viernes, 5 de diciembre de 2008

TRAITOR * * * 1/2


Después de Hotel Rwanda (2003) y Reign Over Me (2007), Don Cheadle vuelve a ofrecer una impresionante actuación en Traitor (2007), dando cuenta de su versatilidad y fuerza histriónica. En Traitor Don Cheadle interpreta nuevamente a un personaje africano, comprometido con una causa por la cual irá hasta sus últimas consecuencias, con tal de ver cumplido su objetivo. En realidad, todos los personajes de esta película, dirigida por Jeffrey Nachmanoff, están comprometidos con algo, y estos compromisos morales e ideológicos son el motor de huidas y persecuciones.

Las paranoias del gobierno norteamericano por el peligro del terrorismo, en este incipiente siglo XXI, es la materia prima de Traitor, un thriller que sigue los lineamientos de la trilogía de “Jason Bourne”: persecuciones por todos los puntos posibles del mundo, que el FBI, personificado en el agente Roy Clayton (Guy Pearce), emprende contra un terrorista sudanés, Samir (Don Cheadle), traficante de armas y experto en explosivos, que se ha dedicado a cometer atentados contra puntos estratégicos estadounidenses. Es el nuevo enemigo número uno estadounidense.

Traitor es un buen thriller, magníficamente producido, que aventura la posible redención de un terrorista, y hacia la reflexión sobre los motivos que lo han llevado a sembrar bombas, causar la muerte de decenas de personas y, además, si está sirviendo a los amos correctos. En realidad, para ser un filme palomero de fin de semana, estos temas se abordan con cierta profundidad. Hay buenos diálogos, como los que Samir tiene con su amigo y colega ideológico (Saïd Taghmaoui) en prisión, o esas reveladoras líneas que Samir y Roy intercambian en una de las últimas escenas, con todo ese cargo de conciencia que lleva el primero. “Si asesinas a un hombre, es como si asesinaras a toda la humanidad”, le dirá Samir citando el Corán, un libro que se encuentra estudiando Roy, en su afán de entender más a la cultura musulmana.

El mensaje de Traitor es uno conciliador, en el que destaca el posible entendimiento entre ambas culturas. Suena todo muy utópico, pero es bienvenido un thriller de estas características, dispuesto a (por encima de toda moralina) simplemente hacer pasar un buen rato en el cine. Que un thriller hollywoodense consiga hacer reflexionar y entretener al mismo tiempo, es todo un mérito en estos días.

jueves, 4 de diciembre de 2008

SOM AND BANK: BANGKOK FOR SALE * *

Los retos del director hongkonés Oxide Pang Chung con este, en apariencia, convencional melodrama romántico, no son pocos: tener que seguir una desenfrenada narrativa videoclipera, y el explorar los recovecos de la convulsionada mente y personalidad de un joven, Bank (Pawarith Monkolpisit), con sus sádicos delirios. Un personaje bien construido, a pesar de las cortas expectativas que su nombre pueda arrojar.

Y si por momentos One Take Only (2001), parece un vídeo musical de MTV, es loable el control que mantiene Pang en su peculiar manera de narrar los encuentros y desencuentros de Bank, un traficante de drogas en las calles de Bangkok, y una prostituta adolescente, Som (Wanatchada Siwapornchai), jovencita que lleva una doble vida, alternando con ocasionales salidas con sus amigas, quienes nada saben de la profesión de su amiga.

Durante la primera parte del filme, se presentan las vidas de Bank y Som, en montajes alternos que muestran su cotidianeidad, así como episodios de su pasado. Bank proviene de un conflictivo núcleo familiar. Al mismo tiempo, y haciendo un uso atractivo de varios formatos de imagen (imagen virada, blanco y negro, etc), somos testigos de los sádicos arranques de violencia de Bank en distintas situaciones (la escena de la tienda de abarrotes es, simplemente, desternillante, un juego sádico y humorístico).

Hacia la mitad el filme tomará un giro formal drástico. Luego de prácticamente bombardear al espectador con toda esta imaginería de moderno virtuosismo visual, comienza lo realmente interesante. El personaje de Som, por ejemplo, va creciendo en interés, entendemos los motivos que la llevan a hacer lo que hace: la necesidad de mandar dinero a su madre para poder mantenerla. La película se transforma en un thriller, y por desgracia es poco lo que Pang ofrece en esta parte, con tintes de roadmovie a lo Tarantino, durante los líos en los que se enfrasca Bank por la fallida entrega de un valioso paquete de droga.

One Take Only acaba siendo un filme confuso en su narración, pero el oficio de Oxide Pang Chung (recordar The Eye y secuela), será notable en su original puesta en escena y en lo rescatable que resultan sus dos protagonistas. Lo reprochable es lo mucho que se estanca en su primera mitad con una demasiado larga descripción de sus personajes, enmarcada por su explosiva propuesta visual y por una banda sonora de música electrónica casi ininterrumpida.

