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lunes, 9 de diciembre de 2024

BEETLEJUICE BEETLEJUICE

MEJOR NO DIGAS SU NOMBRE. Winona Ryder y Michael Keaton.
 

Parecía que no vería la luz, o que era un rumor el que estuviera en producción, pero en septiembre pasado por fín Beetlejuice Beetlejuice, secuela tardía de uno de los clásicos de Tim Burton de 1988, tuvo su estreno. Al haberla visto en cine siendo un preadolescente, no podía perderme la segunda parte en pantalla grande. No se preocupen, durante esta reseña trataré de no decir su nombre tres veces seguidas, por peligro de invocar al fantasma que da título al filme. Estar sentado frente a la pantalla, y ver de nuevo reunidos a todos los personajes, fue para mí la experiencia más nostálgica del año. Bueno, más bien el ver a casi todos los personajes, ya que, desfortunadamente, la experiencia no fue del todo completa debido a grandes ausencias.

Nuevamente tenemos a Winona Ryder (¿Tendría caso hacer el filme sin ella?) como Lydia Deetz, y a Catherine O'Hara como Delia, su madrastra; ah, y por supuesto, a Michael Keaton como Beetlejuice (otro actor necesario para que esta secuela tuviera sentido). No importa cuanto maquillaje tenga Keaton encima, ya que las arrugas, pliegues en la frente, y patas de gallo se le notan y mucho. Bueno, han sido más de 30 años desde que interpretó al personaje. Pero ¿qué importa? Keaton volvió a interpretar a Batman (otro icónico personaje que interpretó bajo la dirección de Burton por aquellas épocas también) en la reciente Flash, y lo hizo bastante bien.

Keaton lo consigue. Maquillaje y peluca hacen también magia para darnos un Beetlejuice "reloaded". Las ausencias que pesan -quizás demasiado- son el no tener de vuelta a actores que le dieron identidad también al filme original, como Jeffrey Jones, quien interpretó al padre de familia súper positivo y observador de aves ¿La razón de su ausencia? Problemas legales que tuvo en 2002, al declararse culpable por un cargo de pedofilia debido a unas fotografias sexualmente explícitas que le tomó a un menor de edad. Y ya que estamos en temas legales, es posible que Alec Baldwin (quien junto a Geena Davis interpretó a la pareja fantasmagórica de recién casados) tampoco aparece en la película debido a los problemas legales que tuvo al causar accidentalmente la muerte de una directora de fotografía durante la filmación de un western.

Tampoco tenemos el regreso de uno que otro personaje secundario, como Glenn Shadix, quien interpretó al regordete hermano de Delia, o de Sylvia Sidney, quien interpretó a la fumadora Juno, la guía que orienta a Barbara y Adam (Davis y Baldwin) en el más allá, y que les previene de recurrir a...., bueno, ya saben quién.

Burton decidió resolver la ausencia de Jeffrey Jones de la forma más creativa posible: matar al personaje. ¿Dónde está lo creativo? En contarnos cómo pasó, en la forma de una increíble animación en stop-motion cargada de humor negro, que el director incerta justo en el primer acto. Pero ahí no acaba todo, ya que el personaje seguirá presente durante buena parte de la historia de una u otra forma. Aunque no será nada bonito ver cómo lo trata Burton, usando situaciones que pueden verse como travesuras crueles de Burton para su antiguo colaborador (Jones también apareció en Ed Wood y Sleepy Hollow.)

Lo impresionante de esta secuela, es que a 36 años del estreno del filme original, Keaton repite el papel con la misma energia explosiva, transformándose y haciéndose irreconocible. Es el mismo fantasma gritón de voz aguardientosa y rasposa, que odia a los vivos y es un especialista en asustarlos y deshacerse de ellos. Como una especie de extra, tenemos aquí, en la forma de un minirelato, algo que puede calificarse como "la historia jamás contada de Beetlejuice", una graciosa secuencia en blanco y negro, narrada por el mismo Beetlejuice en italiano. Al ver ésto, es como si Burton tuviera todavía una cosquilla difícil de calmar desde que dirigió Ed Wood, ya que esta secuencia parece casi pensada para este filme.

En dicha mini historia se revela la existencia de su amor perdido, Delores (Monica Belluci, interpretando un personaje que dice apenas unas pocas y muy cortas lineas en la película), que estará de regreso como un espíritu demoniaco buscando venganza pasional, mientras absorbe energía de los espíritus con los que se va topando.

El filme vuelve a ser musicalizado por Danny Elfman, reorquestrando el tema musical con una secuencia de créditos que homenajea a la original, con la cámara sobrevolando de la misma manera el pueblito (la casa de los Deetz es, de hecho, una replica de la original). Y el viaje nostálgico al pasado empieza. Lydia no estará de regreso al pueblo completamente sola, sino con una hija, Astrid (Jenna Ortega, a quien ya pudimos ver en la serie Wednesday, en Netflix, producida por Burton).

En el pueblito el tiempo parece no haber pasado en todo este tiempo. Todo sigue ahí: la vieja casona, el puente donde cierta tragedia ocurrió, y claro, la maqueta. Lydia y Astrid se llevan fatal, esta última cree que su mamá es un fraude y que no tiene el don de ver espíritus. No ayuda mucho el que Lydia tenga un programa de televisión de baja categoria, en donde entrevista gente que vive en casas embrujadas.

Willem Dafoe es una de las caras nuevas, quien interpreta al fantasma de un otrora doble de cine, y que ahora en el más allá se dedica a trabajar como detective privado con medio cerebro expuesto, y que se encuentra investigando el caso de Delores. También está Justin Theroux, quien interpreta a la pareja de Lydia, quienes sostienen un romance seco, apagado, y con nula química.

Es cierto que la sorpresa de ver a Beetlejuice no es tanta como verlo por primera vez en el cine en 1988. Lo sorprendente para mí fue ver lo bien que Burton consigue resucitar (en más de un sentido) al personaje, aunque tal vez no exactamente haciendo lo que más disfruta: asustar. Ahora tiene su propio negocio, y tiene a su cargo a muchos de esos personajes altos de cabeza pequeña. La "Guía para los Difuntos Recientes" no podía faltar, sólo que aquí tiene un papel todavía más decisivo en la historia.

Burton no ha tenido temor de llevar la nueva película a terrenos algo más gráficamente violentos, haciéndola más obscura, y algo más sangrienta. Pero también es verdad que Burton recurre a viejos trucos que funcionaron en el primer filme, como poner a Beetlejuice de espaldas mientras asusta a quien tenga enfrente, haciendo una cara, con seguridad terrorífica y asquerosa, con patas de ranas saliendo de la cara. La duda sigue en saber cómo es dicha cara, además de que aquí no lo vemos comer una sola cucaracha.

¿Burton corre el peligro de repetirse a sí mismo? No exactamente, ya que si bien nos da uno que otro de esos destellos de nostalgia cinéfila en la película, en general esta secuela se siente fresca, con el claro interés del director de hacer que personajes y trama avancen, que nos importen nuevamente. No será la enorme sorpresa cargada de un humor negro original y loco como lo fue la primera película, y ahora la casa ya no es tanto un personaje más; el objeto en disputa entre un matrimonio tranquilo y tradicional, y una familia excéntrica. Ahora es básicamente la historia de una madre buscando acercarse a su hija, mientras esta última, a su vez, trata de saber quién fue realmente su papá y qué fue de él; si vive o ha fallecido.

La nueva escena musical no se caracteriza mucho por ser sencilla y graciosa como lo fue la original, con el baile en el comedor al ritmo de Day-O, cantada por Harry Belafonte, y con camarones agarrando las caras de los comensales. La de ahora es divertida, aunque todo lo opuesto a ser sencilla, siendo más grande, elaborada, con más acción y efectos especiales, moviéndose al ritmo de Richard Marx y Right Here Waiting.

