sábado, 23 de diciembre de 2023

FAMILIA

Maribel Verdú y Daniel Giménez Cacho.
 

 Me gustó infinitamente más el anterior filme de Rodrigo García, Raymond & Ray. Y podría decir lo mismo de Four Good Days, su antepenúltimo filme. Familia, su nueva película, en comparación, es un filme en extremo pasivo, en donde, prácticamente, no pasa nada. De hecho, es de esas historias (si se le puede llamar así, ya que una historia propiamente dicha no hay) que parecen más hechas para un escenario teatral que para la pantalla de cine,... o de la televisión, ya que hace unos días se estrenó en Netflix, luego de una pequeña corrida en cines también.

Sus personajes son en extremo teatrales, con diálogos y diálogos sin interrumpción, en donde el personaje central, Leo (Daniel Giménez Cacho), dueño de una empresa aceitunera, es el patriarca de una enorme familia, padre de tres hijas (interpretadas por Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti y Natalia Solián), todas ellas con dilemas y problemas encima, que tienen que ver con infidelidades, promiscuidad, embarazo en una relación lésbica, etc. El papá tiene una relación en extremo conflictiva con una de ellas (la interpretada por Ciangherotti, para ser exactos). Esta hija la lleva con Leo con una actitud en extremo relajada, no lo llama papá, constantemente lo desafia, y tiene siempre la provocación a pedir de boca. Y si a eso agregamos que Leo tiende a ser malhablado y explosivo, el asunto se complica más.

Leo es también abuelo de unos adolescentes que gustan de decir frases en spanglish (por cierto, todos viven cerca de la frontera México-E.U., quizás cerca de Tijuana, Baja California, pero no queda muy claro), y de una niña que aparenta cierta normalidad ante el sin fin de discusiones y tensiones que tienen lugar en el filme. La mayoría de estas ocurren en la enorme escena, casi interminable al punto del tedio, durante esa comida que tienen al aire libre, en donde Leo confesará que ha tomado una decisión crucial que podrá afectar a todos, incluyendo a su muy joven novia española (Maribel Verdú, quien también aparece en Raymond & Ray).

En fin, un reparto multigeneracional de personajes mexicanos de clase pudiente, adinerada, y todos de piel clara (en serio, los únicos personajes de piel obscura son las empleadas domésticas, interpretadas por Jessie Valcin y Ángeles Cruz). Familia tal vez no sea (y estoy seguro de ello) para aquellos que busquen un filme, digamos, con más "acción" y más dinámicas entre personajes, y menos letárgico, como el ver personajes sentados y platicando la mayor parte del tiempo, a pesar de los interesantes temas que plantea y las buenas actuaciones.
En Netflix.

sábado, 25 de noviembre de 2023

MARCEL THE SHELL WITH SHOES ON

 

Marcel, el caracol.

Marcel, protagonista de este falso documental, es un caracolito con un ojo saltarín pegado, y claro, vistiendo zapatos con estilo. De hecho, yo completaría el título agregando "con zapatos y... adorable a más no poder". El mayor logro de este documental, sobre un personaje salido de la imaginación de su director, Dean Fleischer Camp (presentado por primera vez en una serie de 3 cortos animados en 2010), es que, conforme avanzan los minutos del filme, es tremendamente difícil no caer en las arenas movedizas repletas de carisma del pequeño Marcel. Bueno, al menos para quien esto escribe así sucedió.

Antes de ver la película, no sabía en lo absoluto a lo que me iba a enfrentar, viendo continuamente pósters e imágenes de un extraño personaje al que, viendo desde un ángulo u otro, no le encontraba forma ni tenía idea de qué era. Leyendo el título las cosas se iban aclarando. "Está bien, es un caracol, con un ojo saltón y patitas", terminé concluyendo. A primera vista, Marcel parece el tipo de personaje que regularmente podrías encontrarte en películas infantiles, pero al ver la película, nominada este año a Mejor Filme Animado en los Oscares y BAFTAs, te sorprendería ver que la película está lejos de ser un simple filme familiar sobre las aventuras de un caracolito viviente en el mundo de los humanos.

Y son cosa curiosa aquellas nominaciones, ya que la película tiene únicamente un pequeño puñado de personajes animados, todos ellos ubicados dentro de un contexto real. Es decir, no es 100 por ciento un filme de animación. Pero la forma en que ambos mundos, el animado y el real se funden aquí, es verdaderamente sorprendente.

La verdad sea dicha, no hay que juzgar las cosas por su tamaño. Marcel, a pesar de su diminuto tamaño, se roba la película, la abarca totalmente, y si bajas la guardia tal vez te robe el corazón. Este falso documental trata de decirnos quién es realmente Marcel (magnífico trabajo de voz de Jenny Slate), y de dónde proviene. La primera cuestión queda cubierta, aunque la segunda, al final del filme, no tanto. Tal interrogante prevalecerá hasta el final. Marcel y Connie, su mamá (voz de Isabella Rossellini), cuales gnomos habitando un jardín, viven en una enorme maceta, ubicada en la ventana de la casa de Dean (el mismo Fleischer Camp, de quien la mayor parte del tiempo sólo escuchamos su voz). ¿Será que Marcel y su mamá vienen del mar? Es posible, pero no lo sabremos con exactitud.

 

Marcel se va convirtiendo en un fenómeno mediático, así como una especie de personalidad del internet cuando, ayudado por Dean, inicia una causa pidiendo ayuda para encontrar a su papá y familiares. Dean decide hacer de todo ésto la historia de su siguiente documental, en tanto el filme se transforma en una parodia tremendamente encantadora sobre "influencers", las redes sociales, y lo que es la celebridad. Incluso, nuestro caracol se transforma en toda una figura de la televisión. Pero nada de esto se le subirá a la cabeza a Marcel, y seguirá siendo el mismo Marcel de siempre, carismático, filosófico, inteligente, y parlanchin.

La animación en stop motion es de una simpleza impresionante. Los personajes animados se mueven e interactúan en el mundo real con los protagonistas de carne y hueso (incluído un perro) de forma sutil. Por más infantil que pueda parecer la película, Marcel the Shell es una película sumamente inteligente y sensible a la vez, que lo mismo abarca temas sobre los medios y la celebridad, como la vida y la muerte, todo -o casi todo- desde el punto de vista del diminuto personaje. Marcel se mueve en un mundo miniatura, a escala, en donde cada área y rincón de la casa de Dean sirven como escenario para entrevistar al primero.

El motor de esta historia, la posible mudanza del realizador a una casa nueva, mientras le cuenta a Marcel la historia de su relación fallida con su novia, es el pretexto para expresar miedos a nuevos comienzos y los cambios para ambos Sin lugar a dudas ni discusión, de los mejores filmes del año.
Disponible en #HBOMax.

jueves, 9 de noviembre de 2023

BARDO, FALSE CHRONICLE OF A HANDFUL OF TRUTHS.

Daniel Giménez Cacho.

 Ni excesiva, ni confusa -al menos para quien esto escribe- como muchos dicen. Con seguridad, es el filme más personal de Iñárritu, en donde, como en Birdman, vuelve a los temas de las crisis creativas y emocionales de artistas y/o autores. Tan surreal como bizarra, loca y extraña, fellinesca, nos movemos junto a su protagonista en planos secuencia y tomas en grandes angulares. Lástima que Gimenez Cacho no tenga el mismo carisma que Marcelo Mastroianni en 8 y 1/2, con la cual Bardo tiene similitudes. De lo mejor del año.
En Netflix.

GUILLERMO DEL TORO'S PINOCCHIO

Nueva versión de Pinocho, tallada en madera por Del Toro.
 

Creo que no había visto una versión animada en stop motion de Pinocho (personaje creado por el italiano Carlo Collodi en su novela "Las aventuras de Pinocho") desde "La navidad de Pinocho" (1980), la cual marcó mi niñez. ¡Recuerdos, dulces recuerdos! Una película algo musical y cargada de pura magia navideña, con Pinocho interactuando con Santa y sus renos. Cuando me enteré que Guillermo del Toro, director más especializado en relatos fantasmagóricos, así como fantasías góticas y obscuras, iba a realizar una película de Pinocho animada en stop motion no lo podía creer. La animación no es precisamente un género abundante en su filmografía. Pero qué se yo, siempre hay una primera vez, y para ser la primera el filme (estrenado en Netflix la víspera de Navidad pasada) superó mis expectativas.

De hecho, del Toro estaba compitiendo con otra peli de Pinocho nueva, la nueva versión de Disney, con actores de carne y hueso, de su clásico animado de 1940 (disponible en Disney Plus). Sin embargo, el Pinocho de Guillermo del Toro (por cierto, así es como se titula la nueva película del director mexicano), es arena de otro costal.

La historia de este nuevo Pinocho está ambientada poco antes de la Segunda Guerra Mundial, en la Italia gobernada por Il Duce Mussolini (quien hace una aparición especial nada halagadora). No es de extrañar este escenario, ya que del Toro ha inscrito este filme en una especie de trilogía sobre el fascismo, junto a El Espinazo del DIablo y el Laberinto del Fauno. Confieso que desde el primer minuto ya estaba diciendo "Mamma mia!".

