miércoles, 9 de enero de 2019

MARCIANOS VS. MEXICANOS

No conformes en este país con producir películas animadas para niños que de por sí son bastante "malitas" (La Leyenda de la Llorona, de la Nahuala, etc.), ahora también las producen para adultos. Baste decir sobre este verdadero bodrio vomitivo, que no es mas que lo peor y más bajo de los programas cómicos de televisión producidos por Televisa, en forma de animación, de muy -pero muy- baja calidad (digamos, nivel "Picsar"). Una más a mi lista de las peores películas del 2018 (cero estrellas).

SPIDER-MAN: INTO THE SPIDER-VERSE

El universo extendido de Spider-man.
Spider-Man: Into the Spider-Verse no es nada que se haya visto antes en un filme de Spiderman, y vaya que hemos tenido bastantes. Es la apuesta por una película animada sui generis del Hombre Araña, y aunque existe una serie de animación, Into the Spider-Verse la hace palidecer. Ninguna podría ser tan extraña, bizarra, visualmente delirante, y al mismo tiempo, contar una historia interesante.
Spider-Verse es fabulosa, así como la mejor película animada del año. Dirigida por Bob Persichetti, Peter Ramsey, y Rodney Rothman (producida por Sony Pictures Animation), la experiencia de ver Into the Spider-verse es muy cercana a hojear un verdadero cómic. En algunas secuencias, la pantalla está dividida en viñetas, a un ritmo frenético. Son muchas cosas las que pasan al mismo tiempo en la pantalla, pero todo acaba teniendo un sentido y coherencia impresionantes.
La historia (adaptación de un cómic del 2014) pone en el centro a Miles Morales (voz de Shameik Moore), un chico mitad afroamericano, mitad latino, que es además un talentoso artista. Miles admira al Hombre Araña, sentimiento que no es compartido por su padre (voz de Brian Tyree Henry), un oficial de policia que piensa que Spidey, más que ayudar a la sociedad, es un peligro como "vigilante". Con quien Miles tiene más afinidad, es con su tío, Aaron (voz de Mahershala Ali), también con sangre de artista y afición por el arte callejero.
Sin embargo, todo cambia para Miles cuando es picado por una araña radioactiva, adquiriendo poderes arácnidos. Luego de una serie de complejas circunstancias, que involucran la muerte de Peter Parker (que aquí es rubio), Miles termina siendo el pupilo de... el Spider-man original. No precisamente el Spider-man que pertenece al universo de Miles, sino del verdadero Peter Parker (voz de Chris Pine), algo más viejo, barrigón, y aficionado a la comida chatarra.
El cruce de este y otros universos paralelos "spidermanianos", traerán otras versiones más extrañas de Spider-man. Así, tendremos un Spider-Ham (como un Porky disfrazado de Hombre Araña), una Penny Parker (una Spider-girl estilo cómic manga, acompañada de un robot), y un Spider-noir (Nicolás Cage), o sea, un Spider-man monocromático, como sacado de un antiguo film-noir. Este caos cuántico se debe a una máquina inventada por una científica, Doc Ock (Kathryn Hahn).
Es un verdadero reto describir la trama. En pocas palabras, en la película se le da la vuelta a la clásica historia que todos conocemos, para convertirla en una trama de "maestro-aprendiz" (Miles tiene que aprender a controlar y usar sus nuevos poderes); y además, pasada por un prisma muy nerd, que acaba refractándola en cinco versiones distintas. Es ver la clásica historia a través de un caleidoscopio armado por Andy Warhol y Roy Lichtenstein (la secuencia final de créditos es como una pequeña pieza de arte pop, y recomiendo quedarse hasta que las luces se enciendan). Los fondos de ciertas escenas tienen los colores desfasados, como si se tratara de una película en 3D.
Lo más admirable, es que la película jamás se toma en serio a sí misma, siendo una muy cómica revisión paródica del universo fílmico de Spider-man. Pero dentro de toda la espectacularidad visual del filme, en su epicentro hay una gran historia, sobre relaciones paterno-filiales, y la crisis de la adolescencia. 