Como fan, Beetlejuice Beetlejuice me ofreció, no nada más ver de nuevo a Winona Ryder en pantalla grande, igualmente en todo su elemento reinterpretando uno de los papeles que marcaron su carrera, sino también para comprobar la gran confianza y vitalidad con la que Burton retoma todo desde donde se quedó. Me ha dejado con la gran interrogante: ¿Si hay una tercera película se llamará "El Hijo de Beetlejuice"?
A la renta y en Max desde el 6 de diciembre.

domingo, 14 de enero de 2024

YOUR CHRISTMAS OR MINE? 2

ASA BUTTERFIELD
 

Your Christmas or Mine? (2022) fue, al menos para quien esto escribe, de los mejores filmes navideños del año pasado. Y esto último considerando que casi nunca la oferta de pelis navideñas, de las que valen la pena ver, es muy vasta. Es de esas comedias románticas de temporada invernal en donde varias cosas se conjuran para hacer que la corriente fluya a su favor, sin necesidad de que aparezca Santa ni haya necesidad de salvarlo; ni de mucha magia, o efectos especiales. Es graciosa, emotiva, y con una calidez peculiar.

Disponible ahora también en Primevideo, llega -con una rapidez que me tomó desprevenido- la secuela. Dado el triunfo de su antecesora, me llené de expectativas y me aventuré de inmediato a verla. Si bien esta segunda parte no cuenta con la misma originalidad, sí cuenta con la misma comicidad desbordante, sobretodo en su primer acto. De ahí, llegando a la mitad, y pasando un poco ya la segunda parte, no es precisamente que el asunto ya no funcione, sino que su ritmo cómico va bajando. Es cuando esta secuela, dirigida también por Jim O'Hanlon, cae en la típica historia de malentendidos y reconciliación, además de uno que otro lugar común en estas comedias, en donde todo un clan familiar viaja fuera de su hogareña zona de comfort decembrina.

Las familias de James (Asa Butterfield) y Hayley (Cora Kirk) deciden pasar juntos la Navidad en los alpes suizos. Luego de abrir con una agitada secuencia en el aeropuerto antes de partir, las cosas no irán precisamente como lo planearon para ambas familias. Aquí no habrán los típicos desacuerdos entre familias, ni rencillas, o discusiones, sino que todo irá más bien dentro de la línea de problemas en la comunicación con los lugareños (hay un personaje que, por más que intenta, no puede darse a entender en alemán con nadie). Pero también habrá dificultades con la fauna local (una cabra), y con el folklor de la región, como la creencia en Krampus en lugar de Santa.

Afortunadamente, todo lo anterior da lugar a situaciones bastante graciosas, hasta que claro, cuando ya las cosas más o menos se "normalizan" en la segunda mitad, todo empieza a moverse dentro de aguas más seguras, sin tanto riesgo como en la primer película. Por ejemplo, no faltará la escena en donde lo británico de los personajes saldrá a relucir, y buscarán lo más cercano a un pub (cosa no muy difícil en Suiza), y aunque la secuencia dentro del bar es divertida, son situaciones que ya hemos visto antes.

Por otro lado, Daniel Mays, quien se robó el primer filme con su personalidad bonachona, aquí su Geoff, el papá de Hayley, me siguió cayendo bien, me arrancó algunas risas, pero me tuvo con ansia por la espera de esa línea o escena memorable y graciosa. Lástima que el protagonismo de Geoff se va perdiendo luego de la escena del pub. La nueva adición al reparto (interpretada por Jane Krakowski), es una especie de gurú y coach de vida, además de ser la nueva y muy joven pareja del papá de James. Fuera de ciertos roces con la familia de Hayley, el personaje no tendrá mayor relevancia sino hasta el final de la película.

Por supuesto, la secuela no podría estar completa sin que nuestra pareja estelar vuelva a tener problemas, como en el primer filme. Lo que salva la historia, es el ver si James y Hayley ahora pasan esta prueba de fuego en su relación, siendo aquí en donde el filme toma un segundo aire y despega. No tiene ahora mucho sentido el título como en la primera parte, pero "¿Tu Navidad o La Mía? 2" vuelve a sobresalir como lo más pasable y visible de esta temporada navideña, post-navideña, y de fin de año.
En PrimeVideo

lunes, 17 de abril de 2023

MINIONS: THE RISE OF GRU

 

Los orígenes de Gru.

 No importa mucho que tan buena o regular sea la historia, siempre los Minions estarán ahí para salvar el número con tan sólo hacer acto de presencia en pantalla. Esta entrega puede que sea un filme algo flojo en
comparación a la anterior. Creo que ahora los guionistas se esfuerzan demasiado para querernos atrapar con la historia de un Gru niño queriendo -pero no pudiendo mucho- convertirse en villano. Pero las risas están garantizadas, y la verdad me dolió la cara de tanto reirme.
A la renta y en Netflix.

domingo, 16 de abril de 2023

DOCTOR STRANGE IN THE MULTIVERSE OF MADNESS

 

NUEVA CITA CON EL DOCTOR. Benedict Cumberbatch

El nombre del Dr. Strange se está convirtiendo en sinónimo de multiversos, y en esta secuela propiamente dicha del filme del 2016, el doc regresa nuevamente (Benedict Cumberbatch) acompañado, aunque no del Hombre Araña. Ahora tenemos a un desfile de superhéroes de la Marvel, aunque no con las caras que conocemos en cine (hay una aparición sorpresa), incluyendo Wanda Vision (esta sí interpretada nuevamente por Elizabeth Olsen).

Y es que este es un filme de multiversos, y antes de que nos empiece a dar un dolor de cabeza, vale decir que en manos de Sam Raimi (director de la primera trilogía del Hombre Araña) el asunto no podría ser más que interesante. Aunque el filme es algo largo, y que hay momentos en que su ritmo narrativo se siente divagante, visualmente es todo un espectáculo, con un toque surreal y de humor negro propio de Raimi.
En DisneyPlus.

TOP GUN: MAVERICK

SON OF A GUN.  Tom Cruise regresa como Maverick.
 

A mi lista de deseos tengo que agregar ver, algún día, Top Gun: Maverick en pantalla IMAX (tengo entendido que estuvo disponible una versión en dicho formato). Durante las dos veces que vi el filme, que marca el regreso de Tom Cruise como Pete "Maverick", 36 años después del estreno de Top Gun, solamente tuve en la cabeza un filme, Hell's Angels (1930). En este filme de Howard Hughes (de los primeros filmes sonoros), sobre batallas de aviones durante la Primera Guerra Mundial, Hugues sólo tuvo una cosa en mente: el mayor realismo posible, colocando cámaras en aviones antiguos para ponernos justo ahí, frente al piloto. En Top Gun: Maverick tenemos una experiencia similar. A diferencia del filme original, la experiencia al ver la película es la de estar encima de los aviones (fueron colocadas cámaras fuera de los mismos) y dentro de las cabinas, viendo el paisaje pasar por detrás de los pilotos, o escuchando cada ruido dentro (botones, palancas, controles,...todo).


La historia es lo de menos, con todo y que tocará las cuerdas más sensibles de muchos quienes crecimos viendo este filme (vibrarán al escuchar nuevamente el tema musical), ya que lo mejor son las escenas de las batallas de los aviones, los cuales, además de poderosos, lucen bellos, sumamente cinéticos. Y si hay alguien que sabe cómo actuar a mil por hora (sea en moto, coches de carreras, o como aquí, aviones) o a la velocidad del sonido, ese es Cruise. De lo mejor del 2022.
A la renta.

miércoles, 11 de mayo de 2022

ROCK DOG 2: ROCK AROUND THE PARK

 

Bodi con look a la James Brown.

