viernes, 18 de enero de 2008

DVD: GOYA'S GHOSTS * * * *

Con Goya’s Ghosts (E.U.-España, 2006), el realizador checo Milos Forman regresa al cine de época al que tanto es afecto, como lo demostró en la que es (para quien esto escribe) su obra maestra, Amadeus (1984) y Valmont (1989), ahora con un acercamiento a uno de los pintores más importantes en la historia del arte español, Francisco de Goya y Lucientes, tan fantasiosa como lo fue en su momento Amadeus, aunque con bases históricas fuertes.

El tema de la película apenas y ofrece una visión del Goya pintor (interpretado por el actor sueco Stellan Skarsgard), un pretexto para ofrecer un retrato de la última época de la Inquisición (principios del s. XIX), junto a su corrupción y sus despiadados métodos de tortura, base para un relato imaginario sobre el injusto encarcelamiento de una de sus modelos, Inés (Natalie Portman, admirable), por haber evitado comer cerdo en una taberna, motivo suficiente para acusarla de judaizante, ser juzgada y torturada para que confesara su “culpa”.

“Señor, yo para librarme del sufrimiento, confesaría lo que sea...”, le dirá el padre de Inés al confiado hermano Lorenzo (el internacionalizado Javier Bardem), miembro del Santo Oficio, en una de las más intrigantes escenas, en la que hará pasar al religioso el mismo tormento que seguro sufrió su hija, y además firmar una humillante y ridícula confesión, que deja asentado el tono provocador y crítico que tendrá el filme a partir de ese instante.

En ese sentido, Goya’s Ghosts, escrita por Forman junto a su habitual colaborador, Jean-Claude Carrière, está lejos de ser una biopic del pintor, cuya figura irremediablemente queda minimizada por la fuerte presencia de Javier Bardem, que acaba robándose la película en su acostumbrado papel de villano, construyendo un personaje complejo, rico en matices y que no dejará de ser interesante, ni como el cínico inquisidor Lorenzo ni como el traidor a la patria en el que se convierte al pasarse a pelear por las ideas revolucionarias de Francia, y seguir las ideas de Voltaire que algún día condenó, poco antes de la invasión francesa en España.

La película está impecablemente ambientada en una impresionante producción, nada de extrañar tratándose de Milos Forman, cuidada en su vestuario, peinados, e incluso, en su cuadro variopinto de actores secundarios, y en el que vemos incluso a Randy Quaid haciendo el pequeño papel de Carlos IV. El dramático episodio histórico de la invasión napoleónica, será visto a través de las aguafuertes y pinturas de Goya (no podría faltar El 3 de Mayo: Los fusilamientos en la Montaña del Príncipe Pio), escenario para la incansable búsqueda que el pintor emprenderá de la hija que Inés concibió en la cárcel, una vez que pudo salir, afectada, maltrecha, acabada y casi enloquecida.

Por supuesto, el tema de la locura, favorito de Forman, está presente en el filme. Sin embargo, el personaje de Goya está muy desaprovechado para hacer un análisis más profundo de su torturada personalidad, afectado por la sordera que padeció, y que reflejó siempre en sus pinturas y grabados, que con muchos trabajos trata de hacer el guión. Pero bueno, filmes sobre Goya más apegados a su vida y obra los hay, como ese brillante ejercicio de estilo llamado Goya en Burdeos (Carlos Saura,1999), con el gran Paco Rabal haciendo un avejentado Goya (José Coronado en su etapa joven), que recordaba desde su exilio en Burdeos, Francia, los más importantes episodios de su vida.
++Disponible desde marzo del 2007, como extras incluye introducción, tráiler, clips, entrevistas con el realizador y el reparto, detrás de cámaras.

jueves, 17 de enero de 2008

DVD: DAREDEVIL * * 1/2

Matt Murdock (Ben Affleck) hará justicia por su propia mano dentro del barrio Hell's Kitchen, para completar por las noches, lo que durante el día como abogado no puede terminar dentro de los tribunales. En la noches se transforma en Daredevil, superhéroe creado por Stan Lee, que apareció por primera vez junto a Spiderman en uno de sus cómics, para luego tener de manera independiente su propio cómic. Como la justicia, Murdock quedó invidente desde su niñez, a causa de un desafortunado accidente, al caerle en los ojos un peligroso químico. A pesar de todo, Daredevil cuenta con una especie de visión extrasensorial nocturna.

