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viernes, 3 de noviembre de 2023

THE BLACK PHONE

¿Llamada local o larga distancia? Ethan Hawke en modo "lobo feroz".

Nunca vemos la cara de Ethan Hawke -al menos, no completamente-, y aunque todo el filme la mantiene oculta detrás de una máscara muy tétrica, no es impedimento para que ofrezca la que es quizás su actuación más espeluznante. Sin dicha máscara tal vez hubiera sido difícil creerle su papel de villano psicópata. Su trama está instalada más de la mitad del tiempo en un sótano, pero Scott Derrickson (Sinister) supo mantener mi interés hasta el final, ofreciéndome dosis suficientes de escalofríos y emoción. A la renta y en HBOMax.

jueves, 4 de mayo de 2023

NOPE

DESENCUENTROS LEJANOS DE NINGÚN TIPO.   
Daniel Kaluuya y Keke Palmer.

Bienvenidos a la Dimensión... Jordan Peele. De nuevo, un título obscuro e indescifrable. ¿Podrían ponerse los títulos de los filmes de Jordan Peele más crípticos y misteriosos? Desde Get Out, su primer largometraje, pasando por Us (el cual, más allá del obvio "Nosotros", el título tenía otros significados), ahora Nope simplemente te deja nuevamente con un gran signo de interrogación en el rostro. Debe haber algo más allá del obvio significado, "No". Tenemos un filme sobre ovnis y una amenaza extraterrestre, sin un título que incluya la palabra "invasión", "espacio", o "extraterrestre". Es un milagro que en México no le pusieron "Nope: Ataque Extraterrestre", o algo por el estilo. Y no es que el título que al final le pusieron aquí, "¡Nop!", esté mejor o ayude mucho.


Nope es un filme sobre ovnis fuera de toda fórmula o convención, extraño, y que, viniendo del creador y productor de la nueva serie de la "Dimensión Desconocida" (en Prime Video), no es de extrañar que se sienta como un episodio de poco más de dos horas de dicha serie. La peli no podría empezar de la forma más bizarra, mostrando a un chimpancé trayendo terror a un set de televisión, fuera de control y matando a varios asistentes (imaginemos a César, del Planeta de los Simios, en modo asesino). Luego, nos vamos al desierto, en el rancho propiedad de una familia de afroamericanos dedicados a entrenar caballos para producciones de tele y cine. Justo ahí empieza una lluvia de objetos, directa del cielo, cayendo fierros, cosas metálicas, y otros objetos. El fenómeno tendrá consecuencias trágicas para la familia.

Si como espectadores esperamos tener una explicación de todo esto más adelante, lo siento, no la hay. Pero la cosa no suena tan frustrante como parece. Nope estuvo nominada al Oscar a Mejor Película este año, pero en lo personal, si bien su premisa es interesante (un filme sobre ovnis que no sea del todo de ciencia ficción), no me pareció tan buena como Get Out o Us. Así como E.T. trata sobre unos niños lidiando con la separación de sus padres, Nope (¿el título serán las iniciales de algo?) es sobre la fama a temprana edad y niños convirtiéndose en celebridades (el personaje de Steven Yeun es la representación de ésto). Pero también es sobre dos hermanos, interpretados por Daniel Kaluuya y Keke Palmer, quienes durante la trama estrechan un lazo familiar perdido y roto. El primero, siendo toda seriedad y poco sociable, y la segunda, parlanchina, sociable, y amigable.

A escena entra un tipo (Brandon Perea), empleado en una tienda de electrónica, quien luego de que los hermanos Haywood decidan comprar e instalar un sistema de cámaras para el rancho, en un abrir y cerrar de ojos se involucrará con ellos en una investigación amateur, para indagar sobre fenómenos ovni y los avistamientos en el cielo de un objeto extraño. Este objeto es, simplemente, una nube, pero no cualquier nube. La nube es extraña, siempre está presente en el mismo punto del cielo, lugar del que no se mueve ni desaparece.

Mención especial merece Michael Wincott (The Crow, 1492) a quien no veía desde hace siglos en un filme, interpretando aquí a un director de cine con vena experimental y sensacionalista, dispuesto a documentar el extraño fenómeno. El director monta con los Haywood todo un dispositivo de cámaras, incluyendo una enorme cámara arcaica, para evitar que el ovni interfiera con cualquier sistema electrónico.

Nope no me terminó intrigando tanto como esperaba, con todo y lo interesante que pueda sonar su premisa, y su reparto desempeñándose estupendamente. Es un filme "de momentos" que no acaba siendo la suma de sus partes. Es cierto que las escenas del chimpancé son sumamente escalofriantes, y la escena del show con el caballo sirviendo como carnada del ovni es intrigante, y es verdad también que el filme cierra con unas escenas alucinantes del ovni (ya el hecho de tener un ovni que es como una aspiradora gigante de humanos es intrigante), pero el problema es que no todo se siente que encaje bien.

Jordan Peel, al menos yo creo, quiso hacer el filme más original sobre ovnis tan esforzadamente, que el resultado no ha sido uno de esos filmes que se queden contigo. Un filme de ovnis sin la mínima presencia de aliens no se siente completo. Digo, hasta Close Encounters of the Third Kind tenía aliens unos minutos antes de terminar.
En HBOMax y a la renta.

lunes, 31 de enero de 2022

A QUIET PLACE PART II

 
Emily Blunt, Millicent Simons, y Noah Jupe.
 
 
La expectativa por la llegada de A Quiet Part II pudo haber sido mitigada por la pandemia, atrasando su estreno por más de un año, pero eso no redujo el impacto al verla. Teniamos que saber el destino de la familia Abbott, luego del trágico y emotivo final de la primer película. Aunque el factor sorpresa desapareció un poco, esta secuela abre con una pequeña pero emocionante introducción, que nos cuenta el cómo inició todo, es decir, cómo llegaron los alienígenas de oídos hipersensibles a causar terror a la Tierra, y hacer que sus habitantes vivan en silencio. 