Desafortunadamente, ya no tiene en su reparto las voces de Luke Wilson, J.K. Simmons, y Eddie Izzard como en la primer película. Sin embargo, las nuevas voces lo hacen bien, y aunque creo que es un poco mejor la anterior película, el relato de Bodi, el perrito rockero originario del Tibet, sigue avanzando en su carrera buscando el estrellato en esta secuela. Con más toques fantásticos en comparación, el asunto es que sus personajes siguen sosteniendo el interés del anterior filme (eso sí, extrañé un poco a Angus Scattergood, el gato productor musical) en una funcional y pasable película animada.
A la renta.

miércoles, 20 de abril de 2022

THE MATRIX RESURRECTIONS

Carrie-Anne Moss y Keanu Reeves.


Cuando se dio la noticia de que habría una cuarta película de Matrix, no lo podía creer. Estaba incrédulo, pero no tanto de emoción -me gustan los filmes, pero no soy fan-, sino por el hecho de, literalmente, no creer que a casi veinte años de ver el tercer filme, Matrix Revolutions (2003), la cual fue bastante concluyente con la historia de Thomas Anderson/Neo (Keanu Reeves), ibamos a tener una cuarta parte. ¿Qué más habría por contar después de tanto tiempo? No mucho, por lo que puede verse. Seamos sinceros: sin Hugo Weaving, quien interpretó en la trilogía original al agente Smith, y sin Laurence Fishburne, quien interpretó a Morpheus, una película de Matrix no te sabe a lo mismo, especialmente sin este último. Digo, Morpheus es el icónico personaje que, en el primer filme de 1999, introdujo a Thomas, un hacker, al universo de la Matrix, ofreciéndole tomar una píldora azul o roja. Aquí, tenemos a una especie de sustituto, una fusión de Morpheus y el agente Smith (Yahya Abdul-Mateen II), el cual, si bien hace un trabajo aceptable tratando de emular la actuación de Fishburne, no alcanza a llenar completamente sus zapatos. Como sea, la estrategia en The Matrix Resurrections, dirigida esta vez únicamente por Lana Wachowski, ha sido poner en un estado amnésico tanto a Neo como a Trinity (Carrie-Anne Moss), en un reencuentro que será el núcleo alrededor del cual gira toda la historia. Y otra de las estrategias en la película (escrita por Lana Wachowski, David Mitchell, y Aleksandar Hemon) es convertir al filme en una broma en sí durante su primer acto. Es decir, Thomas se encuentra ahora trabajando como diseñador de videojuegos para una compañía, desarrollando un juego, precisamente, titulado "The Matrix", el cual es la cuarta parte de una serie. Varios de sus colegas hacen bromas al respecto, como ¿cuál seria el mejor título? o ¿es una estrategia para, nada más, hacer ganar dinero a la empresa?, etc. Anderson/Neo no recuerda nada de lo vivído en los tres filmes anteriores, y se encuentra sufriendo una especie de stress post-traumático, luego de su lucha contra las máquinas. No parecen estarle sirviendo mucho las terapias que lleva con un psicólogo (Neil Patrick Harris), quien trata de hacerle ver que nada de eso fue real, sino más bien un mal sueño, o una simple ilusión. Neo termina reencontrándose en "la Matrix" (o sea, el mundo en que vivimos) con Trinity, ahora casada, con hijos, y un nombre diferente, Tifanny, sin que tampoco recuerde nada del pasado. Entre algunos de los problemas de esta cuarta parte, no es únicamente el hecho de que, en general, se siente algo agotada en ideas, sino que además se siente dependiente de las anteriores películas. En su primera mitad, constantemente estamos viendo escenas de las anteriores cintas, como si Lana Wachowski no confiara mucho en la memoria de los espectadores y seguidores de la saga. Esto último es tan recurrente, que termina sintiéndose rutinaria esta parte del filme. Esto sucede mientras Bugs (Jessica Henwick) y el clon de Morpheus intentan refrescarle la memoria a Neo, el antiguo elegido, ya que necesita regresar al universo de las máquinas (o, siguiendo las referencias religiosas y simbólicas de la historia, "resucitar") y ver que las cosas no han mejorado mucho en estos veinte años, con otro conflicto con las máquinas a punto de ocurrir. Los humanos en aquel universo futurista, ahora conviven amigablemente con una que otra de esas máquinas con tentáculos. "Veo que mi sacrificio y todo lo que hice no ha servido de mucho", dirá Neo, una vez que su memoria haya regresado y se reencuentre con una ahora avejentada (en mi opinión, demasiado avejentada) Niobe (Jada Pinckett Smith), y sepa que Trinity se encuentra en peligro. Es cierto, estamos ante la película menos buena de la saga (hay críticos que afirman que la tercer película ya era mala), y su excusa para traer de vuelta todo el show no se siente tan fuerte como debiera. Y lo malo también, es que hay uno que otro personaje de regreso, como "El Merovingio" (Lambert Wilson), quien, ahora sin Monica Belluci, se siente ridículo y sin mucho sentido su reaparición. Pero eso no significa que la película no se pueda ver, ya que, a pesar de su narración tendiente a lo caótico, en su tercer acto "resucita", ofreciéndo a los fans lo que quieren, como acción cinética, buenos efectos especiales, y una vuelta de tuerca inesperada. Esperemos que ya dejen descansar la franquicia. En #HBOMax y a la renta.

viernes, 4 de febrero de 2022

NO TIME TO DIE

Daniel Craig en su última encarnación del 007.
 

Parecía que no vería la luz, que caería víctima de la pandemia, que Sin Tiempo para Morir, el más reciente filme del 007, no tendría estreno en cines. Sumamente esperada para el 2020, la película finalmente terminó siendo estrenada en noviembre del 2021, de hecho, la última protagonizada por Daniel Craig como el agente secreto. Como si la expectativa no fuera de por si ya mucha, todavía estaba por verse si este sería el mejor filme de Craig como Bond. Aunque para mi gusto es Casino Royale, Sin Tiempo Para Morir está dentro de los mejores dentro de la sub-saga con Craig. 
 
Dirigida por Cary Joji Fukunaga (Beasts of No Nation), con todo y tener todo lo que uno espera en un filme de James Bond, es decir, interesantes locaciones, persecuciones, balaceras, suspenso, explosiones, etc., si algo tiene también Sin Tiempo Para Morir es una carga dramática considerable. Además, creo que Bond jamás había mostrado su lado más humano como en esta ocasión, es decir, con más vulnerabilidad. La balanza se inclina aquí más a lo emocional. Pero también, si algo sigue manteniendo a Craig como Bond en el gusto de muchos, es esa rudeza que sabe transmitir, de héroe de acción cara-dura del nuevo siglo. 
 
Estando en Italia junto a Madeleine (Léa Seydoux), su novia psiquiatra, Bond nuevamente se verá sorprendido por Spectre, la organización criminal terrorista, que no se rinde tratando de sembrar caos y muerte en el mundo. El problema, es que nuestro agente sigue suspendido por el servicio secreto británico, y con su licencia para matar revocada. Como si estos tiempos de pandemia no fueran suficiente, tenemos aquí un villano nuevo y de nombre estrafalario, Lyutsifer Safin, interpretado por un cacarizo Rami Malek, con los planes de intoxicar a toda la población del mundo usando armas biológicas. El rostro de Safin, además marcado por cicatrices, causó no poca controversia entre personas que vieron ofensivo (con todo y campañas en redes sociales, así como una carta dirigida a la MGM y los productores del filme) el hecho de que un rostro con marcas y cicatrices pudiera ser símbolo de maldad y estereotipo de villanía. 
 