Daredevil es un simple entretenimiento, con unos cuantos momentos rescatables. Pasados los primeros 30 minutos, el argumento se torna débil, sin el dramatismo necesario para mantener la atención del espectador a lo largo del filme. Dirigida y escrita por Mark Steven Johnson (guionista de Grumpy Old Men/1993 y secuela/1995, y de Jack Frost/1998), responsable recientemente de Ghost Rider, ese churro basado en otro cómic. Daredevil, por cierto, no era tan mala como Ghost Rider. Sin embargo, le faltó más acción, villanos más carismáticos. El filme pasó de manera tan desapercibida, que hasta ahora no se ha escuchado ningún rumor de alguna secuela.

De villanos tenemos a Kingpin (Michael Clarke Duncan), y a Bullseye (Collin Farrell, sobreactuado), que nunca logran darle cuerpo a la trama, manteniendo con el héroe una distancia fría e insalvable. Después de todo, si por algo recordamos a las películas de superhéroes, es por sus villanos y la química que establecen con los héroes. La versátil heroína Elektra (Jennifer Garner) es el interés amoroso de Daredevil, con menos química que nada, y que más tarde tendría su propia película, por cierto, producida y escrita por el mismo Johnson.

Por fortuna, el filme goza de un ritmo ágil, con una banda sonora heavy metalera, y la historia es casi la misma de siempre: de pequeño Matt sufría los abusos de otros chicos, preocupado por conectar y relacionarse con su hermético padre, quien se dedica a realizar trabajos para un mafioso adinerado. Una noche, Matt será testigo de la muerte de su padre, en pleno enfrentamiento con el mentado mafioso, quien depositará una rosa sobre el cadáver, señal suficiente para que el superhéroe cobre venganza en el futuro. Como sucedía con Peter Parker en Spiderman, Matt experimentará divertido con sus nuevos poderes.

No faltará el cameo de Stan Lee, como siempre en los filmes basados en sus cómics, y si hay que destaca en la película es el excelente trabajo fotográfico de Ericson Core, basado en una paleta de colores deslavados, así como en ángulos y composiciones inspiradas en viñetas de cómic. La propuesta visual es obscura y un poco gótica, a manera de otros cómics llevados a la pantalla, como The Crow y Batman, aspecto que hacen sentir a Daredevil más como un conjunto de referencias a otras películas de superhéroes, cuya historia pudo haber sido más aprovechada dentro de un mejor guión. Daredevil es como una gran introducción de 107 minutos para una secuela que, tal vez, nunca se realice.

miércoles, 16 de enero de 2008

DVD: AMADEUS * * * * *

Sin temor a exagerar, Amadeus (E.U., 1984) es una de las mejores películas de los 1980, y también la mejor del año de su estreno, en el que arrasó incluso con los Oscares al llevarse la nada despreciable cantidad de 8 estatuillas doradas, de las 11 nominaciones que obtuvo, de las que ganó Mejor Vestuario, Mejor Dirección de Arte, Mejor Maquillaje, Mejor Película, Mejor Sonido, Mejor Guión Adaptado, Mejor Director y Mejor Actor, este último para F. Murray Abraham (un magnífico actor que, desgraciadamente, ha estado algo desaparecido de la pantalla), gracias a su soberbia y magistral interpretación de Antonio Salieri (avejentado gracias a la maestría en el maquillaje de Dick Smith), compositor italiano del siglo XVIII. La fama de Salieri siempre ha estado ligada al nombre de Wolfgang Amadeus Mozart, debido a la supuesta rivalidad que existió entre ellos, un hecho no exento de mucha leyenda, y que creció más a raíz de la película, con el antecedente de la pequeña obra teatral de Pushkin, Mozart y Salieri, del siglo XIX, en la que el autor ruso imagina un encuentro casual y amistoso entre los dos músicos.

Amadeus es la obra maestra del realizador checo Milos Forman, uno más de sus estudios sobre la locura ligada siempre a seres excéntricos, genios y artistas, como lo ejemplifican muchas de sus películas, como One Flew Over the Cuckoo’s Nest (1975), The People vs Larry Flint (1996) Man on the Moon (1999), o la reciente Goyas’s Ghosts (2006). La película es una visión del compositor austriaco como el verdadero genio musical que fue, desde su niñez explotado por su estricto padre, Leopold (Roy Dotrice) en sus interminables giras por Europa, pero afectado por su propia genialidad, que lo llevó a estar al borde de la locura, por el alcohol, los excesos de juergas y de encargos musicales, que lo llegaron a sobrepasar. Es la visión de un Mozart inmaduro, juguetón, vulgar y escatológico (se afirma que el verdadero Mozart así fue), y que se caracterizaba por una chillante y estruendosa risa.