BLACK MIRROR: BANDERSNATCH


Fionn Whitehead.
Black Mirror: Bandersnatch convierte al espectador en algo cercano a ser el guionista -o, más bien, coguionista- de la historia. Como si fuera un libro estilo "Elige tu propia aventura" (a los cuales se hace referencia en el filme, ya que la trama está instalada en 1984), uno tiene el privilegio de tomar las decisiones que el personaje principal (Fionn Whitehead), un joven diseñador de videojuegos, irá tomando a lo largo del filme. Poco se puede describir concretamente de la historia, tan sólo que el chico vive con su papá (Craig Parkinson), y que vive traumatizado debido a la prematura muerte de su madre. Conocer a un talentoso diseñador de juegos (Will Poulter) será crucial para él (bueno, todo depende de la decisión que tomes). Mientras, para superar el duelo, nuestro personaje acude a terapias con una psicóloga (Alice Lowe). Lo demás, depende de uno como espectador.
La experiencia te permite tener desde una a varias películas al mismo tiempo; con una duración desde 15 minutos, hasta hora y media. Y si al final, la historia no es tan interesante como el experimento en sí, Black Mirror: Bandersnatch (que de alguna forma se relaciona con la serie del mismo nombre), acaba siendo un filme entretenido. Advertencia: el tomar una decisión equivocada, te llevará a recapitular todo lo visto desde el principio, pero si tomas la decisión correcta, puedes seguir con la narración hasta el final. Para un final ridículo, pero gracioso, hay una escena que te da la posibilidad de escoger "Netflix". Recomendable para pasar un buen rato, y nada más. 

MARY POPPINS RETURNS

Emily Blunt  como la nueva Mary Poppins.
Con Mary Poppins Returns surge la pregunta ¿qué caso tiene hacer una secuela de Mary Poppins, a más de 50 años de haber sido estrenada, si no es con su estrella original, Julie Andrews, interpretando al muy querido personaje? Pero cuando ves entrar en pantalla a Emily Blunt, el nuevo rostro y voz de Mary Poppins, descender del cielo, con su paraguas abierto, sobre el Londres de 1935, y cantar la primera canción de la película, poco a poco te convences y empiezas a pensar "bueno, esto puede ser interesante y prometedor". Y lo es.
Si uno es un cinéfilo lo suficientemente abierto, acaba aceptando a Emily Blunt como la nueva Mary Poppins. Llenar los zapatos de Julie Andrews no es cosa fácil, con su carisma, sonrisa radiante, y excelente voz. Pero Blunt hace un buen trabajo, en una película que, si bien es un musical estupendo, con buenas canciones, y bailes que te tienen moviendo los pies en el cine (ese número musical de los iluminadores de lámparas en la calle es magnífico), no está a la misma altura del clásico de la Disney, producido en 1964, y dirigido por Robert Stevenson.
La secuela, ambientada 25 años después de la historia original, nos cuenta la historia del ahora adulto Michael Banks (Ben Whishaw), viudo, y viviendo con su hermana, Jane (Emily Mortimer, interpretada originalmente por Karen Dotrice, quien hace un pequeño cameo en la cinta), y sus tres niños (interpretados por Pixie Davis, Nathanael Saleh, y Joel Dawson). Como vecino, siguen teniendo al anciano y loco almirante Boom (interpretado ahora por David Warner, cosa que no tiene mucho sentido, considerando el tiempo transcurrido), que gusta de lanzar cañonazos a cada hora del día.
Las cosas no van bien para Michael, quien está a punto de perder la casa que le heredó su padre, debido a deudas que supuestamente dejó (Colin Firth interpreta al banquero detrás de todo). Entra a escena Mary Poppins, y aunque ahora no cantará "Las cosas no están perdidas, sólo fuera de lugar", ayudará a que Michael no tenga las cosas tan difíciles. Además de dar sus acostumbradas lecciones, Mary Poppins ayudará a los niños a superar la ausencia de su mamá.
El problema de Mary Poppins Returns, con todo y la historia relativamente nueva, es lo mucho que se esfuerza por emular el filme original. En esta era digital y de animaciones hechas por computadora, no es ninguna novedad ver pingüinos (sí, han vuelto) y otros animales digitalmente animados, interactuar con actores de carne y hueso, como lo fue en 1964. La historia no tiene la misma magia, ni tampoco un punto relevante históricamente hablando, como el de la película original. Recordemos a la mamá de Michael en el primer filme, como el simbólico personaje feminista, que en lugar de quedarse en casa a cuidar a sus hijos, salía a protestar por el voto de las mujeres.
Lin-Manuel Miranda casi se roba la película, como el equivalente al limpiador de chimeneas y hombre orquesta interpretado por Dick Van Dyke en 1964 (quien también tiene un pequeño papel ahora, y sin hacer un mal acento cockney, como el hijo del anciano banquero del primer filme), irradiando carisma en cada escena. Lo cierto, es que este regreso de Mary Poppins funciona muy bien en casi todos los sentidos. Su historia no será lo suficientemente buena, pero la película se nota hecha por gente con un evidente amor al filme original; gente a la que le importan los personajes, y que se esforzaron por entregar un musical con canciones, no muy "supercalifragilisticoexpiralidosas", pero que se quedan contigo al salir del cine. 

