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miércoles, 11 de mayo de 2022

SIN SEÑAS PARTICULARES

Mercedes Hernández como una madre en búsqueda de su hijo.


Junto a Noche de Fuego, Sin Señas Particulares era otra fuerte candidata a participar, por parte de México, en las nominaciones al Oscar para "Mejor Película Extranjera". En contraste, Sin Señas Particulares, dirigida por Fernanda Valadez, es un filme de un tono más tranquilo, cuya fuerza reside más en las imágenes que en las palabras. Sus diálogos son más dosificados, sus personajes más reducidos en número, y su historia, aunque más sencilla, no por ello es menos poderosa. La película de Valadez trata un tema social distinto, pero igual de contundente, la migración forzada a E.U., en donde algunas personas llegan a su destino, y otras no. La historia está dedicada a estas últimas. Lo más interesante del filme, es que desde su primer acto, ya tenemos tensión en ebullición, con los angustiantes minutos en que una madre, Magdalena (Mercedes Hernández, bastante bien), tiene que identificar en la morgue el que podría ser el cuerpo de su hijo. Tiempo atrás, vemos cómo su hijo decide irse a Oregon, en E.U., en una escena de una sensación onírica, como si Mercedes lo estuviera soñando o explorando en su memoria. Sin embargo, el chico al parecer no llegó al otro lado de la frontera, y ha estado desaparecido desde entonces. Luego de examinar el cuerpo, empieza para Mercedes un proceso burocrático, enfrentando un dilema complicado, aceptar o no que ese cuerpo, "sin señas particulares", es el de su hijo desaparecido. "No deje que la fuercen a decir que ése es su hijo, y que dejen de buscarlo", le aconseja una mujer en las mismas circunstancias. El decir que no, sin estar plenamente segura, significaría que se lleven el cuerpo a una fosa común como no identificado. Mercedes decide que el cuerpo no es el de su hijo, confiando en una corazonada de que aquel sigue vivo, para luego emprender una aventura sumamente complicada y buscarlo por su cuenta. Como decía, sin necesidad de muchos diálogos, el filme consigue transmitir la esperanza inquebrantable de la madre protagonista, la cual sabe de alguna forma que el chico sigue vivo en algún lado. Mercedes parte desde Guanajuato, y decide llegar hasta el norte y averiguar cuál fue el destino de su hijo, qué fue de él, y en dónde se encuentra. Si bien durante el duro viaje que Mercedes emprende nosotros decimos "Si su hijo estuviera vivo, ya hubiera recibido noticias de él, una llamada, o una carta". Pero es tal la empatía que la historia consigue construir, debido a la gran humildad y vulnerabilidad del personaje, que terminamos igualmente esperanzados como ella, por encima de toda duda. Esperanza que no cae, a pesar de escuchar el testimonio de un anciano en dialecto indígena, testigo de lo que pasó dentro del camión en donde el chico viajaba, y que concluye diciendo "el diablo está detrás de todo esto". Y al llegar al tercer acto, en esa secuencia obscura dentro de un maizal, en donde no vemos casi nada, ni rostros visibles, sólo gritos y profanaciones de fondo, nos cae de golpe contundente una vuelta de tuerca sorpresiva. De las mejores películas mexicanas del año pasado. ⭐️⭐️⭐️1/2 En #PrimeVideo y a la renta.

miércoles, 27 de octubre de 2021

JOAN OF ARC

Lise Leplat Prudhomme, la nueva -y muy joven- Juana de Arco
 

Cuando vi está película en alguna lista de "Las peores películas del 2020", no podía creer que un filme sobre Juana de Arco pudiera estar entre las numeradas. Y menos uno dirigido por Bruno Dumont. Por ello, decidí aventurarme y echarle un vistazo. Con una duración de 2 horas y 17 minutos, el caso es que, después de 30 minutos, empecé a comprobar el por qué Jeanne (su título original en francés) figuraba en la lista de lo peor. Para empezar, la elección de Lise Leplat Prudhomme para interpretar a Juana de Arco, quien tiene un rostro angelical pero que luce demasiado joven para el papel. No te la imaginas en un campo de batalla, sosteniendo una espada o aguantando una armadura. Pero ¿cuál batalla? El filme no tiene una sola escena de batalla. La única escena que pretende representar una pelea entre los franceses y los ingleses invasores, es una coreografía de soldados a caballo, tratando de emular las coreografias de Busby Berkeley de la época de oro de Hollywood, en perfecta y sincronizada armonía. Resulta interesante, pero no es lo que quieres ver en un filme sobre Juana de Arco, quien admitía escuchar voces que le ordenaban pelear por la libertad de Francia, en 1425. 
 
El filme es la adaptación de una ópera rock, titulada, precisamente, Jeanette, de ahí que el filme resulte demasiado teatral, tendiente a la inacción, y que hacia la mitad, justo cuando empieza el juicio contra Juana (filmado en la Catedral de Amiens, la cual luce en todo su esplendor), resulta excesivamente dialogado y largo. Ni como musical termina siendo rescatable la película, ya que tiene dos o tres canciones nada más, y no muy memorables. Al final, Jeanne termina siendo una película algo tediosa, con actuaciones buenas pero sin llegar a lo notable, y que a pesar de tener todas las intenciones de darle un giro diferente a la historia, me acabó aburriendo. Prefiero mil veces la versión silente de 1928, o la de 1948, con Ingrid Bergman. Incluso, la de Luc Besson, con Milla Jovovich, me gustó más. ⭐⭐ 
-Disponible en #MUBI

jueves, 29 de octubre de 2020

THE TRIAL OF THE CHICAGO 7


¿Podrán manejar la verdad?

No hay cinéfilo en este mundo que no recuerde la frase "You can't handle the truth!" dicha por Jack Nicholson en "A Few Good Men", sentado en la silla de testigos, con traje militar, y respondiendo la demanda de Tom Cruise de "¡Querer la verdad!". Tales líneas fueron escritas por Aaron Sorkin, director ahora de The Trial of the Chicago 7, la cual, por supuesto, también escribe. Aunque el filme no tiene uno de esos momentos poderosos descritos con anterioridad, sí contiene sus buenas dosis de emoción, fuerza propia, y que no tiene un sólo momento flojo durante el juicio que da título al filme.

