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sábado, 7 de septiembre de 2024

ES POR SU BIEN

"Ni te quejes, sabias bien lo que verías", me dije a mí mismo, después de ver la que es, con seguridad, la peor película mexicana en lo que va del año. ¿La reseñaré? Es posible. De todas formas, en Letterboxd ya leí la mejor y más exacta crítica de este bodrio infecto: "Por tu bien, no la veas". En serio, debería alguien escribirlo en graffiti en todos y cada uno de los anuncios que están actualmente plagando la Ciudad de México.
No dejé de preguntarme una cosa durante esta torturante experiencia: ¿Por qué Kate del Castillo suena como española casi toda la película?
En Vix Premium

POR TU BIEN,... NO LA VEAS.

jueves, 5 de septiembre de 2024

TODOS LOS INCENDIOS

 

COME ON BABY, LIGHT MY FIRE Sebastián Rojano

 Es la clásica historia de crecimiento y maduración adolescente; de encontrarse así mismo y definirse, con un toque de piromanía que la hace diferente e interesante. Mauricio Calderón Rico, su realizador (director del corto animado El Cuervo y el Venado), hace un buen balance entre dicha piromanía y la confusión sexual de Bruno (Sebastián Rojano), el protagonista, quien vive una aventura lejos de casa para tratar de resolverla. Si bien no me atrapó mucho emocionalmente, su historia de amor gay tiene cierto encanto e inocencia rescatables. Está nominada al Ariel a Mejores Efectos Especiales, aunque,... no entiendo por qué.

viernes, 3 de mayo de 2024

CONFESIONES

Claudia Ramírez en la nueva película de Carrera.
 

Prometía, sobretodo con Carlos Carrera en la dirección. Sin embargo, va a mi lista de lo peor del 2023. Para empezar, el diseño de su póster te revela la identidad del malo del filme. Luego, en una trama que involucra el secuestro de una niña, tenemos a una mamá (Claudia Ramírez) que ...¡jamás llora una sola lágrima desde que se entera de la noticia! Tampoco lo harán ni el papá, ni el hijo mayor (bueno, el papá llora, pero lo hará por otras razones). Es absurdo todo lo que sucede con la mamá, como en toda la secuencia del vagabundo, la cual es completamente ridícula. Y la cosa se pone más ridícula, cuando el único que termina llorando lágrimas auténticas al final...¡es el malo de la historia! Quizás luego la reseñe más ampliamente. Disponible en Max.

viernes, 29 de marzo de 2024

SEÑORA INFLUENCER

MALAS INFLUENCIAS. Mónica Huarte (pelirroja) como la "señora influencer"
 

Señora Influencer trata de decirte algo sobre la subcultura de los "influencers", esas figuras que son tratadas casi como semidioses/semidiosas sin importar si son personas inteligentes o simplemente idiotas. Su valor radica más en que su número de seguidores alcance la tan preciada letra K, la que representa los miles y miles. Ah, y claro, la película, dirigida por Carlos Santos (Chilangolandia) quiere ser también una historia sobre la frivolidad de las redes sociales cuando son usadas pobremente y mal. Pero como decía al principio, Señora Influencer trata de decirte algo sobre todo eso, pero lo hace con un pobre desarrollo y falta de una buena ejecución narrativa. Sin embargo, lo peor tal vez sea la total falta de credibilidad de la historia. El tema no es nuevo, ya que algo ya habíamos visto en Guerra de Likes, más en tono de comedia, pero igualmente con resultados desafortunados.

Para ser honestos, en comparación me gustó más Chilangolandia, el primer filme del realizador. De hecho, no hace falta decir que Señora Influencer también quiere ser una comedia, y al respecto me parece que hubo controversias sobre cómo, en su estreno en cines, la película se quiso "vender" más como comedia, cuando, en realidad, no lo es tanto. Al menos a mí no me pareció muy graciosa. En realidad, para quien esto escribe, el filme es una caótica mezcla de tonos, entre comedia y melodrama, pero que de pronto, justo a la mitad, Santos tiene la ocurrencia de meter un evento que le da un giro por completo al asunto, queriendo hacer un filme también de crímenes y suspenso psicológico. En este último aspecto, la película nunca logró atraparme ni convencerme del todo.

Si ven el filme, no hagan gestos extrañados al llegar a esa parte. Toda la justificación la tendrán al final, en forma de flashbacks que nos revelarán eventos dramáticos en el pasado de Fátima, nuestra protagonista, quien evidentemente sufre de algún retraso o problema mental. Fátima trabaja como voluntaria en una escuela, aunque su papá, un director de cine (Leonardo Daniel, en una muy mala actuación, empezando por una inexplicablemente lenta forma de hablar y voz extraña), la tiene casi recluída en casa y sin permiso para tener un teléfono celular. Pero cuando Fátima se haga de un teléfono celular, se convertirá, sin quererlo mucho, en la nueva "influencer" del momento, aunque por todas las razones equivocadas que puede haber.