Geppetto (voz de David Bradley), quien parece una figura tallada en madera, experimenta una terrible tragedia con la pérdida de un ser querido cerca de un árbol. Justo de este árbol, Geppetto, carpintero y fabricante de juguetes y relojes, embriagado y sufriendo de depresión, tomará la madera para hacer un muñeco que sea la viva imagen del ser que ha perdido. Todo esto ocurre durante una noche tormentosa, siendo Geppetto como un doctor Frankenstein a punto de fabricar su monstruo.

Guillermo del Toro codirige el filme junto a Mark Gustafson, este último con antecedentes en animación (trabajó junto a Wes Anderson en Fantastic Mr. Fox), y lo que ambos tuvieron claro fue hacer de este un Pinocho nunca antes visto, uno más obscuro y surreal, y con cambios drásticos, por ejemplo -y nada más revelaré este detalle nuevo- en lugar de tener a la clásica Hada Azul, aquí tenemos a una especie de dios/diosa (voz de Tilda Swinton) que vendrá de visita a la casa de Geppetto, para concederle una nueva oportunidad de ver al ser que perdió, trayendo a la vida el muñeco que dejó inconcluso. Pinocho (voz de Gregory Mann, estupendo) luce aquí sin pintar, no muy perfecto, con sus brazos y piernas pareciendo un poco ramas torcidas.

Partes del filme fueron animadas y realizadas en Guadalajara, y en general la calidad de la animación es de un nivel de sofisticación de alto nivel y detalle. Nada más la iglesia del pueblo, en donde tiene lugar una de las escenas más significativas del filme (Gepetto se encuentra trabajando en un Cristo enorme, al cual Pinocho se acerca a preguntarle "¿Por qué si eres de madera como yo todos te quieren y a mí no?"), tuvo que rehacerse varias veces y en varias escalas. Una iglesia medieval, con sus diseños góticos, además de frescos en sus muros con un detalle impresionante y realista.


Hay otros escenarios magníficamente hechos, como ese circo (en donde Del toro pone algo de inspiración fellinesca) a donde llega Pinocho, para encontrarse con el villano de la historia, Volpe (voz de Christoph Waltz), retratado aquí como un verdadero empresario del espectáculo, explotador y lleno de codicia. El filme, de hecho, es algo musical, siendo del Toro el coautor de todas las canciones, con música del genial Alexandre Desplat, la mayoría muy melódicas y melancólicas. En lugar del zorro y el gato clásicos de la historia, culpables de la perdición de Pinocho, aquí ambos están representados en la figura de Spazzatura (voz o, más bien, ruidos guturales de Cate Blanchett), un mono tuerto que no habla, pero que será un personaje decisivo en su particular forma de comunicarse.

Un tema que creo nunca se había tratado antes en un filme de Pinocho es la muerte y la resurrección, y el hecho es que aquí a nuestra marioneta no nada más le crece la nariz al decir mentiras, sino que puede regresar de la muerte una y otra vez. Y ver el más allá a través de los ojos de Guillermo del Toro es realmente aventurarse dentro de la madriguera del conejo. Solamente revelaré que este mundo está custodiado por una diosa de la Muerte, también con la voz de Tilda Swinton.

Me olvidaba del compañero inseparable de Pinocho, tan sólo llamado Grillo (voz de Ewan McGregor), que luce más como un insecto parlanchín, con una boca apenas visible, completamente lejos de lucir como los Grillos anteriores, más caricaturezcos y antropomórficos. La broma constante para Grillo, es el hecho de que, como narrador de la historia, no siempre es escuchado por los demás, y no ve cercana la oportunidad para poder cantar.

Lo sé, lo sé, el filme suena a todo menos a Pinocho, pero lo interesante es que del Toro supo conservar el espíritu de la historia original, incluyendo partes memorables, como la secuencia dentro de la ballena gigante. También es interesante la forma de haber pasado todo por el filtro de Frankenstein, como el personaje que no encuentra su lugar en el mundo, que es rechazado por los demás por ser diferente, y que incluso el sacerdote del pueblo (voz de Burn Gorman) lo verá como un monstruo diabólico.

En su segunda mitad, el filme se transforma en una pequeña película de guerra, mostrando niños siendo reclutados para formar parte del ejército. Irónicamente, tal vez este sea el lugar en donde Pinocho se sienta mejor. ¿Será del gusto de todos esta nueva versión? ¿Cómo verán aquellos que crecieron leyendo el libro, o con el filme de Disney en sus memorias, esta nueva revisión de un clásico? Hasta el momento, no he escuchado o leído algo negativo. Por lo pronto yo, quien también leyó el libro y creció viendo sus versiones animadas, terminé adorando este filme. Es toda una obra maestra de la animación, el cual, con seguridad se llevará el Óscar el próximo Marzo.
En Netflix.

ARGENTINA 1985

 

Ricardo Darín y Peter Lanzani.
 ¿Hay algún personaje que Ricardo Darín no pueda interpretar? Creo que no. No es uno de mis actores favoritos, pero es de esas presencias que llenan la pantalla. Aquí Darín encarna a JC Strassera, abogado que hizo historia en Argentina en 1985, por llevar a juicio a jefes militares acusados de las desapariciones y muerte de miles de personas durante la dictadura. Al filme le falta más efecto dramático en su narración, se siente tan lineal y severa como su propio protagonista. Pero lo mejor son las actuaciones. #PrimeVideo

viernes, 3 de noviembre de 2023

THE BLACK PHONE

¿Llamada local o larga distancia? Ethan Hawke en modo "lobo feroz".

Nunca vemos la cara de Ethan Hawke -al menos, no completamente-, y aunque todo el filme la mantiene oculta detrás de una máscara muy tétrica, no es impedimento para que ofrezca la que es quizás su actuación más espeluznante. Sin dicha máscara tal vez hubiera sido difícil creerle su papel de villano psicópata. Su trama está instalada más de la mitad del tiempo en un sótano, pero Scott Derrickson (Sinister) supo mantener mi interés hasta el final, ofreciéndome dosis suficientes de escalofríos y emoción. A la renta y en HBOMax.

LA CAÍDA

Karla Souza.

Bien intencionada, pero si acaso, muy suave y tibia en su objetivo de denunciar los abusos sexuales y la pedofilia del mundo del deporte. Aquí es el universo del clavadismo, y aunque correctamente dirigida, no se arriesga a ir uno o dos pasos más allá en su premisa, la cual acaba traicionando. El depredador sexual del filme, un histérico y bastante malhablado coach, acaba sin otro castigo más que un buen regaño y advertencia de por medio. Buenas actuaciones del reparto, eso sí, especialmente de KarlaSouza.

En PrimeVideo

THE NORTHMAN

Alexander Skarsgard y Anya Taylor Joy.

Pensaba que ya no hacían filmes como éste. Dejando de lado sus obvias referencias a Hamlet, Robert Eggers sabe moverse en este relato de vikingos entre lo alucinante y la historia de aventuras movida por la venganza, poblada de brujas, hechiceros, y guerreros resucitados. Alexander Skarsgard, como el héroe gritón que se desgarra las cuerdas vocales cada diez minutos, está estupendo, al igual que Anya Taylor Joy. Eggers no escatima en violencia gráfica en comparación a sus anteriores filmes. No apta para débiles de corazón.

A la renta y en HBOMax

jueves, 12 de octubre de 2023

THE LITTLE MERMAID

PEZ FUERA DE LA AGUA.  Halle Bailey
 

¿A qué hora aparecen Jack Sparrow y los piratas del Caribe? ¿Dónde está Aquaman para salvar a Ariel? Está bien, confieso que no evité bromear con esas cuestiones durante la primera mitad de la nueva película de La Sirenita. Es la tal vez no corregida, pero sí muy aumentada versión con actores de carne y hueso de uno de los clásicos animados de la Disney. Claro, también está toda la tecnología digital a su disposición para recrear, lo mejor posible, la misma magia a poco más de 30 años del estreno de la película animada.

Lo sé, el decirlo suena a noticia de antaño, ya todo mundo sabe que la nueva Sirenita es interpretada por una actriz negra, Halle Bailey, con toda la controversia que los ejecutivos de la Disney imaginaron que eso implicaría. El feroz racismo en redes sociales (#NotMyAriel en twitter ¿recuerdan?) no dejó esperarse, con muchos defendiendo a la Ariel original, blanca y pelirroja.

En lo personal, poco importó para mí la cuestión racial. Bailey no nada más está a la altura del papel, siendo, además de bella, una estupenda cantante. Quizás, su mejor y más memorable número sea (y el mejor creo de ambas películas) Part of Your World (música de Alan Menken, letra de Howard Ashman), el cual interpreta magistralmente. Si el resto del filme es bueno o no, a la altura de su antecesora animada, ya es otra cuestión.

