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martes, 16 de noviembre de 2021

THE SUICIDE SQUAD

MISIÓN SUICIDA. Nuevo escuadrón, nueva misión... mejor película.
 


Suicide Squad (2016) tenía todo para ser una película dominguera pasable. Pero falló, principalmente, por la gran expectativa creada por ver a un nuevo Joker, interpretado por Jared Leto. Al menos para mí, fue decepcionante. Verlo te hacía preguntarte ¿Ese es el Guasón? Su cambio de imagen fue demasiado radical. Además, el escuadrón del título, encabezado por Will Smith, tenía una química que no cuajó del todo. Quien se llevó la película, fue Margot Robbie como Harley Quinn, y no es de extrañar que sea uno de los pocos personajes de vuelta en The Suicide Squad, la muy superior secuela.
 
Los productores, de último momento, tuvieron el acierto de poner en la dirección a James Gunn, realizador responsable de los filmes de Guardians of the Galaxy (atención al cameo extendido de Michael Rooker). Sólo Gunn sabe cómo extraer química dentro de un equipo de villanos, reclutados por el gobierno para llevar a cabo una misión secreta. Una química extraña, pero conseguida, y sin mucho esfuerzo.
 
¿El secreto? Hacer que te importen cada uno de ellos, incluso uno que tiene el poder de lanzar una especie de círculos de colores de su traje y usarlos como armas, o una chica con el don de comunicarse con las ratas, o un hombre tiburón, King Shark (voz de Sylvester Stallone), con una inteligencia muy primitiva y apetito voraz. El líder del grupo es ahora Bloodsport (Idris Elba), quien será forzado a aceptar una misión impuesta por la jefa de la CIA, Amanda Waller (Viola Davis, de vuelta), bajo amenaza de que la hija de aquel sufrirá las consecuencias de negarse a hacerlo. La misión: llegar a un ficticio país latinoamericano, para derrocar a su dictador (Juan Diego Botto). 
 
La razón, es la sospecha de que este dictador se encuentra desarrollando un arma secreta, en la cual se encuentra trabajando un científico loco (Peter "Doctor Who" Capaldi), que podría ser usada para atacar a E.U. Sin duda, lo mejor del filme son las mesuradas dosis de humor negro que Gunn inyecta a la trama (basada en los cómics de la DC). Desde el inicio, en ese desembarco del equipo en las costas latinoamericanas al estilo "Salvar al Soldado Ryan", la historia empieza a lucir, en todas sus situaciones y contratiempos, un humor negro sumamente logrado (como los que tendrá un hombre zarigüeya, quien no tenía previsto el hecho de que tendría que nadar).
 
Harley Quinn no se roba el filme precisamente, pero es innegable que vuelve a tener un peso considerable en la historia, justo cuando el dictador le ponga los ojos encima. Al equipo vuelve también Rick Flag (Joel Kinnaman), mientras que un nuevo miembro es Peacemaker, interpretado por John Cena, bien en su papel al poner tensión a la camaradería entre ambos. 
 
Aunque a la historia le tome algo de tiempo despegar en el primer acto, ésta se pone poco a poco interesante cuando se cruce en el camino del escuadrón un grupo guerrillero en la selva, con una líder llena de furia interpretada por Alice Braga, con la posibilidad de que unan fuerzas.
 
Es justo en la segunda mitad, cuando la dirección de James Gunn es más notoria, tomando la trama caminos más delirantes y alucinantes. El director sabe encontrar un muy buen balance entre una tradicional película de antihéroes, y una en donde caben incluso pinceladas surreales. Cuando al final la película se convierta en una especie de cruza entre una monster movie con una película de zombies, la fórmula funciona sin dificultades, con un peculiar delirio visual colándose en varias escenas. El resultado es tremendamente entretenido, y lo mejor es que no hubo necesidad de poner en escena a un Guasón neo-punk.
⭐️⭐️⭐️1/2
Disponible a la renta y en #HBOMAX