Decía que el filme no es muy creíble. Para empezar, Mónica Huarte, quien interpreta a Fátima, no se ve exactamente de cuarenta años, la edad del personaje (Huarte tendrá unos 50 años, por lo menos, en la vida real). No le ayuda mucho un primer acto ridículo, en donde se nota sobreactuada. Fátima, quien jamás ha usado un celular en su vida (¿Habrá contratado plan de datos, o lo usará con prepago?) de pronto se convierte en una total experta en Instagram y otras redes, publicando videos, fotos, y todo lo posible para convertirse en presa de "trolls" y todo tipo de acosadores. Fátima se convierte en el hazmerreir de las redes, logrando captar la atención de dos "chicas malas", influencers por supuesto, Sofi y Camila (Macarena García y Diana Carrerio).

Si lo anterior no les pareció muy creíble, esperen la última parte, en donde Señora Influencer se transforma en una historia sádica de venganza que ni a golpes me la creí. ¿En serio, Fátima hace en esa parte todo sola, sin ayuda de nadie, incluyendo conseguir las direcciones sus 4 o 5 "trolls"? Bueno, creo que nada más hay explicación para uno de ellos, pero ¿y los demás? En fin, todo el final termina siendo absurdo y ridículo (¡Esa canción que cantan entre todos, por favor!), siendo además la premisa contradictoria: Nuestra protagonista termina siendo, tal vez, peor que las influencers nefastas. No sé, pero creo que muy inocente no era. Al final, un filme fallido, a pesar de tener una idea que parecía rescatable. 

En PrimeVideo.

sábado, 23 de diciembre de 2023

FAMILIA

Maribel Verdú y Daniel Giménez Cacho.
 

 Me gustó infinitamente más el anterior filme de Rodrigo García, Raymond & Ray. Y podría decir lo mismo de Four Good Days, su antepenúltimo filme. Familia, su nueva película, en comparación, es un filme en extremo pasivo, en donde, prácticamente, no pasa nada. De hecho, es de esas historias (si se le puede llamar así, ya que una historia propiamente dicha no hay) que parecen más hechas para un escenario teatral que para la pantalla de cine,... o de la televisión, ya que hace unos días se estrenó en Netflix, luego de una pequeña corrida en cines también.

Sus personajes son en extremo teatrales, con diálogos y diálogos sin interrumpción, en donde el personaje central, Leo (Daniel Giménez Cacho), dueño de una empresa aceitunera, es el patriarca de una enorme familia, padre de tres hijas (interpretadas por Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti y Natalia Solián), todas ellas con dilemas y problemas encima, que tienen que ver con infidelidades, promiscuidad, embarazo en una relación lésbica, etc. El papá tiene una relación en extremo conflictiva con una de ellas (la interpretada por Ciangherotti, para ser exactos). Esta hija la lleva con Leo con una actitud en extremo relajada, no lo llama papá, constantemente lo desafia, y tiene siempre la provocación a pedir de boca. Y si a eso agregamos que Leo tiende a ser malhablado y explosivo, el asunto se complica más.

Leo es también abuelo de unos adolescentes que gustan de decir frases en spanglish (por cierto, todos viven cerca de la frontera México-E.U., quizás cerca de Tijuana, Baja California, pero no queda muy claro), y de una niña que aparenta cierta normalidad ante el sin fin de discusiones y tensiones que tienen lugar en el filme. La mayoría de estas ocurren en la enorme escena, casi interminable al punto del tedio, durante esa comida que tienen al aire libre, en donde Leo confesará que ha tomado una decisión crucial que podrá afectar a todos, incluyendo a su muy joven novia española (Maribel Verdú, quien también aparece en Raymond & Ray).

En fin, un reparto multigeneracional de personajes mexicanos de clase pudiente, adinerada, y todos de piel clara (en serio, los únicos personajes de piel obscura son las empleadas domésticas, interpretadas por Jessie Valcin y Ángeles Cruz). Familia tal vez no sea (y estoy seguro de ello) para aquellos que busquen un filme, digamos, con más "acción" y más dinámicas entre personajes, y menos letárgico, como el ver personajes sentados y platicando la mayor parte del tiempo, a pesar de los interesantes temas que plantea y las buenas actuaciones.
En Netflix.

viernes, 28 de mayo de 2021

EL CLUB DE LOS IDEALISTAS

No quisiera ser socio de este club.
 

Que se me acuse de no saber apreciar el cine, pero confieso no haber entendido nada el por qué titularon a esta película "El Club de los Idealistas". En serio, deberían de haberla titulado "El Club de los Idiotas y un ambientalista deprimido". Mucho menos entendí el asunto de cierto terreno al final de la historia, de esos finales sin pies ni cabeza (si alguien ya vio la película y le entendió, que me lo explique, por favor). Como sea, lo más grave es que a los realizadores se les olvidó contar aquí una historia mucho mejor y más interesante, que simplemente poner a un montón de personajes dentro de una casa ecologista en medio del bosque, sin mucho que hacer durante hora y cuarenta minutos, mas que estar discutiendo, peleando, decir simplonerias, y echarse un poco de mierda uno al otro (¿dónde está Jason Voorhees cuando se le necesita?). Es como ver "Amalgama", la nueva película de Carlos Cuarón también del año pasado, que igualmente está fatal, pero con el doble de sufrimiento. Por ejemplo ¿quién quiere pasar un fin de semana en una casa de campo junto a la ex Parchis Yolanda Ventura, con diarrea verbal ya que habla hasta aturdirte en el filme, en caaaada escena, y con un acento español que suena de lo más exagerado. Yo, la verdad, no. Por lo pronto, la película va a mi lista de lo peor -y más aburrido- del año pasado.⭐1/2

