martes, 8 de febrero de 2011

MEGAMIND * * * *

 "Megamind" vuelve a demostrar que los villanos también tienen corazón.

La más reciente producción animada de la casa Dreamworks, Megamind (2010) parte de una premisa interesante y atractiva: los superhéroes están cansados y tienen ya poco o nada que contar. Tal y como sucedió en “Despicable Me”, los villanos demuestran ser multidimensionales, más complejos y capaces de mostrar un lado humano inesperado. Además, Megamind deja patente una verdad que ha estado presente, desde siempre, en las historias de superhéroes: estos no pueden existir sin los villanos y viceversa.

En Megamind tenemos un superhéroe, Metro Man (voz de Brad Pitt), toda una celebridad en Metro City. Más que un superhéroe, Metro Man es como una superestrella, amado por todos los ciudadanos. A primera vista, es como una cruza de Elvis con Superman. Y ya que hablamos de Superman, la película es una especie de parodia del “Hombre de Acero”, sólo que contada desde el punto de vista de su villano, el Megamind del título (voz de Will Ferrell), quien le hace honor a su nombre con su enorme cabeza. Es como ver a Lex Luthor, con facciones de Jim Carrey, una inmensa cabeza y piel azul.

De nuevo, la historia parte de la inevitable realidad de los genios atormentados y rechazados desde su infancia. La diferencia aquí, es que Megamind es un genio fallido. La película comienza con un prólogo bastante gracioso, en donde vemos cómo Metro Man y Megamind son rivales desde la infancia, desde que fueron enviados por sus respectivos padres a la Tierra en pequeños cohetes. El primero es el favorito de la clase y la maestra, admirado por todos gracias a su carisma e improbable facilidad para resolver toda clase de problemas usando sus superpoderes. En pocas palabras, Megamind ha crecido bajo la sombra de la popularidad de Metro Man.

Como villano Megamind tampoco ha tenido mucha suerte. Todo le sale mal y al revés. Con decir que su guarida secreta, no es tan secreta como quisiera. Una bella reportera, Roxanne Ritchie (voz de Tina Fey), a la cual no es difícil encontrarle una inmediata semejanza con Louisa Lane, es una de las más fervientes admiradoras de Metro Man. En tanto, Hal (voz de Jonah Hill), el camarógrafo que acompaña a Roxanne, está enamorado de ella, tratando infructuosamente de llamar su atención.

El gran drama comienza cuando, por primera vez, uno de los planes de Megamind para destruir a Metro Man resulta exitoso. Como es de esperarse, el haber matado al héroe más querido de Metro City provocará que todo mundo odie a Megamind. Pronto se da cuenta que su vida no tiene sentido como el nuevo y aburrido gobernante de Metro City. Al final, Megamind necesita a Metro man, alguien con quien pelear, con quien probarse a sí mismo.

La película está dirigida por Tom McGrath (Madagascar y secuela), y tiene un toque de melodrama existencialista muy logrado. Acabé sintiendo empatía por Megamind, además de lástima por ser el villano fracasado sin poder encontrar su lugar en el mundo, sin nadie más que su pez asistente, Minion (voz de David Cross). Llega un momento en que ya no sabe qué es. ¿Sigue siendo el “malo”? ¿Está en camino a volverse bueno? ¿Entrará en crisis por ello? Su plan para conquistar a Roxanne -como casi todos los que ha tramado- sabemos de antemano que está condenado al fracaso. Incluso aquí también sentimos simpatía por el villano cabezón. Su plan de crear un nuevo superhéroe con el cual volver a pelear, corre el peligro de salirse de control.

Una de las cosas que más consigue McGrath, como sucedió en Madagascar, es la magnífica interacción de los personajes. Ese triángulo amoroso que se forma va evolucionando hacia una complejidad impredecible. Una complejidad que no se ve perturbada por la súbita vuelta de tuerca que tiene el filme en su tercer acto. “Megamind” es una película divertida, un efectivo entretenimiento familiar que ofrece humor y acción al mismo tiempo, pero que se preocupa en todo momento por sus personajes, sin descuidarlos nunca. Ahí está el principal acierto de los guionistas Alan J. Schoolcraft y Brent Simmons. ¿Acabará la tendencia de volver la mirada a los villanos en el cine animado con “Megamind”? Si se siguen teniendo ideas originales y sin muchas pretensiones como en este caso, creo que no.

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