domingo, 27 de diciembre de 2020

MANK

Amanda Seyfried y Gary Oldman

Quién hubiera podido imaginar que David Fincher, el director de Fight Club, Panic Room, Seven y, más  recientemente, The Girl with the Dragon Tatoo, pudiera estar interesado en dirigir una película sobre El Ciudadano Kane. Por lo menos yo, nunca. Y vaya que me tomó por sorpresa. Fincher es un gran director. ¿Por qué no iba a estar interesado en aquella obra maestra, considerada uno de los mejores filmes en la Historia del Cine? Sin embargo, su enfoque no es precisamente Orson Welles, el director de Kane, sino en Herman L. Mankiewics, su guionista (de nuevo, un gesto de extrañeza se nos dibujará en el rostro). 

Más que estar interesado en hacer un filme sobre la gestación de El Ciudadano Kane, la inquietud de Fincher ha sido realizar una épica sobre la época de oro de Hollywood, en un retrato que roza lo espectacular; un retrato que encuentra conexiones visuales tanto con el Ed Wood de Tim Burton, en la decisión de filmarla en un bello y lustroso blanco y negro, así como con Hail, Caesar! de los hermanos Coen. El resultado, es visualmente impresionante, así como la interpretación del siempre genial Gary Oldman, quien interpreta a Mankiewics. Mank plantea una doble narración, que nos lleva por dos caminos, el primero, justo cuando Herman "Mank" Mankiewics empieza la segunda etapa de la escritura del guión, mientras que el otro camino nos lleva, a través de flashbacks, unos años atrás (a mediados de los 1930), cuando a Mankiewics le fue ofrecido el trabajo de escribir el guión. Aquí lo vemos en sus visitas a los estudios MGM y sus entrevistas con Louis B. Mayer (Arliss Howard), y otros ejecutivos de los estudios. El ritmo en estos flashbacks será dinámico, con un tono vivaz y humorístico, en contraste con la narración de Mank escribiendo el guión, en donde se encuentra postrado en cama con la pierna rota, luego de un accidente automovilístico.

Si hay algo interesante en el filme de Fincher, es que más allá de querer hacer una biopic sobre Mankiewics, lo que hace es plantear una pregunta que intrigará a los cinéfilos, ¿quién escribió realmente Ciudadano  Kane? Contrario a lo que cualquiera pensaría, la teoría que se plantea aquí es que Orson Welles tuvo una participación secundaria en la autoría del guión, una que consistió más en editar, recortar, y modificar el texto. Sin embargo, la Academia terminó premiando a ambos con un doble Oscar. Aunque su aparición es de apenas unos minutos, el británico Tom Burke está magnífico como Orson Welles, con un parecido físico razonable, y una similitud de voz todavía más impresionante. Burke luce suficientemente convincente, siendo más el tiempo que lo oímos que el que lo vemos en pantalla, durante las incontables llamadas telefónicas que hace a Mank. Que Mankiewics se basó para su guión en la vida del magnate William Randolph Hearst (Charles Dance, con una pequeña, pero magnífica actuación) y dueño de un emporio periodístico, es por demás sabido. La secuencia en donde se muestra este hecho como algo más que obvio, es aquella de la fiesta de disfraces en la mansión de Hearst, a donde, basta decir, Mank llegará borracho (por que una de las características que se acentúan en el filme es su problema con el alcohol) a sembrar el caos y encender los ánimos de los anfitriones. 

El alma de la película no será tanto el proceso de escritura del guión, el cual David Fincher decide dejarlo de lado. Mank no es un filme estilo Barton Fink, con una historia sobre el guionista solitario, atormentado, en crisis creativa, y torturado emocionalmente. El alma del filme será la amistad entre Mankiewics, de humor ácido y siempre crítico, y la actriz Marion Davis (Amanda Seyfried, estupenda), la muy joven esposa de Randolph Hearst. Otra interrogante que plantea la película, es ¿qué tanto estuvo dispuesto Mankiewics en arriesgar su buena amistad con Davis, con tal de escribir un guión tan crítico hacia su marido? ¿Un guión que, a pesar de haber cambiado el nombre del personaje real, se podía ver y sentir como un ataque directo y certero al millonario? Y aunque no vemos mucho de la esposa de Mank (interpretada por Lily Collins), es bueno también el preguntarse qué posición tenía ella en todo este asunto. 

Al final, Mank no será uno de los mejores filmes de Fincher, pero termina siendo tremendamente visible;  muy bueno, pero no extraordinario. La película es una curiosidad en su filmografía, pero no por ello dejará de fascinar a los amantes del cine, el cual además de estar excelentemente actuado, se espera con seguridad que tenga varias nominaciones al Oscar el próximo año. ⭐⭐⭐⭐

Disponible en Netflix.

lunes, 21 de diciembre de 2020

I AM GRETA

 

Greta Thunberg

Greta Thunberg tomó al mundo por sorpresa. Este documental, dirigido por Nathan Grossman, nos cuenta  cómo sucedió. Esta chica, al cumplir 15 años, decidió hacer una huelga estudiantil y no asistir a clases, en respuesta a la indiferencia del gobierno para afrontar el cambio climático. De pronto, los ojos de su natal Suecia estuvieron sobre ella. Pero fue en su reunión con el Secretario de las Naciones Unidas, António Guterres, en donde dio un discurso para que los gobiernos tomaran con más seriedad al medio ambiente, cuando su nombre empezó a resonar a nivel internacional. Lo curioso es que, de estar sola en la calle, con un modesto cartel al inicio de su huelga, poco a poco Greta se fue ganando la atención de la gente. 

El documental hace un recuento de la vida de Greta, en donde se revela que desde niña padece el síndrome de Aspergerg, una forma de autismo. Acompañada todo el tiempo por su papá, Svante Thunberg, durante su recorrido por Europa, este nos cuenta que Greta siempre fue una niña especial, callada, reservada, y renuente al contacto físico; que su preocupación por el cambio climático empezó al ver por televisión  documentales sobre este fenómeno. Sin ser en ningún momento un documental de cabezas parlantes, la misma Greta hace la narración de toda su gira por Europa, hablando siempre en sueco. Se puede sentir cómo, en un abrir y cerrar de ojos, casi sin darse cuenta, entre ir a Alemania a dirigir un discurso, entrevistarse en Francia con el presidente Macron, y luego conocer al Papa Francisco en el Vaticano, que esta chica ya se había convertido en toda una activista. 

Por otro lado, Grossman sabe reflejar el hecho de que Greta se ha echado encima una responsabilidad enorme, un trabajo que no es cosa fácil de llevar a cabo a tan corta edad. Entre marchas, protestas, discursos y, especialmente, afrontar a la prensa y a los medios, así como gente pidiendo tomarse una foto con ella a donde quiera que vaya, de un momento a otro Greta puede correr el peligro de sentirse abrumada y tragada por una ola sin control. El documental puede verse también como la lucha de una muy joven chica contra su autismo, por afrontar lo que más la abruma, es decir, el contacto social.

Greta es de esos niños que se notan adelantados a su edad, que han madurado demasiado rápido. Entre burlas de Donald Trump o del periodista Rupert Murdoch, Greta podrá verse como una niña común y corriente, pero una vez que toma el estrado sabe levantar la voz, hacerse escuchar, y ser tomada en serio. Yo Soy Greta hace un buen balance entre hacer un retrato íntimo de Greta (su mamá, Malena Ernman, una mezzo-soprano, inexplicablemente está ausente durante casi todo el filme), y en hacer también un retrato de la Greta celebridad (tímida y apenas esbozando una pequeña sonrisa frente a sus seguidores), que al hablar frente a grandes audiencias se transforma. Entre lágrimas y una ira contenida y nerviosa, Greta tiene a su público en silencio y escuchando. Hay momentos emocionantes en el filme, cuando Greta tiene que viajar a Nueva York, invitada por la ONU para dar un discurso, viaje que decide hacer en barco (uno que es amigable con el medio ambiente, con cero emisiones contaminantes). Aquí, el documental nos lleva por una travesía transoceánica, atravesando tormentas en el mar, y con Greta luchando por mantener la moral en alto y no quebrantarse. El mensaje final del filme: empezar a hacer conciencia sobre el clima, antes de que sea demasiado tarde. Todavía estamos a tiempo. ⭐⭐⭐⭐ 


domingo, 13 de diciembre de 2020

SHIRLEY

Michael Stuhlbarg y Elisabeth Moss.

