sábado, 11 de julio de 2009

SABIAS QUE...

"Dullea, procura no maltratar mucho el traje, lo necesitaré el próximo año para un proyecto 'ultrasecreto'. ¡¡¡Mierda, le ha caído ceniza!!!"







A unos días de cumplirse 40 años de la llegada del hombre a la Luna, el 20 de julio de 1969, existe una conocida teoría de que todo fue un fraude, y que el alunizaje del Apollo 11 nunca ocurrió. Se dice que Stanley Kubrick filmó las famosas escenas de Neil Amstrong caminando en suelo lunar, utilizando los escenarios de su película 2001: A Space Odyssey (1968). Hay muchas razones que no hacen que parezca tan descabellada esta teoría, al surgir la pregunta: ¿por qué el hombre no ha regresado a la Luna desde aquel año, o hecho el intento por establecer una base lunar? Aquí van otras más, enfocadas a aspectos técnicos y científicos:

- Las cámaras que supuestamente se usaron para esas tomas eran de poca calidad, y no hubiera sido posible que funcionaran adecuadamente en el espacio.
- Años después, la NASA prestó a Kubrick unos lentes y cámaras sumamente costosos para la filmación de Barry Lyndon (1975). ¿Será que se sentían en deuda con él de alguna forma?
- Se notan incongruencias entre las luces y sombras de algunas fotografías de los astronautas en la Luna, así como en los efectos de la gravedad que se notan en las tomas.
- La ausencia de estrellas en el fondo.
- El extraño comportamiento de los astronautas durante y después del aterrizaje, así como al regresar a la Tierra.
- El hecho de que cualquier persona que viaje a través de los cinturones de radiación Van Allen que rodean a la Tierra, con seguridad hubiera muerto, debido a la poca protección que ofrecen los trajes espaciales.
- Nixon estaba tan paranoico al respecto, que supuestamente ordenó la "desaparición" de todos los agentes de la CIA que estuvieron involucrados en la filmación de las "falsas" escenas.

+Más detalles sobre esta historia, incluyendo entrevistas con la esposa de Kubrick, pueden verse en el documental Opération lune (2002), también titulada "Dark side of the Moon".

La película Ghost Busters (1985), estuvo inspirada en una serie animada del mismo nombre, producida en 1975, donde dos tipos, acompañados de un gorila llamado Tracy, se dedicaban a cazar espectros.

El cómic donde Superman apareció por primera vez, fue vendido por 10 centavos en abril de 1938. El 13 de marzo del 2009, poco más de 70 años después, este cómic fue vendido en subasta en $317,200 dólares.

En su primera época, la voz del famoso Tony the Tiger del cereal azucarado, fue hecha por el actor Thurl Ravenscroft. A pesar de haber participado en famosos filmes animados de la Disney, como Cinderella y The Jungle Book, Ravenscroft nunca apareció en los créditos.

El actor Ian Holm, que interpretó al hobbit Bilbo Baggins en la trilogía de The Lord of the Rings, dio voz a Frodo Baggins, pariente de Bilbo, en una famosa dramatización de radio de la historia escrita por J.R.R. Tolkien, realizada por la BBC en 1981. Por cierto, en español el apellido de ambos personajes es "Bolsón".

viernes, 10 de julio de 2009

EL CARTEL...CLÁSICO.

La idea de una cabeza fragmentada, que simboliza el quebrantamiento emocional de su personaje principal, en el cartel de Beyond a Reasonable Doubt (1956).


Con el estreno esta semana de Beyond a reasonable doubt, remake de la última película de Fritz Lang dirigida en E.U., que mejor oportunidad para hacer una revisión del cartel realizado en 1956.

Se produjeron varios carteles (que también rescataremos aquí), que tienen en común el tema visual: la fragmentación de su elemento principal, es decir, el retrato del actor Dana Andrews. Incluso, hay otro cartel donde un puzzle rodea la imagen de los dos protagonistas en la parte inferior. Lo que me gusta del cartel que he elegido (para mi gusto, el mejor de todos los demás), es la manera en que se usa el tagline para, de una forma impactante, entrar en el rostro de Andrews y fragmentarlo.


Formato horizontal, en el cual el retrato de Andrews se encuentra atravezado por letreros naranjas, y que cierra con una buena composición de información esrita en la parte inferior.


