (estrella de un programa infantil), por ejemplo, y cómo cada persona puede ser definida según el carácter del trenecito en cuestión. Incluso, Lemon, fan del trenecito, usa una hoja de estampas del personaje para ilustrar su teoría.

Luego de leer lo anterior, quien se anime a ver el filme puede empezar a hacerse una idea del nivel del guión de Bullet Train, en cuya autoría el mismo Isaka estuvo involucrado junto a Zak Olkewicz. No quiero decir que la película sea para niños, sino que estamos ante una historia que no presume tener un IQ elevado, ni un nivel intelectual para romperse el coco. Lo cierto, es que tenemos un filme para palomear por poco más de dos horas, ensuciarse los dedos con queso de nachos, y reir por momentos durante poco más de dos horas.

Bullet Train (por cierto, desde hace poco disponible en HBO Max también), me pareció más Guy Ritchie que Tarantino, con el nivel de entretenimiento del primero, pero sin mucho de la inteligencia y audacia de un filme escrito por el segundo. Para que se hagan una idea más clara, es como si ambos la hubieran dirigido, sólo que sin ponerse de acuerdo en varias cosas, cada uno insertando aquí y allá cosas sin mucho sentido. Por ejemplo, esa historia de fondo en la que se cuenta la historia de Lobo (interpretado sin problemas por Bad Bunny, ya que nada más dice una o dos líneas), un narco mexicano y pasajero del tren por motivos que serán revelados más adelante en la trama. Dicha secuencia termina siendo demasiado larga, y como ésta hay otros largos flash backs explicando, en la forma de mini relatos, contando historias de mafiosos rusos, yakuzas, y samurais.

Brad Pitt es quien abre el filme, caminando por las calles de Tokio, y escuchando por algún dispositivo una voz femenina (Sandra Bullock, más en voz que en cuerpo y alma), dirigiendo la operación para recuperar un portafolio en poder de Tangerine y Lemon, quienes a su vez, se encuentran escoltando al hijo de un poderoso mafioso ruso, conocido como la Muerte Blanca, teniendo que asegurarse de que llegue sano y salvo a cierto punto en Rusia. El hijo es interpretado por Logan Lerman, quien por cierto apareció junto a Pitt en Fury. ¿Coincidencia? No creo, por que luego también aparecerá Channing Tatum, quien -¡oh sorpresa!- apareció recientemente junto a Sandra bullock en Lost City. Por eso, Bullet Train es como una fiesta a donde los amigos de los amigos asistieron para hacer cameos extendidos.

La otra historia que empieza a mover las cosas dentro del tren es la de Kimura (Andrew Koji), un hombre buscando cobrar venganza contra la Muerte Blanca, por un ajuste de cuentas del pasado. Su problema, es que Prince (Joey King), una chica viajando en primera clase, no tan inocente como parece, complicará los planes de aquel.

Todo lo anterior es acelerado por un ritmo en crescendo, en donde la acción sube a un paso algo irregular debido a largos flashbacks. Una serpiente suelta ataca a algunos pasajeros desprevenidos, mientras que el portafolio termina siendo un macguffin que desatará, en resumen, el Big Bang dentro del tren. Si hay algo que distingue al filme, es el ser gráficamente violento, chuzco, y con mucho humor negro. Algo chusco, por ejemplo, es un melenudo Michael Shannon como la Muerte Blanca, apenas creíble como mafioso ruso. A pesar de todo este hiperveloz caos, con peligro de descarrilarnos y perdernos en algún enredijo del guión, es que termina siendo entretenido, bizarro por completo en su final.
En HBOMax y a la renta.