Las buenas películas sobre escritores, saben crear un buen paralelo entre la personalidad del escritor y lo que hay detrás de sus más importantes libros. En resumen, te ayudan a entender su obra un poco más. Cuando estas películas consiguen esto último, el resultado, muchas veces, es hacerte correr y comprar una o dos de las novelas del escritor o escritora en cuestión. Desafortunadamente, eso no me ha pasado con Shirley, película dirigida por Josephine Decker, sobre la escritora especializada en novelas de horror Shirley Jackson. Aunque no he leído ninguno de sus libros, he escuchado que son bastante buenos, como The Haunting of Hill House (adaptada por Netflix en forma de miniserie). El asunto es que, luego de ver la película de Decker, no sentí el impulso de correr a una librería y adquirir una de las novelas de Jackson, con todo y que previamente estaba -y sigo estando- interesado en leerlos. 

Elisabeth Moss (de mis favoritas gracias a Mad Men, y más recientemente, a The Invisible Man), hace un gran trabajo interpretando a Jackson. Además del gran parecido que consigue con la escritora, Moss sabe reflejar un estado de tensión psicológica constante, justo cuando una pareja de recién casados, Fred y Rose Nemser (Logan Lerman y Odessa Young, estupendos), llegan de visita a la casa de Shirley y su marido, Stanley Hyman (Michael Stuhlbarg, muy bien), este último, un profesor de literatura. Ambientada a inicios de los 1960, Fred ha llegado para tomar un puesto de conferencista en la misma universidad, así como de asistente de Stanley. Durante su estancia en la casa, Fred estará bajo una especie de prueba por parte de Stanley, el cual mantendrá al primero bajo un ojo vigilante y en constante escrutinio.  Sin embargo, Shirley no demostrará del todo ser una buena anfitriona, la cual se mostrará conflictiva, tensa, y no muy amigable ante la joven pareja. Shirley observará todo el tiempo a Rose como un espécimen raro, como lista para saltar sobre ella como una presa indefensa. 

Batallé para conectar con el filme, en especial con Shirley, o con alguno de los personajes. Con todo y no ser precisamente un filme biográfico, sino una mezcla de ficción y realidad, reconozco que lo mejor del filme, además de las actuaciones de Moss y del resto del reparto, son también el diseño de producción y una buena banda sonora. Decker sabe construir un estado de tensión constante entre todos los personajes, mostrando a Shirley y Stanley como un matrimonio excéntrico, lleno de rarezas. Ambos sacudirán la existencia de la joven pareja visitante, de ir corrompiendo su inocencia de pareja feliz, al estilo de Who's Afraid of Virginia Woolf? La película muestra el trabajo de Shirley para un libro sobre las desapariciones de unas estudiantes, pero el problema es que la trama termina centrándose demasiado en toda esta compleja y tensa interacción entre todos los personajes. Creo que Decker desaprovecha la oportunidad de hacer un retrato de Shirley Jackson que se centrara más en su obra y en su proceso creativo, ligado al retrato emocional que hace de ella. Además, la tensión sexual que empieza a crecer entre Shirley y Rose nunca llega a nada, ni se desarrolla bien. No digo que esté mal centrarse en hacer un estudio de personaje de un escritor, pero en lo personal, prefiero un filme sobre un escritor o escritora que se enfoque en qué lo llevó a escribir tal o cual libro importante en su carrera; en su técnica y proceso creativo. Estrenada en el pasado Festival Internacional de Cine de Los Cabos, Shirley, la película, simplemente me dejó frío. ⭐⭐1/2  


jueves, 10 de diciembre de 2020

ONE NIGHT IN MIAMI

LA NOCHE QUE DEFINIÓ EL RUMBO DE MUHAMMAD ALI
Y SAM COOKE.

Sólo en sueños hubiera podido darse algo como lo reflejado en One Night in Miami, el encuentro ficticio de cuatro figuras icónicas de los 1960: el boxeador Cassius Clay (Eli Goree), el activista por la defensa de los derechos civiles Malcolm X (Kingsley Ben-Adir), el cantante Sam Cooke (Leslie Odom Jr.) y el futbolista Jimmy Brown (Aldis Hodge). Como el título indica, durante una noche en Miami tal vez no ocurrirá mucho, pero si se dirá bastante entre todos ellos. Debut en la dirección de la actriz Regina King, no es de extrañar que el punto fuerte de la película sean las actuaciones, todas ellas, por cierto, estupendas. One Night in Miami quizás no sea un filme apropiado para aquellos que busquen una película con más acción, no tan dialogada, y con seguridad, menos teatral. 

El centro de toda la acción (por decirlo de alguna forma), será la decisión de Clay de convertirse al islamismo, apadrinado por Malcolm X. Es 1964, y Clay acaba de triunfar en una pelea contra Sonny Liston. Por su parte, Sam Cooke se encuentra en primer lugar de ventas, con fama y éxito; mientras, Jimmy Brown debe tomar una decisión igualmente crucial. Cuando todos queden encerrados en un cuarto de hotel en Miami, reunidos para celebrar el triunfo de Clay, y custodiados por los guardaespaldas de Malcolm X, en este lugar prácticamente la tierra temblará y los ánimos se encenderán. Entre una plática y otra, Clay, ocultándose de los reporteros, empezará a tener dudas respecto a su decisión de cambiar de religión y, como todos sabemos, cambiar su nombre por Muhammad Ali. Mientras, Malcolm X, el cual toma el lugar de líder ideológico-político del grupo, pondrá en cuestión la carrera de Cooke, al reprocharle que sus últimas canciones no son más que melodías cursis, con letras vacías y melosas, en lugar de hablar de algo más importante, como lo es la lucha de sus hermanos negros contra la segregación y el racismo. Además, le recomienda que debería seguir el ejemplo de cierto joven cantante "folk" blanco, cuya música tiene algo más que decir al respecto (dejo al espectador descubrir a quién se refiere Malcolm X). En tanto, Brown será más un testigo, no muy silencioso, de todo este enfrentamiento verbal e intelectual entre todos los presentes, ante el nerviosismo de los guardaespaldas, plantados afuera del cuarto.

A pesar de lo claustrofóbico y algo inactivo que llega a sentirse este encierro de los cuatro personajes en el hotel, el logro de Regina King es su capacidad para transmitir fuerza y emoción, gracias especialmente a los diálogos y a las estupendas actuaciones. Puede ser que se sienta muy teatral, pero el filme de King tiene mucho que decir (ella misma una activista en la vida real) sobre la lucha de los derechos civiles en los 1960, el racismo, y lo que significa ser un hombre negro en aquella década. Y también tiene algo que decir sobre la cultura, la música, y por qué no, el deporte (anticipa el hecho de que ciertos deportes tendrán mucho qué explotar de los deportistas negros en el futuro). One Night in Miami funciona más  como un despliegue lucidor de actuaciones y de diálogos fuertes, así como un intento de ser un sencillo retrato de época (y en plena época actual del Black Lives Matter, su estreno se siente más que apropiado y oportuno). Los fans de Muhammad Ali y de Sam Cooke puede ser que disfrutarán más el filme, especialmente en las secuencias finales. ⭐⭐⭐1/2

*Estreno en E.U. el 25 de diciembre. Disponible en Amazon Prime Video a partir del 15 de enero del 2021. 

domingo, 6 de diciembre de 2020

GET THE HELL OUT

ZOMBIES RABIOSOS.                Bruce Hung y Megan Lai.

Get the Hell Out está lejos de ser la respuesta taiwanesa a Train to Busan (y a Train to Busan Presents: Península, la secuela), el estupendo filme de zombies surcoreano. Get the Hell Out, el primer largometraje dirigido por I. Fang Wang, empieza bien, de una forma prometedora, en donde empezamos a hacernos la idea de que veremos una graciosa sátira política. En medio de campañas políticas, elecciones, y confrontaciones entre políticos, surge una epidemia de rabia, provocando que todos los contagiados se transformen en zombies. Sin embargo, la película de Fang Wang, exhibida durante el pasado Festival Internacional de Cine de los Cabos, requerirá de una gran paciencia del espectador, tanto para seguir una historia narrada caóticamente, como para soportar un sentido del humor que rayará en lo estúpido y simplón. La historia, por cierto, no tiene mucho de nuevo o extraordinario, en donde tenemos a un inocente guardia (Bruce Hung), quien trabaja en la entrada del parlamento, el cual terminará convirtiéndose en un héroe involuntario. Antes, nuestro futuro héroe tendrá que ser el instrumento de una senadora (Megan Lai), quien lo usará para recuperar su puesto político, desbancada por su rival del partido contrincante (Chung-Huang Wang). La querella entre ambos políticos tiene que ver con el apoyo de este último para la construcción de una planta de energía nuclear, a pesar de las advertencias de ella sobre los peligros de construirla. 