Si esta versión es más fiel o no al cuento original de Hans Christian Andersen, es algo que tengo pendiente de ver tan pronto como lo lea. Lo que sí es cierto, es que esta nueva película no es muy fiel que digamos a la versión animada, la cual encuentro superior en varios aspectos. Dirigida por Rob Marshall, responsable de Chicago (de mis musicales favoritos a la fecha), y de la reciente secuela de Mary Poppins, en esta nueva Sirenita el realismo de la vida en el océano es impresionante. Under the Sea, ese número musical que de niños se nos quedó a muchos grabado en la memoria (originalmente interpretada por el fallecido Samuel E. Wright), cantada por el cangrejo Sebastian (ahora con la más afrancesada voz de Daveed Diggs), resulta igualmente magnífico aquí. El número ahora tiene más criaturas marinas bailando y coreando junto al crustáceo, en escenas coreografiadas fantásticamente.

Hablando de los animales en el filme, tenemos la representación hiperrealista de rigor que hemos estado viendo en las nuevas películas de Disney. Sebastian, claro, se ve como un verdadero cangrejo parlante, pero no sé si Flounder (voz de Jacob Tremblay), el inseparable amigo de Ariel, sea realmente de esa especie de pez puesta aquí, en relación al filme animado. Me pregunto también qué tipo de ave es Scuttle aquí (con la "hermosa" y "melodiosa" voz de Awkwafina), el otro buen amigo de Ariel, el cual no luce en lo absoluto como su versión animada. ¿¿Por qué el cambio innecesario?? Además, Marshall decidió darle una canción, por cierto, muy mala y torturante para nuestros tímpanos ¿Por qué no le dió también una canción a Flounder? Algo me dice que Jacob Tremblay hubiera sonado mejor cantando que Awkwafina.

Scuttle no luce aquí gracioso como en el filme animado, pero ese es el problema de pasar por el filtro digital hiperreralista a los animales que la Disney ya había animado maravillosamente a mano: pierden por completo su cualidad cómica y caricaturezca.

No voy a entrar mucho en la teoría que muchos fans divulgaron en redes sociales, sobre si la mamá de Ariel aparece en Peter Pan, y de que si fue Garfio el que la mató. Muchos ya conocemos la historia original, pero aquí un repaso, Ariel (Bailey) es una sirena adolescente, hija del Rey Triton (Javier Bardem), quien anhela dejar el océano y salir a explorar el mundo exterior de los humanos, por el cual siente una gran fascinación. Ariel guarda una colección de toda clase de objetos que los humanos tiran al mar, o de naufragios, y que tiene escondidos en un lugar secreto.

Cuando Ariel conozca al principe Eric (Jonah Hauer King), y lo rescate de perecer en un naufragio, el flechazo será instantáneo, y las ganas de aquella por dejar el reino de Triton y el océano serán más, digamos, urgentes. Pero hay un inconveniente: la pobre Ariel no tiene piernas. Es cuando magia y pactos malignos, que tendrán un alto precio, intervendrán para hacer su sueño realidad.

Hay otras canciones adicionales que en realidad, además de alargar el filme, no son tan buenas como las clásicas. Por ejemplo, la canción escrita para Eric es pasable aunque algo melodramática, mientras que al inicio hay una canción pequeña que los marinos cantan en el barco de aquel, en contraste, más jovial. Al rey Triton no le fue compuesta una canción, aunque creo que no hubiera querido oír a Bardem cantar. El Triton de carne y hueso no podría lucir más aguado en esta versión, sin la misma personalidad que su contraparte animada. ¿Soy yo, o Triton me pareció demasiado estático, sin la misma energía de papá controlador y sobreprotector que sí vimos en 1989?

Es una pena también que haya quedado mutilado el humor que tenía la peli animada. Extrañé la comedia durante la segunda parte, justo cuando Ariel vive en el mundo de los humanos y en el palacio del príncipe, con las bromas que tienen lugar en el comedor, o aquel gracioso número musical en la cocina, con el chef tratando de cocinar a Sebastian. Aquí no vemos al cangrejo traumatizarse por ver en la cocina a peces, moluscos, y crustráceos convertidos en alimento para los humanos.

Es decir, en la segunda mitad de esta Sirenita el filme pierde algo de su atractivo e intensidad, inclinándose más hacia el melodrama romántico. Grimsby (Art Malik), el inseparable mayordomo y consejero de Eric también está presente en el filme, y a esta especie de figura paterna los realizadores decidieron agregar el personaje de la reina, también afroamericana (Noma Dumezweni). La reina, al igual que el Rey Triton, asume el papel clásico de mamá sobreprotectora, y no quiere que el príncipe se siga aventurando peligrosamente en los mares.

El filme tiene un sabor más caribeño en las escenas carnavalezcas. Mientras el número musical de Under the Sea es un prodigio visual, el segundo número musical de Sebastian no es tan bueno. El número tiene menos animales cantando, sin incluir a las ranitas del filme animado cantando o dirigiendo la orquesta. Es de admirar los efectos visuales bajo el mar, por ejemplo, el movimiento del cabello de Ariel, Triton y las otras sirenas, pero otro par de cosas, en contraste, no son tan convincentes, como el sonido de las voces. Este último no tiene esa cualidad "submarina" que sí tenían, por ejemplo, las voces de los personajes en Aquaman. Incluso, tal vez me equivoque pero creo que en Aquaman se veían burbujas salir de las bocas de los personajes al hablar, cosa que no pasa en La Sirenita.

Melissa McCarthy y su interpretación de la villana de la historia Ursula, mitad bruja mitad pulpo, es otra de las cosas positivas. Las dos anguilas que la acompañan aquí, extrañamente, no hablan como en el filme animado, pero lucen geniales e igualmente diabólicas. Creo que con un poco más de maquillaje McCarthy su hubiera podido ver todavía más maligna como su versión animada, pero su actuación es estupenda, y casi se roba la película. Da por completo en el clavo con la voz malévola, loca, y maniaca del personaje. Marshall sabe darle a la película el giro obscuro que tiene la historia. Sin revelar mucho, la escena climática del enfrentamiento entre Ariel y Ursula es también otro de los puntos fuertes del filme.

Haciendo un balance, debo decir que el filme, en general, me gustó, a pesar de lo alargado que termina siendo. Lo mejor, definitivamente, es el mundo submarino de Atlántica. Si hay dos cosas que distinguen al filme, es su apuesta por la diversidad racial en el reparto, sus efectos digitales de primera, y claro, Halle Bailey, toda una revelación.
En DisneyPlus.

jueves, 21 de septiembre de 2023

WENDELL & WILD

 

Muertos vivientes, demonios, y una niña huérfana.
 

Ya nos provocó pesadillas antes de Navidad, nos llevó de viaje en un durazno gigante, y luego nos hizo vivir en el universo paralelo de una niña llamada Coraline. ¿A dónde nos llevará ahora Henry Selick, el maestro de la animación en stop motion? Nuevamente de viaje a otra fantasia gótica-infantil, pero no por eso menos terrorífica, en Wendell & Wild. Ah, olvidé decir que, además de gótico, su nuevo filme es sumamente demoniaco, ya que tanto el Wendell y el Wild del título son, literalmente, un par de demonios hijos del mismo diablo. Pero estos últimos no son exactamente los protagonistas, sino una niña, Kat (voz de Lyric Ross), quien después de un trágico y desafortunado accidente (causado por una ligera distracción, provocada por...un gusano dentro de una manzana acaramelada) pierde a su papá y mamá.

Acto seguido, Kat es enviada a un internado, en una casa de diseño muy gótico. El internado luce tan antiguo, que antes de que Kat ponga un pie adentro ya sentimos rechinar y crujir el suelo. Ahí conocerá al clásico grupo de "chicas malas", lidereadas por la infaltable niña rubia de cabello largo pero piel bronceada, Siobhan (voz de Tamara Smart). Aunque también encontrará personajes no tan cliché, como una niña latina, Raul (voz de Sam Zelaya) de apariencia rebelde y masculina, talentosa para diseñar y dibujar. Un incidente nos revela que Kat no es una niña común y corriente, y que tiene cierto don para predecir eventos del futuro.*

Mientras, el infierno en donde habitan Wendell (voz de Keegan-Michael Key) y Wild (voz de Jordan Peel, quien coescribió el guión junto a Selick) está lejos de ser el típico infierno cavernoso en llamas. Ambos viven sobre el cuerpo de su gigantezco padre, un diablo de nombre Buffalo Belzer (voz de Ving Rhames), sobre cuyo tórax se encuentra un parque de diversiones con juegos para torturar a las almas condenadas. Mientras, nuestros dos demonios hacen labores como estar en el cuero cabelludo de su papá, aplicando pomadas para hacer crecer su cabello, tal y como si fueran agricultores trabajando sobre un tractor (en realidad, un extraño animal, mezcla de hipopótamo con cerdo), en donde las cosas más surreales, bizarras y asquerosas ocurrirán. Su trabajo los llevará a descubrir que la pomada sirve para algo más que regenerar el diabólico pelo de papá: revivir a los muertos.