Por difícil que parezca, el verdadero protagonista de Amadeus no será Mozart (Tom Hulce, igual que Murray Abraham, muy desaparecido), sino Salieri, un complejo personaje que lleva con el primero una relación de admiración y odio, en esta primera adaptación de la obra teatral de Peter Schaffer al cine, realizada por él mismo y que ayudó a despertar una “mozartmania”, alimentada por una tendencia a mitificar la figura de Mozart. Estamos en los 1820, con un Salieri anciano e internado en un manicomio, luego de un intento fallido de suicidarse, atormentado por la culpa de, según afirma, haber asesinado a Mozart.

Frente a un sacerdote, Salieri nos relatará la historia de cómo su admiración-adoración por Mozart y su obra, por mediados del siglo XVIII, se convirtió en odio, envidia y celos, al ver cómo su gran y joven ídolo entró en escena para hacerlo a un lado, como favorito del Emperador Joseph II (Jeffrey Jones), con el encargo de la ópera el “Rapto del Serrallo”, minimizándolo con bromas y críticas, que el músico italiano se tomó muy a pecho. Un panorama que reflejaba la rivalidad entre las tradiciones musicales italianas y alemanas (Austria no era un país como tal en ese entonces). A partir de ahí, veremos la confesión de Salieri, de cómo se dedicó a obstaculizar y arruinar la carrera de Mozart, con una doble cara de amigo y colega que trataba de ayudarlo en la corte intercediendo ante el emperador. Salieri se sentía resentido contra Dios, por no haberlo convertido en el genio musical que siempre quiso ser, y por ello, para desquitarse, iba a arruinar a su “hijo favorito”.

La edición especial del director en DVD, con escenas inéditas que extienden el filme a casi 3 horas de duración, muestran a un Salieri más despiadado y malévolo del que conocíamos en la versión original. Algunas escenas amplían el retrato ebrio y decadente de Mozart. Filmada en Praga, que funcionó a la perfección para recrear la Viena dieciochesca, aunque causó no pocos inconvenientes al realizador al ser espiado constantemente por agentes del gobierno comunista, Amadeus es una atípica biopic de Mozart.

Salieri afirma haber matado a Mozart, pero nunca lo vemos en el filme ejecutar dicha acción. Todo queda insinuado (“¿Cómo matarlo?”, se pregunta), con el encargo que Salieri le hace del Réquiem, a través de un misterioso mensajero enmascarado, vestido de negro, para causarle una fatiga y locura al pedírselo como “una misa de muerte para alguien que nunca la tuvo”, refiriéndose al padre de Wolfgang, que murió, según el filme, abandonado por él.

Según afirman los biógrafos, Salieri y Mozart apenas y se conocieron un poco en la realidad, pero la secuencia de Salieri ayudando a un moribundo Mozart a concluir el Réquiem (algo fantasioso, ya que fue su asistente, Sussmayer, quien en realidad le ayudó a terminarlo bajo instrucciones precisas), es de las mejores de la película, montada con mucha fuerza a ritmo de la música del Réquiem, separando coros y varios instrumentos a detalle, mientras vemos a Constanze (Elizabeth Berridge), esposa de Mozart, tratar de llegar a tiempo a Viena, luego de separarse por un tiempo.

El filme se sostiene bajo muchos datos apegados a la realidad histórica, para dar forma a un retrato más fantasioso, sobre lo que más ha intrigado a los historiadores del compositor: la verdadera causa de su muerte, ambientado con una excelsa producción de época, en el que se incluyen magníficos vestuarios, sets, arias de opera montadas y dirigidas con maestría, a destacar Las Bodas de Figaro, Don Giovanni (filmado en el teatro original donde Mozart la estrenó en 1784, en Praga), y el aria de la Reina de la Noche de La Flauta Mágica, al igual que una musicalización de primer nivel, con extractos de sinfonías y conciertos de Mozart interpretados por la Academy of St. Martin-in-the-Fields, bajo la dirección de Neville Marriner.

