martes, 5 de marzo de 2019

COLD WAR

Joanna Kulig y Tomasz Kotz.
Algo que juega en contra de un filme como Cold War, es que, a pesar de haber sido bellamente fotografiada en un contrastado blanco y negro, su historia de amor ambientada en la Guerra Fría, irónicamente, termina siendo demasiado fría. Sus personajes, son dos artistas talentosos, cuyas carreras son amenazadas por la pasión que los ciega, y que los lleva a cometer actos irracionales.
Dirigida por el realizador polaco Pawel Pawlikowski (su primer película en 5 años, después de haber dirigido la mucho mejor "Ida", también rodada en blanco y negro), Cold War es, sin duda, un deleite para los sentidos, ya que no nada más tiene una magnífica dirección de fotografía por Lukasz Zal (también el director de fotografía en "Ida", por cierto), sino que también está excelentemente musicalizada. Su banda sonora incluye desde música tradicional polaca, hasta jazz. El problema del filme, es lo decepcionante de su trama.
La historia no es nada que no hayamos visto antes, y contado mucho mejor. A finales de los 1940s, Wiktor (Tomasz Kotz), un pianista y director, inicia un proyecto folklórico-coral, junto a una colaboradora (personaje desperdiciado, ya que más adelante desaparece de la trama). La idea detrás del proyecto, es seleccionar únicamente gente del campo, con talento para cantar y bailar. Entre los candidatos, estará Zula (Joanna Kulig), una bella cantante, de la cual Wiktor termina cautivado, no únicamente por su belleza, sino por su energía y carácter. Por supuesto, Zula será seleccionada, quien además tiene un pasado obscuro y turbio, debido a que fue encarcelada al tratar de asesinar a su padre.
Después de cierto éxito, el proyecto empieza a tomar tintes políticos, y a desviarse de su objetivo original, debido al régimen comunista a inicios de los 1950s. El filme dura apenas hora y media. Lo primero que impresiona, es la manera en que Pawlikowski y su editor, Jaroslaw Kaminski, condensaron la historia. Aunque en sí es algo de admirarse la agilidad en la narración durante la primera mitad, con elipsis enormes, desafortunadamente, dentro de este ejercico de edición terminan quedando agujeros narrativos. La experiencia termina siendo frustrante, debido a las lagunas en la trama, y lo poco satisfactoria que acaba siendo la segunda mitad.
Si bien la conclusión ocurre con una bella escena, que tiene lugar en un cruce de caminos en medio del campo, la situación es demasiado apresurada. Te hace torcer la cabeza hacia un lado, tronar ligeramente dientes, y preguntarte "bueno, sí,... pero espera, ¿por qué? ¿qué pasó entre el último evento y ésta decisión? 
⭐️⭐️1/2