Sí, sí, ya se lo que están pensando, que todo este mundo gótico-fantástico, bajo y sobre tierra, parece otro más de esos universos concebidos por la cabeza con cabellos alborotados y enmarañados de Tim Burton, pero no es así. De hecho, no sería descabellado (perdón por el chiste involuntario) imaginar que Selick tomó como inspiración a Burton (con quien colaboró antes en Pesadilla antes de Navidad y Jim y el Durazno Gigante), pero la verdad es que esta historia salió de la no menos extraña y retorcida mente de Jordan Peele (exacto, el director de Get Out y Us), así como del mismo Selick. Luego de mucho deliberar, Netflix (plataforma en donde se encuentra disponible la peli) les dió luz verde a su proyecto.

Como de costumbre en el cine de Selick, tenemos un impecable stop motion, con su distintiva huella magistral. La peli está dirigida para niños, pero no por eso su historia deja de ser compleja. Lo mismo muestra demonios como muertos vivientes, y se adentra en el tema de la muerte con seriedad, pero también con humor negro. No es revelar mucho si menciono que la ecuación formada por la pomada, mas el trauma de una niña por haber sido la única en sobrevivir el accidente automovilístico, dará como resultado la tentación para esta última de usar aquel ungüento en sus padres, y traerlos de vuelta del más allá.

Y detrás de este dilema enfrentado por Kat, en el cual hay de por medio una especie de pacto mefistofélico que traerá consecuencias difíciles para ella, hay otro pequeño problemita: salvar el internado de las garras de un matrimonio codicioso, los Klaxon (voces de Maxine Peak y David Harewood), en donde el marido, un pelmazo cuyo diseño se nota inspirado en la facha de Donald Trump pero con piel obscura, y su esposa, buscan construir una penitenciaria en ese terreno, necesitando muchos votos para el proyecto (la manera en que se las ingenian para conseguirlos es delirante). El director del internado, un cura de no muy confiable apariencia (voz de James Hong) podría estar involucrado en este negocio.

La película tal vez tenga el punto en contra de poder llegar a ser demasiado sombría para los niños, y difícil de seguir, sin que capten algunas referencias, como la mencionada sobre el parecido del villano con Trump, o el notar que hay otro personaje que luce inspirado en la imagen de un maduro Marlon Brando (el de los 1970, para ser exactos) en silla de ruedas. Este brandonezco personaje, es el encargado de mantenimiento en la escuela, pero que se dedica secretamente a cazar y coleccionar---demonios. Pero confío en que el diseño de Wendell y Wild, y el de su inframundo, algo entre cubista y dark, así como el de los zombies, que es más caricaturezco, atrape su atención.

Lo que sucederá con toda probabilidad, es que Wendell y Wild termine siendo jugosamente más atractiva para los aficionados al cine animado de Selick, quienes, como yo, lo han venido siguiendo y admirando desde Pesadilla Antes de Navidad, de 1993. No será este el mejor trabajo de su filmografía, pero como enorme curiosidad sin duda destaca.
En Netflix

lunes, 14 de agosto de 2023

BIRD BOX: BARCELONA

 

MIRA AL PAJARITO.  Georgina Campbell y Mario Casas.

Ni hay caja, ni hay pájaros. No tiene el más mínimo sentido llamar a esta película como su fuente de inspiración, la película original del 2018, protagonizada por Sandra Bullock. La historia se ha movido a Europa, a la ciudad de Barcelona para ser exactos, cosa que suena interesante en un principio. Sin embargo, desde los primeros minutos, con algunas tomas aéreas que muestran los inconfundibles bloques de casas y edificios de forma octogonal, como panales de abejas, empezamos a ver que esto escasamente tiene que ver con el primer filme.

Para reseñar la película de Barcelona, vi por tercera vez el filme original (dirigido, por cierto, por Susanne Bier), y los resultados son fuera de la balanza. Mientras me acabó gustando todavía un poco más el filme con Sandra Bullock y Sarah Paulson, así como un John Malkovich en el papel de un alarmista y paranoico tipo que desconfía hasta de su propia sombra, el filme español, por el contrario, al verlo me gustó menos en comparación.

La historia de BBB (¿podemos llamarle así en adelante?), es una historia totalmente nueva. Sus realizadores, los catalanes Daniel y Àlex Pastor, es obvio que trataron de hacer esta "franquicia" corregida y aumentada, no tanto en cuanto al metraje, ya que ésta dura un poco menos que el filme original, pero el tiro les salió por la culata. Sigue presente la idea de mezclar la premisa estilo The Happening, de M.Night Shyamalan, con un escenario zombie-apocalíptico, en donde los seres humanos supervivientes de un cataclismo de causas inciertas deben vivir con los ojos vendados o, de alguna forma, protegidos. En resumen, deben andar a ciegas (esta última frase tal vez hubiera funcionado como título en español), debido a que una amenaza invisible y de origen desconocido, que no se sabe si es un virus o una especie de fuerza diabólica invisible, los infecta por los ojos de un impulso suicida.

Estos supervivientes se percatan de la presencia de dicha fuerza maligna al ver hojas flotando hacía ellos, o por una luz intensa. O también si dos o tres periquitos se ponen inquietos en una jaula (de ahí el título del filme original). Los humanos desprevenidos, sin los ojos vendados ni usando extraños goggles industriales como los que usa el protagonista, Sebastián (Mario Casas), serán infectados por este ente. A estos infortunados, primero se les pondrán sus ojos como vidriosos y color ambar, y luego se quitarán la vida.

Pero en BBB, los realizadores quisieron jugar un poco y cambiar las cosas, subiéndole más el fuego al sartén y quemando por completo el asunto. Si en el filme original el personaje principal era una futura mamá soltera, a punto de traer un hijo a un mundo caótico y al borde de la destrucción, en la nueva película Sebastián es un padre que vive traumatizado debido a que ve a su hija fallecida a donde quiera que va. Para colmo, al verla se pone loco por completo, siguiendo las órdenes del espíritu de matar a todo incauto que tenga cerca, sin importar que tengan o no los ojos vendados, viendo las almas de los fallecidos ascender al cielo.

Esta nueva película es algo más internacional, con un poco más de personajes de diferentes nacionalidades (que no se diga que Barcelona no es una ciudad cosmopolita). No sólo hay "birdboxeros" (perdón, no pude resistir el usar el término) de España (Lola Dueñas es uno de los rostros conocidos), sino también una niña alemana, una mujer británica (Georgina Campbell), y por supuesto ¡un mexicano! (Diego Calva). Este será el vasto grupo al que, en algún momento, se integra Sebastián, sólo que, contrario a como sucedía en el primer filme, aquí no hay personajes tan interesantes, con interacciones que comiencen a poner los bloques de una trama que en verdad me haya enganchado. No hay buenas anécdotas ni pasados que compartir, o relaciones sentimentales que puedan suceder.

Aquí nadie confía mucho en nadie, y más que tener un plan de supervivencia, hay un sentimiento de sospecha entre uno y otro. Creo que el principal problema, es que Sebastián, en lugar de provocarnos empatía, el efecto que tiene es más bien repelente y de desconfianza. Más que ayudar, Sebastián está ahí para empezar a matar a la primera oportunidad que el espíritu de su hija se lo comande, sin que les revele a los demás un secreto que, por supuesto, no daré a conocer aquí.

BBB nos hace sentir en un escenario más cercano al de la saga de REC que al de Bird Box, moviéndonos la historia de un edificio modernista ruinoso a otro, sin que se aprovechen mucho escenarios icónicos de la ciudad (¿Cómo se hubiera visto la iglesia de la Sagrada Familia en este escenario? Me quedé con las ganas de verlo). Con excepción de la niña y la mujer británica, no simpaticé mucho con ningún otro personaje durante la mayor parte del filme.

Además de la fuerza demoniaca ambulante, ahora hay villanos en esta película, en la forma de un sacerdote argentino loco (para hacer la cosa más internacional todavía), encarnado por otro rostro conocido, Leonardo Sbaraglia. Este cura es una especie de líder de una secta estilo Illuminati, cuyo sello de un ojo dentro de un triángulo está presente en las calles como grafittis. Los seguidores de la secta son infectados que, sin haberse suicidado, buscan que otros se quiten la venda de los ojos y miren lo "hermoso" que es el ente infernal.

Al menos para quien esto escribe, la idea de darle a todo un giro más paranormal del necesario no terminó ayudando mucho a esta nueva película, ignorando por completo la vieja frase de "menos es más" - y mejor-, agregando más efectos visuales, más personajes, y, lo peor, más caos... incluso en su guión. El final promete más películas por venir. ¿Seguirá Bird Box: CDMX?
En #Netflix

lunes, 24 de julio de 2023

AFTERSUN

 

SAY CHEESE!! Frankie Corio y Paul Mescal.