miércoles, 14 de abril de 2021

NUEVO ORDEN

CAÓTICO NUEVO ORDEN   Naian G. Norvind al volante
 

Muchos críticos definieron Nuevo Orden,  el más reciente filme de Michel Franco, como clasista. Tengan o no razón, lo cierto es que para quien esto escribe, la película es más bien plana, simple, caótica, y con una historia sin mucha fuerza.  No es suficiente el tener una premisa provocadora para tener como resultado una buena película. Sinceramente, hay muchos momentos en que el también realizador de películas como Chronic o Las Hijas de Abril (las cuales, en comparación, considero mucho mejores) parece que lo único que quiso hacer fue provocar y levantar polémica. En España, la película fue comparada absurdamente con Parásitos. La verdad, ya quisiera Franco haber conseguido una película tan buena como dicho filme surcoreano. Supongo que la comparación proviene por lo que sucede en la primer parte de Nuevo Orden, en donde una revolución se ha desatado en la Ciudad de México, formada por las clases bajas, quienes han decidido revelarse en contra de los caras pálidas y rubios ricos. A una colonia adinerada han llegado los disturbios y la violencia, en donde los revolucionarios han decidido hacer pintas de color verde en todo alrededor, incluyendo autos lujosos y mansiones. En una de estas residencias se está llevando a cabo una fiesta, a donde irrumpirán muy violentamente algunos de los revolucionarios. Antes de todo esto, los hijos de los dueños de la residencia, Daniel  (Diego Boneta) y Marianne (Natan González Norvind) tratan de ayudar a un ex empleado, quien necesita dinero para pagar la costosa operación a la que su hermana tiene que someterse pronto. Aunque Daniel no es tan amigable con el hombre como se esperaría, Marianne, para nuestra sorpresa, muestra tener un poco más de compasión, buscando ayudar lo mejor que puede.

No es que no haya una idea interesante detrás de todo esto, el problema es lo pobremente desarrollada que está dicha idea en el guión. La mayor parte del tiempo, no sabemos bien a bien lo que está pasando dentro de todo el caos que rodea a la historia --- si se le puede calificar como tal a una trama sin mucho sentido. En la película tenemos toques de queda, secuestros, un ejército que no se sabe si está peleando contra los revolucionarios, o si son los malos, o los buenos, o las dos cosas. ¿Estamos ante una película sobre un golpe de estado? ¿O más bien un filme que muestra el lado más obscuro de los soldados del ejército, quienes se encuentran encerrando a la gente millonaria en una especie de campos de concentración? Quién sabe. Mientras, vemos pocas escenas de los revolucionarios, de los cuales no sabemos nada, ni de sus causas o motivos (si es que tienen algunos), como tampoco sabemos quiénes son los líderes y qué es lo que desean. ¿Serán ambientalistas por andar pintando todo de color verde? Todo lo anterior, de haberlo tenido más claro el guión, hubiera hecho de Nuevo Orden una película más interesante, el tener al menos una historia qué contar, con un protagonista al qué seguir. Creo que el personaje principal es Marianne, pero luego el punto de vista cambia por completo, y de inmediato estamos con dos personajes, una mamá y su hijo, empleados en la residencia, quienes de pronto se ven en medio de todo el problema del secuestro. Nuevo Orden se puede ver como una simple curiosidad, pero la encontré sumamente sobrevalorada.

+Disponible en Amazon Prime, y en renta en diversas plataformas digitales. 


viernes, 13 de noviembre de 2020

SON OF MONARCHS

Tenoch Huerta

En su secuencia de créditos inicial, Son of Monarchs abre con imágenes impactantes de las alas de una mariposa monarca, vistas con un microscopio, mostrándolas en todo su colorido esplendor y detalle. Algo que nos anticipa que la trama del filme girará en torno a dichas mariposas, que serán un elemento  importante de la historia. Dirigida por Alexis Gambis, y estrenada durante el 18 Festival Internacional de Cine de Morelia, la película cuenta la historia de Mendel (Tenoch Huerta, aguado en su papel), un biólogo  que se encuentra trabajando en una investigación sobre la genética de las mariposas monarca (sus padres, aficionados a la ciencia, lo nombraron Mendel en honor al científico descubridor del ADN), y que dejó años atrás su natal Michoacán para irse a trabajar a Nueva York. Mendel se encuentra de visita en su pueblo natal debido al fallecimiento de su abuela (Angelina Peláez), aunque se encontrará con que su hermano, Simón (Noé Hernández) no le dará una muy cálida bienvenida, debido a resentimientos que le guarda por haberse ido, dejándolo todo atrás (un paralelo que la historia intenta establecer con la emigración que llevan a cabo las mariposas a Norteamérica)