martes, 19 de abril de 2022

THE POWER OF THE DOG

Benedict Cumberbatch
 

El título suena a que veremos la clásica historia sobre un hombre y su perro, estilo "Call of the Wild" tal vez, pero nada más lejos de ser así. Se trata del más reciente filme de la realizadora neozelandesa Jane Campion (El Piano), refiriéndose el título a algún pasaje de la Biblia al cual la historia hace referencia en algún momento. La historia es, de hecho, sencilla, pero cargada de presencias fuertes en pantalla y actuaciones con su particular carga de intensidad. Me refiero en particular a Benedict Cumberbatch, quien, con un convincente acento sureño, encarna a Phil Burbank, un ranchero a cargo de mantener funcionando la propiedad que posee junto a su hermano, George (Jesse Plimmons), en Montana (de hecho, la peli fue filmada en Nueva Zelanda), en 1925.
Ambos hermanos son por completo polos opuestos. Phil es la encarnación misma del prototipo del vaquero macho americano, el "hombre Marlboro" de la postguerra, el cual es homofóbico, castra becerros con rapidez, y toma baños de lodo. Mientras, George es tranquilo, mesurado, algo tímido, un caballero en contraste, más civilizado. George acaba enamorado de Rose (Kirsten Dunst, esposa en la vida real de Plimmons), cocinera en un restaurante que lleva junto a su hijo adolescente, Peter (Kodi Smit-McPhee), chico sensible, algo afeminado, y con una extraña fascinación por el estudio de la anatomia, la biología, y por hacer flores de papel.
La rutina del rancho se pone de cabeza luego de que George contraiga matrimonio con Rose, y la lleve a vivir ahí, Peter incluído. La cosa, por supuesto, no agradará mucho a Phil. Desconozco que tan fiel es el filme a su fuente literaria original, la novela homónima de Thomas Savage, escrita en 1967. Hay varias preguntas que podrían ser respondidas al leerla, por ejemplo, por qué George no aparece tanto en la historia, concentrándose más en el complejo triángulo emocional que se forma entre Phil, Peter, y Rose. Mientras hay una conflictiva relación que raya en el desprecio entre Phil y Rose (esta última con problemas de alcoholismo), el ranchero empezará, inesperadamente, una amistad con Peter, una interacción que de la inicial homofóbia, pasará a una extraña relación amistosa. Una amistad que tiene un trasfondo homosexual semioculto, apenas sugerido, el cual es posible que en la novela sea más obvio.
Es en esta relación entre Phil y Peter, el segundo con intenciones de convertirse en médico, en donde radica la fuerza y centro del filme. Pero Phil y Rose tienen algún momento memorable, como un duelo entre banjo (el cual, Phil toca con verdadera maestría) y piano, instrumento que Rose presume tocar bien (se dedica a musicalizar películas con piano en un cine), aunque en una escena muestra lo contrario.
El Poder del Perro es una fuerte contendiente a obtener nominaciones al Oscar, y no hay duda que Benedict Cumberbatch tendrá una a Mejor Actor. Ya el filme tuvo varias nominaciones en los premios BAFTA. Por ahora, basta decir que Cumberbatch está fenomenal. El tipo sabe transmitir fuerza, su presencia es intimidante y, al mismo tiempo, carismática, siendo éste quien se lleva la película. Pero también el filme, al final, nos confronta con un misterio digno de ser resuelto por Hercule Poirot. Poco le faltó a la película en convertirse en una historia estilo Agatha Christie hacia su conclusión, dejando al aire varias preguntas en el espectador. Sin revelar mucho de la historia, es claro quién es el culpable de lo que pasó, pero la pregunta también es ¿cómo y por qué lo hizo? ¿El Poder del Perro es una historia de venganza? Una película segura contendiente también al Oscar a Mejor Película del Año.
⭐⭐⭐⭐
#Netflix

jueves, 3 de febrero de 2022

DUNE

 

Timothée Chalamet y Rebeca Ferguson.