Aftersun trata sobre las vacaciones veraniegas de un muy joven papá junto a su hija. De ver el póster, y a la vez leer lo arriba descrito, es fácil suponer que tendremos el clásico filme-de-tour-turístico, llevándonos por las calles de la costa española, de Turquía o de Grecia, lugares a donde padre e hija viajan. Nada más lejos de ser así, ya que en este primer largometraje de Charlotte Wells el asunto está por completo enfocado en la relación de sus dos únicos personajes, sin que imágenes de postal distraigan nuestra atención.

Las vacaciones de Calum (Paul Mescal, nominado al Oscar este año) y Sophie (Frankie Corio, quien en su primer filme resulta una gran revelación), originarios de Escocia, tiene momentos felices, pero también de tensión y tristeza. Durante la narración se intercalan, ocasionalmente, momentos extraños, con escenas recurrentes en donde vemos a Calum bailando en un club nocturno, como provenientes de un sueño o de recuerdos vagos, sin alguna relación aparente con la narración principal. En dichos instantes fugaces el tiempo parece detenerse y sublimarse, mientras que escuchamos Tender, de Blur, derretirse en nuestros oídos, con todo moviéndose en cámara lenta. Es como al final de un sueño antes de que despertemos.

En alguna de esas imágenes de bailes embriagados, también veremos la imagen de Sophie adulta (Celia Rowlson-Hall), bailando y mirando de lejos a Calum bailar y llorar. Esos instantes hacen todavía más inusual y único al filme de Wells. Sin embargo, lo que más llama la atención es la relación entre Calum, quien adivinamos lleva una carga emocional y trauma severos encima, de los cuales no quiere hablar, y Sophie, en plena transición a la adolescencia, que de entrada parece de buenos amigos, o de hermano y hermana. Hay una escena incluso en donde, estando en su hotel en su primera escala en Torrente, España, en donde unos chicos también británicos se acercan a ellos a jugar billar. Engañados por la apariencia joven de Calum, no imaginan que ambos sean papá e hija.

Es posible que Aftersun tenga elementos autobiográficos. Sophie pasa casi todo el tiempo filmando con una cámara de video a su papá dentro del cuarto de hotel. Pero por alguna razón, nada más hace esto dentro del cuarto, nunca afuera o en los escasos momentos que aparecen turisteando.

Sophie y Calum, como personajes, se explican a sí mismos en sus pláticas, sin necesidad de personajes secundarios, o cuando lo vemos a él practicar algo que parece ser taichí (en una escena, Sophie le dice a su mamá por teléfono que "papá ya está empezando a moverse extraño"). A Calum le gusta bailar, mientras que a Sophie, además de ser aficionada a filmar, le gusta cantar.

Ambientada probablemente a mediados de los años 90, a pesar de ciertas tensiones, la historia muestra en general las vacaciones perfectas para ambos. En Aftersun no hay una historia en el sentido tradicional del término, sino que todo luce como un entretejido de momentos memorables, casi todos ellos bañados por el Sol, aunque también hay momentos memorables que ocurren durante la noche.

Aftersun es una historia de maduración, del descubrimiento del amor para Sophie, del acercamiento con su papá, hasta un desenlace desconcertante y en puntos suspensivos. Al respecto, ambos actores están muy bien, y aunque la actuación de Paul Mescal no me pareció como para una nominación al Oscar, lo mejor de su trabajo es el buen reflejo de sus altibajos emocionales (¿Será bipolar? De ser así ¿ésto lo lleva a tener comportamiento suicida?). Pero es indudable que la excelente química que consiguen es lo más rescatable de la película.
En Mubi.
⭐️⭐️⭐️1/2

jueves, 6 de julio de 2023

CHUPA

CHUPA PHONE HOME. Evan Whitten y Chupa.
 

Basta ver Chupa, el más reciente filme de Jonás Cuarón, para adivinar que sus películas favoritas de Spielberg son Indiana Jones, Jurassic Park y, principalmente, E.T. Referencias a dichos filmes pueden verse grabadas con letras de oro y cincel de fanboy en muchas escenas, aunque algo falló a la hora de titular la película. "Chupa" no podría ser un título más repelente para un filme destinado a niños y familias, y que hará levantar las cejas de muchos papás y mamás, indecisos si darle click o no al botón de reproducir en Netflix. No teman queridos padres, Chupa no podría ser un filme más inofensivo y poco memorable, de esas películas que, luego de verlas, van a parar al baúl del olvido.

Vi el filme un par de veces, y en ambas, si bien terminé identificando más referencias a Spielberg (Jurassic Park, sobre todo), no sentí a la historia irradiar mucha magia en la misma medida. Pero, eso sí, las dos veces seguí preguntándome ¿Cómo habrá hecho Cuarón para convencer a Christian Slater de trabajar aquí y hacer el papel del villano? Slater es Richard Quinn, una especie de mitad arqueólogo (creo, por que al inicio del filme explora, como si fuera Indiana Jones, unas cuevas con dibujos prehistóricos antiguos), mitad paleontólogo-cazador estilo Jurassic Park. Sinceramente, quién sabe que sea realmente Quinn, pero es el malo, en búsqueda nada menos que del mítico y folclórico "chupacabras". En los 90, este ser, del cual no hay a la fecha prueba de que realmente exista, se dedicó a causar pánico a granjeros en el norte de México, quienes encontraban sus cabras y otros animales muertos, aparentemente sin gota de sangre.

Cuarón rescata este mito del olvido, en un filme de época protagonizado por un niño, Alex, interpretado por Evan Whitten. Dato curioso, Whitten interpretó en la excelente serie Mr. Robot a su protagonista de niño, de nombre Elliot. En Chupa, Alex será como el Elliot de E.T., ya que tendrá un encuentro con una criatura, digamos, fantástica. ¿Coincidencia? Tal vez, aunque también puede ser que Christian Slater, quien también actúa en Mr. Robot, haya recomendado a Whitten con Cuarón para interpretar a Alex. Pero nos estamos desviando del tema.

Alex llega a México enviado por su mamá (Adriana Paz) para pasar el verano con sus primos, Memo (Nickolas Verdugo), un regordete niño que desde la primera escena parece que tomó demasiadas tazas de café, recibiendo a su primo disfrazado de luchador y queriendo aplicarle una llave, y Luna (Ashley Ciarra), la única de ambos hermanos que habla inglés. El motivo del viaje, es que Alex, quien sufre en la escuela de racismo y abusos, redescubra sus raíces mexicanas con la ayuda de su abuelo paterno (Demián Bichir).

El filme está ambientado en la primera mitad de los 90, y el diseño de arte es de los pocos aspectos rescatables del filme, el cual se nota muy cuidado. Al llegar a México, lo único que hace Alex, quien increíblemente no habla jota de español, es jugar con su Game Boy, pero gracias al abuelo descubrirá el mundo de las luchas (asunto nada spielbergiano), quien, en sus años juveniles, fue un famoso luchador llamado "Azul". El papá de Alex, fallecido en un accidente, también gustaba de la lucha, y dicho aspecto servirá para que el abuelo y el nieto empiecen a conectar.

Chupa termina siendo una mezcla de Nacho Libre con E.T., o algo por el estilo. Lo malo, es que todo este asunto de la lucha libre hace que el filme termine poniéndose algo ridículo en su segunda mitad. Mientras, el encuentro entre un pequeño chupacabras perdido, al que los niños bautizarán con el muy "original" nombre de "Chupa", será de inspiración en E.T. El diseño del chupacabras, todo hecho digitalmente, sin animatronics ni efectos prácticos involucrados, parece una extraña y desafortunada mezcla de lince y gato montés con alas, que te refiere a todo menos al chupacabras. Esto es comprensible, ya que creo que lo que menos quisieron los realizadores fue asustar a los niños y provocarles pesadillas. Pero, en serio ¿un lince con alas? Creatividad al más bajo nivel. Y si hay niños esperando ver a Chupa en acción devorando una cabra, serán decepcionados.

Sin embargo, el más grave problema del filme no es tanto que no veamos chupacabras cazando cabras aterrorizadas, sino la total falta de magia y encanto que tiene el filme. Creo que Liberen a Willy tenía más encanto, en donde realmente sentíamos el lazo entre una orca y un niño. Cuarón decide enfocarse más en la relación abuelo-niño que en la de chupacabras-niño. Mientras, el personaje de Slater está completamente desperdiciado, teniendo un sólo objetivo en la historia: atrapar a Chupa a como de lugar. La película tiene una buena premisa, sobre Alex conectando con sus verdaderas raíces, pero la historia, si bien tiene buenas actuaciones, no pasa de nivel de película televisiva, para ser vista por niños mientras desayunan un domingo por la mañana.
En Netflix.

lunes, 26 de junio de 2023

EVERYTHING EVERYWHERE ALL AT ONCE

 

Stephanie Hsu, Michelle Yeoh y Ke Huy Kwan.