 Safin planea lograr su objetivo con la asistencia de un científico ruso, Valdo Obruchev (David Dencik), cuyo acento raya casi en lo rídículo y caricaturezco, quien se encuentra desarrollando una toxina extraída de una planta. Aunque la premisa no tiene mucho de nuevo, es decir, el villano megalomaniaco buscando eliminar a la raza humana debido a traumas de su niñez, lo mejor de Sin Tiempo Para Morir es que estamos ante el capitulo final de una saga, y el comienzo de una nueva. Sin revelar mucho de la historia, tendremos una que otra muerte trágica, alguna revelación inesperada, así como la presentación de quien posiblemente (y remarco el "posiblemente") tome el lugar de Craig en las siguientes películas. 
 
No diré mucho, pero podría ser una mujer, aunque dudo sea Ana De Armas, la cual, desafortunadamente, sale poco en la película, interpretando a una agente cubana. Podría ser otro personaje femenino en el filme, el interpretado por Lasana Lynch (quien comparte con Ana de Armas el papel de "chica Bond"), pero decir más sería revelar demasiado. 
 
Sin Tiempo para Morir es un filme largo (poco más de dos horas y media de duración), con una que otra secuencia que pudo haber sido reducida (¿era muy necesaria la escena con Christoph Waltz?), pero al final cumple con creces. La cinta cuenta con buenas dosis de acción, aunque no tanta tensión o suspenso como en anteriores filmes. Hay caras conocidas de regreso, como Ralph Fiennes como M, Naomi Harris como MoneyPenny, y Ben Wishaw como Q, siendo este último el afortunado con más tiempo en pantalla. Wishaw repite magníficamente su papel, estando incluso con Bond en los instantes más tensos de la película. 
 
Por otro lado, creo que lo peor del filme acaba siendo el villano, poco memorable, y con un extraño acento, ininteligible y casi indescifrable. Sin embargo, Primo (Dali Benssalah), el otro malo de la historia, con un ojo mecánico, es quien más o menos salva el show. En resumen, un adrenalínico filme de acción, sin suficiente complejidad en su historia de agentes secretos, pero ideal para los fans de Bond, quienes tal vez no evitarán sentir un nudo en la garganta al final. ¿Qué vendrá en el futuro para la franquicia de James Bond?
 ⭐⭐⭐1/2 
 
Disponible a la renta.

lunes, 31 de enero de 2022

A QUIET PLACE PART II

 
Emily Blunt, Millicent Simons, y Noah Jupe.
 
 
La expectativa por la llegada de A Quiet Part II pudo haber sido mitigada por la pandemia, atrasando su estreno por más de un año, pero eso no redujo el impacto al verla. Teniamos que saber el destino de la familia Abbott, luego del trágico y emotivo final de la primer película. Aunque el factor sorpresa desapareció un poco, esta secuela abre con una pequeña pero emocionante introducción, que nos cuenta el cómo inició todo, es decir, cómo llegaron los alienígenas de oídos hipersensibles a causar terror a la Tierra, y hacer que sus habitantes vivan en silencio. 

 Ahora todo -o casi todo- el peso del filme cae sobre los personajes femeninos, Evelyn (Emily Blunt), la mamá, y Regan (Millicent Simmons), su hija, la cual, irónicamente, sufre de sordera (tanto en el filme como en la vida real). Definitivamente, es Millicent Simmonds quien se lleva la película, y en parte también Noah Jupe, quien interpreta a Marcus, el hermano de Regan. Además, al reparto se une Cillian Murphy, quien de alguna forma es la nueva figura paterna en la trama. La manera de presentarlo en la historia es simple y casual, durante un partido de baseball, en el que Lee (John Krasinski), el papá, y Emmet (Murphy) observan a sus respectivos hijos jugar. De inmediato adivinamos que son viejos conocidos, cuando de pronto, en el cielo, seguido de una nube de humo, vemos caer un meteoro. En cuestión de minutos, el caos empieza a invadir el pueblo. 
 
Dirigida nuevamente por John Krasinski, esta secuela narra la aventura que emprende Regan, para tratar de rastrear una señal de radio, que transmite constantemente Beyond the Sea en la voz de Bobby Darin. Regan tiene la esperanza de encontrar más personas, u otra comunidad quizás. Sin embargo, no mide mucho las consecuencias ni el peligro de ir sola, armada tan solo con un rifle, y usando el pequeño dispositivo que su papá le diseño para ayudarle a oir mejor. Mientras, Evelyn se ha quedado oculta en un refugio junto a Marcus, y su bebé. 
 
Sin duda, una secuela algo más optimista que su antecesora, por el hecho de ver que, a pesar del caos y muerte que imperan en este universo, podría haber más seres humanos en el camino de los Abbott, aunque no todos ellos serán precisamente buenos. Y si bien es cierto que la primer película es mucho mejor, esta segunda parte no escacea de momentos emocionantes, así como el hecho de que ya no es tan silente, es decir, hay más diálogos, muchos en voz baja por supuesto. Djimon Hounsou, como siempre en un papel secundario, está aquí para ayudar a levantar la segunda mitad del filme. 
 
Si por algo vale la pena ver A Quiet Place 2, es más por la secuencia inicial sobre los origenes de la invasión, y por su tercer acto. Son una muestra más de la particular maestría de Krasinski para construir pequeñas secuencias de acción e inyectarles una buena dósis de suspenso y adrenalina, todo armado de una forma intensa. ¿Habrá una tercera película? Sí, en un par de años... si no hay pandemias de por medio. ⭐⭐⭐1/2 A la renta.

 

martes, 9 de noviembre de 2021

SPACE JAM: A NEW LEGACY

WHAT'S UP LEBRON? LeBron James y Bugs Bunny en un nuevo desafío.
 

No es que la primer película de Space Jam (1996) haya sido una obra maestra, pero si la comparamos con la nueva película, Space Jam: A New Legacy, tal vez sí lo sea. Sus productores seguro pensaron, "Hagamos lo mismo de hace 25 años, pero al cuadrado. Vamos a lo grande. Entre más, mejor". El efecto fue todo lo opuesto.

Más un refrito que una secuela (no tiene mucho que ver con el filme de los 90s), en New Legacy una nueva estrella de la NBA ha venido a sustituir a Michael Jordan, LeBron James, completamente inexpresivo y sin pizca de actor. Sin embargo, quienes se llevan la película son los Looney Toones. No culpemos tanto a LeBron James, quien es tan sólo un deportista, y de los más cotizados jugadores de basquetbol en E.U. Pero Jordan lo fue también en los 90s, y a diferencia de James, en la primer película resultó más carismático, y con más ángel para la pantalla grande. Aunque la mitad del trabajo de Jordan en Space Jam no era más que reaccionar frente a la cámara ante presencias invisibles, la química virtual que tuvo con Bugs Bunny, Duffy, Porky, y el resto de la pandilla resultó de maravilla.
Dirigida por Malcolm D. Lee, la trama de New Legacy es, básicamente, muy similar a la de su antecesora. LeBron y los Looney Toones tienen que formar un improbable equipo de basquetbol, para enfrentarse a los villanos en turno. Antes, por supuesto, nuestra estrella tiene que hacer -otra vez- de los Looney Toones unos verdaderos jugadores de baloncesto en el menor tiempo posible, para enfrentar a un equipo bajo el mando de Al G. Rhythm (Don Cheadle, tratando de hacer lo mejor posible con el papel), el anfitrión virtual de una atracción digital, creada por los ejecutivos de la Warner. Las cosas se salen de control cuando Al empieza a sentirse amo y señor de este universo.
Dom (Cedric Joe), el hijo de LeBron James, no lleva una buena relación con su papá, ya que el chico está más entrado en los videojuegos que en el basquet. El problema empieza cuando Dom termina siendo succionado por su propia creación, un videojuego que se encuentra desarrollando, y, por una u otra razón, termina conociendo a Al, encuentro que no tendrá buenos resultados.
Si luego de leer lo anterior les viene a la mente Tron, no están equivocados. New Legacy parece una mezcla de Tron con todos los gags y bromas clásicas de los dibujos animados de los Looney Toones, con mucho basquetbol incluído. Entiendo que la intención es que el filme no luzca anticuado, con la simple idea de juntar actores de carne y hueso con personajes de animación, al estilo Roger Rabbit. Sería ridículo no usar la teconología digital en favor de aquella propuesta, y mejorarla. Lo malo, es que aquí se les pasó la mano. Poco o casi nada funciona, ya que todo es tan caótico y sobresaturado, que entre toda esta parafernalia digital (con unos Looney Toones más tridimensionales, con pelaje realista y textura) apenas y hay una historia que seguir. Además, en la anterior película teníamos a un Bill Murray como actor de soporte, aportando buen humor y chistes simplones, cosa que hace falta también en New Legacy.
Aquí tenemos una interminable galería de cameos, tanto de personajes reales como fantásticos. El partido final de basquetbol tiene de todo, incluyendo un publico formado por un millar de personajes venidos de películas, programas, etc. En lugar de poner atención al incoherente partido, uno está más ocupado "buscando a Wally", es decir, tratando de identificar a éste o este otro personaje. Presenciando el juego estarán desde personajes de la Hanna Barbera, y superhéroes de DC Cómics, hasta personajes de Game of Thrones (no es broma). Si hay un chiste que me gustó, fue el de Daffy, quien al ver la silueta de alguien aproximarse a los vestidores, sin verlo bien dirá "¡Michael!....". Su sorpresa será otra. Me quedo con el primer filme.
⭐⭐
Disponible en #HBOMAX y a la renta.