Sin duda, una película con altas y bajas, que muestra la fascinación de Pang por filmar en Tailanda y su capital. Desaprovecha muchos personajes secundarios interesantes (esa amiga de Som, cuyo rostro evidencia un problema grave, pero que nunca toma forma, la niña que vende adornos descalza en la calle, ese amigo de Bank que lo acompaña en las entregas de droga), debido a que prefiere concentrarse más en arranques visuales que entorpecen el buen desarrollo de la película.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

GIULIA E GIULIA * 1/2

Lo único que dejó para la posteridad el fallido filme Julia y Julia (Giula e Giulia, 1987), es haber sido el primero en filmarse con el sistema de Alta Definición en Vídeo (HDVS), innovador hace 20 años, corroborar lo atractiva que era (y bueno, sigue siendo) Kathleen Turner, y que aquí Sting se animó a hacer un desnudo parcial en cine.

Dirigida por el irregular realizador Peter del Monte, la idea argumental de Julia y Julia era interesante: una pareja de recién casados, formada por Julia (Turner) y Paolo Vinci (Gabriel Byrne), arquitecto de profesión, sufrían un aparatoso accidente automovilístico, durante su viaje de luna de miel. A pesar de haber salido disparada del auto, Julia se levanta corriendo como si nada le hubiera pasado.

Seis años después, Julia, intentando reencauzar su vida trabajando en una agencia, cruzará un puente que la llevará a un universo paralelo, en el que vivirá lo que hubiera sido su matrimonio con Paolo. Las misteriosas llamadas telefónicas de Daniel (Sting), un fotógrafo, vendrán a desequilibrar la onírica felicidad de Julia.

Filmado en la ciudad de Trieste, Italia, y musicalizada con una tranquila y suave banda sonora de música electrónica, a cargo de Maurice Jarre, la película fallaba porque, al final, era como un confuso capítulo de The Twilight Zone y teleseries similares. Su guión, escrito por el propio del Monte junto a Joseph Minion, Silvia Napolitano y Sandro Petraglia, está muy mal ejecutado, ya que no se molestaron en lo más mínimo por diseccionar más al personaje de Julia, ni hacer que uno como espectador entendiera más sus acciones.

Resulta difícil deducir, en qué momento Julia pasaba de este ficticio mundo matrimonial con Paolo, a su realidad del accidente. Todo invita a suponer que el asesinato de la conclusión rompía esa frágil línea. De todas formas, el asunto queda a la imaginación.

El experimento del vídeo en alta definición, acabó por darle a la película una apariencia entre telefilme, telenovela y vídeo musical, que la flojísima dirección de del Monte poco ayudaba a que mejorara. Al fin y al cabo, no importan los medios sino el talento para utilizarlos. Con todo y las situaciones inverosímiles de la película (Julia levantándose del accidente sin un rasguño, o aquella en la que Daniel y Julia tienen relaciones en una concurrida plaza, a plena luz del día y sin que nadie se de cuenta), las actuaciones de Kathleen Turner y Gabriel Byrne eran buenas, y Sting creo hubiera estado mejor si se le hubiera dado un personaje más fuerte para demostrarlo.

++ Julia y Julia se exhibió en el Festival de Sitges 1987, y posteriormente tuvo estreno comercial en cines. Actualmente, no se encuentra disponible en DVD.

martes, 2 de diciembre de 2008

QUANTUM OF SOLACE * * * *



¡DEJA A UNO VIVO JAMES! Daniel Craig repite como James Bond .

Casino Royale (2006) estuvo mucho mejor que Quantum of Solace (2008), la más reciente película del agente 007, James Bond; segunda con Daniel Craig interpretando al icónico personaje. Craig trajo un Bond más vulnerable desde el primer filme,  pero al mismo tiempo, de personalidad más dura, fría, con poco o casi nada de humor, a diferencia de anteriores interpretaciones del 007. Es un totalmente nuevo James Bond, que en lo personal no me desagrada, aunque tampoco me entusiasma tanto como los Bond de Sean Connery o Roger Moore. Sin embargo, admiro mucho el trabajo que ha hecho Daniel Craig; el haber pasado la dura prueba de encarnar al espía más famoso en la historia del cine.

Quantum of Solace es un buen thriller palomero, con excelentes escenas de acción, guapas chicas y que hace de lo inverosímil un disfrute extra. Es una película relajada, sin muchas pretensiones. Algo que admiré en la realización de Marc Foster (quien luego de Monster Ball, y Kite Runner, dirige su primer filme de acción), es la edición, así como los múltiples puntos de vista desde los cuales nos presenta persecuciones y peleas.

La acción se traslada a unas no tan exóticas ni folklóricas tierras latinoamericanas de Bolivia. Bond debe desenmascarar a un excéntrico millonario francés (Mathieu Amalric), cabeza de una organización supuestamente ambientalista, “Quantum”, la cual busca hacer negocios a costa de los recursos naturales. Entre las fechorías del jefe de "Quantum" están, por ejemplo, el cortar a la gente pobre su de por si escaso suministro de agua, todo en complicidad con el propio presidente boliviano, (el mexicano Joaquín Cosío), quien es, en resumen, el prototípico dictador latinoamericano. Por otro lado, James todavía lleva encima el tormentoso recuerdo de la traición y muerte de su amada en Casino Royale, buscando venganza. El detective italiano Rene Mathis (Giancarlo Gianini) le sigue revelando hechos que nuestro agente no sabía.