El efecto es psicológicamente inquietante. Precisamente, la palabra “murder” (asesinato) es la que entra por la parte izquierda y quiebra la cabeza, representando simbólicamente el quebrantamiento emocional-mental del personaje. La cabeza está quebrada, pero el diseñador mantuvo reconocible y unificado el rostro de Andrews.

"What kind of man would frame himself for MURDER?" (¿Qué clase de hombre se incriminaría a sí mismo por ASESINATO?) es el atractivo tagline. Aquí inicia la lectura visual del cartel, cuya parte final (MURDER) queda incrustada a la mitad de la cabeza. Luego, continua con una flecha amarilla que señala hacia los dos protagonistas, Dana Andrews y Joan Fontaine, en actitud de huir. Es un cartel que, dentro de su misma sencillez en su diseño, logra causar un poderoso efecto visual, intensificado por la limpieza del fondo blanco.



Otro cartel de formato horizontal, que simplemente consistía en una secuencia de tres imagenes, con llamativos textos que nos informan un poco sobre los personajes y la trama.


Si bien su parte inferior es su punto débil, en especial, por la imagen algo trillada de colocar a una pareja huyendo, el cartel en su conjunto funciona. Nada más en este detalle, el cartel horizontal tiene una mejor organización y composición de elementos, que también tiene el retrato pero atravezado por frases en color naranja. Vemos a los personajes huyendo, pero en la esquina inferior derecha, de menor tamaño, y en blanco y negro.

Como sea, el impacto emocional del la cabeza fragmentada en este cartel es una idea original y superior. Tiene mayor impacto para el espectador, llama su atención instantáneamente sin necesidad de tanta información escrita, como es el caso del cartel horizontal.

PARANOID PARK * * * 1/2

En Paranoid Park (2007), Gus Van Sant ofrece una especie de reflexión autobiográfica y, al mismo tiempo, uno de sus acostumbrados retratos sobre la juventud norteamericana.


La reflexión sobre la juventud estadounidense sigue siendo una de las inquietudes temáticas de Gus Van Sant en Paranoid Park (2007). En Elephant (2003), de sus más intensos filmes, tomaba como inspiración directa la masacre en la preparatoria de Columbine, ocurrida en 1999, para luego participar con su cortometraje “Le Marais” en Paris, je t’aime (2006) y, más tarde, dirigir Last Days (2005), inspirado en la figura musical de Kurt Cobain..

Paranoid Park, como ha confesado el mismo Van Sant, no es precisamente autobiográfica, sino un recopilatorio de emociones, sensaciones y confusiones de su etapa adolescente, en su ciudad natal de Louisville, Kentucky. En la página oficial de la película en MySpace, cuenta cómo hizo el casting, a través de una convocatoria publicada en internet entre los habitantes de esa ciudad.

El título del filme hace referencia a una pista de patinaje de Portland, en la que se reúnen jóvenes a realizar malabares y suertes peligrosas. Alex (el debutante Gabe Nevins) es uno de ellos, un chico solitario, callado e introvertido, que gusta de escribir un diario. A lo largo de la cinta, bellamente fotografiada por Christopher Doyle, quien captura ambientes entre preciosistas (¡Los paisajes!) y etéreos, veremos constantemente escenas de chicos patinando, filmados en ralentis que los hacen ver como ángeles volando. En algún momento escuchamos la canción “Angels” de Elliott Smith, y estos “ángeles” patinadores parecen salir de la imaginación del pensativo y soñador Alex.

Basada en la novela de Blake Nelson, la película llega tardíamente a las pantallas españolas, donde incluso ya se ha estrenado Milk, la última película del realizador. Paranoia Park es un retrato, con ciertos toques artificiosos, de la cotidianidad de un adolescente común y corriente: sus clases en la escuela, su vagar por los pasillos y calles, las sosas conversaciones con su amiga, su desencantada vida familiar, con unos padres a punto de divorciarse. Su escape emocional serán las visitas al parque.

La vida de Alex se desequilibra con la muerte accidental de un guardia en las vías del tren. Por supuesto, Alex tendrá un problema grave encima, el acontecimiento lo afectará sobremanera por dentro, aunque la mayoría del tiempo sigue con su vida normal, sin mostrar algún signo de remordimiento o algo parecido.