La película cuenta el juicio al que fueron sometidas 7 personas, acusadas de varios cargos cometidos durante una protesta, llevada a cabo frente a la Convención Nacional Demócrata, en Chicago, 1968. La protesta era en contra de la Guerra de Vietnam, y los cargos más serios, irónicamente, fueron el haber incitado a la violencia durante la protesta.
Lo interesante del caso, es lo heterogéneo del grupo de acusados, quienes pertenecían a diferentes facciones. Tom Hayden (Eddie Redmayne, con un excelente acento norteamericano) y su amigo, Rennie Davis (Alex Sharp), miembros de un comité estudiantil, el primero una eminencia en materia de estudios sobre política; David Dellinger (John Carroll Lynch), un padre de familia con ideas pacifistas y de la no violencia, con un hijo peleando en Vietnam. Luego, Abbie Hofman (Sacha Baron Cohen, igualmente, con buen acento americano) y Jerry Rubin (Jeremy Strong), un par de hippies, quienes, puede decirse, empezaron todo como un concierto al aire libre, con un espacio para coches y, según ellos, "fornicar libremente". Bobby Seale (Yahya Abdul-Mateen II), un miembro de los "panteras negras", quien será por un rato el centro de atención durante el juicio, debido a no tener un abogado que lo represente. Otros dos acusados fueron Lee Weiner (Noah Robbins) y John Froines (Danny Flaherty).
Decía que Bobby Seale es el centro de atención durante la mitad del filme, ya que será en buena medida el responsable de ir desenmascarando la parcialidad del juez, Julius Hoffman (Frank Langella, genial). Ambos sostienen constantes enfrentamientos, debido a los incontables desacatos de Seale al interrumpir el juicio, demandando poder defenderse por su cuenta, derecho que nunca se le concede. Esto es lo que empieza a dar cuerpo al juicio, lo que empieza a encenderlo, y darle fuerza, el cual, veremos más adelante, está manchado de tintes políticos, además de discriminación racial.
Justo cuando las cosas se van calentando en la corte, y que nos hace ver que será todo menos un juicio silencioso, están otros dos personajes que pondrán a prueba la paciencia del juez. Abbie Hoffman, todo un personaje del cual no podremos despegar el ojo, quien amenaza con volver el juicio en algo cercano a un circo, con sus burlas y chistes; y con él, William Kunstler (Mark Rylance, otro británico luciendo acento americano), abogado de Tom Hayden. Con el paso de los días (el juicio durará más de un mes), Kunstler desarrolla una actitud desafiante hacia el juez, acumulando cargos por desacato, justo cuando se de cuenta que, además de tener a un juez tendencioso, hay irregularidades, obstáculos, y barreras que harán su defensa casi imposible.
The Trial of the Chicago 7 es un filme complejo de describir. Si bien se desarrolla mayormente en la corte, conforme el juicio avanza veremos cómo se desarrollaron los hechos aquel día, en forma de flashbacks. Joseph Gordon-Levitt interpreta al fiscal Richard Schultz, en una actuación que es toda serenidad y contención en contraste, cuyo trabajo será probar que la violencia fue provocada por los 7 acusados. No lo tendrá muy fácil. Afuera el ambiente político no ayuda mucho, con Nixon empezando a gobernar en la presidencia, la Guerra en efervescencia, el asesinato de líderes como Martin Luther King, etc.
Sorkin consigue una película de juicios y cortes tremendamente entretenida, en el sentido de que el juicio nunca deja de ser interesante. Nuevos detalles irán surgiendo, puntos de vista se confrontan, salen revelaciones, como el hecho de que no todos tenían en mente una protesta pacífica como se tenía planeado, sino una excusa para empezar un enfrentamiento con la policía; o también, que la policía terminó haciendo un uso excesivo de la fuerza y teniendo una respuesta violenta.
Ningún miembro del reparto tiene desperdicio, ofreciendo actuaciones magníficas. Cada personaje termina siendo en sí una parte simbólica de todo el caso, con algo qué decir y demostrar de todo el asunto. Es posible que Sorkin no se haya podido resistir a dramatizar un poco el juicio. Dentro del espacio en donde se lleva a cabo, termina habiendo una micro guerra de ideologías, formas de pensar, de derechos, y defensa de libertades. Recomendable. Disponible en Netflix.
⭐️⭐️⭐️⭐️

lunes, 26 de octubre de 2020

CHEMICAL HEARTS

¿HABRÁ QUÍMICA?           Austin Abrams y Lili Reinhart
 Aunque Chemical Hearts no me deparó muchas sorpresas, sí aprendí algo: que la sensación de corazón roto se debe a una reacción química en el cerebro. Tal es la explicación que Grace (Lili Reinhart, de "Hustlers") recibe por parte de su hermana (Sarah Jones). Ambas están tratando de superar sus propios traumas, pérdidas, y tristezas, pero pronto sabremos que es Grace quien se encuentra atrapada en un torbellino emocional, que la hunde cada vez más en una profunda depresión.