La épica de ciencia ficción, ha sido ahora llevada al cine por el visionario Denis Villeneuve, en una saga que parece estará al nivel de El Señor de los Anillos, ya que el realizador se ha propuesto adaptar toda la novela original, escrita por Frank Herbert, en dos filmes. Es por eso que Dune, la versión del 2021, y primera parte, no se siente tan concluyente como la versión de David Lynch, hecha en 1984 (en parte filmada en México). Luego de ver la versión de Villeneuve poco después de haber visto el filme de Lynch (no del gusto de muchos críticos), confieso que hay cosas de este último con las que me quedo, por ejemplo, su propuesta más surrealista y más orgánica, y otras que podría desechar por completo, como el gordo flotante lleno de ampollas supurantes, o la participación de Sting, que al menos histriónicamente, no aporta mucho. Mientras, hay cosas en el filme de Villeneuve con las que me quedo, y otras que dejaría un poco de lado. Lo mejor, sin duda, es su tradicional visión minimalista, rayando en la elegancia visual en su diseño de producción. En esta ópera espacial tenemos un preciado objeto llamado "especia" (algo cercano a ser comparado con el petróleo) por el cual varios planetas se encuentran en disputa, como el de Arrakis (o también llamado Dune) y Caladan, de donde nuestro héroe, Paul Atreides (Timothée Chalamet), es originario. Hay una guerra por la "especia", con intrigas y traiciones incluídas, en donde Paul se dispone a pelear para probar que puede convertirse en soldado. Entre su entrenador (Josh Brolin) y su madre, Lady Jessica (Rebeca Ferguson), la preparación de Paul incluye, no nada más el aspecto físico, sino el de desarrollar sus habilidades psíquicas. Estas últimas incluyen sueños recurrentes sobre la guerra en Arrakis, con las visiones de una misteriosa chica de brillantes ojos azules, así como una especie de voz telepática para, cual Jedi de Star Wars, poder manipular la voluntad y mente de otros. Mientras la versión de Lynch tiene un tono más de película antigua de aventuras de matineé, con humor tanto involuntario como voluntario, animatronics, y un diseño de producción, en general, más tendiente al kitsh, la versión de Villeneuve es todo lo contario. Dune del 2021 es más sobria, y sin duda, menos tendiente al caos en la narración de la historia de Paul, con un toque de tragedia, y actuaciones más dramáticas. El personaje del Baron Vladimir Arkonen (ahora encarnado por Stellan Skarsgard), sigue gordo pero flota menos, y no tiene ampollas a punto de reventar. Este termina siendo uno de los aciertos, ya que no es tan irritante como la encarnación que hizo Kenneth McMillan en 1984. Pero si algo tienen en común ambas películas, son el tener extraordinarias escenas en el desierto. Y aunque es verdad que ahora los gusanos gigantes lucen más impresionantes gracias a los efectos digitales, resentí el no verlos más tiempo como en el filme de Lynch, apenas apareciendo unos escasos minutos. Además de la gran actuación de Rebecca Ferguson, también destaca Oscar Isaacs como el Duque Leto, padre de Paul, al igual que secundarios como Jason Momoa y Zendaya, en el papel de Chani (Sean "Blade Runner" Young en la peli de Lynch). Si bien siento que el filme nuevo termina siendo algo largo (2 horas y media de duración), y que la actuación de Chalamet, aunque no está mal, no es tan memorable como la interpretación de Kyle MacLachlan en el filme de 1984, Villeneuve acaba dando algo más de fuerza y peso dramático a cada uno de sus personajes. La película goza también de una gran banda sonora compuesta por Hans Zimmer, estridente, y que le provee de toda una atmósfera nueva y única. ⭐⭐⭐⭐ En #HBOMax y a la renta.

jueves, 28 de octubre de 2021

DOLITTLE

No es Sherlock,...es un nuevo Dr. Dolittle.
 

Por un momento pensé que estaba viendo "Sherlock Holmes 3", pero no era así. Cuando empezaron a salir los primeros animales parlantes en esta enésima reencarnación del Dr. Dolittle, me di cuenta que no estaba viendo a Holmes con patillas largas, sino a Robert Downey Jr. volviendo a ser tan excéntrico como en sus filmes sobre el detective privado. Robert Downey Jr. es muy buen actor, pero debo reconocer que ha tenido uno que otro tropiezo en su carrera, y este es uno más de ellos. Dolittle es de sus peores actuaciones. 

Downey Jr. exhibe una balbuceante forma de hablar como sello distintivo de su Dolittle, sin dejar de mencionar el muy extraño acento. En serio ¿qué acento estaba tratando de hacer? Con esto, queda claro que hacer acento británico no es el fuerte de Downey Jr. Apenas se puede entender lo que dice. Sinceramente, al terminar de ver la película creo que preferí mil veces más el Dolittle de Eddie Murphy.
 
Dirigida por Stephen Gaghan (Syriana, Gold), Dolittle está hecho para toda la familia, aunque no estoy muy seguro. Creo que a los niños les divertirá el desfile de animales parlantes que pueblan la historia, pero tal vez encuentren la película demasiado extraña y difícil de seguir. Por el contrario, los padres encontrarán la película demasiado infantil, y a los animales no menos excéntricos que el doctor del título.
 
El doctor sufre de un raro bloqueo emocional para volver a conectar con sus dones como veterinario, y en general, con el mundo entero. La minúscula trama cuenta, a grandes rasgos, cómo Dolittle deberá zarpar hacia una nueva aventura, la de buscar el mítico Edén, en donde se encuentra la cura para la extraña enfermedad que tiene a la reina Victoria (Jessie Buckley, dormida casi toda la película) postrada en cama e inconsciente. 
 
En su aventura, Dolittle será acompañado por su pandilla de animales, y por un niño, Tommy (Harry Collett), quien tratará de sacarlo de su confinamiento, debido a la depresión que le ha provocado la muerte de su esposa (todo esto contado en una buena secuencia animada al inicio del filme). Antonio Banderas, quien interpreta a un rey de nombre Rassouli, se suma al club de la excentricidad, luciendo como si Jack Sparrow lo hubiera vestido y maquillado.
 
En resumen, el filme es un desastre. Vale aclarar que este Dolittle es capaz de hablar con todo animal, real o fantástico, desde un insecto común y corriente, hasta... ¡un dragón! (supongo que esto no tiene nada que ver con Game Of Thrones). Leyó bien, un dragón, para el cual Dolittle tendrá un remedio para sus problemas de salud.
 