jueves, 28 de octubre de 2021

THE CONJURING: THE DEVIL MADE ME DO IT

Contorsionismo diabólico. Patrick Wilson y Vera Farmiga.


 

¿Qué es lo que depara a los Warren en esta ocasión? Lo de siempre, es decir, enfrentarse con el demonio y su séquito de fuerzas obscuras. La pregunta debe ser ¿cómo lo harán esta vez? ¿El Diablo ahora sí los vencerá? En The Conjuring: The Devil Made Me Do it, pueden estar seguros de que, a pesar de ser tal vez la menos buena de las tres películas (la mejor para mí sigue siendo la primera), el verdadero show será ver a Lorraine Warren (Vera Farmiga, como siempre, genial) en acción; valiente como siempre al enfrentarse a lo desconocido, pero siempre mostrando un lado humano. Lorraine nos sigue recordarndo que, a pesar de tener dones y capacidades extrasensoriales, al final es una mujer vulnerable.
 
The Devil Made Me Do it no debe mirarse con tanto desprecio, ya que es una película hecha para los fans de la serie de filmes (que en honor a The Nun ahora es conocida como "The Nunjuring"). La película va incluída con todo lo que puede uno esperar en un filme de The Conjuring, como posesiones demoniacas, escenas de exorcismos fulminantes, fenomenos sobrenaturales, sustos que puede ser que te pongan los pelos de punta, etc. El título le agrega al filme algo de humor involuntario. Aunque parezca increíble, está basado en un caso real (aunque se afirma que todo, o casi todo, es ficticio en el filme), el del asesinato que comete un chico, Arne (Ruairi O'Connor), quien admite que -como dice el título- el "diablo lo hizo hacerlo". Según la historia, el caso fue llevado a la corte, en donde, de manera muy sensacionalista, admitieron que el principal sospechoso, o sea el mismo Diablo, no podría presentarse en la sala.
 
Luego de un hallazgo de Lorraine en la casa en donde tuvo lugar el crimen, los Warren empezarán a investigar. Con ayuda de un ex sacerdote dedicado ahora a investigar lo oculto y paranormal (John Noble, realmente tétrico), Lorraine y Ed se darán cuenta de que tal vez Satanás no sea el único responsable del crimen.
 
Vera Farmiga y Patrick Wilson siguen estupendos, especialmente la primera. Dirigida por Michael Chaves, lo mejor del filme es que, a pesar de todo, resulta una película de exorcismos y de terror efectiva, para pasar un fin de semana entretenido. Es decir, con todo y que el filme empieza algo flojo, poco a poco Chaves sabe engancharte en la historia, con una que otra buena secuencia (la de la búsqueda en el bosque, la de la morgue, y la climática secuencia en el túnel en el tercer acto). Lo que también salva a la película, es que el realizador y los guionistas (que incluye a James Wan, realizador que inauguró la saga) nos siguen transmitiendo ese lazo emocional entre Lorraine y Ed, de protección y unidad entre uno y otro. Ed sigue preocupado por su esposa ("cuidado, esto puede ser demasiado para tí", le dice él), o ahora, por primera vez, vemos que Ed físicamente ya no está tan apto para estos trabajos como antes. Vale la pena.
⭐⭐⭐1/2
+Disponible en #HBOMAX y a la renta en plataformas digitales.

sábado, 24 de octubre de 2020

FROZEN 2

 

NUEVAS AVENTURAS BAJO CERO. Olaf está de vuelta.

Lejano ha quedado aquel 2013 cuando Frozen fue estrenada. A pesar de que ha pasado mucho tiempo, todavía resuena en nuestra memoria la canción "Let it Go", con la poderosa voz de Idina Menzel, quien da voz a Elsa, la princesa de hielo. Llega ahora la secuela, Frozen 2, que por alguna razón -o por muchas- nos ha dejado a muchos helados. No quiero decir que esta segunda parte sea mala o decepcionante, nada más lejos de la realidad. Lo que sucede, es que teniendo como precedente una primera parte que es, simplemente, espectacular en todos los aspectos, tanto en el visual como en el de su historia (tiene como fuente de inspiración el cuento de Hans Christian Andersen, la "Reina de Nieve", que ya ha sido adaptado antes al cine), es normal que uno espere una segunda parte al mismo nivel, o incluso mejor.

Dirigida por Jennifer Lee y Chris Buck, la misma dupla que dirigió la primera parte, Frozen 2 se enfoca ahora en algunos misterios, por ejemplo, la muerte de los padres de Anna (voz de Kristen Bell), y de Elsa (voz de Idina Menzel), es decir, los reyes Runeard (voz de Jeremy Sisto), e Iduna (Evan Rachel Wood). Todo es paz y felicidad en el reino de Arendelle (no falta el número musical de rigor para acentuarlo), hasta que Elsa empieza a escuchar una voz misteriosa cantar desde lo profundo del bosque, que gracias a su magia y poderes sólo ella puede escuchar. Intrigada, Elsa se aventura al bosque junto a Anna, Kristoff (Jonathan Groff) y su reno, y claro, Olaf (voz de Josh Gad), el muñeco de nieve, de vuelta con su mismo encanto y gracia, para averiguar de dónde proviene la voz, la cual, sin duda, tiene algo qué comunicarle.
Frozen 2 cae fácilmente en la tentación de muchas secuelas de hacerlo todo más en grande que antes, visualmente más impresionante y mejorado; metiendo más canciones, personajes, subtramas, más renos (con todo y número musical en donde cantan), y ahora unos gigantes de piedra. Debo admitir que, por lo menos en el aspecto visual, Frozen 2 es realmente impresionante, con efectos visuales estupendos, y secuencias realmente bellas, como aquella de un caballo de agua cabalgando en las profundidades del océano, o algunas que tienen lugar en el otoñal y grisáceo bosque al que llegan Elsa y Anna, como el incendio del bosque. Pero es en la más dramática segunda mitad donde los animadores de la Disney se superan a sí mismos, con secuencias simplemente fabulosas, como una muy dramática, en donde, sin revelar mucho al respecto, un personaje se desvanece en una nube voladora, o aquella de la revelación que tiene lugar dentro de un barco naufragado, donde dos figuras de hielo se materializan frente a las hermanas, y es que "el hielo tiene memoria", según Elsa.
Frozen 2 cumple en el aspecto visual, y nos deja con nuestros ojos extasiados. En ese sentido es irreprochable. Sin embargo, lo que ofrece generosamente en términos visuales, le falta en cuanto a historia se refiere. Lo que hizo realmente memorable a la primera película fue, no nada más la canción "Let it Go", sino una buena historia, que tenia como centro el drama de Elsa al descubrir sus poderes, el no saber cómo lidiar con ellos, junto al sacrificio que termina haciendo por lo que más quiere. Frozen 2 tiene una historia pasable, pero creo que el haber puesto a dos grupos enfrentados en el bosque, en un conflicto que de todas formas no acaban desarrollando a fondo los guionistas, termina siendo algo estorboso y distractor. Hay comicidad, como ver a Kristoff intentar durante toda la película proponer matrimonio a Anna, mientras Olaf sigue igual de gracioso, pero sin el mismo peso que tuvo antes. En resumen, una secuela que, sin estar a la misma altura de su primera parte, pasa como un efectivo entretenimiento familiar de fin de semana, y se disfruta más si no se espera mucho de la misma.
🌟🌟🌟1/2