Segundo largometraje del actor y guionista Richard Tanne, Chemical Hearts (producción de Amazon Studios), es una pequeña historia de amor, que a pesar de los obscuros territorios emocionales en los que se mueve, consigue tener alma y corazón, y en donde la lección que se aprende es que siempre puede haber una luz al final del túnel. En el turbulento camino de Grace se cruza -¿o será al revés?- Henry (Austin Abrams, de "Scary Stories to Tell in the Dark"), un chico tranquilo y algo introvertido, cuya gran pasión (además de un pasatiempo japonés que consiste en destruir vasijas para luego reconstruirlas) es escribir. Sus destinos coincidirán justo cuando ambos entren a trabajar en el diario escolar, donde la ilusión de Henry de convertirse en editor en jefe se verá hecha realidad.
Lo que termina atrapando el interés y atención de Henry, será ver que Grace se encuentra leyendo "100 Sonetos de Amor y una Canción Desesperada", de Pablo Neruda, quedando prendado, casi hechizado, por la chica. Sin embargo, Grace probará ser un hueso duro de roer, debido a que no se mostrará muy abierta a socializar, ni al obvio interés de Henry en ella, mostrándose poco amigable y con evidente amargura. Escrita por el mismo Tanne, adaptando la novela "Our Chemical Hearts", de Krystal Sutherland, el encanto principal del filme estará en la verdadera perseverancia de Henry por conseguir, ya no se diga el amor de Grace, sino una mínima atención de su parte. Antes de que el guión caiga en monótonas caminatas de Henry junto a Grace, quien usa bastón debido a una lesión en la pierna, la perseverancia de aquel empezará a rendir frutos, cuando el corazón de ella empiece a ablandarse.
Chemical Hearts es, en esencia, la tradicional historia romántica sobre las obsesiones del amor, pero también sobre lo duro que es superar pérdidas. El mayor mérito de Tanne, es el buen retrato que hace sobre la depresión. El panorama pinta desolador para Grace, justo cuando nos enteremos de cuál es la causa que la tiene en este laberinto emocional sin salida. En ese sentido, la actuación de Lili Reinhart es fantástica, reflejando los altibajos emocionales de Grace de manera excelente. Hay lineas muy rescatables, por ejemplo, la primera vez que duermen juntos después de una fiesta, cuando ella, vulnerable, le dice "no trates de ser bueno, sólo necesito que estés conmigo". Austin Abrams también consigue una buena actuación como el romántico Henry, natural y sin caer en sobre actuaciones innecesarias.
Sin ser nada extraordinaria, Chemical Hearts se queda a un paso de ser uno de esos muy buenos filmes de romances juveniles, de los que logran arrancarte algunas lágrimas (como "Bajo la Misma Estrella"). Su guión no tiene mucho de esa ambición, de esa capacidad de afectarte emocionalmente y provocarte un nudo en la garganta. Su final es optimista y feliz, pero quizás a su historia le faltó un poco más de calor. Le hubiera venido bien al filme no ser tan frío, pero no hay duda de que al final los protagonistas se quedan contigo --- y tal vez te hagan ir a leer los poemas de Neruda.
Disponible en Amazon Prime Video
⭐️⭐️⭐️

jueves, 27 de agosto de 2020

HVÍTUR, HVÍTUR DAGUR

 


Ída Mekkín Hlynsdóttir e Ingvar Sigurdsson

Al inicio de A White, White Day (Hvítur, hvítur dagur), seguimos a un auto por una carretera cubierta de neblina. La sensación de un peligro inminente nos empieza a invadir, y no es revelar mucho el comentar que dicho auto se accidentará (ocurre en los primeros dos minutos), saliéndose del camino. Lo único que escuchamos es el ruido que el auto hace al caer. Más adelante, esta película, dirigida por el joven realizador islandés Hlynur Palmason, demandará una considerable paciencia del espectador. Durante cerca de una hora, no sabemos a ciencia cierta de qué trata realmente este filme, cuya historia tarda mucho en despegar. 

El escenario es un pequeño pueblo, en donde el protagonista, un avejentado ex policía, Ingimundur (Ingvar Sigurdsson), ronda por su casa a medio construir. El mismo Ingimundur se encuentra construyendo la casa, a la que le faltan varias ventanas (con espacios cubiertos por plásticos), y con algunos caballos rondando por el lugar. Ingimundur se encuentra tomando terapia psicológica, y el resto de su tiempo libre lo pasa con su nieta, Salka (Ída Mekkín Hlynsdóttir), yendo a pescar salmón, o jugando en la casa. Concluir -o entender- lo antes descrito lleva algo de tiempo; el ir uniendo los puntos de su desarrollo; ir tejiendo los hilos de las relaciones de sus personajes, debido a la falta de detalles e información suficientes en un guión en extremo simple (escrito por el mismo Palmason). Cuando nos acercamos a la mitad, la historia finalmente toma vuelo, justo cuando Ingimundur descubra, entre las cosas guardadas de su esposa fallecida, que ésta le era infiel. 

El problema de la película, es que Palmason nos deja andar demasiado con los ojos vendados respecto a saber qué es lo que está pasando en el filme. A White, White Day termina siendo un filme sobre un hombre batallando con la ira, la soledad, y la tristeza, así como con la carga emocional causada por la pérdida de su esposa. Es hasta el tercer acto cuando la historia verdaderamente resulta interesante, como una bomba de tiempo esperando demasiado para estallar. Fríos paisajes islandeses, cubiertos de neblina, sirven como telón de fondo para la historia, en una película con la que cuesta trabajo conectar. Lo rescatable del filme termina siendo, además de la muy buena actuación de Ingvar Sigurdsson, la relación abuelo-nieta, la cual le da algo de calidez a la historia, así como el intento de Palmason por hacer un melodrama policiaco visualmente diferente, rompiendo ocasionalmente con la narración lineal convencional.
⭐️⭐️1/2

sábado, 6 de junio de 2020

NO ONE LEFT BEHIND


Danny Huston

Este corto, dirigido por el guionista y también novelista, Guillermo Arriaga (recientemente ganador del premio Alfaguara de novela), sigue dejando patente su inquietud por el tema de la muerte, y el cómo toca la mente y el alma de los personajes que pueblan sus historias (tal y como pudo verse en The Burning Plane, su primer largo, o en su guión para Los Tres Entierros de Melquiades Estrada). No One Left Behind es otra muestra de ello, una historia que, de paso, toca otros temas, como la inmigración, el heroísmo, y la lealtad.
Danny Huston interpreta a un teniente estadounidense, el cual, con un pequeño grupo de soldados, viaja a México para asistir al funeral y entierro de un joven soldado mexicano, quien se quitó la vida víctima de estrés postraumático. El teniente desea rendir honores al soldado, con una petición "especial" para la familia, lo que amenaza con crear conflicto y enfrentamiento entre ambas partes.
Al final, el corto de Arriaga termina siendo un sencillo, conmovedor, y emotivo relato que te sorprende desde los primeros minutos con su muy original premisa, que no pretende tener una respuesta definitiva y contundente al dilema que plantea: ¿en dónde debe ser realmente el lugar de descanso final de un hombre como el soldado fallecido: dónde nació, o donde sirve como militar y héroe de guerra?
⭐️⭐️⭐️ 1/2