¿Hay algo de lo que no pueda haber multiversos? Hay Spiderversos, Dr.Strangeversos, y ahora, aunque no he visto la nueva película de Flash, creo que ya hay también flashversos y batmanversos. Como sea que uno quiera llamarles, los multiversos no dejan de poblar las recientes producciones, listos para doblar y desdoblar, duplicar y multiplicar la realidad hasta que nos hacen tomar una aspirina. Pero entre todos estos filmes de superhéroes multidimensionales, tenemos Everything Everywhere All at Once, esa peliculita que poco a poco, como bola de nieve, fue creciendo y creciendo durante la temporada de premios, ganando reconocimiento hasta llegar a la cima, ganando varios Óscares, incluyendo el de Mejor Película.

Y lo interesante, es que lo anterior lo hizo de una forma original, poniendo justo en el epicentro de su historia a una familia china viviendo en los E.U. Por si fuera poco, el filme ganó también el premio a Mejor Póster de cine en los Impawards. Nada mal para un filme que desafió la paciencia de muchos, con uno que otro que ni siquiera llegó al final del primer acto. Unos la vieron y terminaron odiándola o, por el contrario, con una extraña fascinación por la misma, como quien esto escribe.

Si bien no amé cada cosa del filme, como dos o tres chistes simplones y algo tontos, el filme, dirigido por Daniel Kwan y Daniel Scheinert (conocidos como los Daniels, responsables también de Swiss Army Man, un filme sobre un cadáver pedorro interpretado por Daniel Radcliffe), terminó quedándose conmigo debido a su irreverencia, locura, e innovadora forma de narrar y armar su historia, como en forma de muñecas rusas. Además, sólo aquí podrás ver a Jamie Lee Curtis (quien ganó el Óscar a Mejor Actriz Secundaria) en el papel de una burócrata, empleada de Hacienda, con una apariencia nada halagadora y sobrepeso. Curtis tiene un triple papel, en uno de ellos actuando como poseída por un Golem, todo con total humor involuntario.

La verdadera estrella es Michelle Yeoh, en un, literalmente, multipapel. Yeoh es Evelyn Wang, madre de familia, esposa, y dueña, junto a su inocentón-ñoño marido, Waymond (el espectacular regreso de Ke Huy Kwan, el niño que en Indiana Jones y el Templo de la Perdición me sorprendió en el cine viéndolo manejar un coche con latas amarradas en sus pies) de un negocio de lavandería. Lo sé, suena estereotípico, pero también Yeoh interpreta a una actriz de cine, una cantante, una chef (en una graciosa parodia de Ratatuille), y una peleadora de kung fu, este último en un claro homenaje a su carrera en la vida real como estrella de películas wuxia de artes marciales.

El filme, cuyo primer episodio es titulado, precisamente, "Everything", abre con Evelyn en su escritorio, sumergida en un papelerio infernal, a punto de presentar su declaración de impuestos. Para colmo, Waymond tiene planeado pedirle el divorcio, y mientras este encuentra el momento adecuado, aquella tiene problemas con su hija, con el irónico nombre de Joy (Stephanie Hsu), quien entiende chino pero apenas y lo habla, y tiene una relación con una chica mexicano-americana. Evelyn se rompe la cabeza tratando de explicar esta situación a su papá, Gong Gong (James Hong, infaltable en un reparto así).

El caos se desatará durante la reunión que Evelyn, Waymond, y Gong Gong tendrán con la trabajadora de Hacienda (de nombre Deirdre Beaubeirdre, pero esto último es poco relevante, no se molesten en tratar de pronunciarlo o recordarlo) para arreglar una que otra irregularidad en su declaración de impuestos, justo cuando la primera recibe, como por telepatía, un mensaje importante de nada menos que ¡Alpha Waymond!. Este es una versión alterna de su marido, completamente opuesta al que conoce, con aire de líder y en extremo seguro de sí mismo, proveniente del Alpha Verso. Lo que tiene que decirle es casi nada: Evelyn tiene la misión de acabar con la terrible amenaza de Jobu Tupaki, un malvado ente que amenaza con destruir el universo.

Fans de los cómics japoneses, tienen razón: todo suena muy manga. Y lo es en muchos sentidos, ya que la experiencia de ver la cinta es muy cercana a la de leer un cómic manga. Una película de este tipo es difícil, si no imposible, describirla con palabras y hacerle justicia. Es una experiencia mayormente visual, en donde su narrativa te lleva entre un universo y otro con la velocidad de un salto cuántico. Estos saltos se provocan en el filme por las cosas más ridículamente masoquistas, como cortándote la mano con el filo de un papel, golpeándote a ti mismo, haciéndote daño físico, etc.

Con cada salto entre un universo y otro, vemos diferentes versiones de Evelyn, de lo que pudo haber sido su vida de no haberse casado con Waymond. Cada universo es representado por alguna aspiración que tuvo, o sueño de ser alguien, como una actriz. Este es, sin duda, un aspecto brillante del guión (escrito también por los Daniels, ganadores del Óscar a Mejor Guión), con cada fragmento de la historia o viñeta conectados por una edición ágil, de ritmo casi imparable.

En ese sentido, la actuación de Michelle Yeoh es camaleónica, en un desfile de alter egos de los cuales destacan el de la actriz de cine. En un mini ejercicio de cine-dentro-del-cine, Waymond es un hombre de negocios, también marido de la Evelyn actriz, y la viñeta se transforma en una especie de cortometraje a lo Wong Kar-Wai (con todo y estilo ralenti). Mientras, Stephanie Hsu no se queda atrás, igualmente con un personaje que termina desdoblándose y desdoblándose hasta terminar siendo la reencarnación de algo que Evelyn tiene que enfrentar, en tanto descubre que el origen del universo es un--- bagel. En otra parte del filme, ambas terminan en un universo como---piedras con ojos saltarines, que dependiendo del humor de cada uno esto puede ser muy cómico o muy simplón.

Después de leer lo anterior, pensarán ¿Realmente quiero ver un filme así? ¿Es para mí, o no? La respuesta, como todo en este, ehem, universo (¿o multiverso?), es que Everything no será para muchos, pero fascinará a otros. El humor no hará click con otros tantos. Quién sabe. Quizás en otro universo a sus otros yo les gustará. En mi caso, hubo un par de cosas del humor del filme con las que no conecté, como el universo en donde Evelyn tiene dedos de salchicha, o la idea del dolor autoinflingido para pasarse de un universo a otro. Pero en general, Everything (por cierto, los siguientes episodios del filme se titulan, precisamente, "Everywhere" y "All at Once"), la película, en su derroche de originalidad, es un portento visual; su mezcla de géneros está bien lograda y es surreal (la experiencia de los Daniels dirigiendo videos musicales es notoria). Su mensaje sobre perder el miedo, de conexión -o re-conexión- entre madre e hija, y de que sea el bien lo que siempre predomine en nuestras vidas, se quedó conmigo las tres veces que vi el filme. Merecido su Oscar.
En PrimeVideo.

sábado, 10 de junio de 2023

AIR

Michael ¿la quieres hawaiana o de pepperoni? Matt Damon.
 
 

Air es de esas pelis que gustarán más a los fans del deporte, pero mucho más a los fans del basketball, y ni se diga a los de Michael "Air" Jordan. Hablo de películas como Moneyball y Draftday, que hacen que se les haga agua la boca a los que saborean leer y enterarse sobre números, estadísticas, y todo sobre el muy lucrativo negocio del deporte. Amigos míos, Air es la película que deben ver. Que no los desmoralice el título en español, Air: La Historia detrás del Logo, que no podría ser más desacertado. Apenas y una pequeñisima parte del filme trata sobre la creación del logo que decora los tenis "Air" de Nike. Se menciona muy por encima, hasta el final, como un breviario cultural.

Originalmente producida para ser estrenada exclusivamente en Prime Video, Ben Affleck, su director y actor, así como los ejecutivos de Amazon, pensaron en darle un estreno en cine antes (¿para ser considerada en las nominaciones al Oscar, quizás?) Air trata más específicamente sobre la concepción y creación de la línea de tenis "Air" por Nike, en 1984, que ayudaron a consolidar más la carrera de Jordan como jugador de basket, literalmente, elevándolo por los aires "como águila".

Ah, y claro, los tenis volvieron millonario a Jordan, gracias a la visión que tuvieron dos figuras clave, Sonny Vaccaro (Matt Damon, estupendo), el ejecutivo de mercadotecnia de Nike, y Deloris Jordan (Viola Davis, excelente), madre de Michael. Air también podría llamarse "Hair", ya que muestra peinados y cabellos extraños, como los del del mismo Affleck, interpretando a Phil Knight, presidente de Nike, o los de Jason Bateman, quien interpreta a Rob Strasser, ejecutivo de Nike, fallecido en 1993. Por cierto, ninguno de estos actores se parecen a sus contrapartes de la vida real, pero eso no evita que Hair,-- perdón, Air,-- se consolide como un magnífico filme sobre cómo se hace una estrella deportiva, gracias a una cuidada mercadotecnia, jugosos contratos con poderosas marcas, y decisiones acertadas entre agentes deportivos y corporativos ambiciosos. Pero el ingrediente principal, según muestra la historia, es el riesgo detrás de esas cuidadas decisiones, en la que están en juego millones y millones de billetes verdes.

