miércoles, 31 de marzo de 2010

LOS BASTARDOS * * 1/2

Dos inmigrantes ilegales mexicanos en E.U. sorprenden con un giro violento en "Los Bastardos".






No sé cuantos estén enterados, pero hay un catalán haciendo cine en México y lo está haciendo bien. Amat Escalante, nacido en Barcelona (1979), es uno de los jóvenes realizadores que se encuentra marcando la diferencia en el cine mexicano contemporáneo, con una obra muy cercana al trabajo de su “padrino” y mentor, el realizador mexicano Carlos Reygadas (Japón, Batalla en el Cielo, Luz Silenciosa). Con tan sólo dos largometrajes en su haber, debutando con Sangre (2005), cuando uno ve una película de Amat es notoria la influencia de Reygadas, aunque empiezan a existir diferencias entre ambos, especialmente en los temas. Con Los Bastardos (2009), Escalante cuenta una historia sobre la inmigración ilegal mexicana en los Estados Unidos; de aquellos “sin papeles” que viven al día buscando toda clase de trabajos por unos cuantos dólares al día.

Carlos Reygadas ha sido el productor de las películas de Amat, y si en algo coinciden ambos, es en tratar de dar a sus trabajos cierto realismo al emplear actores no profesionales, así como siempre filmar en locaciones. Además, hay a veces una clara intención de darle a las películas un cariz documental, al dejar a los actores improvisar frente a la cámara y dialogar entre ellos. No hay una intención de Escalante por construir un discurso sobre la inmigración ilegal de los mexicanos en E.U., o una especie de denuncia social sobre la complicada situación que los obliga a cruzar la frontera. A diferencia de Reygadas, Amat no se nota tan preocupado por la construcción de elaborados movimientos de cámara o demás detalles estilísticos, sino en ir más al grano y contarnos una historia interesante desde el inicio, a pesar de que con el tiempo vaya perdiendo fuerza. Su final me haya dejado, más bien, con la sensación de que la historia ha quedado incompleta y no muy bien resuelta.

Tanto en Reygadas como en Escalante, sigo pensando que su punto débil son sus guiones planos, con personajes que nos dejan de interesar hacia el final. La historia de Los Bastardos, sigue a un par de compañeros (Jesús Moisés Rodríguez y Rubén Sosa), provenientes de la ciudad de Guanajuato (lugar de residencia de Amat Escalante), quienes luego de una jornada de trabajo en Los Ángeles empiezan a rebelar un lado obscuro. Ambos están armados, y al anochecer deciden meterse a la casa de una mujer (Nina Zavarin) y su hijo adolescente (Trevor Glen Campbell). Desde el inicio sabemos que ella y el chico llevan una mala relación, distante y fría, así como que las drogas tendrán mucho que ver en lo que pasará en la casa en los próximos minutos. Es una historia sencilla, pequeña y de la cual no hay ya mucho que contar.

A lo largo de la película, no existe duda alguna de que los actores, sin previa experiencia en cine (con excepción de Nina Zavarin), lucen naturales y convincentes, en todo momento creí en su actuación y en lo que intentaban transmitir. Escalante no es un director que quiere complicarse mucho en su realización, limitando todo a planos fijos, mínimos movimientos de cámara y poco más, concentrándose más en sacar lo mejor de sus actores. Existe una tensión permanente en lo que ocurre dentro de la casa, hay una sensación constante de que algo terrible sucederá. En resumen, Amat sabe construir un gran suspenso dentro de ese lugar, no sabemos las verdaderas intenciones de Fausto y Jesús. Tampoco sabemos qué sentir verdaderamente por ellos, si comprensión por la precaria situación que los lleva al límite, o detestarlos porque tal vez no sean los chicos inocentes que uno podría haber imaginado.

Fuera de estos logros, que hablan de un realizador con mucho talento, me parece que Los Bastardos (a diferencia de Sangre, que me ha gustado un poco más) falla por un guión al que le ha faltado fuerza, resolverse mejor y, en especial, tener personajes mejor definidos y más complejos.
++ Hasta el momento, "Los Bastardos" nada más se ha exhibido en el Festival Internacional de Cinema de Catalunya (Sitges) en 2009, y no ha tenido estreno comercial en España.

martes, 30 de marzo de 2010

Y... ¿CÓMO LE PONEMOS?

"Está bien, está bien, soy mágica, pero... no se lo digas a nadie."