jueves, 7 de mayo de 2020

THE LAST THING HE WANTED

Y CON UNA SOLA COSA TUVO.           Anne Hathaway
La actuación de Anne Hathaway en The Last Thing He Wanted es, por mucho, lo mejor de un filme al que no le ha ido bien con la crítica en general. En ese sentido, tal vez me encuentre solo al pensar que, después de haber visto el filme un par de veces, no me pareció el desastre que muchos críticos opinan. No recuerdo cuándo fue la última vez que ví a Anne Hathaway darle a un personaje la carga dramática e intensidad con la que dota a su personaje de periodista, celosa de su trabajo y por encontrar la verdad a cómo de lugar.
Dirigida por Dee Rees, tenemos en The Last Thing... otro de esos personajes femeninos fuertes emocionalmente que, como lo demostró desde su primer filme, Pariah, gusta de poner en el centro de sus películas. Anne Hathaway es Elena McMahon, una periodista que trabaja para el Washington Post cubriendo la revolución Sandinista en Nicaragua, a principios de los 1980. Sin embargo, la represión del régimen la obliga a regresar a los E.U., en donde se da a la tarea de seguir cubriendo la guerra, tratando de descubrir el papel del gobierno estadounidense y su intervención en dicho conflicto, a pesar de las presiones de su editor en jefe para mejor cubrir la campaña de Ronald Reagan.
Divorciada, sobreviviente de un cáncer de seno, y con su hija viviendo lejos en California, Elena tendrá la oportunidad de seguir cubriendo el caso por su cuenta. Su papá (Willem Dafoe, como siempre, magnífico), quien jamás le ha dicho a Elena a lo que realmente se dedica ("estoy en el negocio de la 'importación-exportación' ", le dice), le pide de favor que supervise el transporte de un cargamento "misterioso", el cual tiene que llegar a Costa Rica. Suena fácil, pero, como siempre sucede en estos casos, el ímpetu periodístico de Elena llevará a que todo se complique, y terminar atrapada en Centroamérica.
Si hay un problema en el filme, basado en la novela homónima de Joan Didion (quien también participa como guionista), es que hay momentos en que la trama es difícil de seguir, debido a la falta de cierta coherencia narrativa. La aventura de Elena en Costa Rica se empieza a poner peligrosa, y al mismo tiempo, enredosa. En su camino, terminan cruzándose demasiados personajes, como un hombre que conoce en la pista clandestina en donde aterriza, con intenciones sospechosas y no muy claras (Eda Gathegi); luego, un funcionario del gobierno estadounidense, Treat Morrison (Ben Affleck), quien tal vez pueda ayudarla a salir del país; o el propietario de un pequeño hotel (Toby Jones), en donde nuestra periodista intenta refugiarse de personas que ahora la quieren muerta.
Al final, The Last Thing... es la clásica historia de "la periodista que sabía demasiado". Llega un momento en que el buen suspenso que Dee Rees construye al inicio se pierde, cuando la aventura de Elena se ponga algo confusa, y ya no sabemos claramente en qué país o territorio se encuentra, o a dónde nos quiere llevar la historia. Pero con todo y sus problemas, la película, además de tener la gran actuación de Anne Hathaway, está dirigida con fuerza y seguridad. No hay duda que hay una buena historia detrás de todas sus fallas de edición, pero creo que hubo cosas que acabaron en el piso del cuarto de edición. The Last Thing...pudo haber sido mejor.
⭐️⭐️1/2

ATLANTICS


AMOR OCEÁNICO. Mame Bineta Sane interpreta a Ada.
Ganadora en Cannes del Gran Premio del Jurado (además de haber estado nominada a la Palma de Oro) en 2019, Atlantics es un filme que te toma por sorpresa justo a mitad de camino, mientras navegas en sus constantes imágenes del inmenso océano. No hay manera de estar preparado para este filme, ya que su joven directora, la francesa Mati Diop, ofrece una película que, dentro de la envoltura de un tradicional relato romántico, toma repentinamente un camino totalmente fuera de lo convencional.
Ambientado en el árido y desértico escenario de Dakar, en Senegal, protagonizado por actores desconocidos (muchos de ellos no profesionales), y combinando diálogos en francés, lengua wolof, inglés, y árabe, la película cuenta cómo el sueño de Ada (Mame Bineta Sane, estupenda), su protagonista, de tener una relación estable con su novio, Suleiman (Ibrahima Traoré), se ve roto, debido a una crisis laboral dentro de la construcción de una torre futurista. Los trabajadores de la construcción no han recibido pago durante los últimos 3-4 meses, situación que provoca que Suleiman y un grupo de compañeros partan ilegalmente a España, en una pequeña embarcación. Como si no fuera suficiente, Ada está a punto de casarse, en un matrimonio por conveniencia, con un hombre adinerado al que no ama, Omar (Babacar Sylla). Sin embargo, las cosas se complican, cuando la residencia de Omar quede parcialmente destruida luego de un incendio, convirtiendo a Ada en objeto de persecución de un detective de policia (Amadou Mbow), el cual cree que Suleiman es responsable del incidente, y que Ada lo está escondiendo para protegerlo.
Atlantics es un filme inclasificable, no sabes en donde ubicarlo después de verlo. Lo magnífico de la dirección de Dopi, es el notable balance que consigue en el producto final, es decir, una película que, de manera inteligente y sorprendente, escapa del melodrama romántico convencional, gracias a que sabe mezclar elementos de una trama policiaca de misterio, así como de una historia paranormal (hay pequeños guiños a "Ghost") sin mayores problemas. Además, el sutil toque poético y lírico que Dopi da a la película, que en nada enturbia el claro mensaje de denuncia social respecto a la difícil situación laboral en el país africano, termina haciendo de Atlantics una experiencia hermosamente extraña, intrigante, y, sin duda, impredecible. De lo mejor del 2019.
⭐️⭐️⭐️⭐️