 Ahora todo -o casi todo- el peso del filme cae sobre los personajes femeninos, Evelyn (Emily Blunt), la mamá, y Regan (Millicent Simmons), su hija, la cual, irónicamente, sufre de sordera (tanto en el filme como en la vida real). Definitivamente, es Millicent Simmonds quien se lleva la película, y en parte también Noah Jupe, quien interpreta a Marcus, el hermano de Regan. Además, al reparto se une Cillian Murphy, quien de alguna forma es la nueva figura paterna en la trama. La manera de presentarlo en la historia es simple y casual, durante un partido de baseball, en el que Lee (John Krasinski), el papá, y Emmet (Murphy) observan a sus respectivos hijos jugar. De inmediato adivinamos que son viejos conocidos, cuando de pronto, en el cielo, seguido de una nube de humo, vemos caer un meteoro. En cuestión de minutos, el caos empieza a invadir el pueblo. 
 
Dirigida nuevamente por John Krasinski, esta secuela narra la aventura que emprende Regan, para tratar de rastrear una señal de radio, que transmite constantemente Beyond the Sea en la voz de Bobby Darin. Regan tiene la esperanza de encontrar más personas, u otra comunidad quizás. Sin embargo, no mide mucho las consecuencias ni el peligro de ir sola, armada tan solo con un rifle, y usando el pequeño dispositivo que su papá le diseño para ayudarle a oir mejor. Mientras, Evelyn se ha quedado oculta en un refugio junto a Marcus, y su bebé. 
 
Sin duda, una secuela algo más optimista que su antecesora, por el hecho de ver que, a pesar del caos y muerte que imperan en este universo, podría haber más seres humanos en el camino de los Abbott, aunque no todos ellos serán precisamente buenos. Y si bien es cierto que la primer película es mucho mejor, esta segunda parte no escacea de momentos emocionantes, así como el hecho de que ya no es tan silente, es decir, hay más diálogos, muchos en voz baja por supuesto. Djimon Hounsou, como siempre en un papel secundario, está aquí para ayudar a levantar la segunda mitad del filme. 
 
Si por algo vale la pena ver A Quiet Place 2, es más por la secuencia inicial sobre los origenes de la invasión, y por su tercer acto. Son una muestra más de la particular maestría de Krasinski para construir pequeñas secuencias de acción e inyectarles una buena dósis de suspenso y adrenalina, todo armado de una forma intensa. ¿Habrá una tercera película? Sí, en un par de años... si no hay pandemias de por medio. ⭐⭐⭐1/2 A la renta.

 

martes, 16 de noviembre de 2021

REMINISCENCE

Thandiwe Newton y Hugh Jackman.
 

El escenario, es una muy inundada ciudad de Miami, en un futuro tal vez no muy lejano. Antes de que casi todo quedara cubierto con agua, hubo también una gran guerra. Reminiscencia tiene un tema interesante, la memoria, cuyo desarrollo no tiene mucho de original que digamos. Lisa Joy, su directora y guionista, toma prestado de muchas partes, por ejemplo, un poco de Total Recall, y algo de Eternal Sunshine of the Spotless Mind. Además, a la receta agrega dos cucharadas de Inception y Minority Report. La película trae de vuelta a la pantalla a Hugh Jackman y a Rebeca Ferguson, luego de trabajar juntos en The Greatest Showman. 
 
Casi haciendo malabares narrativos, Lisa Joy logra mantener en equilibrio el número, con resultados aceptables pero con ciertas reservas. No es de extrañar que, hablando de ejercicios narrativos, la película recuerde a Christopher Nolan. Aventuro una hipótesis aquí, pero es posible que Jonathan Nolan, esposo de Joy, haya aportado una que otra idea al guión. Lo cierto, es que para haber intentado explorar el complejo tema de los recuerdos y la memoria, la realizadora consigue hacerlo de una forma entretenida. Nick Bannister (Jackman), un veterano de la "gran guerra", se encuentra explotando una tecnología que permite a las personas que lleguen a su negocio explorar sus memorias, en vivo y a todo color. Luego de poner en trance a las personas en un contenedor de agua, Nick y su colega, Emily (Thandiwe Newton, en una buena actuación) pueden acceder a sus cerebros, para así abrir el bául de sus recuerdos y visualizarlos en la forma de hologramas. 
 
¿Cómo y quién desarrolló esta tecnologia? No se explica ni aclara, por lo que no nos queda mas que asumir que ha sido el mismo Nick el que la ha creado. Su obscuro y melancólico mundo se iluminará, cuando al negocio llegue una muy atractiva cantante de jazz, Mae (Rebeca Ferguson), para hacer uso del servicio y así le puedan ayudar a encontrar sus llaves (es en serio), urgando un poco en su memoria de horas atrás. 
 
Está de más decir que Nick quedará prendado de inmediato de su muy joven clienta,      por lo que deseará saber más quién es esta misteriosa mujer, poco a poco involucrándose en una historia que incluye,  además de romance, traficantes de drogas, violencia, secuestros, etc. Tenemos así una clásica historia de  film noir, con femme fatale incluída, y Nick convertido sin querer en un detective como sacado de una    novela hard boiled. La mayor interrogante, será siempre saber quién es realmente Mae, y por qué ha desaparecido.
 
Hay una subtrama estorbosa, que involucra una disputa por una herencia millonaria, teniendo en medio a una familia de origen latino. La actuación de Marina de Tavira no pasa de ser una pequeña aparición, sin ser muy relevante su personaje de mujer alcohólica y afectada de la memoria, una viuda que actúa extraño y en un permanente estado de embriaguez. 
 