ALITA: BATTLE ANGEL

Rosa Salazar como "Alita".
Adaptación de un cómic manga creado por Yukito Kishiro, Alita: Battle Angel, es la más reciente aventura cinematográfica del realizador Robert Rodríguez, siempre tentado a llevar a la pantalla sus propias interpretaciones de novelas gráficas (Sin City). Si algo demuestra Alita, es lo revolucionario que Rodríguez es en el campo de los efectos especiales. Si por algo vale la pena ver en pantalla grande Battle Angel, es, precisamente, por toda esa parafernalia visual que imprime a sus películas. Con todo y que sus dos filmes de Sin City me parecen visualmente más interesantes, Alita termina siendo espectacular. Sin embargo, la cosa cambia un poco en cuanto a su historia y personajes se refiere.
James Cameron (quien aquí funge como guionista, junto a Laeta Kalogridis) quiso dirigir hace años este proyecto, aunque prefirió dedicarse a materializar Avatar. Battle Angel, no es precisamente el derroche de originalidad que uno esperaría. En resumen, es la historia de Pinocho re-re-re-trabajada por enésima vez (y hay algunos que incluyen a la Sirenita en la ecuación), ambientada en el siglo 26, 300 años después de la "Gran Caída" (o una "gran guerra"). Christoph Waltz, encarna a un doctor experto en tecnología robótica, el cual reconstruye lo que queda de una chica cyborg que encuentra en un basurero, a donde cae la chatarra de una ciudad flotante, más avanzada y civilizada. Luego de adaptarle brazos y piernas diseñadas por él, el doctor bautiza su creación como Alita (Rosa Salazar, en una actuación basada en motion capture), con ojos enormes, como si de algún retrato pintado por Margaret Keane se tratará.
Con el tiempo, Alita prueba ser un espíritu inquieto, y en su curiosidad por conocer el mundo exterior junto a un chico, Hugo (Keean Johnson), descubrirá que su memoria guarda fragmentos de recuerdos de su pasado, que la llevan a desear saber más sobre quién es realmente; sobre sus orígenes, y del por qué posee una fuerza sobrehumana, y habilidades de una guerrera. Mahershala Ali (a quien podemos ver también en Green Book actualmente) no ofrece la gran actuación de otras ocaciones, pero sin duda, en su papel de mafioso dedicado a dirigir una red de cyborgs caza recompensas, y competidores en unas carreras en patines a muerte (uno de los platos fuertes de la película, que tienen lugar en pistas y toboganes), tiene una presencia imponente. Jennifer Connelly interpreta a su brazo derecho, y ambos afortunadamente sobrepasan el simple papel de secundarios de relleno, con un par de sorpresas y vueltas de tuerca al final.
Parece que Rodríguez concibió el diseño de producción para llamar la atención del público mexicano, el cual está salpicado de referencias relacionadas con México, como ver que uno de los caza recompensas tiene en su espalda el calendario azteca grabado, o también ver una iglesia que recuerda alguna catedral colonial, o ese juego callejero en patines, que recuerda al juego de pelota de los mayas.
A pesar de no sentirse muy original, de que termina siendo un pastiche de otros tantos filmes de ciencia ficción, y relatos sobre inteligencia artificial, que afrontan el tema de robots capaces de experimentar sentimientos, emociones, y de pensar (RoboCop, Blade Runner, A.I., Ready Player One, etc.), Battle Angel es un excelente entretenimiento de fin de semana, sin llegar a ser tan trascendente como aquellos ejemplos. Es la mejor opción, si lo que se busca es pasar un par de horas entretenidas en el cine, con un filme pleno de buenas peleas, y espectaculares efectos especiales. 
⭐️⭐️⭐️

BARRAGE



Isabelle Huppert y Themis Pauwels.
Tour de force actoral entre la gran Isabelle Huppert, y su hija, Lolita Chammah. Una historia sencilla, sobre el reencuentro entre una abuela (Huppert), una madre (Chammah) y su hija (Themis Pauwels), que sobresale por su atinada manera de observar comportamientos y emociones, sin caer en excesos melodramáticos. 
⭐️⭐️⭐️1/2

GREEN BOOK

Viggo Mortensen y Mahershala Ali. 
Increíble, pero cierto. Peter Farrelly, quien junto a su hermano Bobby, ha dirigido comedias de humor insano y algo subido de tono (There's Something About Mary, Dumb and Dumber), es el director de Green Book. El filme está basado en la historia real de Tony Vallelonga (Viggo Mortensen, extraordinario, y con algunos kilos encima), un padre de familia italo-americano, luchando por sobrevivir. De ser "valet" en un centro nocturno, Tony terminará siendo el chofer de un virtuoso pianista negro, Don el "Doctor" Shirley (Mahershala Ali, magnífico como en Moonlight. Ya podemos verlo con el Oscar en la mano desde ahora).
Sin necesidad de ser tan literal o explícito, sabemos desde el inicio que Tony es un racista. Luego de que unos plomeros "de color" toman limonada, que su esposa (Linda Cardellini) les ofrece al terminar un trabajo, Tony tira los vasos a la basura. Es 1962, en plena segregación racial. Sin embargo, Tony tiene dos opciones: regresar a conducir camiones de basura, o tomar el trabajo de chofer para el excéntrico pianista Don. La decisión no será fácil. El trabajo no nada más implica conducir un flamante Cadillac azul, durante una gira del pianista por 2 meses, sino además ser su asistente personal. Tony siente que es un trabajo más de sirviente, que otra cosa. Pero la paga es buena, y se acerca Navidad.
El guión (escrito por el mismo Farrelly, Brian Hayes, y Nick Vallelonga, el cual actúa también en la película, y es hijo en la vida real de Tony) pone, estratégicamente, a dos seres diametralmente opuestos a prueba. Su viaje será uno de autodescubrimiento, por terrrenos complicados y hostiles, es decir, los estados racistas del "Sur Profundo". Tony tendrá a su disposición el "Libro Verde" del título, una guía para que "el viajero 'de color' viaje sin conflictos" por el sur.
Tenemos una disfrutable y entretenida road movie, con los dos protagonistas embarcados en una travesía, de la cual ambos saldrán emocional afectados, y digamos, "ilustrados". Tony, sin mucha educación (esas cartas que escribe a su esposa), malhablado, vulgar, parlanchín, pero con carisma de sobra (como breviario cultural, en vida también actuó un poco, y participó en "Los Soprano"); y Don, refinado, pero estirado, silencioso, correcto, disciplinado, y con una casi total ignorancia de sus propias raíces. Siendo músico, el "doc" desconoce la música moderna de Little Richard, Aretha Franklin, y Chuck Berry. ¡Vamos, es tu propia gente!, le dice un sorprendido Tony.
Sería injusto calificar Green Book de ser una simple "versión nueva de El Chofer y la Señora Daisy (1989), con los papeles invertidos". Tal vez haya similitudes entre ambas. Pero gracias a las grandes actuaciones de Mahershala Ali y Viggo Mortensen (su acento italiano es excelente), quien se acaba robando la película por su naturalidad, y por haber sabido imprimirle a Tony una gran dicharachería, Green Book acaba teniendo personalidad propia, y memorabilidad.
Es verdad, tal vez sea de esas historias "para sentirte bien", construidas y concebidas con instructivo en mano, de las cuales puedes predecir para dónde van, y cómo acabaran. Pero, qué importa. La película de Farrelly, no nada más es un filme gracioso, para pasártela bien; sino que es también profundo e inteligente, toca temas de mucho peso, y está extraordinariamente escrito. Esperemos que Farrelly siga por este camino.
⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