martes, 17 de diciembre de 2019

DOCTOR SLEEP

¿EN DÓNDE ESTÁ JOHNNY? Ewan McGregor.
¿Ha quedado lejos el impacto que causó The Shining en su momento, como para que una secuela resuene del mismo modo en el público de hoy? Un poco. Pero habrá muchos que hicieron su tarea, y antes del estreno de Doctor Sleep fueron a revisar -o tal vez ver por primera vez- The Shining, de Stanley Kubrick (por cierto, odiada por Stephen King debido a que no era nada fiel a su novela), en su muy oportuno reestreno en cines recientemente; para ver en toda su gloria y en pantalla grande a Jack Nicholson gritar "Here's Johnny!!"
Doctor Sleep, secuela de The Shining, es el regreso de Stephen King al universo de la familia Torrance, específicamente, del hijo, Danny Torrance, luego de la traumática experiencia que de niño vivió en el Hotel Overlook, 36 años atrás.

Aunque considero a The Shining un excelente filme (clave en el cine de Kubrick), nunca he sido -como el mismo Stephen King- fan del mismo. Creo que la novela es superior al filme, el cual dejó mucho del elemento sobrenatural del libro fuera. Esto último no sucede en Doctor Sleep, dirigida por Mike Flanagan (quien dirigió Gerald's Game, también basada en un libro de King) y coescrita por el mismo Stephen King. Tal vez no sea indispensable ver primero The Shining, pero sí es recomendable. Al inicio, Doctor Sleep es un gran tributo a Kubrick, recreando con una fidelidad sorprendente una escena clave: el pequeño Danny recorriendo en su triciclo los pasillos del hotel, poniéndonos a su misma altura como espectadores, viendo desfilar las grecas de la colorida alfombra de naranja brillante. No tendremos a Shelley Duval ni a Danny Loyd (quien hace un cameo), quienes interpretaron a la mamá y a Danny en el primer filme, pero con todo y tener actores distintos interpretándolos, la conexión entre el primer filme y este se hace de inmediato.
Después de haber vivido en el Overlook, el Danny adulto (Ewan McGregor) sigue teniendo el "resplandor", el don psíquico de ver fantasmas y espectros malignos, además del poder de leer mentes. El problema de Dan es su alcoholismo, el cual ha decidido afrontar, ingresando a un grupo de Alcohólicos Anónimos gracias a un amigo (Cliff Curtis). Pero también, el filme nos cuenta el poco convencional encuentro entre Dan y Abra (Kyliegh Curran, estupenda), una niña que también posee el "resplandor", pero a su corta edad aún más poderoso, y que los lleva a establecer una conexión telepática.
¿Por qué Dan es apodado Doctor Sleep en su trabajo en un asilo de ancianos? Dejo al espectador descubrirlo. La historia se estanca un poco entre este ir y venir psíquico entre ambos personajes al inicio, con Dan tratando de superar su problema con el alcohol. La historia verdaderamente arranca cuando ambos deciden tomar un caso en sus manos: un niño superdotado y también "resplandeciente", que ha sido raptado por una banda formada por una especie de "vampiros" ermitaños, dirigidos por una atractiva líder, Rose the Hat (Rebecca Ferguson). Para sobrevivir, sus miembros necesitan absorber el alma y energía de niños con dotes psíquicas.
Doctor Sleep es un filme algo largo (dos horas y media de duración), pero lo mejor y más interesante es que, con todo y sus conexiones-tributo al primer filme de 1980, Flanagan sabe cómo hacer un filme único y original, que sabe nadar por sí mismo. Se podrían prescindir de esas "ataduras", y tener un muy buen filme de suspenso psicológico-paranormal, que se sostiene por sí mismo. Es excelente su forma de contar las historias de ambos personajes y de saberlas ligar. Dan no tardará en darse cuenta que, aunque más poderosa que él, Abra es un reflejo de su propia niñez, a quien siente la necesidad de ayudar y proteger. Flanagan sabe construir de inmediato una conexión paterno-filial en la trama que nos engancha, y que termina siendo el alma del filme.
Quienes hayan visto en Netflix la excelente The Haunting of Hill House (del cual Flanagan es creador y guionista) sabrán la clase de horror de la que hablo, y sentirán similitudes entre ambos trabajos. Especialmente, por que tanto la serie como la película apuestan por un horror más psicológico, de más impacto emocional (una escena en particular a mitad del filme es difícil de ver por su crudeza). Los fans de la cinta de Kubrick y los cinéfilos vibrarán con el regreso al Hotel Overlook, con toda su fiel recreación y con lujo de detalle (incluyendo el laberinto en el jardín). Y si el único pero de Doctor Sleep es cierta falta de solidez, estamos ante uno de los filmes más terroríficos del año.
⭐️⭐️⭐️⭐️