Al final, Reminiscencia no está a la altura de las peliculas arriba mencionadas, y aunque sale más o menos bien librada del ejercicio narrativo que pone en juego, mucho le hubiera ayudado a la historia no recurrir tanto a la narración en off de Jackman, diciendo líneas poéticas sobre el tiempo y la memoria. Joy incluso recurre a usar en algún momento la idea del sueño dentro del sueño, y éste a su vez dentro de otro sueño, como en Inception, de forma cautelosa y sin mucho riesgo. Y ése es el gran problema, en donde, si bien la película es un simple entretenimiento de fin de semana, no se arriesga más, ni tiene tantas pretenciones como lo aparentaba al inicio.
⭐⭐⭐
Disponible en #HBOMAX y a la renta.

jueves, 29 de octubre de 2020

MONOS

EL SEÑOR DE LAS MOSCAS...EN COLOMBIA
Quizás no sea una adaptación al 100 por ciento fiel de El Señor de las Moscas (novela de William Golding), pero Monos (nominada al Ariel a Mejor Película Iberoamericana) guarda mucho del espíritu de la misma. En esta actualizada versión colombiana, un grupo paramilitar formado por 8 chicos, cuyas edades están entre los 12 y 25 años, viven ocultos en las montañas. La mayor diferencia entre la novela y este filme, dirigido por Alejandro Landes, es que mientras en el libro (adaptado antes al cine en 1963 y 1990) sabemos el origen del grupo de niños, quienes llegan a una isla desierta y forman una micro sociedad con sus líderes y organización propia, el filme se salta este paso.

El inicio nos muestra a los chicos ya instalados en algún lugar recóndito y montañoso, siguiendo cierta disciplina militar, y bajo el mando de un comandante de baja estatura. Aunque durante toda la película nos carcome el preguntarnos: ¿Cómo llegaron allí todos ellos? ¿Cuál es su origen?, Monos acaba siendo una experiencia intensa de ver. Landes supo seleccionar a sus jóvenes actores excelentemente bien, varios de ellos, seguramente, no son actores profesionales. La película describe a todos sus personajes bien desde los primeros 30 minutos, y el realizador sabe cómo transmitir en ellos una personalidad propia, así como el lado salvaje requerido para contar esta historia. A los chicos los conoceremos, más bien, por sus sobrenombres. Por ejemplo, uno es Patagrande (Moises Arias, de Nacho Libre), sin duda el más imponente y con una de esas caras difíciles de olvidar; otro es el Pitufo (Deiby Rueda), a una chica le llaman Rambo (Sofia Buenaventura), a otro el Perro (Paul Cubides), otro es el Bum Bum (Sneider Castro), entre otros más. Todos ellos no están muy lejos de parecer seres primitivos, ocultos en pequeñas cuevas, y en un paisaje siempre cubierto de neblina.
Y si el guión (escrito por el mismo Landes y Alexis Dos Santos) no ofrece mucha información respecto al origen de los miembros de este escuadrón, tampoco ofrecerá información sobre una mujer norteamericana (Julianne Nicholson), a la que tienen como rehén, y únicamente llaman "doctora". El trabajo de los jóvenes será mantenerla vigilada, y seguir las órdenes que reciban por radio. El no saber mucho de lo que nos cuenta el filme, es algo que funciona a su favor, pero también un poco en su contra. A favor, por que sirve para construir un buen suspenso, y además, hacer todo este asunto del secuestro algo más intrigante; en su contra por que, simplemente, nos deja con más preguntas que respuestas.
De no ser por que la película está dirigida con intensidad y fuerza asombrosa por su realizador, sería sencillo el resaltar más los puntos débiles que los puntos fuertes de todo el trabajo, y estos últimos son los que terminan sobresaliendo. No solamente son las actuaciones naturales, auténticas, explosivas, adrenalínicas, y muy físicas de los chicos lo que Landes consigue, sino también una película sobre niños y jóvenes en donde el trazo de cualquier inocencia se ha borrado, y ha sido sustituida por sus instintos más salvajes.
En su segunda mitad, Monos se aproxima a The Revenant, de Alejandro González Iñárritu, en cuanto a las difíciles condiciones en las que, seguramente, la cinta fue filmada, justo cuando la trama se mueve de las montañas a una jungla. Aquí tienen lugar las mejores escenas, como una en un puente, que parece referenciar aquella en Indiana Jones y el Templo de la Perdición (¿la doctora, acorralada, terminará cortando las cuerdas como "Indi"?), u otra con uno de los niños siendo llevado violentamente por unos rápidos, a una velocidad que te pone a pensar sobre su seguridad (o la del doble que usaron para filmarla), mientras otra, que tiene lugar en una laguna, casi al final, es algo difícil de ver. Monos es de los mejores filmes latinoamericanos de este año.
Disponible en Netflix.
⭐️⭐️⭐️⭐️

lunes, 26 de octubre de 2020

PACTO DE FUGA

UN VERDADERO GRAN ESCAPE. 
 Chile, 1989. En la Prisión Nacional de Santiago, los presos políticos encarcelados durante el régimen dictatorial de Augusto Pinochet, han pedido vivir separados de los criminales comunes y corrientes. En este espacio, es donde tiene lugar la historia contada en Pacto de Fuga, primer largometraje del periodista convertido en realizador de cine, David Albala. Podemos adelantar un poco de su conclusión sin temor a estropear la película: la fuga de un grupo de estos presos políticos de la prisión, dos años más tarde, en 1990. No hay problema en contarlo, ya que dicha historia acaparó los diarios chilenos aquel año, poniendo en ridículo a las autoridades y al régimen.