martes, 5 de marzo de 2019

ALITA: BATTLE ANGEL

Rosa Salazar como "Alita".
Adaptación de un cómic manga creado por Yukito Kishiro, Alita: Battle Angel, es la más reciente aventura cinematográfica del realizador Robert Rodríguez, siempre tentado a llevar a la pantalla sus propias interpretaciones de novelas gráficas (Sin City). Si algo demuestra Alita, es lo revolucionario que Rodríguez es en el campo de los efectos especiales. Si por algo vale la pena ver en pantalla grande Battle Angel, es, precisamente, por toda esa parafernalia visual que imprime a sus películas. Con todo y que sus dos filmes de Sin City me parecen visualmente más interesantes, Alita termina siendo espectacular. Sin embargo, la cosa cambia un poco en cuanto a su historia y personajes se refiere.
James Cameron (quien aquí funge como guionista, junto a Laeta Kalogridis) quiso dirigir hace años este proyecto, aunque prefirió dedicarse a materializar Avatar. Battle Angel, no es precisamente el derroche de originalidad que uno esperaría. En resumen, es la historia de Pinocho re-re-re-trabajada por enésima vez (y hay algunos que incluyen a la Sirenita en la ecuación), ambientada en el siglo 26, 300 años después de la "Gran Caída" (o una "gran guerra"). Christoph Waltz, encarna a un doctor experto en tecnología robótica, el cual reconstruye lo que queda de una chica cyborg que encuentra en un basurero, a donde cae la chatarra de una ciudad flotante, más avanzada y civilizada. Luego de adaptarle brazos y piernas diseñadas por él, el doctor bautiza su creación como Alita (Rosa Salazar, en una actuación basada en motion capture), con ojos enormes, como si de algún retrato pintado por Margaret Keane se tratará.
Con el tiempo, Alita prueba ser un espíritu inquieto, y en su curiosidad por conocer el mundo exterior junto a un chico, Hugo (Keean Johnson), descubrirá que su memoria guarda fragmentos de recuerdos de su pasado, que la llevan a desear saber más sobre quién es realmente; sobre sus orígenes, y del por qué posee una fuerza sobrehumana, y habilidades de una guerrera. Mahershala Ali (a quien podemos ver también en Green Book actualmente) no ofrece la gran actuación de otras ocaciones, pero sin duda, en su papel de mafioso dedicado a dirigir una red de cyborgs caza recompensas, y competidores en unas carreras en patines a muerte (uno de los platos fuertes de la película, que tienen lugar en pistas y toboganes), tiene una presencia imponente. Jennifer Connelly interpreta a su brazo derecho, y ambos afortunadamente sobrepasan el simple papel de secundarios de relleno, con un par de sorpresas y vueltas de tuerca al final.
Parece que Rodríguez concibió el diseño de producción para llamar la atención del público mexicano, el cual está salpicado de referencias relacionadas con México, como ver que uno de los caza recompensas tiene en su espalda el calendario azteca grabado, o también ver una iglesia que recuerda alguna catedral colonial, o ese juego callejero en patines, que recuerda al juego de pelota de los mayas.
A pesar de no sentirse muy original, de que termina siendo un pastiche de otros tantos filmes de ciencia ficción, y relatos sobre inteligencia artificial, que afrontan el tema de robots capaces de experimentar sentimientos, emociones, y de pensar (RoboCop, Blade Runner, A.I., Ready Player One, etc.), Battle Angel es un excelente entretenimiento de fin de semana, sin llegar a ser tan trascendente como aquellos ejemplos. Es la mejor opción, si lo que se busca es pasar un par de horas entretenidas en el cine, con un filme pleno de buenas peleas, y espectaculares efectos especiales. 
⭐️⭐️⭐️