Paranoid Park es la película que menos me ha convencido de Van Sant a la fecha. Es verdad, la película está filmada con el gran estilo que caracteriza al realizador, demostrando un gran entendimiento con su director de fotografía, al usar de manera notable desenfoques, ralentis, extreme close-ups, etc.. Por otro lado, la banda sonora es magnífica, nostálgica y retro. En lo personal, su punto débil está en el guión, que se siente divagante y, además, deja de lado la investigación llevada a cabo por un detective de policia, sintiéndose el asunto del accidente como un simple pretexto argumental.

Lo cierto, es que la película es un ejemplo más de las reflexiones sobre la conflictiva y confusa mente de los adolescentes, tan características de Gus Van Sant. Los jóvenes en sus películas a veces son violentos (Elephant), a veces talentosos (Last Days, Finding Forrester, Good Will Hunting) y otras soñadores y sin rumbo, como el Alex de Paranoid Park.

++Lo mejor: la fuerza visual con la que están filmadas muchas escenas, en especial, las de los chicos patinando.
++Lo peor: su guión divagante.

-Apropiada para: quienes quieran ponerse al corriente con una película de Gus Van Sant, que se estrenó 2 años antes de Milk, su exitosa película nominada a varios óscares este 2009.
-Inapropiada para: aquellos que prefieran pasar por alto una película más artística y de corte independiente de Gus Van Sant.

miércoles, 8 de julio de 2009

Y...¿CÓMO LE PONEMOS?

"¡A quién le has dicho plasta niña!"





Empezamos esta semana con uno de los blockbusters veraniegos más esperados (y más largos) del verano. Se trata de la sexta película de las aventuras del ahora mago adolescente Harry Potter, titulada Harry Potter and the Half-blood prince. En España se titulará "Harry Potter y el misterio del príncipe", un título con el que pondran el grito en el cielo los más acérrimos fans de la serie de libros originales. El libro originalmente se titula en español "Harry Potter y el Príncipe Mestizo". No nada más en España se titulará así, sino en varios países de Latinoamérica, como México. Es una extraña decisión de la Warner para los países de habla hispana. ¿Habrán tenido algún problema con que en el título aparezca la palabra “mestizo”? ¿Les sonará muy “antropológico” y poco comercial?

De hecho, el titulo en español del libro me parece bastante discutible. En realidad "half-blood" sí puede significar "mestizo", pero es una palabra ofensiva, en especial, para aquellas personas que son mitad indígenas y mitad europeas. La palabra más correcta para referirse a un mestizo es "half-breed". "Half-blood" puede significar también medio hermano o media hermana. Como sea, no está mal el título de “El Misterio del Príncipe”, y quienes ya hayan leído el libro podrán decirme si este príncipe realmente es mestizo o no. Hubo algunos países que sí usaron el título del libro. A continuación, algunos ejemplos:

Harry Potter og halvblodsprinsen – Dinamarca y Noruega.
Гарри Поттер и Принц-полукровка - Rusia
Хари Потър и Нечистокръвният принц - Bulgaria
Hari Poter i polukrvni princ - Serbia
Harri Potter i napivkrovnyj prync - Ucrania
Harry Potter és a félvér herceg - Hungría
Harry Potter a Polovicný princ - Eslovaquia
Harry Potter a Princ dvojí krve – República Checa
Harry Potter e il principe mezzosangue – Italia
Harry Potter e o Enigma do Príncipe - Brasil
Harry Potter e o Príncipe Misterioso - Portugal
Harry Potter en de halfbloed prins – Holanda
Harry Potter et le prince de sang-mêlé - Bélgica
Harry Potter i ksiaze polkrwi - Polonia
Harry Potter ja puoliverinen prinssi - Finlandia
Harry Potter ja segavereline prints - Estonia
Harry Potter och halvblodsprinsen - Suecia
Harry Potter si printul semipur - Rumania
Harry Potter und der Halbblut-Prinz – Alemania
Harry Potter ve melez prens – Turquía
Harry Potter wa al-amir al-hajin – Marruecos
O Harry Potter kai o imiaimos prigips – Grecia

Seguimos con el filme que se ha quedado sin título en español, Paranoid Park, la más reciente película de Gus Van Sant. De hecho, no nada más en España se tituló así, sino también en México. El título hace referencia al parque de patinaje al que acude regularmente el protagonista. "Parque Paranoico" suena demasiado extraño en español. Tal vez haberse decantado nada más por algo como "Paranoia", hubiera sido una buena opción. En Perú se tituló "Crimen Oculto", que no me convence mucho, ya que además de sonar trillado es un título spoiler.

