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jueves, 28 de octubre de 2021

THE CONJURING: THE DEVIL MADE ME DO IT

Contorsionismo diabólico. Patrick Wilson y Vera Farmiga.


 

¿Qué es lo que depara a los Warren en esta ocasión? Lo de siempre, es decir, enfrentarse con el demonio y su séquito de fuerzas obscuras. La pregunta debe ser ¿cómo lo harán esta vez? ¿El Diablo ahora sí los vencerá? En The Conjuring: The Devil Made Me Do it, pueden estar seguros de que, a pesar de ser tal vez la menos buena de las tres películas (la mejor para mí sigue siendo la primera), el verdadero show será ver a Lorraine Warren (Vera Farmiga, como siempre, genial) en acción; valiente como siempre al enfrentarse a lo desconocido, pero siempre mostrando un lado humano. Lorraine nos sigue recordarndo que, a pesar de tener dones y capacidades extrasensoriales, al final es una mujer vulnerable.
 
The Devil Made Me Do it no debe mirarse con tanto desprecio, ya que es una película hecha para los fans de la serie de filmes (que en honor a The Nun ahora es conocida como "The Nunjuring"). La película va incluída con todo lo que puede uno esperar en un filme de The Conjuring, como posesiones demoniacas, escenas de exorcismos fulminantes, fenomenos sobrenaturales, sustos que puede ser que te pongan los pelos de punta, etc. El título le agrega al filme algo de humor involuntario. Aunque parezca increíble, está basado en un caso real (aunque se afirma que todo, o casi todo, es ficticio en el filme), el del asesinato que comete un chico, Arne (Ruairi O'Connor), quien admite que -como dice el título- el "diablo lo hizo hacerlo". Según la historia, el caso fue llevado a la corte, en donde, de manera muy sensacionalista, admitieron que el principal sospechoso, o sea el mismo Diablo, no podría presentarse en la sala.
 
Luego de un hallazgo de Lorraine en la casa en donde tuvo lugar el crimen, los Warren empezarán a investigar. Con ayuda de un ex sacerdote dedicado ahora a investigar lo oculto y paranormal (John Noble, realmente tétrico), Lorraine y Ed se darán cuenta de que tal vez Satanás no sea el único responsable del crimen.
 
Vera Farmiga y Patrick Wilson siguen estupendos, especialmente la primera. Dirigida por Michael Chaves, lo mejor del filme es que, a pesar de todo, resulta una película de exorcismos y de terror efectiva, para pasar un fin de semana entretenido. Es decir, con todo y que el filme empieza algo flojo, poco a poco Chaves sabe engancharte en la historia, con una que otra buena secuencia (la de la búsqueda en el bosque, la de la morgue, y la climática secuencia en el túnel en el tercer acto). Lo que también salva a la película, es que el realizador y los guionistas (que incluye a James Wan, realizador que inauguró la saga) nos siguen transmitiendo ese lazo emocional entre Lorraine y Ed, de protección y unidad entre uno y otro. Ed sigue preocupado por su esposa ("cuidado, esto puede ser demasiado para tí", le dice él), o ahora, por primera vez, vemos que Ed físicamente ya no está tan apto para estos trabajos como antes. Vale la pena.
⭐⭐⭐1/2
+Disponible en #HBOMAX y a la renta en plataformas digitales.

jueves, 29 de octubre de 2020

BELZEBUTH

Joaquín Cosio y Tate Ellington.
De lejos, Belzebuth es un repaso de todos los clichés habidos y por haber de películas diabólicas y sobre posesiones demoniacas. No le fue mal en las nominaciones de los Arieles eso sí, consiguiendo varias en rubros técnicos, como Mejor Maquillaje, Mejor Sonido, Mejor Diseño de Arte, así como Mejores Efectos Visuales y Efectos Especiales, consiguiendo el premio en estos dos últimos rubros. Confieso que antes de ver la película imaginaba que iba a ser una total decepción. Para mi sorpresa, no lo fue tanto, ya que, en comparación a recientes filmes mexicanos de horror (como el remake de Más Negro que la Noche), Belzebuth termina teniendo algunos momentos escalofriantes y de miedo.

Dirigida por Emilio Portes, la película sabe a pan con lo mismo, pero el realizador le da la vuelta a varios de los clichés que recicla de otros filmes, como El Exorcista, y de todo el extenso catálogo de películas de exorcismos, haciéndolos funcionar en favor de la historia. Por ejemplo, el protagonista es el clásico detective de policía amargado, lleno de furia contra el mundo, antisocial, y agresivo. Emmanuel Ritter (Joaquín Cosio, muy bien), nuestro perpetuamente malencarado detective, sufrió la pérdida de su esposa e hijo recién nacido, durante un macabro incidente en un hospital, en donde una enfermera, fuera de sí, asesinó a varios bebés.
Ivan Franco (Tate Ellington), un sacerdote norteamericano, dedicado a investigar fenómenos paranormales, se encuentra investigando esta masacre, así como otras similares que ocurren 5 años después. Conclusión (¡sí, adivinó!): una entidad demoníaca se encuentra detrás de todo. Sin embargo, cuando Franco conozca a Ritter y quiera hablarle de sus investigaciones, se encontrará con un violento, escéptico, y no muy amistoso tipo, el cual necesitará pruebas para convencerlo de que algo maligno y fuera de este mundo está detrás de estos crímenes.
Lo que viene después nos lo sabemos más o menos de memoria: el Mesías ha llegado (y no es nuestro actual presidente), reencarnado en un pequeño niño, Isa (Liam Villa), y el demonio quiere acabar con él. A pesar de que su inglés es casi ininteligible, Ritter y Franco pudieron haber hecho buena química, como sacerdote y policía peleando contra el diablo. El problema, es que el guión (escrito por el mismo Portes y Luis Carlos Fuentes), se empeña demasiado en poner a Ritter en una ira violenta y constante, cosa que apaga la buena química que estaban empezando a construir ambos personajes. Es más, el detective termina siendo tan insoportable, que ni con su regordete colega (José Sefami) se lleva del todo bien.
Las cosas no tardan mucho en ponerse algo ridículas, dignas de un filme serie B, cuando a escena entra Vasilio Canetti (Tobin "Saw" Bell), un ex sacerdote estadounidense, que ha sido excomulgado por la Iglesia, y al que califican de loco. Canetti lleva símbolos satánicos y secretos tatuados en todo el cuerpo, y se encuentra dando refugio y protección a niños a quienes cree son reencarnaciones de los mismos apóstoles.
Con todo y sus problemas, Belzebuth termina siendo culposamente entretenida; de esos churros que saben mejor acompañados con palomitas. Las escenas de los exorcismos en los narco túneles son de lo rescatable del filme, así como los efectos especiales, los cuales sí terminan siendo buenos. El Cristo en la cruz animado digitalmente resulta impresionante y espeluznante al mismo tiempo. Te hace ver que el premio Ariel fue merecido, así como la nominación a Mejor Sonido. #Arieles2020
⭐⭐1/2

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