Lo mejor del filme de Gambis, terminan siendo las escenas de las mariposas monarcas en su santuario, que vemos durante varios flashbacks de la infancia de Mendel, el cual iba a dicho lugar acompañado de su abuela. Desafortunadamente, la historia no está a la misma altura. Durante buena parte de la primera mitad, a la trama le toma mucho tiempo engancharte y despegar. Aunque los fragmentos del pasado de Mendel y su niñez nos ayudan a entender su pasión por las mariposas, la parte de la investigación nunca termina siendo muy interesante, ni con el suficiente peso en la película. William Mapother (Another Earth) tiene un pequeño papel como el jefe del área de investigación en donde trabaja Mendel, pero sin mucha relevancia en la historia. En lo que se centra más la segunda mitad del filme, es en la relación de Mendel con una chica norteamericana (Alexia Rasmussen), en unos extraños rituales en Michoacán durante el funeral de la abuela, así como en el ajuste de cuentas emocional que tendrá lugar en el pueblo. En resumen, la trama avanza a paso lento, y le toma tiempo ir a algún lado, en tanto que Tenoch Huerta no convence mucho en su papel de científico. ⭐⭐1/2

lunes, 9 de noviembre de 2020

TODO LO INVISIBLE

Bárbara Mori y Ari Brickman

Para un actor o actriz, interpretar a un personaje invidente debe ser todo un reto, empezando por la investigación que previamente deben hacer, para así lucir realmente convincentes en pantalla. En Todo Lo Invisible, Ari Brickman, quien interpreta al personaje principal, un hombre que queda ciego luego de sufrir un extraño accidente dentro de su automóvil, no me resultó muy convincente. Parte de la culpa es también de la realizadora del filme, Mariana Chenillo. Durante toda la película, nada más tenemos un close-up extremo del personaje, en donde vemos que sus ojos lucen blancos y nublados por la misma condición de la ceguera (ver el póster como referencia). Sin embargo, durante el resto del filme no hay otro close-up del rostro de Brickman, y se nota que sus ojos ya no se ven como en el primer -y único- close-up, sino obscuros (o del color que sea que los tenga el actor). Cuestión de comodidad para él, tal vez. La directora seguro le dijo "Como no habrá más acercamientos a tu cara, no habrá necesidad que te pongas de nuevo los lentes de contacto". Supongo yo. El caso es que, un detalle como el anterior, por pequeño e insignificante que parezca, sacrifica el realismo de reflejar a un personaje invidente en cine.

Y sin considerarme un experto en el tema, me parece también que Brickman mueve demasiado los ojos, algo que una persona invidente real no creo que haga mucho. Como sea, ojalá ese fuera el único problema de la película. Estrenada durante el 18º Festival de Cine de Morelia, Todo Lo Invisible adolece el tener un guión malo, el cual nunca desarrolla bien ninguno de los caminos narrativos que plantea desde su primer acto. Jonás (Brickman) es un dentista, quien luego del accidente entra en depresión y crisis existencial. Con dos hijas (Melissa Rovira y Romina Soto), y una muy joven esposa que es maestra (Bárbara Mori), Jonás plantea la posibilidad de demandar a la compañía automotriz, debido a que considera que el sistema del cojín de seguridad del volante (que golpeó su cara) se activó por un defecto. Su amigo (José Maria de Tavira), un abogado con mucha experiencia en estas demandas, le asegura a Jonás que ganará la demanda, y que les podrá sacar todo el dinero del mundo. 

Hay otro problema para Jonás, y es que su ceguera le está provocando tener visiones de gente desconocida, cada vez que apaga las luces en su casa. ¿Ha desarrollado facultades psíquicas? ¿Esa gente son espíritus, o son pura fabricación de su cerebro? Ninguna de esas preguntas tiene respuesta, ya que el guión nunca se preocupa por responderlas. La historia, escrita por el mismo Brickman y Chenillo, nunca se desarrolla bien, ni por el lado de la demanda (al final nunca sabemos bien cómo terminó el asunto), ni por el lado de una historia paranormal, en donde Jonás pudiera estar viendo gente fallecida de su pasado, o espíritus que estén deambulando en su casa. La historia divaga, y prefiere tomar el camino telenovelero de mostrar a Jonás, más bien, como un padre irresponsable, que lo deja todo por que sospecha que su atractiva esposa le está poniendo el cuerno. Lo extraño, es que decide irse con su papá piloto (Tomás Owen, en una muy mala actuación), en donde recordará una frustrada carrera como músico que quiso tomar de joven, y quizás vivir una aventura romántica con cierto personaje. Al final, no hay consuelo ni nada que salve a una película más cercana a un telefilme (he visto mejores películas en Lifetime Channel), y con un final nada satisfactorio. ⭐⭐ 

jueves, 29 de octubre de 2020

SONORA


Si en mí hubiera estado decidirlo, le hubiera dado a Sonora el lugar de Cómprame un Revólver, entre las nominadas a Mejor Película en la pasada entrega de los Arieles. Dirigida por Alejandro Springall, Sonora tiene todo lo que Cómprame un Revólver no tiene, empezando por un buen guión, adaptación de la novela de Guillermo Munro (adaptada por el realizador John Sayles y el mismo Springall); además de personajes mucho más interesantes y una mejor producción de época. Lo mejor, es que termina siendo entretenida. No se hubiera llevado el premio, pero Sonora se merecía más la nominación.