Otra película que se quedó sin título en español fue Paintball, una coproducción de la española Filmax. Este caso suena más grave que el de Paranoid Park, porque nada más quien conozca el juego-deporte al que alude el título sabrá de qué va todo, en donde dos equipos simulan ser soldados en batalla y se disparan bolas de pintura, que me han dicho duelen bastante. Me parece grave porque su taquilla se reducirá nada más a la gente que, al menos, le llame la atención este juego, o lo haya jugado al menos una vez. Siendo muy optimistas, puede interesarle también a quienes les guste el género de horror. Fuera de eso, no sé a quién más pueda interesarle ver esta película.

El título que no me ha convencido nada es, como siempre, el de una comedia, Angus, Thongs and Perfect Snogging, de Gurinder Chadha, que ha quedado como “Mi gato Angus, el primer morreo y el plasta de mi padre.” La adaptación me parece pésima, y es que…¡porqué no llamar a las cosas como son! El título en realidad se traduce como “Angus, Tangas y el besuqueo perfecto”, ¿qué había de malo con eso? No he visto el filme, pero leyendo la sinopsis trata sobre el proceso de crecimiento de una chica de 14 años, que escribe en su diario sus primeras experiencias románticas. Ahora, ¿para qué anticipar al espectador que el Angus del título en realidad es un gato? ¿Por qué cortar el encanto de descubrir por uno mismo esos detalles?. Entiendo que con el título en español se pretende captar al público joven, y es que así es la forma de hablar entre los adolescentes, pero ¿por qué hacerlo con un título en español que claramente quiere “aligerar” el tono sexual del título original?

Por último, como siempre terminamos con las películas que han quedado bien tituladas y/o sin conflicto alguno. La nueva película del provocador y controversial comediante Sacha Baron Cohen, Brüno, ha quedado sin cambios, ya que el título es precisamente el nombre de uno de sus personajes, mientras que Beyond a reasonable doubt, remake de la última película de Fritz Lang filmada en E.U., en 1956, ahora protagonizada por Michael Douglas, ha quedado sin muchos problemas como “Más allá de la duda”.

Y…¿Cómo le pusieron?

Cuando vi “La Monja” me pareció una fallida película de terror juvenil, una coproducción de la Filmax española completamente hablada en inglés. En parte escrita por Jaume Balagueró, la película se título bien en inglés “Nun”.

Rescataré un par de películas de Fernando Trueba que tuvieron estreno internacional en su momento: El Año de las Luces (1986), se tituló en inglés “The Year of Awakening” (El Año del Despertar) y tuvo otro título internacional, “Year of Enlightment” (El Año de la Iluminación). Ambos títulos me gustan, están bien adaptados, aunque me parece más logrado el primero, porqué logra captar el sentido metafórico del título original. La Niña de tus Ojos (1998), protagonizada por Penélope Cruz, se tituló en inglés “The Girl of your Dreams” (La Chica de tus Sueños), una sencilla adaptación para una expresión tipícamente hispana, que se refiere, precisamente, a la chica o mujer que quieres o te "quita el sueño".

STAR TREK * * * *

J.J. Abrams renueva la franquicia de Star Trek, con una precuela que trata sobre los orígenes de los personajes de la serie de los 1960. Y es el famoso Dr. Spock quien sale ganando en esta superproducción.

Cuando parecía que la franquicia cinematográfica de Star Trek estaba olvidada y sin nada que ofrecer, no hay como recurrir a la nueva estrategia de las precuelas, para resucitar viejas sagas espaciales como Star Wars. Además, hacerlo con la mejor tecnología digital para conseguir impresionantes efectos especiales, imágenes espaciales de primer nivel y naves espaciales más convincentes. Sin ser un fan de Star Trek, he visto sólo algunas películas. Todavía tengo pendientes de ver varias, aunque no estoy seguro de llegar a verlas algún día.