AQUAMAN

Amber Heard y Jason Momoa
Otro superhéroe de la DC cómics hace su debut en solitario, al menos fuera de la Liga de la Justicia (filme que no cumplió totalmente con las expectativas de los fans). La gran pregunta es si Aquaman pasa la prueba de fuego, y la respuesta es sí. Lo más sorprendente de todo, es el hecho de que James Wan, el director de la saga de horror The Conjuring, haya conseguido una película de superhéroes sumamente entretenida, y visualmente espectacular. Un género totalmente opuesto a lo que ha venido haciendo.
Sin embargo, no todo es perfecto. Por ejemplo, la elección de Jason Momoa (ya fue el nuevo Conan en 2011) para interpretar al superhéroe titular, quien no es ni el mejor, ni el más carismático actor del orbe. Por fortuna, su interpretación termina siendo aceptable, y es creíble como Aquaman. En mucho le ayuda estar rodeado de un elenco que eleva el pedigree histriónico de la película. Aquaman funciona muy bien como una historia de orígenes. Nicole Kidman interpreta a la reina de Atlantis, la cual (en una referencia a Splash) termina fuera del agua, y enamorándose de un humano común y corriente (Temuera Morrison). El fruto de la relación será Aquaman. El drama comienza cuando su madre tenga que abandonarlo a muy temprana edad, al ser buscada por traición por el rey Atlan (Graham McTavish).
La historia tiene ciertos toques shakespereanos, con intrigas, traiciones, etc. Atlantis no va por buen camino bajo el gobierno del rey Orm (Patrick Wilson), queriendo llevarlo a la guerra en cualquier momento con el mundo de los humanos. Y con algo de razón. Entre otras cosas, está harto de la basura que producen y la contaminación que provocan en el océano. Amber Heard (quien luce como una versión en carne y hueso de Ariel, de la versión de Disney de La Sirenita), interpreta a Mera, una princesa dividida entre obedecer a su padre (Dolph Lundgren) y casarse con el rey Orm, o unirse a Aquaman, y ayudarle en su lucha por recuperar el trono de Atlantis, para salvarlo del mal gobierno. Willem Dafoe, como el antiguo mentor de Aquaman y consejero de Orm, si bien algo desaprovechado, tiene una buena actuación.
Al final, es evidente que los filmes de la DCEU están cada vez más colocándose al nivel de las películas de la Marvel. Y aunque Aquaman es un verdadero espectáculo de efectos visuales, con un gran diseño de producción (Atlantis, aunque con influencia de la ciudad acuática alienígena de The Abyss, de James Cameron, tiene una identidad propia sobresaliente), y una estupenda banda sonora de música electrónica estilo Vangelis, pudo haber sido un mejor filme. La escena del acuario, con toda clase de fauna acuática atraída, desde el otro lado de la ventana, a un pequeño Aquaman, es memorable, la secuencia en Sicilia, si bien emocionante, tiene varias cosas tontas. Además, los personajes están descuidados desde el punto de vista del guión, al no tener un arco bien desarrollado y apenas algo de evolución. Con todo, es el inicio digno de una franquicia (queda la puerta abierta para una secuela) a la cual no hay que perderle la pista.  1/2

EL QUE BUSCA ENCUENTRA.