lunes, 4 de marzo de 2019

GLASS

Samuel L. Jackson, JamesMcAvoy y Bruce Willis.
El mejor pretexto que pudo encontrar M. Night Shyamalan para regresar a su universo creado en Unbreakable (2000), fue incluir a Kevin Crumb (el camaleónico James McAvoy, estupendo), el personaje de Split, también dirigida por Shyamalan. Esa impresión queda después de ver Glass, secuela que trae de vuelta a Bruce Willis y Samuel L. Jackson, interpretando al indestructible David Dunn, y al, por el contrario, frágil y físicamente quebrantable, Elijah Price Glass, sus respectivos personajes de Unbreakable. La verdad, ha pasado tanto tiempo, que muchos quizás tengamos que revisar nuevamente el primer filme, a casi 20 años de su estreno. Si no necesario para disfrutar Glass, verla de nuevo ampliará -y mejorará- la experiencia. En Glass, de todas formas, vemos una recapitulación pequeña de lo que es realmente la primer película: la sorprendente historia de David Dunn, el único sobreviviente de un aparatoso accidente en un tren, debido a que es indestructible y posee fuerza sobrehumana.
Unbreakable no es una película de superhéroes, ni lo es ahora Glass, aunque están muy cercanas a dicho género. Shyamalan tomó prestado un poco del universo de los cómics para crear esta historia, más cercana a los relatos de antihéroes de las novelas gráficas, sobre vigilantes nocturnos, héroes anónimos que se dedican a hacer justicia por su propia cuenta. Desafortunadamente, en Glass el factor sorpresa de Unbreakable está ausente. Sin embargo, no deja de tener cierta fascinación el saber qué ha sucedido con David y Elijah. El primero, el dueño de una tienda de tecnología de seguridad junto a su ya adulto hijo (Spencer Treat Clark, de vuelta), quienes forman una dupla para combatir el mal (o más bien, maleantes que se dedican a quebrantar la ley). Mientras, Elijah Glass, vive encerrado en un sanatorio, confinado a una silla de ruedas, con el peligro de que cualquier movimiento, el más mínimo, fracture sus huesos.
David y Spencer se adjudicarán la misión de rastrear y encontrar a Kevin Crumb, quien sufre de un severo desorden de personalidad múltiple, y que se ha dedicado a secuestrar chicas. La película verdaderamente comienza, cuando, luego de una serie de circunstancias, los tres personajes acaban reunidos en el sanatorio, bajo la supervisión de una psiquiatra (Sarah Paulson), la cual hará de Kevin su objeto de estudio. El problema, es que buena parte de la segunda mitad, es ver a los tres personajes en sesiones y pláticas con Sarah Paulson. La mayoría de las escenas son más un vehículo de lucimiento para la versatilidad de un actor del calibre de James McAvoy, el cual se roba la película, que algo realmente interesante. Ver a McAvoy cambiar, en un abrir y cerrar de ojos, de una personalidad a otra, es un verdadero espectáculo. "La Bestia", uno de sus alter-egos, es un musculoso tipo, capaz de escalar paredes y caminar sobre el techo.
Samuel L. Jackson y Bruce Willis acaban palideciendo frente a McAvoy, aunque no por eso dejan de tener lo suyo en el filme; un brillo trágico y algunas sorpresas bajo la manga. Contrario a los superhéroes, ellos están dentro de un plano más humano y terrenal, con vulnerabilidades y puntos débiles. Para el tercer acto, los dos acaban resucitando como personajes. Si bien, esta parte del filme tiene sus lagunas, baches, cosas ridículas (esas escenas en los restaurantes, que tienen que ver con una secta), es la más rescatable, en donde habrá revelaciones, y puntos que se conectan con otros. Si Shyamalan ha dejado de sorprender desde hace mucho tiempo con sus películas, Glass acaba siendo una curiosidad que, con la actitud requerida, se termina disfrutando. ⭐️⭐️⭐️

lunes, 22 de octubre de 2018

VENOM

Con su mejor sonrisa, Venom (Tom Hardy).
No se puede pensar en Venom sin que Spider-man venga a la mente. Aquel apareció por primera vez en un cómic del "hombre arácnido", y el reto para una película dedicada completamente a este personaje obscuro, de facha monstruosa y no muy amigable, es tener éxito sin que Spidey tenga que entrar a escena para salvar el show. La apuesta de Sony Pictures por este personaje de la Marvel Comics -conocido en un inicio como el "traje alien"- ha rendido sus frutos. Fue un éxito monetario en su primer fin de semana de estreno, y el veredicto es que el filme, protagonizado por Tom Hardy, es pasable y entretenido.
Dirigida por Ruben Fleischer (Zombieland), el filme, aunque tarda algo en despegar en su primera media hora, con un inicio que parecería extraído de cualquier película de ciencia ficción sobre invasiones alienígenas, poco a poco va tomando un tono de comedia extraño, pero gracioso. Eddie Brock (Hardy) es un periodista freelance, de esos dispuestos a romper las reglas ocasionalmente, quien se encuentra cubriendo una historia sobre un científico, Carlton Drake (Riz Ahmed). Detrás de su facha de investigador serio, Drake se encuentra desarrollando ocultamente experimentos con una forma de vida alienígena, llamados "simbiotes", seres que lucen como moluscos, de forma algo líquida, y que como una especie de parásitos necesitan invadir un cuerpo para sobrevivir en la Tierra.
Hardy se nota, literalmente, enfundado en el personaje, quien según afirma aceptó interpretar debido a que su hijo es un gran fan de Venom (creado por Todd McFarlane, Mark Bargley, y Mark Millar). Siendo además el productor ejecutivo de la película, es evidente que Hardy trató de mantenerla dentro de limites de violencia aceptables, visibles para una clasificación familiar, para "niños acompañados de adultos".
Cuando Eddie, accidentalmente, se convierte en el receptor de uno de los simbiotes, su vida se pondrá más complicada de lo que ya está (su novia, Michelle Williams, lo dejó, y perdió su trabajo). La criatura, de nombre Venom, lo usará para algo que en realidad --- nunca nos queda claro, pero que tal vez le sirva a nuestro reportero para desenmascarar a Drake, y revelar sus experimentos con indigentes (con los cuales Eddie simpatiza).
En el momento en que Eddie y Venom se encuentran, es cuando realmente inicia la película, que se transforma en algo cercano a Evil Dead (Eddie parece estar luchando con algo cercano a una posesión demoniaca, escuchando voces, y adquiriendo fuerza sobrehumana). El guión no es nada extraordinario. De hecho se queda a medias en ofrecer una historia interesante, y cae a propósito en los estereotipos raciales del villano de piel obscura, o el asaltante mexicano. La película, reducida a su máxima expresión, es básicamente Tom Hardy interpretándose así mismo, cayendo en la autoparodia, dentro de una trama que salta entre la ciencia ficción, historias de "vigilantes nocturnos", de amenazas extraterrestres, de venganzas, etc. Una combinación extraña, pero que, inexplicablemente, funciona, al resultar divertida en su segunda mitad, palomera, y el inicio de una franquicia a la que no habrá que perderle la pista.  1/2

