viernes, 3 de octubre de 2008

THE BOURNE SUPREMACY * * * *

La trilogía de novelas conocida como la “trilogía Bourne”, son fascinantes relatos de espionaje escritos por Robert Ludlum, quien de hecho fungió como productor ejecutivo de la adaptación al cine de la primera novela. La secuela, The Bourne Supremacy (2004), dirigida por Paul Greengrass, sigue al pie de la letra las reglas de la primera parte, es decir, mantener un trepidante ritmo narrativo.

El elenco es prácticamente el mismo: Brian Cox como el agente Ward Abbot, que sigue al acecho del amnésico Bourne (Matt Damon) en la ciudad de Berlín; Julia Stiles como Nicky, la asistente del equipo de inteligencia, que esta vez tiene un peso especial en el desarrollo de la trama, y Franka Potente como Marie, la novia de Bourne. La historia arranca en la India, donde además nos muestra cómo Jason empieza, con algunos dolores de cabeza, a recordar lo que sucedió antes de que perdiera la memoria.

Al elenco se agrega la excelente actriz Joan Allen, en el papel de la agente Pamela Landy, quien se involucra en la investigación y rastreo de Jason por órdenes superiores, luego del asesinato de un empresario ruso en un hotel de Berlín, suceso en el que Jason podría estar involucrado.

Greengrass decide dar un giro en este filme. Si bien The Bourne Supremacy no está exenta de magníficas escenas de acción y peleas, predomina un tono más reflexivo. El realizador decide darle más énfasis a los delirios de Jason, en los que empieza a reconstruir un puzzle mental, armar sus recuerdos, todo a través de flash backs.

Bourne Supremacy funciona como una entretenida película de acción, con todos los excesos de fórmula. Pero también funciona como un intrigante laberinto emocional, que tan solo existe en la mente del otrora agente de la CIA Jason Bourne, quien ya no quiere saber absolutamente nada de su pasado violento y sólo pide que lo dejen tranquilo. Escenas como la que tiene lugar en el apartamento de la hija de Nezky, el empresario ruso asesinado, desafortunadamente no abundan mucho en la película, un climático ajuste de cuentas de la chica contra el probable asesino de sus padres.

++ Disponible en edición austera, HD-DVD y UMD. La edición en HD-DVD contiene como extras: comentarios con el director Paul Greengrass, escenas inéditas, ajuste de identidad: Reparto, "Volando por los aires", "En marcha con Jason Bourne", "Nacido para ser salvaje: Entrenamiento de lucha", "La plataforma go-mobile acelera la acción", "El cerebro Bourne", "Diagnóstico Bourne", etc.

jueves, 2 de octubre de 2008

ZULU * * * *


Hay un momento soberbio en Zulu (1964), en el que el diezmado ejército británico del fuerte Rorke, en la región de Natal, Sudáfrica, parece escuchar un canto celestial, cuando el primitivo pero fuerte ejército de zulus, marcialmente formados, envían un mensaje de tregua y honor a la valentía de los derrotados soldados de la armada británica.

Dirigida por Cy Raker Enfield, la película recrea con mucha presteza y eficacia la memorable batalla del 22 de enero de 1879, que podría compararse con la batalla del “Álamo” en Texas, 40 años antes. En Zulu, (nombre de la tribu africana en cuestión), la conclusión que dio el guionista John Prebble no se molestaba mucho en pormenorizar sobre las consecuencias colonialistas, políticamente hablando, sino más bien en darle un toque épico y heroico, para lo que en realidad fue una “real” masacre a los soldados ingleses, al servicio de su majestad.

La dupla actoral formada por Stanley Baker, en el papel del Teniente John Chard, y Michael Caine, como el engreído teniente Gonville Bromhead, era una confrontación de egos entre sus personajes, cuando el primero notifica que es un ingeniero con el deber de construir un puente en el fuerte. “Lo dejo seguir haciendo sus lindos pasteles”, le dirá Bromhead irónico desde su caballo. La llegada del reverendo Otto Witt (Jack Hawkins) y su guapa hija (Ulla Jacobsson) para prevenirles sobre el ataque de 4,000 zulus, despertará en los dos tenientes una distante colaboración, que se verá afectada por su diferencia de caracteres.

El guión de Prebble tiene escenas estructuradas con precisión, dedicadas a exponer con lujo de detalle la personalidad de cada soldado. Pero lo cierto también es que el filme es un interesante compendio de detalles acerca de la regia marcialidad militar (esa constante insistencia de los altos oficiales porque sus soldados, en plena batalla, estén con el uniforme bien puesto), aspectos pequeños a primera vista, pero que dan al trabajo de Enfield un sincero toque realista.