Sonora está ambientada en la época de la Gran Depresión, a principios de los 1930, justo cuando la frontera en dicho estado fue cerrada, y el presidente Hoover ordenó la deportación de muchos mexicanos. Las cosas no iban mejor aquí, cuando una ola de racismo apareció en contra de inmigrantes chinos (o la "amenaza amarilla", como la llamaron), apareciendo manifestaciones xenófobas para que salieran de México. Un matrimonio (Giovanna Zacarias y Flavio Medina) ven la oportunidad de hacer negocio con su coche, para transportar a un grupo disparejo y variopinto de personas a Mexicali, en donde la frontera seguía abierta y pudieran pasar a los E.U.
Sin embargo, luego de un pequeño contratiempo, se verán en la necesidad de conseguir la ayuda de un guía que los pueda llevar por el desierto, o por el también conocido como "El Camino del Diablo". Emeterio (Joaquín Cosio, muy bien), un indio yaqui y tío de uno de los pasajeros (Harold Torres), este último un inmigrante recientemente deportado, será el no muy confiable guía. Aunque conoce el desierto como la palma de su mano, Emeterio tiene un problema con la botella. Una de las dificultades durante la travesía, será que Marcos, el sobrino, mantenga a su tío lejos de cualquier tentación por beber.
A medio camino entre un western y una road movie, Sonora tiene algo de sabor a novela de John Steinbeck, o de William Faulkner. ¿Cuánto tiempo podrán estar juntos en un espacio cerrado un inmigrante chino y un racista filo nazi, antes de que los problemas surgan? ¿O cuánto pasará antes de que un viejo ex general villista y machista, no tenga problemas con las dos o tres mujeres viajando en el auto? No mucho, se lo aseguro. Nunca resulta muy creíble que tal cantidad de personas quepan en ese coche. Pero se las arreglarán, de una forma u otra.
Por fortuna, ningún personaje cae en clichés o estereotipos. El resto de los pasajeros será, junto al matrimonio interracial formado por un chino (Jason Tobin) y una mexicana (Patricia Ortiz), viajando con su pequeña hija (Abbie del Villar), una mujer y una chica (Dolores Heredia y Carolina Molva), tratando de llegar a la frontera para probar suerte del otro lado. Ah, sí, y el general villista (Erando González), quien no está ahí precisamente para hacer amigos.
El viaje les depara una serie de imprevistos y contratiempos, empezando por lo que se puede esperar de viajar en un coche Ford de los 1930s, a través del desierto, y sin carretera. Con todo y tener relaciones interesantes entre los personajes, la que verdaderamente es el centro de la historia es aquella entre Lee, el inmigrante chino, y Sánchez, el racista (buena actuación de Juan Manuel Bernal), con el comentario racista y provocador siempre en la boca. La tensión latente entre el matrimonio y Sánchez se siente durante todo el filme. Mientras, Emeterio se encuentra igualmente en el centro de la trama, un personaje interesante también, el cual, durante sus delirios por no poder probar gota de alcohol, recuerda episodios de su juventud, y ritos iniciáticos con un chamán.
A pesar de ser demasiados personajes, el tema del racismo no queda nublado por las demás subtramas, a las que se agregan las de un par de traficantes de alcohol venidos de E.U., uno de ellos un norteamericano (Ben Miliken), y un mexicano inmigrante, de nombre Yuma Joe (Rafael Cebrián).
Para mí, era una ganadora del Ariel a Mejor Vestuario, pero ganó el de mejor banda Sonora, la cual resulta estupenda, así como su dirección de fotografía.
Disponible en Netflix.
⭐⭐⭐1/2

ESTO NO ES BERLÍN

NUEVO LOOK.                      Xabiani Ponce de León.

Al finalizar de ver Esto no es Berlín, uno experimenta cierta indigestión visual. Nominada al Ariel a Mejor Película (en mi opinión, estaba lejos de ganárselo), este filme, del realizador Hari Sama, te dejará algo saturado al llevarte al pasado, con su retrato de época de mediados de los 1980. La cinta se adentra laberínticamente por muchos caminos, como el de la cultura underground, el punk, el dark, el rave, el rock, etc., olvidando lo más importante: contarnos una historia con fuerza. La pequeña trama acaba descuidada, debido a que el realizador le da demasiada importancia a ese collage de fondo, tardando mucho en engancharte desde el inicio.