La idea más vieja en el género romántico: niño conoce niña, y luego de no verse por años y años, están destinados a reencontrarse y enamorarse en algún momento de sus vidas. Dicha idea, no podría estar llevada con menos ingenio, inspiración, y flojera, que en esta desinflada historia, que si al principio la cosa suena prometedora (el encuentro de los niños ocurre en un estadio, durante un partido de fútbol), el asunto acaba tomando los típicos caminos telenoveleros que podrían esperarse. Pobremente realizada y con un guión que avanza complicándolo todo sin razón (en plena era de internet y smartphones, aquí simplemente nuestra pareja batalla para entrar en contacto entre México y Chiapas), este filme quizás tenga una de las escenas más ridículas en la historia del cine mexicano: un tipo (de hecho, nuestro apasionado protagonista), saltándose la valla del zoológico, para darle de comer a un tigre con su mano, todo resuelto con efectos especiales baratones. Ni la busques. 1/2

3 IDIOTAS

En la versión mexicana de 3 IDIOTS "Nothing is well".

Si 3 Idiots, la muy disfrutable, entretenida, e inteligente comedia musical hindú del 2009, fuera una naranja, y se le exprimiera todo su muy vitaminado jugo, los desechables gajos y cáscaras equivaldrían al terrible y fallido remake mexicano. Fuera han quedado los vitales números musicales, los atractivos bailes, y las carismáticas actuaciones del filme original. En manos de Carlos Bolado (un director de cierta reputación) el filme hecho en México, luce más bien como una tele serie cómica (es un decir) de 4 de la tarde, reducida a una forzada adaptación de 1 hora y 40 minutos (el filme original dura casi 3 horas, pero valen cada una de ellas); con un humor basado en pedos (en serio), con el mensaje original perdido en actuaciones y diálogos del mismo nivel. Y hablando de cosas forzadas, el "all is well", el moto que identifica al personaje principal (y que en el filme hindú es el origen de una de las mejores canciones), aquí ni siquiera funciona por cuestiones de lenguaje. No, en esta película "nothing is well". 
1/2

THE CHRISTMAS CHRONICLES

Kurt Russel como el Santa Claus del s.XXI.
Nuevamente, la Navidad está en peligro. Por alguna razón, en el 99.9% de los filmes navideños, la Navidad siempre está en peligro, o Santa Claus está en serias dificultades. Si en The Christmas Chronicles estábamos esperando algo diferente, lo siento, pero no es así. Sin embargo, no todo está perdido. Si hay algo que acaba rescatando Chronicles, ese es Kurt Russell, el actor en quien uno menos pensaría para interpretar a Santa. La sorpresa, es que Kurt Russell le da un giro drástico al personaje, y aquí lo vemos tomando una especie de "segundo aire", tanto en persecuciones de autos en las calles de Chicago, y cantando blues en la cárcel, emulando -más o menos- a Elvis en JailHouse Rock (1957).
Dos niños, hermana y hermano, de hecho (Darby Camp, fantástica, y Judah Lewis, respectivamente), se convertirán en los ayudantes de Santa por una noche, luego de que por su culpa este último pierda su sombrero, su bolsa de juguetes (típico), y su trineo, con todo y renos. Así, Santa podrá entregar juguetes a todos los niños del mundo, incluyendo la Ciudad de México (sí, leyó bien, Santa nos visita en la película).
Chronicles termina siendo un pasable entretenimiento familiar, con buenos momentos (los vuelos en trineo son muy cinemáticos y trepidantes), y al final, acaba siendo conmovedora y con momentos de humor (la escena del restaurante bar, con Santa acosando a los comensales). Además, aceptémoslo, el Santa Claus del nuevo milenio (en cine, al menos) cada vez se aleja más del tradicional Santa gordinflón, panza de gelatina temblorosa, y de risa "jo-jo-jo". Y ni se diga de su trineo. Kurt Russell rompe el molde una vez más, interpretando a un Santa fuera de lo común. Y la actriz que interpreta a la señora Claus, lo rompe mucho más, con su muy predecible cameo (los cinéfilos ya estarán imaginándose quién es.) 1/2

ROMA

Yalitza Aparicio es empleada doméstica y una mamá postiza en ROMA.