Esta Semana Santa de estrenos adelantados, llega a las salas la nueva versión de un clásico del cine fantástico de los años 1980, Clash of the Titans. Aunque tengo mis reservas respecto al nuevo filme, le daré el beneficio de la duda. De ver el trailer, me ha parecido como una especie de secuela de 300. Se nota que hay personajes y monstruos nuevos (unos escorpiones gigantes), mientras que el monstruo marino (diseñado en la película original por Ray Harryhausen, muy similar a su monstruo diseñado para 20 Million Miles to Earth en 1957) se ve como una cruza entre un calamar gigante y un alien. En cuanto al título se refiere, “Furia de Titanes”, siempre me ha agradado, tanto como la película original, a pesar de no ser del todo apegado al título original. Una traducción lo más cercana posible, sería algo como “Batalla de los Titanes”. Sintetizándolo un poco, sonaría mejor como “Batalla de Titanes”, una opción para título que suena igualmente atractivo. El título en español, de todas maneras, guarda mucha relación con el título original, y se antoja emocionante simplemente con leerlo y escucharlo. En México, así como en otros países de Latinoamérica, también se ha titulado "Furia de Titanes". A continuación, los títulos de la película en otros países.

Le choc des Titans - Canadá / Francia
Битва титанов – Rusia
Borba Titana - Serbia
Fúria de Titãs - Brasil
I titanomahia - Grecia
Kampf der Titanen – Alemania
Súboj Titanov - Eslovaquia
Scontro tra titani - Italia
Souboj Titánu – República Checa
Taitan no tatakai - Japón
Titaanide kokkupõrge - Estonia
Titaanien taistelu 3D - Finlandia
Titanlarin savasi - Turquía
Titanu cina - Latvia
Titanu susidurimas - Lituania

Vamos ahora con una secuela esperada, la de Nanny McPhee, una especie de Mary Poppins con un toque de humor negro, interpretada por Emma Thompson. Nanny McPhee and the Big Bang, título de la segunda parte de esta historia, se titula en España “La Niñera Mágica y el Big Bang”. Bueno, ya sabemos que a los distribuidores les da a veces cierto “temor” dejar sin cambios títulos formados nada más por el nombre del personaje principal. En este caso, el título fue cambiado desde la primera película por “La Niñera Mágica”. No es que lo justifique, pero es comprensible , ya que siempre la palabra “magia” y sus derivados venden más. Además, siempre existe el riesgo de que algunos espectadores hispanos no puedan pronunciar un apellido como McPhee. Es poco probable, pero puede suceder. Arriesgarse con un título como “La Niñera McPhee” hubiera sido demasiado para nuestros pobres distribuidores. El caso de México es similar, sólo que en el país Latinoamericano la primera película se tituló “La Nana Mágica”. En México la secuela llevará un título de lo más convencional y simple, “El Regreso de la Nana Mágica”.

Finalmente, uno de esos casos curiosos: una película alemana con título en inglés, pero que se ha quedado sin traducción en España. Sin embargo, Soul Kitchen, del realizador Fatih Akin, es también el nombre del restaurante que abre su personaje para salir de una mala racha. Aquí tenemos unos distribuidores que se la están jugando, arriesgándose, como pocos, a dejar el título original sin cambios. Esto me agrada, y mucho más que no se haya inventado un título estúpido como “Un restaurante de locura”, “Milagro en la cocina”, “El chef del Soul Kitchen”, o algo así. Esperemos que le vaya bien a esta película europea de pequeña producción, entre titanes y niñeras mágicas.

Llegamos a los títulos que han quedado bien y sin conflictos. “Remember Me”, protagonizada por ese intento de actor llamado Robert Pattinson, que no es más que un rostro y poco (o nada) más, ha quedado bien como “Recuérdame”. Fireflies in the Garden, protagonizada por Willem Dafoe y Julia Roberts, ha quedado sin problemas como “Luciérnagas en el Jardín”, mientras que Lourdes, producción austriaca, no ha tenido cambio alguno.

lunes, 29 de marzo de 2010

THE HOLIDAY * *

Kate Winslet y Jack Black en "The Holiday", irregular e inverosímil comedia romántica de Nancy Meyers.





No sé si realmente existan sitios en internet para intercambios de casas entre extraños. Lo que si sé, es que The Holiday (2006) es una irregular comedia romántica de lo más inverosímil. Kate Winslet debió haber tomado este trabajo como un descanso, luego de su gran actuación en Little Children, por la que estuvo nominada al Oscar como “Mejor Actriz” en 2006.

El caso es que la película, dirigida por Nancy Meyers, especialista en chick flicks (es decir, películas hechas para el público femenino como Something’s Gotta Give), tiene una premisa inverosímil: dos chicas treintañeras, la californiana Amanda (Cameron Diaz), editora de trailers cinematográficos (trabajo que, aparentemente, le deja lo suficiente como para tener una lujosa residencia en Beverly Hills) y con un novio infiel; y la británica Iris (Kate Winslet), redactora en un periódico y aún enamorada de un tipo también infiel, deciden intercambiar sus respectivas casas durante las vacaciones navideñas, luego de chatear algunos minutos.. Así cambiarán de aires y olvidarán sus desdichadas vidas.