Si algo hay que reconocer, es que el retrato de época es logrado, en su diseño de arte, peinados, vestuario, y especialmente, una buena banda sonora, que incluye clásicos de esos años, como The Cure. El gran problema, es que su historia de crecimiento, madurez, y complicada transición a la adolescencia de un chico, nunca me atrapó del todo.
México, 1986. El mundial de futbol se encuentra en su apogeo en el país. Carlos (Xabiani Ponce de León, cuya actuación no la sentí como para una nominación al Ariel), lleva una gran amistad con Gera (José Antonio Toledano), ambos estudiantes de una escuela privada, y que gustan de enfrascarse en pleitos y peleas con estudiantes de una escuela pública. El primero es talentoso para ser ingeniero, construyendo cosas, como pequeños juguetes; mientras que el otro, más común y corriente, renta las revistas pornográficas de su papá entre los compañeros de clase. Rita (Ximena Romo, tampoco con una actuación a la altura de una nominación al Ariel), hermana mayor de Gera, tiene una banda de rock-punk, en donde es vocalista.
Invitados por Rita, Carlos y Gera acuden a un club nocturno clandestino, administrado por Nico (Mauro Sánchez Navarro, con una pinta que parece una mezcla del Bono de principios de los 1980 y Corey Feldman), en donde ambos tendrán su primer contacto con el alcohol, las drogas, y, claro, el rock. Pero será Carlos quien termine seducido por el mundo pseudoartístico en efervescencia en dicho lugar. Nico, aspirante a fotógrafo, cuyo muy discutible lema es "el arte debe repugnarte y asquearte", y que gusta de organizar performances provocadores en plena calle, será su guía.
El mismo Sama aparece en el filme, en el papel del tío de Carlos (talento de actor no tiene mucho), y quien hará de figura paterna del chico. Sama es como el tío que todos quisiéramos tener: relajado, con onda, alma juvenil, y que te ofrece tu primer churro de mariguana. El papá de Carlos está prácticamente ausente en el filme, mientras que su mamá (Marina de Tavira), viviendo en el opio debido a la medicación que toma, apenas y le pone atención.
Entre cambios de formato en el filme, con partes filmadas en blanco y negro, y como con cámara de 16 mm, conciertos de rock, performances callejeros (es de verse el del Estadio Azteca, justo antes de llevarse a cabo un partido de futbol), recitales de poesía, pláticas sobre el significado del arte moderno, etc., la historia de Carlos acaba diluida. El guión termina teniendo algunos agujeros narrativos, y pierde el rumbo en la historia de amistad que intenta contar, con un giro de historia gay tardío, muy al final.
El título de la película viene de las palabras que el dueño de una galería le dice a Nico, como recomendación a su trabajo: "¡Dejen de copiar a los artistas europeos!". Si viviste esa época, Esto no es Berlín te llevará a revivirla por un rato, y a pesar de la gran falta de fuerza de su historia, su tema sobre la amistad reluce un poco hacia su conclusión. #Arieles2020
🌟🌟1/2

ASFIXIA

Johana Fragoso Blendl

No le fue del todo mal a Asfixia en la entrega de los Arieles del pasado domingo, llevándose dos premios por sus actuaciones de reparto. Y si Johana Fragoso Blendl no se llevó el de Mejor Actriz Revelación, su actuación no deja de ser muy buena por ello, la cual destaca por su naturalidad y fuerza. Su personaje, Alma, es una mujer albina de unos veintitantos años, que acaba de salir de prisión, y tiene una sola cosa en la cabeza: encontrar a su hija.

Dirigida por Kenya Márquez (nominada al Ariel a Mejor Dirección), lo primero que llama la atención del filme es toda su sencillez para contar la trama; lo directo que es para presentarnos la situación de Alma, una mujer sola en el mundo y con tan sólo una amiga (Mónica del Carmen, quien ganó el Ariel a Mejor Coactuación Femenina), empleada de una farmacia. Luego de no tener suerte encontrando empleo, debido a su antecedente penal, Alma encontrará, gracias a su amiga, un trabajo de cuidadora de un enfermo, Clemente (Enrique Arreola). Clemente padece una extraña enfermedad respiratoria, que lo tiene confinado a un respirador de oxígeno.
Sin embargo, Alma vuelve a su antigua casa, todo para encontrar que ni su antigua pareja (Raúl Briones, ganador del Ariel a Mejor Coactuación Masculina), ni su hija (Azul Magaña), también albina, ya no viven ahí. El centro del filme, no es tanto la búsqueda, casi desesperada, de Alma (y algo que sabe imprimir Johana Fragoso a su actuación, es un logrado toque de desesperación) para dar con su hija, sino la relación que entabla con Clemente. Ambos se revelan como dos seres solitarios, con sus propias historias y cargas del pasado, pero sobre todo descubren que ambos se necesitan mutuamente. Lo poco que llegamos a saber de Clemente, es gracias a la gran curiosidad de Alma por explorar los rincones de la casa del hombre que tiene bajo su cuidado, que le irán revelando pistas.
Asfixia termina siendo un buen filme, sencillo; muy bien actuado y fotografiado, pero no del todo perfecto. Aunque es una historia que hemos visto incontables veces, el ser protagonizada por una actriz albina le da un giro diferente e interesante. Pero hay una decisión que toma Alma al final que no terminó de convencerme mucho, ya que su relación con Clemente no se siente tan cercana como para haberla tomado. Me hubiera gustado que la relación entre ellos se hubiera desarrollado más para creernos la decisión que ella toma.
Sin revelar mucho de la trama, hay otras cosas no muy creíbles (debido a una edición muy apresurada, tal vez), como ver que la casa de Clemente, de un momento a otro, se ha vaciado, sin muebles ni nada más, en un periodo muy corto de tiempo. Con todo y sus errores, Asfixia es una película con mucho de rescatable, incluyendo, entre las buenas actuaciones, la de Azul Magaña, quien termina siendo encantadora. La escena de la casa inundada, con Alma nadando dentro de ella, se mueve entre lo real y delirante. No se habrá llevado el Ariel a Mejor filme, pero Asfixia está dentro de las mejores películas mexicanas del año pasado.
🌟🌟🌟1/2