Fang Wang no podría estar más indisciplinado en su debut, cayendo en la tentación de dejarse llevar por excesos en este su primer filme, empezando por los visuales. La historia tiene pocas oportunidades de un buen desarrollo, debido a que, a cada rato, hay imágenes que aparecen de pronto, tratando de emular las viñetas de un cómic, incluyendo onomatopeyas y letreros, dando a todo la sensación de estar viendo una caricatura, o el de estar leyendo un cómic, precisamente. Aunque tiene momentos graciosos (toda la secuencia del encierro dentro del parlamento), así como otros de cierta emoción y adrenalina (la pelea previa al escape por el túnel), al final, el resultado se siente tan caótico y desastroso, que no hay en Get the Hell Out algo que la salve y la haga una buena película de zombies. Se necesita algo más que zombies vomitando chorros de sangre, hambrientos de morder víctimas inocentes, para tener una película interesante; algo más que chistes estúpidos y personajes irritantes. Se necesita una trama  con ideas, algo qué decir, y una lectura alterna. Get the Hell Out no está a la altura de las películas de Romero, pero bueno, tal vez sea mucho pedirle a un debutante en el largometraje, pero también puede ser que el realizador haya tenido que estudiar primero a los grandes maestros del género, antes de hacer su película de zombies. ⭐⭐

miércoles, 2 de diciembre de 2020

WOLFWAKERS

CON ESPÍRITU DE LOBO.

Después de ver la maravillosa Wolfwakers, he anotado en mi lista de películas pendientes de ver The Secret of Kells, Song of the Sea, y The Prophet, todas ellas dirigidas por Tomm Moore, y producidas por la casa de animación Cartoon Saloon. Wolfwakers, su más reciente película, estrenada en el pasado Festival de Cine de Los Cabos, es una joya, una estupenda película animada, la cual, con todo y no estar hecha con tecnología digital (al menos no en su total mayoría), se encuentra a la altura de lo mejor de Pixar. Producida también por Apple Films, la película de Moore vuelve a poner de manifiesto el hecho de que la animación tradicional, dibujada a mano y cuadro por cuadro, sigue vigente y con mucha fuerza.

Irlanda, siglo XVII. Robyn (voz de Honor Kneafsey, un gran trabajo), es una niña que sueña con convertirse en una cazadora, con la ayuda de la mano experta de su padre, Bill Goodfellowe (voz de Sean Bean), un militar inglés quien, junto al ejército británico, se encuentra custodiando una ciudad. Sin embargo, el bosque se encuentra asediado por unos lobos (los wolfwakers del título), los cuales mantienen en constante estado de terror a los campesinos y sus ovejas. Wolfwakers tiene puntos en común con Brave (de Pixar) y también con Avatar, algo que descubrimos justo cuando Robyn conozca a Mebh (Eva Whittaker), una niña con un lado salvaje y espíritu inquieto, que vive oculta con los lobos en una especie de dimensión alterna en el bosque. Sólo ella y sus amigos lobeznos pueden acceder a esta dimensión. Lo especial de Mebh, es que tiene una doble vida como niña-lobo, en donde mientras duerme, vive en las noches en forma de lobo, cosa que no impedirá que ella y Robyn se vuelvan amigas. Los problemas comienzan cuando el regidor de la ciudad, Lord Protector (voz de Simon McBurney) ordena a Bill matar a los lobos de una vez por todas, cosa que alarmará a Robyn, al saber que su nueva amiga está en peligro.

Co dirigida junto a Ross Stewart, y escrita por este último junto a Moore y Will Collins, Wolfwalkers tiene un estilo visual espectacular e impactante, sumamente original. La experiencia es muy cercana a ver un libro ilustrado con imágenes en movimiento, con unos fondos y escenarios sin temor a lucir anticuados. Esto debido a estar concebidos de una forma bidimensional, es decir, sin profundidad o perspectiva, dando a la película un sabor retro en muchas partes (como el de una película de animación de los 1960-1970), pero con un acabado moderno. Además, sus efectos visuales son impresionantes (seguramente hechos digitalmente). Por otro lado, aunque la historia es la clásica lucha de una chica por destacar dentro de un ambiente opresivamente tradicional, en donde a Robyn le es impuesto el dedicarse a labores domésticas, de limpiar y lavar, Wolfwalkers acaba sobresaliendo por ser una historia con una idea muy original hacia su tercer acto (el cual tiene una vuelta de tuerca inesperado). Moore y Stewart no se muestran tímidos al darle a la película cierto toque rústico en su acabado visual, en donde hay escenas en las que todavía puede verse y sentirse el trazo del lápiz en las líneas de algún personaje; el paso secuencial de cada cuadro en sus movimientos. Al final, Wolfwakers sobresale por tener su magia propia (algo muy difícil de lograr en los filmes animados de fantasía), incluyendo su estupenda historia, sorprendente y al mismo tiempo conmovedora. ⭐⭐⭐⭐⭐  Disponible a partir de diciembre por Apple TV.


lunes, 30 de noviembre de 2020

SUMMERTIME

Poesía, rap, y hamburguesas.

Las criaturas que pueblan el universo citadino de Summertime, empiezan a recitar poesía impulsivamente, como si un virus poético de pronto los hubiera invadido. Por lo tanto, es muy probable que los aficionados a la poesía disfrutarán mucho de este filme, dirigido por Carlos López Estrada (el director del nuevo filme de Disney, Raya and the Last Dragon, a estrenarse el próximo año), un melodrama-comedia ambientado en las calles de Los Angeles. La película tiene mucho sabor urbano, plagada de personajes variopintos, y el estilo narrativo de López Estrada parece emular el de un musical. Y aunque Summertime no es en sí un musical en toda la extensión de la palabra, hay una que otra canción dentro de la película. Si hay algo por lo que destaca el filme, es por el gran dinamismo en la narración de sus múltiples historias, las cuales poco a poco se van relacionando una con otra. Los personajes, caminando por esquinas y aceras, entrando y saliendo de locales, de librerías de segunda mano y restaurantes, irán coincidiendo uno con otro. 

Por ejemplo, la historia que abre el filme, es la de un chico negro de enorme afro (parece sacado del Studio 54), quien será el hilo conductor de las historias, cuyo problema es el no poder encontrar un lugar en donde le sirvan una buena hamburguesa de queso con papas. Luego de ponerse insoportable con la mesera de un restaurante al no traerle lo que desea, el tipo explotará en furia recitando un poema sobre la situación. Si bien Summertime destaca por su dinamismo, edición ágil, frescura, espontaneidad (ese número musical con un baile a mitad de la calle, con sabor latino y bailarinas con vestidos rojos, como si trataran de emular algún número musical de West Side Story), y humor (los raperos en la calle buscando poder grabar, o el graffitero mexicano que busca pintar y dejar su marca en toda pared que se le pone enfrente), llega a sentirse algo disparejo. Hay una que otra historia que no funciona al mismo nivel, o se siente que sale sobrando (la de la chica obsesionada con su ex novio, por ejemplo). Por fortuna, la mayoría de las historias funcionan, en donde hay una que nos toma por sorpresa por su fuerza: la de la chica negra con sobre peso y no muy agraciada, que se cobrará una muy poética venganza en contra de su ex novio. O aquella otra historia dentro del muy extraño restaurante de hamburguesas chinas (o eso creo que son), en donde el gerente y sus empleados se vuelven locos con las quejas de los clientes inconformes; o aquella del chofer de limosina de origen latino, que recita un poema junto a algunos de los personajes, frente a fuegos artificiales y a un paisaje nocturno de la ciudad. Summertime te dejará con ganas de salir a la calle a recitar poemas. ⭐⭐⭐1/2

sábado, 28 de noviembre de 2020

NEVER RARELY SOMETIMES ALWAYS

Talia Ryder y Sydney Flanagan.