viernes, 21 de septiembre de 2018

GRIFF THE INVISIBLE * * *

Ryan Kwanten.
Sería un poco injusto calificarla simplemente como "Kick-Ass" a la australiana (curiosamente, ambos filmes fueron producidos en 2010). La verdad, esta película, aunque considerablemente más pequeña en su producción, tiene un giro todavía más psicológico y emocional, llevado a cabo inteligentemente. 

lunes, 11 de junio de 2018

DEADPOOL 2 * * * *

Ryan Reynolds es Deadpool.
Reseñar una película de Deadpool puede ser una experiencia similar a entrar a un laberinto. No se sabe exactamente por dónde empezar o qué camino tomar. Habrá un momento en que uno se sienta atrapado y sin salida, pero lo cierto es que uno acabará lo suficientemente entretenido mientras encontramos la salida. Algo es cierto, entre Deadpool (2016) y la muy esperada secuela, Deadpool 2 (2018), apenas hubo tiempo para respirar y prepararnos para su regreso. Sin embargo, aquí está de vuelta el superhéroe (interpretado con la misma frescura y espontaneidad por Ryan Reynolds), parlanchín, sarcástico, con toda su irreverencia, cáustico humor (tal vez su mejor súper poder), y rompiendo la "cuarta pared" tanto como sea posible.
En principio, Deadpool 2 es tan caótico como el primer filme, tal vez ofreciendo demasiado de lo bueno. Luego de abrir con una genial secuencia de créditos (inspirada en las secuencias de créditos de James Bond), desde el inicio ya te estás riendo. Hay que advertir que Deadpool 2 no acaba siendo mejor que la primer película, pero sí igual de buena. El factor sorpresa ya no está presente. Deadpool 2 está saturada de buenos chistes, mucho slapstick, excelentes gags, y humor negro. El héroe chamuscado ("te pareces a Freddy Krueger", le dijo T.J. Miller en la primer película, quien interpreta a su mejor amigo), capaz de regenerar sus extremidades amputadas (hay una escena hilarante en la que somos testigos de cómo se regeneran sus piernas), e imposible de matar. O al menos, eso creíamos hasta ahora.
Deadpool sigue siendo muy gracioso, el alma de la fiesta. La película está plagada de mucha acción, y violencia gráfica (a tal grado, que el filme ha sido clasificado para mayores de 15 años). Deadpool sigue negándose a pertenecer a los X-Men, prefiriendo mantenerse al margen. No los necesita, ya que decide formar su propio grupo de anti-héroes, la "Fuerza X", integrada por Domino (Zazie Beetz), Zeitgeist (Bill Skarsgard), Vanisher (Brad Pitt, en un cameo que sólo los buenos observadores podrán identificar), y Bedlam (Terry Crews), con el propósito de proteger a un niño mutante, Firefist (Julian Dennison), quien ha sufrido de abusos por parte del director del orfanato en donde vive (Eddie Marsan).
Al principio ocurre una tragedia que mejor no revelaré para no estropearle el show a los fans. Sólo diré que este acontecimiento despierta en Wade/Deadpool los suficientes sentimientos paternales para proteger al chico del villano en turno, Cable (Josh Brolin). La película, en ciertos momentos, se siente demasiado llena, a punto de reventar. Aunque tenemos nuevos personajes, nuevas caras, y nuevas situaciones, en Deadpool 2 no hay algo significativamente nuevo. El personaje ha evolucionado un poco. Además de toda la explosiva y pirotécnica acción, David Leitch, quien ha tomado las riendas en la dirección, pone aquí y allá algunos momentos trascendentales, que involucran a Vanessa (Morena Baccarin), ahora su esposa.
Las actuaciones son muy buenas. Reynolds sigue genial. No dice sus diálogos, los dispara a discreción, en un personaje que ha hecho ya suyo. Josh Brolin, con todo y su rostro pétreo, consigue darle cierta humanidad a su villano. Su Cable es una especie de combinación de John Connor y Terminator. Hay algo que decir de Deadpool 2, y es que es mitad una parodía de los filmes de los X-Men (sigue habiendo escenas dentro de la mansión del profesor Xavier, incluyendo cameos de algunos X-Men), mitad una parodia de las películas de Terminator, y también, en cierta medida, una autoparodia del mismo Ryan Reynolds (las últimas escenas, antes del cierre de créditos, lo dicen todo).
Deadpool sigue siendo el personaje que no encaja en ningún lugar, que no necesita de nadie, un lobo solitario. Parte de su evolución, es que Deadpool empieza a mostrar lados vulnerables. Al final, sabe que no puede engañarse a sí mismo. Negasonic (Brianna Hildebrand), y el gigante metálico Sergei (Thayr Harris) están de regreso, para demostrarle nuevamente a nuestro héroe que trabajar en equipo, aunque sea de vez en cuando, no te hace menos heróico