Vi la anterior película, Star Trek: Nemesis (2002), y fue una decepción. No fue más que una extensión de la segunda etapa de la teleserie, “The Next Generation”, sólo que con más producción y mejores efectos especiales. Sólo que no se necesitan nada más efectos digitales de alta calidad para que una película de Star Trek funcione, sino una historia interesente, y que mejor que una escrita con el pretexto de resucitar a Leonard Nimoy, quien interpretaba al Dr. Spock en la teleserie original de los 1960. Nimoy hace una fugaz aparición en la nueva película, interpretando a su emblemático personaje, y que le da un giro a la historia al estilo de Back to the Future (1985), con la aparición previa de un monstruo que parece el primo-hermano del que destruye Nueva York en Cloverfield, anterior filme de J.J. Abrams. Ya puedo ver a los verdaderos trekkies babear frente a la pantalla de cine.

La nueva película, titulada simplemente “Star Trek”, está dirigida por J.J. Abrams, y no hay que esperar no nada de corte filosófico-religioso al estilo de Star Wars, sino una buena película de aventuras espaciales, con impresionantes escenas de acción y un centro dramático inesperado: el enfrentamiento de egos entre unos jóvenes capitán Kira (Chris Pine) y el Dr. Spock (Zachary Quinto), antes de ser los entrañables amigos y colegas que nos presentó el programa original.

Aquí, el Dr. Spock es un serio e insufrible tipo, con su representativo pensamiento lógico, donde todo lo analiza desde el punto de vista de las matemáticas y estadísticas. Kirk, por el contrario, es un chico huérfano-rebelde-sin-causa, que gusta de andar en moto (o algo parecido) sin rumbo por el desierto, y con una debilidad por las chicas predecible. Al ingresar a la fuerza espacial es cuando Kirk sienta cabeza, y quizás pueda convertirse en un experimentado piloto como lo fue su padre, muerto en combate. Es decir, mientras Kirk es un personaje cliché, Spock acaba siendo el personaje más interesante de todos.

Spock es un vulcano, que parece un elfo extraído de The Lord of the Rings. No nada más lleva arrastrando su pedantería, sino una personalidad de piedra, que le reprime cualquier emoción. Va contra su lógica el sonreír, y sufre la persecución de la que ha sido objeto su raza, con el peligro de desaparecer completamente. Junto a esto, tenemos de regreso a la famosa banda de piratas espaciales, los romulanos, encabezada por Nero (irreconocible Eric Bana).

Lo mejor de esta precuela, es su diseño de producción, de primer nivel. El diseño de arte está cuidado al mínimo detalle, lejos de las acartonadas producciones tanto de Nemesis como de las anteriores películas. Su logrado diseño visual hace ver a Star Trek como una auténtica renovación de la saga. Esto, y además unas vistas de la Tierra desde el espacio que quitan el aliento, y hacen pensar si son autenticas imágenes de la NASA, o fueron creadas digitalmente. Me inclino a pensar lo último.

Tal vez los trekkies se quejen de que el Enterprise, la famosa nave comandada por Kirk, luzca algo diferente a la original. En lo personal, creo que está corregida y aumentada, incluyendo sus interiores y sus famosos teletransportadores. Vemos aquí como se va formando el equipo de Kirk, empezando por el también famoso Dr. McCoy (Karl Urban) Scottie (Simon Pegg), el teniente Sulu (John Cho), la guapa tripulante afroamericana Uhura (Zoe Saldana), quien por cierto, se encargara con sus encantos de, digamos, hacer que Spock encuentre su lado sentimental. Algo que ni el libro “Caldo de pollo para el alma” hubiera conseguido.

++Lo mejor: el Dr. Spock, encarnado por partida doble por el joven Zackary Quinto y el veterano Leonard Nimoy.
++Lo peor: Que Winona Ryder aparece escasos 40 segundos (lo siento, he sido fan desde siempre).

-Indicada para: obviamente, trekkies deseosos de ver una película de Star Trek con nuevos bríos.
-Contraindicada para: aquellos que crean que existen 0.0000000000001 posibilidades de que Spock pueda enamorarse.

martes, 7 de julio de 2009

PEANUTS, EL CINE Y LOS MEDIOS.


(Publicada originalmente el 26 de junio de 1962)

Seguimos con la historia de la manta pérdida de Linus. Las últimas noticias que ha recibido de su preciada manta azul no son buenas ni muy alentadoras. Mientras vemos a Linus recibir la aterradora noticia de que su manta se dirigía volando al océano, esperemos que llegue la resignación para él. ¿CONTINUARÁ?

lunes, 6 de julio de 2009

LA BALSA DE PIEDRA * * 1/2

En "La Balsa de Piedra", se intenta adaptar, con pobres resultados, una fantástica premisa sobre la separación de la Península Ibérica del continente europeo.






