sábado, 18 de mayo de 2013

THE IRON LADY * * * 1/2

CON TEMPLE DE ACERO.  Meryl Streep, espectacular como la "Dama de Hierro".

Meryl Streep está fantástica en The Iron Lady (2011). Dentro de lo extremadamente correcta que es su dirección, y los campos del telefilme en los que se desarrolla, la actuación de Streep es lo mejor en la película, dirigida por Phyllida Loyd. Es el primer intento por hacer una biopic de la recientemente fallecida Margaret Thatcher, la "Dama de Hierro". Ah, claro, y estaba olvidándome del gran Jim Broadbent, quien interpreta a Denis, esposo de Thatcher. Durante su estancia en una residencia para ancianos, en donde sufre los delirios demenciales de ver a su fallecido esposo, con quien sostiene conversaciones tan lúcidas y articuladas que uno se pregunta si Denis realmente está muerto, Thatcher recuerda episodios relevantes de su vida política. Atestiguamos cómo, a pesar de la pobreza de su familia, Margaret fue aceptada en la Universidad de Oxford, para luego tratar de escalar en la política y conseguir un lugar en el Senado. De ahí, pasó a convertirse en la primera gobernante mujer del Reino Unido, por parte del partido conservador. 

Vemos la transformación de una mujer -no tan- común y corriente, con ideas fijas y claras, en una feroz política, que debatía con sus contrincantes en el Parlamento con seguridad y valentía. Y en medio de todo, en contrastante narración alterna, su deterioro mental y físico. Hay episodios que valen la pena, como el de la Guerra de las Malvinas, y la difícil decisión de llevar al país a pelear por algo que tal vez parecía insignificante; el tenso momento de la renuncia de su "brazo derecho", y claro, su renuncia como Primera Ministro en 1990. Pero a pesar de todos estos puntos en la historia, la película es plana en toda su narración, monótonamente episódica, condensada, sin tener el "punch"  político que un Oliver Stone le hubiera podido dar a una película de este tipo. De todas formas, sólo por ver la actuación de Streep, que más allá de ser una simple imitación, es una espectacular caracterización, vale la pena darle una oportunidad al filme. 

miércoles, 15 de mayo de 2013

WE NEED TO TALK ABOUT KEVIN * * * * *

CRIA CUERVOS. Tilda Swinton y Ezra Miller.

La maldad yace en el núcleo de la familia retratada en este inquietante drama. Una narración inusual, una actuación de Tilda Swinton, como siempre, fenomenal; así como la estrategia de mantenernos en suspenso sobre lo que realmente sucedió a su personaje, son las tensas cuerdas que mantienen la historia. Swinton interpreta a una madre de familia, totalmente golpeada por su pasado y en búsqueda de un trabajo. Al mismo tiempo, veremos flash backs de la que fue su vida familiar, y cómo la llegada de su primer hijo, el Kevin del título, vino a darle vuelta por completo a su vida. No es para menos, ya que tendrá que criar a un niño más diabólico que el mismo Damien de The Omen. No estamos lejos de  un relato de horror psicológico, en el que las dos narraciones paralelas cuentan el pasado y el presente de esta madre, la cual, con una  admirable fortaleza, se mantiene en pie para poder vivir bajo el mismo techo junto a Kevin (Ezra Miller. diabólicamente extraordinario). El amor completamente incondicional que esta madre tiene por su hijo, es correspondido por el chico con un odio que llega a niveles incomprensibles. Humillaciones, insultos y hasta violencia, todo aguantará la madre. 

La escocesa Lynne Ramsay, consigue una película intrigante, especialmente por la manera en que arma todo este obscuro drama. Sabemos que conduce hacia un desenlace trágico, pero juega con nuestras expectativas a cada segundo. En el ir y venir de flash backs, no tenemos más remedio que ajustarnos el cinturón, dejarnos llevar por las pistas ofrecidas, y respondernos la pregunta: ¿Cómo esta mujer acabó sola y en ese deprimente estado emocional? ¿Cómo de tener una casa grande y bonita, con un esposo amoroso y buen padre (John C. Reilly) terminó sin nadie en su vida? Además, el filme de Ramsay acaba siendo un acucioso estudio de una personalidad psicopática. En ese sentido, la actuación del joven Miller tiene un apenas soportable peso emocional en toda la historia, uno de verdadera maldad en su mirada, gestos, movimientos, etc. No hay mucho espacio para las motivaciones de Kevin, pero en general, la película de Ramsay es, al final, emocionalmente desgastante e incluso conmovedor. 


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