Lo mejor y más interesante -y que sí dejamos al espectador descubrirlo-, es cómo se llevó a cabo dicha fuga, concebida dentro de la que terminaron llamando "Operación Éxito", planeada con sumo cuidado y en perfecta coordinación con el exterior. Pacto de Fuga es una gran película de "grandes escapes de prisión", pudiéndola colocar entre las mejores de ese subgénero cinematográfico, haciéndola más emocionante el hecho de estar basada en hechos reales.
Dos son las mentes maestras detrás de la operación, Rafael Jímenez (Roberto Farías, de "El Club"), regordete y con gran bigote, que se caracteriza por meterse siempre en problemas con el jefe de la prisión, debido a su "gran boca", y León Vargas (Benjamín Vicuña, quien luce como una suerte de versión chilena de un joven Mickey Rourke), tranquilo, de facha intelectual, y quien estará al mando de la "ingeniería" de toda la operación.
Se nota que David Albala es admirador de The Shawshank Redemption (esa gran película del escape de una prisión, con Tim Robbins y Morgan Freeman), debido a que se siente y se respira la inspiración que tiene en Pacto. En efecto, el filme termina siendo un poco Shawshank, pero también un poco The Great Escape, y otro tanto más de Papillon. Y no quiero decir que la película es todo menos original. Albala sabe imprimir a la película su propio sello y personalidad, construyendo un universo único dentro de la prisión, y que llega a recordar también a Midnight Express.
Si bien todo lo que tiene que ver con la construcción de un kilométrico túnel es muy interesante, entretenido, y no deja de tenernos boquiabiertos toda la película, así como el ver también a los prisioneros arreglárselas para deshacerse de escombros y cascajo (muy diferente en este sentido a Shawshank), Albala consigue hacer de sus personajes algo interesante, y que además nos importen. Aunque todos tienen en común sus ideologías y su rechazo a la dictadura, cada personaje tiene su propia historia y sus razones para estar encarcelados. León, por ejemplo, cuya familia fue asesinada, tiene planes de venganza de conseguir escapar.
Sin embargo, siento que el guión pudo haber quedado mejor, y que Albala hubiera podido conseguir entre sus personajes una mayor conexión, y hacer más memorables sus interacciones. Eso, y haber reducido el metraje un poco (con dos horas hubiera quedado excelente), con menos escenas de los personajes escondiendo escombros, cavando el túnel, o haciendo, deshaciendo, y rehaciendo huecos en los muros. No hubiera afectado el efecto final en nosotros: la admirable y, a la vez, tensa paciencia de meses y meses de ver la operación concluida.
Disponible en Amazon Prime Video
⭐️⭐️⭐️⭐️

viernes, 23 de octubre de 2020

7500

CLAUSTROFOBIA EN LAS ALTURAS.  
Joseph Gordon-Levitt 
7500 quizás sea la película más claustrofóbica sobre secuestros de avión jamás hecha. Y digo esto poniendo a consideración incluso United 93, el filme de Paul Greengrass sobre el secuestro, precisamente, del vuelo del título, que durante el 9/11 se estrelló en los bosques de Pennsylvania en 2001. Aunque 7500 es, por el contrario, una historia de ficción (posiblemente inspirada en los hechos del vuelo 93), es inevitable que traiga a la mente dicho filme de Greengrass. Es oportuno decir, que las personas claustrofobias tal vez deban pasar por alto esta película. Pero será una lástima, ya que se estarán perdiendo los 90 minutos más tensos y angustiantes que se pueden experimentar al ver una película.

Dirigida por el alemán Patrick Vollrath, toda la trama de 7500 (el título refiere al código para notificar a la torre de control que un vuelo ha sido secuestrado) está instalada dentro de la cabina de mando de un avión, y pone a Joseph Gordon-Levitt, sencillamente tremendo y espectacular, en el "centro de la acción". Gordon-Levitt interpreta a un joven copiloto quien, durante un vuelo de Berlin a Paris, deberá enfrentar a unos terroristas, quienes luego de escasos minutos del despegue toman el control del avión. Los terroristas, bajo amenaza de matar a unos pasajeros, tratarán de ingresar a la cabina. Nada se puede agregar de más, sin el peligro de revelar detalles de la minimalista trama, la cual, con todo y estar cerca del 100 por ciento instalada dentro de la cabina, te tiene mordiéndote las uñas. Uno queda enganchado por saber qué va a pasar al siguiente segundo, preguntándote: ¿Cómo resolverá Tobias, nuestro piloto, esta situación? ¿Deberá anteponer lo que más ama por seguir al pie de la letra protocolos de aviación y seguridad? ¿Cómo hará para mantener el vuelo en el aire y seguro, considerando todo lo que está en juego?
Una parte de la mente de Tobias tiene que estar controlando el avión, y mantener al tanto a la torre de control de la situación, y al mismo tiempo cuidar que la puerta de la cabina (que aquí representa la enorme y valiosa barrera entre la seguridad de estar dentro de la cabina, contra los peligros del otro lado), no sea abierta. Una cosa se puede decir, y es que Tobias, contrario a otros pilotos que hemos visto recientemente retratados en cine, como en Sully, o Flight (con Tom Hanks y Denzel Washington interpretando a los pilotos en dichos filmes), será todo menos un héroe. Además de que el filme es impresionante en su muy realista representación del trabajo de un piloto, desde que despega el avión hasta que lo aterriza, incluyendo una cabina de avión que luce tan auténtica, que si no es una reconstrucción debe ser un avión real o un simulador, el principal mérito de Tobias como personaje es haberse mantenido -al menos, la mayor parte del tiempo- estoico, en extremo profesional, y siguiendo las reglas al pie de la letra. En el estira y afloja emocional, cambiante y fluctuante, del tercer acto, uno como espectador, a pesar de adivinar a estas alturas el desenlace, termina rendido frente a 7500 y la sobredosis de adrenalina que nos inyecta.
Disponible en Amazon Prime Video.
⭐️⭐️⭐️⭐️

jueves, 27 de agosto de 2020

HVÍTUR, HVÍTUR DAGUR

 


Ída Mekkín Hlynsdóttir e Ingvar Sigurdsson

Al inicio de A White, White Day (Hvítur, hvítur dagur), seguimos a un auto por una carretera cubierta de neblina. La sensación de un peligro inminente nos empieza a invadir, y no es revelar mucho el comentar que dicho auto se accidentará (ocurre en los primeros dos minutos), saliéndose del camino. Lo único que escuchamos es el ruido que el auto hace al caer. Más adelante, esta película, dirigida por el joven realizador islandés Hlynur Palmason, demandará una considerable paciencia del espectador. Durante cerca de una hora, no sabemos a ciencia cierta de qué trata realmente este filme, cuya historia tarda mucho en despegar. 

