viernes, 16 de agosto de 2013

THE CONJURING * * * * 1/2

HORROR HIPNÓTICO. Vera Farmiga

The Conjuring es una película de terror efectiva en casi todos los sentidos, a pesar de tener uno que otro cliché en el camino. James Wan, su director (originario de Malasia), se basa en simples trucos de la vieja escuela, proporcionando al espectador muchos sustos y sobresaltos en su asiento. Wan ya  tiene experiencia en el género, dirigiendo Saw (2004) e Insidious. En The Conjuring demuestra destreza, así como una gran capacidad artesanal, asustando y sorprendiendo en los momentos menos esperados. 

La película parece una cruza entre Paranormal Activity y Poltergeist (de esta última sigue una narración casi idéntica, con todo y niñas aterradas por fenómenos paranormales); un poco de Evil Dead (el sótano donde ocurrió, años atrás, algo macabro). Además, hay una muñeca que parece la novia de Chucky, mientras que el ropero del cuarto de las niñas (¡la familia protagónica tiene cinco hijas!) me recordó al de The Chronicles of Narnia (en un par de escenas, una de las niñas parece haber sido engullida por el ropero hacia otra dimensión). A la ecuación se agregan elementos de cualquier película sobre exorcismos.

El director sabe construir un gran suspenso desde el inicio. La historia está basada en un caso real, documentado por dos reconocidos "cazafantasmas", Ed y Lorraine Warren, interpretados por Patrick Wilson y Vera Farmiga. Esta última sobresale como una psíquica, atormentada por un terrible exorcismo que la dejó marcada para siempre. Los Warren se especializan en "limpiar casas" de demonios, fantasmas, y otras energías obscuras, eso cuando no se encuentran dando conferencias universitarias sobre exorcismos y posesiones diabólicas. Su mejor caso llega con la familia Perron (Lili Taylor y Ron Livingston encarnan a los padres de familia), quienes, buscando un pacífico lugar donde vivir alejados de la ciudad, se encuentran con que su nueva casa está poseída por una descomunal fuerza diabólica, que simplemente los quiere echar de ahí. 

Son los inicios de los 1970. En los muy originales créditos finales, vemos fragmentos de artículos de periódicos de la época, con fotografías de los personajes verdaderos, para dar cuenta de la veracidad del caso. Muy pronto, los Warren se darán cuenta que lidiarán con un caso en donde brujería, un asesinato, y un suicidio, están involucrados. Para hacer más interesante el asunto, a nuestros "cazafantasmas" se les da un trasfondo dramático interesante. Ambos tienen una sola hija, aspiran a una vida más tranquila, y con tener más hijos. Para un matrimonio como el de los Warren, con Ed como la mente científica, y Lorraine con poderes psíquicos, dicho panorama parece muy lejos de ser alcanzado. "Uno se lleva consigo parte de las energías obscuras, quieras o no", dice Ed, refiriéndose a las visiones y al contacto que su esposa, inevitablemente, tiene que establecer con fuerzas desconocidas durante su trabajo. 

A pesar de que encontré un poco distractor el asunto de la muñeca, y sin mucho que ver con la historia principal (¿Se estará guardando para una secuela?), The Conjuring, en general, es una película de espantos notable. El exorcismo final es simplemente espeluznante. Si bien todo el reparto ofrece buenas actuaciones, son el par de actrices protagónicas las que se llevan la película. Junto a Vera Farmiga, Lily Taylor está maravillosa en su papel de madre estoica, guardando sus propios tormentos para sí misma. Taylor resulta conmovedora hasta en los instantes más demoniacos. 

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