domingo, 16 de noviembre de 2014

SIN CITY 2: A DAME TO KILL FOR * * 1/2

TODOS MATARIAMOS POR ELLA. Eva Green
despampanante como femme fatale. 
Una secuela tardía, cuyo estreno se retrasó tanto que cuando llegó la esperada fecha como que a muchos ya no les importó mucho. En Sin City 2 tenemos la continuación de las historias de algunos personajes de la primer película (2005), con uno que otro personaje nuevo. Además, hay cambios en el reparto. Por ejemplo, Manute, quien fuera interpretado en la original Sin City por el fallecido Michael Clarke Duncan, ahora es interpretado por el igualmente eficiente Dennis Haysbert (Far From Heaven). Mientras,   el personaje de Dwight, interpretado previamente por Clive Owen, ahora está en manos de Josh Brolin. Sin City: A Dame to Kill For no ha causado en mí la misma impresión de la primer Sin City, la cual en su momento me gustó mucho. Me dejó impresionado la visión de Robert Rodríguez en pantalla de la novela gráfica creada por Frank Miller (el cual regresa como guionista). Rodríguez supo recrear en cine la sensación de estar realmente viendo el cómic, gracias a la impresionante dirección de fotografía en blanco y negro (trabajo que realizó él mismo), con ciertos destellos de color en partes clave. La secuela sigue siendo impresionante desde el punto de vista visual, y Robert Rodríguez, como hombre orquesta y prestidigitador, es también impresionante (escritor de la música y responsable de la edición). 

Sin embargo, el aspecto del guión ha quedado descuidado, comprimiendo dos historias diferentes en un espacio demasiado pequeño de una 1 hora y 40 minutos. En la primera historia -sin duda la mejor-, es Mickey Rourke quien se roba todo el número - y tal vez toda la película- interpretando nuevamente a Marv, con todo su anti-heróico poder y aspecto semimutante. Errante, entre visitas a la taverna en donde Nancy (Jessica Alba) baile sexy (y quizás muy exhaustivamente) durante toda la película,  Marv une fuerzas con Dwight para ayudar a la femme fatale de la historia, Ava, encarnada por Eva Green, quien en su papel de "viuda negra" muy generosamente provee, para deleite del público masculino, la mayor cantidad de desnudos que haya hecho jamás en otra película. Ava ha regresado para un ajuste emocional con Dwight, encontrándose este haciendo trabajos de detective privado, y poniendo demasiada resistencia a los encantos de la mujer. 

Joseph Gordon Levitt es Johnny, quien está muy bien interpretando a un personaje torturado (en muchos sentidos) experto jugador de póker, quien tiene sus mejores escenas haciendo un mano a mano con el senador Oark (Powers Boothe, despiadadamente llenando la pantalla con pura y simple villanía), en juegos que tienen mucho sabor a western. 

Con todo y tener un irresistible poder visual, diálogos que son pura inspiración en la literatura hard boiled, y una propuesta visual que sigue retomando la estética del film noir clásico, Sin City 2 decepciona en otros aspectos. La primer película se sentía más unificada y redonda en general, especialmente en su historia. Desafortunadamente, en esta segunda parte no hay mucho de Eva Green (en cuanto a tiempo en pantalla se refiere, al menos), y Mickey Rourke no es ahora tanto el centro de la trama,  sino su papel es ahora más secundario. ¿Y Bruce Willis? Sí aparece, pero poco, nada más como "invitado especial". 

