sábado, 25 de junio de 2011

PROSPERO'S BOOKS * * * *

Sir John Gielgud en "Prospero's Books".


Adaptación muy libre y personal de “The Tempest”, obra de Shakespeare. Peter Greenaway deja la historia original a un lado, para dar camino libre a su explosiva inventiva visual. Deja patente –como siempre- que antes de ser cineasta fue pintor.  Prospero’s Books (1991) cuenta la historia del anciano Próspero (magistral Sir John Gielgud), Duque de Milán, mago e inventor, exiliado por sus enemigos en una isla en las cercanías de Italia. Ahí llega junto a su hija Miranda (Isabelle Pasco), en donde descubre un mundo parte renacentista, parte barroco, de fantasía, habitado por ninfas y espíritus mágicos. Con la ayuda de 24 libros mágicos, que revelan los secretos del mundo (hay uno sobre arte, otro sobre botánica, anatomía, mecánica, etc.), planeará su venganza contra sus enemigos, hasta que Miranda acaba enamorándose del hijo del principal enemigo de Próspero.

Gran parte de la película está formada por tracking shots, en los que la cámara nos va revelando, lentamente, poderosas imágenes llenas de escenarios interminables y espectaculares, con bailarines ejecutando coreografías (desnudos y semidesnudos), música hipnótica, maravilloso diseño de producción  etc. Muchas secuencias, por igual, son collages cinemáticos, en el que se sobreponen páginas de los libros mágicos, muchos con geniales animaciones. El resultado es una visión surrealista, fantástica y estéticamente prodigiosa del libro de Shakespeare, plena de monólogos dichos incansablemente por Sir John Gielgud. 

jueves, 23 de junio de 2011

THE ART OF CRYING * * * *

Un niño hará todo por ayudar a su hermana en "The Art of Crying".


No es un melodrama familiar convencional. The Art of Crying (2006) parece  instalada en el movimiento “Dogma”, pero es apenas el primer –y hasta ahora único- largometraje de su realizador, Peter Shonau Fog. Juega con nuestras expectativas de principio a fin. Es la historia de Allan, (Jannik Lorensen) un niño al que la realidad de su disfuncional familia se abre ante sus ojos de golpe, a finales de los 1960. Su histérico, chantajista y melodramático padre (Jesper Asholt), lechero y comerciante, ha venido abusando de su única hija (Julie Kolbech). Cegado por su inocencia y el cariño a su padre, Allan ve como imperiosa necesidad que su hermana de 15 años esté siempre ahí, cada vez que  el tipo amenace con suicidarse. Es una película que detrás de su colorida y pintoresca apariencia, esconde una sombría y obscura naturaleza en cada uno de sus personajes, disfuncionales, pero auténticos. Dicha naturaleza se revela pero de manera sutil, casi con humor negro. Lo que prevalece, al final, es un entrañable relato sobre el amor de un pequeño a su hermana.

martes, 21 de junio de 2011

GYPSY * * * 1/2

Natalie Wood y Rosalind Russell en "Gypsy".

En este musical, dirigido por Mervyn LeRoy (Quo Vadis), prácticamente todas las canciones son interpretadas por la carismática Rosallind Russell. La actriz es una roba-escenas desde los primeros minutos. Russell encarna a Rose, madre de dos niñas artistas de vaudeville. Para Rose, el vaudeville es el máximo arte teatral que pueda existir, y hará todo por llevar a la fama a sus dos pequeñas (una más talentosa que la otra) en su pequeña compañía teatral ambulante.

Con letras de Stephen Sondheim y música de Jule Styne, estos dos aspectos son lo más rescatable y disfrutable en Gypsy (1962), basada en las memorias de Gypsy Rose Lee (Natalie Wood, con su característica inocencia y vulnerabilidad, en contrapunto con su magnífica voz). Aquí somos testigos del ascenso de Gypsy al estrellato, desde que es una niña tímida y con apariencia “masculina”, hasta convertirse en una bella cantante y actriz. Luchando –sin muchos problemas- por no acabar opacado por las fuertes presencias femeninas, el gran Karl Malden está brillante como el esposo de Rose, un hombre del espectáculo cuyo principal trabajo será aterrizar a Rose de sus sueños desbocados. Cada vez que Rose planea un nuevo número musical, es como sentir un torbellino.

Tanto el diseño de producción como la música son logrados. El trío que forman Russell, Malden y Natalie Wood es notable en todos los sentidos. El problema es que la historia no es tan memorable, ni hay números musicales tan rescatables. Acaso el de la vaca y los granjeros sea el único por su comicidad. Y de hecho el filme es gracioso la mayor parte del tiempo. En resumen, Gypsy musicalmente acaba siendo demasiado uniforme.

domingo, 19 de junio de 2011

X-MEN: FIRST CLASS * * * 1/2


Michael Fassbender y James McAvoy como los jóvenes
Magneto y Charles Xavier en "X-Men: First Class".

No estoy seguro si realmente sea necesaria una precuela para la digna franquicia sobre los X-Men, iniciada por Bryan Singer hace 10 años. Creo que para lo único que vale la pena X-Men: First Class (2011) entretenida niñería palomera dirigida por Matthew Vaughn, es para enterarnos cómo es que Charles Xavier y Erik Lehnsherr alias “Magneto”, acabaron siendo archienemigos. Es algo que siempre me intrigó desde las películas originales, el por qué detrás de los maduros líderes existía una especie de trasfondo amistoso, de admiración, resentimiento y odio al mismo tiempo, que acabó trágicamente en X-Men: The Last Stand.

Lo que logran tanto James McAvoy y Michael Fassbender, interpretando a los jóvenes Charles Xavier y “Magneto”, respectivamente, es una convincente química en pantalla. Siendo jóvenes construyen una fuerte amistad, basada en los traumas emocionales que comparten, donde Xavier fue mentor de Magneto. Este último, recordemos, fue un niño que creció en un campo de concentración (sí, los nazis vuelven en esta película). Mientras, Charles Xavier es una especie de niño genio superdotado, con poderes telepáticos y una relación romántica no muy bien resuelta con la atractiva chica azul-escamosa, Mystique, quien de adolescente fue conocida como Raven y estaba del lado de los buenos (interpretada por la guapa nominada al Oscar Jennifer Lawrence).

Me sorprendió ver que Vaughn, director de la genial, de humor negrísimo y políticamente incorrecta Kick-Ass, no haya dirigido una película de superhéroes algo más arriesgada. Para ser sincero, la película es una total niñería, claramente dirigida para un público preadolescente. Hay instantes espectaculares (las dos escenas con Magneto tratando de controlar un submarino), pero también otros de total parodia involuntaria. En serio, un poco más y el filme parecería Austin Powers en el mundo de los superhéroes. January “Mad Men” Jones parece una de las modelos rubias de la saga de Powers, Xavier diciendo “groovy”, etc.

En tanto, el villano caricaturesco interpretado por Kevin Bacon también parece como salido de los filmes de Austin Powers. De hecho, Bryan Singer funge como productor de la película, pero no se nota mucho su mano en ella. En general, la trama es una mezcla de hechos históricos con ficción. Ambientada en la Guerra Fría, a principios de los 1960, el caso es que los recién creados X-Men, fueron los que ayudaron al presidente Kennedy a resolver el conflicto de los misiles en Cuba y Rusia. Hay una escena de antología: las fuerzas navales norteamericanas y rusas acaban unidas para acabar con la amenaza mutante que representan los juveniles X-Men. Se puede ver, aunque no espere algo mejor que los filmes de Bryan Singer.

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