viernes, 10 de octubre de 2008

BURN AFTER READING * * * *


Mis admirados hermanos Coen van repartiendo su genialidad de manera dosificada, con una comedia ligera y sin pretensiones un año, y al siguiente una obra que roza la maestría. Todavía estamos impresionados con su anterior película, la oscareada No Country for Old Men (2007), y siguiendo la regla, ahora ofrecen una comedia en la línea de Intolerable Cruelty y el remake de The Ladykillers, pero superior a estas en cuanto a propuesta narrativa y estilística.

Ethan y Joel Coen nos adentran en un relato satírico de espionaje, actuado magistralmente por un cuadro de actores que da vida a personajes que no esconden su excentricidad, dentro de un conjunto de historias paralelas que acaban entrecruzadas. Su burla, tan ácida como acostumbran, va dirigida a la CIA, y al menos en la película, sus miembros exhiben una incompetencia e ineptitud sin pudor, que detona con el despido de un explosivo asesor (John Malkovich, soberbio), debido a sus problemas con el alcohol.

De las sorpresas en esta nueva película, es ver al buen actor que Brad Pitt lleva escondido casi siempre, interpretando a un nervioso e hiperactivo instructor de gimnasio, que se verá encerrado en un callejón sin salida debido a una mujer, desesperada por encontrar pareja por internet (Frances MacDormand, genial como siempre cuando participa en un filme de su esposo, Joel Coen), administrativa en el mismo gimnasio. Para lograr hacerse cuatro anheladas cirugías plásticas, la mujer en cuestión sacará provecho de un hallazgo en el gimnasio, que contiene una supuesta información confidencial de la CIA.

Lo mismo sucede para George Clooney, que deja en segundo lugar su categoría de estrella de Hollywood interpretando a un marido infiel, paranoico y obsesionado con el ejercicio, en tanto Tilda Swinton estará ahí ofreciendo, como acostumbra, una gran actuación. Tal es la genialidad en el nuevo filme de los Coen, el presentarnos una magnífica dirección de todo su reparto sin importar la magnitud de la tarea. Así, se irá revelando una historia llena de chantajes, infidelidades, melodramas, humor negro, paranoias y muerte, todo en una magistral mezcla de géneros incluyendo el suspenso, como sólo los Coen saben hacerlo.

Al final, los inclasificables hermanos Coen son de esos contados especialistas en comedias artísticas e inteligentes, que gracias en parte al gran trabajo fotográfico del mexicano Emmanuel Lubezki, Burn After Reading es de esas películas que, a pesar de estar ambientadas en el tiempo presente, parecen ubicadas en otra época, veinte o más años atrás.

jueves, 9 de octubre de 2008

TITANIC TOWN * * * 1/2

Un escenario limpio, incluso bonito, de los suburbios en la ciudad de Belfast, Irlanda del Norte, es el lugar donde se desarrolla la historia de Titanic Town (1998), un melodrama que a pesar de los fuertes y trascendentes temas que maneja, sobre la intervención militar británica en Irlanda y el levantamiento armado del ERI, termina teniendo un tratamiento demasiado “lindo” y agradable.

Fuera de algunas escenas que intentan exponer la crudeza de aquellos hechos: la muerte de una mujer por una bala perdida, el balazo que recibe otra en su casa (sugerido tan sólo por la persiana destruida) y un chico que casi se desangra al ser herido en la cabeza en una manifestación, la película no acaba por tener la suficiente fuerza dramática que a la que hubiera podido llegar.

Al fin y al cabo, Titanic Town está dirigida por el director de teleseries sudafricano Roger Michell, quien poco después dirigiera Notting Hill (1999). Es más, Titanic Town (titulado así porque el Titanic fue construido en las cercanías de Belfast) llega a semejarse mucho a una teleserie muy resumida, aventurándonos en una especie de capítulo al estilo “The Wonder Years”. No faltan las canciones nostálgicas (empezando por “Danny Boy”), la banda sonora con los típicos acordes de guitarra (escrita por Trevor Jones), todo con una ambientación modesta y, a final de cuentas, aceptable, siendo de los pocos aciertos del filme.

Eso sí, el reparto es magnífico, empezando por Julie Walters interpretando a Bernie McPhelimy, una ama de casa que realmente existió y que trató de iniciar un “Cuerpo de Paz”, formado exclusivamente por mujeres de su barrio. Luego de intentar resolver, sin mucho éxito, los problemas de violencia dialogando con un consejo de mujeres inglesas, Bernie se une a sus vecinas para recabar firmas, hacer campañas por televisión, aparecer en diarios y hasta intentar razonar con los dirigentes del ERI en persona. Bernie llega al extremo de hacerle llegar al ministro británico en Irlanda las peticiones del ERI, expresando su preocupación por las intervenciones armadas en su comunidad, luego de pasar por el trauma de ver a su amiga, Mary McCoy, caer muerta en medio de un tiroteo entre el ERI y el ejército británico.

Bernie será escuchada y tomada en cuenta con peligro para su integridad y la de su familia, viviendo bajo las amenazas del ERI por las críticas fuertes que lanza hacia su causa. Son de los momentos más interesantes en la película a pesar de su tratamiento ligero. Lo malo es que las subtramas del melodrama familiar acaban por debilitar el juego político a nuestra protagonista principal, como el conflicto que tiene Bernie con su hija mayor, Annie (Nuala O’Neill), y de ahí, al romance de esta con un estudiante de medicina, así como la preocupación de Bernie por tener a su esposo (el actor irlandés Ciarán Hinds) enfermo de úlcera estomacal.