miércoles, 2 de septiembre de 2020

CINDY LA REGIA


Cassandra Sánchez Navarro
Luego de haber escuchado a una crítica de cine comentar, en el momento de su estreno, que Cindy La Regia era mucho mejor que 1917, la curiosidad por comprobar tal afirmación me carcomió las entrañas, y me impulsó a ver aquel filme mexicano. Mi conclusión: prefiero ver un millón de veces el filme bélico de Sam Mendes, que someterme a ver tan sólo la primera hora de "Cindy". Honestamente, he visto cuentos de hadas más creíbles -y mejores-, que esta pésima mezcla de Clueles con El Diablo Viste a la Moda. Dos directores (!Sí, dos!), Santiago Limón y Catalina Aguilar Mastretta, son los responsables del filme, y se nota que no se pusieron de acuerdo en varias cosas. 
Para empezar, el enfoque. La premisa termina fracasando, pero decir mucho al respecto sería revelar el final (no te pierdes de mucho, ya lo sabemos después de la primera media hora). La Cindy del título (Cassandra Sánchez Navarro, con un acento regiomontano apenas convincente), una "niña fresa" que gusta llamar a Dios "Daddy God" (entre otros vocablos en inglés que gusta de pronunciar cada minuto) y de tener conversaciones consigo misma frente al espejo, huye de San Pedro Garza a la Ciudad de México, luego de que su novio le propone matrimonio durante una fiesta, en la que, de paso, termina haciendo el ridículo. Al llegar a nuestra gran metrópoli, sin motivos ni un plan muy claros, se instalará con su prima lesbiana-feminista (Regina Blandón) en su muy humilde hogar. Todo está listo para emprender su aventura chilanga.
Sin embargo, una vez que su acento desaparezca por arte de magia, Cindy descubre que sus padres (Eñoc Elaño y Alexandra de la Mora) le han cortado "los fondos" en sus tarjetas de crédito. Milagrosamente (o gracias a "Daddy God") conseguirá trabajo de inmediato, nada menos que en la revista "Moi", y su directora en la vida real, Martha de Bayle (quien no tiene un ápice de actriz), hace una "aparición especial" como la nueva jefa de Cindy. Ya sé que Devil Wears Prada fue también un gran comercial para la revista Vogue, pero al menos recurrieron a Meryl Streep, una actriz real, para interpretar el papel de jefa insufrible. 
Dejando de lado que Cindy la Regia es también un buen comercial para la revista "Moi", la película descuida a su personaje principal totalmente. Además de escribir un blog, Cindy demuestra que tiene una vena de editora gráfica (o algo así), lo que lleva a convencer inmediatamente a Debayle para contratarla. El gran problema, es que nada de esto se aprovecha para hacer a Cindy más interesante como personaje, el cual se nota confeccionado a imagen y semejanza de Alicia Silvestone en Clueles, y de Reese Witherspone en Legally Blonde. Martha Hinojosa, la guionista, no supo ver que aquellos dos personajes femeninos estaban bien escritos; que tenían objetivos y motivos claros, y, sobretodo, que esos filmes tienen buenas historias en comparación. Toda la trama termina más enfocada en el muy insípido doble romance que Cindy empieza con un fotógrafo (Giussepe Gamba), y un empresario adinerado (Diego Amozurrutia), los dos "príncipes azules" (bueno, ni tanto) del cuento. 
Entiendo que la historia intenta infructuosamente ser, además de una parodia del adinerado universo de una chica de provincia (bueno, ella dice que no es provinciana, ya que eso le suena quizás degradante), sino que su aventura sea un choque contra la forma de vida a la que está acostumbrada. Pero el guión es verdaderamente pobre, al cual se nota necesitaron trabajarlo mucho más. Para las moralejas que nos da al final, la historia se queda demasiado corta, al igual que las actuaciones, flojas y aguadas. Isela Vega me pareció es la que más se salva, interpretando a la abuela con espíritu-de-adolescente de Cindy, la voz de la razón en el filme. Definitivamente, yo me voy a ver de nuevo 1917.
Mi primera entrada a mi lista de lo peor del 2020.
⭐️1/2