La narración avanza entre las dos historias paralelas. Amanda tiene una aburrida estancia en el pueblito de Iris en la campiña británica, donde conocerá a Graham (Jude Law), hermano de Iris. La más afortunada es Iris en California, quien disfruta de una enorme residencia, agradable clima y tecnología de punta a su disposición. Aunque Meyers sabe cómo darles cierto carisma a sus personajes y hacer más o menos entretenido el filme en sus poco más de dos horas de duración, el problema es que no hay mucho que contar en ambas historias. Además, ambas tramas son terriblemente predecibles desde el inicio.

Sin embargo, el problema más grande es el guión (escrito por Meyers), que padece un desequilibro total entre las dos historias. Al final nos importa un bledo la historia de la insensible Amanda (la chica no puede llorar por nada del mundo), y su desangelada relación con Graham. La historia de Iris es la mejor y más interesante. Desde el principio sabrá adaptarse al cálido ambiente de California, entablando amistad con un anciano guionista retirado (espléndido Eli Wallach), ayudándole a que salga de su encierro y vuelva a vivir, y con un compositor de música para películas (Jack Black).

¿Hubiera quedado la película mucho mejor nada más con la trama de Iris? Sin duda. La historia de Iris hubiera podido explotarse más. Incluso, ambas tramas tienen problemas para seguirse al haber quedado entrelazadas. Por ejemplo, en un momento estamos viendo a Amanda en el aeropuerto de regreso a California, y dos segundos después está de nuevo paseándose en la casa de Iris en Inglaterra. Y todavía hay más problemas para seguir creyendo en lo que vemos. ¿De dónde saca Amanda un auto tan lujoso para que la lleve y traiga en un tranquilo pueblito?

Por encima de sus penosos errores, al final The Holiday tiene un algo sentimental y meloso irresistible, que hizo que acabara sosteniéndose muy a mi pesar.

++Resulta difícil creerlo, pero existe una edición para coleccionistas con estuche metálico. Lo gracioso, es que no tiene algún extra digno de mención.

domingo, 28 de marzo de 2010

"HAMLET" VÍA SATÉLITE DESDE EL MET DE NUEVA YORK.

Simon Keenlyside, considerado el "Ralph Fiennes de los barítonos", interpreta a Hamlet en la ópera homónima escrita por Ambroise Thomas.



Recientemente, tuve la oportunidad de ver por primera vez una opera transmitida vía satélite desde el Metropolitan Opera House de Nueva York (o Met, como es conocido popularmente). El evento tuvo lugar en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, y la experiencia va más allá de ser algo como ver "opera en cine", en una pantalla gigante. En sí lo es, pero lo novedoso es que se hace con la más alta tecnología en alta definición en audio y vídeo. Así, se aprecian antes imágenes, en tiempo real, de los asistentes al Met, mientras que en el intermedio se realizan entrevistas con los agitados cantantes, antes de ir a sus camerinos a cambiarse de vestuario. Lo atractivo es que, por un módico precio, uno está presenciando un espectáculo teatral que tiene lugar en otro país, una experiencia lo más cercana posible a estar realmente en el Met. Si hay algo extraño, es que si uno siente el impulso de aplaudir, los artistas no podrán escuchar los aplausos. Pero uno aplaude, instintivamente, sin que importe mucho que se haga frente a imágenes proyectadas en una pantalla.

La opera presentada fue "Hamlet", del compositor francés Charles Louis Ambroise Thomas (con libreto de Michel Carré y Jules Barbier), estrenada en París en 1868. Para mi gusto, una versión demasiado romántica y edulcorada de la obra teatral de Shakespeare. Existen ciertos cambios a la historia original, pero está apegada a su espíritu trágico. Aunque tengo mis operas favoritas, disto mucho de ser especialista en la materia, pero puedo decir que la música de "Hamlet" me ha parecido buena sin llegar a lo extraordinario. El vestuario es aceptable, con escenarios minimalistas y un reparto vocal destacable. Lo que más me ha llamado la atención, es descubrir que el británico Simon Keenlyside, el barítono que interpreta a Hamlet, es considerado por la crítica como "el Ralph Fiennes de los barítonos". La comparación me ha sonado interesante al principio, aunque después fue tornándose graciosa. ¿Qué puede significar realmente algo así? ¿Que si Ralph Fiennes cantara opera sonaría como Kennlyside? ¿Que si Keenlyside fuera actor de cine sería algo cercano a Fiennes? ¿Una combinación de ambas?

Cómo sea, ¿usted qué opina al respecto? ¿Ha presenciado un espectaculo así vía satélite?

Para saber más sobre el Met y sus espectáculos visite la página oficial.

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