jueves, 29 de noviembre de 2012

PERCY JACKSON & THE OLYMPIANS: THE LIGHTNING THIEF * *

FURIA DE INFANTES. Logan Lerman como Perseo "Percy" Jackson.

El título de esta película podrá llamar mucho la atención y ser muy llamativo, al estilo de los títulos de las películas de Harry Potter, pero los resultados están lejos de ser prometedores. Se necesita más que un buen título para que una película funcione, mínimamente, como entretenimiento familiar de fin de semana. El gran problema de Percy Jackson & the Olympians: The Lightning Thief (2010) es que, en corto, no es más que un Clash of the Titans para niños abajo de los 15 años. Es decir, la idea de la novela (escrita por Rick Riordan) en la que está basada la película, es presentar versiones jóvenes de semidioses e instalarlos en un contexto moderno. En la película, al menos, dicha idea no funcionó mucho para mí.

Los primeros minutos son interesante, a pesar de parecer el inicio de cualquier película promedio de superhéroes. Percy Jackson (Logan Lerman) es un chico tranquilo, con un sólo amigo (Brandon T. Jackson) y que vive en un núcleo familiar conflictivo. Su madre (Catherine Keener) vive con un hombre aficionado a la cerveza (Joe Pantoliano), con el que el chico no lleva una relación muy amistosa. Percy ha crecido sin saber nada de su verdadero padre, y sin una razón aparente, siente una atracción-fascinación por el agua. Puede aguantar la respiración debajo de una alberca por mucho tiempo y, ocasionalmente, leer griego. 

Muchas de las preguntas de Percy se irán respondiendo luego de una visita al museo, en donde un extraño guía en silla de ruedas y con facha de ermitaño (Pierce Brosnan), le revelará quién es  realmente y su verdadero destino, así como el por qué un demonio lo ha acusado de ser el "ladrón del rayo".

Durante la primera parte parece que estamos en la mágica tierra de Narnia, justo cuando Percy viaje al mundo de los dioses y se enteré de que es Perseo, hijo de Poseidón (Kevin McKidd). Sin embargo, este universo está años luz de ser lo suficientemente mágico, fantástico y/o maravilloso como debiera. Hay un fauno, algunos centauros esparcidos por ahí, pareciendo el lugar más un campamento de verano para los hijos del Olimpo que otra cosa. 

Percy conocerá a una bella chica, Annabeth (Alexandra Daddario), nada menos que la hija de Afrodita, y a Luke (Jake Abel), primogénito de Hermes. Por cierto, este último posee un gadget como sacado de un comercial de tenis Converse: unos tenis con alitas. Cuando la mamá de Percy, humana y mortal, sea secuestrada por el infernal Ades (Steve Coogan, con look heavy metal que parece una mezcla de Tom Waits y Keith Richards), Percy se embarcará en una "titánica" aventura para rescatarla y, de paso, tratar de encontrar al verdadero ladrón del rayo. El rayo ha sido robado de las poderosas manos de Zeus (Sean Bean), sin mayores explicaciones o detalles de por medio al respecto. 

La película es dirigida por Chris Columbus, responsable de las dos primeras películas de Harry Potter. A pesar de dicho antecedente, aquí no hay tanta magia de por medio; ni escenarios o personajes lo suficientemente interesantes. Me parece que el mayor problema ha sido el material literario que Columbus tuvo a su disposición. Por ejemplo, el episodio de Medusa (Uma Thurman, con la cabeza cubierta de serpientes digitales) no podría ser más malo. Para poder vencerla, Percy se vale --- ¡de un IPhone! Luego, la película parece empezar a respirar un poco cuando nuestro grupo de jóvenes semidioses tiene que enfrentarse con una Hidra, para luego ir para abajo de nuevo. Cuando finalmente se encuentren con Hades, donde todo hubiera podido tener un tono de comedia, más paródico, todo es de lo más anticlimático.

Desafortunadamente, la película se queda en unos niveles ligeramente arriba de lo televisivo. Hay poco o nada para un público más adulto. Sin efectos especiales notables, ni una producción atractiva, dudo mucho que esta franquicia pase de las dos películas (ya se prepara la secuela para el 2013).

martes, 27 de noviembre de 2012

JENNIFER'S BODY * *

Me fue difícil creer que la autora de un buen filme como Juno (2007) fuera responsable de haber escrito una película de más bajos estándares como Jennifer's Body (2009). Con todo y haber ganado el Oscar por Juno, la atractiva guionista apostó en esta ocasión por el terror adolescente serie B, con una historia sobre una apocada y tímida chica nerd y su bella amiga porrista. Una muy improbable y extraña combinación, lo sé. Ambas son interpretadas, respectivamente, por Amanda Seyfried y Megan Fox. La película abre con Needy (Seyfried), la tímida, encerrada en prisión, para luego ser confinada al aislamiento. Luce mentalmente afectada, traumatizada, y en su narración nos llevará hacia un largo flashback, para así enterarnos de cómo ha sido que llegó ahí.

Amigas desde la infancia, Needy y su más liberal amiga, la Jennifer del título (Fox), asisten a un concierto de rock en un pequeño bar. El lugar es consumido por un incendio, y Jenny decide irse a divertir con los músicos. Más tarde, Jennifer experimenta cambios, diabólicos y paranormales. Poseída por alguna fuerza demoniaca (vomita sangre, su rostro se transforma monstruosamente, tiene una fuerza y habilidades descomunales), Jennifer empieza una sangrienta serie de homicidios, matando a todos los chicos de su escuela. Como si fuera una viuda negra, Jenny, luego de seducirlos y arrastrarlos con sus encantos, mata sangrientamente a los desprevenidos jóvenes. Quién puede culparlos; vamos, es Megan Fox.

Megan Fox nunca ha exhibido notables talentos histriónicos. Su misión siempre es ser el atractivo visual de una película,. Sin embargo, aquí tiene un reto, actuar. El demostrar que no es nada más un cuerpo y cara bonita, sino intentar reflejar una cualidad vampírica, depredadora y mutante. Su Jennifer no es una gran creación como personaje, y Megan Fox se queda a medio camino en su trabajo de chica demoniaca, fuera de lo que pueda ayudarle el maquillaje. Tal vez no sea del todo su culpa, sino también de Karyn Kusama (Aeon Flux), la directora, tratando de hacer una película de terror mínimamente visible.

Si algo me gustó de la actuación de Megan Fox, fueron sus one-liners; esa actitud cool y su capacidad para cierto sentido del humor. La vía para ese humor es Needy, en quien Jennifer descarga, ocasionalmente, su sarcástico humor. Fuera de eso, no hay que confundirse, la película es bastante mala. No hay horror gore que funcione ni suspenso; así como tampoco un buen trabajo de maquillaje o una historia inquietante que me haya enganchado. Sabemos cómo termina todo y el final es, en general, desalentador. Siempre esperamos que en esta clase de películas haya un héroe o, en este caso, heroína. No tenemos nada de eso. Diablo Cody, simplemente, no tiene mucha madera para concebir esta clase de historias, y el resultado no es más que un subproducto genérico, olividable y en definitiva desechable.

OUCH! SE ME OLVIDÓ EL CIGARRO. Megan Fox es la diabólica Jennifer.

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