jueves, 27 de febrero de 2020

LITTLE WOMEN

Emma Watson, Florence Pugh, Saoirse Ronan y Eliza Scanlen.
Aquellos que pensaron "¿Otra adaptación de "Mujercitas"? ¿Es realmente necesario? ¿Para qué?", seguramente se retractaron al ver esta nueva versión, dirigida por la actriz, guionista, y directora Greta Gerwig. Su película tiene varios méritos. El principal, sin duda, es haber logrado una reinterpretación del clásico libro de Louisa May Alcott que, por un lado, luce y se siente tan clásica como una taza de té calientito con galletas frente a la chimenea, durante una noche helada de invierno; pero por otro lado, es moderna e innovadora. Es, además, una versión que se siente oportuna y muy actual (considerando que fue escrita en los 1860), en estos tiempos del "Me too" feminista.
Aunque hace mucho tiempo que la vi, me atrevo a decir que esta versión es mucho mejor que la anterior adaptación (dirigida por Gillian Amstrong, en 1994), protagonizada por Susan Sarandon, Winona Ryder, Kirsten Dunst, y Christian Bale. Para empezar, es un reto verla, y pide algo de la generosa y muy despierta atención que el espectador pueda proveer. Su narración no es precisamente la clásica y tradicional narración lineal. Hay saltos inesperados entre el pasado y el presente de su relato, flash backs con momentos felices del pasado, en contraposición con momentos tristes y tensos del presente.
Muchos conocerán la historia de antemano. Jo (Saoirse Ronan, estupenda), es una joven que busca abrirse camino en el mundo de la literatura, escribiendo cuentos para un periódico de manera anónima. El resto de sus hermanas: Amy (Florence Pugh, la gran revelación de Fighting with my Family), intentando convertirse en una pintora de renombre (y no cualquier pintora, sino la mejor), Beth (Eliza Scanlen), una talentosa pianista, y Meg (Emma Watson), una actriz de teatro, viven acomodadamente en una gran residencia rural con su madre (Laura Dern). Son los últimos años de la Guerra de Secesión y su padre, un militar (Bob Odenkirk), se encuentra lejos sirviendo en el campo de batalla.
Desde el primer acto, que abre con la imagen de la portada de libro anunciando el título, y de Jo, sentada en un escritorio frente a su editor, tratando de vender su primer cuento, observando cómo la cruel pluma tacha párrafos y elimina hojas completas del texto ("está bien, pero trata de que termine con el personaje femenino casándose. Es lo que vende, lo que la gente quiere leer en estos tiempos difíciles", le dice el hombre seriamente), es notorio el amor que Greta Gerwig tiene por el libro de Alcott. Se nota en la cuidadosa dirección de todas sus actrices (todas ellas están magníficas), incluyendo a una genial Meryl Streep, en un papel pequeño como la voluble y adinerada tía March, representando el lado conservador de la historia ("toda mujer, para abrirse camino en el mundo y tener éxito, debe encontrar un buen partido y casarse"). Es poco el tiempo en pantalla de Streep en la película, pero es innegable que cada minuto vale oro por su acostumbrada gran actuación.
También hay personajes masculinos, y en ese sentido sobresale Timothée Chalamet, interpretando a Theodore, el mejor amigo de todas las hermanas, pero con una particular afinidad por Jo, y a su vez el interés sentimental de Amy. Entre los tres se da un triángulo amoroso sutil y, al mismo tiempo, sensible, del cual Gerwig hace un entramado interesante hacia la mitad del tercer acto. Chalamet está magnífico como Theodore, vulnerable, divertido, pero a la vez con un lado frágil e imperfecto; sobresale la química que tiene sin esfuerzo con Jo y Amy. Mientras, Chris Cooper, como el padre de Theodore (quien también tiene un mínimo de tiempo en pantalla), está igualmente estupendo.
Al final, la experiencia de ver esta nueva "Mujercitas", es de un rompecabezas narrativo cuyas piezas el espectador tiene que ir armando después de iniciada su segunda mitad. Si en algo tiene más éxito el filme de Gerwig, además de sus aspectos técnicos (bella dirección de fotografía de Yorick Le Soux, excelente banda sonora de Alexandre Desplat) y artísticos (gran diseño de vestuario de Jacqueline Durran, ganadora del Oscar el domingo pasado, y muy buen diseño de producción), no es tanto en sus intenciones feministas, sino en ser una conmovedora y entrañable historia sobre el amor y cariño entre cuatro hermanas. Es cierto, tal vez el filme tenga un final feliz complaciente-de-audiencias, contradictorio con el mensaje de la historia, pero la forma en que Greta Gerwig lo concluye es muy original.
⭐️⭐️⭐️⭐️