Pero queda un pequeño y buen sabor de boca al ver Titanic Town, tan sólo por su reflexión final y el hecho de saber que está inspirada en una historia real.

++ Titanic Town tuvo estreno comercial en España, pero no se encuentra disponible en DVD edición española.

miércoles, 8 de octubre de 2008

SOMETHING'S GOTTA GIVE * * 1/2

Something’s Gotta Give (2003), comedia dirigida y escrita por la realizadora Nancy Meyers, intenta adentrarse en los conflictos sentimentales entre parejas con una diferencia de edad considerable. El principal defecto de esta screwball comedy, es lo predecible que resulta desde el inicio. Jack Nicholson y la experta en el género de la comedia, Diane Keaton, son los protagonistas principales de una historia que intenta lucir un feminismo algo tímido y amigable.

La hija de Erica (Diane Keaton), una dramaturga divorciada, llega con su novio de sesenta y tantos años, Harry (Jack Nicholson), a pasar unos días de descanso en una casa en la que todos acabarán coincidiendo, incluyendo la amiga de Erica, interpretada por Frances MacDormand, que representa la parte feminista de la película.

Por supuesto, el choque no se dejará esperar entre madre e hija, la primera escandalizada al ver que su hijita tiene como novio, no nada más a un hombre demasiado viejo para ella, sino que además es un “fanfarrón machista”, según sus propias palabras. Lo inevitable sucede cuando un infarto de Harry amenace con acabar la paz y tranquilidad de Erica.

Nicholson termina llevándose la película por completo, como es típico en las comedias que protagoniza, mientras Diane Keaton lucirá, en ocasiones, sobreactuada (las escenas en las que llora llegan a ser algo insoportables). Pero ese no es tanto el problema. Al fin y al cabo, quién no puede resistir el carisma de la Keaton, incluso en la más floja de sus películas. El guión es pobre y rutinario. Jack Nicholson se luce e improvisa a sus anchas, en toda la extensión de la palabra, ya que se permite enseñar el derriére con una bata de hospital mal puesta. Y la Keaton no se queda atrás con un desnudo en el que enseña...lo necesario.

La película vale acaso nada más por ver a Diane Keaton y a Jack Nicholson logrando una química que termina saliendo natural, y que hace de esta comedia un simple entretenimiento para un viernes ocioso y sin complicaciones.

++ La edición en DVD de esta ligerísima comedia no está nada mal, si tomamos en cuenta que como extras contiene: comentario en audio de Nancy Meyers, Jack Nicholson, Bruce A. Block y Diane Keaton; visita al plató de la casa de los Hampton, documental: "Algo romántico en la historia", escenas suprimidas y trailer cinematográfico.

lunes, 6 de octubre de 2008

HANNAH AND HER SISTERS * * * *


En Hannah and Her Sisters (1986), comedia romántica dirigida, escrita y protagonizada por Woody Allen, se narran los líos y penas sentimentales que viven tres hermanas a sus treinta y tantos años: Hannah (Mia Farrow), Lee (Barbara Hershey) y Holly (Dianne Wiest). La relación entre ellas es, por encima de las apariencias, buena. Se apoyan y quieren, pero la historia que plantea Woody es sobre la traición que una le hará a la otra, mientras la tercera sufre el desprecio de aquellas.

La película roza la perfección narrativa, en una cuidada forma de contar la historia, a través de episodios titulados de una manera a veces literaria, otras sarcástica y a veces cómica, adornada con la música de Bach y de Giacomo Puccini (las óperas de Manon Lescaut y Madama Butterfly). De manera paralela, Woody narra una historia que en sí hubiera dado para otra película, en la que interpreta a Mickey, un hipocondríaco productor de televisión, que cree no escuchar bien. Así, el cómico tratamiento de la historia resulta extraño y, al mismo tiempo, fascinante, al combinarse el melodrama romántico de las tres hermanas.

Hannah, ex esposa de Mickey, lleva un matrimonio feliz con Elliot (Michael Caine), sólo que este vive enamorado de Lee, un sentimiento que no tiene problema en demostrarle. A su vez, Lee lleva una relación con un hombre mucho mayor (nada menos que Max Von Sydow, el actor fetiche de Ingmar Bergman, admirado director de Woody), una relación que ella considera paternal, dependiente y de admiración, más que de amor. Por su parte, Holly, aspirante a actriz que sobrevive llevando un negocio de banquetes con su amiga April (Carrie Fisher), no ha tenido mucha suerte en el amor.

Dentro de la depurada narración de Allen, con el tiempo llevará a cada personaje a terminar, si no bien, sí satisfecho con lo que el destino le deparó y sin un cabo suelto. Haciendo un poco de balance, la historia de Mickey acaba siendo más lograda que la protagonizada por Hannah, Lee y Elliot, este último encarnado de una manera estupenda por Michael Caine, a quien cae como anillo al dedo la cínica personalidad que el actor sabe dotar a sus personajes cuando lo requieren. Cínico e hipócrita, así acaba siendo Elliot.

Mientras, el graciosísimo viaje existencial que emprende Mickey acaba robándose el filme, como en ese episodio que recuerda al pedirle a su amigo que done esperma para poder concebir un hijo con Hannah, o esa aventura religiosa donde experimenta con el catolicismo ante el escándalo de su familia judía, que para él acaba siendo un “paga ahora, sufre después”, según confiesa. Su miedo de hacerse hare krishna, será por temor a reencarnar en algo detestable o “no-humano”, todo por la curiosidad de entrar en contacto con Dios ante lo que puede ser su próxima muerte.

++ El DVD está disponible en una edición tan autera, que sólo tiene el trailer original cinematográfico.

Vistas de página en total