El título suena como el menos relacionado con una película sobre el aborto. Pero conforme nos aproximamos hacia la mitad de Never Rarely Sometimes Always, descubriremos que esas cuatro palabras del título tienen una relación más directa con el tema de lo que uno esperaría. Lo primero que llama la atención en la película, dirigida por Eliza Hittman, es su aproximación a un tema tan delicado como lo es el aborto, el cual es, de una forma sorpresiva, sin tintes sociales, religiosos, políticos, y mucho menos,  melodramáticos. Never Rarely... es una historia sumamente sencilla, en donde la realizadora opta por no complicar un tema más de lo que ya es. A pesar de su sencillez, la historia termina tocando una o dos cuerdas emocionales en el espectador. 

Por otro lado, lo notable de la película también, es que no trata nada más sobre el aborto, sino que aborda otros temas, como el abuso escolar, al igual que la amistad, el apoyo moral, y el sacrificio. Autumn (Sydney Flanagan, nada mal para ser su primer película), es una chica callada, quien trabaja como cajera en un supermercado, y que gusta de la música y cantar. Sin embargo, desde la primera escena, en donde aparece cantando una canción en el auditorio de su escuela, y un tipo en el público le grita "¡Puta!", sentiremos que las cosas en su vida no están yendo bien. Las cosas se le complican más cuando, luego de acudir a una clínica prenatal, y hacerse pruebas de embarazo recolectando una muestra de orina, se entere de que está embarazada. Aquí es cuando Autumn empieza a considerar la posibilidad de abortar, sin decir nada del asunto a sus padres. Intentará fallidamente varios métodos (todos ellos peligrosos) para inducir el aborto por su cuenta, poniendo su vida en peligro. Skylar (Talya Ryder), su prima, dándose cuenta de la situación, decide viajar con ella desde Pennsylvania hasta Nueva York, en donde le puedan hacer un aborto fuera del periodo de gestación que hasta ese momento lleva su embarazo.

Decía que lo mejor del filme, es la muy naturalista sencillez con la que se narra la historia. La directora luce de una precisión que roza lo realista, en su manera de reflejar lo que una chica enfrentaría al acudir a una clínica de este tipo, desde llegar a la recepción, practicarse análisis, hasta el interrogatorio al que se somete, en donde descubriremos una serie de revelaciones sobre Autumn (además de que aquí descubriremos el origen del título del filme). Es cuando sabremos más sobre ella de lo que podríamos haber descubierto en un filme mucho más dialogado. Es a través de los silencios de ella durante las preguntas, pero también a través de sus expresiones de dolor emocional y de tristeza, que iremos conociéndola. Es aquí en donde la inteligencia y sensibilidad de la directora se dejan ver, así como su habilidad de decir mucho usando tan poco; con tan sólo cuatro palabras como opción múltiple durante el interrogatorio. Never Rarely... es también, hay que decirlo, un filme sobre el abuso emocional y el acoso sexual. Los filmes sobre el aborto que se hagan en el futuro seguro tomarán el filme de Hittman como modelo a seguir. ⭐⭐⭐⭐  

lunes, 23 de noviembre de 2020

GUNS AKIMBO

ARMADO HASTA LOS CODOS.   Daniel Radcliffe

En Guns Akimbo, Daniel Radcliffe está en verdaderas dificultades. Radcliffe interpreta a Miles, un aficionado a los videojuegos, el cual trabaja en una empresa desarrollándolos. Al inicio, podrá parecer que Guns Akimbo, dirigida por el especialista en efectos visuales Jason Lea Howden (y producida por TNT), es una copia de Ready Player One, pero a menor escala, y con una mucho menor cantidad de efectos especiales. Además, tiene una historia que prefiere no complicarse a sí misma, dejándolo todo a nivel película-para-matar-el-tiempo-con-palomitas-un-domingo-por-la-tarde. Con todo y que ambas películas tienen en común la idea sobre un concurso televisado en tiempo real, y con el formato de un reality show, no podrían ser más diferentes uno del otro.

La vida de Miles se complicará cuando sea visitado en su departamento por Riktor (Ned Dennehy) y su equipo, un montón de lunáticos que, a punta de pistola y voluntariamente a fuerza, harán que aquel acepte participar en el concurso. El problema, es que nuestro amigo despertará con dos revólveres prácticamente incrustados en sus muñecas y manos (lo cual hará difícil las cosas para él a la hora de ir al baño), para así empezar el que será un juego del "gato y el ratón", en donde deberá eliminar a Nix (Samara Weaving), una chica letal y con un alto nivel de peligrosidad, si es que ella no lo mata primero, frente a millones de televidentes.

Yendo al grano, el filme es basura, pero de aquella que termina siendo culposamente entretenida y palomera. La primera mitad, es únicamente Daniel Radcliffe tratando de huir de Nix por toda la ciudad, de salvar el pellejo, y evitar que lo maten, buscando ayuda infructuosamente. Teniendo dos pistolas pegadas a los huesos, será inútil pedir ayuda a la policía. Buscar refugio con su ex novia (Natasha Liu Bordizzo) probará igualmente no ser una buena idea, la cual termina involucrada en un juego que cada vez se torna más y más peligroso. Lo mejor, es lo estupendo que resulta Radcliffe transmitiendo un estado constante de alarma y de peligro, de indefensión y persecución. En su segunda mitad, la más entretenida, el personaje y la historia tienen un giro inesperado, poniéndose un poco más interesantes. Hay un buen trabajo de fotografía, y escenas de acción bien ejecutadas (varias de ellas muy cinemáticas en la parte final del filme).  Y aunque la película no funciona precisamente como una crítica a la violencia televisiva y a los reality shows, así como su forma de explotar la violencia para aumentar los niveles de audiencia, sí funciona como un simple filme de acción para pasar casi dos horas con el cerebro desconectado. ⭐⭐1/2

miércoles, 18 de noviembre de 2020

BORAT: SUBSEQUENT MOVIEFILM

DE INCÓGNITO. Sacha Baron Cohen regresa como Borat.

Borat, el reportero bigotón originario de la República de Kazakhstán, está de regreso. Quien se aventure a ver este nuevo falso documental, 14 años después de su primer filme, Borat (2006), deberá sentarse y estar  preparado para muchos momentos divertidos y cómicos, así como para otros incómodos. Para quienes conozcan otros filmes de Sacha Baron Cohen (como The Dictator), ya saben a lo que nos tiene acostumbrados, es decir, humor que puede ser tan divertido como vulgar y sin tapujos; totalmente frontal. En esta ocasión, es el presidente de los E.U. y magnate, Donald Trump, hacía donde Baron Cohen dirige toda su artillería cómicamente liberal. Una cosa es segura: los republicanos odiarán la película (empezando por el mismo Trump, quien luego de ver el filme calificó a Cohen en Twitter de no ser "nada gracioso"), y es posible que los demócratas amarán el filme y reirán con el mismo. 

Borat tendrá que viajar de nuevo a los E.U. (o los US&A, como llama al país), específicamente, a un estado, Texas. El objetivo de Cohen es uno, el provocar, haciendo otra de sus mordaces y ácidas críticas al que es quizás el estado más republicano del país. El primer ministro de Kazakhstán ha decidido enviar a Borat en una misión diplomática especial, ofrecer un "regalo" valioso (bueno, soborno) a McDonald Trump (como Borat lo llama en algún momento del filme) para obtener así apoyo económico para el país. Borat decide llevar el regalo más poco ortodoxo que se le pudo haber ocurrido, a su hija, Tutar (Maria Bakalova), la cual vive en condiciones deplorables. Luego de ver un dibujo animado estilo Cenicienta, en donde se cuenta cómo la primera dama, Melania Trump, conoció a Donald, Tutar accede a ir, empujada también por su sueño de convertirse en alguien como ella. 

Producido por Amazon Studios, la estrategia cómica de nuevo es mostrar a Kazakhstán como el país más atrasado e ignorante del mundo, y a Borat como la reencarnación de ello. Por ejemplo, en su nueva aventura por Texas, el tipo es un completo ignorante de la tecnología, como al intentar usar un smartphone en una tienda de tecnología, frente a un sorprendido vendedor. O aquella en la tienda de envíos por mensajería, en donde Borat se comunica por fax a su país, para reportar al gobierno sobre el progreso de la misión. El encargado del negocio, sin cuestionar los extraños mensajes, profesionalmente se dedica a enviarlos por la máquina, sin mostrar signos de sorpresa. Muy diferente resulta aquella otra escena en una clínica prenatal, a donde Borat llega con Tutar, en donde le insinúan a un muy católico médico (no hay cámara escondida en esta broma) que su hija tal vez necesite un aborto, ya que le ha "puesto un niño dentro" (dejo al espectador que descubra cómo se llegó a esa situación, debido a un simple cupcake).