Roma rompe esquemas, al contarnos una historia, sumamente significativa, desde el punto de vista de una empleada doméstica, en la Ciudad de México de 1971. Además, representa el regreso de su realizador, el oscarizado Alfonso Cuarón, a filmar a la tierra que lo vio nacer. Es el filme más personal del realizador de "Y tu Mamá También", al ser un filme semi-autobiográfico, en el que nos transporta al México de los 1970, en blanco y negro, y con una excelente ambientación (se dice que varios muebles de la época en el filme fueron prestados por familiares del realizador). Cuarón ha dedicado Roma a su nana Libo (o Liboria), en quien afirma se basó para crear a la protagonista de la película, Cleo, interpretada por Yalitza Aparicio, una mujer indígena mixteca que Cuarón descubrió en un pueblo de Oaxaca. Yalitza es aspirante a convertirse en maestra, y sin ser actriz profesional ha causado un gran impacto en los espectadores.
A pesar de haber sido un rodaje conflictivo, Roma no únicamente es un filme de gran belleza visual, sino un sorprendente logro técnico. Cuarón no sólo dirigió y escribió el guión, sino que también fungió como director de fotografía (labor que iba a ser llevada a cabo por Emmanuel Lubezki, quien tuvo que dejar el proyecto al inicio). Como capitán de una gran embarcación, Cuarón consigue una película en perfecto balance, con un control técnico admirable. Y el aspecto sonoro no se queda atrás (con sistema Dolby Atmos, que permite superponer varias capas de sonido a la vez), ya que Roma, así como está llena de detalles visuales que no te dejan parpadear un sólo minuto, es rica también en detalles sonoros, especialmente, en las escenas urbanas.
Filmada en formato de 65 mm de alta definición (de hecho, algunos cines en Estados Unidos están empezando a proyectarla en el más panorámico formato de 70 mm), las imágenes de Roma acaban envolviéndote e involucrándote en los espacios en donde se desarrolla, como con esos paneos (que recuerdan mucho el estilo de Lubezki en The Revenant) en el interior de la casa de la familia protagonista. Para la familia, Cleo es algo mucho más que una simple "sirvienta", es un miembro más de la familia, con quienes puede sentarse a ver televisión, o ser para los cuatro niños (uno de ellos, el más joven, es irónicamente el mejor portado, más maduro, y sensible de todos, con extraños pero conmovedores diálogos, en donde le cuenta a Cleo cómo murió en sus vidas pasadas) como una mamá.
Si bien la mayoría de los protagonistas no son actores profesionales, cosa que le permite al director más naturalidad en la historia (aunque, ocasionalmente, se sienten las actuaciones algo flojas), existe una gran química entre los niños y Cleo.
Todo este, aparentemente, perfecto entorno familiar (en medio de la inestabilidad política que se vive, como se ve en aquella secuencia del "halconazo", enfrentándose estudiantes con policias), se rompe cuando el papá (Fernando Grediaga) se va de viaje a Quebec, dejando solas a la mamá (Marina de Tavira) y a la abuela (Verónica García), y a cargo de los niños. En tanto, Cleo (que también gusta de hacer ejercicio junto a su compañera de trabajo en el cuarto donde viven), verá su rutina diaria colapsada, al descubrir que está embarazada y que deberá afrontar la situación sola ("No importa qué pase, las mujeres siempre estamos solas", le dice la mamá).
Hay muchas lecturas para Roma, desde la feminista (Cleo debe sobrellevar su embarazo sola, únicamente con el apoyo emocional de la familia), hasta el social, al servir su historia como un llamado de atención para que las empleadas domésticas tengan más beneficios y protección. Es decir, Roma es una historia sencilla pero con un significado universal. Visualmente, lleva al espectador nostálgicamente a la época del cine en blanco y negro en México, y tiene un toque muy de neorrealismo italiano. Esta llena de momentos extraños y surrealistas (ese hombre que se pone a cantar, en algún lenguaje nórdico, en medio de un incendio en el campo, o niños jugando a ser astronautas, etc). No sabía que Cuarón fuera un magnífico director de fotografía, y ya puedo escuchar su nominación a los Oscares en este rubro. 

AMOR DE MIS AMORES



Telenovela de hora y media de duración, con una trama de receta de cocina: Chica A conoce a chico B, y se enamoran, sólo que chico B está pronto a casarse con chica C, la cual vive en Madrid. Allá también viven chico D y chico E, el primero comprometido con chica A para casarse, la cual se encuentra poniéndole el cuerno con B en México, y luego... Bueno, de antemano, sabemos cómo acabara todo. Si hay algo que consigue todo esto, es una película que rompe el récord de decir la palabra "pinche" con más frecuencia por escena, en una historia supuestamente profunda, que pretende responder el muy poético y filosófico dilema ¿qué es el amor? (ovación de pie para el guionista y director Manolo Caro). Pero tal vez lo peor del asunto, es saber que este culebrón de baja calidad fue parcialmente financiado con los impuestos de la gente. 
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