NAIVE NEW BEATERS: WORDS HURT

Los videos musicales interactivos ya son una realidad. "Words Hurt" (canción de los para mí desconocidos "Naive New Beaters") sigue la tendencia de las películas interactivas (como "Wei or Die", de Simon Bouisson, o "Black Mirror: Bandersnatch", recientemente), en donde el espectador toma las decisiones del protagonista; escribiendo y/o reescribiendo la trama, extiendo su narrativa tanto como se quiera. El video es divertido, loco, con buen humor, y mucha irreverencia, aunque cuidado, la canción se quedará incrustada en tu cabeza, "en constante rotación", días después de verlo. ⭐️⭐️1/2

lunes, 4 de marzo de 2019

THE FAVOURITE

Emma Stone y Olivia Colman.
La reina Ana, tal vez sea la menos popular soberana en la historia del Reino Unido, al menos en cine. Otras reinas, como Isabel I, Victoria, o incluso más recientemente, la reina Isabel II, han gozado de más atención por parte de realizadores. Ana ha pasado tan desapercibida en cine, como lo fue su fugaz y corto reinado, de 1702 a 1707. Yorgos Lanthimos, el director griego detrás de rarezas y extravagancias como The Lobster, convierte a Ana en La Favorita en un digno objeto de estudio. Gracias a la magistral actuación de Olivia Colman (nominada al Oscar a Mejor Actriz este año), la reina Ana es un personaje complejo y desconcertante; por instantes patética, pero por la cual es posible sentir también lástima (tuvo 17 embarazos fallidos, y sus hijos sobrevivientes murieron a corta edad) y algo de simpatía (su extraña obsesión por los conejos). Para Lanthimos, Ana termina siendo un personaje tragicómico.
La actuación de Colman merece todavía más mérito, ya que el 50 por ciento del tiempo está en una silla de ruedas, o postrada en su cama, apenas y dando unos pasos (debido a la gota que sufrió la reina). Cosa que no importa mucho. Su trabajo en el filme es capaz de dejarte sin palabras, al expresar una marea de estados emocionales, casi sin moverse.
Junto a Olivia Colman, Rachel Weisz (ambas trabajaron en The Lobster, de hecho), y Emma Stone, ofrecen igualmente actuaciones portentosas. Weisz es Lady Sarah, amiga íntima (en más de un sentido) de la reina, así como su brazo derecho en el gobierno. No hay decisión política importante que Ana no tome sin la aprobación de Sarah. Entra a escena Abigail (Stone), prima de Sarah, la cual llega al palacio a trabajar en la servidumbre. Sarah verá su posición amenazada, cuando Abigail, poco a poco y muy hábilmente, empiece a escalar de posición.
El momento político no podría ser peor. Inglaterra se encuentra en guerra con Francia, y las dos fuerzas políticas, los Tories y los Whigs, están en disputa; los primeros para que se incrementen los impuestos para fortalecer la guerra, mientras que los Whigs tratan de influir en la reina para que entre en negociación, y así impedir que la guerra crezca. Nicholas Hault (X-Men, Mad Max) está sorprendente como Harley, líder de los Tories, quien, como una especie de Vizconde de Valmont de "Relaciones Peligrosas", tratará de aliarse con Abigail para ayudarse mutuamente en sus propósitos.
En comparación con The Lobster, La Favorita es un filme más accesible, menos "obscuro" y extraño, aunque no por ello está exento de momentos algo bizarros. No únicamente La Favorita es un gran tour de force de tres grandes actrices, sino también un filme en donde no hay una sola nota falsa. Sus actuaciones y dirección son extraordinarios, al igual que su dirección de fotografía, diseño de vestuario, y su barroca banda sonora. Lanthimos consigue una película que se siente en perfecto balance, y que recuerda filmes como Barry Lyndon (1975), en especial, por su tratamiento visual, aunque también por su bien tramada historia de intriga política. No es del todo precipitado calificar la película de Lanthimos como una versión femenina de The Madness of King George (1994). Anne no termina siendo un "caso clínico" de locura, pero se siente muy cercano a ello en ciertas escenas, algunas con un humor casi "montypithonesco". ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️