Además de Jessie Buckley, Jim Broadbent y Michael Sheen, quienes interpretan a miembros de la corte, están fatalmente desaprovechados, y permanecen toda la película confinados en el cuarto de la reina. El reparto juvenil está bien, e incluye a Carmel Laniado, quien interpreta a Lady Rose, encargada de ir a buscar a Dolittle para que intente curar a la reina. En tanto, el reparto que presta sus voces a los animales, formado, entre otros, por Emma Thompson (quien da voz a un perico), John Cena, Octavia Spencer, Tom Holland, Rami Malek, etc., está igualmente bien. El otro gran problema del filme, además de la mala actuación de Robert Downey Jr., es que llega un momento en que el humor de los animales termina siendo insoportable. Uno acaba saturado de "animalidad", por decirlo de alguna forma. En lo personal, prefiero al clásico Dolittle de antaño, aventurero, pero más tranquilo y tradicional.
⭐⭐
Disponible en #HBOMax y en renta digital.

viernes, 28 de mayo de 2021

THE IMMORTAL LIFE OF HENRIETTA LACKS

Rose Byrne  y Oprah Winfrey
 

Además de ser una de las presentadoras de televisión más influyentes y con más audiencia en E.U., asi como empresaria, escritoria, y productora, Oprah Winfrey es una gran actriz. Lo demostró en El Color Púrpura, y lo vuelve a hacer ahora en este filme, producido por HBO. Con todo y ser una producción televisiva de HBO, la película cuenta una historia interesante, de esas que al finalizar se te quedan en la mente por unos días. En los años 1950, Henrietta Lacks (Renée Elise Goldberry), quien se encontraba en fase terminal por cáncer, se ofreció como voluntaria para un estudio médico revolucionario: donar muestras de tejido para preservarlos como la primera linea de tejido vivo e inmortal. 

No nada más Winfrey está magnífica, sino tambén Rose Byrne, quien interpreta a la escritora Rebecca Skloot, la cual se encuentra realizando una investigación para un libro sobre la historia de Henrietta (libro en el que está basado el filme). Skloot no lo tendrá fácil, debido a que la hija de Henrietta, Deborah (Winfrey) pondrá mucha resistencia a la hora de tener que compartir historias y anécdotas sobre su madre y familia, debido a traumas del pasado que empiezan a resurgir. Suena como un filme enfocado a personas interesadas en el tema científico, pero lo cierto es que La Vida Inmortal... termina siendo un buen melodrama femenino, bien contado, y con un reparto secundario que se desempeña estupendamente. ⭐⭐⭐1/2 Disponible en HBO

domingo, 4 de abril de 2021

THE PERSONAL HISTORY OF DAVID COPPERFIELD

Dave Patel como David Copperfield.

 Ha habido varias adaptaciones al cine de "David Copperfield", uno de los clásicos de Charles Dickens, pero quizás nunca una como la que el realizador Armando Iannucci (In the Loop) ofrece en The Personal History of David Copperfield. La aproximación del realizador escocés al libro es una fuera de lo convencional, y es posible que muchos fans de Dickens pongan el grito en el cielo debido a una que otra licencia artística que se toma. Pero tal vez lo más interesante del filme, es que el director apuesta por  un reparto étnicamente diverso. El David Copperfield del título es interpretado por Dave Patel (nominado al Globo de Oro), británico pero de sangre hindú, una decisión que rompe con todo lo establecido. Sin embargo, los rasgos raciales de este nuevo Copperfield pasan desapercibidos para los personajes que pueblan la historia contada en el filme, el cual nos cuenta su vida desde que nace de una mamá blanca, en una casa instalada en la campiña inglesa. David (interpretado de niño por un estupendo Ranveer Jaiswal) nunca pisa un salón de clases, por lo que no aprende a leer ni a escribir, pasando una dura infancia debido a un intolerante y violento padrastro. Luego de trabajar en una fábrica de botellas siendo todavía niño, David vivirá varias aventuras y conocerá toda clase de personajes, desde un excéntrico hombre defraudador (Peter Capaldi), quien luce como el sombrerero loco de "Alice in Wonderland", o el Sr. Dick (Hugh Laurie), tío de David, un hombre extraño que vive en su propio mundo y que gusta de fabricar papalotes. 

