martes, 16 de noviembre de 2021

REMINISCENCE

Thandiwe Newton y Hugh Jackman.
 

El escenario, es una muy inundada ciudad de Miami, en un futuro tal vez no muy lejano. Antes de que casi todo quedara cubierto con agua, hubo también una gran guerra. Reminiscencia tiene un tema interesante, la memoria, cuyo desarrollo no tiene mucho de original que digamos. Lisa Joy, su directora y guionista, toma prestado de muchas partes, por ejemplo, un poco de Total Recall, y algo de Eternal Sunshine of the Spotless Mind. Además, a la receta agrega dos cucharadas de Inception y Minority Report. La película trae de vuelta a la pantalla a Hugh Jackman y a Rebeca Ferguson, luego de trabajar juntos en The Greatest Showman. 
 
Casi haciendo malabares narrativos, Lisa Joy logra mantener en equilibrio el número, con resultados aceptables pero con ciertas reservas. No es de extrañar que, hablando de ejercicios narrativos, la película recuerde a Christopher Nolan. Aventuro una hipótesis aquí, pero es posible que Jonathan Nolan, esposo de Joy, haya aportado una que otra idea al guión. Lo cierto, es que para haber intentado explorar el complejo tema de los recuerdos y la memoria, la realizadora consigue hacerlo de una forma entretenida. Nick Bannister (Jackman), un veterano de la "gran guerra", se encuentra explotando una tecnología que permite a las personas que lleguen a su negocio explorar sus memorias, en vivo y a todo color. Luego de poner en trance a las personas en un contenedor de agua, Nick y su colega, Emily (Thandiwe Newton, en una buena actuación) pueden acceder a sus cerebros, para así abrir el bául de sus recuerdos y visualizarlos en la forma de hologramas. 
 
¿Cómo y quién desarrolló esta tecnologia? No se explica ni aclara, por lo que no nos queda mas que asumir que ha sido el mismo Nick el que la ha creado. Su obscuro y melancólico mundo se iluminará, cuando al negocio llegue una muy atractiva cantante de jazz, Mae (Rebeca Ferguson), para hacer uso del servicio y así le puedan ayudar a encontrar sus llaves (es en serio), urgando un poco en su memoria de horas atrás. 
 
Está de más decir que Nick quedará prendado de inmediato de su muy joven clienta,      por lo que deseará saber más quién es esta misteriosa mujer, poco a poco involucrándose en una historia que incluye,  además de romance, traficantes de drogas, violencia, secuestros, etc. Tenemos así una clásica historia de  film noir, con femme fatale incluída, y Nick convertido sin querer en un detective como sacado de una    novela hard boiled. La mayor interrogante, será siempre saber quién es realmente Mae, y por qué ha desaparecido.
 
Hay una subtrama estorbosa, que involucra una disputa por una herencia millonaria, teniendo en medio a una familia de origen latino. La actuación de Marina de Tavira no pasa de ser una pequeña aparición, sin ser muy relevante su personaje de mujer alcohólica y afectada de la memoria, una viuda que actúa extraño y en un permanente estado de embriaguez. 
 
Al final, Reminiscencia no está a la altura de las peliculas arriba mencionadas, y aunque sale más o menos bien librada del ejercicio narrativo que pone en juego, mucho le hubiera ayudado a la historia no recurrir tanto a la narración en off de Jackman, diciendo líneas poéticas sobre el tiempo y la memoria. Joy incluso recurre a usar en algún momento la idea del sueño dentro del sueño, y éste a su vez dentro de otro sueño, como en Inception, de forma cautelosa y sin mucho riesgo. Y ése es el gran problema, en donde, si bien la película es un simple entretenimiento de fin de semana, no se arriesga más, ni tiene tantas pretenciones como lo aparentaba al inicio.
⭐⭐⭐
Disponible en #HBOMAX y a la renta.

