jueves, 22 de septiembre de 2016

SUICIDE SQUAD * *

¿Y EL GUASÓN? Margot Robbie, Will Smith, y compañía.
¿Por qué nos queda la sensación de que nos han timado luego de ver Suicide Squad? El gran pretexto -o más bien, el motivo principal- para ver la película, era que nos iba a traer un nuevo Joker. Encarnado por el oscareado y talentoso Jared Leto, cuyo retrato caracterizado como el villano-payaso en una electrizante, tentadora, e irresistible nueva imagen, se hizo viral -y provocadora- en cuestión de minutos. Sin embargo, y por esas ironías cinéfilas del destino, resultó ser la principal decepción. El nuevo "Guasón" aparece en poco menos de la mitad de la película, y no fue el espectacular acontecimiento del año como se predecía. No podía haber mayor crimen en una película protagonizada por el archivillano, que el hecho de dejarte indiferente, sin inmutarte emocionalmente, y sin una pizca de memorabilidad. 

Dicen las malas lenguas que, con la furia de Leto de por medio, muchas de sus escenas quedaron en el suelo del cuarto de edición. Quizás Suicide Squad hubiera sido una película diferente, posiblemente mejor, que la desechable película de acción que acabó poblando los cines.  Desperdicia  en el camino un buen reparto, que incluye además de Jared Leto, a Will Smith, Viola Davis, y una Margot Robbie que acaba robándole sin querer todo el show a Leto. Como Harley Quinn, nada menos que el interés romántico del Joker, Robbie derrocha encanto, carisma, humor, y energía de sobra. Desafortunadamente, no es suficiente, ya que todo el numero se sostiene temblorosa e inestablemente. A Squad le ha pasado lo mismo que a Batman v Superman (no arruino el asunto si menciono que Batman, o "Batfleck", tiene algo parecido a un cameo extendido, con algunas escenitas  que parecen levantar la película por algunos minutos), ya que se siente como un simple preámbulo para los filmes venideros basados en los superhéroes de la DC cómics.

No es que David Ayer (Fury) no ofrezca un poco de entretenimiento, con simples dosis de acción. Sin embargo, estando bajo las órdenes de Zack Snyder (quien funge como productor ejecutivo), no sabe cómo hacer en verdad trascendente y cinematográficamente visible una idea interesante: reclutar a  villanos, las némesis de otros superhéroes, para combatir a una bruja. El problema, es que dicha villana, de nombre Enchantress (Cara Delevingne), no se siente ni muy amenazante, ni muy malvada, ni nada por el estilo. Ayer tampoco tiene algo interesante qué contar, una historia que te enganche. No quiero sonar muy injusto. Debo admitir que la subtrama de Will Smith como Deadshot, mantuvo mi atención por un rato. Deadshot, junto a Harley Quinn, hacen un buen trabajo sosteniendo algo cercano a un espectáculo circense, aunque sin mucha coherencia narrativa, con escenas de acción pasables, pero sin ser extraordinarias, efectos especiales promedio, pero sin ser impresionantes. 

Diablo (Jay Hernández), Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje), y Boomerang (Jai Courtney), quienes completan la banda de malos, en grupo forman una imagen digna de mirarse.  Cada uno tiene una historia detrás, cuentas que saldar con su pasado criminal. Lástima que el Joker, como personaje, no tiene la profundidad, ni complejidad, ni obscuridad que supieron darle Jack Nicholson, o Heath Ledger en el pasado. La aportación de esta nueva versión se reduce a un nuevo look, que está entre lo extravagante, y lo verdaderamente bizarro, con una dentadura postiza de plata cortesía de Batman (se dice que este último le tumbó los dientes durante una pelea, en represalía por haber asesinado a Robin), y una risa que no te hace vibrar como debiera. Por supuesto, todos queremos mucho más que eso en una película protagonizada por el Guasón.

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