El filme tiene ciertos toques a lo Terry Gilliam, pero lo cierto es que el muy particular sello humorístico de Ianucci está presente durante toda la película, sin que los temas típicos en la obra de Dickens, como la orfandad, la distinción social entre ricos y pobres, y en especial, la educación, queden relegados u opacados. Al final, Copperfield, sin haber ido a la escuela, consigue escalar poco a poco en la sociedad y hacerse de una posición. Por otro lado, la película tiene una suntuosa producción de época, empezando por el gran diseño de producción y de vestuario. Benedict Wong, actor asiático, quien interpreta al jefe de David en un despacho de abogados, amplia todavía más la diversidad racial del reparto, mientras que la gran Tilda Swinton, como la tía de David, está estupenda como siempre. De las mejores películas del 2020, la película de Iannucci es recomendable para aficionados a la literatura de Dickens, que se atrevan a ver una adaptación cinematográfica que rompa con todas las convenciones y parámetros imaginables. ⭐⭐⭐⭐

miércoles, 24 de marzo de 2021

THE WITCHES

Anne Hathaway, como La Gran Bruja, y su séquito de brujas.
 

Habré visto Las Brujas, de 1990, un millón de veces, incansablemente en un VHS que se habrá gastado de tanto verlo. Dirigida por Nicolas Roeg, y protagonizada por una memorable Angelica Huston en el papel de la Gran Bruja, y la actriz sueca Mai Zetterling, en el papel de la abuela, Las Brujas está en mi lista de filmes favoritos de mi infancia y adolescencia. Si bien me gustó la nueva versión de Robert Zemeckis, esta adaptación del libro infantil escrito por Roald Dahl se ha quedado para mí algo lejos en superar al primer filme. Sin embargo, su propuesta me pareció por demás interesante, en donde la historia no está ambientada en el Reino Unido (como en la novela), sino en Alabama, Sur de Estados Unidos. La verdad no sé qué tan fieles sean ambas películas a la novela de Dahl (al momento de escribir esta reseña, me encuentro leyendo la novela), pero luego de ver el filme de Zemeckis un par de veces, y habiendo revisado por enésima vez el filme de Roeg, me sigue gustando más este último, sea o no sea cien por ciento fiel a la novela original.

 Las Brujas es la historia de un infortunado niño, llamado ahora no Luke, sino el "Niño Héroe" (Jahzir Bruno), convertido en ratón luego de tomar una pócima creada por la Gran Bruja, en esta ocasión interpretada por Anne Hathaway, la cual resulta magnífica en el papel. Aunque la magia del filme original terminó atrapándome de nuevo ahora que la volví a ver, vale la pena ver el nuevo filme. Para empezar, goza de estupendas actuaciones, y lo que termina siendo todavía más interesante, es que tanto abuela como nieto son ahora afroamericanos, la primera interpretada por una genial Octavia Spencer, quien de paso le da al personaje una aproximación todavía más misteriosa. 

Por lo que llevo leído de la novela, me parece que el filme de Zemeckis termina siendo más fiel a la novela de Dahl. No nada más he escuchado que su final se apega más al final de la novela, sino que la apariencia de la Gran Bruja es también más apegada a la descripción en el libro. Por ejemplo, en lugar de dedos tiene una especie de garras en las manos, además de no tener dedos en los pies, y se ha conservado su acento alemán, descrito a la perfección en la novela (te pone a pensar si la bruja no será una ex nazi prófuga). En general, la apariencia de la Gran Bruja es más monstruosa como en la novela. Por otro lado, Zemekis ha decidido ambientar la historia a finales de los 1960s, y aunque no hay precisamente alguna referencia al racismo, la segregación, o la lucha por los derechos civiles, lo cierto es que el reparto termina siendo más diverso étnicamente hablando, poniendo incluso una que otra bruja afroamericana. 

Stanley Tucci está igualmente bien como el gerente del hotel, redondeando un reparto que se desempeña estupendamente. Pero no todo me ha gustado. La narración de fondo por parte de Chris Rock, aunque la considero divertida, al final me pareció estilo Forrest Gump y que ocupa demasiado espacio en el filme. Frente a los efectos especiales más prácticos del filme de Roeg  (incluyendo los animatrónics y marionetas creados por el taller de Jim Henson), los efectos digitales le restan encanto a la película. Y algo que no se esperaban los realizadores, es la controversia que causó el mostrar las manos de la Gran Bruja con sólo tres dedos en forma de garras, lo que provocó un escándalo por la falta de tacto demostrado hacia gente que sufre una discapacidad en las extremidades que luce similar. Una lástima, ya que terminó restándole muchos puntos a un filme familiar, que de todas maneras resulta entretenido y efectivo, y que ha conservado bien el espíritu de la historia original. ⭐⭐⭐1/2

sábado, 6 de marzo de 2021

THE CALL OF THE WILD

 

MIRADA IRRESISTIBLE. Harrison Ford y la estrella canina.