Sin City 2 es entretenida como película palomera. Tiene todo lo que puede esperarse en un film de Robert Rodríguez: violencia ridículamente desmedida, buenas escenas de acción, matazón al por mayor. Pero así como tiene todo esto de rescatable, incluyendo elementos muy serie B y de films explotation, el caso es que ahora Frank Miller escribió el guión con algo de flojera. 

martes, 17 de junio de 2014

SUPER * * * 1/2

¡CÁLLATE, CRIMEN! Rainn Wilson como "The Crimson Bolt".
Quizás Super es otra película que agregar al puñado de películas sobre antihéroes que existen. Kick-Ass es la franquicia que hasta ahora se ha mantenido como la reina de las películas de este género. Super puede verse como la versión indie de Kick-Ass, pero lejos de ser un aspecto que ahuyente al espectador, es una película a la que recomendaría darle una oportunidad, ya que no decepciona, con todo y las similitudes entre ambas historias. James Gunn (guionista de Dawn of the Dead, director de Slither), el realizador, no se anda con tonterías ni niñerías. Super, con todo y ser una comedia con sus buenas dosis de humor y sátira, es una película violenta. Su violencia gráfica no es constante, pero está presente en momentos cruciales, y llega a  ser impactante. Rainn Wilson (The Office, Juno) está muy bien como el antihéroe protagónico. La creación de su alter-ego, The Crimson Bolt, es hilarante. Hace del arte del reciclaje una moda única, con su traje hecho a base de pedacería de telas y piel. Cuando su inestable y hermosa esposa (Liv Tyler), adicta a las drogas, lo deja por un traficante (Kevin Bacon, divirtiéndose a sus anchas), es cuando Frank (Wilson), decide convertirse en superhéroe y rescatarla de sus garras. De paso, también peleará contra el crimen, con mucha buena voluntad pero poco talento, teniendo como arma una llave de plomería, con la que saldrá a la calle a romper cráneos. 

Lo interesante de Frank como personaje, es que con todo y ser un acomplejado fanático religioso, una vez con su traje puesto no duda en salir a la calle y sacar su lado violento. Los escasos efectos especiales son decentes, para el bajo presupuesto que seguramente tiene la película. Hay escenas en que parece estamos viendo una película de Robert Rodríguez -o inspirada en su cine-, especialmente en el clímax final, por el tipo de violencia gráfica que muestra. La historia tiene un giro crucial y se torna más interesante, cuando Ellen Page entra a escena, interpretando a una empleada de una tienda de cómics, que acaba transformándose en la desquiciada compañera de nuestro héroe, para formar un dúo con ciertos problemas de compatibilidad. Es cierto, no será Kick Ass, pero Super es súper sorprendente y súper divertida. 

miércoles, 4 de junio de 2014

X-MEN: DAYS OF THE FUTURE PAST * * * *

ROMPIENDO LAS LEYES DEL TIEMPO.
Nicholas Hault, James McAvoy y Hugh Jackman

No es que la saga original de los X-Men corra el peligro de quedar desbancada del gusto de los fans, pero la nueva serie de precuelas del grupo de mutantes, comandados por el profesor Charles Xavier, son algo mejores. Y cada vez se ponen mejor. El hecho de estar instaladas en décadas pasadas, de saber adaptar a viejos escenarios las historias de mutantes, les da un  cierto valor agregado. Con todo y ser películas palomeras, plenas de efectos especiales, están pobladas por personajes que nos importan.

Me gustó más X-Men: Days of Future Past, que su antecesora, X-Men: First Class (2011). Aunque su planteamiento de un viaje en el tiempo al pasado (sin maquina del tiempo de por medio, sino energía) es de lo más serie B, como robada de Back to the Future, el resto de la película alcanza un nivel dramático inesperado. Es justo cuando los tres personajes que han sido eje central desde la película pasada: el Dr. Charles Xavier (James McAvoy, simplemente excelente), Erik/Magneto (Michael Fassbender) y Raven/Mystique (Jennifer Lawrence, más atlética que nunca), crucen sus caminos nuevamente, cada uno con llevando sus propias cargas emocionales, que la película empieza a tomar caminos interesantes, lejos de cualquier película convencional e infantil de superhéroes.

La película se desarrolla en dos épocas. Abre en un futuro -quizás no muy lejano-, con un escenario apocalíptico como sacado de alguna película de Terminator. Naves llegan justo cerca de la muralla China, descargando robots capaces de cambiar de forma, restaurarse y metamorfosearse sin problemas, arrasando todo a su paso. Mientras, el viejo profesor Xavier (Patrick Stewart), regresado de ultratumba por alguna razón inexplicable, y el viejo Magneto (Ian McKellen), han juntado fuerzas para combatir esta amenaza tecnológica. Wolverine (Hugh Jackman) Storm (Halle Berry), Kitty Pride (Ellen Page) y Ice Man (Bobby Pride), están ahí para echarles una mano.

Mientas nos preguntamos cómo es que, no nada más el profesor Xavier está vivo luego de haber sido prácticamente desintegrado en The Last Stand (2006), sino en buenos términos con su viejo amigo y rival, presenciamos una secuencia cargada de acción, emocionante, que no te deja parpadear un momento, ya que perderías detalle de lo que pasa. Los X Men se teletransportan por túneles de energía, de un lado a otro, mientras pelean con los enormes robots.