El escenario es un pequeño pueblo, en donde el protagonista, un avejentado ex policía, Ingimundur (Ingvar Sigurdsson), ronda por su casa a medio construir. El mismo Ingimundur se encuentra construyendo la casa, a la que le faltan varias ventanas (con espacios cubiertos por plásticos), y con algunos caballos rondando por el lugar. Ingimundur se encuentra tomando terapia psicológica, y el resto de su tiempo libre lo pasa con su nieta, Salka (Ída Mekkín Hlynsdóttir), yendo a pescar salmón, o jugando en la casa. Concluir -o entender- lo antes descrito lleva algo de tiempo; el ir uniendo los puntos de su desarrollo; ir tejiendo los hilos de las relaciones de sus personajes, debido a la falta de detalles e información suficientes en un guión en extremo simple (escrito por el mismo Palmason). Cuando nos acercamos a la mitad, la historia finalmente toma vuelo, justo cuando Ingimundur descubra, entre las cosas guardadas de su esposa fallecida, que ésta le era infiel. 

El problema de la película, es que Palmason nos deja andar demasiado con los ojos vendados respecto a saber qué es lo que está pasando en el filme. A White, White Day termina siendo un filme sobre un hombre batallando con la ira, la soledad, y la tristeza, así como con la carga emocional causada por la pérdida de su esposa. Es hasta el tercer acto cuando la historia verdaderamente resulta interesante, como una bomba de tiempo esperando demasiado para estallar. Fríos paisajes islandeses, cubiertos de neblina, sirven como telón de fondo para la historia, en una película con la que cuesta trabajo conectar. Lo rescatable del filme termina siendo, además de la muy buena actuación de Ingvar Sigurdsson, la relación abuelo-nieta, la cual le da algo de calidez a la historia, así como el intento de Palmason por hacer un melodrama policiaco visualmente diferente, rompiendo ocasionalmente con la narración lineal convencional.
⭐️⭐️1/2

FREIES LAND

Felix Kramer y Trystan Pütter
No hace mucho tiempo que vi La Isla Mínima (2014), del realizador andaluz Alberto Rodríguez, aunque no recordaba mucho del mismo. Bastaron ver los primeros minutos de Freies Land (País Libre), su remake alemán, para empezar a recordar el filme español, y que la historia viniera poco a poco a mi memoria. Lo mejor de la versión alemana, es que Christian Alvar, su director, supo trasladar, de una forma asombrosa, el mismo estilo a lo "True Detective" que Rodríguez había imprimido a su filme. Esto sin que Freies Land se sienta como una simple copia al carbón de la película española. Tomando elementos básicos de la historia original, Alvar supo hacer su versión personal de La Isla Mínima, trasladando la trama de 1980 al año 1992, pocos años después de la Caída del Muro de Berlín. 

Dos detectives, Patrick (Trystan Pütter), originario de Alemania del Oeste, y Markus (Felix Kramer), imponente y corpulento, originario de Alemania del Este, son obligados a trabajar juntos en el caso de la desaparición y asesinato de dos hermanas, en un pueblito con tan sólo dos policías a cargo de la autoridad. Pronto saldrán a la luz casos de otras chicas desaparecidas, así como una red de tráfico de drogas, huelgas y sindicatos involucrados, corrupción policiaca, etc. En fin, todos los ingredientes que se pueden esperar de un thriller policiaco tradicional. Sin embargo, lo mejor de Freies Land (de hecho, siento que supera por mucho al filme original en este aspecto), es cómo la fricción entre ambos personajes, junto a sus evidentes diferencias físicas, crea una interesante y complicada química entre ellos. Por ejemplo, ahí tenemos los cuestionables métodos de Markus para investigar y, sobre todo, interrogar a los sospechosos. "Viejas mañanas de ustedes de la Alemania del este", le dice Patrick a su colega, el cual, además, tiene bajo la manga uno que otro truco de espionaje, para así poder sacar más información valiosa. 

Esta nueva interacción entre los dos detectives, incluidos un buen diseño de producción (nominado en el German Film Awards de este año) y fotografía, es lo que termina dándole más sabor a esta versión alemana. Con todo y los cambios en la historia, ambas películas comparten estilos visuales similares, como esas impresionantes tomas aéreas con drones, que le dan a la película una cualidad visual abstracta única y muy interesante. Mi único problema con este nuevo filme (que también tuve con La Isla Mínima en su momento), es que la historia, en sí, no aporta mucho al género, quedándose incluso en lo convencional y tradicional, así como su avance a un ritmo, ocasionalmente, lento. Puedo apostar a que pronto Hollywood tendrá su propia versión, tal vez en manos de David Fincher.