Bond sigue siendo el anárquico agente secreto, que pasa por encima de reglas, jefes y órdenes. ¿Emociones? No hay tiempo para ello. "¿Así es como tratas a tus amigos?", le pregunta Olga Kurylenko, quien interpreta a la nueva "chica Bond", al ver como James abandona en un contenedor de basura el cadáver de cierto personaje asesinado. "Lo conozco, sé que no le importará", le responde.  Daniel Craig se nota ya bien instalado en el papel,  transmitiendo rebeldía hasta por los poros y dureza con esa cristalina mirada.

Bond consigue poner a prueba a M (Judy Dench), a ratos desesperándola, al no saber esta cómo controlarlo. “Al menos deja a uno vivo”, le dirá M a Bond, llamándole la atención debido a su pésima costumbre de matar a todo sospechoso que se le ponga enfrente. Además de la Kurylenko, encarnando a una agente secreta latina, hay otra muy atractiva "chica Bond", Gemma Arterton, quien interpreta a una funcionaria del MI6, con el evocador nombre de Strawberry Fields.  

Foster cumple en esta nueva entrega de Bond, con una o dos magníficas secuencias, llenas de suspenso y bien montadas. Una de ellas es la secuencia de la ópera de “Tosca”, con un buen diseño de producción y editada con un gran ritmo narrativo. El nuevo Bond podrá ser solemne, seco en ocasiones, no muy expresivo, emocionalmente reprimido, pero es un héroe de acción del siglo XXI. Es letal, espontáneo para responder a la acción, aguanta golpes e impactos rompe-huesos, y quizás sea el primer Bond con una apariencia atlética. En pocas palabras, completo y versátil.

lunes, 1 de diciembre de 2008

JACKIE BROWN * * * *

Lo que llama poderosamente la atención en el cuarto largometraje de Quentin Tarantino, Jackie Brown (1997), es la manera en que rescató del olvido a dos emblemáticas figuras del cine de los 1960 y 1970: Pam Grier, un icono del blaxploitation, y a Robert Forster, famoso actor de los 1960, a quien redescubrí posteriormente en el semidocumental de 1969 “Medium Cool”. En Jackie Brown, Tarantino los sitúa a ambos como protagónicos, emulando con su película algo del estilo blaxploitation.

Basada en la novela de Elmore Leonard, Rum Punch (1995), Jackie Brown toma como referencia, desde el título, aquel filme también protagonizado por Pam Grier, “Foxie Brown”. El inicio es sumamente musical, escuchándose de fondo el tema “Across 110th Street” (interpretado por Bobby Womack). Jackie Brown (Pam Grier) parece flotar delante de un fondo de mosaicos azules, en un largo plano que marca el inicio de uno de los más logrados thrillers de Tarantino.

Tarantino opta por un ritmo narrativo tranquilo, con muchos planos fijos, mientras deja a sus personajes tener esos largos diálogos característicos, como esa plática entre Max Cherry (Robert Foster) y Jackie sobre la buena y mala música, la revolución de los CDs, el negocio de las armas en el que está involucrado Ordell (Samuel L. Jackson), o diálogos que parecen no ir a ningún lado, pero que dirigidos y escritos por Tarantino tienen intensidad y humor.

Jackie Brown es azafata en una aerolínea mexicana, y se ve envuelta en un gran problema cuando le encuentran una gran suma de dinero y una pequeña cantidad de droga. Max Cherry, asesor legal de cuarta y especialista en expedir fianzas, ayudará a a Jackie, pero inevitablemente quedará prendado de ella. Hay que ver como, saliendo de la cárcel, Jackie emerge de las “tinieblas”, mientras Max parece estar descubriendo a una diosa. Ambos quedan inmersos en una red de tráfico de armas y droga.

Tarantino se permite pequeñas extravagancias, como la pantalla dividida para narraciones alternas, así como flash-backs, utilizados con inteligencia, para saber imprimir adecuadamente el suspenso en ese centro comercial donde tiene lugar el plan de Jackie y Ordell. Esta secuencia permite a Tarantino introducir elementos interesantes, a modo de “reciclaje cultural”, como esas novelas baratas de bolsillo que Jackie guarda en la bolsa de ropa con dinero.

Entre el reparto se encuentra también Robert DeNiro, como un silencioso y decadente ex presidiario amigo de Ordell; Bridget Fonda y Michael Keaton, este último como un agente de narcóticos. Jackie Brown es un intrigante filme de suspenso, escrito y dirigido en una forma que raya la perfección. Es la última gran obra de Tarantino, cuya banda sonora incluye a los Delfonics y a Randy Crawford. ¡De lujo!

++ Jackie Brown estuvo disponible en DVD, y ahora se encuentra descatalogado por la distribuidora.

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