sábado, 30 de marzo de 2013

HOTEL TRANSYLVANIA * * 1/2

En Hotel Transilvania (2012) tenemos la idea de reunir nuevamente a los monstruos más famosos del cine (Drácula, la Momia, el Hombre Lobo y Frankenstein) en versión animada. Es interesante su enfoque hacia una comedia paródica. Drácula (Adam Sandler) tiene el clásico acento a la Bela Lugosi, burlándose tanto de la versión de la Universal como del vampiro marioneta de Sesame Street (¡Yo no digo Blah, Blah, Blah!). El problema es lo poco original que resulta al querer ser también una especie de  versión animada de Twilight, pero a la inversa. La hija de Drácula (Selena Gomez) es una vampiro saliendo de la adolescencia, en busca de tener más libertad y salir del encierro bajo el cual la tiene su sobreprotector padre, quien administra el famoso Hotel Transilvania del título. El hotel única y exclusivamente aloja monstruos y otros seres paranormales, como fantasmas, zombies, etc. En este lugar reina un caótico y monstruoso orden.

Al lugar llega un joven turista despistado (voz de Andy Samberg), creyendo que se encuentra en una    fiesta de Halloween. El chico acaba cayendo rendido ante los colmilludos encantos de Mavis, la hija del conde. Sin embargo, nuestro amigo se encuentra en un gran peligro, ya que si los demás monstruos se enteran que entre ellos se encuentra un humano invasor, será su fin. La mayor parte del filme es sobre las dificultades de Drácula, el verdadero personaje en toda esta fiesta de los horrores, para proteger al chico. Su plan: hacerlo pasar por un familiar de Frankenstein (Kevin James) con un poco de maquillaje y tratar de sacarlo del hotel a salvo. ¿O será que lo único que desea es mantenerlo alejado de su adorada primogénita, quien se encuentra celebrando su cumpleaños número 118? Es decir, la que puede verse como la mayoría de edad en una chica vampiro.

Inesperadamente, el filme ganó el Globo de Oro a la Mejor Película Animada este año. No estamos ante nada extraordinario ni mucho menos. Lo que sí, es que estamos ante el primer trabajo rescatable de Adam Sandler en años, el cual, por fortuna, nada más involucra su voz. Es un entretenimiento familiar dirigido, más que nada, a los pequeños y que se rían ante el montón de gags que, sin mucho control, se amontonan desde el inicio. La verdad sea dicha, muchos de ellos son graciosos, especialmente los cachorros hombre lobo y cómo hacen sufrir a su padre (Steve Buscemi), o la parte en que nuestro escuadrón se infiltra en un carnaval de fanáticos de monstruos. Ideal para mantener a los  niños entretenidos por una hora y media.

YO NUNCA DIGO BLAH-BLAH-BLAH.
Drácula como un padre al borde de la locura.





lunes, 25 de marzo de 2013

THE TROUBLE WITH THE CURVE * * 1/2

CURVA EMOCIONAL. Amy Adams y Clint Eastwood como una hija y su padre
 reencontrando su pasión por el baseball. 

No es una gran película de baseball. The Trouble with the Curve (2012) trata sobre el duro proceso de   envejecimiento para un anciano gruñón experto en este deporte. Clint Eastwood brinda a esta no muy lograda película sobre el llamado "rey de los deportes" (no sé por qué, pero así le dicen) personalidad y dignidad, a pesar de que no estemos precisamente frente a su mejor actuación. Esa escena al inicio en el baño, con él orinando y hablándole a su... bueno, se puede imaginar a qué le está hablando, no le ayudó mucho, luego de su torrente de críticas por ponerse a regañar a una silla vacía durante durante una convención republicana. Eso, y el hecho de que buena parte de su actuación sean sus característicos  gruñidos, no le ha hecho ningún favor al legendario actor y realizador. 

Como cinéfilos, estamos más acostumbrados a ver a Clint actuar y dirigirse a sí mismo en sus propias películas. Fuera de eso, se encuentra en territorio minado y peligroso. Eastwood brinda peso emocional  a muchas escenas, en especial, aquellas junto a Amy Adams, quien interpreta a su hija, una exitosa abogada workaholic. A pesar de todo, esta película, dirigida por Robert Lorenz, queda a un paso y medio de los tres strickes y quedar out de lo más memorable del cine deportivo.

Clint interpreta a un anciano caza talentos de futuras promesas del baseball. Los signos de su avanzada edad (pérdida de la visión, posible glaucoma) le hacen cada vez más difícil su trabajo. Viviendo en mundos completamente separados, tanto él como su hija (quien, como siempre en estos casos, tiene traumas de su niñez) encuentran de nuevo la conexión perdida, cuando esta se encuentre de visita en su viejo pueblo. 

Hay dos problemas en este filme: no hay suficiente baseball para los aficionados y mantenerlos interesados, si exceptuamos un momento interesante en el que un chico indio, vendedor de cacahuates y con un brazo de oro para lanzar curvas, demuestra que tiene talento suficiente para ser estrella. Para los que no son aficionados en lo absoluto, el melodrama entre el padre y la hija no es lo suficientemente interesante ni fuerte, y luego, el romance en ciernes entre el personaje de Adams (una buena actuación, por cierto) y el de Justin Timberlake, quien interpreta a un ex jugador buscando convertirse en comentarista, es simplemente predecible.   

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