Además, como dice Deloris Jordan en una escena platicando con Vaccaro, y que de seguro lo dejó boquiabierto en la vida real: un zapato es sólo un zapato [Air Jordan] hasta que mi hijo se mete en él. Es verdad que la película termina siendo todo un comercial para Nike, y para la todavía existente linea de tenis, así como un tributo a Michael Jordan, reconocido como uno de los más grandes atletas de todos los tiempos (¿Hay un basquetbolista actualmente que logre saltar como él hacia el aro para encestar? No, nadie que yo sepa).

Pero el filme logra sobrepasar lo anterior, al contar una historia que me enganchó desde el momento en que Vaccaro, verdadero protagonista del filme, empieza a destacar como un nerd del basketball. Lo mismo puede charlar casualmente sobre estadísticas y jugadores con un simple vendedor en una tienda de conveniencia, como con otro de sus colegas en Nike. Me refiero a Howard White (Chris Tucker, en plan serio), con quien Vaccaro discute sobre quién es quién en el basquet actualmente. Es hora de que Nike adquiera a un nuevo talento para patrocinar, y que sea la nueva imagen de la marca.

La magia de Vaccaro empieza cuando, entre videocasseteras y un montón de videos Beta (¡Oh, dulces y nostálgicos recuerdos!), solitario en casa, analiza y observa partidos y partidos de basketball, oprimiendo botones de un control remoto ¡alámbrico!. De pronto, la imagen de un joven jugador universitario afroamericano, delineado y figurado nada más por los pixeles de la pantalla de TV, llama su atención. Es Jordan, un desconocido para muchos, pero no para Sonny, quien luego de verlo en un partido arriesgar un tiro de 3 puntos y encestarlo, sabe que ha encontrado a su candidato, a quien defenderá con todo. Vaccaro hará cosas no muy profesionales, romperá reglas con tal de conseguirlo, con tal de arrebatárselo nada menos que a otro monstruo que ya casi lo tiene en sus garras, Adidas. Knight ya lo hubiera podido despedir, pero cree ciegamente en él y le permite seguir (irónicamente, Vaccaro y Strasser se fueron a trabajar luego para Adidas, pero eso ya es otra historia).

El filme presenta a Vaccaro como un tipo que vive por y para el basketball, lo respira y consume. Asiste a cientos de partidos de basketball universitario como un cazatalentos. No hay nada ni nadie más en su vida, ni familia ni esposa. Aunque ama el basket, no se nota que lo practique mucho. Es más, no se nota que haga deporte alguno, ya que tiene un sobrepeso notorio. ¿A sus colegas les cae bien? Exceptuando White y Strasser, es posible que Vaccaro no sea del agrado de muchos, debido a una actitud que tiene de sabe-lo-todo. Sin embargo, no es insufrible, incluso cuando habla con el neurótico agente de Jordan, David Falk (Chris Messina), no pierde la oportunidad de ser bromista y hacerlo rabiar.

Air no tiene el mismo derroche en su diseño de producción que sí tuvo Argo, pero luce aceptablemente ambientada en 1984. Robert Richardson, el director de fotografía, le da a Air una apariencia retro y granulosa de película de los años 80, dejando entrever el cuidado de Ben Affleck para estos detalles de época y el realismo. Affleck perdió bastante peso para el papel, y Knight luce todo lo opuesto a un gran director corporativo de traje y corbata, yendo a su oficina en ropa deportiva y siempre proyectando el mantra de estar en total control de sí mismo. No pierde tanto los estribos frente a Vaccaro como uno esperaría, cuya estrategia es invertir hasta el último centavo en Jordan, de aplicar el "Just do it" (slogan oficial de Nike) de forma literal.

Me produjo sentimientos encontrados la escena en donde la familia Jordan tiene la reunión decisiva con Knight, Vaccaro, Strasser, y White. Michael está ahí (de hecho, la única escena en la que aparece), pero nunca vemos su cara, y nunca me creí el hecho de que éste no dijera en esa reunión tan importante una sola palabra. Affleck quiere darle a Jordan un aura como de Dios parcialmente visible. Pero, por otro lado, ese discurso que Vaccaro le dice a Jordan, casi profético, es fantástico. Revela algo de desesperación, disparando sus últimos cartuchos, tratando de convencer, no sólo a Jordan, sino también a Deloris. Esta última, más que una mamá, es su mejor agente y consejera. Al final, Deloris se muestra como toda una conocedora de la mercadotecnia y la económia. Según el filme, Deloris sentó precedentes para que los deportistas fueran mejor compensados por el uso de su imagen y nombre en productos deportivos.

Más que ser un filme sobre basketball, Air trata sobre el riesgoso negocio del deporte. En ese sentido, Affleck anota una canasta de 3 al saber contarlo todo de forma entretenida, ágil, sin tantas estadísticas, fechas, o datos pesados que le resten encanto.
En PrimeVideo.

sábado, 20 de mayo de 2023

CON LOS AÑOS QUE ME QUEDAN

¿NOS DAS UN AVENTÓN?   Regina Blandón y Manuel Vega.
 

Lo sé, el título de este filme suena a título de canción. La verdad, no podría ser más desacertada la elección del título para la historia floja contada aquí, y no se confundan, no es la biopic de Chavela Vargas o algo por el estilo. Coproducción entre México y España, en el elenco tenemos una combinación de actores de ambas naciones. Y hablando de desaciertos, otro es la elección de Regina Blandón como la protagonista. Blandón nunca resulta convincente como inmigrante española, de nombre Macarena, viviendo en los E.U. Macarena llegó de niña a Los Ángeles en donde, según ella, perdió su acento viendo televisión mexicana. Ajá, claro. Es cierto que un acento puede perderse, pero ¿en su totalidad? Blandón no hace el mínimo intento por hacer un poco de acento español en el filme, sonando tan chilanga como en sus películas mexicanas.

El enfoque del guión es interesante, si bien a ratos extraño, teniendo la vida de inmigrantes españoles en Los Ángeles como punto de partida. Tan extraño como el ver a una chica española vendiendo en la calle comida mexicana. Como sea, la oportunidad del director y guionista Frank Ariza de explorar y profundizar más en el tema se pierde por completo, justo cuando la historia toma un giro de 180º y se transforma en una aburrida road movie por el desierto de California y Arizona.

Macarena lleva a cuestas un frustrado intento de convertirse en niña actriz, con su mamá (Estefania de los Santos) fungiendo como representante (de hecho, esa fue una de las principales razones de la familia para mudarse de España a California), y asesorarla en las audiciones. Sin embargo, la familia termina poniendo un negocio de churros (al que llaman "Churriwood"), y Macarena termina estudiando derecho, involucrándose en una relación romántica con una mujer policia (Aislinn Derbez), que la marcó para siempre.

La causa de su viaje en carretera será su papá (Paco Tous), quien debido a una relación extramarital con una prostituta de color más joven, se meterá en problemas con una especie de jefe mafioso (Enrique Villen, el inconfundible actor español de mirada, literalmente, camaleónica). Para ayudar al papá, Macarena deberá llevar una bolsa (podemos adivinar que lleva un contenido sospechoso) de Los Angeles a Sonora, alquilando un auto propiedad de un tipo español, Lu (Manuel Vega), quien fungirá de chofer.

Poco de interesante pasa durante este viaje. La trama es tan plana como la carretera recorrida por Macarena y Lu, quienes no tienen pizca de química. Durante el viaje, los recuerdos de Macarena intervendrán y cruzarán su memoria, mediante infinidad de flashbacks (la decepción que le provocó su papá, de su relación romántica malograda, etc.). Aunque la película está bien filmada, el guión termina siendo un desbarajuste total y sin una historia que tampoco me enganchó como melodrama familiar.
En #PrimeVideo










jueves, 11 de mayo de 2023

FUGA DE REINAS

KENTUCKY RUN. Martha Higareda, sus "reinas", y... les faltó el pollo. 


Si al ver esta película (es más, incluso antes de verla), sintieron como un deja vú de "creo que ya he visto esto antes", no se equivocan. La total falta de originalidad en la premisa de este filme es tan evidente, que repele desde el primer minuto. Tenemos el viaje por carretera para esparcir las cenizas de algún fallecido y cumplirle su último deseo; el viaje planeado desde la escuela de unas amigas y que ahora se concreta; o la idea feminista de unas mujeres no muy felices con sus vidas actuales, que deciden huir y dejarlo todo atrás. Entre ellas se incluye una mamá que deja esposo e hijos atrás para, probablemente, encontrarse a sí misma.