⭐️⭐️⭐️

jueves, 7 de mayo de 2020

THE LAST THING HE WANTED

Y CON UNA SOLA COSA TUVO.           Anne Hathaway
La actuación de Anne Hathaway en The Last Thing He Wanted es, por mucho, lo mejor de un filme al que no le ha ido bien con la crítica en general. En ese sentido, tal vez me encuentre solo al pensar que, después de haber visto el filme un par de veces, no me pareció el desastre que muchos críticos opinan. No recuerdo cuándo fue la última vez que ví a Anne Hathaway darle a un personaje la carga dramática e intensidad con la que dota a su personaje de periodista, celosa de su trabajo y por encontrar la verdad a cómo de lugar.
Dirigida por Dee Rees, tenemos en The Last Thing... otro de esos personajes femeninos fuertes emocionalmente que, como lo demostró desde su primer filme, Pariah, gusta de poner en el centro de sus películas. Anne Hathaway es Elena McMahon, una periodista que trabaja para el Washington Post cubriendo la revolución Sandinista en Nicaragua, a principios de los 1980. Sin embargo, la represión del régimen la obliga a regresar a los E.U., en donde se da a la tarea de seguir cubriendo la guerra, tratando de descubrir el papel del gobierno estadounidense y su intervención en dicho conflicto, a pesar de las presiones de su editor en jefe para mejor cubrir la campaña de Ronald Reagan.
Divorciada, sobreviviente de un cáncer de seno, y con su hija viviendo lejos en California, Elena tendrá la oportunidad de seguir cubriendo el caso por su cuenta. Su papá (Willem Dafoe, como siempre, magnífico), quien jamás le ha dicho a Elena a lo que realmente se dedica ("estoy en el negocio de la 'importación-exportación' ", le dice), le pide de favor que supervise el transporte de un cargamento "misterioso", el cual tiene que llegar a Costa Rica. Suena fácil, pero, como siempre sucede en estos casos, el ímpetu periodístico de Elena llevará a que todo se complique, y terminar atrapada en Centroamérica.
Si hay un problema en el filme, basado en la novela homónima de Joan Didion (quien también participa como guionista), es que hay momentos en que la trama es difícil de seguir, debido a la falta de cierta coherencia narrativa. La aventura de Elena en Costa Rica se empieza a poner peligrosa, y al mismo tiempo, enredosa. En su camino, terminan cruzándose demasiados personajes, como un hombre que conoce en la pista clandestina en donde aterriza, con intenciones sospechosas y no muy claras (Eda Gathegi); luego, un funcionario del gobierno estadounidense, Treat Morrison (Ben Affleck), quien tal vez pueda ayudarla a salir del país; o el propietario de un pequeño hotel (Toby Jones), en donde nuestra periodista intenta refugiarse de personas que ahora la quieren muerta.
Al final, The Last Thing... es la clásica historia de "la periodista que sabía demasiado". Llega un momento en que el buen suspenso que Dee Rees construye al inicio se pierde, cuando la aventura de Elena se ponga algo confusa, y ya no sabemos claramente en qué país o territorio se encuentra, o a dónde nos quiere llevar la historia. Pero con todo y sus problemas, la película, además de tener la gran actuación de Anne Hathaway, está dirigida con fuerza y seguridad. No hay duda que hay una buena historia detrás de todas sus fallas de edición, pero creo que hubo cosas que acabaron en el piso del cuarto de edición. The Last Thing...pudo haber sido mejor.
⭐️⭐️1/2

jueves, 9 de abril de 2020

LA PLATAFORMA


Ivan Massagué 
Instalada en un futuro no muy lejano, La Plataforma es una experiencia que raya en lo claustrofóbico. Su historia tiene lugar completamente en una prisión extraña, sin celdas, sin barrotes, y muchos menos guardias, con un agujero abismal atravesando diferentes niveles, en donde los prisioneros -dos por nivel- están instalados. A través del agujero desciende la plataforma del título, llevando un elegante banquete servido para los presos. El problema, es que los presos del primer nivel son los afortunados que pueden probar la comida intacta, durante un tiempo corto, mientras que los presos en los niveles más bajos, tendrán que comer las sobras que vayan dejando sus vecinos de los niveles superiores. Como piezas de un juego extraño, los presos son movidos al azar, entre un nivel y otro, por una autoridad que nunca vemos.
Dirigida por el vasco Galder Gaztelu-Urrutia, el filme, en apariencia sencillo, acaba siendo intrigante, y no apto para muchas sensibilidades, debido a su violencia gráfica, la cual llega a ser extrema. Goreng (Ivan Massagué), el protagonista, es un preso de recién ingreso, quien vivirá, entre nivel y nivel, una verdadera pesadilla. Cuando Goreng sepa las verdaderas intenciones de su primer compañero de celda, Trimagasi (Zorion Eguileor), su principal preocupación será sobrevivir, comer o ser comido. Lo más interesante del filme (coproducido por Netflix), es que como espectador no sabes hacia a donde te llevará la historia, ni qué caminos tomará (una cosa es segura: puede ser hacia arriba, o hacia abajo). Por ejemplo ¿Quién será el siguiente compañero de celda de Goreng? ¿Será hombre, o mujer (en esta prisión viven hombres y mujeres por igual)?. ¿En qué nivel le tocará a nuestro protagonista despertar?
Es complicado encontrar una lectura exacta en La Plataforma (¿Una metáfora sobre la sociedad, en donde una fuerza superior, o gobierno invisible, decide quienes son los privilegiados que comerán bien un día, y los que se morirán de hambre al siguiente?). Y lo es mucho más, cuando al final la historia adopta tintes de tipo religioso, así como de aventura caballerezca hiperviolenta. La referencia más inmediata es "Don Quijote", novela que Goreng se encuentra leyendo al principio (de hecho, el mismo Goreng luce como una especie de joven Don Quijote de la Mancha). Goreng se da a la tarea de llevar, sano y salvo, un "mensaje" (dejo al lector descubrir cuál será ese mensaje) a quién sea que esté a cargo en las profundidades de las instalaciones. Inclasificable y sumamente original, La Plataforma luce, si no como el mejor filme, hasta ahora, del 2020, sí de los más originales.
⭐️⭐️⭐️⭐️