Dos filmes protagonizados por perros esquimales, ambientados en Alaska, en climas gélidos y extremosos (disponibles en Disney Plus), captaron mi atención, Togo (con el gran Willem Dafoe) y The Call of the Wild. El primero me pareció, no únicamente un efectivo entretenimiento familiar de fin de semana, sino además tremendamente emocionante, mientras el segundo, protagonizado por un muy, muy cansado y desinflado Harrison Ford, me pareció todo lo contrario. Pero lo peor de The Call of the Wild, es el hecho de que poco o nada tiene que ver con la novela de Jack London en la que está basada, un clásico literario. 

Además, a diferencia de Togo, The Call of the Wild está protagonizada por perros generados digitalmente, por lo que no es la clase de película que quieres ver cuando la verdadera estrella del filme es un perro con sangre de lobo. El problema, es que al ser mitad perro y mitad lobo, el perro de la película no se parece mucho a un lobo precisamente, además de sentirse artificial, lejos de la realidad y la emoción que te ofrecían más los clásicos de antaño, protagonizados por animales reales, por ejemplo, otras adaptaciones al cine de novelas de London, como Colmillo Blanco, e incluso la infinidad de adaptaciones de The Call of the Wild. 

Es de reconocer que el perro llega a lucir impresionante, debido al nivel de realismo conseguido, pero en ocasiones sabes que estás frente a una creación digital. Hay movimientos que no parecen los de un perro real, o gestos y expresiones en su rostro que no son nada realistas, al notarse más cercanos a los de un humano o un perro caricaturizado. Dirigida por Chris Anderson (Lilo & Stitch, How To Train Your Dragon, The Croods), esta nueva adaptación fue limpiada de todo lo, digamos, "feo" de la historia, lo crudo y triste en la historia del perro, que en el libro es una verdadera odisea de sobrevivencia y crecimiento del can, el cual vive aventuras descritas y contadas con maestría, que te enganchan. Esta versión poco fiel a la novela, termina siendo un pasable filme familiar de domingo por la mañana, nada extraordinario ni destacable, cuya única cosa que conserva del libro es el lazo que se forma entre John Thorton (Ford) y el perro. Aunque, contrario a lo que sucede en Togo, mucho mejor filme, en The Call of the Wild esta relación no te la crees mucho, ni te produce emoción alguna, ya que, como decía, el perro simplemente no es real. ⭐⭐

+Disponible en Disney Plus.

martes, 9 de febrero de 2021

ARTEMIS FOWL

Buenos efectos, pero contada sin mucha inspiración.
 

Kenneth Branagh no nada más es un gran actor, sino también un muy buen director. Pero luego de ver Artemis Fowl, adaptación de la novela de Eoin Colfer, creo que Branagh ha mostrado su punto débil como director, el género fantástico. En su primer filme dirigido para la Disney, el actor shakespereano se nota que no se sintió, precisamente, como pez en el agua. A pesar de tener a su favor el despliegue de una atractiva pirotecnia de efectos visuales y especiales (en donde abundan secuencias con la idea de congelar el tiempo, y mantenerlo en suspenso), al final, la película simplemente tiene una historia que no termina cuajando del todo, caótica en su desarrollo, y que no me atrapó mucho. Su arranque, es la desaparición misteriosa de un excéntrico investigador, Artemis Fowl (Colin Farrell, apenas y apareciendo menos de la mitad del filme), quien es buscado por una especie de hadas, las cuales lucen todo menos como las hadas tradicionales. Si algo tienen a su favor estas hadas, es tener a su disposición tecnología de punta, futurista, y sofisticada, capaces, por ejemplo, de congelar el tiempo. Pero estas hadas al volar, enfundadas en trajes especiales, lucen más como Antman que como otra cosa.

 Como es costumbre en las nuevas producciones de la Disney, tenemos una historia con algo de sabor feminista, con fuertes personajes femeninos, pero que desafortunadamente no son lo suficientemente memorables. La comandante Root, una hada interpretada por Judy Dench, la cual, inexplicablemente,  habla todo el tiempo como si tuviera la garganta irritada y necesitara una pastilla de mentol, y Holly Short  (Lara McDonnell), una hada más joven, quien forma parte de las fuerzas especiales, no son lo suficientemente interesantes como personajes. Holly Short es enviada en misión especial para recuperar un extraño objeto en forma de huevo, valioso, y en poder del desaparecido Fowl.  Las hadas guardan resentimiento en contra de Fowl, debido a que lo consideran responsable por la muerte de un importante líder. Pero el héroe de la  historia es Artemis Fowl hijo (Ferdia Shaw), quien se dispone a encontrar a su papá y a limpiar su nombre, siguiendo pistas que dejó en sus investigaciones y apuntes. 