Aunado a la destacada producción, que incluye una lograda recreación del fuerte Rorke, a cargo de Ernest Archer, un gran diseño de vestuario de Arthur Newman y maquillaje por Charles Parker, así como una atractiva banda sonora de acordes épicos escrita por John Barry, Zulu (que tuvo una precuela en Zulu Dawn, dirigida por Douglas Hickox, en 1979) es un relato sobre el orgullo y la soberbia, representada en la pobre visión de los oficiales del ejército más poderoso del mundo en aquella época, por su desprecio hacia un ejército de zulus, que armados con tan sólo una arcaica lanza y escudo –muchos con rifles de los mismos ingleses-, hicieron sufrir durante varias horas a los británicos, ocasionándoles bajas considerables.

Un relato de toques políticos ligeros (Chard llama a los irlandeses “independientes” para alentarlos a pelear), con unas batallas bien dirigidas y que presumen un notable manejo de extras, actuado impecablemente hasta por el último de los actores secundarios. Zulu es la experiencia de presenciar un filme bélico que ilustra los límites que un puñado de soldados puede soportar.

miércoles, 1 de octubre de 2008

NAZARIN * * * *

La etapa mexicana de Luis Buñuel no deja de estar ligada con el comentario crítico social. Ahí está la magistral Los Olvidados (1950), y años después llegó Nazarín (1959), premiada en Cannes. Ambientada en la época de la dictadura porfirista en México, la película es una combinación de la clásica visión surrealista de Buñuel, algo de humor negro y un retrato de la pobreza que se vivía en esa época, lo mismo que del machismo mexicano.

La película no esconde su misoginia. Las mujeres en Nazarín o son prostitutas o sumisas ante los hombres, siendo además una de las películas más provocadoras de la filmografía de Buñuel. Beatriz (Marga López), apocada mujer que desea morir por el desprecio de un hombre, y Andara (Rita Macedo), una prostituta, deciden seguir al padre Nazario (Paco Rabal estupendo) luego de cometer un asesinato. El sacerdote decide emprender una aventura de ermitaño, luego de ser expulsado por la iglesia debido a la ayuda que le brinda a Andara.

Existe una tensión sexual latente en el triángulo que formarán el sacerdote y sus dos acompañantes, entre las que llega a surgir una especie de competencia por la atención y el cariño de Nazario. En su camino se toparan con un enano masoquista, enamorado de Andara, que no importa cuanto lo odie y desprecie, aquel siempre estará a su lado para quererla.

El periplo es un viaje iniciático y de búsqueda espiritual, no nada más para las mujeres sino para el mismo padre Nazario, transformado en un mendigo que busca vivir de la caridad y de encontrarle sentido a su nueva vida, ayudando a todo aquel que lo necesite en su aventura. Nazario pasará de todo, estará dispuesto a humillarse ante aquellos que abusen de él, a poner la otra mejilla y afrontar las habladurías que surjan por viajar en compañía de dos mujeres.

Su idílico viaje espiritual será difícil de cumplir, será complicado superar el abuso de poder, la indiferencia y el desprecio. El padre Nazario es, de alguna forma, un ideal de la vida católica-cristiana, de la austeridad, el sufrimiento y la humildad. Pero verlo desde los ojos del maestro aragonés, ya es otra cosa.

martes, 30 de septiembre de 2008

OCEAN'S TWELVE * * * 1/2


Steven Soderbergh pretendía con su remake de Ocean´s Eleven (1961), emular la dupla formada por Frank Sinatra y Dean Martin del filme original de Milestone, con George Clooney y Brad Pitt. Soderbergh supo darle al primer filme un tono fresco, un ritmo ágil y cómico, junto a una banda sonora ecléctica, que lo mismo se nutría de la música lounge, del jazz y el rithm & blues de los 1960.

Soderbergh hizo que esta famosa, aunque no tan original heist movie (el filme de Milestone se notaba, al menos, inspirada en la trama de Bob Le Flambeur, filme francés de 1955), se revitalizara con una puesta en escena sumamente cargada en su diseño de producción y con un regusto muy “pulp”.

¿Qué ha pasado con esta secuela? Su guionista George Nolfi se saca de la manga un gag que se cae de demasiado inocente: Tess, interpretada nuevamente por Julia Roberts, se hace pasar por...¡Julia Roberts! Incluso, el mismo gag permite un cameo de Bruce Willis. Ocean’s Twelve (2004) sigue siendo entretenida de principio a fin. El reparto es prácticamente el mismo, ahora agregando –muy acertadamente- a la guapa Catherine Zeta-Jones, en el papel de la detective Isabela Lahiri, que anda tras la pista del nuevo robo que intenta realizar la pandilla de Danny Ocean (George Clonney). Además, Terry Benedict (Andy Garcia), el ya recuperado magnate de las Vegas, busca cobrar con intereses todo el dinero que Ocean le robó frente a sus narices.