miércoles, 8 de abril de 2020

UNCUT GEMS


Adam Sandler 
Cuando Adam Sandler ofrece una buena actuación como en Uncut Gems, desconcierta, y te toma desprevenido. Uno no sabe si es un buen actor, que por alguna razón gusta de hacer, la mayor parte del tiempo, malas películas; o un actor que simplemente necesita encontrar el proyecto adecuado, un buen guión, y un director que crea en él. Aunque ignorado por la Academia de Hollywood para una nominación a Mejor Actor, no cabe duda que en este filme Sandler sorprende, y ofrece un trabajo que, por lo menos, te sacude y te hace pensar al final "¿Realmente era ese Adam Sandler?" A los cinéfilos no nos sorprende mucho, ya que antes, en Punch Drunk Love, y más recientemente, en The Meyerowitz Stories, Adam Sandler ha dado muestras de que cuando quiere ser un buen actor, lo consigue.
Los hermanos Safdie, Benny y Josh, los realizadores, ofrecen una película que, de entrada, parece una cruza entre una historia de gángsters estilo Guy Ritchie (Snatch, por ejemplo), y de los relatos de mafiosos de Martin Scorsese (de hecho, funge como productor ejecutivo). Llega un momento en el filme en que Sandler, en el punto más desesperante de su situación, parece querer emular al muy joven Robert De Niro de Mean Streets, de Scorsese. No trato de decir que Sandler alcance esos niveles, está difícil que algún día lo haga. Sin embargo, Sandler termina construyendo un personaje que se siente muy original, sacado de su propio baúl de sorpresas, y que no se parece a nada de lo que ha hecho antes.
Sandler interpreta a Howard Ratner, dueño de una joyería con cierto prestigio y clientela exclusiva, formada, entre otros, por el basquetbolista Kevin Garnett (quien hace una "aparición especial" en el filme). Desde unas minas en Etiopía, ha llegado a las manos de Howard una extraña y enorme piedra de diamante, la cual, según él, está valuada en millones de dólares. Howard tiene planeado vender la piedra en subasta, pero comete el grave error de hacer demasiado pública su adquisición. Cuando Garnett le pida la piedra a Howard, en un inusual préstamo-intercambio por tan sólo 24 horas, todo se complicará para éste, debido a que está endeudado con unos mafiosos italianos, quienes, para colmo, tienen como jefe a su cuñado (Eric Bogosian).
Los Safdie ofrecen un filme tan entretenido como inquietante, un estudio vibrante sobre un apostador compulsivo, de ambiciones incontrolables, y con hambre por el dinero. Además, los realizadores muestran una gran habilidad para sumergirnos en sofocantes ambientes urbanos, que te llevan al cine de los 1970 de Scorsese (Taxi Driver viene a la mente), y muestran también alguna inspiración en el cine de los Coen (al inicio, de llevarnos a explorar los interiores coloridos de la piedra, nos llevan a las imágenes de una colonoscopia).
Por otro lado, Sandler está rodeado de excelentes actores secundarios, como LaKeith Stanfield, interpretando al amigo y colaborador de Howard, Idina Menzel, quien interpreta a su esposa, y Tilda Swinton presta su voz para la gerente de la casa de subastas, y que nada más escuchamos por el auricular del teléfono. Aunque llega un punto en que las cosas se complican demasiado en la trama, y que se necesita un respiro ocasional dentro del ritmo frenético de la narración, vale mucho la pena dejarse llevar por este viaje entre calles y callejones, casas de empeño, joyas, dólares, y un poco de basketball. Quién sabe cuándo Sandler vuelva a estar así de bien.
⭐️⭐️⭐️⭐️

FEEDBACK

Eddie Marsan.
Pocas veces -o, más bien, nunca- se le da la oportunidad a un actor del calibre de Eddie Marsan de tener el protagónico en un filme. Feedback (producido por TNT), es uno de esos relatos que parecen contados a contrarreloj, en donde Eddie Marsan está impresionante. No me sonaba su nombre, pero Pedro C. Alonso, el director, consigue poner en marcha una historia llena de tensión y adrenalina, siendo lo más interesante el hecho de que la mayor parte de la acción está instalada dentro de una cabina de radio.
Marsan interpreta a Jarvis Dolan, un locutor, que luego de haber sido secuestrado y torturado, intenta seguir con su vida normal y con su programa de radio nocturno. Sin embargo, las cosas tienen un giro descomunal, justo cuando Jarvis, su productor (Alexis Rodney), y su asistente (Ivana Baquero, aquella niña de "El Laberinto del Fauno") sean convertidos en rehenes dentro de la cabina, justo durante la transmisión del programa. Lo que cree son fallas técnicas, o distracciones de su equipo de producción, serán más bien sus captores tomando el control. Algo brillante en la dirección de Alonso, es que dentro de los primeros muy tensos minutos, Jarvis no podrá ver nada desde el otro lado de la ventana, mientras escucha la voz de los dos secuestradores en sus audífonos.
En poco más de hora y media de duración, el realizador es capaz de envolvernos en una tensión in crescendo, en donde las cosas se complicarán más y más, poniéndose crudamente violentas (el filme tiene momentos de violencia extrema y muy gráfica, no apta para corazones frágiles), hasta que finalmente sepamos lo que realmente quieren los secuestradores: sacar una confesión al aire, sobre lo que pasó en un cuarto de hotel, durante un festival de música en Irlanda, en donde Jarvis, su colega (Paul Anderson), y una chica, se vieron envueltos en una situación delicada.
Aunque excelentemente actuada, el problema del filme es que, a pesar de lo bien construida que resulta la tensa situación, no te acabas creyendo del todo lo que está ocurriendo. Por otro lado, la conclusión no es la más satisfactoria que pudieron darnos Alonso y su coguionista, Alberto Marini. De alguna forma, sientes que debe haber algo más, justo cuando los créditos finales empiezan, pero que tal vez acabó en el suelo del cuarto de edición.
⭐️⭐️⭐️

jueves, 30 de enero de 2020

ESCAPE FROM RAQQA


Basada en hechos reales, Escape from Raqqa cuenta con eficacia la pesadilla que vivió Faustine (Jisca Kalvanda), una mujer africana, en Siria, cuando viajó, junto a su pequeño hijo de 5 años, a aquel país, justo en medio de la guerra civil del 2015. El motivo: enrolarse como enfermera voluntaria para la facción ultraconservadora. En París, su marido, Sylvain (Swann Arlaud), un médico, vivirá en total angustia al descubrir que su mujer no se encuentra en Turquía con el niño -como le había informado-, sino prisionera en Siria durante la llamada "Primavera Árabe". Su colega (Charles Berling, bastante bien), pondrá en marcha una compleja operación junto a su joven hijo (el británico Finnegan Oldfield, excelente alternando diálogos en francés y árabe), quien se encuentra en Siria, para poder salvar a la madre y el hijo.
Un convencional thriller político en toda su manufactura y construcción, pero lo cierto es que Emmanuel Hamon, su realizador, consigue armar una tensión en crescendo, de una forma estupenda. El guión tiene algunos problemas para establecer bien lo que nos intenta contar al inicio (los motivos de Faustine al viajar a Siria no están muy claros), y la historia tiene un final demasiado abrupto. Sin embargo, Exfiltrés termina siendo un filme entretenido y muy visible, sin meterse demasiado en política. De lo mejorcito del 2019.
⭐️⭐️⭐️1/2