miércoles, 15 de enero de 2020

THE TWO POPES


DOS PAPAS MUY GALESES Anthony Hopkins y Jonathan Price
Hay una ligera línea entre la realidad y la ficción, apenas perceptible, que nunca se rompe en The Two Popes. Tal es uno de los aspectos más brillantes en el más reciente filme del director brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios), sobre cómo el ex papa Joseph Ratzinger (el segundo papa en renunciar al puesto desde Celestino V, en 1294), y tal vez de los menos carismáticos que haya habido (fue llamado "nazi" por muchos), y su sucesor, el cardenal Jorge Bergoglio, quien se convertiría en el actual papa Francisco I (primer papa proveniente de Latinoamérica), se volvieron muy buenos amigos.
Hay una extraña fascinación en ver a dos grandes actores ingleses, Anthony Hopkins y Jonathan Pryce, interpretar a dos personalidades que todavía viven, el primero a Ratzinger, y el segundo a Bergoglio. Es fascinante, no únicamente por el tremendo parecido físico (de esos que apenas requieren algo de maquillaje) que los actores tienen con los pontífices, sino por lo reciente de los hechos que presenta.
La película presenta charlas imaginadas que pudieron haber tenido Ratzinger y Bergoglio en la residencia del Vaticano, justo cuando aquel decidió renunciar al papado, mientras el último, todavía cardenal, había decidido retirarse de la vida religiosa y volver a su natal Buenos Aires. Durante los primeros minutos del encuentro, en los muy amplios jardines de la residencia, la tensión que establece Meirelles entre ambos personajes es el punto más fuerte de su futura relación. Ratzinger, un ultraconservador papa, empieza pidiendo a Bergoglio (hablándole en latín ocasionalmente) que le rinda cuentas sobre sus declaraciones "fuera de lo ordinario" sobre temas muy delicados, por ejemplo, la aceptación y visión de la homosexualidad por parte de la Iglesia Católica; mientras que el cardenal, de mente y costumbres más liberales (más revolucionarias, podría decirse), no tan versado en latín como su interlocutor germano, trata de conseguir que el papa Benedicto XVI firme su petición de renuncia, dándole éste sólo evasivas y excusas. Hasta que, en uno de los mejores momentos del filme, algo rompe completamente con esa incómoda y tensa barrera de hielo: la música. Ratzinger intenta tocar un par de canciones populares alemanas en el piano, cosa que lleva a Bergoglio a recordar su afición por el tango y sus años juveniles en Argentina (interpretado de joven por Juan Minujín).
A pesar del título, el balance de la historia se inclina más hacia el futuro papa Francisco. De hecho, la película (escrita por Anthony McCarten) termina siendo una biopic de Jorge Bergoglio, abarcando desde que "escuchó el llamado de Dios" y decidió convertirse en sacerdote, hasta los duros años durante los 1970s, con la dictadura, y la persecución religiosa. Todo es contando durante la extensa conversación que tiene lugar en la Capilla Sixtina, con los frescos de Miguel Ángel como únicos testigos de su confesión.
Para los diálogos en español que tiene que decir Jonathan Pryce, se decidió doblarlo con la voz de un actor argentino, cosa que resulta convincente hasta cierta medida, ya que su voz y la del actor no terminan siendo muy parecidas del todo. Sin embargo, dejando de lado esos detalles técnicos, "Los Dos Papas" es un extraordinario filme. Su edición es excelente (en especial, en esas escenas en la Capilla Sixtina), escapando de ser una convencional biopic televisiva. Por otro lado, está por demás decir que las actuaciones de Hopkins y Pryce son fenomenales, creando ambos una verdadera "magia papal". Así como hay tensión al principio, a la mitad del filme termina habiendo una buena química entre ambos. Las imágenes de antología en el filme se dejan para el final (la broma que muestra a Bergoglio intentando reservar un vuelo por teléfono), en donde se rompen protocolos y formalidades, dejo al espectador descubrirlas. Y es que, en resumen, lo que ofrecen Hopkins y Pryce son los retratos más humanos de dos papas, con sus flaquezas, debilidades, traumas, errores del pasado, y sus propios pecados. Nominaciones y premios les esperan.
⭐️⭐️⭐️⭐️