Aunque hay otras partes en donde (como sucedió en la primer película) seguramente las situaciones son actuadas y escenificadas, lo admirable del filme es la capacidad de Cohen y su director, Jason Woliner, de conseguir un trabajo lo más creíble posible, y que despierta la duda en el espectador sobre lo que es real y lo que tal vez no sea del todo real. La escena dentro de la sinagoga, en donde Borat finge ser un antisemita (de aquellos que niegan que el Holocausto existió) frente a una anciana tal vez demasiado amigable, si bien divertida, es sin duda actuada. El eje del filme, es la historia de Borat y su hija, en donde esta última se americanizará lo más posible, cambiando su imagen. Tutar lleva consigo un libro sobre educación sexual en la forma de un libro infantil, con ilustraciones que muestran cómo unos genitales femeninos comerán con mandíbulas de tiburón la mano de una chica, si ésta se atreve a explorarlos (es de antología ver el rostro de algunos al ver el libro por primera vez).

Comentar más sería arruinar otras sorpresas del filme, como el concierto de Borat al aire libre, frente a gente fervientemente republicana; otra que muestra la visita de Tutar a un grupo de mujeres puritanas, y otra en donde se muestra el encuentro de Borat con el vicepresidente, Michael Penn. Pero la cereza del pastel, es la entrevista con Rudolph Giuliani, ex gobernador de Nueva York y ahora el consultor legal de Donald Trump. Son tan embarazosas las consecuencias, que Giuliani tuvo que aclarar después, en posteriores entrevistas, que sólo "me estaba fajando la camisa".

En resumen, Subsequent Moviefilm termina siendo un gracioso falso documental, que vale la pena revisar en estos tiempos electorales en E.U. (estratégicamente, la película fue estrenada antes de las elecciones). Los chistes contra Trump son divertidos, pero por otro lado, el filme se siente innecesariamente misógino. Es provocador, aunque no tanto como la primer película. Aunque es todo un espectáculo ver a Cohen transformarse de nuevo en el personaje, creo que el factor sorpresa ha quedado desvanecido, luego de casi quince años entre un filme y otro. ⭐⭐⭐1/2

viernes, 13 de noviembre de 2020

SON OF MONARCHS

Tenoch Huerta

En su secuencia de créditos inicial, Son of Monarchs abre con imágenes impactantes de las alas de una mariposa monarca, vistas con un microscopio, mostrándolas en todo su colorido esplendor y detalle. Algo que nos anticipa que la trama del filme girará en torno a dichas mariposas, que serán un elemento  importante de la historia. Dirigida por Alexis Gambis, y estrenada durante el 18 Festival Internacional de Cine de Morelia, la película cuenta la historia de Mendel (Tenoch Huerta, aguado en su papel), un biólogo  que se encuentra trabajando en una investigación sobre la genética de las mariposas monarca (sus padres, aficionados a la ciencia, lo nombraron Mendel en honor al científico descubridor del ADN), y que dejó años atrás su natal Michoacán para irse a trabajar a Nueva York. Mendel se encuentra de visita en su pueblo natal debido al fallecimiento de su abuela (Angelina Peláez), aunque se encontrará con que su hermano, Simón (Noé Hernández) no le dará una muy cálida bienvenida, debido a resentimientos que le guarda por haberse ido, dejándolo todo atrás (un paralelo que la historia intenta establecer con la emigración que llevan a cabo las mariposas a Norteamérica)

Lo mejor del filme de Gambis, terminan siendo las escenas de las mariposas monarcas en su santuario, que vemos durante varios flashbacks de la infancia de Mendel, el cual iba a dicho lugar acompañado de su abuela. Desafortunadamente, la historia no está a la misma altura. Durante buena parte de la primera mitad, a la trama le toma mucho tiempo engancharte y despegar. Aunque los fragmentos del pasado de Mendel y su niñez nos ayudan a entender su pasión por las mariposas, la parte de la investigación nunca termina siendo muy interesante, ni con el suficiente peso en la película. William Mapother (Another Earth) tiene un pequeño papel como el jefe del área de investigación en donde trabaja Mendel, pero sin mucha relevancia en la historia. En lo que se centra más la segunda mitad del filme, es en la relación de Mendel con una chica norteamericana (Alexia Rasmussen), en unos extraños rituales en Michoacán durante el funeral de la abuela, así como en el ajuste de cuentas emocional que tendrá lugar en el pueblo. En resumen, la trama avanza a paso lento, y le toma tiempo ir a algún lado, en tanto que Tenoch Huerta no convence mucho en su papel de científico. ⭐⭐1/2

miércoles, 11 de noviembre de 2020

499

SIN CABALLO QUE ME LLEVE.    Eduardo San Juan (en medio)

Nada parece decirnos, durante los primeros minutos de este filme, que lo que veremos será un documental. El inicio tiene lugar en alguna playa de Veracruz, a donde llega, como traído por las olas, un conquistador español, nuestro narrador. El conquistador llevará a cabo una travesía, que inicia desde este punto hasta la Gran Tenochtitlán, perdón, la Ciudad de México. Dividida en varios episodios (el primero de ellos titulado precisamente 499), la película, dirigida por Rodrigo Reyes, competidora al premio a Mejor Documental Mexicano en el 18º Festival Internacional de Cine de Morelia, toma un muy original pretexto: emular la misma travesía que Cortés y su ejército llevaron a cabo para llegar a Tenochtitlán, y entrevistarse con el emperador Moctezuma. La idea, es ver, a través de sus ojos críticos, el panorama social y político del México del 2020. 

Sin que nuestro conquistador español (interpretado por Eduardo San Juan) parezca percatarse de que se encuentra en el siglo 21, todo lo juzgará con su mentalidad y mirada de principios del siglo 16. Por ejemplo, en su narración en off, llama a los habitantes de una comunidad veracruzana "salvajes". En el patio de una escuela primaria, en donde se llevan a cabo honores a la bandera, les dirige a los niños un discurso, en los que proclama a todos como súbditos de la corona española. El ejercicio experimental nunca deja de ser interesante, ni resulta distractor, a pesar de que a lo largo del filme no nos dejamos de preguntar si el conquistador pudiera ser un loco que pertenece a esta época, o en verdad ha sido transportado del pasado al año 2020.

Como si se tratara de Bernal Díaz del Castillo, el soldado se dedicará a hacer algo parecido a una nueva y actualizada "crónica de la conquista". Mientras, la gente con la que se encuentra, como un vendedor de armas, o una madre que hace un crudo recuento, en la Ciudad de México, sobre cómo su hija adolescente fue violada y asesinada, o también miles de fieles en peregrinación a la Basílica, parecen sorprendidos de verlo. El aparentemente críptico título, con seguridad, se refiere al número de años transcurridos desde la Conquista de México, antes de llegar al próximo aniversario número 500, en el 2021. En resumen, una forma muy original, incluso algo intrigante, de mezclar un documental sobre la difícil y crítica situación del México moderno, con un toque de ficción. De lo mejor del FICM. ⭐⭐⭐⭐

lunes, 9 de noviembre de 2020

TODO LO INVISIBLE

Bárbara Mori y Ari Brickman

Para un actor o actriz, interpretar a un personaje invidente debe ser todo un reto, empezando por la investigación que previamente deben hacer, para así lucir realmente convincentes en pantalla. En Todo Lo Invisible, Ari Brickman, quien interpreta al personaje principal, un hombre que queda ciego luego de sufrir un extraño accidente dentro de su automóvil, no me resultó muy convincente. Parte de la culpa es también de la realizadora del filme, Mariana Chenillo. Durante toda la película, nada más tenemos un close-up extremo del personaje, en donde vemos que sus ojos lucen blancos y nublados por la misma condición de la ceguera (ver el póster como referencia). Sin embargo, durante el resto del filme no hay otro close-up del rostro de Brickman, y se nota que sus ojos ya no se ven como en el primer -y único- close-up, sino obscuros (o del color que sea que los tenga el actor). Cuestión de comodidad para él, tal vez. La directora seguro le dijo "Como no habrá más acercamientos a tu cara, no habrá necesidad que te pongas de nuevo los lentes de contacto". Supongo yo. El caso es que, un detalle como el anterior, por pequeño e insignificante que parezca, sacrifica el realismo de reflejar a un personaje invidente en cine.