++Incluye 2 discos, uno con la película y otro con extras interesantes, como entrevistas con el reparto original y Milos Forman, comentarios en audio, documental detrás de cámaras y el trailer cinematográfico .

martes, 15 de enero de 2008

DVD: CHICAGO * * * * *

Dirigida y coreografiada con maestría por Rob Marshall, Chicago (E.U.-Canadá, 2002), es un musical en la que no hay una sola nota falsa, en cada uno de los ingredientes que lo conforman: en su magnífica música, en sus actores derrochando profesionalismo y, lo mejor, en su gran integración del relato cinematográfico con los números musicales. Chicago es la adaptación del famoso musical de Broadway, escrito por Maurine Dallas Watkins, con libreto de Bob Fosse y Freb Ebb, que cuenta la desafortunada historia de Roxie Hart (Renée Zellweger, versátil y encantadora), una aspirante a convertirse en cantante de cabaret. La soñadora e inocente Roxie tendrá un enfrentamiento con la "ciega" justicia de Chicago, cuando caiga en prisión por haber asesinado a su amante. Su bienintencionado esposo, Amos Hart (John C. Reilly), hace todo lo posible por defender y ayudar a su querida Roxie, quien termina por recurrir al astuto abogado Billy Flinn (Richard Gere, sorprendiendo con sus dotes para el canto y baile), aconsejada por Big Mama Thorthon (Queen Latifah), líder de las presidiarias.

El nombre y rostro de Roxie inundarán las páginas de los diarios, gracias a las estrategias que Flinn lleva a cabo para conmover a la opinión pública, desbancando con eso a Velma Kelly (Catherine Zeta-Jones, brillante en toda la extensión de la palabra), bailarina y cantante profesional del cabaret donde trabajaba Roxie, de las preferencias de la opinión pública y que también se encuentra en prisión.

Adaptada por el guionista Bill Condon (su más reciente adaptación fue el musical Dream Girls), la estructura del musical no resulta nada convencional. A través de un montaje ágil, acorde a los ritmos jazzísticos, en Chicago los highlights musicales se combinan notablemente con una siempre interesante narración cinematográfica. Ambos lenguajes se integran de maravilla, quedando así el filme alejado de cualquier viso teatral.

En ese sentido, existe un derroche de destreza técnica en la dirección de cámaras, que logra capturar hasta el mínimo detalle las coreografías, dirigidas por el propio Marshall, sin que se pierda el espíritu de la obra original. Aunque Marshall no lo piensa dos veces, y le imprime su sello personal a los bailes, un poco de su propia cosecha, sin romper totalmente con las coreografías construidas por el multipremiado Fosse, quien ganara el Oscar a Mejor Director en 1972 por la dirección de Cabaret (1972).

Renée Zellweger (cuya actuación le valió una nominación al Oscar) ofrece una Roxie Hart dotada de un encanto único, tierno y carismático a la vez, una interpretación completa, de lo mejor que se puede apreciar en este ambicioso trabajo. De antología resulta el número, “Ambos forcejearon por la pistola”, cuando Roxie finge ser una marioneta en manos del cínico Billy Flinn. De más está mencionar todas las virtudes del diseño de arte, de la ambientación, los vestuarios e incluso, los peinados, etc., los recursos para unas estupendas caracterizaciones. Chicago es una amalgama divertida y vital, de otros subgéneros, como el cine carcelario, el de juzgado, todo con fuertes aires críticos hacia los medios de comunicación (la prensa amarillista, la voracidad de los paparazzi, el sensacionalismo), tratado con desenfado, humor y, por supuesto, mucha, mucha música.

lunes, 14 de enero de 2008

DVD: HALF NELSON * * * *

En cierta escena clave de Half Nelson (E.U., 2006), Dan, el decadente maestro de secundaria interpretado por Ryan Goslin (The Believer, The Notebook), es sorprendido en el baño escolar drogándose, apenas pudiendo mantenerse en pie, sin estar lo suficientemente consciente como para sentir vergüenza por el hecho. Drey (sorprendente Shareeka Epps), será la alumna que desde ese impactante y embarazoso hecho, se convierta en la portadora del secreto de Dan, un maestro que enseña Historia Contemporánea de los E.U. con métodos poco socorridos en las aulas: hacer pensar, razonar y juzgar a los alumnos por sí mismos, en lugar de aprenderse como recetas fechas, acontecimientos y personajes.

El tema que Dan enseña a sus alumnos en clase, será el de la lucha y sacrificio del ser humano por la libertad y sus derechos. Pero la lucha principal de la que somos testigos en Half Nelson, primer largometraje de ficción del californiano Ryan Fleck, es la que Dan lleva a cabo consigo mismo, con su personalidad autodestructiva; contra su adicción a las drogas, que lo ha llevado a perder a la novia y alejarse de su familia, en una gran actuación que le valió a Ryan Gosling una nominación a Mejor Actor, en la entrega de los Oscares del año 2007.