TERMINATOR: DARK FATE


ESTÁ DE VUELTA, BABY
Mackenzie Davies y Linda Hamilton.
No es difícil adivinar la estrategia usada por los productores para intentar resucitar la ya desgastada saga de Terminator: "¡Rápido, llamen a Linda Hamilton!" Y he aquí a Linda Hamilton en Terminator: Dark Fate, sacada del olvido, algo apolillada tal vez, pero con todas las ganas del mundo para interpretar nuevamente a la ya muy avejentada Sara Connor. Algo podía presentirse al respecto desde el anterior filme, Terminator Genisys (2015), en donde el personaje estuvo de vuelta en versión juvenil, interpretada por Emilia Clarke (Game of Thrones).
Para quienes hayan estado siguiendo la serie de filmes, una o dos cosas no tendrán mucho sentido en Genisys luego de ver Dark Fate. Por ejemplo -y sin revelar mucho de la trama- ¿cómo es que John Connor aparece en aquel filme (intepretado por Jason Clarke), considerando lo que vemos al inicio de Dark Fate? Coherencia y lógica no tienen mucha importancia en estas grandes franquicias, siempre y cuando se vea potencial monetario y el signo de dólares en la taquilla. Aunque está por verse el éxito que pueda tener Dark Fate, ya que la película, en general, no es otra cosa que maaás de lo mismo. Podría decirse también, que la nueva película parece más un remake de Terminator 2: Judgement Day (de 1991, e infinitamente mejor para ser honestos), sólo que con sus dos estrellas, Hamilton y Arnold Schwarzenneger, ahora con muchos años encima. Ambos esta vez son más "secundarios", frente a sus más jóvenes coestrellas. La historia, en comparación, es más descafeinada, derivativa, y sin la misma emoción y adrenalina.
Toca ahora a Mackenzie Davis (The Martian, Blade Runner 2049) llevar las riendas en cuanto a acción se refiere y patear uno que otro culo robótico. Davis es la heroína, Grace, mitad humana y mitad máquina, enviada desde el apocalíptico futuro que ya nos sabemos (en donde la rebelión contra el cataclismo provocado por Skynet continua), para (sí, adivinaron) llevar a cabo una misión: proteger con su vida a una chica mexicana, Daniela (Natalia Reyes). ¿Defenderla de quién? De una nueva amenaza, el REV-9 (Gabriel Reyes), una máquina doblemente letal, ya que es capaz de autoclonarse y, como el T-1000 de Judgement Day, de copiar la forma de quien tenga enfrente. ¿Por qué es tan especial Daniela? Suficiente será decir que su vida es decisiva para la lucha que en unos 20 años se llevará a cabo contra las máquinas.
Los fans adivinarán de inmediato hacia dónde va todo, y llenarán fácilmente los espacios que faltan. Aunque Dark Fate es más pan con lo mismo, al estar dirigida por Tim Miller (director de Deadpool), y escrita por James Cameron, es de esperarse que el punto fuerte del filme (por cierto, con mucho sabor mexicano) son las escenas de acción. Un par de secuencias tienen adrenalina de sobra, aquellas en las que "Anold", de regreso como el T-800, se deberá enfrentar al REV-9, demostrando que podrá ser un viejo robot asesino, pero todavía no está obsoleto y tiene carga para rato. Linda Hamilton no se queda atrás, demostrando que sigue en plena forma, gruñendo sus líneas con mucho regusto serie B, y que su reencuentro con el viejo T-800 no será en términos muy amistosos. Si por algo vale la pena Dark Fate, no nada más es por la adrenalínica y palomera acción, sino por la emoción cinéfila de ver a Hamilton y a Arnold juntos nuevamente en pantalla, repitiendo sus papeles para un posible ajuste de cuentas, mientras que este último intenta demostrar que, debajo de sus cables, circuitos, y tornillos, puede haber un corazón. Y seguro... esta historia continuará.
⭐️⭐️1/2

miércoles, 30 de octubre de 2019

MALEFICENT: MISTRESS OF EVIL

Angelina Jolie regresa como Maleficent.
¿Era necesario ampliar y complicar un cuento de hadas que ya había sido contado por la Disney de una manera simple y sencilla en su versión animada de 1959? No, por supuesto que no lo era. Sin embargo, Maleficent (2014), la primera cinta de esta saga "corregida y aumentada" de la "Bella Durmiente", no dejó de despertar cierta fascinación gracias al giro y aproximación tomado, una película en "acción viva" sobre los orígenes de su villana de enormes pómulos (algo que casi no está de moda actualmente ¿cierto?), Maléfica, con el rostro de Angelina Jolie. La idea, fue contarnos que Maléfica no siempre fue la bruja diabólica y malvada que todos creíamos, sino una especie de "ángel caído"; un ser fantástico y alado con una infancia feliz, pero que durante su juventud tuvo la mala fortuna de involucrarse con el hombre equivocado.
Advertencia: es necesario haber visto la primer película para poder entender y seguir el hilo de la recientemente estrenada secuela, Maleficent: Mistress of Evil. Desafortunadamente, esta segunda parte no es tan buena como la primer película (dirigida por el especialista en efectos especiales Robert Stromberg, que de hecho, fue su película debut como director). Al menos, el primer filme acabó funcionando, gracias a que te conseguía enganchar en todo el entramado dramático conjurado por sus escritores, con todo y lo saturado que estuvo de criaturitas mágicas y escenarios fantásticos (te transporta eficientemente al universo de Maléfica, una cruza de un mundo medieval con el de Narnia, y el Señor de los Anillos). El cuento clásico en su versión con actores de carne y hueso, es más una historia sobre la verdadera maternidad-paternidad (no siempre exclusivo de los madres y padres naturales), que otra cosa.
El problema, es que casi no hay nada en esta secuela de lo que sí ofreció la anterior cinta, empezando por un buen arranque. Aurora (Elle Fanning, nuestra otrora "bella durmiente") está buscando poder casarse con su "príncipe azul" (Harris Dickinson), cosa que Maléfica no ve con buenos ojos. En resumen, cree que el matrimonio con un príncipe de otro reino distraerá a Aurora de sus deberes como reina del bosque mágico. Baste decir -sin contar mucho-, que la primer reunión entre los futuros suegros, es decir, los reyes interpretados por Michelle Pfeiffer y Robert Lindsay, no resultará como se esperaría en un cuento de hadas, yéndose más hacía un melodrama de "guerra entre consuegras", con otro personaje condenado a un profundo sueño.
Una pregunta muy existencial sí termina surgiendo con esta segunda parte: ¿Maléfica está sola en este mundo? Es decir ¿Hay otros seres de su misma especie en algún lugar? La respuesta es sí. Ella no se hará a sí misma esa pregunta, sino que el descubrimiento de sus congéneres será puramente accidental. Este nuevo filme, dirigido por Joaquim Ronning hubiera tomado caminos más interesantes si sus guionistas hubieran desarrollado más esa parte de la historia. Por otro lado, es una pena que Imelda Staunton, Lesley Manville, y Juno Temple, quienes interpretan a las hadas protectoras de Aurora, y que en el primer filme agregaron un buen toque de comicidad, ahora no aparecen en carne y hueso, sino completamente en digital y no tan graciosas como antes. Sin embargo, Sam Riley, como el cuervo convertido en humano, sigue agregando su toque de trágica inocencia como fiel servidor de Maléfica.
Lo que sí es interesante, es ver el toque de diversidad racial en el reparto, con los miembros de la especie de Maléfica siendo interpretados por actores asiáticos, afroamericanos, hindúes, etc. En ese sentido, sobresale Chiwetel Ejiofor, interpretando al líder y gurú de un clan, que encabezará una rebelión contra la reina Ingrith (Pfeiffer). Si bien la imponente y bella presencia de Angelina Jolie sigue dominando la pantalla, la película desperdicia lo que hubiera sido una excusa mejor para regresar a este universo: ahondar más en la complejidad de maléfica; en su dicotomía de bondad y maldad, teniendo, por el contrario, una especie de Game of Thrones para niños.
⭐️⭐️1/2