Hacer un robo en E.U. es imposible, todo mundo los busca ahí. Ahora se les ocurrirá intentar un robo en la ciudad de Ámsterdam, contratados por un tal Matsui (Robbie Coltrane). En el golpe termina involucrándose El Zorro Nocturno (Vincent Cassel), un renombrado ladrón europeo, que no dejará que Ocean le haga sombra.

La fotografía sigue siendo de Peter Andrews y la banda sonora de David Holmes. La combinación de cámara inquieta con planos fijos, zooms que dejan ver el grano de la película, la toma de un avión despegando con la cámara recostada casi 90°, al igual que una combinación de color con blanco y negro, le dan un aire visual renovado a esta franquicia, una de mis favoritas, que cerró el año pasado con Ocean’s Thirteen y, este año, con la muerte de Bernie Mac, protagonista de la película. ¿Estará de regreso Ocean con una cuarta entrega?

++Ocean's Twelve está disponible en edición austera, Blu-ray y en HD-DVD, así como en paquetes que incluye las tres pelis. La edición Blu-Ray incluye de extras comentario del director Steven Soderbergh y el guionista George Nolfi, casi 30 minutos de Metraje adicional, HBO First Look: Doce es el Nuevo Once y trailer cinematográfico.

lunes, 29 de septiembre de 2008

THE AVIATOR * * * * *



UNA OBSESIÓN CON ALAS. Leonardo DiCaprio como el magnate Howard Hugues. 

El trabajo de llevar a la pantalla la vida del magnate de la aviación, productor y director de cine Howard Hughes, ha sido una responsabilidad tan grande para Martin Scorsese, como ese avión “Hércules” al que Hughes dedicó toda su vida y dinero. ¿Qué encontró Scorsese de atractivo en la vida de Hughes, como para dedicarle una epopeya fílmica? Todo en Hughes causaba intriga y fascinación. Scorsese decidió hacer una disección de un hombre megalómano, mujeriego y obsesionado con la perfección, ya que sufría un desorden obsesivo-compulsivo serio, así como de paranoias y ataques de pánico que lo llevaban al derrumbe total. La actuación de Leonardo DiCaprio en el papel de Hughes es de las mejores en su carrera.

El proyecto de llevar al cine la vida de Hughes ya llevaba 20 años gestándose. Se había pensado en Michael Mann para dirigirlo, con Warren Beatty en el papel principal. El proyecto terminó cayendo en manos de Marty, y al lado del impactante y, al mismo tiempo, lastimoso retrato que logra de Howard Hughes, se encuentra una espectacular recreación de una época importante en Hollywood: el paso del cine silente al sonoro en plena crisis económica, en una ambientación de primer nivel que reproduce también el glamour y los escándalos de la prensa.

Somos testigos de aspectos importantes en la vida del magnate, como la megaproducción que representó en su momento Hell’s Angels (1930) –más de 2 años de filmación, 3 actores muertos y una reedición sonora-, el juicio llevado a cabo por el senador Ralph Owen Brewster (Alan Alda) debido a los supuestos fraudes al fisco que cometió Hughes, el monopolio del espacio aéreo de su aerolínea Panam, incluyendo los romances que tuvo con las actrices más bellas de la época, como Jean Harlow, Katharine Hepburn (imitada perfectamente por Cate Blanchett), Ava Gardner (Kate Beckinsale), y muchas más.

¿Demasiado para una película? Con todo y el gran espectáculo cinematográfico que ofrece Marty, el magistral trabajo fotográfico de Robert Richardson, que supo darle al filme el toque visual del clásico Technicolor de esa época; el gran diseño de producción de Dante Ferretti, el estupendo vestuario, la edición de primer nivel de Thelma Shoonmaker y una banda sonora llena de jazz y swing, queda la sensación de que Howard Hughes es un personaje demasiado complejo e inmenso para ser abarcado, incluso, en un filme que casi llega a las 3 horas de duración.

Claramente, al final, si bien atestiguamos un daño mental severo en Hughes –irreversible incluso-, es una resolución que queda abierta, nos deja más preguntas que respuestas en la vida del millonario de la aviación, que derrochó hasta el último centavo en sus ambiciones. Se nota que Scorsese admira a Hughes por su incuestionable genialidad, por esa capacidad que poseía para levantarse luego de las recaídas mentales que lo hundían físicamente.


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