Artemis Fowl tiene potencial como personaje, pero no acaba convenciendo mucho, debido a lo grisáceo y al poco peso que tiene en la historia. Entre gigantes que parecen sacados del universo de Harry Potter o Narnia, y una historia que se siente como una colisión entre Kingsman y la Brújula Dorada, incluyendo un villano el cual, al estilo Harry Potter, permanece como innombrable y con una identidad oculta, la película termina siendo un desastre. Josh Gad luce extraño interpretando al narrador de la historia, el cual, como Judy Dench, suena con voz de garganta irritada, queriendo sonar duro y misterioso, pero no lo consigue mucho. Esperemos secuelas en el futuro. ⭐⭐

+Disponible en Disney Plus. 

martes, 3 de noviembre de 2020

REBECCA

SIEMPRE NOS QUEDARÁ MONTECARLO.
Lily James y Armie Hammer

Aunque considero muy superior la versión que Alfred Hitchcock hizo de Rebecca, novela de Daphne Du Maurier, Ben Wheatley hace un buen trabajo ofreciendo su propia visión. A pesar de que esta nueva producción de Netflix puede sentirse algo condensada, incluso muy básica, la esencia de la historia original está ahí: La inocencia de una chica sencilla, quien se enamora de un millonario, el cual sigue de luto por su fallecida esposa, la Rebecca del título. 

En esta nueva adaptación de Rebecca, Lily James (Cenicienta) interpreta a la chica en cuestión, imprimiendo el encanto que la caracteriza, quien se verá a sí misma inmersa en un cuento de hadas. Durante un viaje a Montecarlo que realiza junto a la Sra. Van Hopper (Ann Dowd, estupenda aunque sea en un pequeño papel), una mujer adinerada y socialité para la cual trabaja como asistente personal y dama de compañía, nuestra protagonista conocerá a Maxim De Winter (Armie Hammer, sabiendo combinar sofisticación y obscuridad al mismo tiempo), un millonario. Hermético y emocionalmente difícil de descifrar, De Winter empieza a mostrar un inesperado interés por la tímida, insegura, y algo torpe chica, surgiendo entre ambos un romance que, tal vez de manera precipitada, terminará en ambos contrayendo matrimonio. 

"¡Vivirás en una enorme casa junto a un fantasma!" le dice su incrédula y muy enojada ex jefa a la ahora Sra. De Winter, cuando ésta lo deje todo para iniciar su nueva vida junto a De Winter, y se vaya a vivir con él a Manderlay, nombre de su enorme residencia. Aquella última frase que su ex patrona le dice, esconde mucho del misterio que vendrá después. ¿Al decir fantasma, se refiere al recuerdo de la difunta esposa de De Winter? ¿O más bien se refería al mismo De Winter? La frase anticipa lo difícil que será para el personaje de Lily James encajar en su nueva vida en la palaciega residencia, en donde casi cada rincón esconde algún secreto de la vida pasada de De Winter y Rebecca. Su curiosidad incontenible la llevará a explorar la residencia, ante la constante y vigilante mirada de la ama de llaves, la obscura Sra. Danvers, interpretada soberbiamente por la gran Kristin Scott Thomas.  

Desde el inicio adivinamos que Danvers no le pondrá las cosas muy fáciles a la Sra. De Winter para adaptarse a este nuevo mundo, la cual se encuentra batallando para acercarse al cada vez más lejano y poco comunicativo De Winter. 

No he leído la novela (está en mis pendientes por hacer), pero quizás en la historia original hay un personaje que ofrezca más apoyo emocional a la recién casada. Frank Crawley (Tom Goodman-Hill), el amigo de Maxim, es en el filme el personaje que parece querer cubrir este vacío. Pero siento que Frank como que no tiene suficiente espacio ni tiempo en el filme. Sin embargo, Ben Wheatley consigue transmitir el tema principal de manera efectiva, es decir, el terrible peso emocional del pasado y de los recuerdos. Sin revelar mucho de la trama, es crucial la escena dramática durante la fiesta de disfraces, en donde, baste decir, la Sra. De Winter decide ponerse un vestido y peluca que tendrán un efecto inesperado en Maxim. 