Wolverine será enviado en misión especial al año 1973, para que evite que Raven/Mystique cometa el asesinato de un científico (Peter Dinklage), que con todo y su diminuto tamaño odia con pasión a los mutantes. El científico se encuentra desarrollando una tecnología para exterminar a todos los mutantes de la faz de la Tierra. Con todo y ser una trama puramente de ciencia ficción serie B, Bryan Singer, quien retoma la dirección de las películas luego de que Matthew Vaughn dirigiera First Class, carga la historia de una increíble y solemne carga dramática. 

Uno acaba por tomarse el asunto en serio. Además, el resultado final acaba siendo plenamente entretenido, no exento de un tono paródico que no desentona. En esa reunión en la oficina oval,   vemos a un Richard Nixon (Mark Camacho) no muy convincente, al menos, en su apariencia física.  Su maquillaje es algo risible, lo hace ver caricaturizado. O cuando se nos revela cómo es que en el asesinato de Kennedy hubo un mutante involucrado.

Así como sucedía en First Class, ambientada durante la Guerra Fría y la amenaza de los misiles en Cuba en los 1960, Days of Future Past es un pastiche de ciencia ficción, filme de superhéroes y película de espías de los 1970. James McAvoy está mucho mejor que en First Class, ahora con Xavier pasando por una crisis emocional, enfundado totalmente en un look hippie, recobrando la movilidad de sus piernas, pero sacrificando sus poderes telequinéticos. Cuando Michael Fassbender  como Magneto entra a escena desatando caos en París, durante la firma de paz entre E.U. y Vietnam, con pedazos filmados en formato de 8 mm, te hace pensar que de haber filmado Costa Gavras un filme de mutantes, quizás se hubiera visto así. 




martes, 27 de agosto de 2013

KICK ASS 2 * * 1/2

¡A PATEAR TRASEROS! Aaron Taylor-Johnson y Chloë Grace Moretz,
vuelven como Kick-Ass y Hit-Girl.

No es tan graciosa ni original como lo fue la primera entrega, Kick-Ass (2010). La secuela, Kick-Ass 2 (2013), sigue siendo una parodia de historias de antihéroes y vigilantes, que explota de maneras insospechadas un humor negro salvaje y violento. La primer película fue muy criticada por sus escenas de violencia, que involucraban una, en aquel entonces, preadolescente Chloë Grace Moretz, recibiendo golpes y patadas de villanos considerablemente mayores. Ahora una adolescente de 16 años, Moretz es la principal protagonista de la menos sorprendente segunda parte. En esta ocasión, no tenemos actores de "peso", como Nicholas Cage, el fallecido padre del personaje de Moretz, o Mark Strong, el villano al que en la primera parte combatieron nuestros héroes, Kick-Ass (Aaron Taylor-Johnson), y  Hit-Girl (Moretz). 

Jim Carrey, desafortunadamente, se nota totalmente desperdiciado, en su personaje de líder de un grupo de superhéroes improvisados; una especia de versión de The Avengers que parecen sacados de un circo. Carrey está irreconocible, con maquillaje, nariz postiza deformada y antifaz (parece una versión más vieja y deforme de su Riddler en Batman Forever), apareciendo en menos de la mitad de la película.  Dave y Mindy, las identidades secretas de los protagonistas, han decidido seguir cada uno por su lado, el primero necesitando un "Robin" para formar su propio dúo dinámico, mientras que la segunda, debido a la sobreprotectora presencia del amigo de su padre (Morris Chestnut), debe decidir entre seguir la ordinaria vida de una niña de su edad, o ser la letal, especialista en artes marciales y casi indestructible Hit-Girl, que todos conocemos.

Jeff Wadlow, el director, carece de la inteligencia que demostró Matthew Vaughn en la primera parte, para saber usar el explosivamente gracioso humor negro y de haberlo sabido integrar sutilmente en la historia, provocadora y sorpresivamente. Es decir, la secuela (y es una lástima) acaba bajando de categoría en ese sentido. Al final, luce como una comedia común y corriente, con una historia sin mucho sabor, aunque con algunos momentos graciosos, como la selección del grupo de villanos por la nueva némesis, Mother Fucker (Christopher Mintz-Plasse). Dicho grupo incluye una gigantesca mujer rusa, Mother Russia (Olga Kurkulina), con un muy masculino y esteroide rostro, que parece la  hermana gemela de Ivan Drago. Pero también hay momentos que debieron haber quedado en el bote de basura del editor, como la escatológica escena en la cafetería de la escuela, vomitiva y diarreica en más de un sentido, que amenazan con arruinar por completo el filme. 

lunes, 21 de junio de 2010

KICK-ASS * * * *

"¿Me estás hablando a mí?" El británico Aaron Johnson como "Kick-Ass", el superhéroe que toda ciudad necesita para combatir el mal,... o para rescatar gatos.