UNE SOEUR


Nominado a Mejor Cortometraje en la próxima entrega de los Oscares, Une Soeur (Una Hermana) construye de manera inmediata, en unos cuantos minutos, tensión de una forma genial. Alie (Selma Alaoui) se encuentra viajando por la carretera dentro de un auto, y en compañía de un hombre al volante. Al parecer, la mujer se encuentra hablando por teléfono con su hermana, Lucie. Sin embargo, pronto nos daremos cuenta que quien está del otro lado de la línea, es una telefonista (Veerle Baetens), empleada del servicio de emergencias, y de que Alie se encuentra en verdadero peligro. Dirigido por Delphine Girard, lo estupendo de su película es la inteligente dinámica verbal que establece entre ambas mujeres, con una tensión que va creciendo segundo a segundo (nunca vemos bien el rostro de Alie ni del conductor), sosteniendo un acto fenomenal que sólo tiene un objetivo: engañar lo más posible al hombre que se encuentra al volante.
⭐️⭐️⭐️⭐️

miércoles, 15 de enero de 2020

THE LIGHTHOUSE

Willem Dafoe y Robert Pattinson
Muchos todavía tenemos en la memoria La Bruja (2015), anterior filme de Robert Eggers, un filme, irónicamente, sobre una bruja que nunca se ve (o apenas y vemos algo de la misma); y sobre un horror también no visible, pero sí evidente, que rodea a sus personajes. Un horror que apuesta por tomar el camino de lo poco convencional por uno más psicológico. ¿Quién hubiera imaginado que su siguiente filme, El Faro, iba a ser uno en blanco y negro, con tan sólo dos personajes, y una historia instalada en, precisamente, un faro? Es como si la predilección del director por reducirlo todo a su mínima expresión tuviera en esta película su punto culminante. ¡Y qué película!
En El Faro, Eggers trae de regreso el tema del horror palpitante e invisible, que en lugar de ser externo, vive adentro de sus personajes, creciendo y creciendo silencioso, hasta llegar a su punto de ebullición.
Es una isla de Nueva Inglaterra, en los 1890. Dos guarda faros, Thomas (Willem Dafoe, fantástico), y otro más joven, también de nombre Thomas (Robert Pattinson, no menos genial), llegan a la isla en un día lleno de neblina. Durante las siguientes cuatro semanas deberán trabajar juntos, cuidando y manteniendo el faro funcionando. Suena a un trabajo aburrido, algo que nadie quisiera hacer, pero el viejo y pedorro Thomas, cual viejo lobo de mar al mando de una embarcación, se encargará de mantener ocupado al joven con todo tipo de tareas, como pintar el faro, o dejar el suelo brillante de limpio ---no importa las veces que sea necesario limpiarlo para dejarlo como espejo.

Desde el inicio, su relación será difícil, con personalidades distintas que no tardan en colisionar. El viejo, más parlanchín, gusta de una buena plática, con todo y acento de pirata inglés, bien rebozado en ron (excelente acento de Dafoe), durante obscuras cenas, iluminadas sólo con una lámpara en la mesa; el joven, de contadas palabras, no es muy amigable, y tiene poca paciencia ante la verborrea de su jefe y su flatulenta compañía. No será por mucho tiempo así, ya que por obra y gracia de una extraña química, ambos empezarán a compartir anécdotas, y a entender que si quieren sobrevivir durante un mes y poco más juntos, lo mejor es bajar la guardia y ser amigos.
Sin embargo, el viejo Thomas pronto empezará a revelarse como un ser misterioso, que cada noche se escapa a la punta del faro para encerrarse ahí. "¡¡La luz es mía, mía!!", es todo lo que grita desde ahí. ¿Está simplemente loco? ¿Qué oculta ahí? ¿Quién, o más bien, qué es Thomas?
Lo brillante del filme de Eggers, es su manera de reflejar la locura en la que, poco a poco, van cayendo ambos personajes, debido al encierro y al tedio, así como de reflejar la obsesión del joven por saber el misterio del faro. Lo mejor, es ver cómo la historia se divide entre la realidad y la fantasía, en esos sueños y alucinaciones que van afectando al joven, al creer que una sirena (Valeriia Karaman) ha llegado a la costa por él y lo ha embrujado (resulta gracioso pensar en un giro de horror sobrenatural del relato de La Sirenita, pero la cosa no va por ahí). Mientras, el sádico viejo disfruta haciéndolo sufrir, con su abuso de autoridad y supersticiones sobre gaviotas (si en La Bruja una cabra tomaba tintes diabólicos, aquí será una gaviota la que tome un protagonismo especial), cómodamente viéndolo de lejos romperse el lomo. El viejo llega a transformarse en una especie de figura paterna, yendo su relación por toda clase de altibajos, hasta llegar a un tono homosexual que empezará a ser incómodo entre ambos.
También es a través de una narración fragmentada el cómo Eggers refleja el resquebrajamiento de sus personalidades, sin saber nunca a ciencia cierta si el joven Thomas está alucinando, o si sus pesadillas se están materializando. El sonido juega un papel crucial, con esa alarma del faro sonando constantemente, o el sonido del mar tempestuoso, que acentúan más el estado mental de los dos personajes. Mención especial merece la hermosa dirección de fotografía, a cargo de Jarin Blaschke (por favor, para "su consideración", una nominación a Mejor Fotografía en los Oscares), llena de muchos contrastes, y sin temor a hundir a los personajes en una casi total obscuridad, como cuando cenan. Se cuece a fuego lento, pero El Faro es una pequeña joya, imperdible.
⭐️⭐️⭐️⭐️

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