Y sin considerarme un experto en el tema, me parece también que Brickman mueve demasiado los ojos, algo que una persona invidente real no creo que haga mucho. Como sea, ojalá ese fuera el único problema de la película. Estrenada durante el 18º Festival de Cine de Morelia, Todo Lo Invisible adolece el tener un guión malo, el cual nunca desarrolla bien ninguno de los caminos narrativos que plantea desde su primer acto. Jonás (Brickman) es un dentista, quien luego del accidente entra en depresión y crisis existencial. Con dos hijas (Melissa Rovira y Romina Soto), y una muy joven esposa que es maestra (Bárbara Mori), Jonás plantea la posibilidad de demandar a la compañía automotriz, debido a que considera que el sistema del cojín de seguridad del volante (que golpeó su cara) se activó por un defecto. Su amigo (José Maria de Tavira), un abogado con mucha experiencia en estas demandas, le asegura a Jonás que ganará la demanda, y que les podrá sacar todo el dinero del mundo. 

Hay otro problema para Jonás, y es que su ceguera le está provocando tener visiones de gente desconocida, cada vez que apaga las luces en su casa. ¿Ha desarrollado facultades psíquicas? ¿Esa gente son espíritus, o son pura fabricación de su cerebro? Ninguna de esas preguntas tiene respuesta, ya que el guión nunca se preocupa por responderlas. La historia, escrita por el mismo Brickman y Chenillo, nunca se desarrolla bien, ni por el lado de la demanda (al final nunca sabemos bien cómo terminó el asunto), ni por el lado de una historia paranormal, en donde Jonás pudiera estar viendo gente fallecida de su pasado, o espíritus que estén deambulando en su casa. La historia divaga, y prefiere tomar el camino telenovelero de mostrar a Jonás, más bien, como un padre irresponsable, que lo deja todo por que sospecha que su atractiva esposa le está poniendo el cuerno. Lo extraño, es que decide irse con su papá piloto (Tomás Owen, en una muy mala actuación), en donde recordará una frustrada carrera como músico que quiso tomar de joven, y quizás vivir una aventura romántica con cierto personaje. Al final, no hay consuelo ni nada que salve a una película más cercana a un telefilme (he visto mejores películas en Lifetime Channel), y con un final nada satisfactorio. ⭐⭐ 

domingo, 8 de noviembre de 2020

AMALGAMA

TAN ABURRIDA COMO UNA LIMPIEZA DENTAL

Para ser del escritor de Y Tu Mamá También, esperaba mucho más de Amalgama, el más reciente filme de Carlos Cuarón (hermano de Alfonso). Estrenada durante el 18º Festival de Cine de Morelia, la premisa sobre cuatro dentistas fresas, quienes, durante un congreso sobre odontología en Santo Domingo, deciden escaparse a la casa de verano del amigo de uno de ellos, ubicada en una isla, no terminó de convencerme. Vale especificar que de los cuatro dentistas, uno de ellos es una muy atractiva mujer (interpretada por la actriz peruana Stephanie Cayo), por lo que la premisa se amplía a: "Tres hombres, una mujer, una paradisiaca isla,... todo puede suceder". El gran problema, es que de todas las posibilidades de ese "todo puede suceder" Cuarón se va por la más sosa y simple.

Escrita por el mismo Carlos Cuarón y Luis Usabiaga, en la realmente pobre trama los tres dentistas, Saúl, Hugo, y José María  (interpretados por Tony Dalton, Miguel Rodarte, y Manolo Cardona, respectivamente), luego de una noche de tragos, el primero les propone ir a la isla y alejarse de las responsabilidades del congreso por un rato. Por supuesto, en la agenda de Saúl el plan es seducir a Elena (Cayo), guapa pero algo insufrible chica, la cual es tan fresa, que en lugar de soltar palabras en inglés con frecuencia, lo hace en francés. Elena se encuentra teniendo un romance con un hombre casado. Esto lo sabemos, por que durante todo el filme vemos en pantalla los mensajes de texto que se envían uno al otro. Mientras, Hugo, quien está convencido de que otro colega la ha robado la idea que tuvo para un innovador tratamiento reconstructivo, no se quedará atrás, y querrá también hacer su lucha con Elena. El problema, es que ella parece más interesada en José María, quien es gay y con quien lleva una buena amistad.

Con uno que otro contratiempo de por medio en su aventura (que incluyen problemas para tener servicio de celular), poca cosa más sucede en la película. La idea de usar la experiencia para confrontar a los amigos en la casa, con seducciones que no salen del todo como lo planeado, inconvenientes, revelaciones inesperadas; al igual que echarse mierda uno al otro, peleas, reconciliaciones, etcétera, no me acabó enganchando mucho en ningún momento. Hay varios momentos en que una historia parece querer despegar, pero nunca sucede. Es más, apenas y puede decirse que hay una trama. Al final, el asunto termina siendo algo tedioso, aburrido incluso, además de que creo que el filme acaba siendo demasiado teatral. Pero lo que termina perjudicando mucho a la película, además de que las actuaciones no son muy buenas, es que los personajes no son lo suficientemente interesantes, además de que no dejé de tener la sensación de estar viendo un melodrama televisivo sobre la crisis de la mediana edad de cuatro personajes muy superficiales. Definitivamente, me gustó más, en comparación, Rudo y Cursi. Amalgama compitió en el Festival de Cine de Morelia para el premio del público a Mejor Largometraje Mexicano. ⭐⭐

jueves, 5 de noviembre de 2020

ESCAPE FROM PRETORIA

MEJOR QUE UN CERRAJERO
Daniel Radcliffe y Daniel Webber

Antes que nada, mi admiración por Daniel Radcliffe. Sin ser mi actor favorito, debo reconocer que se nota que el joven ex-Harry Potter sigue luchando por quitarse la etiqueta del "niño mago" de encima, y demostrar que es capaz de ser un actor interesante y versátil. En Escape from Pretoria, Radcliffe está dispuesto a lucir casi irreconocible, haciendo un papel que es todo un reto. Para empezar, el poder hacer un acento sudafricano convincente, algo que Radcliffe casi consigue en este filme, en el que interpreta a Tim Jenkin, un activista político, quien durante el Apartheid, a finales de los 1970, fue enviado a prisión.

Sudáfrica, 1978. Tim Jenkin, y su amigo, Stephen Lee (Daniel Webber de "The Dirt"), son arrestados por la policía, al ser sorprendidos en la calle difundiendo volantes y propaganda anti-apartheid. Una vez en prisión, empezará el reto para ambos de sobrevivir y no caer vencidos emocionalmente, así como de sobrellevar el sello de "Mandelas blancos" (seguidores de Nelson Mandela). En prisión, ambos se encontrarán con otros miembros del movimiento, incluido Denis Goldberg (Ian "Back Beat" Hurt), uno de los líderes ideológicos veteranos, de origen irlandés, y a Leonard Fontaine (Mark Leonard Winter, quien luce como el Daniel Day Lewis de In the Name of the Father, pero con barba), de origen francés, y quien sufre además la separación de su pequeño hijo. 

Dirigida por Francis Annan, en Escape from Pretoria no faltarán los guardias que harán la vida de cuadros a Jenkin y a sus compañeros, tan pronto como aquel empiece a urdir un plan de escape, fuera de lo común. Nathan Page, quien interpreta a Mongo, uno de los  guardias, hace un buen trabajo reflejando dureza y frialdad en su personaje, así como Grant Piro, quien encarna al jefe de los guardias. Sin embargo, no dejan de sentirse como clichés en este tipo de filmes, reduciéndose su trabajo aquí a lucir únicamente malos, duros, y temibles. 

Lo original de Escape from Pretoria es el plan de Jenkin, el cual no será precisamente cavar un largo túnel, sino algo que también requerirá mucha paciencia: hacer duplicados en madera de todas y cada una de las llaves que Mongo lleva consigo. Aunque está basado en hechos reales, y se conoce la conclusión de la historia de Jenkin, no arruinaré el filme para quienes no la conozcan. La tarea de hacer las llaves, por supuesto, no será nada fácil, y no sólo requerirá habilidades manuales, sino toda la paciencia del mundo para probar cada llave, y será todo un proceso de prueba y error que parecerá interminable. ¿Conseguirán huir?