Lo que menos esperaría uno, es que Kick-Ass (2010) esté dirigida por el británico Matthew Vaughn, realizador de una película de fantasía, Stardust, o de esa joyita del cine británico gangsteril, Layer Cake. De hecho, Layer Cake contiene tan sólo una pizca del humor negro que vemos de principio a fin en Kick-Ass. Para mi gusto, este por demás interesante, adrenalínico y ultraviolento trabajo de Vaughn, ya se perfila en mi lista de lo mejor del 2010, con todo y que de lejos no parezca más que una simple parodia de películas serias de superhéroes y antihéroes.


Adaptación del cómic homónimo creado por Mark Millar y John Romita Jr., la película rompe con las expectativas del espectador desde un principio, y vale advertir que no es apto para muchas sensibilidades. Aunque la mayor parte de sus protagonistas son adolescentes, la película es tan violenta, o quizás más, que una película de Quentin Tarantino. Es curioso que mencione a Tarantino, porque de hecho, Vaughn parece haber tenido como inspiración directa el cine del realizador de Reservoir Dogs o Kill Bill. Una de las cosas que no será fácil digerir para muchos, es ver a una niña de 12 años, Mindy Macready, alias “Hit Girl” (Chloe Moretz), una superheroína que parece la hija adoptiva de “La Novia” en el díptico Kill Bill, aniquilar y matar con suma frialdad.

La primera gran provocación (de tantas presentes) en una película tan políticamente incorrecta como Kick-Ass, es que es una de esas películas protagonizadas por adolescentes, pero que están lejos de poder ser vistas, al menos en cines, por este sector del público. La primera escena es un homenaje a Condorman (1981), en done vemos a un tipo vestido con traje de hombre cóndor, listo para arrojarse desde un rascacielos. Claro, el hombre lo hace, y mientras lo vemos caer nos preguntamos “¿A qué hora va a usar sus súper alas?” Lo que pasa después quizás deba verlo usted por sí mismo, o quizás no. El caso es que probablemente reirá, o quedará en un ligero estado de shock.

La violencia de Kick-Ass, por más cruda y sangrienta que pueda ser, está pensada y hecha para reír, culposamente en ocasiones. Su trama principal recurre a la fórmula de los clásicos nerds que no logran encajar socialmente. Dave Lizewski (Aaron Johnson), es como una caricatura de Peter Parker y su alter ego Spiderman. Sólo que aquí no habrá ninguna picadura de araña de por medio. Después de la inesperada muerte de su madre, Dave siente una gran confusión y conjunto de emociones encontradas, hasta que de la noche a la mañana desea combatir al mal. Y lo hará de la forma más patética, ridícula, border y suicida posible, usando una especie de traje verde para patinar, máscara y un delirio de ninja, bajo el nombre de “Kick-Ass”.

Junto a Chris d’Amico (Christopher Mintz-Plasse), el hijo adolescente de un capo de la mafia (Mark Strong), que se siente como cero a la izquierda en la banda de gángsters de su padre, uno pensaría que los tres chicos formarán el típico equipo de antihéroes que luchará contra el mal. Nada más lejos de la realidad. Hit-Girl, es quizás el personaje más fascinante desde que la vemos por primera vez, siendo entrenada por su no menos enigmático padre (Nicolas Cage, genial en una de sus raras actuaciones antológicas), fungiendo como blanco mientras éste le dispara. La precoz niña es una experta en artes marciales y una verdadera máquina de matar. Bajo la identidad de “Big Daddy”, padre e hija formarán un “dúo dinámico”, el primero vestido como uno de los personajes de Watchmen. Juntos rozan lo insano, pero al final revelarán un lado conmovedor irónico, en su relación padre e hija.

La estrategia de Vaughn es hacer una original mezcla de cine de gángsters (esa familia como inspirada en Los Soprano), con una historia de nerds aficionados a los cómics, dándole además la vuelta a las historias de superhéroes. El resultado es una lograda comedia que no me ha dejado un sólo momento sin reír, viendo los delirios extremos de Dave y cómo se convierte en un “vigilante”, en un superhéroe de las masas y los medios de comunicación. Aunque la suya será una muy dolorosa realidad.

++Lo mejor: Hit-Girl, en su mezcla de inocencia, fortaleza y agilidad física. Su humor negro sin concesiones de ningún tipo frente al espectador.
++Lo peor: Que no sea comprendida como lo que es, una parodia.

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