sábado, 7 de mayo de 2011

PARANORMAL ACTIVITY * * *

Una toma repetitiva pero efectiva, la puerta que es el acceso
a los miedos de la pareja protagónica de "Paranormal Activity".

El fenómeno de taquilla que representó Paranormal Activity (2009) fue algo que sobrepasó, incluso, las expectativas de sus realizadores. Una película que costó la cantidad aproximada de 15,000 dólares, acabó recaudando en taquilla 77,873 dólares su primer fin de semana. Y la última cifra conocida el año 2010, fue de 107,917,283 dólares. Un negocio redondo, y las cifras siguen aumentando. Mis reservas para verla fueron muchas, luego de que varios comentarios y críticas, en resumen, la calificaban como “soporífera”. En realidad, me encontré con una película que da un giro al terror psicológico, valiéndose de mínimos recursos para conseguir lo que muy pocas películas: detonar un estado de ansiedad. Al menos en mi caso, lo pudo hacer.

El desconocido realizador Oren Peli, se vale de la estrategia de usar la cámara en mano prácticamente todo el tiempo, para dar la sensación de veracidad a la pequeña historia de una pareja asediada por fenómenos paranormales en su casa. Es la estrategia que empezó “The Blair Witch Project” (1999): filmar como si se tratara del registro de hechos reales; de un material audiovisual rescatado, del cual nosotros estamos siendo testigos en el cine. La pareja es interpretada por Katie y Micah (nombres también de los personajes), ella atormentada desde niña por espíritus y fenómenos de ultratumba, mientras que Micah es la contraparte escéptica, que se dedicará cada noche a registrar con su cámara portátil, fija frente a la cama, todo lo que pasa mientras duermen. La puerta que se mueve sola, ruidos, pisadas, golpes, alaridos, etc., todo en un suspenso que va in crescendo. Ni siquiera un psíquico cobarde los podrá ayudar a pelear con las “fuerzas obscuras” que viven en la casa.

Vi la película dos veces, y debo confesar que la segunda vez los sustos ya no tienen el mismo efecto. Es de esas películas, que al no tener la más mínima complicación, son para verse una vez y nada más. Lo que hace Oren Peli, es recurrir a los miedos más primitivos, el miedo a la obscuridad, a lo que no se ve pero se escucha; a lo que está haciendo ruido bajo las escaleras pero da temor ir a revisar en la obscuridad. Es algo monótono ver las noches en cama grabadas una y otra vez, pero esta toma repetitiva es muy inteligente dentro de su propia simpleza: del lado izquierdo, la cama, del lado derecho, la puerta, y afuera… obscuridad. Esa puerta acaba convertida en un umbral hacia lo que Micah y Katie más temen, de lo cual el espectador puede acabar contagiado.


lunes, 2 de mayo de 2011

SLUMDOG MILLIONAIRE * * * *

Dev Patel y Freida Pinto en la oscarizada "Slumdog Millionaire".


Slumdog Millionaire (2008) fue la ganadora al Oscar a “Mejor Película” en 2009. Estaba casi cantado que atraparía a los miembros de la academia. Una “feel good movie” sobre las aventuras de un par de hermanos para sobrevivir la miseria en Bombay. El premio fue bien merecido, ya que Slumdog Millionaire es una buena película, donde Danny Boyle, quien ganó el Oscar a “Mejor Director”, consigue conmover, impresionar y mantenernos en un suspenso constante, sin caer en ningún momento en chantajes sentimentales.

La película es una adaptación de la novela de Vikas Swarup, y aires dickensianos se sienten y respiran a lo largo de la película. Es como llevar a Dickens a la India (Oliver Twist en los barrios pobres de Bombay), pero puede adivinarse -o al menos suponerse- qué atrajo a Boyle de la historia. Ya antes en “Millions” (2004), ofreció una historia con dos hermanos de personalidades diametralmente distintas: uno de ellos noble de corazón, mientras el otro más ambicioso.

Slumdog Millionaire tiene como eje narrativo un concurso de television, “Who wants to be a millionaire?”. En el programa se encuentra concursando nuestro protagonista y héroe, Jamal (el británico de origen hindú Dev Patel), un humilde chico, tratando de contestar difíciles preguntas sobre cultura general frente a miles de televidentes. El escenario es de lo más sencillo: Jamal se encuentra sentado al centro, frente a un insufrible y manipulador anfitrión (Anil Kapoor), cuyo trabajo no nada más es decir las preguntas sino hacer dudar al concursante, provocarlo y ponerlo nervioso.