GASPARD AT THE WEDDING


Lo interesante del filme, es que Laetitia Dosch, la pellirroja protagonista, contra todo lo esperado, termina siendo el personaje más "normal", en este melodrama familiar fuera de lo convencional, poblado de personajes excéntricos y extraños. Cercana a las historias de filmes de Wes Anderson, "Gaspard" acaba siendo disfrutable, a pesar de que su guión divague en algunos momentos. ⭐️⭐️⭐️1/2

FAUVE

Nominado este año al Oscar a "Mejor Cortometraje" (ganador en Sundance del "Premio Especial del Jurado"), la película es el doloroso y, al mismo tiempo, conmovedor relato de una inesperada tragedia, una que además termina siendo estremecedora, casi ridícula por la manera en que tiene lugar, al no haberse visto antes en una historia protagonizada por dos niños. Dirigida por Jeremy Comte, la narración es de una gran sutileza, mientras que los dos chicos ofrecen magníficas actuaciones. ⭐️⭐️⭐️⭐️

ANGEL FACE


Marion Cotillard, como siempre, está magnífica, en su papel de madre alcohólica e irresponsable, en una historia que no deja de hacerte sentir impotente todo el tiempo. Está lejos de estar al mismo nivel de "Los 400 Golpes" (de donde se nota inspirada), ya que su guión no se sostiene mucho. Sin embargo, lo estupendo del asunto es que estamos involucrados con Elli (Ayline Aksoy-Etaix), la pequeña protagonista, y su problemática hasta el final. ⭐️⭐️⭐️1/2