jueves, 27 de agosto de 2020

SANCTORUM


Preparándose para el fin del mundo.
Sanctorum sabe encontrar ese equilibrio, tan difícil de alcanzar, entre realidad y realismo mágico; sabe manejar esa fina línea en donde ambas se funden a la perfección, sutilmente, y sin mucho esfuerzo. Tal es el logro principal de Joshua Gil, su realizador, el cual consigue un filme con gran poder visual y que logra atraparte desde el inicio. Imágenes de un cielo estrellado y de la Vía Láctea abren Sanctorum, teniendo de fondo una pequeña narración, en dialecto mixteco, sobre el final del mundo. Mientras, la cámara nos introduce a un túnel obscuro, una especie de cenote, como si estuviéramos a punto de iniciar una travesía hacia el inframundo perteneciente a alguna mitología indígena. Luego, entre escenas de indígenas trabajando en plantaciones de mariguana, vigilados por sicarios armados, así como la escena de un anciano diciéndole a su esposa, mientras desayunan, que ha escuchado un "ruido extraño en el cielo", afirmando, supersticiosamente, que se trata del anuncio de un hecho trágico; de que algo malo pasará, la película ya te ha envuelto en un velo de misterio del cual será difícil librarte.
Entre diálogos en español y en mixteco, la historia narrada en el filme (de apenas 1 hora y 23 minutos de duración) es de una sencillez impresionante. Los hechos se desarrollan en una pequeña comunidad indígena, que vive en medio de un bosque. Sus habitantes, mayormente campesinos, deben trabajar en plantaciones de mariguana bajo el mando de los cárteles, para así poder sobrevivir. Sin embargo, llega la noticia de que pronto el ejército desalojará esas tierras por orden del gobierno. Encabezados, entre otros, por un maestro de primaria, toda la comunidad decidirá levantarse en armas y pelear por su tierra. Hay una imagen de un soldado, de origen indígena, que mientras escucha ese "ruido en el cielo sobre el mal presagio que se avecina", toma en sus manos agua ensangrentada de un río, una imagen simbólica, y que, como una especie de ritual, marca el inicio de lo que seguramente será el final; o aquellas también de un ser con capa blanca y cuernos, apareciendo en el pueblo.
La influencia del cine de Carlos Reygadas, y a la vez de Tarkovsky, se siente, pero Gil sabe darle su propio toque de originalidad a toda la película, gracias, no únicamente a una magnífica dirección de fotografía, sino a un muy buen diseño de sonido. Si bien no son actores profesionales, los protagonistas hacen un estupendo y muy natural trabajo. El único pero que le daría al filme, es que su historia no se siente tan concluyente, dejándolo todo en puntos suspensivos. Pero con imágenes de hombres de fuego corriendo por el bosque, flanqueando a los indígenas armados; de un niño rodeado por luciérnagas y siendo escoltado por un grupo de perros xoloescuincles, mientras llora para que así "los dioses puedan escucharlo, y su madre fallecida venga a ayudarlo", y de otras imágenes de lo que parece el mundo llegando a su fin, tal detalle lo pasas por alto. Si tan sólo más cine mexicano fuera así. 

⭐️⭐️⭐️⭐️

sábado, 6 de junio de 2020

EMA


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"Ema" es un filme que se siente completamente fuera de lugar en la filmografía del realizador chileno Pablo Larrain. En comparación con "No" y "Una Mujer Fantástica", también de Larrain (filmes que me gustaron mucho más), "Ema" es una película dispareja, a pesar de ser más agresiva e intensa. No termina por definir lo que quiere ser, o el rumbo que el realizador quiso tomar.
La película empieza con una secuencia que, sin duda, tiene poder visualmente hablando, con una troupé de coreógrafos llevando a cabo un número en escena, teniendo como fondo una espectacular imagen del Sol. Una secuencia que hace pensar que el principal tema de "Ema" tendrá que ver con el baile. No será así exactamente. Ema (Mariana Di Girolamo), una bailarina que es una fuerza de la naturaleza, forma parte de dicha compañía de baile, dirigida por su marido, Gastón (Gael García Bernal, con acento chileno-mexicano, o queriendo hacer un acento chileno no muy logrado). El matrimonio está pasando por una crisis, luego de que ambos renuncien a un niño que adoptaron (de origen colombiano), ya que este ha mostrado un comportamiento, digamos, "conflictivo".
La trama se desvía por otros caminos, sin centrarse bien en el conflicto del niño y el matrimonio. Es más, la película, aunque bien actuada y fotografíada, tampoco será interesante desde el punto de vista del baile. Es claro que Ema y Gastón no fueron los mejores y más responsables padres adoptivos; que tal vez tiraron la toalla muy rápido. También será claro que Ema (con tendencias pirómanas), no encaja bien en la compañía de baile, la cual es demasiado tradicional para ella, demasiado artística, ya que lo suyo es el reggaeton. De hecho, hay una larga secuencia musical que luce más bien como un video musical, metida con calzador a mitad de la historia, con Ema dando rienda suelta a su pasión por el reggaeton.
Al final, "Ema" no termina siendo del todo un melodrama romántico (no se enfoca bien en la destructiva relación entre Ema y Gastón), ni tampoco bien a bien la historia sobre una bailarina, tratando de levantar su carrera y encontrar su camino. Es un poco de todo eso, y no muy bien balanceado. Lo que el filme acaba siendo más, es una muy superficial historia romántica-erótica, que se inclina hacia lo telenovelero en su conclusión.
⭐️⭐️ 1/2

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