martes, 25 de junio de 2019

AVENGERS: ENDGAME

Preparados para el capítulo final. 
Aunque no es extremadamente necesario haber visto todas y cada una de las películas de los Avengers, ni tampoco todas las del MCU (las del Capitán América, las de Iron Man, Thor, etcétera), es innegable que la experiencia de ver Avengers: Endgame se incrementa al cuadrado si se han visto todas, o al menos, un buen porcentaje de las mismas (en mi caso, tengo nada más pendientes de ver la última de Iron Man, la última de Thor, y la última de Tom Holland como Spiderman, así que fanboys demándenme). Si hay algunos que titubean al sentir que será como llegar a clase sin haber hecho completa la tarea, no teman. Endgame será igualmente disfrutable, una película cuya historia se puede describir como una fiesta masiva, con una enorme lista de invitados, a donde seguro todos llegarán, incluidos un puñado de invitados sorpresa que aparecerán de improviso.
Endgame es el cierre de una de las sagas más exitosas del cine (un fenómeno equivalente a las sagas de The Lord of the Rings y The Hobbit juntas), y quien se anime a vivirla deberá hacerlo sin ingerir muchos líquidos antes, con la idea de que es un espectáculo de 3 horas de duración. Si exceptuamos la casi hora del primer acto, el resto se va como agua. Y no hay duda de que con tantos personajes (a los que se anexan nuevamente los Guardianes de la Galaxia), tantas lineas narrativas y frentes por cubrir, los hermanos Joe y Anthony Russo (quienes repiten en la dirección), supieron meter y acomodar todo lo que el muy saturado guión demandaba, sin sentirse el resultado muy forzado.
El primer acto -digamos el "menos bueno" de todos-, nos pone más o menos justo en donde nos quedamos en Infinity War el año pasado, con Tony Stark/Iron Man (Robert Downey Jr.) perdido en el espacio, junto a Nebula (Karen Gillan), donde podemos ver que cierto lazo afectivo se ha formado, así como un cambio en esta última, demostrando que dentro de ella hay algo de alma y emociones. Además, vemos un lado que nunca habíamos visto antes en dos personajes, como un Hulk nerd (con el rostro de Mark Ruffalo más evidente), evolucionado y parlante, así como una muy deprimente visión de Thor (Chris Hemsworth), panzón, borrachín, y enganchado en la cerveza. No olvidemos que estamos frente al panorama dejado por Thanos (rostro, gestos, movimientos, y voz de Josh Brolin), luego del pandemonium y destrucción que causó en el anterior filme.
Después de un decisivo "ajuste de cuentas" en los primeros minutos, la trama nos lleva 5 años en el futuro, al 2019, con los vengadores sobrevivientes llevando lo mejor que pueden la organización, a cargo del Capitán América (Chris Evans), Natasha/Black Widow (Scarlett Johansson), Hawkeye (Jeremy Renner), James Rodhes (Don Cheadle), Rocket el mapache (voz de Bradley Cooper), y la Capitana Marvel (o la "nueva chica", como alguno la llama, interpretada por Brie Larson), con misiones aquí y allá. Entra a escena Scott "Antman" Larson (Paul Rudd), recién llegado del microscópico universo cuántico, sin saber qué ha sucedido. Sin perder un minuto, Antman propone un plan a sus colegas, que nos hará poner a todos cara de "oh no, de nuevo la fórmula "Volver al Futuro" y viajes en el tiempo, que ya hemos visto bastante (recientemente, en la última película de Terminator, por ejemplo). El plan es viajar al pasado, arreglar todo este desastre, y de paso, vencer a Thanos y quitarle las famosas "piedras Infinitum". A muchos no les gustará mucho la idea, y se sentirán escépticos (empezando por Tony Stark) sobre el éxito del plan. Sin embargo, todos han perdido algo en el camino (algunos a alguien), y terminarán aceptando el reto, con todos los riesgos del clásico "efecto mariposa".
Después de un prometedor inicio, el primer acto se sobrecalienta y se queda letárgico a medio camino, debido a diálogos sosos, chistes que no aterrizan o pegan bien (con excepción de una escena que, si bien graciosa, yo hubiera guardado mejor para un comercial de Taco Bell), mucho tiempo tratando de convencer a Vengadores rejegos y pesimistas para volverse a juntar. Pero la cosa mejora en el segundo acto, cuando los Russo, como conscientes de la falta de originalidad, deciden usar la autoburla un poco, y bromear con la idea del viaje en el tiempo ("¿Acaso no has visto Volver al Futuro, Terminator, Bill and Ted Adventures, Hot Tub Time Machine? Tiene riesgos, pero seguro funciona", discute uno de los personajes). Sin perder mucho tiempo en cosas técnicas ni explicaciones, la trama se pone más interesante y entretenida justo cuando nuestros héroes viajen al 2014 (a los hechos de Captain America: Winter Soldier), y se encuentren con sus "otros yo". Las cosas se complican de forma divertida, con líneas más graciosas, buenas peleas, y escenas de acción. Lo cierto, es que el punto neurálgico de todo sigue siendo el rencor, recelo, y rivalidad entre Stark y "el Cap." Para el éxito de la misión, ambos deberán dejar de lado sus diferencias, cosa que será aprovechada durante esta parte para buenas bromas ("Capitán, el traje sinceramente no favoreció mucho a tu trasero", dice Tony, al ver al Capitán América del pasado postrado en el suelo).
Hay que reconocer que, aunque recurre a una fórmula socorrida, la forma en que los realizadores la aplican termina siendo, si no brillante, sí ingeniosa. Sirve como excusa para varios cameos, como de Natalie Portman, Rene Russo, Robert Redford, Tom Hiddleston, Tilda Swinton, John Slattery, y Michael Douglas, estos dos últimos rejuvenecidos con botox digital (el resultado parece photoshop mal usado). Pero la idea está en todo momento a favor de la historia, para hacerla avanzar de una forma muy positiva, y para la evolución de ciertos personajes. También da para momentos sensibles a la "Volver al Futuro" (hay uno entre Tony Stark y una persona significativa), y otros no muy creíbles (que involucran a Tilda Swinton, Hulk, y una de las piedras Infinitum).
Con todo y sus pequeñas cuarteaduras, y de que creo que con una media hora menos hubiera sido casi perfecta, EndGame termina siendo de las mejores películas de la franquicia. Para todos tiene algo, aunque sea un poco (para fans de los Guardianes, fans de Iron Man, de Thor, y hasta queda algo también para los seguidores de Black Panther, Doc. Strange, y Spidey), además de que esa batalla final, de verdaderas proporciones épicas (no había visto nada parecido desde The Return of the King), vale seguro el boleto de entrada. Y es la más emotiva de todas las películas. Los fans de hueso colorado tal vez tengan que llevar pañuelos al cine. No es fácil decir adiós. 
⭐️⭐️⭐️⭐️

miércoles, 10 de abril de 2019

BEAUTIFUL BOY

Timothée Chalamet y Steve Carrell.
Desde la primera escena de Beautiful Boy, empezamos a sentir el peso del drama que estamos a punto de ver. Steve Carell, interpretando a un desesperado padre, sentado frente a un escritorio (y frente a nosotros), narrando, con rostro apesadumbrado, mirada cansada, y casi derrotado, a la persona del otro lado (de hecho, más adelante sabemos que se trata de Timothy Hutton, en un pequeño papel) que su hijo es adicto a las drogas. Necesita ayuda y orientación, ya que no sabe qué hacer. Es justo ahí cuando nos damos cuenta de la calidad de un actor como Carell, quien lo mismo sabe desenvolverse en el género de la comedia, como en el drama. ¿Ejemplos? Varios: FoxCatcher, o, más recientemente, Vice.
Beautiful Boy (de hecho, el título está tomado de la famosa canción que John Lennon dedicó a su hijo Sean), dirigida por el belga Felix Von Groeningen, y basada en las memorias de David y Nic Sheff, padre e hijo respectivamente, demanda atención del espectador. No es la clásica historia del adolescente auto destructivo, atrapado en una terrible adicción a las drogas. No sigue una narración precisamente lineal, sino fragmentada. Hay muchos flash-backs, y saltos arbitrarios en el tiempo, para contar una historia sumamente conmovedora y emocionalmente demoledora a la vez, la cual, más que tratar sobre el problema de las adicciones, es sobre el profundo amor de un padre hacía su hijo, y sobre ese lazo indestructible que se forma entre ambos y que jamás se rompe.
En ningún momento la intención del realizador es sermonear, o hacer un relato aleccionador, por más que veamos a Nic, el joven hijo, interpretado maravillosamente por Timothée Chalamet (de esos jóvenes actores que no se dan en los árboles, y que se notan dedicados a encauzar sus carreras por caminos serios, lejos del mainstream hollywoodense), tropezar con la misma piedra una y otra vez, experimentar con toda clase de drogas, jugar con la muerte, y llegar al límite al consumir metanfetaminas.
En todo el ir y venir a través del tiempo, en el que vemos a David, un periodista independiente, recordar varias etapas de la niñez de Nic, justo en los momentos más tensos del filme, de discusiones explosivas, del estira y afloja en su relación, mientras trata de llevar su nueva vida junto a su segunda esposa (Maura Tierney) y dos hijos pequeños, uno se pregunta ¿en qué punto todo empezó a ir mal para Nic? Con su talento, y gusto para dibujar y escribir. ¿Hubo malas amistades de por medio? ¿Fue David muy relajado con él, ignoró señales? Sólo sabemos que todo empezó con cigarros de mariguana, y de ahí todo se descarriló para Nic. No hay mucha explicación de por medio al respecto.
Sin embargo, lo impresionante es ver, en un momento de la historia, lo que es capaz de hacer David con tal de ayudar a su hijo y tratar de entenderlo, como investigar profundamente sobre las drogas que Nic consume, o el hecho de él mismo consumir las drogas para tratar de meterse en la piel del chico. Groeningen consigue involucrarnos en este tour de force de dos grandes actuaciones, de ponernos en medio; de hacernos sentir la desesperación e impotencia del padre, así como la confusión e inestabilidad del hijo. Al final, el mensaje (porque siempre hay moraleja en este tipo de historias) es no tanto "las drogas te matan", sino "un padre siempre estará ahí para un hijo, en las buenas y en las malas". 
⭐️⭐️⭐️⭐️