AT ETERNITY'S GATE

Willem Dafoe. 
Tarde o temprano sucederían dos cosas: que el pintor y realizador Julian Schnabel (director de la fantástica The Diving Bell and the Butterfly) tomara la decisión de dirigir una película sobre el genio de la pintura post-impresionista, Vincent Van Gogh (ya había dirigido antes la biopic de otro grande de la pintura, Basquiat); y la otra, que el gran Willem Dafoe lo interpretara. Nunca había imaginado a Willem Dafoe interpretando al atormentado pintor holandés. No sólo el parecido físico es impresionante, sino que su actuación es fenomenal. Es cierto, tal vez Dafoe sea más viejo que Van Gogh en el periodo tratado en el filme, su estancia en el pueblito francés de Arles, hasta su muerte, a los 37 años de edad. Qué importa, cuando su rostro sinuoso y enigmático, lleno de recovecos, y erosionado por su interpretación de personajes excéntricos e inclasificables, mantiene tu mirada fija en la pantalla con cada close-up. Como en la escena durante su plática con un sacerdote (Mads Mikkelsen), cuando éste le dice que uno de sus cuadros es "feo, horrendo", a lo que el pintor le contesta, con una mirada azul, fija y perdida, "Pinto las cosas tal y como las veo, es el don que Dios me dio".
Si algo siempre ha fascinado en la vida de Van Gogh, al menos en cine, es su relación de amor-odio con su colega y gran amigo, Paul Gauguin (Oscar Isaacs), y aquí no podía ser la excepción. Aunque Schnabel no muestra su amistad como esa bomba de tiempo a punto de explotar que sí se muestra en Lust for Life (con Kirk Douglas como Van Gogh, Anthony Quinn como Gauguin), sí muestra otro lado, no por ello menos interesante, el de una total codependencia que Van Gogh tenía por Gauguin. Aquí vemos sus clásicas pláticas, donde Vincent trata de convencerlo de que sus ideas y teorías sobre la pintura son válidas (esto mientras orinan tranquilamente, mientras observan un bello paisaje), al igual de convencerlo de que permaneciera en Arles y no se fuera a París. Es donde se muestra la fragilidad mental de Van Gogh, siempre al borde de la locura y del quebranto emocional, inseguro al no saber si era un buen pintor, cosa que Schnabel refleja magníficamente. En lo visual, lo hace con esos desenfoques en ciertas partes de la imagen, al estilo de The Diving Bell and the Butterfly (muy buena dirección fotográfica de Benôit DelHomme).
La película también se centra en la relación de Van Gogh con su hermano Theo (Rupert Friend), la cual termina siendo conmovedora, gracias a la decisión de Schnabel de enfocarse más en la cercanía física entre los dos, que en escritos y cartas. Todo el tema del filme queda resumido en esa escena en donde Vincent le pregunta a su hermano, "Theo ¿crees que soy un buen pintor?". Dafoe (nominado al Oscar a Mejor Actor este año) se enfunda completamente en el papel, tanto, que hasta él mismo se involucró en la realización de las reproducciones de los cuadros vistos en el filme. Más que una biopic convencional, es un gran estudio de personaje el que ofrece. 
⭐️⭐️⭐️⭐️

ME ESTÁS MATANDO SUSANA


Me estás matando... de tedio. 

¿Cómo es que esta tediosa película fue nominada en 2017 al Ariel a "Mejor Película"? ¿Cómo es que su actor, Gael García Bernal, fue nominado al Ariel a "Mejor Actor"? La respuesta: la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas gusta de nominar cualquier basura que caiga en sus manos, o más bien, lo que haya disponible. Esta película no es mas que una superficial historia de amor, con diálogos y actuaciones pobres, incluyendo un mensaje bastante distorsionado y retrógrado sobre las relaciones, es decir, el papel sumiso de la mujer frente al marido infiel y borracho (el final es terrible). Y Gael lo único que hace es encarnar su típico papel de "charolastra", que ya hasta con los ojos cerrados lo puede hacer. Repito, verdadera basura pseudo romántica, sobre "lo irracional y loco" que puede ser el amor (🤮) Te "matará", pero de tedio. 1/2

ESCAPING THE MADHOUSE: THE NELLIE BLY STORY

Christina Ricci y Josh Bowman. 
En 1887, la periodista Nellie Bly tomó la misión de hacer públicos los abusos cometidos, maltratos, y deplorables condiciones en el "Asilo para Mujeres Lunáticas" en la Isla Blackwell, para el New York World (dirigdo por Joseph Pulitzer). Para ello, Bly decidió fingir locura e internarse encubierta en el asilo. Christina Ricci ofrece una muy buena actuación interpretando a Nellie Bly, la cual llega al lugar amnésica, y sin recordar nada de su misión periodística.
Si bien en este telefilme (dirigido por Karen Moncrieff), Bly no se muestra en un estado precisamente de locura, sí luce vulnerable e impotente ante lo que presenció, pero siempre tratando de mantenerse inquebrantable dentro del ambiente sofocante del lugar. El asilo es dirigido por la tiránica mano de la matrona Grady (Judith Light, escalofriante y genial). La narración, logra construir un buen suspenso, que nos irá descubriendo cómo es que Bly llegó en ese estado, y si podrá escapar de lo que terminará siendo una prisión, con todo y tener el apoyo de un psiquiatra británico (Josh Bowman).
Algo es seguro: Nellie Bly acabará convirtiéndose en pionera del "periodismo de investigación" (bien pudo haber ganado el "Premio Pulitzer", de no haber sido este su jefe), y que su reportaje sobre el asilo fue publicado en el libro "Ten Days in a Mad-House". Como breviario cultural, Bly es famosa por haber denunciado también, durante su labor de reportera en México, en 1885, el régimen dictatorial de Porfirio Díaz, a quien calificó como un "zar tiránico". 
⭐️⭐️⭐️1/2