Tenemos aquí Thelma & Louise (1991) multiplicada por dos, sólo que sin la inteligencia, sensibilidad, y estupendo guión del filme de Ridley Scott. Entiendo que Reinas... es una comedia,... o al menos eso intenta fallidamente, pero no por eso sus personajes tienen que ser irritantes, como el de Martha Higareda, quien en el camino adopta como mascota a un pollo al que bautiza como Kentucky, y sueña con ponerse unos implantes de silicón. Luego, una esposa (Paola Nuñez), quien tiene la sala de su casa convertida en un ridículo y desproporcionado altar dedicado a su mamá fallecida (hurna de cenizas incluída), infeliz porque su esposo no la toma en cuenta. Además de la madre de familia (Alejandra Ambrosi) que ya he mencionado arriba, tenemos a la infaltable chica regordeta y poco agraciada (Valeria Vela), quien pone el medio de transporte (un coche convertible rojo clásico al que apoda "corcholata"), de cabello rosado, y que presume ser el alma rebelde, libre, y me-importa-un-bledo-todo del grupo.

Sobra decir que el filme, escrito por la misma Higareda y dirigido por un tal Jorge Macaya, termina siendo un desmadre total, sin estar a la altura de esa bandera feminista simbólica que nuestras protagonistas parecen llevar orgullosas en el coche, hondeando invisible. La película empieza como Thelma & Louise, y termina como Charlie's Angels: Full Throttle, que además del mentado pollo incluye un villano gangsteril interpretado por Enrique Arreola (ya lo vemos hasta en la sopa ¿no?). A evitarse en Netflix.

lunes, 8 de mayo de 2023

DON'T WORRY DARLING

 

CUANDO HARRY CONOCIÓ A FLORENCE. Harry Styles y Florence Pugh.
  
 

Me encantó Booksmart, una muestra de que la actriz Olivia Wilde también tiene madera como directora. Lo vuelve a demostrar aquí, en su versión particular de The Stepford Wives, a la que agrega un poco de Shutter Island (sin la isla, claro), impresionándome también con su habilidad para transmitir un estado gradual de pathos y paranoia. En su primera mitad, la historia no me estaba llevando mucho a algún lado, pero en la segunda mitad se va levantando, insertando interrogantes aquí y allá que no encuentran respuestas definitivas. La actuación de Florence Pugh es magnífica, incluyendo a un Harry Styles aceptable, quien dudo mucho haya escupido a Chris Pine durante la filmación, según rumores. Este último, por cierto, en clave ambiguamente siniestra, está muy bien. En #HBOMax

DC LEAGUE OF SUPERPETS

EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE...DE ACERO.  
 

Crecí viendo una que otra película sobre Super Can, y eran divertidas. Con League of Super Pets batallé al tratar de ubicar en mi imaginario la idea de ver a Superman y un "super perro" como su mascota, con la cual llegó desde Kryptón a la Tierra. Pero me dejé llevar, y al final, terminé entretenido, ya que el super perro, junto a otro grupo de mascotas rechazadas, pudieron llevar el filme sin muchos problemas. Bueno, quizás ver a un conejillo de indias como el villano sea, tal vez, demasiado extraño.
A la renta y en #HBOMax

jueves, 4 de mayo de 2023

NOPE

DESENCUENTROS LEJANOS DE NINGÚN TIPO.   
Daniel Kaluuya y Keke Palmer.

Bienvenidos a la Dimensión... Jordan Peele. De nuevo, un título obscuro e indescifrable. ¿Podrían ponerse los títulos de los filmes de Jordan Peele más crípticos y misteriosos? Desde Get Out, su primer largometraje, pasando por Us (el cual, más allá del obvio "Nosotros", el título tenía otros significados), ahora Nope simplemente te deja nuevamente con un gran signo de interrogación en el rostro. Debe haber algo más allá del obvio significado, "No". Tenemos un filme sobre ovnis y una amenaza extraterrestre, sin un título que incluya la palabra "invasión", "espacio", o "extraterrestre". Es un milagro que en México no le pusieron "Nope: Ataque Extraterrestre", o algo por el estilo. Y no es que el título que al final le pusieron aquí, "¡Nop!", esté mejor o ayude mucho.


Nope es un filme sobre ovnis fuera de toda fórmula o convención, extraño, y que, viniendo del creador y productor de la nueva serie de la "Dimensión Desconocida" (en Prime Video), no es de extrañar que se sienta como un episodio de poco más de dos horas de dicha serie. La peli no podría empezar de la forma más bizarra, mostrando a un chimpancé trayendo terror a un set de televisión, fuera de control y matando a varios asistentes (imaginemos a César, del Planeta de los Simios, en modo asesino). Luego, nos vamos al desierto, en el rancho propiedad de una familia de afroamericanos dedicados a entrenar caballos para producciones de tele y cine. Justo ahí empieza una lluvia de objetos, directa del cielo, cayendo fierros, cosas metálicas, y otros objetos. El fenómeno tendrá consecuencias trágicas para la familia.

Si como espectadores esperamos tener una explicación de todo esto más adelante, lo siento, no la hay. Pero la cosa no suena tan frustrante como parece. Nope estuvo nominada al Oscar a Mejor Película este año, pero en lo personal, si bien su premisa es interesante (un filme sobre ovnis que no sea del todo de ciencia ficción), no me pareció tan buena como Get Out o Us. Así como E.T. trata sobre unos niños lidiando con la separación de sus padres, Nope (¿el título serán las iniciales de algo?) es sobre la fama a temprana edad y niños convirtiéndose en celebridades (el personaje de Steven Yeun es la representación de ésto). Pero también es sobre dos hermanos, interpretados por Daniel Kaluuya y Keke Palmer, quienes durante la trama estrechan un lazo familiar perdido y roto. El primero, siendo toda seriedad y poco sociable, y la segunda, parlanchina, sociable, y amigable.

A escena entra un tipo (Brandon Perea), empleado en una tienda de electrónica, quien luego de que los hermanos Haywood decidan comprar e instalar un sistema de cámaras para el rancho, en un abrir y cerrar de ojos se involucrará con ellos en una investigación amateur, para indagar sobre fenómenos ovni y los avistamientos en el cielo de un objeto extraño. Este objeto es, simplemente, una nube, pero no cualquier nube. La nube es extraña, siempre está presente en el mismo punto del cielo, lugar del que no se mueve ni desaparece.

Mención especial merece Michael Wincott (The Crow, 1492) a quien no veía desde hace siglos en un filme, interpretando aquí a un director de cine con vena experimental y sensacionalista, dispuesto a documentar el extraño fenómeno. El director monta con los Haywood todo un dispositivo de cámaras, incluyendo una enorme cámara arcaica, para evitar que el ovni interfiera con cualquier sistema electrónico.

Nope no me terminó intrigando tanto como esperaba, con todo y lo interesante que pueda sonar su premisa, y su reparto desempeñándose estupendamente. Es un filme "de momentos" que no acaba siendo la suma de sus partes. Es cierto que las escenas del chimpancé son sumamente escalofriantes, y la escena del show con el caballo sirviendo como carnada del ovni es intrigante, y es verdad también que el filme cierra con unas escenas alucinantes del ovni (ya el hecho de tener un ovni que es como una aspiradora gigante de humanos es intrigante), pero el problema es que no todo se siente que encaje bien.

Jordan Peel, al menos yo creo, quiso hacer el filme más original sobre ovnis tan esforzadamente, que el resultado no ha sido uno de esos filmes que se queden contigo. Un filme de ovnis sin la mínima presencia de aliens no se siente completo. Digo, hasta Close Encounters of the Third Kind tenía aliens unos minutos antes de terminar.
En HBOMax y a la renta.

lunes, 17 de abril de 2023

MINIONS: THE RISE OF GRU

 

Los orígenes de Gru.

 No importa mucho que tan buena o regular sea la historia, siempre los Minions estarán ahí para salvar el número con tan sólo hacer acto de presencia en pantalla. Esta entrega puede que sea un filme algo flojo en
comparación a la anterior. Creo que ahora los guionistas se esfuerzan demasiado para querernos atrapar con la historia de un Gru niño queriendo -pero no pudiendo mucho- convertirse en villano. Pero las risas están garantizadas, y la verdad me dolió la cara de tanto reirme.
A la renta y en Netflix.

BLONDE

LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN... Ana de Armas como Marilyn Monroe.
 

Fue una injusticia que Ana de Armas no haya tenido una nominación al Oscar. Una película que tal vez no sea para fans de Marilyn Monroe, ya que no ofrece el retrato más halagador de la leyenda del cine. Quizás Ana de Armas no tenga esa misma personalidad que hacia que Marilyn Monroe llenara la pantalla, pero hay escenas en donde el parecido es impresionante (como en esa escena que recrea un número musical de Some Like it Hot, de Billy Wilder).

A pesar de que se nota que Andrew Dominik no se decidió entre hacer un filme en blanco y negro o a color, Blonde es un estudio de personaje brutal y sensible, ocacionalmente difícil de ver, no muy sólido en su narración, pero notablemente actuado.
En Netflix

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