lunes, 17 de diciembre de 2007

CINESPAÑA: PELICULAS PARA NO DORMIR: LA HABITACIÓN DEL NIÑO * * * 1/2

Dentro de la serie de telefilmes “Películas para no Dormir”, se encuentra uno más que, no será muy logrado, pero su propuesta es sin duda interesante, La Habitación del Niño (España, 2006), dirigido por el mala leche y siempre políticamente incorrecto Alex de la Iglesia. Protagonizado por un eficiente cuadro de actores, como la guapa Leonor Watling, Javier Gutiérrez y Sancho Gracia, el problema sigue siendo el mismo en esta irregular serie de telefilmes: una buena producción, actuaciones y realización, que chocan con argumentos desgastados y poco originales. A pesar de esto, Alex de la Iglesia demuestra ser lo suficientemente capaz como para darle la vuelta a su trillada historia, para ofrecer un intrigante filme, aunque por momentos confuso.

De nuevo tenemos un joven matrimonio que se acaba de instalar en su nuevo hogar, en este caso, una enorme y antigua residencia con su infaltable pasado obscuro, de lo cual se nos avisa desde el principio en un fragmento introductorio, bien realizado por de la Iglesia, que lo malo es que no tiene mucho que ver con lo que veremos el resto de la película. Sonia (Leonor Watling) y Juan (Javier Gutiérrez), periodista deportivo de El País, están terminando de remodelar la casona, muy ilusionados con su nuevo hogar a pesar de los comentarios de los padres de él, quienes critican y buscan entrometerse en la vida de la pareja.

Todo marcha bien para Sonia y Juan, hasta que este último empieza a escuchar voces y risas extrañas por el radio transmisor que han col
ocado en la habitación de su bebé. Como Juan quiere demostrarle a Sonia que algo malo ocurre, comprará una cámara para ver en un monitor lo que pasa en el cuarto del niño. Lo que verá es la escalofriante imagen de un hombre sentado junto a la cuna, aunque al revisar la habitación no hay nadie. Poco a poco, Juan será presa de una paranoia y nervios que irán afectando su trabajo y matrimonio, cuando Sonia crea que el tipo está enloqueciendo y que el bebé está en peligro. Sin embargo, Juan no se rendirá hasta probar que en la casa suceden fenómenos paranormales, cuando se de cuenta que en el monitor se puede ver no nada más al hombre misterioso, sino otros hechos que están ocurriendo en ese momento en la casa, pero ubicados en lo que parece ser otro tiempo (¿el pasado? ¿el futuro?), con otros muebles, otra decoración, pero el mismo espacio a final de cuentas.

Suena complicado, y lo será mucho más conforme vaya avanzando la historia, y a Juan se le vayan revelando las claves del misterio. Estamos ante una de esas clásicas historias de suspenso paranormal, propias del estilo de The Twilight Zone y similares, sobre universos paralelos, en las cuales no existe una explicación lógica para los extraños sucesos que ocurren, pero, irónicamente, tienen una intrigante coherencia. Y de nuevo nos preguntaremos si todo es producto de la imaginación de Juan, o efecto de una fuerza paranormal.

La realización de de la Iglesia es impecable, en un atractivo estilo de cámara en mano nerviosa, moviéndose por toda la casa, y consigue instantes tensos en el miedo que experimenta Sonia al ver a Juan comportarse de forma violenta y extraña, sin olvidar un poco el humor acostumbrado del realizador (la compra de los monitores en la tienda), aunque creo que esta es una de las películas más serias de De la Iglesia.

Al final nos quedamos con muchas preguntas sobre lo que sucedió en la casa, pero el filme es bastante visible, y en especial, entretenido.

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