No es tarea fácil plasmar en cine una metáfora sobre las fronteras abiertas que ha pretendido construir la Unión Europea. El director francés George Sluizer, lo ha intentado en La Balsa de Piedra (2002), y los resultados no me han parecido del todo logrados. Aunque no he leído la novela homónima del escritor portugués José Saramago, tal vez la premisa fantástica que plantea en su libro requería de un realizador con más imaginación, que supiera traducirlo en imágenes, y en especial, con más humor.

El detonante del relato es la separación de la Península Ibérica del resto de Europa. Se involucran temas que conciernen a los países de la península, España y Portugal, como la polémica cuestión de Gibraltar y la pelea de los británicos por ese pedazo de tierra. La película pudo haber tenido un mejor tono de comedia política, sobre todo, por las situaciones en las que se ven inmersos los personajes.

Lo que sí logra George Sluizer (The Vanishing, Utz, Crimetime), es un trabajo de imágenes poéticas y escenas impresionantes, como la escena cuando se abre la inmensa grieta en los Pirineos, causando un estado de crisis extrema ante los esfuerzos infructuosos de la autoridad, encarnada por la actriz Antonia San Juan. A partir de este hecho, se formará un variopinto e interesante grupo formado por Joana (Ana Padrao), mujer que posee una vara capaz de abrir pequeñas grietas en la tierra, Joaquim (Diogo Infante), un hombre que pudo lanzar una gran piedra al mar sin que ésta se hundiera; José (Gabino Diego), maestro de escuela, a quien de repente lo comienza a perseguir una numerosa parvada (su primer encuentro con las aves fuera de su escuela, parece extraída del clásico The Birds), Pedro (Federico Luppi), un farmacéutico que percibe los terremotos de manera anticipada, y María (Iciar Bollain), una viuda española que a partir de un calcetín logra formar una inmensa bola de estambre. Es una extraña alianza, con unos propósitos poco claros que no logran definirse en el transcurso del filme.

Además, un perro, a quien llaman “Fiel”, se les une en su travesía en la península, separada del continente y con rumbo desconocido por el océano Atlántico. Mientras, nuestros aventureros escuchan por la radio el estado de emergencia que impera en la ahora isla en movimiento.

El problema que rodea a La Balsa de Piedra, es que el guión (escrito por el mismo Sluizer junto a Yvette Biro), se va alejando poco a poco de la fantástica situación inicial, que funciona, como la misma alianza de los personajes, como una metáfora de la unión entre las dos naciones que comparten la península. La crisis que ocasiona la separación de la península, reflejada maravillosamente en el inicio, pasa a segundo plano para concentrarse exclusivamente en las relaciones sentimentales que surgen entre los personajes, previsibles desde el comienzo.

El punto fuerte de la película terminan siendo algunas situaciones graciosas y demás peripecias (de tintes mitológicos) por las que pasa el grupo, como las cómicas dificultades que tiene que sobrellevar José para vivir con la parvada, volándole encima todo el tiempo, o el conmovedor vinculo que establece Pedro con el perro. Son puntos a favor de un filme que termina tambaleándose ante los romances que empiezan a surgir, que se sienten introducidos a la fuerza en el guión (¿existirán estos romances en la novela?), al igual que lo disparejo que se sienten los diálogos en español y portugués. Inexplicablemente, los personajes se entienden entre sí sin dificultades, como por obra de la misma magia que pretenden poseer y emanar.

Fuera de estos contados aspectos positivos, la película resulta cansada, algo aburrida y plana, sin que su premisa termine por interesar del todo. Tal vez sea demasiado exigirle a una película europea de estas características, pero el director jamás se preocupa (ni siquiera un poco) por mostrarnos el estado de isla “navegante” de la península, hasta la escena final, cuando entra en contacto con la costa y se observa rodeada por el océano, creado digitalmente y con una apariencia acartonada.

Pero ese detalle técnico y formal es el menor de sus problemas. Al final, queda la impresión de haber visto la obra de un buen escritor, como lo es Saramago, mal adaptada, inaccesible al espectador, con sus mensajes y metáforas de unión apenas transmitidos con una mínima eficacia.

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