Alrededor del concurso tendremos dos narraciones: en una vemos los orígenes de Jamal, desde su niñez, junto a su hermano Salim, ambos interpretados por pequeños actores no profesionales. Jamal va recordando episodios clave en su vida, cada vez que da una respuesta correcta en el programa, para explicarnos cómo es capaz de responder, siendo evidente que no ha recibido educación alguna. Al menos educación académica, ya que lo que Jamal sabe se debe a las experiencias que le ha dado la vida, y una buena memoria para recordar. Por ejemplo, ¿Cómo sabe el nombre de un actor de la India famoso? Simplemente, porque es un gran fan de él, y se las ha arreglado para verlo en cine. Lo que hará para conseguir su autógrafo será totalmente asqueroso.

En otra narración vemos el arresto de Jamal en una estación de policia, donde un inspector (Irrfan Khan) se encuentra interrogándolo, al sospechar que ha hecho trampa en el concurso. El inspector cree que Jamal ha recibido las respuestas previamente.

En tres líneas narrativas somos testigos de problemáticas sociales muy comunes en la India, como la explotación infantil. Niños huérfanos y sin hogar son puestos a trabajar por adultos, como cantar y recitar poemas en la calle. Antes les hacen pruebas de voz, y si hay uno desafinado lo torturan, como en una escena de gran crudeza, donde un niño es convertido en ciego al vertirle un líquido caliente en los ojos. Aquí, un pequeño Jamal conoce al amor de su vida, Latika (hermosa Freida Pinto), y luego de que el destino los separe siendo niños, aquel se dedicará a buscarla. Salim tomará también su propio camino, y no será el más recto de todos, cuando acabe involucrado con estas mafias.

Al final, Slumdog Millionaire es un cuento de hadas, es cierto. Sin embargo, es un cuento de hadas narrado con gran brio, fuerza y una obsesión por el realismo hipnotizante. La música es uno de los aspectos más logrados, incluyendo la dirección fotográfica (premiados también con un Oscar). Y hablando de la música, Danny Boyle cierra la película con un homenaje al cine musical de Bollywood, además de una secuencia de créditos increíble, que deja patente la versatilidad de este realizador.

++El DVD incluye el "Cómo se hizo", escenas eliminadas, videoclip "Jai Ho", featurette "Del guión a la pantalla",  y featurette "Bombay Liquid Dance".

domingo, 1 de mayo de 2011

THE DOLLY SISTERS * * *

June Haver y Betty Grable en "The Dolly Sisters".

Como musical, “The Dolly Sisters” (1945) es apenas una simple curiosidad. Llena de varias canciones pegajosas y atractivas (como la nominada al Oscar, “I Can’t Begin to Tell You”), lo cierto es que los números musicales no tenían mucho de destacable. Su par de rubias protagonistas, Betty Grable y June Haver, interpretando a las hermanas Jenny y Rosie, respectivamente, destacan como buenas cantantes, aunque los números musicales son tiesos, sin bailes, coreografías o grandes escenarios. Es decir, está lejos de ser un espectacular musical a la altura de las producciones de la MGM. A grandes rasgos, la historia cuenta cómo las hermanas Dolly llegan a los E.U. desde Hungría, siendo unas niñas, a principios del siglo XX. Ambas vienen acompañadas de su gordinflón tío apostador (S.Z. Sakall, auténtico actor de Hungría). Las Dolly demuestran un gran talento para bailar y cantar desde su llegada. Los años pasan, y aunque el tío apenas y muestra algún signo de envejecimiento, las niñas se convierten en unas hermosas artistas de vaudeville, famosas en Europa y América. Todo va bien, hasta que Jenny acaba enamorada y casada con un cantante y compositor (John Payne), situación que amenaza con quebrantar el estrecho lazo artístico del dueto. La historia romántica no es tan predecible como parece. Irving Cummings, el realizador, hace realmente convincente el romance tormentoso de Jenny, así como el sólido lazo entre las hermanas. El mejor número musical está al final, entrañable, pero también reflejando sinceridad.

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