El diseño de producción es muy bueno, cosa que redondea  más al filme. Y si bien Armie Hammer y Lily James no son precisamente Laurence Olivier o Joan Fontaine, quienes interpretaron a la pareja en la película de Hitchcock, sus actuaciones son muy buenas. Podemos agregar también la buena participación de Sam Ryley como Jack Favell, el misterioso familiar de Rebecca. Favell marca el giro de la historia de melodrama a una historia de misterio. Aunque en este punto el filme pierde algo de su toque de suspenso psicológico, lo cierto es que Ben Wheatley termina ofreciendo una versión aceptable de la novela, cuyo fuerte está más en las actuaciones que en su fuerza para contar una historia ya clásica del cine. ⭐⭐⭐1/2

jueves, 29 de octubre de 2020

SONORA


Si en mí hubiera estado decidirlo, le hubiera dado a Sonora el lugar de Cómprame un Revólver, entre las nominadas a Mejor Película en la pasada entrega de los Arieles. Dirigida por Alejandro Springall, Sonora tiene todo lo que Cómprame un Revólver no tiene, empezando por un buen guión, adaptación de la novela de Guillermo Munro (adaptada por el realizador John Sayles y el mismo Springall); además de personajes mucho más interesantes y una mejor producción de época. Lo mejor, es que termina siendo entretenida. No se hubiera llevado el premio, pero Sonora se merecía más la nominación.

Sonora está ambientada en la época de la Gran Depresión, a principios de los 1930, justo cuando la frontera en dicho estado fue cerrada, y el presidente Hoover ordenó la deportación de muchos mexicanos. Las cosas no iban mejor aquí, cuando una ola de racismo apareció en contra de inmigrantes chinos (o la "amenaza amarilla", como la llamaron), apareciendo manifestaciones xenófobas para que salieran de México. Un matrimonio (Giovanna Zacarias y Flavio Medina) ven la oportunidad de hacer negocio con su coche, para transportar a un grupo disparejo y variopinto de personas a Mexicali, en donde la frontera seguía abierta y pudieran pasar a los E.U.
Sin embargo, luego de un pequeño contratiempo, se verán en la necesidad de conseguir la ayuda de un guía que los pueda llevar por el desierto, o por el también conocido como "El Camino del Diablo". Emeterio (Joaquín Cosio, muy bien), un indio yaqui y tío de uno de los pasajeros (Harold Torres), este último un inmigrante recientemente deportado, será el no muy confiable guía. Aunque conoce el desierto como la palma de su mano, Emeterio tiene un problema con la botella. Una de las dificultades durante la travesía, será que Marcos, el sobrino, mantenga a su tío lejos de cualquier tentación por beber.
A medio camino entre un western y una road movie, Sonora tiene algo de sabor a novela de John Steinbeck, o de William Faulkner. ¿Cuánto tiempo podrán estar juntos en un espacio cerrado un inmigrante chino y un racista filo nazi, antes de que los problemas surgan? ¿O cuánto pasará antes de que un viejo ex general villista y machista, no tenga problemas con las dos o tres mujeres viajando en el auto? No mucho, se lo aseguro. Nunca resulta muy creíble que tal cantidad de personas quepan en ese coche. Pero se las arreglarán, de una forma u otra.
Por fortuna, ningún personaje cae en clichés o estereotipos. El resto de los pasajeros será, junto al matrimonio interracial formado por un chino (Jason Tobin) y una mexicana (Patricia Ortiz), viajando con su pequeña hija (Abbie del Villar), una mujer y una chica (Dolores Heredia y Carolina Molva), tratando de llegar a la frontera para probar suerte del otro lado. Ah, sí, y el general villista (Erando González), quien no está ahí precisamente para hacer amigos.
El viaje les depara una serie de imprevistos y contratiempos, empezando por lo que se puede esperar de viajar en un coche Ford de los 1930s, a través del desierto, y sin carretera. Con todo y tener relaciones interesantes entre los personajes, la que verdaderamente es el centro de la historia es aquella entre Lee, el inmigrante chino, y Sánchez, el racista (buena actuación de Juan Manuel Bernal), con el comentario racista y provocador siempre en la boca. La tensión latente entre el matrimonio y Sánchez se siente durante todo el filme. Mientras, Emeterio se encuentra igualmente en el centro de la trama, un personaje interesante también, el cual, durante sus delirios por no poder probar gota de alcohol, recuerda episodios de su juventud, y ritos iniciáticos con un chamán.
A pesar de ser demasiados personajes, el tema del racismo no queda nublado por las demás subtramas, a las que se agregan las de un par de traficantes de alcohol venidos de E.U., uno de ellos un norteamericano (Ben Miliken), y un mexicano inmigrante, de nombre Yuma Joe (Rafael Cebrián).
Para mí, era una ganadora del Ariel a Mejor Vestuario, pero ganó el de mejor banda Sonora, la cual resulta estupenda, así como su dirección de fotografía.
Disponible en Netflix.
⭐⭐⭐1/2

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