Escape from Pretoria no está a la altura de los clásicos filmes de grandes escapes de prisión. Si bien el asunto de las llaves no sonará como lo más emocionante del mundo, Francis Annan consigue imprimirle a la premisa toda la emoción posible. El filme es sencillo en su guión, pero me hubiera gustado algo más de trasfondo político, de más interacción y más diálogos entre los personajes. Pero como una introducción a esta historia poco conocida, ambientada en un lugar muy lejano, Escape from Pretoria funciona bien y aceptablemente. ⭐⭐⭐1/2

martes, 3 de noviembre de 2020

REBECCA

SIEMPRE NOS QUEDARÁ MONTECARLO.
Lily James y Armie Hammer

Aunque considero muy superior la versión que Alfred Hitchcock hizo de Rebecca, novela de Daphne Du Maurier, Ben Wheatley hace un buen trabajo ofreciendo su propia visión. A pesar de que esta nueva producción de Netflix puede sentirse algo condensada, incluso muy básica, la esencia de la historia original está ahí: La inocencia de una chica sencilla, quien se enamora de un millonario, el cual sigue de luto por su fallecida esposa, la Rebecca del título. 

En esta nueva adaptación de Rebecca, Lily James (Cenicienta) interpreta a la chica en cuestión, imprimiendo el encanto que la caracteriza, quien se verá a sí misma inmersa en un cuento de hadas. Durante un viaje a Montecarlo que realiza junto a la Sra. Van Hopper (Ann Dowd, estupenda aunque sea en un pequeño papel), una mujer adinerada y socialité para la cual trabaja como asistente personal y dama de compañía, nuestra protagonista conocerá a Maxim De Winter (Armie Hammer, sabiendo combinar sofisticación y obscuridad al mismo tiempo), un millonario. Hermético y emocionalmente difícil de descifrar, De Winter empieza a mostrar un inesperado interés por la tímida, insegura, y algo torpe chica, surgiendo entre ambos un romance que, tal vez de manera precipitada, terminará en ambos contrayendo matrimonio. 

"¡Vivirás en una enorme casa junto a un fantasma!" le dice su incrédula y muy enojada ex jefa a la ahora Sra. De Winter, cuando ésta lo deje todo para iniciar su nueva vida junto a De Winter, y se vaya a vivir con él a Manderlay, nombre de su enorme residencia. Aquella última frase que su ex patrona le dice, esconde mucho del misterio que vendrá después. ¿Al decir fantasma, se refiere al recuerdo de la difunta esposa de De Winter? ¿O más bien se refería al mismo De Winter? La frase anticipa lo difícil que será para el personaje de Lily James encajar en su nueva vida en la palaciega residencia, en donde casi cada rincón esconde algún secreto de la vida pasada de De Winter y Rebecca. Su curiosidad incontenible la llevará a explorar la residencia, ante la constante y vigilante mirada de la ama de llaves, la obscura Sra. Danvers, interpretada soberbiamente por la gran Kristin Scott Thomas.  

Desde el inicio adivinamos que Danvers no le pondrá las cosas muy fáciles a la Sra. De Winter para adaptarse a este nuevo mundo, la cual se encuentra batallando para acercarse al cada vez más lejano y poco comunicativo De Winter. 

No he leído la novela (está en mis pendientes por hacer), pero quizás en la historia original hay un personaje que ofrezca más apoyo emocional a la recién casada. Frank Crawley (Tom Goodman-Hill), el amigo de Maxim, es en el filme el personaje que parece querer cubrir este vacío. Pero siento que Frank como que no tiene suficiente espacio ni tiempo en el filme. Sin embargo, Ben Wheatley consigue transmitir el tema principal de manera efectiva, es decir, el terrible peso emocional del pasado y de los recuerdos. Sin revelar mucho de la trama, es crucial la escena dramática durante la fiesta de disfraces, en donde, baste decir, la Sra. De Winter decide ponerse un vestido y peluca que tendrán un efecto inesperado en Maxim. 

El diseño de producción es muy bueno, cosa que redondea  más al filme. Y si bien Armie Hammer y Lily James no son precisamente Laurence Olivier o Joan Fontaine, quienes interpretaron a la pareja en la película de Hitchcock, sus actuaciones son muy buenas. Podemos agregar también la buena participación de Sam Ryley como Jack Favell, el misterioso familiar de Rebecca. Favell marca el giro de la historia de melodrama a una historia de misterio. Aunque en este punto el filme pierde algo de su toque de suspenso psicológico, lo cierto es que Ben Wheatley termina ofreciendo una versión aceptable de la novela, cuyo fuerte está más en las actuaciones que en su fuerza para contar una historia ya clásica del cine. ⭐⭐⭐1/2

jueves, 29 de octubre de 2020

THE TRIAL OF THE CHICAGO 7


¿Podrán manejar la verdad?

No hay cinéfilo en este mundo que no recuerde la frase "You can't handle the truth!" dicha por Jack Nicholson en "A Few Good Men", sentado en la silla de testigos, con traje militar, y respondiendo la demanda de Tom Cruise de "¡Querer la verdad!". Tales líneas fueron escritas por Aaron Sorkin, director ahora de The Trial of the Chicago 7, la cual, por supuesto, también escribe. Aunque el filme no tiene uno de esos momentos poderosos descritos con anterioridad, sí contiene sus buenas dosis de emoción, fuerza propia, y que no tiene un sólo momento flojo durante el juicio que da título al filme.

La película cuenta el juicio al que fueron sometidas 7 personas, acusadas de varios cargos cometidos durante una protesta, llevada a cabo frente a la Convención Nacional Demócrata, en Chicago, 1968. La protesta era en contra de la Guerra de Vietnam, y los cargos más serios, irónicamente, fueron el haber incitado a la violencia durante la protesta.
Lo interesante del caso, es lo heterogéneo del grupo de acusados, quienes pertenecían a diferentes facciones. Tom Hayden (Eddie Redmayne, con un excelente acento norteamericano) y su amigo, Rennie Davis (Alex Sharp), miembros de un comité estudiantil, el primero una eminencia en materia de estudios sobre política; David Dellinger (John Carroll Lynch), un padre de familia con ideas pacifistas y de la no violencia, con un hijo peleando en Vietnam. Luego, Abbie Hofman (Sacha Baron Cohen, igualmente, con buen acento americano) y Jerry Rubin (Jeremy Strong), un par de hippies, quienes, puede decirse, empezaron todo como un concierto al aire libre, con un espacio para coches y, según ellos, "fornicar libremente". Bobby Seale (Yahya Abdul-Mateen II), un miembro de los "panteras negras", quien será por un rato el centro de atención durante el juicio, debido a no tener un abogado que lo represente. Otros dos acusados fueron Lee Weiner (Noah Robbins) y John Froines (Danny Flaherty).
Decía que Bobby Seale es el centro de atención durante la mitad del filme, ya que será en buena medida el responsable de ir desenmascarando la parcialidad del juez, Julius Hoffman (Frank Langella, genial). Ambos sostienen constantes enfrentamientos, debido a los incontables desacatos de Seale al interrumpir el juicio, demandando poder defenderse por su cuenta, derecho que nunca se le concede. Esto es lo que empieza a dar cuerpo al juicio, lo que empieza a encenderlo, y darle fuerza, el cual, veremos más adelante, está manchado de tintes políticos, además de discriminación racial.
Justo cuando las cosas se van calentando en la corte, y que nos hace ver que será todo menos un juicio silencioso, están otros dos personajes que pondrán a prueba la paciencia del juez. Abbie Hoffman, todo un personaje del cual no podremos despegar el ojo, quien amenaza con volver el juicio en algo cercano a un circo, con sus burlas y chistes; y con él, William Kunstler (Mark Rylance, otro británico luciendo acento americano), abogado de Tom Hayden. Con el paso de los días (el juicio durará más de un mes), Kunstler desarrolla una actitud desafiante hacia el juez, acumulando cargos por desacato, justo cuando se de cuenta que, además de tener a un juez tendencioso, hay irregularidades, obstáculos, y barreras que harán su defensa casi imposible.
The Trial of the Chicago 7 es un filme complejo de describir. Si bien se desarrolla mayormente en la corte, conforme el juicio avanza veremos cómo se desarrollaron los hechos aquel día, en forma de flashbacks. Joseph Gordon-Levitt interpreta al fiscal Richard Schultz, en una actuación que es toda serenidad y contención en contraste, cuyo trabajo será probar que la violencia fue provocada por los 7 acusados. No lo tendrá muy fácil. Afuera el ambiente político no ayuda mucho, con Nixon empezando a gobernar en la presidencia, la Guerra en efervescencia, el asesinato de líderes como Martin Luther King, etc.
Sorkin consigue una película de juicios y cortes tremendamente entretenida, en el sentido de que el juicio nunca deja de ser interesante. Nuevos detalles irán surgiendo, puntos de vista se confrontan, salen revelaciones, como el hecho de que no todos tenían en mente una protesta pacífica como se tenía planeado, sino una excusa para empezar un enfrentamiento con la policía; o también, que la policía terminó haciendo un uso excesivo de la fuerza y teniendo una respuesta violenta.
Ningún miembro del reparto tiene desperdicio, ofreciendo actuaciones magníficas. Cada personaje termina siendo en sí una parte simbólica de todo el caso, con algo qué decir y demostrar de todo el asunto. Es posible que Sorkin no se haya podido resistir a dramatizar un poco el juicio. Dentro del espacio en donde se lleva a cabo, termina habiendo una micro guerra de ideologías, formas de pensar, de derechos, y defensa de libertades. Recomendable. Disponible en Netflix.
⭐️⭐️⭐️⭐️