lunes, 7 de octubre de 2019

IT CHAPTER TWO

¿Y...QUÉ ES ESO? Bill Skarsgard regresa como Pennywise.
Una de las cosas que hacen a Stephen King un gran escritor, es su enorme capacidad para narrar historias desde el punto de vista de entrañables grupos de amigos. Ahí está, por ejemplo, Stand by Me. Sin embargo, en este segundo capitulo de la saga de It, no puede dejar de sentirse que una buena historia ha sido truncada e interrumpida abruptamente. A diferencia de la novela original (cuya historia se desarrollaba entre 1958 y 1985) esta nueva adaptación está instalada nostálgicamente en 1989, año en donde nuestros niños protagonistas forman el "Loser's Club". Hay mucho que se ha perdido entre el primer filme (2017) y esta nueva entrega, la cual no es tan emocionante como aquella.
Ahora adultos, nuestros "losers" se encuentran viviendo muy lejos del pueblito de Derry, Maine, con excepción de Mike (Isaiah Mustafa), quien se encargará de reunirlos a todos (con una excepción, trágica e irreparable), debido a que Pennywise (Bill Skarsgard), el payaso diabólico de los ojos desviados y terror de las alcantarillas, ha regresado. Todos ellos llevan sus traumas a cuestas desde su niñez, y no están muy deseosos de volver en lo absoluto al pueblo que los vio nacer.
Luego de ver el filme, no evite el preguntame ¿no hubiera sido mejor que la novela fuera adaptada en forma de miniserie, en dos temporadas, tal y como se hizo por primera vez en 1990, con Tim Curry interpretando a Pennywise? Yo creo que sí. Andy Muschietti regresa en la dirección, con una segunda parte, para empezar, con media hora de duración de más en comparación al primer filme. Desafortunadamente, el resultado termina sintiéndose innecesariamente largo, y con la sensación de ya haber pasado por este camino antes. La película abre con un caso de homofobia, que lo único que tendrá que ver con la historia principal será que Pennywise se encargará de darle al brutal caso un característico toque festivo (un mar de globos rojos inunda la escena del crimen) y un final sangriento. Esto pondrá en alerta a Mike (cuya profesión no es muy clara, pero creo que es una especie de antropólogo-investigador-de-lo-paranormal y "shamán" aficionado), el cual no tardará en ponerse en contacto con todos y cada uno de sus antiguos amigos: Bill (James McAvoy), ahora un escritor, quien se encuentra trabajando en la adaptación de uno de sus libros al cine (¿alguna referencia a Stephen King y su carrera alterna en cine?), Beverly (Jessica Chastain), sobrellevando un matrimonio violento y no muy feliz; Richie (Bill "Saturday Night Live" Hader, en constante modo de comedia tendiente a lo irritante), el chico de anteojos de fondo de botella, ahora convertido en un nervioso comediante; Ben (Jay Ryan), el otrora niño regordete con alma de poeta, enamorado secretamente de Beverly, y Eddie (James Ransone), quien fuera el niño bajito, parlanchín y pesado. ¿Para qué reunirse exactamente? Por un antiguo pacto, sellado casi con sangre, 27 años atrás. Ah sí, y de paso, enfrentar -y, con suerte, vencer- al payaso tenebroso. Buena suerte con eso chicos.
El problema de esta segunda parte, no es únicamente que resulte demasiado larga, sino que, simplemente, no es tan buena como su antecesora. No hay duda que el reparto es atractivo, sobresaliendo las actuaciones de James McAvoy y Jessica Chastain, quienes formarán un complicado triángulo amoroso con Ben (el cual, por cierto, de ser gordito y cachetón, se ha convertido en algo cercano a un super modelo tipo Ricky Martin. En fin, la "magia" del cine). Lo malo, es que dicho triángulo no irá a ningún lado durante la trama.
Mientras el filme anterior se sentía con más cohesión y unidad, en especial, por que las historias de los chicos nos interesaban y mantenían atentos, la segunda película, a pesar de tener buenos momentos de horror surreal (estilo "A Nightmare on Elm Street", y otros más inclinados hacia "The Conjuring" o "Evil Dead"), todo salpicado con nostálgicas referencias cinéfilas (aunque nunca me quedó claro ese póster destruido de "You've got Mail"), se siente en todo su segundo acto desarticulada, con las subtramas de los personajes yendo cada una por su lado y sin un verdadero punto de interés que las una. Al principio, está extrañamente dirigida y sobreactuada (la secuencia en el restaurante chino está dirigida sin proporción y sin mucha credibilidad). Toda su estructura es tan derivativa, que hasta su clímax final es un dèja vu de algo que ya vimos hace 2 años, con el mismo tema de enfrentar tus miedos más profundos como símbolo de crecimiento.
En ese sentido, lo que acaba salvando este segundo capítulo de It (y no es el cameo de Stephen King como vendedor de antigüedades) son sus flashbacks a 1989; ese insistente regreso de ver a la pandilla nuevamente como niños, con toda su inocencia y vulnerabilidad, viendo algunos cabos sueltos atándose y fortaleciéndose. Con sus fallas y desaciertos, It 2 pasa nada más como un entretenimiento para una tarde de domingo ociosa. Excepto para aquellos con "payaso-fobias".
⭐️⭐️⭐️

martes, 25 de junio de 2019

MEN IN BLACK: INTERNATIONAL

HOMBRES...Y MUJERES DE NEGRO. Tessa Thompson y Chris Hemsworth.
Ver en un poster de Men in Black rostros diferentes a los de Will Smith y Tommy Lee jones causa una sensación de extraña familiaridad. Aunque la franquicia empezó a mostrar signos de agotamiento desde Men in Black 3, todavía con Smith y Jones en el reparto (y con Josh Brolin interpretando una versión joven de Tommy Lee Jones), se sostenía como mesa con una pata floja, y algo coja. ¿Qué llevó a pensar a los productores que una nueva película de los Hombres de Negro podría funcionar sin Will Smith y Tommy Lee Jones en el reparto? Nada más ellos lograban esa química única de buddy movie, pareja dispareja, "aprendiz-maestro", que vimos desde el primer filme.
El tiro les salió por la culata, al creer que Chris Hemsworth, nada más por ser Thor, iba a salvar el show y sostener Men in Black: International. la cuarta entrega. El resultado es un paso atrás en la franquicia, ya que estamos ante la película más aburrida de la serie. El principal acierto de la primer película (dirigida por Barry Sonnenfeld, en 1997), fue hacer una paródica e irreverente película policiaca, que se alimentaba de filmes serie B sobre invasiones alienígenas y monstruos de hace décadas (en este caso, extraterrestres inmigrantes en el planeta Tierra, ocultos entre nosotros los terrícolas). Entre sus risas y diversión, tenía un mensaje detrás sobre la tolerancia. Todo eso está perdido --- o buena parte de ello.
Con F. Gary Gray ahora como director, la intención de hacer una especie de híbrido entre James Bond y Mission Impossible con algunos aliens, no funciona del todo, resultando incluso en una historia predecible y sin mucha imaginación. La muy sosa historia da continuidad a la premisa original, es decir, el par de personajes diametralmente opuestos, que tienen que hacer equipo para embarcarse en una misión. Una chica (Tessa Thompson), a quien simplemente conoceremos como agente M, ha estado sumamente interesada desde niña en temas sobre el origen del universo, agujeros negros, etc., con la ilusión de pertenecer a la corporación ultrasecreta de MIB. En su primera misión, tendrá que hacer equipo con el Agente H (Chris Hemsworth), para seguir la pista de un par de seres extraterrestres, quienes quieren hacerse de un poderoso objeto; la llave para crear un arma poderosa.
Hemsworth parece estar haciendo su papel teniendo una sola cosa en la cabeza: ser tomado en cuenta para convertirse en el nuevo James Bond (con toda la "suave", despreocupada, y relajada actitud que se necesita); o simplemente ser Thor con traje, pelo corto, y sin martillo. El problema, es que Gray no supo realmente captar completamente el espíritu camp, y el verdadero humor de los filmes originales. Para empezar, el parlanchín perro Pug nada más tiene un pequeño cameo, y los también divertidos aliens-insecto con cuerpos de palo y antenas, también aparecen nada más unos segundos. No hay nada de lo que hacían a estos filmes sumamente entretenidos.

En el intento por darle un giro de 180° a una franquicia que iba bien, el asunto se descarrila. Aunque debo reconocer que MIB: International tiene contados momentos rescatables (los viajes en motos super-sónicas, las escenas de persecuciones en Londres (pasable la broma que H le hace a M de "Aquí el volante está del otro lado"), al final, el tener a la gran Emma Thompson (con cabello platinado) en un pequeño papel, y a Liam Neeson como el nuevo jefe de MIB, no ayuda mucho. El personaje de Tessa Thompson (supuestamente interesada desde niña en los misterios del universo), termina decepcionando, y en general, toda la película, que al querer darle nuevas caras a la historia no ha hecho nada para refrescar la serie de filmes.

⭐️⭐️1/2

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