jueves, 15 de noviembre de 2018

HOLD THE DARK

Jeffrey Wright. 
Dentro de lo contenida que es, la actuación de Jeffrey Wright es fenomenal. El problema de Hold the Dark, es que el suspenso que prometía al inicio se desploma después de los primeros 30 minutos. Wright interpreta a un escritor experto en lobos, quien decide viajar a una región inhóspita en Alaska para ayudar a una joven madre (Riley Keough) a encontrar a su hijo. Según afirma la mujer, el niño fue capturado por unos lobos. Desafortunadamente, los personajes no son lo suficientemente interesantes, incluyendo el personaje interpretado por Alexander Skarsgard, el padre del niño, un marine que regresa de pelear en el Medio Oriente para emprender la búsqueda de su hijo, con la ayuda del sheriff (muy bien interpretado por Michael Tayles). El relato explora la violencia en un escenario poco común en películas, pero termina sin ir a ningún lado, sin explorar más a fondo a sus personajes. Hold the Dark acaba sintiéndose demasiado inmóvil y congelada. 1/2

jueves, 11 de octubre de 2018

PAPILLON

Charlie Hunnam y Rami Malek. 


La novela Papillon, escrita por Henry Charrière, ha trascendido por ser un relato sobre la fortaleza del espíritu. Charrière plasmó en su libro sus experiencias vividas en prisión, luego de haber sido encarcelado en la Guyana Francesa, a principios de los 1930, por un asesinato que no cometió. Tal vez Charrière merecía estar en la cárcel, al haber sido un ladrón profesional que merecía de alguna forma ser castigado por sus delitos. Al leer la novela uno acaba algo distraído de estas cuestiones, ya que su historia es tan fascinante, inspiradora, y quizás algo difícil de creer en su totalidad, que Charrière termina plasmándose a sí mismo como un héroe que desafió a la autoridad y sobrevivió para contarlo.
Llega ahora al cine la segunda adaptación de su libro (la primera adaptación fue en 1973, dirigida por Franklin J. Shaffner, protagonizada por Steve McQueen y Dustin Hoffman), dirigida por el danés Michael Noer. Algo tiene a su favor, sabe reflejar los temas principales del libro, así como construir a Papillon (apodo de Charrière debido a su tatuaje de mariposa en el pecho) como personaje. Papillón no estuvo dispuesto a pasar el resto de sus días en la cárcel injustamente. No permanecería quieto tras las rejas, e intentaría escapar a como de lugar, usando todo el dinero que tuvo en su poder para comprar su libertad.
Charlie Hunnam interpreta ahora a Papillon (parece una versión juvenil de Steve McQueen), y consigue reflejar fuerza en pantalla. Rami "Mr. Robot" Mahlek encarna a su leal amigo de anteojos de "fondo de botella" y falsificador, Louis Dega. El centro del filme es esa gran amistad que se forma en prisión entre ellos, conmovedora e interesante por la forma en que Noer refleja ese lazo inquebrantable entre ellos.
A pesar de todo, esta nueva versión no le llega a los talones a la primer película (a la cual se le da crédito en el filme, al mencionar como fuente de inspiración el guión escrito originalmente por Dalton Trumbo y Lorenzo Semple Jr.). Es un filme simplemente satisfactorio, visible, con uno que otro momento rescatable (el confinamiento de Papillon en solitario, durante cerca de dos años, y sin probar alimento la mayor parte del tiempo, para la cual se nota que Hunnam perdió peso considerable), con actuaciones aceptables, y que no le hace mucha justicia al libro (de obligada lectura). Lo principal esta ahí, la historia sobre la lucha de un hombre por su libertad, por probar su inocencia; por exhibir los abusos en prisión por parte de las autoridades, por mantener la sanidad mental en las situaciones más extremas, y también sobre la pena de muerte en la guillotina. Claro, también es una excitante historia de grandes escapes de prisión, y del verdadero significado de la amistad. 

jueves, 5 de octubre de 2017

OUR SOULS AT NIGHT * * 1/2


Jane Fonda hará una propuesta no tan indecorosa a
Robert Redford.
Como pareja cinematográfica son ya legendarios. Ver a Jane Fonda y Robert Redford juntos por enésima vez en un filme (ya trabajaron juntos en filmes como The Chase y Barefoot in the Park), más que una experiencia cinéfila, es un deleite. La química que consiguen en Our Souls at Night, un melodrama chapado a la antigua pero con su particular encanto, es una de esas que brotan naturalmente, y que hace click con facilidad, con poco o nada de esfuerzo. Souls podrá ser predecible, un telefilme pequeño para matar alguna tarde de fin de semana, pero su premisa no deja de ser por eso tierna, y al mismo tiempo, provocadora: Dos viejos vecinos, rozando los 80 años, poco a poco empiezan a llenar sus vidas, luego de que Addie (Fonda) propone a Louis (Redford) una idea que tal vez suene descabellada, una invitación a dormir (sí, en la misma cama, pero eso y nada más) durante una noche. ¿El motivo? Para que esas horas simplemente se hagan llevaderas, menos solitarias, y claro, con menos insomnio. No querrás dormir solo después de haberla visto.

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