LET THE GIRLS PLAY



Se aprecian las intenciones de hacer una película, con mensaje feminista, sobre el surgimiento del primer equipo femenil de fútbol de Francia (en 1969), pero a esta aguada historia futbolera le falta todo: juegos emocionantes, un mejor guión, y especialmente, que nos creamos lo que está pasando. Max Boulil como coach y, además, "casanova" ¿en serio?. Creo que es más creíble Adam Sandler como esposo de Drew Barrymore, o novio de Jennifer Aniston. ⭐️⭐️

GLASS

Samuel L. Jackson, JamesMcAvoy y Bruce Willis.
El mejor pretexto que pudo encontrar M. Night Shyamalan para regresar a su universo creado en Unbreakable (2000), fue incluir a Kevin Crumb (el camaleónico James McAvoy, estupendo), el personaje de Split, también dirigida por Shyamalan. Esa impresión queda después de ver Glass, secuela que trae de vuelta a Bruce Willis y Samuel L. Jackson, interpretando al indestructible David Dunn, y al, por el contrario, frágil y físicamente quebrantable, Elijah Price Glass, sus respectivos personajes de Unbreakable. La verdad, ha pasado tanto tiempo, que muchos quizás tengamos que revisar nuevamente el primer filme, a casi 20 años de su estreno. Si no necesario para disfrutar Glass, verla de nuevo ampliará -y mejorará- la experiencia. En Glass, de todas formas, vemos una recapitulación pequeña de lo que es realmente la primer película: la sorprendente historia de David Dunn, el único sobreviviente de un aparatoso accidente en un tren, debido a que es indestructible y posee fuerza sobrehumana.
Unbreakable no es una película de superhéroes, ni lo es ahora Glass, aunque están muy cercanas a dicho género. Shyamalan tomó prestado un poco del universo de los cómics para crear esta historia, más cercana a los relatos de antihéroes de las novelas gráficas, sobre vigilantes nocturnos, héroes anónimos que se dedican a hacer justicia por su propia cuenta. Desafortunadamente, en Glass el factor sorpresa de Unbreakable está ausente. Sin embargo, no deja de tener cierta fascinación el saber qué ha sucedido con David y Elijah. El primero, el dueño de una tienda de tecnología de seguridad junto a su ya adulto hijo (Spencer Treat Clark, de vuelta), quienes forman una dupla para combatir el mal (o más bien, maleantes que se dedican a quebrantar la ley). Mientras, Elijah Glass, vive encerrado en un sanatorio, confinado a una silla de ruedas, con el peligro de que cualquier movimiento, el más mínimo, fracture sus huesos.
David y Spencer se adjudicarán la misión de rastrear y encontrar a Kevin Crumb, quien sufre de un severo desorden de personalidad múltiple, y que se ha dedicado a secuestrar chicas. La película verdaderamente comienza, cuando, luego de una serie de circunstancias, los tres personajes acaban reunidos en el sanatorio, bajo la supervisión de una psiquiatra (Sarah Paulson), la cual hará de Kevin su objeto de estudio. El problema, es que buena parte de la segunda mitad, es ver a los tres personajes en sesiones y pláticas con Sarah Paulson. La mayoría de las escenas son más un vehículo de lucimiento para la versatilidad de un actor del calibre de James McAvoy, el cual se roba la película, que algo realmente interesante. Ver a McAvoy cambiar, en un abrir y cerrar de ojos, de una personalidad a otra, es un verdadero espectáculo. "La Bestia", uno de sus alter-egos, es un musculoso tipo, capaz de escalar paredes y caminar sobre el techo.
Samuel L. Jackson y Bruce Willis acaban palideciendo frente a McAvoy, aunque no por eso dejan de tener lo suyo en el filme; un brillo trágico y algunas sorpresas bajo la manga. Contrario a los superhéroes, ellos están dentro de un plano más humano y terrenal, con vulnerabilidades y puntos débiles. Para el tercer acto, los dos acaban resucitando como personajes. Si bien, esta parte del filme tiene sus lagunas, baches, cosas ridículas (esas escenas en los restaurantes, que tienen que ver con una secta), es la más rescatable, en donde habrá revelaciones, y puntos que se conectan con otros. Si Shyamalan ha dejado de sorprender desde hace mucho tiempo con sus películas, Glass acaba siendo una curiosidad que, con la actitud requerida, se termina disfrutando. ⭐️⭐️⭐️

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