Es un giro argumental interesante el de una película como Half Nelson, dentro de las clásicas historias en la que un maestro o maestra, y sus alumnos problemáticos de clase social baja, alcanzan juntos la redención y resolución de sus problemas existenciales, donde el objetivo será escapar de las garras de las drogas. La madura Drey, chica negra de gesto serio, enfadado, retador, no tiene menos problemas que Dan. Su padre se encuentra en la cárcel acusado de tráfico y venta de drogas, mientras su madre tiene que cubrir turnos de noche en su trabajo como guardia de seguridad. Para colmo, Drey corre el peligro de seguir los mismos pasos que su padre, al juntarse con un amigo de éste metido en el “negocio”.

A lo largo de la película, Drey y Dan, en su relación de estira y afloja emocional, se necesitan mutuamente. Es la fuerza de su extraña y dependiente amistad, la que puede salvarlos de seguir por el camino equivocado. Ahí reside el alma de Half Nelson, filmada en formato digital, en la que no nada más hay alumnos problemáticos, sino también un maestro que está ahí para aprender unas cuantas lecciones vitales. El trabajo de Ryan Fleck, decorosamente realizado, es un sencillo filme que atrapa, en primer lugar, por sus magníficas actuaciones, sus intenciones realistas de drama social y, más tarde, por su mensaje directo en contra de las drogas.

++ Disponible desde el 20 de noviembre del 2007. Como extras incluye el trailer, tomas falsas, escenas eliminadas y extendidas, videoclip, audiocomentario de Ryan Fleck y Anna Boden

CINESPAÑA: LUCÍA Y EL SEXO * * * *

Lucía y el Sexo (España-Francia, 2001), del audaz realizador Julio Medem (La Ardilla Roja/1993, Los Amantes del Círculo Polar/1998, La Pelota Vasca/2003, y la más reciente, Caótica Ana/2007), es un relato erótico que se mueve, a través de bellas imágenes, dentro de lo onírico y lo real, lo poético y lo mundano. Valiéndose de un buen ritmo narrativo, Medem tiene en Lucía y el Sexo un filme complejo en su estructura, relatado a través de los ojos de un atormentado escritor, Lorenzo (Tristán Ulloa), lleno de culpas y cargas emocionales, que le impiden realizar su labor literaria, y llevar su relación con Lucía (Paz Vega, impresionante), su musa y, al mismo tiempo, su más ferviente admiradora.

El primer episodio, titulado “Lucía”, vemos a la atractiva chica desesperada por la desaparición de Lorenzo, quien tan sólo dejó detrás una llamada telefónica y una carta de despedida. Lorenzo huyó a una isla (a la cual nunca quiso llevar a Lucía), debido a que fue el escenario de un acto por el cual sigue lamentándose hasta ahora. “Sexo”, título del siguiente episodio, se conforma de los recuerdos de Lucía y su relación con Lorenzo, en su afán por tratar de descifrar el pasado que tanto sufrimiento le causa a este.

En el filme el sexo, aunque explícito, tiene una fuerte carga psicológica que poco a poco invade la mente y vida de todos sus personajes, que más que personas, son entes que se dejan llevar por el primer impulso. En las escenas eróticas, de hecho, Médem convierte a la luz natural en el principal elemento formal, que enfatiza la desnudez y las obsesiones emotivas de Lucía y Lorenzo, la manera intensa en que viven su relación, basada más que nada en el sexo y en los juegos eróticos, que no tienen problema en llevarlos más allá de la alcoba.

Entre el leiv motiv musical con la canción de “Un rayo de Sol”, y la magnífica banda sonora de Alberto Iglesias, tenemos un ejercicio de estilo llevado con mucha habilidad por Medem, en su intento de cruzar las vidas de su galería de personajes, la mayoría femeninos, con el sexo presente en sus vidas en un sin fin de formas, algunas torturantes, otras placenteras, pero también peligrosas. En ese sentido, Lucía y el Sexo es un melodrama erótico femenino, con destacables actuaciones de todas sus actrices, que incluye también a Najwa Nimri en el papel de Elena, la protagonista principal del pasado de Lorenzo y madre de su hija, y Elena Anaya como la hija ninfómana de una actriz pornográfica. Por ello, los hombres jugarán tan sólo una parte secundaria en el filme, casi desapercibida, con participaciones de Javier Cámara, interpretando a Pepe, el mejor amigo de Lorenzo.

Por el lado formal, el filme destaca por su notable montaje y una fotografía que luce por su juego de vistas forzadas, paisajes y paleta de colores luminosos, en un complicado y fascinante estudio sobre las relaciones, el amor y, claro, el sexo, armado dentro de la mente delirante de Lorenzo.

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