THE SUICIDE SQUAD

MISIÓN SUICIDA. Nuevo escuadrón, nueva misión... mejor película.
 


Suicide Squad (2016) tenía todo para ser una película dominguera pasable. Pero falló, principalmente, por la gran expectativa creada por ver a un nuevo Joker, interpretado por Jared Leto. Al menos para mí, fue decepcionante. Verlo te hacía preguntarte ¿Ese es el Guasón? Su cambio de imagen fue demasiado radical. Además, el escuadrón del título, encabezado por Will Smith, tenía una química que no cuajó del todo. Quien se llevó la película, fue Margot Robbie como Harley Quinn, y no es de extrañar que sea uno de los pocos personajes de vuelta en The Suicide Squad, la muy superior secuela.
 
Los productores, de último momento, tuvieron el acierto de poner en la dirección a James Gunn, realizador responsable de los filmes de Guardians of the Galaxy (atención al cameo extendido de Michael Rooker). Sólo Gunn sabe cómo extraer química dentro de un equipo de villanos, reclutados por el gobierno para llevar a cabo una misión secreta. Una química extraña, pero conseguida, y sin mucho esfuerzo.
 
¿El secreto? Hacer que te importen cada uno de ellos, incluso uno que tiene el poder de lanzar una especie de círculos de colores de su traje y usarlos como armas, o una chica con el don de comunicarse con las ratas, o un hombre tiburón, King Shark (voz de Sylvester Stallone), con una inteligencia muy primitiva y apetito voraz. El líder del grupo es ahora Bloodsport (Idris Elba), quien será forzado a aceptar una misión impuesta por la jefa de la CIA, Amanda Waller (Viola Davis, de vuelta), bajo amenaza de que la hija de aquel sufrirá las consecuencias de negarse a hacerlo. La misión: llegar a un ficticio país latinoamericano, para derrocar a su dictador (Juan Diego Botto). 
 
La razón, es la sospecha de que este dictador se encuentra desarrollando un arma secreta, en la cual se encuentra trabajando un científico loco (Peter "Doctor Who" Capaldi), que podría ser usada para atacar a E.U. Sin duda, lo mejor del filme son las mesuradas dosis de humor negro que Gunn inyecta a la trama (basada en los cómics de la DC). Desde el inicio, en ese desembarco del equipo en las costas latinoamericanas al estilo "Salvar al Soldado Ryan", la historia empieza a lucir, en todas sus situaciones y contratiempos, un humor negro sumamente logrado (como los que tendrá un hombre zarigüeya, quien no tenía previsto el hecho de que tendría que nadar).
 
Harley Quinn no se roba el filme precisamente, pero es innegable que vuelve a tener un peso considerable en la historia, justo cuando el dictador le ponga los ojos encima. Al equipo vuelve también Rick Flag (Joel Kinnaman), mientras que un nuevo miembro es Peacemaker, interpretado por John Cena, bien en su papel al poner tensión a la camaradería entre ambos. 
 
Aunque a la historia le tome algo de tiempo despegar en el primer acto, ésta se pone poco a poco interesante cuando se cruce en el camino del escuadrón un grupo guerrillero en la selva, con una líder llena de furia interpretada por Alice Braga, con la posibilidad de que unan fuerzas.
 
Es justo en la segunda mitad, cuando la dirección de James Gunn es más notoria, tomando la trama caminos más delirantes y alucinantes. El director sabe encontrar un muy buen balance entre una tradicional película de antihéroes, y una en donde caben incluso pinceladas surreales. Cuando al final la película se convierta en una especie de cruza entre una monster movie con una película de zombies, la fórmula funciona sin dificultades, con un peculiar delirio visual colándose en varias escenas. El resultado es tremendamente entretenido, y lo mejor es que no hubo necesidad de poner en escena a un Guasón neo-punk.
⭐️⭐️⭐️1/2
Disponible a la renta y en #HBOMAX

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