THE SECRET OF THE DEEP SEA

MINIESPIAS EN ALEMANIA

El inicio de este filme, te hace pensar que estás a punto de ver una especie de versión germana de Miniespias. Dos niños, Hanne (Linda Madita) y Tarun (Casper Fischer-Ortmann) se encuentran en frenética persecución de un tipo sospechoso, vestido de negro y con pasamontañas, a lo largo de la costa. Los niños son tan intrépidos, que incluso escalan rocas y una pequeña montaña. Sin embargo, no pasará mucho para que este filme, dirigido por Christian Theede, aterrice y nos coloque en terrenos menos fantásticos y lejanos a los de Miniespias; sin efectos especiales y dentro de una producción más modesta.

The Secret of the Deep Sea, es la segunda película de la que parece ser una franquicia titulada "Die Pfefferkörners". No he visto el primer filme, The Curse of the Black King (2017), y la única actriz del reparto original que está de regreso es Linda Madita. Incluso, parece ser que una serie de televisión basada en las películas se está preparando para el próximo año. Lo que caracteriza a esta nueva película, es que su historia lleva un sello ecologista, el cual, contrario a lo que pueda pensarse, no resulta aburridamente sermoneador. Todo lo contrario.
Theede (quien también dirigió la primer película) consigue una película familiar de colores saturados y brillantes (como sacados de una postal), con suficiente acción, suspenso, y al que nada más le falta tener un disco que se auto destruya en 5 segundos (¿o eran 4?). ¿Cuál será la misión? Encontrar a Jaswinder (Myriam Abbas), mamá de Tarun, una científica que se encuentra en medio de una importante investigación relacionada con microorganismos marinos, y quien fue secuestrada en Hamburgo.
Entre los sospechosos del secuestro, se encuentran Alice (Emilia Flint), hija de un pescador, una niña que no les dio ni a Tarun ni a Hanna una muy amigable bienvenida en Hamburgo. Otro sospechoso del secuestro será Robert Fleckman (Heino Ferch), un empresario dedicado al manejo y desecho de basura, el cual se encuentra contaminando seriamente el mar.
Lo que también llama la atención del filme, es la presencia de fuertes personajes femeninos. Además de Alice, Hanna, y Jaswinder, están una oficial de policía (Inga Busch), la cual luce más bien como Frances MacDorman en Fargo, y Clarissa (Charlotte Martz), quien además de valiente e intrépida, es inteligente, y en materia de robo de información ultrasecreta parece entrenada por la misma CIA. Clarissa y su hermano, Johnny (Leander Burat), hábil y temerario en la bicicleta, se unen a Tarun y Hanna para ayudarlos en la búsqueda de la mamá desaparecida.
Aunque llega a haber algunos momentos inverosímiles, cosa de esperarse en una película donde la policia está ausente la mayor parte del tiempo, para dejarle el campo libre a los niños para enfrentar ellos mismos el peligro, Los Investigadores y el Tesoro de las Profundidades del Mar (el título en español del filme) acaba siendo un efectivo entretenimiento familiar, ideal para el medio día de un domingo. Además, con un poco de suerte, podría dejar en los niños una huella ambientalista difícil de borrar.
⭐️⭐️⭐️

GUADALUPE REYES


Juan P. Medina y Martin Altomaro.
Imagino lo que los realizadores y productores detrás de Guadalupe Reyes se dijeron entre ellos, muy entusiasmados y en un golpe de suma creatividad, al momento de gestar la película: "¡Güeeeeeyyy! ¡Y qué tal si ahora hacemos una 'The Hang Over' mexicana güeeeeyyyy!" Disculpas si he repetido mucho la muy folclórica palabra "güey", pero si los protagonistas del filme, interpretados por Juan Pablo Medina y Martin Altomaro, la repiten unas 685 veces en toda la película, es poco. Es decir, unos maestros de la improvisación, además de que el guión (¡escrito por tres guionistas!) demuestra ser toda una "pieza literaria".

Dirigida por Salvador Espinosa, la mayor diferencia entre Guadalupe Reyes y la saga de The Hang Over, es que aquí los personajes no viajan a las Vegas, sino que se quedan aquí, en la Ciudad de México. Y bueno, también el filme de Espinosa, en comparación, es mucho menos gracioso, algo misógino, y por supuesto, en lugar de ser 3 amigos, aquí sólo son 2. ¿Qué pasó con el tercero? Se casó y tuvo un bebé (el cual, por cierto, aparece cargándolo tal y como Zach Galifianakis carga al bebé del primer filme de The Hang Over. ¿Será pura coincidencia?
Hugo Rocket (Juan Pablo Medina) es un tipo que, según dicen en el filme, es tal vez el tipo más "ch---ón" del planeta, y con mucho dinero. "¡Dicen que es el inventor del celular!", comenta algún personaje en el filme. La verdad, no sentí ni noté en ningún momento del filme que el personaje tuviera tales niveles de personalidad. Hugo presume saber mucho de mujeres, pero el guión no lo pone con alguna novia, ni referencia de alguna ex novia. El caso es que el tipo acaba de cumplir 40 años, y le entra la crisis de la mediana edad. Otra contradicción: casi todos sus amigos son millenials, pero no parece soportarlos mucho.
En medio de su crisis, decide contactar a un viejo amigo, Luis (Martín Altomaro), serio, trabajador, muy profesional, y que trabaja para una importante firma de contadores, para proponerle un reto: hacer el maratón "Guadalupe-Reyes". El reto es, simplemente, andar de borrachera en borrachera sin parar, del 12 de diciembre al 6 de enero (¡Guaauu!). Todo quedará notariado frente a un abogado, en donde ninguno podrá echarse para atrás conociendo los riesgos de antemano. ¿Qué impulsa al bien portado de Luis a aceptar el reto? Que su esposa le ha puesto el cuerno, y por ende, siente que no tiene nada que perder, ya que, impulsado por los buenos consejos de su soltero y viejo amigo, con suerte podría tener una aventura romántica en el camino.
Decía que fueron tres escritores los autores del guión (Marcos Bucay, Harald Sumpler, y Erick Zuckerman), pero el problema, es que la historia, dentro de su idea de trazar una travesía para los amigos, pasando por las posadas, Navidad, Año Nuevo, y Día de Reyes, resulta completamente sosa, sin substancia, y que depende mucho -diría demasiado- del humor vulgar. Lo malo, es que dicho humor vulgar no resulta nada gracioso. Es de reconocer que la escena de la pastorela, aunque nada creíble, es más o menos graciosa. Pero de ahí, la trama va perdiendo aire hasta quedarse sin energía. Vamos, al llegar a Reyes, los guionistas se quedaron sin ideas, ya que, sin revelar mucho, los dos amigos aparecen nada más muy felices y comiéndose su rosca con un vasito de leche. Sí, aburrido.
Llevado de manera inteligente, el humor "subido de tono" puede ser gracioso, tal y como lo es en ¿Qué Pasó Ayer? (título en español de The Hang Over), la fuente de inspiración para este filme. Sin embargo, aquí lo que menos hay es inspiración, es decir, una buena historia. Las buenas historias de "grandes amigos" tienen buena camaradería entre sus personajes, buena química entre ellos. Guadalupe Reyes se queda corta en este aspecto. De lo "peorcito" del 2019.
⭐️⭐️

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